Nerima 9:00 am

Esa mañana, ryoga se dirigía a la facultad de Ciencias. Al llegar se encontró con Keitaro, su amigo y maestro, hacía ya tres años que se conocían cuando ryoga llegó por vez primera a la universidad para el proceso de inscripción.

Keitaro: Al fin llegas, que te demoró? Volviste a perderte? –soltando una leve carcajada al recordar el antiguo defecto del "chico perdido"

Ryoga: Muy gracioso-respondiéndole con una sonrisa- sabes muy bien que eso terminó y se quedó en el pasado gracias a ti y a la implacable de tu novia.

Keitaro: Ni tu te salvaste del carácter de Naru eh?

Ryoga: eso parece, pero gracias a ella por fin pude terminar con el dilema de mi falta de orientación.

Keitaro y Ryoga se encaminaron hacia el laboratorio de ciencias humanas. Caminaron por el pasillo mientras keitaro saludaba de vez en cuando a sus algunos de sus alumnos que por allí transitaban. Ryoga notó entonces a una joven de cabello castaño, que se le hacía muy familiar, de pronto la joven se le acercó.

Ukyo: Hola ryoga, sabía que te encontraría aquí –esbozo una gran sonrisa e hizo entrega de un paquete envuelto en un paño azul.

Ryoga: Esto es ...-Recibiendo el paquete-

Ukyo:-Cerrando los ojos en una gran sonrisa- Saliste demasiado a prisa que se te olvidó tu almuerzo.

Ryoga: Sonrojándose levemente –Oh gracias, eres muy amable

Keitaro: Oh ukyo, mucho gusto, hace días que no te veía por aquí –saludándola de mano

Ukyo:-correspondiendo el saludo- Hola maestro Keitaro, como le va?

Keitaro: Muy bien, no me puedo quejar, por cierto, naru se despertó muy temprano y se dirigió hacia acá, la has visto?

Ukyo: Precisamente le pedí permiso para venir a darle su almuerzo a ryoga, cielos! Miren la hora que és, yo me voy, los veo luego, por que si me retraso ya saben como se pondrá naru –sonrío pícaramente y despidiéndose de ellos.

Ukyo se hacercó a Ryoga y le dio un beso en la mejilla, éste se sonrojó aun mas

Ukyo-notando la reacción de ryoga- Te veré en la tarde, no llegues muy noche por que tienes que ayudarme con el negocio –le guiña un ojo-

Ryoga: -muy sonrojado- no te...no te preocupes! Prometo llegar a tiempo- sonriéndole

Ukyo: Entonces así quedamos, yo me voy, nos vemos! – ukyo se alejó corriendo por el pasillo dejando a keitaro y ryoga

Keitaro: -limpiando sus lentes- me hubiese gustado que naru en un principio fuese asi conmigo –suspiro-

Ryoga: eh? A qué te refieres?

Keitaro: Mi inocente amigo, no me digas que no te has dado cuenta –volviendo a ponerse los lentes- el que ella se molestara para venir a darte el almuerzo no es pura coincidencia, además me dijiste que ella fue la que te invito a vivir en su casa cuando no tenías sitio a donde ir- riendo levemente- al parecer le interesas

Ryoga: EH QUE ESTAS DICIENDO!- te equivocas, entre nosotros solo hay amistad – trataba de ocultar su rostro bien sonrojado-

Keitaro: jaja, tu actitud dice lo contrario, bueno no hablemos mas del asunto, necesito hablar contigo –keitaro abrió la puerta del laboratorio y ryoga entró con el, después cerró la puerta con seguro asegurándose de que nadie los interrumpiera.

No muy lejos de ahí,en la facultad vecina...

Naru: Hola? Si? Ella habla...mmm. entiendo –naru vio su reloj y continuó su charla- debe haber llegado hace una hora, de todas formas ya envié por el.

Al otro lado de la línea...

Misato: Te lo encargo mucho, es nuestro mejor agente, y fue una verdadera suerte que fueras profesora de uno de los implicados. Tengo entendido que tu esposo es profesor de la otra persona.

Naru: Así es, mucho antes de que comenzara esto keitaro se hizo amigo de él, poco nos imaginábamos que tendríamos mucho que ver en este asunto.

Misato: Por lo pronto necesito que los mantengan vigilados y me informen todo lo que ocurra, así nos harán mas fácil la tarea, Van llevó consigo el diario de uno de los desaparecidos, estoy segura que cuando el implicado lo reconozca, no dudará en cooperar con nosotros.

Justo en ese momento una persona entró al salón de clases y saludó

Ukyo: BUENOS DIAS! –se acercó a naru sonriendo-

Naru: ehh? Muy Buenos días, -volviendo su atención al telefono- tengo que dejarte, una de mis alumnas acaba de llegar...esta bien...entiendo... si a las ocho esta bien, nos vemos...bye...

Ukyo: Algún negocio pendiente? – ukyo acomodaba sus cosas sobre su escritorio y alistaba sus libros para la clase

Naru: Algo sin importancia no te preocupes –le sonrió- y bien? Encontraste a tu amigo?

Ukyo:Sí, por cierto, estaba con keitaro –recordando el incidente, sonrío –

Naru: Al parecer hay algo entre ustedes o no? –arqueando una ceja con una mirada algo seria

Ukyo: voltéo hacia la ventana al notar la mirada de su amiga y maestra- no no, solo somos amigos –intentaba justificarse y ocultar el leve rubor en sus mejillas-

Naru: ah si? –Se hacercó a ukyo, para sorpresa de ésta, lentamente tomó el rostro de la joven y la miró a sus bellos ojos azul turquesa- tu mirada y rostro dicen otra cosa

Ukyo: Muy sonrojada- ehh? Tu crees? Bueno bueno-golpeando levemente la mesa- hemos venido a hablar de nuestra vida amorosa o hemos venido a trabajar?

Naru: sonrió levemente , cerro los ojos y dio un leve suspiro- está bien, pero si necesitas hablar sabes que puedes contar conmigo –Tomando firmemente las manos de ukyo-

Ukyo: Si, gracias, ten por seguro que acudiré a ti –sonrío cerrando los ojos –

La relación entre Ukyo y Naru era mas que de maestra y alumna. Naru se veía reflejada de alguna manera en ukyo, ya que ella le recordaba mucho sus días en la universidad como alumna. Ukyo por otra parte veía a naru como la hermana mayor que nunca tuvo, por lo cual sentía gran admiración por ella.

Ese día, pasó como muchos otros, llenos de tareas y asignaciones. Al final de las labores, Ryoga fue a buscar a Ukyo a su división como tenía por costumbre. Todavía no caía la noche y ambos sabían que la tarde de trabajo estaba por comenzar y que tendrían que atender el negocio de los okonomiyakis, el cual les servía de medio de manutención, mientras concluían sus estudios.

La tarde se nubló levemente y una leve lluvia amenazaba por caer en la ciudad. Ambos se apresuraban para llegar a casa, procurando llegar antes que la lluvia. Esa tarde conocerían a tres personas que les cambiarían la vida por completo...