Lazo que nos une, problema que te mata y divorcio que detiene.

Por: Anne Darket

Capítulo cinco: Agua, jabón y playeras mojadas

Se había levantado de aquélla cama que ahora le parecía demasiado grande. Las sábanas verdes aún cubrían su cuerpo que sentía el aire de algún lugar y se enredaba cada vez más a él. Estaba sudando en frío, la playera se adhería perfectamente a su torso y el bóxer negro hacía lo mismo, pegándose a sus muslos. Se levantó aturdido, despeinado (N/a: alguna vez ha estado peinado?) y con las mejillas rojas; sus labios estaban resecos y sentía demasiada sed. La luz del sol lastimaba sus hermosos ojos color esmeralda y es que, aún no se acostumbraba a dormir en la habitación inmensa dónde podía acomodar perfectamente su pequeño departamento en donde antes residía con su pequeña hija.

Quiso levantarse, pero estaba aturdido y antes de todo: necesitaba agua. Sirvió en el vaso de cristal el preciado líquido y se atragantó con ella, era un elíxir en ese momento. Se puso en pie y se miró en el espejo que tenía frente a él. Por Dios, que espantoso se veía, se horrorizaba. Sus ojos estaban rojos a no más poder y llorosos, con ojeras poco visibles, en la cara chorreaba el sudor y se acumulaba en gotas que se combinaban con mugre.

Giró la perilla del baño y entró, se quitó la poca ropa que tenía y el cuerpo desnudo entró a la ducha con agua hirviendo. Las gotas de agua se incrustaron rápidamente en su piel morena y la saborearon. Tomo el bote de shampoo para cuerpo y cabello, puso un poco en su mano para tallar su cabeza y después otro poco para lavar su cuerpo. El agua siguió recorriendo su cuerpo, hasta que por fin cesó. Tomo la toalla y se secó, la puso alrededor de su cintura y con la mano froto la superficie del espejo, que estaba empañado, miró su reflejo; así se veía mucho mejor… aunque aún quedaba un vestigio de su sueño interrumpido.

Cuando salió se encontró con una gran sorpresa: Draco estaba recogiendo su ropa sucia que en la noche había dejado sobre el sillón y el otro la acariciaba y la olía. ¡Ah! por cuánto tiempo había deseado volver a tener el aroma de Harry inundando sus sentidos. Y cuán fue la sorpresa de Draco al encontrar a Harry semidesnudo y quiso besarlo, tenerlo, sentirlo bajos sus manos blancas, probarlo y amarlo. Y la pregunta Viena aquí¿Y Draco se resistió? Pues… claro que no y salió su lado malo de él. Se acercó ferozmente y sus labios atraparon los de su acompañante que, no obstante, no lo recibió con mucho gusto y lo empujo.

"Mmm… tus labios son más suaves de lo que pensé, hace mucho que no besas"

"Estúpido, deja de hacer eso¡QUÉ NO ENTIENDES QUE ME MOLESTA!"

"Tranquilo, solo… respira y siente el placer de lo que nunca has sentido con la otra"

"Cállate Malfoy, y salte de la recámara"

"Shhh, vas a despertar a Elysa"

"Bien, salte, por favor. Quiero vestirme y debo tomar café antes de que caiga dormido otra vez."

"¿Quieres que te lo traiga, mi amor?"

"No Draco, en un momento bajo"

"Bien" dijo y salió, no antes sin voltear a ver a Harry a quien ya se le resbalaba la toalla por la cadera y el otro se derritió al ver aquella imagen y su sonrisa morbosa se poso en aquella cara reluciente con ojos devorando el cuerpo que poco a poco lo desvistió con el pensamiento, hasta que cerró la puerta y suspiró.

