Un policía mira amenazante a Arual, que se encuentra encogida en el suelo, mientras su musa Samantha (¡Qué me gusta Sam!) revolotéa felíz por los rincones de la oscura celda.

- ¡Confiesa! Pensabas apropiarte de Sainte Seiya y sus personajes.

-No, debe creerme, no era mi intención, sé que son de Kurumara.

- ¡Mentira¡Llévesela agente! Soy su musa y sé que quiere agenciarse a Camus de Acuario.

- ¿Es eso cierto?

La Dama Arual intenta negarlo, pero no puede admitir que el bombón de Camusín no es suyo…

- ¿Ve que le digo? – se burla Samantha (¡Sam!) – quería quedarse con Saint Seiya. Tortúrenla.

-NOOOOOOOOOOOOOOOOO…


Advertencias:
¡Viva el Yaoi! (Esto quiere decir que me gusta el género yaoi y por lo tanto esta historia es yaoi, esta aclaración va para CeremuSama y ese tipo de personas) Ahora otra aclaración, porque nadie tiene por qué saberlo (hasta hace poco yo me incluía en ese grupo). Yaoi es la palabra designada en los mangas y el anime para definir una historia en la cual se dan relaciones homosexuales entre hombres.

GRACIAS A SCARLET-MILO POR CORREGIR MIS BOBADAS


Un Domingo en Sociedad

Sobre la una y media, Mysti (uno de los camareros) se nos acercó. Cuando lo vimos venir, Saga y yo nos miramos con aprehensión, él por lo que pudiera ocurrir, yo, por lo que me podría pasar; y es que Misty tenía una extraña manía: coquetear conmigo siempre que podía.

Misty no es un mal chico, además de que es agraciado. Pero yo no siento nada por él, además mi personalidad fría no me permitiría mantener una relación decentemente duradera.

— ¡Saga y Camus¿Cómo están los niños de mis ojos?

—E… bien, bien Misty— dijo mi amigo

—Me alegro –Misty no apartaba la mirada coqueta que me dirigía— Camus, guapetón, esa camisa y ese aire formal que siempre nos traes me vuelve loco ¿lo sabías?

—La verdad, no –mi intención no fue ser TAN sumamente cortante, pero el tono frío de mi voz, la falta de expresividad de mi rostro y mi seca contestación, parecieron hacer mella en el rubio, que miró a Saga.

—Espero que estéis pasando buena noche. No se lo digáis al "jefe" pero mi noche está siendo redonda. He conocido a un chico súper guapo y… osea, privado, pero súper bien.

Este tipo de conversaciones se daban mucho con Misty. Es decir, nos contaba cosas (que ni nos importaban) "a medias" con la esperanza de picarnos la curiosidad.

—Tranquilo, Misty, ni media palabra… —puede que Saga no sea el rey de las relaciones públicas, pero tiene mucho más tacto que yo.

—Gracias guapísimos –dejó la bandeja redonda sobre la mesa, para acercarse a Saga y plantarle un sonoro beso en la mejilla.

Después se acercó a mí y con todo el descaro se me sentó a horcajadas y me plantó un beso (bastante húmedo) en la comisura de los labios.

El chico volvió a levantarse y con una sonrisa coqueta se marchó.

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Nos fuimos del bar a las tres y media, pues habíamos decidido esperar a Sorrento, ya que hacía dos semanas había tenido un pequeño accidente y su coche estaba en el taller.

Saga y yo habíamos hablado mucho sobre la noche que Kanon había pasado en un lugar desconocido. La verdad es que estábamos muy sorprendidos; Kanon estaba enamorado de Sorrento desde que este empezó secundaria… de eso hacía ya nueve años. El matrimonio de mis padres duró menos tiempo.

No habíamos llegado a ninguna conclusión lógica salvo: preguntarle a él tras pillarlo por banda algún día en casa de Saga, y no decirle nada a Sorrento. Por eso el viaje en coche fue bastante silencioso.

Sonaba el Réquiem de Mozart, que era retransmitido por Radio Culture.

— ¿Qué pensáis del atraco al Banqué de Neuflize? –preguntó Sorrento, con ánimo de evitar quedarse dormido.

—Pues que sea quién sea lo tenía muy estudiado y eran profesionales –contestó Saga. Al ser el dueño del otro banco más importante de Francia (y de mayor prestigio de Europa) le preocupaba bastante ese suceso.

—Yo creo que tiene relación con el atraco a la caja fuerte del Real Bank of England –dije

—De ser así, han conseguido… unos 130 millones de €uros –dijo Saga muy serio.

— A mi me parece tonto ¿Cómo harán para blanquear tanto dinero? –preguntó Sorrento con su dulce ingenuidad. No pude evitar girarme a sonreírle, aunque debido a mi temperamento frío y poco expresivo, no fue más que un esbozo.

