Error#9: Tsuchigomori, confeciones e interrupciones.
Si bien Tsuchigomori parece un maestro normal, cariñoso y un poco manso en su disfraz, en realidad es sarcástico, travieso y de mal genio. Su mal genio era justificable cuando tenía una doble vida como maestro y un misterio escolar, mas especifico el de la biblioteca de la 4p.m.
Pero había hecho su trabajo por varias décadas y no había tambaleado en ninguno.
No fue hasta que leyó el libro de vida de Minamoto Teru, si bien saber que el chico era un exorcista poderoso levanto banderas en su mente, no fue lo que más le llamo la atención.
En su libro mencionaba a un Séptimo misterio en su tercer año de preparatoria o más bien mencionaba al candidato a ese puesto.
Era poca la información que se tenía sobre el chico aparte de que se encontraba gravemente enfermo, otra cosa que le llamo la atención fue que parecía que era entrenado por los otros misterios. Todo para cuando el falleciera, los altos mandos le otorgarían un rumor y el deber como líder.
Debido a la importancia del asunto, mando a hacer una reunión con los otros misterios para informarles sobre lo sucedido.
No todos estuvieron de acuerdo cuando les conto lo que descubrió, casi todos se rehusaron a aceptarlo. Solo No.1 le pidió que se le notificaran sobre cualquier relación sobre el chico y así fue hasta que este año ingreso en secundaria.
Tres años después que conoció al chico que mantendría el orden entre la costa lejana y la costa cercana en la ceremonia de apertura de los de primer año.
Tal como decía su libro de vida este se encontraba solo, ningún familiar había ido a acompañarlo a la ceremonia de apertura. Se sentía decepcionado al ver el estado del chico, parecía que cualquier momento se desmayaría, pero seguramente esto es causa de su leucemia.
Solo se quedó viendo hasta que Nagisa-sensei llamo a los nuevos ingresados que debían que ingresar a clases, cuando ya no lo vio entre la multitud de estudiantes decidió irse a la sala de profesores después de todo solo tenía tres clases el día de hoy.
No es como si no lo fuera a volver a ver, ya que era el tutor de su grupo.
Por el rabillo del ojo noto a unos mokkes que seguramente fueron enviados para seguir al chico y guiarlo a la reunión incógnitamente al terminar el día.
…..
Al terminar las clases todos se iban a sus casas a descansar o con sus amigos para estudiar, dejando el patio de la escuela solitario bajo el tono naranja cubría el cielo en un ambiente perfecto para confesarse a la persona que más amas.
Últimamente muchos estudiantes aprovechaban esta época para confesar sus sentimientos a sus seres amados debajo de un árbol que rápidamente gano popularidad al tener como resultado la formación de muchas parejas ganándose el nombre "el árbol de las confesiones"
Como resultado una pareja está poniendo a prueba el tan popular rumor del aquel árbol que fue plantado por el dios del romance.
Yako esperaba debajo del árbol que se situaba en el jardín de pláticas del club de jardinería, no paso mucho cuando escucho pasos viniendo a su dirección. Volteando la cabeza, logro visualizar al quinto misterio caminando a su dirección.
El espectro estaba al borde de los nervios y un tono rosado cubría sus mejillas, pero no impidió que se acercara a la mujer que había citado temprano en la mañana.
- Lamento mucho la demora, ¿No esperaste mucho? – Se disculpó avergonzado por dejarla tanto tiempo esperándola, se había demorado a la hora de buscar a su estudiante.
- No importa, después de todo no hace mucho que vine – Calmo sus preocupaciones. Un fuerte viento los azoto a ambos provocando que los finos rizos del No.2 volaran a su cara, la cual con gracia los acomodo detrás de sus orejas humanas.
Una escena sacada de una película romántica cliché, Tsuchigomori trago duro acumulado cualquier fuerza de voluntad para seguir con su petición.
- Echin- ¡Yako! tu… saldrías conmigo – Pidió el maestro al mismo tiempo que se inclinaba levemente a su dirección. Casi lo había arruinado llamándola de otra manera.
El bibliotecario estaba avergonzado por su confesión y no ayudaba mucho al notar a cierto pelinegro escondido detrás del invernadero siendo espectador de todo junto con los mokke, quienes veían todo junto con un bote de palomitas. Aquello le saco una vena de enojo.
