CAPITULO 10: "Ya no podemos ser amigos"

Mousse revisó una vez mas su reloj de pulsera: nueve con tres minutos, lo que significaba que el tiempo había avanzado tres minutos mas en relación a la ultima vez que había visto la hora (Hacía tres minutos)

-No va a venir –Murmuró mientras caminaba en círculos frente al la entrada del "Tomcat Café"- La presione mucho, se enojo conmigo y mañana me dará con la espátula por andar proponiéndole cosas raras –Se llevo las manos a la cabeza- ¡Aaaarrghh! De veraz que soy un idiota.

-¿A quien le estas gritando Mousse?

-¡Ukio que bueno que viniste! Estoo estas mas delgada... Y el verde te sienta muy bien.

-Eso es porque le estas hablando a la farola tarado estoy detrás de ti.

Momento de vergüenza, el chico se puso los lentes en la cara (Donde el idiota se supone que debe de traerlos todo el tiempo) y volteo para sonreírle de una manera mas bien boba a Ukio.

La chica se había puesto una falda azul claro, una blusa blanca y un suéter sobre los hombros, no llevo su espátula, se había sujetado el pelo con el listón que el le regalara, un maquillaje discreto y algo de perfume. Se sentía incomoda, jamás se había arreglado tan femenina y sin embargo ella sentía que debía de hacerlo para aquella ocasión. Mousse tenia la quijada en el piso y no hablaba . Ella se empezó a incomodar mas todavía.

-E... Estas hermosa –Mousse encontró su voz- Siempre pensé que eras bonita... Pero en este momento... ¡Vaya!

Ukio mas roja no podía estar. Mousse se acerco a ella y con un gesto teatral saco de quien sabe donde un discreto ramo de rosas.

-Feliz cumpleaños de nuevo Ukio chan.

En la acera de enfrente y escondida entre un poste de luz y un buzón de correos estaba Shampoo observando la escena, temblaba y no entendía porque, apretaba uno de sus bomboris tanto que sintió que el mango se incrustaba en su mano. Finalmente vio que Mousse ofrecía gentil el brazo a ella y los dos entraban al café. Se levantó y sin pensarlo dio un golpe tan fuerte al buzón que este se compacto como una lata de gaseosa.

-(Imbecil) –Murmuro sin apartar la vista del local- (Idiota, retrasado mental, estúpido... No tengo porque soportar esto) –Se dio la vuelta y comenzó a caminar de regreso a el Nekohatten pero se detuvo, miro de nuevo el "Tomcat" y se dirigió a el.

Mientras el compactado Buzón lanzo un largo gemido de dolor y comenzó a arrastrarse mientras murmuraba algo de ponerle refuerzos a su disfraz.

El "Tomcat" Café era un local mediano, pensado en un estilo personal estaba siempre a media luz y las mesas tenían velas aromáticas en sus centros. Era un lugar de aspecto acogedor, perfecto para una cita romántica o simple y sencillamente para pasar un rato en paz.

-¡Mousse san Ukio san! –Un sonriente mesero se aproximo a los dos sorprendidos chicos- ¡Mis dos clientes favoritos! –Les lanzo una mirada picara- Con que juntos... Entonces no les daré sus mesas, vengan tengo una para dos en un sitio perrrfecto.

Lo acompañaron hasta una mesa donde gentilmente ayudo a sentarse a Ukio y después encendió una vela de color rosa que despidió un muy discreto aroma a rosas.

-No, no me digan –El mesero interrumpió antes de que ellos hablaran- Un moka espumoso con jarabe de vainilla y un latte con leche condensada y tres de azúcar –Los dos chicos asintieron- Y su encargo ¿Verdad señor Mousse? –El mesero le guiño un ojo y se alejo rápidamente de ahí.

-¿Vienes seguido aquí? –Ukio estaba bastante sorprendida.

-Casi diario –Contestó Mousse- Por lo general me siento ahí –Señaló una mesa en una esquina del lugar.

-Yo también –Ukio ladeó la cabeza pensativa- Me siento allá-Señalo una mesa en el extremo opuesto.