—Ay Sorrento, se nota que no has estudiado números… eres demasiado ingenuo. No te diré que sólo trabajarán en el mercado negro. Para empezar, cambiando un par de veces de país y con un par de identidades y nacionalidades falsas, ya tienen la mitad del problema arreglado. Pagar en efectivo también les salvará de mucho y por supuesto un par de inversiones en la bolsa; sin llamar la atención, blanquearán unos cuantos miles de €uros… pero por supuesto el soborno a Hacienda arreglará el problema –Aclaró Saga con cinismo.

Sorrento pareció meditar un rato la respuesta. Pasábamos en ese momento por Place du Trocadéro, dónde vivía el de ojos fresa.

Saga detuvo el coche.

—Gracias por traerme –acompañó a una dulce sonrisa

—De nada, sabes que no es molestia.

—Oye, Saga… ¿te importaría decirle a Kanon que me llame cuando tenga un momento? Es que hace ya que no lo veo (N/A: desde el Jueves y están en la madrugada del domingo, pero ¡eh! Que son sólo amigos…) y como anda sin móvil…

— ¡Oh! Claro que se lo diré… pero ya sabes como son estos artistas… Camus pensaba que estábamos a Viernes…

Sorrento sonrió con su usual dulzura, murmuró un gracias y un hasta luego y bajó del coche. Saga no movió el coche hasta que el joven metió el código de la puerta.

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Cuando Saga me dejó en casa ya eran las cuatro y diez, pero en lugar de acostarme, fui directo a mi estudio. Me quité los zapatos, me planté frente a la hoja de composición. Taché todo lo que había escrito y cuando el alba ya había despuntado, di por finalizado mi trabajo.

Curvé mis labios a modo de sonrisa triunfal (siempre dentro de lo que mi personalidad es capaz de expresar) y dirigí mi pluma al encabezamiento:

Minuet en Sol menor para violín

"Le sourire"

Acabado ya mi trabajo, decidí dormir unas pocas horas y reestablecer mi ritmo habitual.

Mi habitación carecía de color alguno. Así tenía la libertad de jugar con cuantos tonos deseara, cambiando el color de las alfombres, los estores y las sábanas. La madera de los muebles era de cerezo oscuro, muy pulido. Constaba de una cama muy grande, hecha por encargo y recuerdo que aquella mañana lucía sábanas rojizas, junto con una colcha clara… mi cejo se frunció.

Me dirigí a la mesita y como si de un acto reflejo se tratara, escribí en las notas "sábanas turquesas". Posé de nuevo el bolígrafo.

Me desvestí y acomodé un pantalón de dormir.

Tras cuatro días de desvelos, por fin podría dormir.

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NarradorA

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Saga se levantó bastante temprano. Era un hombre de costumbres y durante toda su vida se había levantado antes de las nueve. Se duchó y se vistió con pantalón y camisa camisera. Los Domingos, él y Kanon acostumbraban ir al Club. Kanon disfrutaba en la piscina mientras él charlaba "distendidamente" con los otros socios y luego ambos daban un paseo a caballo.

Cuando Saga bajó a desayunar se encontró allí con su hermano. No era raro verlo despierto a esas horas; Kanon tenía la costumbre de dormir dos veces al día.

—Buenos días –saludó el mayor

—Hola ¿café?

—Sí, gracias

—Pues vas a tener que pedirlo

Saga se levantó gruñendo algo sobre adultos desayunando chocolate; su hermano reía suavemente. Se adentró en la cocina, y el ama de llaves rápidamente lo amonestó, diciéndole que la próxima vez se lo pidiera a ella.

De nuevo sentados en la mesa, Saga se dispuso a preguntar a su hermano por la noche que no pasó ni en casa, ni con Sorrento.

—Suéltalo ya— se anticipó el menor

— ¿Qué?

—Sí, que me digas ya eso.

— ¿Eso, el qué?

—Pues lo que sea que me tienes que decir— le contestó, como si fuera lo más normal.

— ¿Y tu que sabes si te tengo que decir algo o no?

—Saga… ¿se te olvida que somos gemelos? Porque si es así, enhorabuena, yo soy incapaz… cada vez que levanto la vista me encuentro mirando un espejo— le dijo con sorna.

—Eres imposible… —giró los ojos— e… pero es cierto, tenía algo que preguntarte…

—Yo no fui

— ¡Kanon!

—Vale, vale— dijo con una gran sonrisa— me portaré como un adulto…

—Es que deberías portarte siempre como un adulto… en fin, Kanon, quería preguntarte dónde estuviste el Viernes por la noche…

Kanon levantó las dos cejas muy sorprendido

—Saga ¿y esa pregunta? No es la primera vez que no duermo (o no duermes) en casa…

—Sí... bueno, yo no quiero meterme, Kanon, pero como no estuviste con Sorrento, yo… pues pensé que tal vez estuviste con… otra persona.

