Unas suaves pisadas era todo lo que se escuchaba en el silencio de la noche, mientras un chico iba a la cocina intentando hacer el menor ruido posible, se acerco al armario que había debajo de los fogones y metió casi medio cuerpo dentro de él.

- Tiene que estar por aquí – susurraba para el mismo – estoy seguro de que lo escondí aquí.

- Si pero no lo escondiste lo suficiente – el chico sobresaltado se levanto de golpe golpeándose la cabeza con la parte de arriba del armario se giro y miro a su interlocutor frotándose la cabeza – nadie te ha dicho que asustando así a la gente le puedes producir un infarto.

- No seas exagerado Ron – contesto el otro sentado en la mesa de la cocina.

- No lo soy. ¿Y que se supone que significa eso de que no lo escondí lo suficiente? – el otro solo le enseño el chocolate que se estaba comiendo.

- Harry eso es mi mío, eres un mal amigo.

- ¿Y tú que eres? Escondes comida en la casa.

- No es cierto, solo la guardo por si surge un imprevisto.

- ¿Qué clase de improviso te puede solucionar el chocolate?

- Pues que tenga hambre como ahora y me lo quiera comer ¿Te lo has comido todo?

- No, todavía queda algo – Ron se sentó junto a su amigo y cogio un trozo – eres un glotón.

- Y tu un egoísta.

- ¿Yo egoísta? Pero si eras tú quien lo escondía para no compartirlo con tu amigo del alma.

- No lo escondí por ti, fue porque vi en la cara del amigo de Hermione que le gustaba el chocolate y por si acaso se lo comía.

- Su novio.

- ¿Que? – pregunto el otro confundido.

- Que es su novio Ron no su amigo.

- Si bueno llámalo x.

- ¿Que significa eso?

- Nada déjalo no tiene importancia – se quedaron en silencio degustando el dulce hasta que el pelirrojo no aguanto mas – sabes ahí algo que me esta reventando desde hace tiempo y te lo tengo que decir.

- Tú dirás.

- Eres idiota.

- Eso me lo dices bastante a menudo, si no recuerdo mal esta mañana mismamente me lo….

- Escúchame por una vez, solo escúchame. Tuviste a la chica mas perfecta que ahí en este mundo y la echaste de tu lado.

- Yo nunca la tuve Ron, entre nosotros nunca hubo nada.

- Pero te crees que soy tonto, de verdad piensas que en todos estos años no me he dado cuenta de todo, que se nota tan poco lo que sientes por ella.

- Le tengo cariño ¿y que?

- ¿Qué le tienes cariño? Si ya ahora se llama así. Pues sabes yo también le tuve cariño y me aparte.

- ¿A dónde quieres llegar?

- Cuando estudiábamos en Hogwarts me gustaba Hermione, me gustaba mucho Hermione y durante un tiempo hasta creí que podía llegar a ser algo mas de ella que un amigo, pero un día desperté y vi la realidad. No se si fue la muerte de Sirius o el que, pero en quinto curso os unisteis mas de lo que ya lo estabais, recuerdo que estábamos cenando y yo os contaba que había echo una parada impresionante y te mire a ti, revolvías la comida sin escuchar lo que te decía y no me extraño, pasabas mucho tiempo así, pero cuando la mire a ella me di cuenta, tampoco me escuchaba, solo te miraba a ti fijamente siempre pendiente de ti, de lo que tu precisaras, de lo que tu necesitaras. Nunca necesitasteis deciros las cosas, solo con miraros podíais saber lo que sentía el otro, lo que pensaba, en quinto curso, se que sin querer vosotros, pero me aislasteis, yo no os podía seguir, no sabia lo que teníais en la cabeza os unisteis tanto que parecíais uno y entonces me di cuenta de que nunca seria para ella mas que un amigo, porque estaba enamorada de ti.

- Nunca pensé que te sintieras así… lo siento.

- No te preocupes – dijo el moviendo la mano despreocupadamente – al principio me dolió, pero luego no me importo, vosotros nunca me dejasteis de lado, solo no supe seguir vuestro ritmo, así que me aparte para que estuvierais juntos y aun cuando los años pasaban y no lo hacíais te juro que pensé que al final estaríais juntos para siempre. Pero no el gran Harry Potter tenía que meter la pata y echarla de su lado.

- Hice lo que tenia que hacer y pensé que tú estabas de acuerdo conmigo.

- Claro que no, nunca estuve de acuerdo con que la hirieras y la apartaras.

- Era por su bien.

- No Harry, era por el tuyo – el chico lo miro incrédulo – si por el tuyo y lo sabes, fue por egoísmo, no era porque tuvieras miedo de que a ella le pasara algo era porque temías que si le pasaba algo a ella tu sufrirías mas yo pase meses esperando a la defensiva de que también me vinieras a atacar a mi y lo hiciste y lo haces, pero yo no te voy a hacer caso Harry, porque yo no estoy metido en esto porque te ame ni para proteger tu vida, si no para proteger a las personas que quiero y me importan porque un día quiero llegar a casarme y tener hijos y no quiero que ellos sufran esta maldita guerra, que sirve para ayudar al mundo mágico a vivir en paz, no a que tu dejes de sufrir.

- Pues sin mi veo difícil que lo consigáis.

