Quiero primero de todo agradecer a mi gran amiga Jill Picolo, por ayudarme en parte de este capitulo y haberle quitado ese poco tiempo que tiene destinado a su propio fic.
- Estas segura de la información Hermione – pregunto Remus por décima vez.
- Si ya te lo he dicho, esta noche Voldemort acudirá a casa de Malfoy, estarán ellos dos solos, oí como se lo decía a un mortfago por la chimenea, cuantas veces más quieres que te lo repita.
- No te molestes Hermione, es solo que ahí algo que no encaja, Voldemort lleva sin hacer acto de aparición mas de un año y de repente va a casa de Malfoy porque si, no le encuentro el sentido.
- A lo mejor la pequeña Hermy esta confundida.
- Mira te lo voy a decir una vez nada más y grabado en la neurona que te apetezca, si me vuelves a llamar Hermi, te pienso dar un puñetazo.
- Perdona – dijo la otra levantado sus manos con una sonrisa que reventaba mas a Hermione – solo quería decir que tal vez no oyeras bien la información.
- Lo oí perfectamente, tengo buen oído, pero gracias Jenny.
- Y eso lo oíste entre polvo y polvo – siguió la otra.
- Jenny – corto Remus – valió, tenemos que planear como atacaremos. Harry ¿Crees que estas preparado?
- Perfectamente, solo quiero que esto pase y que todo se acabe, después cada uno puede seguir con su vida – salio y se dirigió a su habitación, Hermione notaba la mirada de Ron sobre ella, pero se mantuvo en su asiento sin mirarle.
- Cuando todo esto acabe – comenzó – yo voy a seguir junto a él ¿Y tu?
- Ron, no me agotes – contesto ella yéndose también.
- Creo que he perdido a mis dos amigos – dijo en un susurro.
- Más bien creo que se han perdido entre ellos Ron – el pelirrojo solo se encogió de hombros ante la respuesta del licántropo.
La noche había caído, se encontraban ya en sus puestos, preparados para atacar, todo preparado para la batalla final, o eso al menos era lo que pensaban, cada uno de ellos tenía asignada una misión para ir abriéndole camino a Harry hasta Voldemort, la tensión se podía palpar en el ambiente, todos nerviosos y exaltados, cuando Remus dio la señal, todos corrieron hacia la mansión.
Ron corría junto a Harry, entraron en la casa por la parte de atrás y no había resto de nadie dentro.
- Esto me huele mal – susurro Ron – muy mal, ahí algo en el ambiente…
- Se lo que quieres decir, vete hacia el salón, yo me dirigiré hacia el sótano.
- De acuerdo – afirmo su amigo comenzando a caminar – Ron – el aludido se giro – ten cuidado ¿vale? – el otro le guiño un ojo en respuesta.
Se separaron y cada uno fue por su lado, Harry abrió la puerta que llevaba al sótano, comenzó a bajar despacio….intentando no hacer ruido, podía ver una luz al final de las escaleras, bajo pegado a la escalera y cuando llego al final, pudo ver un sofá donde Malfoy estaba sentando contemplando la chimenea que tenía enfrente, a su izquierda, pudo ver un altar donde un cuerpo reposaba, sintió un escalofrió que le recorrió toda la espina dorsal.
- Potter pasa únete a nuestra pequeña reunión – Harry termino de bajar las escaleras y llego junto al rubio al que no dejaba de apuntar con su varita – por fin has llegado.
- Malfoy te voy a detener y mandar a Azkaban.
- Si seguro – rió el otro – y lo piensas hacer tu solito.
- No necesito de nadie más, tú lo sabes.
- Si – afirmo el rubio – no puedo negar que en un duelo lo mas probable es que me vencieras, por eso no estoy solo – Harry sintió una varita contra su espalda – os presentaría, pero creo que ya os conocéis – el moreno miro por encima de su hombro sin poder llegar a creer lo que veían sus ojos.
