Mousse no sabía que le dolía mas. Si la cortada en su costado o la cabeza que en ese momento le retumbaba como si estuviera dentro de un tambor. Algo muy frío se puso en su frente y la molestia se mitigó un poco. Hizo un esfuerzo por abrir los ojos y se encontró tendido boca arriba en el piso de su cuarto. Junto a el Cologne sujetaba un paño húmedo en su frente.
-(No te esfuerces) –Te encontré inconsciente hace rato.
-(Tengo que levantarme matriarca) –Hizo el intento pero las piernas no le respondían.
-(Te bloquee los nervios) –Dijo la anciana mostrándole dos largos y arrugados dedos- (Sabia que ibas a tratar de hacer una tontería como esa. Si me prometes tranquilizarte te dejare levantarte)
La matriarca aplicó entonces sus dedos en una rodilla de Mousse y el sintió un cosquilleo, las piernas le reaccionaron y se pudo sentar. La cabeza aun le retumbaba y recuerdos vagos se comenzaban a hacer cada vez mas claros. Se cubrió la cara con las manos mientras trataba de poner su mente en orden. Entonces escucho algo y al descubrir su cara vio a la anciana verter unas gotas de un liquido oscuro en un vaso de agua y ofrecérselo. El miro ese gesto con mucha desconfianza.
-Esto es para que lo que queda de la droga desaparezca totalmente.
Mousse miró el vaso fijamente y después se bebió todo el contenido de un trago. Casi de inmediato el dolor de cabeza desapareció. Los vagos recuerdos se convirtieron en ideas claras. Todo cobró sentido nuevamente.
Una voz cantarina por el pasillo. La puerta de la habitación se abrió y Shampoo entró canturreando una canción mientras llevaba una bandeja con un vaso de jugo y las medicinas del chico, su canto se cortó de golpe al ver a su bisabuela en la habitación y la extraña y sombría expresión en el rostro del muchacho. No pudo evitar el estremecerse.
-(Ahiya... ¿Bisabuela?)
-(Mousse no tiene sed en este momento) -La anciana parecía muy natural cuando se acerco a la chica- (pero yo si así que me tomare su jugo. Ya le prepararas otro) –Dicho esto tomó el vaso de la bandeja y se lo llevo a los labios.
-(¡NOO!)
La anciana se quedo con el vaso en la boca sin llegar a tomar del liquido Shampoo había tirado la bandeja y estaba con los brazos extendidos como si fuera a arrebatárselo de las manos. La matriarca le lanzó una mirada dura y la chica retrocedió.
-(Me falta un frasco de hierbas de Tsu Kon) –Cologne encaró a la chica- (Era un concentrado. Una gota puede cambiar los recuerdos de una persona... Mas de dos lo convierten en un zombi sin mente) –Notó entonces que Mousse se estremecía- (Creo que es mas que obvio quien tomó el concentrado. Lo que no me queda obvio es porque)
-(Yo... Yo... ) –Ahora la chica estaba pálida y sudaba nerviosa, se retorcía la punta de sus cabellos mientras miraba alternadamente a Cologne y a Mousse- (Yo queria ayudar Mou Tsu. El estaba bajo un hechizo... La Chica...)
Mousse comenzó a reír. Shampoo se interrumpió y vio al chico levantarse.
-(Tu me odias) –La voz de Mousse era fría y directa como pocas veces, ella abrió los ojos sorprendida porque el jamás había usado ese tono en ella- (Me odias tanto que no soportabas saber que alguien encontró algo bueno en mi... Siempre quise saber porque me odiabas así Shampoo... Yo hubiera dado mi vida por ti. En cualquier momento, en cualquier situación... Yo te amaba, sin condiciones. Tu no)
-(Mou Tsu tu no entiendes yo hice esto porque...)
-(No me interesa saber porque lo hiciste) –Mousse se levantó de la cama y sacó una de sus túnicas. Se la puso mientras las armas ocultas en ella tintineaban- (Tengo que encontrar a Ukyo y explicarle lo que paso)
-(Por favor Mousse si me dejaras expli...)