Tragó cristales casi, casi; sintió aquel sabor invadiéndolo, y por poco se doblaba ante el gesto de cariño que Draco había provocado, recorriéndole un estremecimiento por la espina dorsal y el temblor llegó, pero disimuló con el empujón y la frialdad de su mirada quiso sustituirse por lágrimas cristalinas que le provocaba el horror de ese beso sobre sí mismo. Lo amaba y lo sabía, siempre lo supo desde el primer momento, cuando lo engañó y se doblegó ante el dolor, hasta ahora, hasta siempre. Pero no, las lágrimas se acumularon en sus manos en la fuerza del empujón, en el nudo que se formo en su garganta. Se sintió deshonrado, débil y quiso probar más; pero resistió hasta el final. Pero al ver como babeaba Draco por ver su desnudez a medias, se sonrojó.

Se vistió, con torpeza, le temblaban las manos y sonreía tontamente, debería de dejar de caer en sus encantos.

Cuando se sentó a la mesa Draco ya estaba terminando su desayuno; unos hot cakes con mermelada de fresa y un poco de chocolate (a pesar de que por la noche dependía del café). ¿Qué adulto en su sano juicio tomaba chocolate por la mañana? Pues claro: Draco Malfoy.

Harry tomó un sorbo de aquella bebida que hacía revitalizar sus sentidos y mataba lentamente a sus neuronas. Observó que más podía comer, pero le pareció asqueroso todo lo que había en la mesa y no por ser algo no comestible. Pero aún recordaba que cuando estaba embarazado de Elysa pusieron lo mismo que había en ese instante y le daban unas terribles nauseas. Respiro profundamente y cerró los ojos con fuerza; y pensó en el vómito y en el mareo. En esos momentos unos brazos lo sobrecogieron y sintió una mirada preocupada.

"No pasa nada, solo tengo nauseas" respiro hondo sobre aquel cuerpo que lo sostenía y percibió el aroma de loción varonil y respiro otra vez y aún cuando ya no se sentía mal, respiro hondo llenándose de ese aroma, Se recargó sobre su vientre, seguía firme y musculoso. Pero poco a poco se alejó, sintiendo solamente las manos sobre sus hombros, sosteniéndolo para evitar una caída. "Bien, ya me siento mejor… recuerda no poner de nuevo tanta comida sobre la mesa a excepción de tu desayuno y mi café. ¿De acuerdo?" Dijo levantándose lentamente para dirigirse a su recámara para recuperarse de haber estado en los brazos del Diablo.

"OK, no te apresures" dijo ya cuando el chico estaba en las escaleras. Cuando ya no estuvo a la vista, volteó hacia la puerta que daba a la cocina y de allí salió la señora Irma, la cocinera de la casa. Le guiñó el ojo y levantó su dedo "gordo" en señal de que todo había salido a la perfección.

Caminaba hacia su pequeño pero costoso carro: un mini cooper negro con llamas en colores naranjas, rojas y amarillas… No sabía cómo había vivido tanto tiempo sin esas cosas muggles que ahora lo hacían feliz. Por la ventana lo miraba Harry Potter, medio escondido… pero el perceptible sentido de Draco sintió aquella mirada insistente y lo miró por el rabillo del ojo. Allí estaba su bello ángel espiándolo, entonces volteó y extendió las manos en forma de cruz sosteniendo el maletín que llevaba consigo y grito en tono explosivo, mientras caminaba lentamente hacia atrás: "TE AMO" y antes de que volteara mandó un beso. Se sintió satisfecho por ese día y la sonrisa perduró en su rostro…

Harry confundido y atolondrado, cambió a varios colores mientras espiaba por la ventana al joven, guapo, rubio, sexy, lindo, sexy, sonriente, sexy, millonario, sexy y ¿olvide mencionar sexy?; quien al girase sabía que lo había descubierto tras las cortinas verdes que ahora cubrían la vista hacia fuera, excepto por una fina abertura que dejaba vislumbrar al antes ya mencionado muchacho. Y escuchó su voz aterciopelada y cariñosa, que resonaban como la más grave, pero afinada nota de un piano. Esa voz fuerte que persistía con el paso de los años y que daba una imagen efímera de aquellos labios por donde salían sus notas angelicales.