- Hermione – no podía pensar, no era cierto, ella no podía ser - ¿Qué significa esto?
- Oh vamos Potter que no eres tan tonto – Hermione le arrebato la varita de la mano y la metió en el bolsillo de atrás de su pantalón, mientras el la seguía mirando con la cara desencajada – sabes que significa perfectamente.
- Tu no… no nos puedes traicionar así…
- No lo hago – contesto ella – solo te traiciono a ti, el resto no tiene nada que ver.
- ¿A mí? – esas palabras le dejaron sin aliento.
- Dejemos la charla para otro momento, ahora tengo otros asuntos que atender, necesito tu sangre Potter, y necesito mucha – rió el rubio – bueno en realidad mi señor lo necesita – dijo levantándose y yendo hacia el altar.
- Draco – llamo Hermione – no lo comprendo, no era ese nuestro trato.
- Desde luego que no pequeña Hermi, - la chica miro a la persona que acababa de aparecer – oh me vas a hacer daño con tu varita pequeña Hermi.
- ¿Jenny? – Harry estaba confundido miraba a Hermione junto a él y luego a la otra chica.
- Pobre Potter – comento Malfoy – las dos chicas que lo pretenden y las dos lo traicionan, debe ser muy duro.
- No lo entiendo – susurro Harry sin dejar de mirar a la chica - ¿Por que?
- Porque crees tu, sirvo al señor tenebroso desde que era una niña, soy de sangre pura Harry, no permitiré que gente como ella – dijo señalando a Hermione – entren en nuestro mundo.
- Basta de charlas – grito Malfoy – Potter mi señor debe volver a la vida y lo único que necesita es a ti.
- Draco – grito Hermione – ¿De que hablas?
- Ese es el problema de los Gryffindors que os pensáis que sois muy listos y en realidad sois idiotas – grito el Slytherins – de verdad no os disteis cuenta de que el señor oscuro no aparecía que estaba demasiado escondido, que no entraba en tu mente Potter, idiotas – miro hacia el cuerpo que reposaba en el altar – hace como dos años, se empezó a debilitar y cada vez iba a peor, el me lo contó, me dijo que iba a morir, pero que había una manera de volver a la vida, con tu sangre – indico girándose para mirar al moreno – y eso es lo que he estado planeando durante los últimos años, la manera de volver a mi señor a la vida, fue trabajoso, los mortigafos se extrañaban de no ver a su señor, pero mientras pensaran que seguía vivo, ellos obedecían y todo preparado para este momento. Hermione no pongas esa cara de decepción, fuiste una gran colaboradora, tan ingenua como siempre, pensando que yo te ayudaría en tu pequeña venganza, que inocente fuiste, cuando Jenny me contó que te habías ido de casa, fue como ver la luz, Potter te había echado y tu debías de estar muy enfadada, fue tan sencillo.
- La verdad es que si lo fue – contesto Hermione sonriendo – yo esperaba que fuera mas difícil – ahora era Draco quien la miraba confundido.
- Malfoy los Gryffindors seremos idiotas, pero no tenemos ni comparación con los Slytherins – el rubio miro a su derecha para ver a parecer a Ron, detrás de Jenny pudo ver como Tonks le quitaba la varita y como Harry recuperaba su varita de los pantalones de Hermione.
- ¿Qué demonios? – grito el Slytherin.
- Malfoy no maldigas – le reprendió Hermione con una sonrisa, mientras Ron le quitaba la varita.
- Pareces confundido – le dijo Harry – ¿que te ocurre? ¿Algo no va bien? ¿Qué puede ser…? así ya se, tu plan no salio como lo tenias maquinado…. Que lastima.
- Harry – le regaño Tonks – no te rías del perdedor.
- En serio lo pensabas – apuntó Hermione – que mono, creías que de verdad había traicionado a Harry, que lo había dejado todo por una discusión.
- ¿Cómo...? – pregunto Jenny confundida.
