La extraña y muy misteriosa desaparición de….

Resumen: Alguien estuvo divirtiéndose demasiado durante su sexto año en Hogwarts y ahora tiene que enfrentar las consecuencias de tanta diversión que son: Un bebé.

Disclaimer: Los personajes son propiedad de J. K. Rowling y Warner Bros. Yo sólo me divierto y los hago sufrir.

Parejas: Draco-Ginny, Hermione-Ron, Harry-?, Severus-?, Remus-?

N/A: Estoy al ataque de nuevo Esta vez con algo distinto a lo que escribe Zay Lupin. Pido que le den la oportunidad de la duda precisamente porque es muy distinto y aparentemente no es slash pero les garantizo que lo es, y el reto es descubrir la pareja slash central. Por eso quedan advertidos, si es slash.

Capítulo 1
Ginny

-¡Hermione! –gritó Ginny y corrió a saludar con un abrazo a su amiga-. No tiene idea del gusto que me da verte de nuevo.

-Por el contrario, estoy segura de saber cuánto te alegras de verme –contestó Hermione mientras seguía saludando a todos los Weasley. Cuando llegó el turno de Harry no pudo dejar de notar lo bien que le estaban sentando las vacaciones. Estaba muy guapo.

-Me alegro de que estés aquí Hermione –dijo Harry después de abrazar a su mejor amiga-. Ginny ha estado muy nerviosa y no para de hablar de ti, de lo mucho que quería verte y...

-¡De lo cansada que está de estar rodeada por tantos sucios cavernícolas! –el coro de voces masculinas Weasley formado por Fred, George y Ron completaron la frase imitando la voz de su hermana en un chillido patético.

-No les diría así si comieran como personas y no como bestias maleducadas –protestó Ginny.

-Ha estado molesta todas las vacaciones –confió en un susurro Ron a Hermione- dice siente ganas de vomitar con sólo vernos comer.

-¡Ron! No necesitaba esa información. Ven Ginny, dejemos a los monstruos a solas.

Con esta sentencia, una mirada de desprecio hacia los varones Weasley y la nariz en alto, Hermione caminó hacia la habitación que compartiría con Ginny a partir de ese momento en Grimauld Place.

Mientras subían no cruzaron palabra principalmente porque hasta ellas llegaban las risas y algunos ruidos ofensivos provenientes de los chicos y algunas protestas de Harry que intentaba en vano controlarlos.

Ginni recordó lo atento que Harry era con ella, lo guapo que se veía ahora que había cumplido 17 años, sus ojos tiernos y mil cosas que antes la hacían correr en cuanto lo veía. No estaría en tantos problemas si tan sólo no se hubiera enamorado de...

° ° ° ° °

-¿Quién es el padre? -preguntó Hermione apenas cerró la puerta. Sin esperar una respuesta de Ginny vació el contenido de una de bolsa de plástico que traía oculta en el baúl y le entregó la prueba casera de embarazo.

-Aún no estoy segura de esto –contestó Ginny desde el baño- ¿por qué trajiste esto en lugar de una poción?

-Porque me dijiste ayer lo que necesitabas y todos habrían percibido el aroma característico de esa poción en particular, –dijo Hermione mientras daba vueltas como una fiera- conociendo a los gemelos, la habrían reconocido de inmediato. Tu pediste privacidad y eficacia, confía en mí, esa prueba es ambas cosas.

Después del silencio que siguió, Hermione se ablandó y dejó el tono estricto para decir:-Mira Ginny, sabes que voy a ayudarte, seré tu confidente todo el tiempo que lo necesites, pero estés embarazada o no, necesito saber por quién perdiste así la cabeza.

Ginny salió del baño con aire derrotado, entregó la prueba a Hermione y se sentó en la cama, con las manos cubriendo su rostro.

-Malfoy –dijo por fin después de lo que parecieron horas.

Hermione no dijo nada y ambas esperaron a que la prueba cambiara de color. Cuando lo hizo comparó con la caja el resultado.

-Parece que Lucius Malfoy será abuelo.

-¡¿Qué?! –el grito venía del quicio de la puerta en donde un asombrado Harry Potter miraba horrorizado la prueba en la mano de Hermione con una mezcla de miedo y asco que nadie le había visto antes-. Hermione, dime que no esperas un bebé de ese.

-¿Yo? ¿acaso tengo tan mal gusto? –respondió de inmediato Hermione olvidando temporalmente a Ginny.