-(¡CALLATE DE UNA MALDITA VEZ YA ME HARTE DE TUS MENTIRAS XIANG PO!) –Mousse saltó la distancia que los separaba de un movimiento y la empujó contra la pared. Ella cubrió el pecho con la bandeja que aun sujetaba- (¡No me importa, No me interesa. Quédate con tus excusas y con tus mentiras estoy cansado de ser tu maldito esclavo!) –Se dio la vuelta y antes de salir de la habitación miró a Cologne- (Venerable Kou long... Espero que comprenda que no voy a regresar)
-(Sigue tu camino en paz Mou Tsu) –Respondió la anciana con formalidad- (Yo me encargare de que tus pertenencias sean enviadas a donde vayas)
Los dos se miraron un instante mas, la mujer le dedico una sonrisa mitad ternura mitad tristeza, el asintió con la cabeza y después se fue. Shampoo permanecía en la esquina donde había sido mandada tratando de entender que había pasado. Finalmente se levantó y corrió tras el chico.
-(¡Mou Tsu, Mou Tsu espera por favor no te vayas!) –El la ignoraba . Al llegar al umbral ella se detuvo. El seguía caminando sin voltear a verla- (¡No me dejes Mou Tsu... Yo, Yo...)
La chica tomo aire mientras dos gruesas lagrimas comenzaban a brotar de la comisura de sus ojos.
-¡WO AI NI MOU TSU!
El se detuvo como si le hubiera caído un rayo. Ella estaba sujetándose del marco de la puerta respirando pesadamente como si aquello le hubiera sacado el aire de los pulmones.
-(Estoy celosa ¿contento? Estoy enfadada y no se que hacer para que te quedes...) –Ella miro al suelo, pequeñas gotas de humedad caían de sus ojos al piso de madera- (No se que sentir por Ranma... ya no se que sentir... Pero es mi deber casarme con el. No puedo... No puedo evitarlo... Pero tu... Es diferente... Me duele... No se que hacer ) –La chica cayó de rodillas – (Por favor Mou Tsu no se que hacer)
Ella se limpio los ojos para tratar de enfocar la figura que permanecía de espaldas frente a ella. Pero las lagrimas volvían a ocupar sus ojos haciéndole la vista borrosa. Un sollozo surgió de su garganta y se tapo la boca para tratar de acallarlo. No quería llorar pero eso ya no estaba bajo su control.
-(Yo lamento que te sientas así) –Mousse habló sin voltearla a ver- (Yo lamento que no sepas que hacer... Debe de ser horrible sentirse así) -Se llevó la mano a una manga de su túnica y sacó sus lentes, se los caló bien sobre sus ojos- (Pero yo si se lo que debo de hacer... Y se como sentirme respecto a ti... Y a ella.) –Por un instante parecía que iba a voltear pero no lo hizo- (Espero que puedas encontrar tu camino... Bye lao Xiang Po)
Mousse se alejó. Ella simple y sencillamente se cubrió la cara con las manos y comenzó a llorar con fuerza sin importarle que los empleados del local miraran desconcertados la escena.
-Hoy no habrá servicio –La anciana bajó las escaleras saltando en su bastón- Les pagare el día pero retírense.
Todos obedecieron sin chistar. Cologne se acercó donde estaba su bisnieta y comenzó a acariciarle el cabello. Ella seguía llorando.
-(Te habían hechizado cuando ocurrió la batalla en el monte fénix) –La anciana le susurraba esto mientras veía allá donde el chico había desaparecido- (El pudo dejarte así y tenerte para siempre hechizada y dócil. Pero prefirió dejarte ir... mas vale un instante de amor honesto que una vida de mentiras... Lo perdiste hija...)
Shampoo no se movió de su posición Cologne había pensado castigarla por haber tomado sus pociones sin permiso pero el castigo parecía tan sin sentido ahora. Nada de lo que le hiciera ella se compararía a lo que la chica estaba sufriendo en ese instante.
Y a lo que sufriría en los días por venir.