- Eso es lo malo que piensas que tu solo vas a terminar con todo y no es así, porque para que tu mates a vol… vol… para que mates al señor oscuro, necesitaras a alguien que te quite de encima a los mortigafos que estarán con el y eso es lo que tu no entiendes – los ojos verdes de su amigo lo miraron unos segundos antes de bajar la vista al suelo – que no serás el único que luche en la batalla final, todos lo haremos y tu no lo podrás impedir porque es necesario.

- Nunca lo había visto así.

- No, supongo que los últimos años has estado muy ocupado compadeciéndote de ti mismo como para verlo de otra manera – salto de la mesa al suelo – me voy a acostar, mañana vendrán temprano para la reunión y suelen ser tan pesadas que me cuesta mantener los ojos abiertos. Buenas noches.

- Buenas noches.

La reunión comenzó nada mas que llegaron los integrantes de la orden, demasiado pronto según la opinión de Ron, explicaron a Hermione los últimos acontecimientos y las últimas noticias que tenían sobre los ataques de los mortigafos y de Voldemort.

Ron miraba simultáneamente a sus dos amigos, hacia mucho que no estaban los tres juntos en la misma habitación y la tensión se notaba en el ambiente.

De todo menos de todo lo importante
se llenó la habitación

Os miráis disimuladamente intentando no veros como si así pudierais evitar el contacto con el otro.
Nada que nadie note que falte
y falta todo lo que faltó

Me pregunto donde quedo la complicidad que teníais las ganas de quereros la felicidad de la que huís.

Detrás de cada frase importante
que nos dijimos como robots

Cada vez que tenéis que decir algo lo hacéis con la cabeza bien alta como queriendo decir al otro que no os importa, parece que lo hayáis estado ensayando.


Se están ahogando los recuerdos de los dos…

Ya no os acordáis de lo que era tan siquiera ser amigos, compañeros, camaradas, adictos uno al otro.


Pisando, mis instintos voy tirando
y me pregunto cada día ¿no será esto cosa mía?
Pero a veces, todo se cae y se desvanece
pensando que de la otra noche, nos separan muchas noches

De verdad que no podéis recordar lo que sentíais cuando el otro estaba cerca o como os extrañabais cuando estabais separados.


Hoy, al llegar de madrugada
he escuchado que llorabas sin saber que estaba allí
Y yo, sin decirte una palabra
te he besado en la cara y he fingido no escucharte murmurar.

Duele, duele mucho habértela dejado y que tu la hayas hecho sufrir y duele ver el daño que te haces intentando fingir que todo esta bien estando ella tan cerca.
Los gestos antes insignificantes
solo eran provocación

La mirada que se siempre ella te dirigió ahora a ha cambiado ya no es dulce como antes, ahora esta llena de ira


Todo sobraba o no era bastante
y a quien le importa no es la cuestión

Cuando estabais juntos el mundo parecía dejar de girar para vosotros dos y solo existir vosotros.


El odio estaba solo a un paso de lo que antes era amor
Se están quemando las miradas de los dos….

Quien iba a decir que el amor que os teníais se convertiría ahora en esto en una completa indiferencia y enfado.


Pisando, mis instintos voy tirando
y me pregunto cada día ¿no será esto cosa mía?

Podría intentar algo con ella, tal vez ahora si tuviera oportunidad se que no, pero me duele veros así, tal vez conseguirá hacerte despertar Harry.


Pero a veces, todo se cae y se desvanece
pensando que de la otra noche, nos separan muchas noches

Hace tanto que acabamos el colegio como para que ya ni siquiera podéis miraros como amigos.
Hoy, al llegar de madrugada
he escuchado que llorabas sin saber que estaba allí
Y yo, sin decirte una palabra
te he besado en la cara y he fingido no escucharte murmurar.

Y yo aquí seguiré en medio de vosotros dos, porque no os dejare y no permitiré que sigáis sufriendo.
¿Y que? dime que va a ser de nosotros
si nos perdemos poco a poco, cada día un poco más

Si vosotros no conseguís de nuevo aunque sea solo ser amigos, que ocurrirá con el trío ¿de verdad se romperá?

- Y yo he dicho que no – el grito de Harry lo saco de sus pensamientos – Ron apoya al menos tu.

- ¿Que? – interrogo el chico confundido.

- Lo voy a hacer Harry y tú no eres quien para darme ordenes.

- Perdone su majestad, pero aquí las cosas se hacen con el consentimiento de todos no con la opinión de uno solo.

- Pues cualquiera lo diría porque tú eres el único que opina – grito Hermione.

- ¿De que demonios habláis? – chillo esta vez Ron a sus dos amigos.

- Malfoy me ha enviado una lechuza para verme y me voy a reunir con él.

- Estas mal de la cabeza.

- Gracias Ron – soltó Harry con exasperación – menos mal que alguien me apoya.

- No Ron no estoy mal de la cabeza, pero el quiere verme y no ahí que olvidar el punto de que es un mortigafo.

- Cierto – índico Harry – no ahí que olvidar ese punto.

- Y el siguiente punto – siguió Hermione mirando enfadada al moreno – el no sabe que he vuelto a la orden.

- ¿Y para que demonios quiere verte Malfoy? – Ron soltó la pregunta que pasaba por la cabeza de todas las personas que estaban sentadas alrededor de la mesa.

- Bueno… - comenzó ella sin poder evitar sonrojarse – en la última semana en el colegio se... me declaro.

- Esto es lo último – grito Harry mientras salía de la habitación.