El chico pensó entonces lo curioso que era el destino. "Suelten dos barcos a la deriva en el vasto océano y terminaran encontrándose" Había leído esa frase en algún lugar pero no podía recordar en donde. Miró a su compañera de mesa y sonrió. En verdad se veía bonita.

-¿Pasa algo Mousse? –Ella desvió la mirada y se acomodo un mechón de cabello.

-No nada en realidad –Rayos ahora el se empezaba a sentir incomodo.

-Los cafés están tardando –Ukio pensaba en alguna idea para continuar la platica, esos silencios tan largos entre ellos no le gustaban.

De repente empezó a escuchar que un grupo de personas cantaban "Happy birthday" con el peor acento posible y a mas de desafinados, divertida miró de donde venían tales alaridos y vio a varios meseros que se acercaban a ellos con un pastel pequeño y con una vela de colores encendida. Lo pusieron en la mesa y la chica soplo la vela, los meseros y Mousse aplaudieron y después se retiraron discretamente dejando solos a los muchachos.

-Fue un detalle muy lindo. –Ukio sonrió emocionada

Mousse no contesto, quería pero no podía se sentía magnetizado con la sonrisa de ella.

-¿y...? –Mousse hizo un esfuerzo para hablar- ¿Qué te pareció la película que pasaron el otro día del maestro Lee?

-Esteeeee... La verdad No me acuerdo... ¿Cuál era el titulo?

Mousse frunció el ceño.

-Ahora que lo mencionas yo tampoco me acuerdo.

Ambos estallaron en carcajadas, ella lo tomó de la mano en un intento de controlarse y el entrelazó sus dedos con los de ella; sin notar que eran espiados por alguien sentado en un extremo del local.

Después de un momento comenzaron a platicar de muchas cosas y de nada. Del clima tan extraño de Nerima, de los compañeros, de la ultima locura de Ranma (Aquí podemos ver al chico de la trenza sufrir un ataque de estornudos en su casa) Y finalmente ya con medio pastel terminado y una segunda taza de café Mousse hablaba un poco sobre el mientras Ukio no le apartaba la vista.

-Mi abuelo Zin Tsu no estaba del todo contento con que mi padre se casara con una Wai lo (extranjera) pero al nacer yo cambio un poco, algo mas tolerante... Claro que después notaron que yo estaba mas ciego que un topo.

-¿Fue genético? –Preguntó Ukio mientras sorbía despacio su taza.

-Un accidente –De pronto Mousse se puso muy serio- Algo paso cuando nací... Se complicó el parto y eso causo mi mala visión... Mi mamá enfermo después de eso y murió

-¡Mousse! –A Ukio se le atragantó el café- Corazón discúlpame no quería que...

-No, no te preocupes –Mousse se esforzó en verse tranquilo- Es historia vieja, además lo único se de ella fue lo que me contaba mi abuelo.

-Pero... ¿Y tu papá?

-El no pudo soportar la perdida. Un día simple y sencillamente se dio la vuelta y se fue. Jamás volvimos a saber de el. Mi abuelo no podía cuidarme solo así que me llevo a la aldea amazona. La matriarca aceptó quedarse conmigo y ahí comencé mi nueva vida y conocí a Shampoo.

Se hizo un silencio mientras ellos bebían de nuevo. Mousse sintió extraño hablar a la ligera de shampoo después de ser su obsesión amorosa por casi toda su vida. "Obsesión" Mousse se repitió mentalmente "Esa es la palabra, la perseguí como loco a sabiendas de que nunca me miraría como novio... En verdad estoy ciego"

-Mi papá –La voz de Ukio lo sacó de sus pensamientos- Realmente estaba muy enfadado cuando Genma Saotome desapareció con el carrito que supuestamente era mi dote. El fue quién empezó a entrenarme en el arte de la pelea de comida de estilo libre... Después me contagió su ardor. Yo me obsesione por ser la mejor y poder romperle la crisma a Ranchan –Rio un poco y después suspiro- Las otras niñas del pueblo se reían de mi y me llamaban "machota" por que solo me entrenaba... Entonces fue que empecé a vestirme como hombre; tenía como diez años cuando un retrasado mental que no podía tener novia me empezó a acosar como loco. Mi Kuno Tatewaki personal –Ukio rió al decir la ultima frase.

