Bueno. Si las cosas en el colegio se pintaron buenas en el Nekohatten el destino pareció desquitarse.
De entrada la abuela le riño por llegar tarde y al correr a cambiarse casi se tropieza con Shampoo, una apresurada disculpa y antes de llegar a su habitación fue lanzado por la ventana cortesía de un bombori volador que le dio de lleno en la cabeza, con tan mala suerte que aterrizo (o mas bien acuatizo) en un barril que tenia agua de lluvia. El pato entro de nuevo, una pasada relámpago por el baño y Mousse bajo ya vestido para servir las mesas.
La pequeña amazona no le dirigía la palabra, por lo general disparaba algunos términos casi amables (Tu idiota atiende esta o esta otra mesa y lindezas así) pero la chica permanecía en un hosco y agresivo silencio, los platos de ramen salina despedidos de la cocina ya con la intención de golpearlo, un par de veces casi dan contra algún sorprendido cliente, el chico cegato tenia que hacer malabares para no acabar en líos, fue Cologne la que dio por terminado el ataque de "los ramens asesinos" cuando mando a la chica a atender mesas. Aunque eso no mejoro mucho la situación, el pasar cerca de ella era arriesgarse a recibir un golpe con la bandeja o una patada mal disimulada en el trasero y el mantenerse atendiendo las mesas del otro lado del restaurante tampoco servia, varias veces fue golpeado por un cenicero de cristal o un salero, un florero casi da en el blanco cuando Cologne los manda llamar a la cocina.
-(¿Qué rayos esta pasando aquí?) –Demando saber Cologne hablando en chino- (esto es un restaurante no un campo de batalla así que explíquenme ahora... ¡Mou Tsu!)
-(Le juro que no tengo idea respetable Kou lon) –Mousse estaba algo asustado- (Si fue por llegar tarde pido una disculpa honesta juro que no volverá a suceder)
La anciana dirigió su atención a la chica de pelo azul que solo se cruzo de brazos y resoplo enfadada.
-(Si tienes algo de que quejarte sobre el señor "media jornada" es un buen momento bisnieta) –Cologne espero pero Shampoo no dijo nada- (No quiero líos, si escucho a cualquier cliente quejarse de algo yo me encargare de los dos) –Shampoo pareció indignada pero una severa mirada de la anciana la hizo callar- (Dije de los dos ahora a terminar el día)
Antes de salir la muchacha logro conectar un caderazo al desprevenido Mousse que lo lanzo a una mesa, un sonido de cristales rotos y después el dolido graznar de un pato le dijeron a Cologne que Mousse había roto un florero.
Shampoo ahora lavaba los platos sucios, con guantes de goma para evitar una innecesaria transformación, escuchaba a Mousse cantar las ordenes de comida y a la abuela despachar con la misma rapidez.
En ese lapso de soledad nuevamente aquella vocecita interior le preguntaba: "¿por qué estas enfadada" Porque Mousse es un idiota por eso "pero el no te hizo nada a ti eso es cierto" Trata de molestarme coqueteando con otras chicas. "Y ha pegado de lleno ¿Verdad chica?"
-¿Pasa algo malo Shampoo? –La abuela se asomo al fregadero al escuchar un ruido muy fuerte.
-Nada abuela –Contesto la muchacha sin voltearse- Se me resbalo una cazuela eso es todo.
Cologne miro una vez mas la espalda de la amazona, no había nada de extraño o por lo menos eso parecía.
-No me importa, no me importa, no me importa... –Shampo repitió eso una y otra vez como si fuera un mantra, las manos le temblaban de coraje.
Llego la noche y todo parecía mas tranquilo, la chica salía del baño vestida ya con una larga pijama de algodón y el cabello envuelto en una toalla, antes de pasar a su habitación se detuvo un instante en la puerta entreabierta de el cuarto de Mousse. Se asomo y descubrió que el muchacho estaba sentado en su cama leyendo un libro y haciendo unos apuntes en una libreta, la mirada de ella fue insistente al grado que el levanto la vista. Por un instante ella deseo darse la vuelta pero abrió la puerta del todo y entro a la habitación, con paso menudo llego hasta el y se sentó en la cama a su lado, Mousse estaba colorado y el corazón estaba saltándole como loco en el pecho. No hubo palabras en un rato los dos sentados en la misma cama y sin embargo muy alejados uno del otro.