Mousse desistió de saltar por los techos, la punzada que recibía cada que aterrizaba lo disuadió . ya era un poco después del mediodía cuando se detuvo frente al local del Ucchan's. Estaba cerrado. Apretó los puños y se dirigió con firmeza a el, abrió la puerta y se encontró con la terrible sorpresa de encontrarlo vació. Las mesas y las sillas estaban apiñadas en un rincón y cubiertas con una manta. La barra de servicio limpia y las parrillas retiradas. Sin posters ni anuncios en las paredes. Colgado en un clavo cerca de la puerta estaba el listón de seda que le había regalado, lo tomó y después lo guardo en una manga de su túnica. Salió y vio que en el callejón de servicio tampoco estaba el puesto ambulante. Ella se había ido.
-Su padre vino por ella –Mousse recordó entonces la visita de Konatsu-. Si se llevaron todo no pueden irse en avión... El autobús no... ¡Se fueron en el tren!
Al darse vuelta para empezar a correr algo cayó frente a el y retrocedió poniendo una pose de defensa. Konatsu estaba ahí con una mochila a su espalda y la mano posada sobre su espada ninja.
-¿Qué hace usted aquí? –La voz de Konatsu definitivamente no era amistosa.
-Tengo que ver a Ukyo
-¿Cómo se atreve a hablar con tanta familiaridad de ella? –Konatsu no despegaba los ojos de el y dejo caer la mochila que llevaba al suelo- Le advertí que no se le acercara, jamás la volverá a lastimar.
-No entiendes Konatsu san –Mousse comenzó a deslizarse hacia el punto ciego de el ninja- Me engañaron, la engañaron a ella...
-Odio ver como miente. No le permitiré que la alcancé. Déjela en paz.
-Eso significa que todavía puedo alcanzarla...
las manos de Konatsu se movieron como una ráfaga y de repente dos cuchillos Kenzan fueron lanzados hacia Mousse pero esta saltó hacia un lado esquivando las filosas armas, un movimiento de su mano derecha y entonces Mousse ya tenia una filosa lanza Niggata en sus manos. Ataco al ninja quien saco un par de cuchillos sai y bloqueo los primeros ataques del joven maestro de las armas ocultas.
-¡Deja de pelear Konatsu Kenzan! –Suplicó Mousse- ¡Entiende fue una trampa alguien me...
El ninja esquivó la lanza y se deslizó a lo largo de esta hasta que estuvo a distancia y le plantó una patada recta a las costillas. Mousse lanzó un grito de dolor mientras se cubría la herida. Konatsu saco su espada ninja y le lanzó un tajo a la cabeza. Pero Mousse sacó un escudo medieval de su manga y detuvo la estocada. De su otra mano salieron dos cadenas que serpentearon como si tuvieran vida propia y se enredaron en las piernas del ninja. El chico jaló con fuerza y este perdió el equilibrio y justo antes de caer desapareció en medio de una nube de humo.
Mousse aprovecho el momento para llevarse la mano a su herida y comprobar que la patada había reventado los puntos.
Un movimiento a su espalda lo alerto. Casi sin pensar lanzó sus cadenas y golpearon a Konatsu que virtualmente había aparecido de la nada con la espalda en alto. El chico reboto un par de veces en el suelo y finalmente se detuvo a un par de metros de Mousse. El ninja se limpio la sangre de su labio y corrió de nuevo hacia el. Solo que en un instante había cuatro ninjas idénticos en el campo visual de Mousse.
"La técnica de las multimagenes" Pensó El chico pato antes de que una quinta figura apareciera detrás de el y lo golpeara con el puño cerrado justo en donde comenzaba a aparecer una mancha roja. Gritó y alcanzó a conectar un codazo a su atacante. El ninja cayó al suelo no sin antes asestar una patada justo en el mismo punto. El muchacho retrocedió pero el dolor intenso lo hizo trastabillar y quedar sentado en el piso. Totalmente expuesto. Antes de que pudiera sacar otra arma de su manga una filosa espada estaba presionando con fuerza sobre su garganta.
-Se acabó –Dijo entonces Konatsu- Le gané deje en paz a Ukyo sama.
Mousse se levantó pesadamente con los brazos en los costados sin ninguna intención de defenderse.
-Mejor mátame. Porque es la única manera de que deje a Ukyo
-¿Por qué no se rinde nada mas? –De repente Konatsu hizo mas presión y una gota de sangre apareció en el cuello de su rival- Usted ya tiene a alguien...