-El peor, te gusta el cavernícola de mi hermano –dijo ésta a la defensiva, se sentía humillada y la presencia de Harry le resultó molesta como nunca, por eso le gritó... y porque quería desquitarse con alguien- ¿Y tú por qué nos estabas espiando? ¿no tienes suficiente con que se entrometan en tu vida para estar husmeando en las vidas ajenas?

Se arrepintió de inmediato al ver la expresión dolida en el rostro de Harry. Él no se merecía ese trato, mucho menos después de todo lo que la había apoyado en los últimos días.

-Yo no las espiaba – dijo él con calma- este es mi cuarto ¿ven mis cosas?

Fue cuando Ginny notó el baúl al pie de la cama. Hermione la había llevado a la habitación equivocada y ella en su preocupación se dejó guiar.

-¿Tu cuarto? –casi gritó Hermione-. A ti te habían dado otra habitación.

-Dumbledore aceptó el cambio cuando mi... vigilante, se encaprichó con molestarme a todo momento. Dijo que era más sano darme más privacidad.

-Y-yo lo lamento –balbuceó Ginny antes de ponerse a llorar.

-¿Qué sucede Ginny? –preguntó Harry con esa mirada penetrante que obligaba a contestar con nada mas que la verdad.

-Ginny no es para ponerse a llorar –intervino Hermione- sólo estábamos en el cuarto equivocado. Verás Harry, Ginny está…

-¡Embarazada! –gimió Ginny- por eso tengo esos cambios de humor y no soporto a mis hermanos y me siento enferma y me levanto temprano en las mañanas para vomitar lo que aún no desayuno.

Harry sabía todo eso porque todas las mañanas encontraba a Ginny levantada demasiado temprano y con grandes molestias estomacales. Él mismo le había preparado una poción para combatir el malestar que sentía y que había sido el mejor remedio para ella.

-Pero tú ya lo sabías –dijo Ginny cuando notó la ligera sonrisa de simpatía que Harry le obsequió-. Por eso funcionó la poción que tu hiciste mejor que las que yo intenté.

-Es una poción especial para el malestar matutino en los primeros meses de embarazo –dijo Harry rehuyendo la mirada de Ginny y mirando sus manos avergonzado- Tu madre también lo sabe. Esperábamos que te decidieras a hablar con alguno de nosotros.

Ginny rompió en llanto de nuevo.

-Pero nadie más lo sabe –agregó de inmediato Harry ante el despliegue de Ginny.

Mientras ella lloraba, Hermione le regaló a Harry una mirada por demás incrédula.

-¿Sabes preparar una poción contra las nausees matutinas?

–La encontré en el libro de pociones para sanación que he estado estudiando –dijo Harry restándole importancia- la señora Weasley y yo platicamos sobre el comportamiento irregular de Ginny y llegamos a la conclusión de que podría esta embarazada. Para no levantar sospechas empecé a prepararla como parte de mi entrenamiento.

Mientras Ginny lloraba como una Magdalena, Harry miró a Hermione con la prueba todavía en la mano y a modo de broma le preguntó:

-¿Estás embarazada?

-No.

-Me alegro. –Después con una sonrisa sarcástica Harry agregó-. Eso significa que es probable que el próximo Malfoy si tenga algo de color.

° ° ° ° °

Ginny habló con sus padres esa misma noche. Para ella fue impresionante ver a su padre decepcionado de un modo distinto al que mostró con la traición de Percy. No estaba preparada para eso y fue sólo entonces que entendió que las consecuencias de sus actos no sólo la alcanzaban a ella, sino a los que quería.

Afortunadamente, junto a la expresión derrotada venía un extraño brillo en los ojos de Arthur Weasley, algo que se convirtió en una sonrisa soñadora.

-Así que seré abuelo –murmuró mientras apretaba la mano de su esposa y la miraba a los ojos con complicidad. Ambos con lágrimas en los ojos-. ¿Recuerdas cuando nos sucedió a nosotros?

-Nunca lo olvidaré –contestó Molly- mi padre quería matarte, mi madre una boda elegante y tu hermana un duelo contra mí por ser tan slytherin como para atraparte de ese modo tan... ruin.

-Jamás me he arrepentido de cada día de nuestro matrimonio –dijo Arthur y de inmediato miró a Ginny a los ojos, buscando que cada palabra fuera comprendida sin alterar su significado-. Hubiera preferido que esperarás lo suficiente para entregarte mi permiso. Ahora sólo puedo darte mi bendición y espero que el mago que elegiste forme una familia a tu lado, como yo construí la mía con ayuda de tu madre.

-Es Draco Malfoy –dijo Ginny casi con miedo. Arthur se tomó unos minutos para recobrarse de la nueva noticia, un poco más de lo que le habría gustado, pero apenas lo suficiente para evaluar las consecuencias de la nueva revelación.