- Veras – comenzó Ron – sabíamos que había un traidor en la orden, pero no conseguíamos descubrir quien era y también estaba la repentina desaparición de Voldemort, que no era solo física, si no que de un día para otro dejo de atormentar a Harry, que dejo de tener pesadillas y su cicatriz dejo de doler, como tu muy bien has dicho Malfoy, así que se nos ocurrió un plan para descubrir todo lo que ocurría de golpe y además acabar con todos los mortigafos de una sola vez, bueno el resto ya lo conocéis, Hermione le hizo creer a Malfoy que sentía un odio terrible hacía Harry y … - fue interrumpido por la caída de un cuerpo por las escaleras, seguido por Remus, el que había caído se levanto y miro furioso a todos.
- Dios mío no esta muerto – grito Hermione – es Trent Nood.
- ¿Qué? – dijo Harry mirando al hombre.
- Me hiciste creer que había matado a un hombre.
- Bueno, al menos en algo te engañe – rió Malfoy.
- Me torture pensando que le había arrebatado la vida a un hombre y era mentira y también fue mentira lo de que tu y yo…
- ¿Tu y el que? – pregunto esta vez Ron – no espera, no lo quiero saber.
- Crees que me rebajaría a tirarme a una sangre sucia como tu – escupió él.
- Por Merlín gracias – suspiro ella – con eso si que no podía vivir.
- Ni yo – confirmo Ron.
La primera noche de libertad, así era como Remus la había denominado después de prender fuego al altar donde reposaban los restos de Voldemort y mandar a los otros tres a Azkaban.
El trío de oro como los habían denominado en sus años en Hogwarts estaban tirados en el sofá de su casa, que a partir de ese día, sería eso nada más su casa, la orden había sido disuelta esa misma noche, después de brindar por la victoria tan añorada y por los caídos hasta ese día a los que nunca podrían olvidar.
Los últimos en irse habían sido Remus y Tonks, el licántropo parecía rejuvenecido, como si hubiera desaparecido ese aire taciturno y solemne que siempre le solían acompañar.
- Me voy a dormir – dijo Ron estirándose en el sofá a todo lo que podía – mañana iré a comer a la madriguera, mis padre están muy felices, ahora Percy, tendrá que venir arrastrándose pidiendo perdón, je, je, je… como lo voy a disfrutar, avisare a los gemelos, seguro que les encantara estar presentes.
- No va a cambiar nunca – rió Hermione – es agotador.
- Hermione – llamo Harry y ella le miro con una sonrisa – todo lo que ha pasado en este último año…
- Ha sido un año duro Harry, pero ya todo termino.
- No – negó el – no todo termino. Yo dije e hice cosas que no debía.
- Creeme si alguien se lleva la palma esa soy yo – rió ella.
- No me siento orgulloso de algunas cosas que …
- Cuando volviste – le corto ella – después de que te fueras y no supiera a donde, me fui a casa de Malfoy y… yo creía… que aquella noche me había acostado con el y cuando llegue a su casa, estaba tan furiosa y tan enfadada contigo, que ni siquiera pensé, me tire sobre él, yo quería que el me hiciera olvidar y …
- Prefiero que no sigas – censuro él – no lo quiero saber.
- No lo hice – se adelanto ella.
- No importa – el se levanto y camino de lado a lado de la habitación.
- Harry perdóname, se que tenía que haber confiado en ti contarte que estaba pasando, pero estaba muy confundida, no soportaba volver a oír esa frase de te quiero, pero aun así lo nuestro no puede ser.
- Mi mayor miedo.
- ¿Qué? – estaba confundida, el se volvió a sentar junto a ella.
- Eso fue una de las cosas que aprendí cuando me fui, descubrí que lo que más quería era lo que mas miedo me daba, irónico ¿verdad? Tenía pánico y ello me cegaba, tenía miedo de que a ti y a Ron os pasara algo, no lo soportaría, si os perdía a vosotros también…
- Harry – ella le acaricio la mejilla.