-Alguien que se ira en un tren sin saber que me drogaron... Jamás regresare al Nekohaten o a China –Mousse no apartaba la vista de el chico ninja- Todo lo que me importa me va a abandonar... Si es así entonces mejor mátame. Si no entonces déjame alcanzarla.
-Miente –La mano de Konatsu tembló un instante pero recupero la firmeza de inmediato.
-Ella se ira sin saber la verdad –Mousse ignoraba el dolor que tenia- Y yo la buscare no importa a donde vaya... Solo muerto me detendrá. Así que tome una decisión.
Konatsu sostuvo la mirada mientras analizaba a su enemigo. Entonces supo lo que tenia que hacer. Giro su espada y descargó un golpe.
Keitaro Kounji media dos metros diez centímetros de altura y casi lo mismo de ancho. Con una barba espesa y cejas salvajes parecía mas bien un enorme oso que una persona y por la manera en que abrazaba a su hija parecía que era mejor ni siquiera molestarlo.
Cuando llegó a visitar a su hija se encontró a una llorosa y quebrada niña . Nada que ver con la fuerte y decidida muchacha que saliera rumbo a Nerima en busca de venganza. Alguien había llegado a su corazón y esa persona se lo había roto. Renuncio voluntariamente a la promesa de matrimonio y a cualquier intento de cobrar aquella deuda. El decidió respetar aquellas acciones. Mas que nada porque ya no quería dejarla sola, demasiado había sufrido como para obligarla a seguir aquel camino. Sin duda su esposa le mataría llegando. Un largo y lastimero suspiro de la chica lo sacó de sus cavilaciones.
-El tren no tardara en llegar hija –El le hizo un cariño mas bien torpe en el pelo- Pronto estaremos en casa. Tu madre ya arregló tu vieja habitación
-Quisiera ya no pensar en el –Dijo Ukyo mientras recargaba la cabeza en el pecho de su padre- Quisiera que me dejara de importar...
-Malvado Ranma –Keitaro apretó un puño- Pero algún día el paga... –Se interrumpió al oír una risita apagada y sin ganas de su hija.
-No estaba hablando de el otousan...
El hombretón guardo silencio entonces, quien quiera que fuera esa persona había llegado muy profundo.
Konatsu estaba aun de pie sujetando la empuñadura de su espada y respirando pausadamente para normalizar los latidos de su corazón. Había tomado una decisión y la ejecutó a sabiendas de que no podría echarse para atrás. Jaló su espada y la sacó del piso donde momentos antes la había clavado. Mousse ya no estaba ahí. El chico de las ropas chinas corría sin duda en dirección de la estación del tren y al encuentro de Ukyo de su Ukyo. El había prometido no lastimarla y tenia que respetar eso. La mirada en sus ojos decía mucho mas de lo que sus labios podrían expresar y Konatsu tuvo que aceptar la verdad y lo inevitable. Sintiendo un vació en su pecho tomó su mochila y comenzó a caminar en la dirección opuesta.
-Amar es aceptar la verdad y abrazar lo inevitable –Murmuro para el- Sayonara Ukyo san...
Y Konatsu Kenzan se perdió en las calles de la ciudad.
El tren estaba parado frente a los andenes, la gente comenzaba a subir a los vagones mientras los empleados de la estación subían maletas y cajas a los compartimientos de carga. Ukyo estaba parada a mitad del anden con los ojos fijos en la entrada. Algo la inquietaba y sentía que debía de esperar, era como si hubiese olvidado algo.
-¿Hija? –Keitaro camino hasta ella y le puso una mano en el hombro- ¿Estas esperando a alguien?
Ukyo parpadeó como si hubiera despertado de un transe, miró a su padre y se sonrojó
-No papá... No creo...
-Venga hija será mejor que busques nuestros asientos. Yo iré a ver si subieron todo al vagón de carga.
Keitaro le dio los boletos a la chica y se alejó. Ella se quedo un momento mas viendo a su padre y se dio la vuelta para ir al vagón de pasajeros pero se detuvo y miro sobre su hombro. Esperando que algo pasara. Finalmente suspiro y subió definitivamente al tren.