-Por lo menos Narcisa Malfoy no podrá quejarse del linaje de mi hija –intentó bromear para cambiar a un tono más serio sin llegar al reproche- ¿Has hablado con Draco Malfoy?

-Todavía no sabe lo del bebé.

-Antes de eso hija, ¿han conversado acerca de un futuro en común?

-¡Papá!

-Contéstale a tu padre Ginny, es importante.

Fue el turno de Ginny de pensar bien sus palabras.

-Draco y yo habíamos hablado de un futuro en común. Él dijo que hablaría este verano con su madre para prepararla, porque quiere su aprobación tanto como la aceptación de ustedes. No queremos ocultarnos como si lo nuestro fuera algo indebido. Nos amamos y queremos formar una familia. De eso hemos hablado.

Arthur y Molly notaron que habían estado conteniendo el aliento y que sus manos estaban apretadas con fuerza. Se miraron y sonrieron.

-Espero que Draco haya hablado ya con su madre porque quiero ser portavoz de sólo una noticia. Deberías escribirle la nueva y pedirle una cita para nosotros.

Ginny pidió prestada a Hedwig lo que no causó bastante gracia a Harry que le lanzó algunos hechizos protectores por si acaso.

° ° ° ° °

El día de la cita Ginny no podía pasar un bocado, Harry insistió en que terminara su fruta o él se la robaría. Desde el primer día en que Ginny no pudo comer otra cosa que no fuera fruta y leche, Harry siempre la acompañó diciendo que necesitaba ponerse en forma para lo que viniera, así acabó con los rumores antes de que comenzaran y fue el único blanco de las burlas de sus hermanos que insistían en que Harry dejara "la dieta de las chicas" como la llamaron desde que Hermione se les unió.

Sólo por eso Ginny acabó con su desayuno. Sólo porque Harry había sido su ángel de la guarda y no podía decepcionarlo.

-Malfoy va a desmayarse –dijo Harry cuando vio a Ginny después de ser arreglada por Hermione.

-¿Por qué? Ya le di la noticia fuerte.

-No creo que resista mucho en cuanto te vea.

La cita fue en territorio neutro, un elegante restaurante en Londres que eligió Narcisa Malfoy. Arthur llevaba suficiente dinero mágico y muggle para pagar lo que fuese necesario. No quería que los Malfoy pensaran en esto como una estratagema interesada en su fortuna, así que se sintió agradecido de que sus hijos además de problemáticos fueran agradecidos y considerados con sus padres dándoles una suma mensual que hasta el momento él no había tocado.

Los Weasley ya estaban sentados en la mesa cuando llegaron los Malfoy. Narcisa iba reluciente y Draco estaba soberbio. Ginny tuvo que contener las ganas de besarlo ahí mismo ya que debía seguir el protocolo. Draco por su parte miró a Ginny y sus pupilas se dilataron, recobró la compostura al instante, le dedicó una sonrisa arrolladora y le besó la mano con gran delicadeza.

La cena transcurrió en calma con una conversación ligera sobre cosas triviales, nada de política, ni señores tenebrosos tratando de conquistar el mundo o esposos mortífagos en prisiones mágicas.

Ginny estaba enloqueciendo.

Cuando sus padres comenzaron a hablar del colegio Draco se sintió enloquecer también.

Al terminar la cena vino lo bueno. Arthur habló con Narcisa dándole el lugar de cabeza de la familia Malfoy aún cuando Draco ya era mayor de edad.

-Supongo Arthur- dijo ella cuando él terminó- que estarás de acuerdo conmigo en que esta es principalmente la decisión de nuestros hijos. He hablado extensamente con Draco y él ha sido claro expresando sus deseos e inquietudes conmigo.

Por debajo de la mesa Draco tomó una de las delicadas manos de Ginny entre la suya.

-Arthur, Molly –continúo Narcisa con una elegancia sin igual- a nombre de mi hijo, Draco Malfoy, les pido la mano de su hija, Ginebra Weasley, para unirse en matrimonio.

Ginny apenas podía creerlo, no había esperado algo tan formal. Se sentía como la princesa de un cuento por lo que apenas alcanzó a escuchar la respuesta afirmativa de sus padres.

-Como dicta la costumbre la familia del novio se encargará de la fiesta de compromiso.

-Y la familia de la novia de la boda –concluyó Arthur pagando la cuenta que en ese momento le entregaba el mesero-. Le garantizo que estará a la altura de sus expectativas.