- Nunca permitiría que os pasara algo y si para ello tenía que renunciar a lo que mas quería, a la persona de la que estaba enamorado, lo haría Hermione – termino mirándola – yo soy tan culpable como tu de lo que paso con Malfoy, yo fui la excusa que necesitaste para ir a sus brazos.
- Supongo que los dos somos culpables… Hemos dicho cosas que no formaban parte de esta mascara.
- ¿Y que haremos a partir de ahora? – pregunto.
- Yo necesito ordenar mis ideas, tiempo, creo que los dos necesitamos tiempo – dijo la chica – para pensar y aclarar nuestros sentimientos ¿Te parece bien?
- Si – afirmo el chico – lo mejor sería que nos fuéramos a dormir.
- Buenas noches Harry – dijo ella al tiempo que le daba un beso en la mejilla y se iba a su dormitorio.
- Buenas noches – susurro mirándola hasta que desapareció de su vista.
Transcurrieron meses y la situación entre ellos no había variado, Ron y Harry pertenecían aun equipo de aurores que él ministerio había creado bajo el mando de Remus al que siempre se le veía muy acaramelado con Tonks, Hermione decidió seguir un camino distinto, entro a trabajar en el ministerio y para desgracia de ella y mas aún para la de Ron, bajo las ordenes de Percy, pero Ron siempre se consolaba pensando que Hermione pronto ascendería y sería la jefa de su hermano y entonces si volvería arrastrándose.
- Un día duro – indagó él viendo como su amiga se dejaba caer sobre el sofá agotada.
- Horrible mas bien diría, Percy me ha tenido todo el día de paseo de un departamento a otro buscando informes, creo que ya conozco el ministerio mejor que nadie allí, tengo los pies molidos – objeto mientras se descalzaba, el la miro un rato, fue hacía el sillón aparto los pies de la chica y después de sentarse los volvió a poner sobre su regazo masajeándolos.
- ¿Qué haces? – pregunto nerviosa.
- ¿No te dolían los pies? – ella parecía haberse quedado sin palabras, afirmo con la cabeza y cerro los ojos de nuevo, disfrutando del masaje, sintió como el le quitaba los calcetines – deberías haber salido en pantalones, hace mucho frío.
- Aquí no hace frío y para ir a trabajar queda mucha mejor la falda – él detuvo sus manos para mirar el rostro de ella que abría sus ojos en ese momento - ¿Qué ocurre pregunto?
- No lo sé, no se lo que esta pasando, ni lo que estamos haciendo.
- Yo tampoco – confirmo ella mientras recogía sus piernas, se ponía de rodillas sobré el sofá y se acercaba despacio a él como si temiera que la fuera a rechazar, acerco su rostro a el despacio, pero el fue mas rápido y acorto pronto la distancia entre ellos, la sujeto por la cintura y la atrajo a él sentándola a horcajadas sobre su cuerpo, mientras la seguía besando, no era ni siquiera consiente de lo que hacía, le quito la chaqueta y la dejo con el jersey, ella parecía no querer quedarse atrás, desabrochaba los botones de su camisa mientras el mordía su cuello, tenía su mano en la nuca de ella y le echaba la cabeza hacía atrás para tener un mejor acceso a él, estaba loco, tenía que estarlo para estar así con ella que acariciaba su torso bajando hasta su ombligo volviendo a subir, pero él necesitaba más quería sentirla más, levanto el jersey y se lo saco por la cabeza, sin recibir ni una sola queja por parte de ella, el miro el busto de ella tapado por su sujetador y mientras una de sus manos se dirigió hacia uno de sus pechos, su boca se encargo de él otro, su nombre salio de sus labios mientras le revolvía el pelo, la beso de nuevo, era como una droga para él y ella estaba tan colaboradora, metió sus manos por su falda hasta abarcar su trasero, y apretándolo la atrajo contra él, moviendo su pelvis contra ella, frotando su sexo contra el