—Saga, te he dicho un millar de veces que Sorrento y yo no somos novios ni tenemos compromiso alguno.

—Pero tú le quieres.

Kanon enrojeció suavemente y una sonrisa pícara adornó sus labios.

—Se hace querer ¿a que si? Es tan dulce…

Estaba claro que Kanon quería a Sorrento, pero entonces…

— ¿Con quién estuviste esa noche, Kanon? –no había regaño en esas palabras

—Haciendo algunas cosas. Saga, soy fotógrafo; eso me convierte en artista… cuando Camus se encierra en su estudio por dos semanas y desconecta todo no te preocupas tanto.

—Vale… lo admito… pero con Camus sé que está en su estudio y no acostándose con otra u otro. Kanon, puede que no tengas nada con Sorrento, pero… no me trago (ni yo ni nadie) que solo sois amigos con "derechos", simplemente, porque los dos os queréis.

Kanon se levantó un poco turbado.

—Subo a vestirme para ir al club ¿vale?

Y se perdió por la puerta.

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El Club Hippique du Jardin, se encuentra al lado del "Bois de Boulogne" (N/A: el bosque de Buloña, XD) y es el club más selecto y "chic" de la ciudad. Consta de grandes instalaciones. El edificio principal enfoca a las piscinas y las canchas de tenis se encuentran al lado. Las cuadras se encuentran un poco más alejadas, junta al lago.

Kanon, siempre más informal que Saga, vestía en vaqueros, no obstante llevaba una camisa camisera verde esmeralda. Sabía que iría al club y no quería que las viejas-amargadas-cotillas, lo criticaran, más por Saga que por él…

Cogieron el coche de Saga, un Porsche 911 Carrera 4 negro. Kanon se pasó el viaje hablando como una cotorra, tal era su costumbre. Bromeando sobre esto, riéndose de lo otro… Repentinamente su semblante cambió a uno serio, poco utilizado por él.

—Oye, Saga.

Su hermano lo miró de reojo, dándose por enterado.

— ¿Te molestaría si invito a Sorrento a cenar hoy?

—No, claro que no— Saga sonrió, después de todo no tendría que darle el mensaje de Sorrento —pero no entiendo porque me lo preguntas… no sería la primera vez, sabes que no me molesta y que lo quiero mucho.

—E… sí… es que… me han dado un nuevo trabajo. —Saga enarcó una ceja, no entendía que le quería decir su hermano.

— ¿No te gusta?

— ¡Oh! Sí, sí me encanta… lo que pasa es que me va a quitar mucho tiempo ¿sabes? Y… bueno, como Sorrento ya sabe que pasé una noche perdido por ahí, pues… no quiero que piense mal, ni nada.

— ¿Y qué iba a pensar? Vosotros no tenéis nada —ahora Saga ya entendía, Kanon quería consejo. No sabía como decirle a Sorrento que a partir de entonces pasarían menos tiempo juntos, sin que el de ojos fresa desconfiara de él.

— ¡Saga! —su hermano portaba un cómico puchero.

El gemelo mayor rió suavemente.

—Mira, Kanon, no tienes que explicárselo de ninguna manera… simplemente cuéntale sobre tu nuevo trabajo. Sabes que es un gran chico, no se molestará. Aunque… —Kanon lo miró atentamente— deberías comprarte un móvil, hasta Camus tiene uno; así podrías llamarlo más a menudo. Por cierto, él no sabe que pasaste la noche fuera de casa.

En ese momento llegaron a la entrada del Club, el portero salió y los reconoció al momento.

Aparcaron el coche y bajaron de él. Kanon se dirigió hasta los cambiadores, donde tenía sus cosas de la piscina, antes de desaparecer por el camino, se giró y sonrió a su hermano.

Saga le respondió con otra sonrisa y un ademán de mano. Después se giró y entró en el edificio.

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Eran las once y media y Saga charlaba con otros miembros del Club, casi todos eran personas mayores, excepto un par de casos; pero de todas maneras no bajaban de los cincuenta.

… — y, Caballeros ¿Qué opinan del atraco al Banqué de Neuflize?

—Se sospecha que tiene relación con el del Real Bank of England —comentó un antiguo sargento de policía.

—Saga ¿y usted no está preocupado? De ser eso cierto, su banco tiene todas las cartas para sufrir el próximo atraco.

—Lo sé, lo sé… pero tenemos la mejor seguridad con la cual se pueda contar… aunque los otros también la tenían. Pero no puedo hace otra cosa que no sea desear que con 130 millones de €uros estén contentos… —A Saga no le gustaba hablar de ese tema. Le ponía nervioso pensar en lo que ocurriría si atracaran la sede de su banco. A demás las peculiaridades de los oros atracos le ponían los pelos de punta.