° ° ° ° °

Pese a todas las negativas de los Weasley, Harry decidió comprar la túnica de gala de Ginny para la fiesta de compromiso. Él y Hermione acompañaron a "la futura" a comprar la famosa túnica escoltados ni mas ni menos que por el mismísimo profesor de pociones Severus Snape quien decididamente tenía cara de preferir estar en cualquier otro sitio antes de acompañarlos en esa excursión.

Si Ginny pensó en algún momento que elegir la túnica sería algo sencillo estaba muy equivocada, Hermione y Madame Malkin probaron en ella tantos modelos que perdió la cuenta y por un momento pensó en matar a Harry hasta que lo vio sentado al lado del profesor Snape con la peor cara que le había visto en todo el tiempo que llevaba de conocerlo, peor aún que antes de la muerte de Sirius cuando estaba furioso todo el tiempo. Harry simplemente estaba fuera de sí y Ginny se sintió un poco mejor, después de todo ese circo de comprar "la mejor túnica" había sido su idea.

Al final fue el mismo Severus Snape, quien aún más molesto que Harry, se levantó y propuso el modelo y color del vestido, lo que sorprendió a todos especialmente por el buen gusto que mostró. De manera aún más increíble, Harry lo secundó y al final ginny salió de la tienda con una túnica azul celeste con adornos plateados que dejaba muy poco a la imaginación al amoldarse perfectamente a su aún delgado cuerpo.

Saliendo de la tienda Harry y Snape tuvieron una breve pero fiera discusión por decidir el siguiente movimiento del grupo. Harry había planeado una breve visita al café Creme Brulé y Snape simplemente quería volver a Grimauld Place. Cuando parecía que todo había terminado en una victoria para el temido profesor, Harry lo tomó por el cuello de la túnica, lo miró fijamente mientras le decía algunas palabras que nadie más que él escuchó. Después del arranque, Snape permitió una parada en el Caldero Chorreante para almorzar.

Ni Ginny ni Hermione dijeron algo al respecto aunque en la comodidad de su habitación reconocieron que estar tanto tiempo encerrado estaba afectando a Harry al punto de querer alargar una salida aunque fuera con Snape.

° ° ° ° °

El día de la fiesta de compromiso fue el más largo del año, no para el mundo claro, sino para Ginny, que había despertado muy temprano por las nauseas y se encontró con Harry que estaba despierto desde antes esperándola con su poción contra las naúseas y la ayudó a preparar su atuendo mientras ella se bañaba.

Secretamente Ginny se sorprendía de lo cercano que sentía ahora a Harry, no era más el héroe o su amor platónico, sino un verdadero amigo que la estaba apoyando en un momento difícil. Antes no habían compartido cosas tan triviales como los dolores de cabeza y sus remedios. Ginny comprendió que en realidad no había conocido a Harry Potter hasta ese verano.

Después de comer Hermione se unió al "equipo de ayuda a la novia" como lo llamaban los muchachos Weasley que aún no se hacían a la idea de que su hermanita contrajera matrimonio con el hurón. Harry bromeaba con ellos pero les hizo saber que más les valía comportarse.

Esa misma noche Ginny Weasley estaba transformada en una princesa y tenía por guardia de honor prácticamente a toda la Orden del Fénix sin contar a su familia. Agradecida abrazó a Harry que por motivos de seguridad debía quedarse y se fue con toda su comitiva dejando a su amigo sólo con la compañía del profesor Snape, porque siendo luna llena no podía cuidarlo Remus.

La fiesta resultó ser más divertida de lo que prometía, la aristocracia mágica parecía feliz de que los weasley regresaran al redil y Narcisa Malfoy se estaba comportando como la anfitriona perfecta. Pero lo mejor de todo fue que Draco no la dejó sola ni un momentoy en la primera oportunidad que tuvo la llevó al jardín de su elegante mansión.

-Te ves preciosa en ese vestido.

-Gracias, pero el mérito no es mío. Yo ni siquiera lo elegí.

-Pero lo estás usando –dijo Draco con ese tono sensual que tanto gustaba a Ginny y era el causante directo de todo ese lío-. Hay algo que quería decirte a solas.

-Dime –susurró Ginny perdida en los ojos de Draco.

-No quería que fuera así nuestro compromiso, pero me alegro de que estés embarazada porque ahora nadie podrá separarnos –le dijo Draco mientras se arrodilla frente a ella y tomaba su mano con delicadeza-. Estuve preparando esto para decírtelo en Navidad, ahora es un poco tarde pero quiero que sepas que es algo que siento y quería decírtelo antes de que las cosas se precipitaran.