de la chica, miro su rostro, tenía los ojos cerrados y se mordía el labio inferior, fue demasiado para él, la levanto de encima suyo, ella le miro sorprendida por la acción, el chico le cogió la mano y se dirigió a su habitación, seguido de ella que no opuso ninguna resistencia, cuando llegaron a la habitación del chico cerro la puerta y la atrapo a ella, volviendo a besarla, se quito su camisa y bajo sus manos hasta la cremallera de la falda de ella que cayo al suelo, el la abrazo por la cintura y la elevo unos centímetros sin dejar de mirarla a los ojos, camino hasta su cama y la dejo a ella allí tumbada, mientras el se quitaba los zapatos y los pantalones, se reclino sobre ella y la volvió a besar de nuevo, paso sus manos por su espalda, le desabrocho el sujetador y se lo quito, jugaba con sus pechos, su lengua iba de uno a otro, bajo su mano acariciando su vientre y la introdujo por dentro de la ropa interior de ella que gimió y le araño la espalda, introdujo un dedo dentro de ella que grito su nombre al aire, el sonrió y la miro mientras seguía moviéndose dentro de ella - ¿Te gusta? – le pregunto con una sonrisa, pero no obtuvo contestación, saco su mano recibiendo un gruñido de protesta por parte de ella, el rió y se puso de rodillas sobre la cama le quito la única ropa que llevaba ella aun puesta y la levanto también, la puso a espaldas a el, aparto su pelo y le beso la espalda, volvió a llevar su mano a su intimidad y ella llevo sus manos a la cabeza de él, mientras el chico le besaba el cuello, se volvió a introducir en ella, pero esta vez con dos dedos, ella reacciono moviéndose al compás que el le imponía mientras sentía en su trasero el miembro erecto de él con su mano libre le acariciaba el pecho y ella cada vez gemía mas alto -¿Si me pides que pare lo haré? – susurro él en su oído, ella negó sin poder articular palabra - ¿No qué? – pregunto él mientras aceleraba los movimientos de su mano- no pares – fue un susurro, casi ni la oyó, pero fue lo que necesito para ir mas rápido aun, cuando sintió que la chica estaba a punto de acabar, saco sus dedos y la giro, ella estaba fuera de si, le besaba mientras se rozaba contra él buscando un mayor contacto, el la reclino y con dificultad se quito sus boxers, le separo las piernas a ella y se coloco en medio de ellas, paso su miembro rozándolo contra el sexo de ella y otro gemido escapo de la boca de la chica que el callo con un beso mientras se introducía en ella, un mueca de dolor apareció en la cara de ella, el se detuvo, pero cuando sintió como ella ponía las manos en su trasero instándole a continuar volvió a embestir de nuevo, ella gritaba su nombre cada vez que el entraba en ella, se movía al mismo compás que él, con un más rápido, susurrado por ella, el aumento el ritmo, hasta que sintió como ella se convulsionaba y el se vino detrás de ella.
Abrio sus ojos cansado, había dormido poco, pero hacía tiempo que no había estado tan a gusto, miro a su lado y unos ojos castaños le miraban insistentemente.
- Hola – dijo ella algo avergonzada.
- Buenos días – contesto él besandole la nariz - ¿Dormiste bien?
- Si – sonrio – lo poco que he dormido lo he hecho muy bien. Supongo… que es el momento de hablar.
- ¿De que quieres hablar?
- ¿De que crees tu? – pregunto ella algo molesta – del tiempo, si te parece.
- No te enfades – susurro – hemos esperado esto por años, al menos yo y ahora estas aquí junto a mí, es lo único que me importa.
- ¿Estamos juntos? – pregunto ella sonriendo.
- Si lo estamos – contesto el riendo.
- Asi que se acabo eso de Te quiero pero no po… - el la corto con un beso.
- Te quiero Hermione y te quiero junto a mi para siempre.
Fin.