En ese momento entró Kanon con el pelo un poco húmedo. Hablaba con una chica de unos quince años, de pelo largo y morado que vestía de blanco.

Cuando Kanon vio a su hermano se despidió con gentileza de la chiquilla y se dirigió hacia Saga. Saludó con educación a los presentes y se disculparon para ir a comer.

— ¿Y esa niña? —preguntó Saga

— ¿Cuál?

—Con la que entraste… la que estaba coqueteando contigo

—Ay Saga… ¿celoso de que a tu hermano le caiga citas por todos lados?

— ¡Kanon, es una niña!

Su hermano rió

—Lo sé… además ¿hace cuantos años que no tengo una cita?

—Pues el miércoles tuviste una ¿recuerdas?

—Sorrento no cuenta… además no somos…

— "pareja", si, bueno, a otro con ese cuento. Pero dime ¿quién es?

—La hija pequeña de Belier

— ¿Tiene una hija? Pensé que sólo tenía un hijo…

—Y valla hijo… está para comérselo. Es una pena que tenga novio… —sonrió pícaramente el pequeño— bueno, pues esta Saori ha vivido una pirra de años en Japón, por eso no le habías visto el pelo.

Saga no pudo más que sonreír. Su gemelo además de extraño tenía un vocabulario demasiado mundano…


Omake

Me levanté sobre las once y media. No estaba muy cansado, por suerte no bebo alcohol, sino mi organismo estaría resentido. Me duché con tranquilidad y me vestí… Esto puede sonar como algo completamente normal, pero…

Para empezar nuevamente cogí las toallas turquesas. Después me dirigí al armario, y saqué la ropa interior… para volver a guardarla y escoger una de color turquesa. Vale, soy un artista y es cierto que a veces hago cosas raras sin darme cuenta; como por ejemplo decidir vestirme con una camisa también turquesa; pero a todo hay un límite, cuando tras haber llamado a la modista para que me hiciera un juego de habitación en turquesa, miré mi móvil, que tenía una llamada perdida y sin darme cuenta me dirigí a la mesita de noche, abrí el cajón y saqué una carcasa… TURQUESA.

Definitivamente, estaba loco o acababa de desarrollar una dependencia enfermiza hacia el turquesa.

Cogí mi remodelado móvil para llamar a Saga. Tenía intención de pedirle una cita con su amigo psicólogo.


Notas de la Autora:

¡GRAAAAAAAAAAACIAS PR LOS REVIEWS! Me hacen muchísisisima ilusión, de verdad. Muchas gracias :)

Wow, el capítulo más largo que he publicado.

Espero que no haya sido muy confuso. Ya veis que se torna un poco más interesante. En principio mi idea era hacer un capítulo desde el punto de vista de Camus y Milo turnándose, pero bueno… en principio esto era un one-shot, así que…

Espero que os haya gustado, yo me divertí haciendo el Omake.

Este capítulo está súper liado, lo sé, así que si hay algo que no se entiende… ME DEJÁIS UN BONITO REVIEW y os lo aclaro. Además será "gemelo" del siguiente. Sí, ya sé un poquito de lo que va a pasar… muajajaja

Aquellas personas que dejáis reviews anónimos podéis ver la contestación en mi perfil, pero, por favor, si estáis "logueádas" en dejadme el review así, para más agilidad.

Alguna aclaración:

-Minuet o Minué, también llamado minueto, es una danza de origen francés, de Poitou, que alcanzó su desarrollo entre 1670 y 1750. Es de velocidad rápida, normalmente conlleva un aire juguetón. Es de compás ternario. Es extraño encontrarse uno para violín si no está acompañado de un clarinete. Normalmente son creados para piano, pero como este es mi fic... ahí se queda :P

-Coger: en España el verbo coger significa "agarrar" sin las connotaciones raritas que tiene por América…


ENCUESTA:

¿Qué creéis que pasará cuando Saga reciba la llamada de un Camus desesperado y dependiente del color turquesa?

a/ Pensará que alguien a secuestrado al frío compositor, lo ha drogado y ha alterado sus genes.

b/ Pensará que alguien a secuestrado al frío compositor, lo ha drogado y ha alterado sus genes, además de haberlo convertido en asesino en serie.

c/ Llamará de inmediato, pero no a su amigo psicólogo, sino a un conocido que es psiquiatra.

d/ Le dirá que todo es cosa de "ser artista" y que siempre le dijo que debía haber estudiado abogado o algo así.

e/ Otra

Ahora sip, muchas gracias por leer mis chorradas y… AL RICO REVIEW. La verdad es que me gustaría llegar a treinta u.u sólo quedan nueve… por fitaaaaaaaa…