Y soñando se encontró con un recuerdo que había olvidado por completo y con una sonrisa pensó: '¡Debería conseguirme un pensadero!'

Flashback

Resplandeciente mañana para lavar un auto en medio de su enorme jardín trasero, en bóxers de color gris y playeras blancas; todo esto dejaba poco a la imaginación. Chicos con los cuerpos más exuberantes lavando un auto, medio desnudos a plena luz del día. Y lo mejor de todo esto: playeras mojadas, que se adherían perfectamente al cuerpo de su actual dueño. Harry empezó por tomar una esponja color roja, y meterla en un bote pequeño con agua y después ponerle un poco de jabón para comenzar a limpiar el BMW de Draco. Lo siguiente que supo fue que Draco estaba sobre él, tomando su mano con dulzura y diciéndole al oído: "así no cariño, debes mover en círculos la mano con la esponja".

Volteé hasta que mi cara quedara justo frente a la suya y sentí como la playera húmeda se hacía cada vez más transparente. Y Draco, obviamente, estaba en puro bóxer ceñidísimo a sus muslos. Que bueno fue que los vecinos se hayan ido de vacaciones ¿acaso eso había sido una coincidencia? Sentí el calor del sol sobre mi piel y como el sudor estaba apareciendo en mi frente en una fina capa resplandeciente que fácilmente se podía confundir con agua. Draco resbaló sus manos bajo la vieja playera de algodón que me cubría y apenas perceptible al oído humano, como el susurro que emite el viento a pleno medio día se escuchó un: "perdón, se me resbaló" Pero eso no me molestó e insistí en que no se moviera. Sonrió como un verdadero ángel; con los labios resecos y los dientes blancos como si fuesen de cerámica; sus mejillas rojas como las cerezas que resaltaban en su piel pálida; como todo un muñeco de porcelana fina y cara. ¡AH! Anhele que el momento se detuviera, que nunca pasara aquel bello período para convertirse en movimientos… por un momento pensé en estar en una película donde fácilmente se podía poner pausa y hacer perdurar la escena. Pero era imposible que mi querido güero (como recientemente lo llamaba para fastidiarlo) se quedara quieto sin cometer una acto que fuera a echar a perder el instante. Más no ocurrió algo desastroso, sino que con movimientos amorosos palpó su mejilla contra la mía; algo que me hizo aún más feliz y como me encanto esa sensación de poder apreciar su piel suave y húmeda al contacto de la mía que había empezado a sudar más; y no precisamente por el sol que me estaba quemando… Se recostó sobre mí, con su cabeza apoyada a mi pecho y una lágrima apareció en su piel brillante. Pero un ángel jamás debía dejar caer una sola lágrima en el desdén de su desdicha y asumiendo tal actitud, cubrió su cara entre mi cuello, para que no lo viese. Quise preguntarle, pero mi garganta se cerró, mis dientes se apretaron y la sonrisa se desfiguró en mi cara…

"Pase lo que pase, nunca me dejarás; ¿verdad?"

"Nunca" dije con una firmeza que me impresionó, sin saber aún que nunca llegaría a cumplir esa promesa… Y me invadió la pregunta, algo que alertó a mis sentidos, algo que hizo un daño por dentro y que me taladró la cabeza día y noche ¿por qué me hacía esa pregunta? Que no le había demostrado mí amor total e incondicional. O era él quien ocultaba un secreto que podía cambiar nuestro futuro. Pero ni siquiera me dio tiempo de hacerle la pregunta que evocó mi cerebro al instante; ya había tomado posesión de la enorme manguera que ahora soltaba chorros de agua. Apuntó hacia mí que pensando en lo que anteriormente acababa de suceder se había quedado recostado sobre la parte delantera del auto. Me empapó todo, con un chorro de agua fría que me heló hasta los huesos… tiritaba de frío. "MALDITO DRACO, ME LAS VAS A PAGAR" dije gritando mientras corría para alcanzarlo… tras varias vueltas y unos cuantos pasos, disminuyó su velocidad y lo atrapé, colgándome sobre su espalda y tapándole los ojos; ¡oh, grave error el mío! había tropezado y se ha dado santo golpazo. Pero sin duda su risa maniática daba muestra de lo bien que estaba afrontando las consecuencias de meterse con un gryffindor. Me abalancé sobre él y comencé a hacerle cosquillas, para pasar después a unos románticos besos (aunque bastantes lujuriosos) mientras dábamos vueltas sobre el pasto húmedo…