Ginny aún no asimilaba todo lo que estaba escuchando cuando Draco deslizó un anillo de diamantes en su dedo anular.

-Te amo Ginebra Weasley y me sentiré honrado si me aceptas por esposo, no por compromiso, deber u honor, sino por amor.

Llena de felicidad Ginny besó a Draco.

° ° ° ° °

El regreso a Grimauld Place fue como despertar de un sueño maravilloso a la cotidiana realidad. Todavía dentro de su mundo alterno de felicidad Ginny pasó por el recibidor y subió las escaleras sin notar el desastre que era la casa.

Pero su madre si lo notó.

-¡Merlín! ¿qué sucedió aquí? -le preguntó a un profesor de pociones que lucía un feo moretón en el rostro.

-Discutí con Potter por culpa de Lupin y el mocoso infernal me lanzó por la estancia con un expeliarmus –respondió como quien discute el clima.

-¡Severus! ¿por qué no creces? –lo regaño Molly- deberías dejar de molestar a Harry, ya no eres un niño.

-Él tampoco lo es –dijo Snape mientras terminaba de arreglar el desastre con magia. Molly tuvo la impresión de que de llegar antes no hubieran notado nada, y de haberlo hecho antes se habrían encontrado con el resultado de una pelea y no de un simple expeliarmus-. Lo dejó muy en claro esta noche con esta muestra de magia legal. Fuera de control pero completamente legal –añadió con desdén.

Las palabras de Snape le cayeron como un balde de agua fría. Ese día había sido el cumpleaños de Harry y ella lo había olvidado. Por las miradas de todos Ginny llegó a la conclusión de que sólo Snape había recordado la fecha. Se sintió terrible por haber olvidado la celebración que Harry había estado esperando con mayor ansia, por eso quería ir a la fiesta con tanta desesperación, pasar un día así en compañía de un profesor amargado no debía de ser muy divertido.

Su madre la sacó de sus cavilaciones cuando con cierto tono melancólico y culpable les recordó a sus hijos que era hora de irse a la cama para sorprender a Harry por la mañana.

Severus Snape subió hasta el descanso de la escalera, donde Ginny seguía de pie, recogió su túnica del suelo (Ginny notó entonces que el hombre vestía una camisa blanca de la que sólo conocía los puños y que no le sentaba nada mal) se la puso con elegancia y como si estuviera en clases salió del lugar hecho un torbellino.

En la mañana Ginny encontró a Harry algo deprimido, pero él dijo que se debía a la discusión de la noche anterior y no al que todos olvidaran su cumpleaños. Ginny no quiso molestarlo preguntándole el motivo de su despliegue de poder, bien sabía que la culpa debía de ser de Snape.

Para la hora de la comida Herry estaba más animado y se unió con alegría a planear los detalles de la boda.

Se veía algo verde, pero nadie dijo nada al respecto.

° ° ° ° °

Harry tampoco pudo asistir a la boda de Ginny porque era muy peligroso. Nadie supo que decir para alegrarlo porque sabía lo mucho que había intentado conseguir el permiso, pero todas sus propuestas fueron rechazadas, incluso la de usar poción multijugos porque podía olvidar tomar la dosis cada hora y era mal visto beber de tu propia jofaina en una boda, o la posibilidad de estar presente sólo en la ceremonia.

Dumbledore en persona le dio el no definitivo a Harry después e recibir a Hedwig todos los días con una propuesta distinta.

Resignado, Harry ayudó a Hermione a arreglar a la novia en el vestido de su madre, le dio un beso en la mejilla y le puso un collar del que colgaba un diamante con forma de corazón.

- Era de mi madre –dijo mientras la miraba con envidia, Ginny estaba tan feliz que supo distinguirla aunque la ocultara, él no tenía libertad ni para comprometerse con nadie. Era tan injusto.

-Harry, es demasiado –intentó decir, pero él la interrumpió.

-¡Claro que no! Es sólo algo prestado para la buena suerte.

Después la despidió desde la escalera, parado en el mismo descanso en donde Snape había tirado su túnica, sin bajar más le deseé el mejor futuro. Antes de que la puerta se cerrara, Ginny lo vio sentado ahí con una mirada de melancolía y eso fue lo último que supo de él ese verano porque después de la boda partió a una luna de miel de la que regresaría directamente a King Cross el primero de septiembre.

° ° ° ° °

Continuará

N/A: ¿Qué les ha parecido? Prometo que esto va a derrochar miel así que espero sus comentarios y sus apuestas sobre la pareja o parejas slash y... sobre quien será el embarazado.