-¿Mucha tarea?... –La voz de Shampoo era queda casi como una disculpa.
-A- Algo... –Mousse por fin encontró su voz- Matemáticas mas que nada... Demasiados números... Tu sabes...
-Hai... ¿Buenos amigos en escuela?
-Akane-san... Y Ukio-san... Y esteee... Tu sabes el tal Ranma...
La chica asintió con la cabeza, paso un rato mas de silencio y ella finalmente se levanto y salió de la habitación, las miradas de los dos se cruzaron y por un breve instante Mousse creyó leer algo en los ojos de ella pero fue algo muy efímero.
-Buenas noches Mou Tsu.
-Buenas noches Xiang Po
Mousse se mantuvo un momento mas viendo la puerta, como esperando que ella regresara pero sabia que no lo iba a hacer, cerro su libro, ya no tenia cabeza para leer o para pensar en cualquier cosa, se dejo caer en la cama y después de poner sus lentes en la mesa de noche se cubrió la cara con su almohada tratando de mitigar de alguna manera el perfume de ella que aun flotaba en el ambiente, lo embriagaba, lo asfixiaba. Aquella noche soñó con los verdes prados y las altas montañas que rodeaban su aldea.
En la mañana el chico no vio a Shampoo en el desayuno, la abuela masticaba silenciosa su comida y sin otra palabra le tendió su caja del almuerzo, se alejo del café sintiéndose mas deprimido que otros días.
-Ohaiyo Mousse sempai –Una alegre voz femenina lo saco de ensimismamiento, era la chica llamada Mio.
-¿Eh?... A Mio-san ¿Qué tal?
-Esta usted muy serio hoy Sempai –La chica comenzó a caminar a su lado- ¿Qué pensamientos lo absorben tanto?
Mousse levanto la vista y acomodándose los lentes miro a la chica detenidamente. Era algo mas baja que el tenia el pelo ligeramente ensortijado con una diadema despejando su frente, sus ojos eran cafés con un ligero tono violeta y largas pestañas. Se dio cuenta que no le había prestado mucha atención el primer día. La chica al sentirse tan observada se sonrojó y desvió la mirada para disimular su nerviosismo.
-¿Ti... Tiene la tarea terminada Sempai? –Mio hablo con unligero hipo que sin querer hizo sonreír al muchacho.
-Claro no era tan difícil –Mousse fijo su vista en el camino mientras comenzaba a pensar en el hecho de que ella lo estuviera esperando. Podría ser ciego pero no estúpido, bueno no tan estúpido. Sintió una ligera angustia al imaginarse los sentimientos de ella e inevitablemente pensando en los suyos- Mio-san –Dijo al fin, ella dio un pequeño brinco de sorpresa- Quisiera preguntarle algo un poco personal si no le molesta...
Ella asintió con la cabeza, sus mejillas rojas, el solo tomo aire.
-¿Usted tiene novio?
Ella lo miro con una radiante sonrisa de esperanza que se apago al darse cuenta que la pregunta era solo curiosidad, sin ninguna otra intención.
-No... En realidad no... es decir... –Ella lo miro de nuevo- ¿Usted tiene novia Mousse sempai?
La pregunta que el esperaba que ella hiciera. De cualquier forma no iba a ser fácil.
-Amo a alguien –Dijo muy serio- Y espero con todo mi corazón que esta persona lo note y me corresponda, lucho todos los días por ello.
Silencio. Era como un manto frío e incomodo que parecía pegarse a ellos como una telaraña, ella comenzó a caminar mas aprisa, Mousse solo disminuyó su marcha un poco.
-Acabo de recordar que mis amigas me están esperando mas adelante –Mio comenzó a caminar mas aprisa alejándose de el, la voz de la chica se oía quebrada como si estuviera a punto de llorar- ¡Nos vemos en clases sempai!
Ella desapareció al doblar la esquina sin esperar respuesta, el se quitó los lentes y con los dedos se apretó el puente de la nariz, a veces aquellas cosas parecían pesar una tonelada. Una figura se situó a su lado, Mousse se sorprendió y colocándose los lentes de nuevo vio a Ukio caminar junto a el, se quito sus gafas nuevamente y los dos caminaron en silencio un rato mas, el finalmente suspiro y levanto la vista al cielo.
-Supongo que escuchaste ¿Verdad? –Un silencio que el tomó como una afirmación- Menudo pedazo de idiota que soy ¿Verdad Ukio-san?