-¿El tal Tsubasa? –Preguntó Mousse.

-Sip –Continuo Ukio- Jamás he podido entender su terquedad. Hasta me provoca escalofríos. Además en esos días solo me obsesionaba mi venganza...

-¿Y ahora sigues obsesionada? –Preguntó el chico

-No en realidad ahora ya no... Es raro. Pero ya no tengo odio ni nada... Me siento un poco vacía.

-Creo que puedo entenderte –Mousse hizo una seña pidiendo la cuenta- De alguna forma nos parecemos mucho. Los dos hemos seguido a las personas mas tercas y raras del mundo... Y la verdad con muy pocas posibilidades.

-Tercas y raras –Ukio sonrió con tristeza- Que manera mas suave de describirlos.

Mousse pagó la cuenta y un eficiente mesero guardo el reto del pastel en una cajita. Los chicos salieron caminando tomados de la mano, era un gesto inconsciente, ninguno de los dos lo notó pero el mesero que los había atendido sonrió bastante divertido.

-Un amor en flor –Dijo suspirando- Es tan agradable ver algo así.

Un ruido brusco le llamó la atención. La chica de las ropas chinas que se había sentado en una mesa del rincón se levantó de golpe; tenia la vista fija en la salida y los ojos llorosos, un aura amenazante la envolvía , el se acercó con cautela, sabia lo que un arte marcialista furioso podía hacer, pero la verdad no entendía que tenia tan molesta a la muchacha.

-¿De... Desea algo mas la señorita?

Shampoo no contestó, se limito a arrojar unas monedas a la mesa y salir de ahí. No quería hablar porque sentía que si lo hacia iba a romper en llanto. Y no había ninguna razón para hacerlo, no tenia ninguna razón para llorar.

Mientras Mousse y Ukio caminaban sin ninguna prisa por las lindes del parque ahora sumidos en sus propias reflexiones. El chico aspiraba el aroma del perfume de ella y se preguntaba cuantas veces había soñado con tener un momento así con Shampoo, negó con la cabeza, quizá ya era el momento de dejar esos sentimientos atrás; las señales eran buenas, miró de nuevo a su acompañante y se sonrojó, ella no le había soltado la mano y caminaba cerca de el, sin pensarlo mucho le soltó la mano y la abrazó por los hombros, la chica se estremeció pero no dijo nada y siguieron caminando.

Ukio caminaba con la vista fija en el piso pensando en todas las cosas que le habían pasado en esa semana y la manera en que Mousse se estaba metiendo en su vida. Al sentir que el la abrazaba dio un saltó involuntario pero no le desagrado, se sentía protegida, en paz.

-Es el mejor cumpleaños que he tenido en mucho tiempo –Dijo ocultando su cara un poco con el cabello.

El chico se detuvo, ella lo miro extrañada y al mismo tiempo ansiosa, el parecía muy nervioso, se rasco la cabeza y miro a un lado, metió las manos en su túnica y abrió la boca para decir algo pero la cerró de inmediato, ella se estaba poniendo mas nerviosa a cada instante ya que presentía lo que el chico le quería decir.

-Ukio chan yo... –El trató de hablar pero entonces ella le puso una mano en el pecho y calló, podía ver algo de miedo en los ojos de la chica.

-Mousse por favor –Dijo Ukio muy nerviosa- Lo que me vayas a decir piénsalo... Yo... Yo no quisiera arruinar nuestra amistad...

-Yo tampoco quiero –El muchacho la tomó de la mano y la acerco mas a el- Pero... Creo que ya no podemos ser simplemente amigos...

Mousse pasó una mano por la cintura de ella y la acercó aun mas, si iba a haber un golpe que fuera por algo que valiera la pena, bajo su rostro buscando el de ella, la chica lucía aterrada pero no se movía, poco antes de cerrar los ojos notó que ella también los cerraba entregándose a lo inevitable.