SI TAN SOLO LE HUBIERA PREGUNTADO…

Fin del flashback

Al llegar a casa, tras la larga hora de jornada, se adentró a la nueva casa con la cual no se había acostumbrado y tropezó varias veces con los muebles dándose santos trancazos y es que todo estaba horriblemente mal acomodado… según su convicción. Y para no despertar a los otros dos habitantes de la enorme casa no quiso prender la luz, al verse agotado decidió acomodarse en el sillón de piel de dragón (por cierto bastante cómoda, según su apreciación), apoyando su brazo doblado sobre la mesa pegada al mueble y poniendo el peso de su cabeza sobre la mano. Sus ojos se sentían pesados, cómo quisiera ser Draco para llegar temprano a su casa y no quedarse horas en el horrible ministerio de magia trabajando sobre asuntos tan poco urgentes.

De repente, escuchó pasos ligeros sobre la escalera y vio bajar al chico rubio, con su pantalón del traje y una camisa de algodón; y las pantuflas que hacían la combinación más extraña que Harry en su vida había visto. Al sospechar de la mirada rigurosa del chico giró su cabeza hasta encontrarse con las esmeraldas que brillaban a lo lejos.

"Ya llegaste, pensé que hoy no vendrías a dormir; Elysa estuvo preguntando una y otra vez por ti, deberías ir a verla"

"Sí, en un momento iré" dijo haciendo una pausa y prosiguió: "¿A qué bajaste?"

"Sigo teniendo la costumbre de bajar por un vaso de leche después de dos horas de que me dormí" hizo una sonrisa "Creo que nunca se me quitará mi obsesión por la leche a media noche y el chocolate empalagoso por las mañanas" parecía un niño pequeño desde la vista de Harry.

"Draco¿por qué lo hiciste?" no podía retener más esa pregunta que se clavó en su mente hace mucho tiempo, sus puños se cerraron conteniendo la ira que ahora se acumulaba en su pecho y forzó a sus ojos a contener las lágrimas que en un arranque de furia y tristeza amenazaron con salir.

"Porque tus ojos no me veían, porque tus oídos no me escuchaban, porque…" tragó saliva, como si fuera un clavo "…era un pervertido" sus ojos se desviaron a un punto de la habitación contigua (mi querido rubio aún seguía en el pasillo).

"Si en verdad quieres sacar ésta relación adelante, debes decirme la verdad; no puedo creer en tus palabras, no quiero creerlas…" una risilla estridente se escuchó allá, cerca de las escaleras y al hermoso rubio le saltaron las lágrimas a las mejillas rojas.

"Mi excusa es tonta y no la creerías; me odiarías aún más…" dijo con una voz quebrantada y con la sonrisa destrozada de su bello rostro (NA.- debo de estar dejando de halagar a Draco no?)