-Fuiste honesto y directo con ella –La voz de Ukio se oía seria- fue algo cruel desilusionarla así pero creo que hubiera sido peor que le dieras otras ideas corazón... Quizás algunas personas deberían de hacer lo mismo –Esas ultimas palabras las menciono casi en un susurro.
-A lo mejor lo hacen... –La mente de Mousse se convirtió en un torbellino de ideas- pero quizás estamos ciegos y no queremos ver.
-Me pregunto si habrá lentes para el alma.
Llegaron a la escuela y ella corrió al encuentro de Akane y Ranma que venían llegando también, Mousse sintió que Ukio lo hacia mas que nada por alejarse de el y en ese momento no la culpo, el mismo deseaba alejarse, aislarse de si mismo, tenia un extraño humor ese día, era algo frío y desagradable, como un invierno prematuro para el corazón.
Llego la hora del almuerzo y esta vez el estaba solo en su lugar, Mio y sus amigas le habían esquivado durante el día y el no tenia intenciones de buscarla, no veía necesidad de hacerlo. Akane se había reunido con sus amigas en la cafetería y no había señales de Ranma por alrededor. El apenas probaba su comida cuando sintio que le daban un ligero golpe en la cabeza.
-¡Tienes la guardia baja corazón! –Ukio lanzo una cantarina risita y se sentó frente a el- ¿Qué clase de artemarcialista eres?
-¿No deberías de estar rindiéndole pleitesías a tu adorado Ranma? –Mousse apretó los labios de inmediato arrepintiéndose de esa actitud, después de todo ella no le estaba haciendo nada.
-Disculpa no quería molestarte –La voz de Ukio denotaba incomodidad, se levanto de inmediato pero el la sujeto de la mano impidiendo que se fuera.
-Perdóname –Con suavidad hizo que ella se sentara de nuevo en el pasto- me estoy portando como un imbecil no quería ofenderte.
-¿Estas así por lo que le dijiste a Mio? –Preguntó ella.
-A lo mejor... Por ella y por lo que dijiste tu.
-¿Qué dije?
-La matriarca me dijo hace unos días que también era ciego de espíritu y tu dijiste si no habría lentes para el alma... Me hace pensar en muchas cosas.
Ukio sonrió un poco apenada al notar que el no le había soltado la mano, lo miró a los ojos y pudo notar un conflicto, ella conocía esa sensación, casi nunca hablaba con el muchacho, casi no lo había tratado en el pasado pero en ese momento sintió que lo conocía también como ella misma.
-Si sabes de una óptica donde vendan esos lentes avísame ¿Quieres? Creo que yo también neces...
la chica no acabo la frase, un sonido de algo descendiendo del cielo les aviso, seguido de la inconfundible sensación de peligro. Algo cayo pesadamente en el lugar donde momentos antes habían estado. El artemarcialista retador de la semana hizo un cráter en el prado después de que Ranma le demostrara que no se jugaba con un Saotome. Mousse había tomado a Ukio por la cintura y la cubrió con su cuerpo en un intento de protegerla, estaban recargados en un árbol el con su brazos a su alrededor ella con las manos sobre el pecho de el, sus rostros quedaron muy cerca, ella se ruborizo pero en ese momento no se movió, solo atino a ver fijamente los ojos de el que parecían asustados. El respiraba pesadamente y después comenzó a notar la bastante comprometedora posición en la que habían quedado, algo confundido la soltó y se llevo las manos a la espalda, ella permaneció recargada en el árbol tratando de ordenar sus ideas, la campana de el colegio sonó y ambos jamás se sintieron tan aliviados de oír ese sonido, sin mediar palabra regresaron al colegio pasando deliberadamente encima del tipo que aun trataba de entender que había pasado.
Notas del Autor:
Saludos desde mi pequeño planeta en algún lugar del Anime. Bueno este es el tercer capitulo de un proyecto que nació al mismo tiempo que el fic de "Un romance para Nabiki" mas que nada para hacerle un poco de justicia a esos personajes secundarios que a veces a mi parecer pudieran ofrecer algo mas. Y además como parte de una serie de fics enlazados que había mencionado en el anterior.
Espero que sigan leyendo la historia y en vista de que no puedo contestar los reviews (leyes injustas del FF ¬¬) agradezco en genaral las opiniones emitidas para esta historia.
Desde mi pequeño planeta en algún lugar del anime.
El gran Kaiosama