"¡Ay Kamisama, me va a besar, me va a besar, me va a besar...!" Ella quería correr, golpearlo, hacer algo, pero su cuerpo no respondía, entonces al verlo tan cerca cerró los ojos y contuvo la respiración; sintió los labios de el rozar los suyos suavemente, como explorando, después vino el beso en regla, ella inconscientemente entreabrió un poco la boca y dejo que el apretara un poco mas su boca contra ella.

Se separaron. Solo en ese instante se dieron cuenta que aun estaban reteniendo la respiración, suspiraron tratando de tomar aire. El la tomo de la cintura y la atrajo de nuevo, ella se recargo en el pecho de el ocultando su rostro.

-Creo que esto acaba de dar al traste con nuestra amistad... –Murmuro Ukio.

-Creo que si –Respondió Mousse poniendo su cara sobre la cabeza de ella y aspirando el perfume de su pelo.

-¿Y ahora que se supone que vamos a hacer? –Preguntó la chica acomodándose mejor en los brazos de el.

-Ni la mas remota idea –Mousse estaba maravillado de lo perfecto que ella encajaba en sus brazos- Me supongo que tendremos que ir improvisando...

-Es tarde –Dijo Ukio renuente a abandonar aquella posición- Mañana hay que presentar tarea.

-¿Estas cómoda con todo esto? –Preguntó el un poco temeroso.

Ukio no respondió, se apretó mas a el y duraron así un rato.

-Prométeme... –Dijo ella finalmente- Prométeme que no me vas a lastimar... Por favor

-Lo prometo –Dijo el acariciando el cabello de ella-Nunca haré nada que te haga daño.

Finalmente ella lo soltó y se retiro un poco para verlo a los ojos, la mirada de la chica brillaba con una chispa de alegría que nunca había estado ahí.

-¿Me llevas a casa... Mu chan?

El sonrió como pocas veces.

-Cla... Claro... Ucchan.

Y tomados del brazo se alejaron con paso tranquilo.

Ella lo había visto todo. Todo

Saltó del árbol donde se había escondido sintiendo que temblaba, le dolía el pecho y la ira le golpeaba en fuertes oleadas, sintió algo en su cara y con un movimiento brusco se limpió, no iba a llorar, no les iba a dar ese gusto a ninguno de los dos. Una repentina punzada en la cabeza la hizo bajar el rostro al piso. Simple y sencillamente no iba a dejar que las lagrimas salieran, entonces lanzó con fuerza uno de sus bomboris a un buzón cercano, este cayó con el impacto, ella fue por su arma y pateó el inerte objeto. De nuevo sintió esa punzada en la cabeza, tomó el buzon y descargo su ira contra el.

Pateo.

Doblo.

Estrujo.

Golpeo.

Y finalmente con un gritó ahogado arrojo el pedazo de metal retorcido a unos arbustos.

-(no se van a burlar de mi) –Dijo mientras se alejaba con paso vacilante- (Yo no dejare que se rían de mi, me encargare de ellos, ya verán, me van a conocer... Estúpido Mousse. Yo... Yo te enseñare... Ya verás)

Ella se perdió de vista y el parque regresó a su silencio habitual. Hasta que algo comenzó a sollozar y de unos arbustos salió una maltrecha y muy golpeada chica arrastrando los restos de un buzón.

Tsubasa Kurenai estaba mas dolido por lo que había visto que por los golpes recibidos, aquello era el golpe mas bajo que su dignidad podía soportar. No iba a permitir que un asqueroso extranjero le robara al amor de su vida, de ninguna manera. Por primera vez la idea de matar a alguien se hizo algo sólido en la mente del chico. Un plan comenzó a formarse nacido del odio y de los celos.

Y lo aterrador era que en verdad parecía que podía resultar.


NOTAS DEL AUTOR:

Tuve que tomarme algo de tiempo para este capitulo por muchas razones. Las cuales no les diré para no arruinar la sorpresa del siguiente capitulo.

Desde mi pequeño planeta en algún lugar del anime.

El Gran Kaiosama