Mousse dejo de correr después de un tramo. Ya no podía hacerlo. Improvisando con algunas cosas que aun guardaba en su túnica se había hecho una rudimentaria venda y se había apretado las costillas con fuerza para evitar seguir sangrando. Claro que el esfuerzo resultó mas doloroso de lo que esperaba pero al final logró su objetivo, aunque la herida se había convertido en un lastre que parecía pesar mas a cada instante. La vista de la estación de trenes de Nerima le llenó de esperanzas. Un hombre vestido como empleado de la estación venia caminando en dirección a el con aire despreocupado. Mousse lo interceptó.
-Disculpe... ¿Sabrá usted a que hora salen los trenes hacia Osaka?
-Pues... –El hombre se sintió desconcertado por la apariencia del chico- No estoy muy seguro pero creo que no tarda en... –En ese momento se escucho el silbato de un tren- Creo que ese es precisamente el que... –No terminó la frase el muchacho salió corriendo a la terminal- ¡No creo que lo alcances! –Gritó- ¡El siguiente sale en dos horas!... Caramba con estos muchachos.
De alguna parte de su interior Mousse tomó fuerzas y comenzó a correr tan rápido como sus piernas le permitían. Como una exhalación cruzo la distancia que lo separaban de los andenes y descubrió que el tren ya estaba ganando velocidad. Movió si mano para lanzar una cadena hacia el y colgarse pero se dio cuenta con horror que las había perdido en su pelea contra Konatsu.
-¡Ukyo! –Gritó el tratando de alcanzar el tren- ¡Fue una trampa. Me drogaron. No fui yo el que hablo! –Estiro la mano casi podía alcanzar la manija del vagón- ¡Ukyo por favor escucha jamás te dejare ir yo TE QUIERO!
En ese momento se tropezó, cayó de bruces y rodó hasta el final del anden mientras sus lentes botaban a su lado. Se puso de rodillas y distinguió el enorme bulto del tren perderse en el horizonte. Se quedó ahí sintiéndose frustrado y desolado. Ella se había ido.
-Yo te quiero... .Murmuro con la vista fija en un punto que en realidad no podía ver.
-¿Mousse?
El chico se estremeció al oír la voz a su espalda y giro quedando sentado en el piso. No podía ver quien era. Tan solo un bulto borroso que se le acercaba y recogía algo del suelo. Unas manos tibias y delicadas tocaron su rostro al tiempo que le ponían los lentes en su lugar. Las sombras desaparecieron y un rostro hermosos de ojos cafés se materializo frente a el.
-¿Ukyo?
-Debí de sospecharlo... Debí de... –Los ojos de ella comenzaron a humedecerse- Perdóname... Yo... Yo soy una tonta.
El se limitó a pasar una mano por su cara y recorrer con delicadeza de su mejilla. Ella se recargó en la mano de el también reconfortada con el contacto.
-¿Porqué no estabas en el tren? –Preguntó el
-Porque el tren que se fue va a Kobe –Ella rió mientras alguna lagrimas salían de sus ojos- El tren de Osaka esta enfrente...
Por un instante Mousse se sintió realmente estúpido.
-Olvidaste esto –Mousse metió la mano en su manga y después extrajo el listón de seda y comenzó a anudarlo en el pelo de ella.
Keitaro Kounji observaba la escena desde el anden de enfrente con el ceño fruncido y los brazos cruzados. A su alrededor varias personas también veían lo que pasaba. Una mujer enjugó una lagrima indiscreta y un hombre tosió tratando de disimular la emoción pintada en su rostro. El patriarca Kounji simple y sencillamente suavizó su expresión y después sonrió con gesto de aprobación.
El termino de ponerle el listón en su cabello. Ella paso una mano por el pecho de el ninguno de los dos dejaba de mirarse a los ojos.
-Wo ai ni –Susurró el
-Ai shiteru –contestó ella
Despacio se acercaron y se besaron. En realidad. Ya no había mas que decir.
Nada mas que decir.
FIN
Notas del autor:
Y si son de los que salen del cine cuando salen los créditos mal hecho porque a veces vienen cosas interesantes al final.
El capitulo 15 será un epilogo y algunas notas algo extensas de su servidor. Aunque claro que podemos decir que esto técnicamente se acabo :P
Desde mi pequeño planeta en algún lugar del anime