"Sólo dímela"

"Banca rota" dijo tras un largo silencio "En ese tiempo, recuerdas que construíamos una empresa en Francia para el uso de magia a favor de los muggles. Pues bien eso nos costó mucho dinero y todavía había cosas que debíamos pagar antes de abrir el centro. Estábamos buscando la alianza con personas que pudieran proporcionar el dinero, es decir, inversionistas. Pues bien, allí estaban los dos gemelos de muchísimo dinero, que nos podían sacar de la ruina y sólo pedían una cosa a cambio: una noche de placer con el empresario. La empresa está a cargo de mí, pero aún así todas las opiniones cuentan allí y por mayoría aceptaron. Así llegó aquélla noche en la que yo debía cumplir; claro que los únicos enterados eran los que pertenecían a los altos puestos dentro de la empresa… Y ésa es la verdad, ahora no me enfadaré sino me crees; yo NUNCA debí aceptar y por supuesto que si aceptaba, no debía gustar de ello…"

"¿Por qué no tuviste la suficiente confianza para decírmelo¿Por qué lo disfrutaste?"

"Si te lo decía ibas a armar un escándalo, tal y como yo lo haría si alguien se atreviera a proponerte una cosa tan indecorosa como ésa. Y dime tú ¿No por el más leve roce que tenías con Katie lo disfrutabas¿No cuándo te dan un masaje por más desconocida que sea la persona que te lo está haciendo disfrutas del toque de sus manos que te masajean suavemente la espalda? Y si me dices que no… ¿no la primera vez que sentiste como palpaba tu rostro con las yemas de mis dedos, sentiste algo que te hizo disfrutar el momento?"

"No, cuando Katie me tocaba no sentía la emoción que me embarga cuando tú me tocas, ni siquiera podía alcanzar la agitación que siento cuando me miras… No, no es lo mismo"

"Mi cuerpo hormonal, no resiste lo que el tuyo… Y el placer que experimento con el sexo, no es más que una simple noche de lujuria que olvidaré. En cambio, contigo… ¡ah! No es lo mismo hacer el amor que tener sexo por simple gusto o por compromiso" suspiró, cansado de la discusión. El ambiente era pesado…

"No quieres seguir con ésta conversación ¿cierto?"

"Si te digo que sí quiero mentiría; si te digo que no, no solucionaríamos nada y si te digo no sé, pensarás que me importa muy poco"

"Y tu respuesta final es…"

"Si quiero seguir con la conversación, pregunta, exige respuestas… sólo no te quedes callado"

"Si… ya no quisiera tener una relación contigo¿que harías?"

"Me pondría a llorar peor que un bebé, me deprimiría y me drogaría con antidepresivos para que se me quite la tristeza"

"¿Me amas realmente?"

"Eres mi fuente de vida, la luz que brilla al final de la oscuridad… mi vida misma. Pero si nunca más estuvieras conmigo me levantaría, porque sino nuestra pequeña Elysa pondría cara de tristeza" contestó con una sonrisa algo triste

"Se perdona, pero no se olvida"

"¿Me perdonas?"

"Espero no cometer un error" dijo Harry levantándose y acercándose a Draco, cuando llegó frente a él le besó la mejilla y se dirigió al segundo piso…

El rubio parpadeó varias veces, no lo podía creer, y una enorme sonrisa se dibujó en su faz. Fue por la leche por la que había bajado y regresó a su cuarto. La figura de un cuerpo yacía en su cama. Se recostó sobre la cama y cerró los ojos, no sin antes pasar un brazo por la cintura del diablillo que se había colado entre sus colchas.

FIN del Capítulo Cinco: Agua, jabón y playeras mojadas

Si creyeron que aquí acababa todo, pues se equivocaron… porque si uno tiene un pasado frustrado el otro no ha vivido de maravilla… ni siquiera antes de conocer a Draco.

Capítulo Seis: No mueras

Plissss! Reviews… U.U no creo que me haya tardado tanto en actualizar (NA: en realidad si lo creo pero me niego a aceptarlo… es que he estado leyendo para mejorar mi ortografía si ajá a ver quien me cree ) Bueno, lindas quienes me dejaron review en el capi pasado MIL GRACIAS: (Leara Ryddle-52, Lady Akasha, Gata89, Sara, Eris y Cristhie) Perdón por la tardanza. Juró que actualizaré más pronto de lo que piensan (eso creo) BYE, se portan bien y dejen RW