Mientras que Yako se quedó en silencio por tal abrupta confesión, pero ella ya había venido preparada para esta situación.
- Me niego – Dijo secamente al hombre enfrente de ella.
- ¿Eh? – Salió de sus labios perplejo por la respuesta.
- Dije que me niego, prefiero ser exorcizada que salir contigo araña sombría – Respondió crudamente sin prestarle atención a su compañero. Su expresión de asco cambio rápidamente a la de una colegiada enamorada en lo que seguía hablando. – Después de todo mi corazón le pertenece a Misaki –
El ambiente rápidamente se oscureció. Los dos misterios escolares prestaron atención al árbol junto a ellos como causante del cambio.
- ¡Oh, dios! No podemos permitir eso. – Se escuchó una voz salir del tronco del árbol. – Si alguien te confiesas sus sentimientos, lo lógico es aceptarlo. –
En segundos un rostro apareció en el tronco. – Voy a ayudarte a encontrar la felicidad –
Los dos miraron fijamente al kodama con una expresión aburrida, desde lo lejos Amane veía lo mismo junto con los mokke.
- E-es asqueroso – Murmullo para sí mismo al ver el rostro de un anciano en el árbol. Y no fue el único, Yako mostro la misma opinión, pero en voz alta.
- ¡Que ruda! – Exclamo enfadado el kodama lanzo un ataque con sus raíces que fue interceptado por unas extremidades de araña de un molesto Tsuchigomori.
- ¡Solo tenías que decir una cosa Echinococcus! – Le grito enfadado Tsuchigomori al segundo, por orden del primero se tenían que encargar de aquel rumor. La tonta solo tenía que decir que no como acordaron, pero no, tuvo que abrir su boca.
- Oh Cállate, bastardo – Grito igualmente enfadada Yako invocando su tijera para atacar al kodama. – Me estoy perdiendo mi siesta por esto. –
Y sin escuchar las exclamaciones del kodama, Yako lo corto a la mitad. Como consecuencia perdió sus poderes volviéndolo un pequeño brócoli.
El quinto no se quedó mucho tiempo en el jardín, yendo donde está su alumno para seguir con su clase, si el chico se encontraba aquí era porque le había pedido que se quedara a observar para su aprendizaje.
En el pasillo se encontró con el pelinegro que lo miraba con burla. – Que picaron salió Tsuchi-Hyaa! –
No quería escuchar nunca sobre lo que paso hoy, así que sin arrepentimiento lo jalo de su uniforme hasta la biblioteca.
Había pasado un año desde que Yugi Amane fue presentado a los seis misterios de la Academia kamome y se le explico su futuro rol de Séptimo misterio.
Aunque no lo quería admitir, pero desde que le imparte clases a Yugi se ha ido encariñado y sabe que no es el único si el nuevo sobrenombre del Echinococcus lo demostraba.
Aún recuerda como de un día a otro empezó a llamarla "Yako-neesan" y le conto de cómo esta le había prometido que si no reprobaba ninguna materia esta le llevaría al Festival de las Estrellas que se encontraba en una frontera.
Si bien no estaba completamente seguro de la idea, por lo menos no tenía que preocuparse que tomara clases extras en vacaciones.
Decidió alejar esos pensamientos por el momento y concentrarse en enseñarle la siguiente lección, como ya sabía sobre la anterior aparición se dedicó en hablar sobre los aspectos de los misterios.
-Como sabrás los misterios escolares controlan un aspecto sobre la escuela, un ejemplo es que yo controlo los registros, el No.1 controla el "Tiempo", el No.2 controla el "Espacio" y el No.3 controla el- Explicaba Tsuchigomori al humano hasta que fue interrumpido por un rubio con bastón seguido de una chica con tobillos gruesos.
…..….
Curiosidad que mata#10
Aquí está un vistazo rápido sobre los pensamientos de Tsuchigomori sobre el asunto del No.7
Este capítulo fue hecho luego de las escaleras de Misaki por eso su apariencia mediocre.
Fecha de creación: 17/04/2020 - Fecha de edición: 22/06/2020
