Error#3: Estudios

Había pasado varios meses desde que fue enviado a un límite, donde conoció a los seis misterios escolares y se revelo que estaba destinado en convertirse en su líder.

Debido a la experiencia de enseñar del No.5, se le había asignado a Tsuchigomori-Sensei enseñarle todo sobre lo sobrenatural, incluso para facilitar un poco el trabajo de enseñarle los tipos de apariciones que existían, Tsuchigomori-Sensei había hecho un pacto con él y gracias a esto podía ver lo que las demás personas no.

No pudo evitar suspirar de cansancio al pensarlo, desde ese día se quedaría después de clases para empezar su tutoría y terminaría hasta el atardecer. Incluso tenía una libreta llena de apuntes sobre las apariciones y la importancia de los rumores.

Siempre se llevaba a cabo en la biblioteca cuando no hubiese muchas personas. Tsuchigomori-sensei era estricto y le pedía la mayor atención posible al tema, lo cual requería mucho esfuerzo de parte suya. ¡Creía que su cerebro explotaría en cada lección!

No solo tiene que lidiar con las tareas que tenía en las clases normales, sino que debía de memorizar los tipos de espectros, todo en un mismo día. Aquello lo desanimo, en comparación a las clases avanzadas de Tsukasa y su horario de actividades, lo suyo no era nada.

Aunque no lo quería admitir, estaba celoso de su gemelo, es inteligente, bueno en deportes y con un gran carisma que logra hacer que la gente quiera pasar el tiempo con él. No pudo evitar pensar que eligieron al gemelo equivocado para tomar el manto de séptimo misterio.

- ¿Estas prestando atención, Yugi? – Aquella voz ronca lo devolvió a la realidad, alzando la mirada noto a su profesor de ciencias mirándolo con una cara fastidiada sin dejar de fumar en su kiseru.

- No lo estaba, sensei - Mentir no lo salvaría. Así que su única opción era decir la verdad. Ven, era un buen chico.

Tsuchigomori hizo una mueca ante la respuesta del chico. Sin pensarlo mucho, una de sus seis extremidades coloco a un conejo rosa en la mesa que utilizaban para las lecciones.

- Estos se llaman "Mokkes" – Explico el maestro al pelinegro. Si quería su atención nuevamente, usaría su amor por los perros, gatos y los conejos.

- ¿Quieres uno? - El ahora conocido como mokke le tendió un caramelo al humano, el cual rechazo.

- ¿Y que se supone que hacen? – Pregunto ya curioso ante el espectro en forma de conejo, con un dedo empezó a picarle.

– Son solo seres sobrenaturales que han vivido entre los humanos desde tiempos antiguos realizando travesuras o pequeños robos – Respondió Tsuchigomori con una mueca al recordar en todos los problemas que se han metido. Y sin dudarlo le ordeno lo siguiente. – Tu deber será vigilarlos en la hora de escuela –

Amane no le vio problema ante la orden así que acepto con gusto.

Su atención estaba tan centrada en el pequeño mokke que no vio la mirada que le era dirigida.

….

Actualmente se encontraba en clases de matemáticas, pero prestaba más atención a los mokkes que en la clase, eran entretenidos verlos romper los gises de la pizarra aprovechando que todo el mundo no los veía, bueno todos excepto él.

Era casi divertido ver a las criaturas cometer travesuras en su salón de clases provocando confusión a sus compañeros. Obviamente él no estaba a salvo de sus travesuras.

Pero tenía una ventaja que el resto de la escuela y era que conocía la debilidad de estos conejos rosados. Diariamente compraría algunos dulces de caramelo en camino a la escuela y los utilizaría para sobornar a las criaturitas para que no le volvieran a robar sus cosas.

Sería intrigante ver que otras clases de travesuras podían hacer los mokkes, pero Tsuchigomori-Sensei había sido muy claro que debía de mantener el orden entre los conejos sobrenaturales y los humanos.

Su deber era de vigilar que los mokkes actuaran de acuerdo a su rumor y evitar cualquier acción que perjudicara a los alumnos de la escuela Kamome. En otras palabras, los mokkes era una prueba de lo que le esperaba en el futuro como líder.

Y no era para presumir, pero en su opinión, todo se encontraba en orden. Tal vez podía pedir un día libre al No.5 como premio o que no le dejara tarea para la casa.

El timbre sonó por toda la academia anunciando la hora del almuerzo, como siempre sus compañeros no tardaron en recoger sus cosas e irse con sus amigos, a excepción de él. Tal vez iría a escondidas a la azotea y almorzaría un poco o alimentaria a los mokke con dulces.

Amane puso su mano debajo de la barbilla pensando sobre lo que haría, justo cuando se escuchó un grito desde el otro lado del aula.

- ¡Faltan las puertas de los casilleros! – Se escuchaba a unos chicos hablar regresando al salón para anunciar lo que estaba pasando en la entrada.

¿Faltan las puertas? ¿Eh?

El pelinegro rápidamente fue a ver si lo que decían era cierto, acercándose al gentío de personas para ver de lo que estaba pasando y, de hecho, había casilleros que les faltaba las puertas y no parecía que lo hubiera sido hecho por una persona, entonces, ¿qué demonios podría ser?

En el rabillo del ojo noto a unos seres rosados corriendo en el pasillo. En un instante conecto los puntos y sin dudarlo fue corriendo a seguirlos.

Mientras corría tras los seres no noto que chocó con otro estudiante de secundaria, provocando que la regadera que sostenía cayera en la cabeza de su amiga empapándola por completo.

- ¡Eeek! ¡Nene-chan! – Grito alarmada la chica peli índigo al notar que, por su descuido aflojo el agarre de la regadera justo cuando alguien paso cerca suyo. – Algo choco con mi mano… ¡Lo siento! Ahora mismo voy por algo para secarte –

La conocida Nene si bien estaba agradecida por la preocupación sincera de su amiga, el sonido de unos cristales no le permitió quedarse. Y de pronto salió corriendo al viejo edificio dejando perpleja a su amiga.

- ¡KYAAAAA! -

- … ¿Nene-chan? –

...

Curiosidad que mata#4

Tenía la fantasía que Amane-Kun pudiese hacer un pacto con otro sobrenatural, tal como Yashiro en el anime.

Fecha de creación: 15/04/2020 - Fecha de edición: 07/06/2020