La extraña y muy misteriosa desaparición de...

Autor: Quetzalli

Resumen: Draco ha sido secuestrado por Severus Snape, desesperados, Ginny, Ron y Hermione deciden salvarlo con la ayuda de Harry, el problema es que tanto Snape como Harry han desaparecido y nadie encuentra rastro de ellos.

Disclaimer: Los personajes son propiedad de J. K. Rowling y Warner Bros. Yo sólo me divierto y los hago sufrir.

Parejas: Draco-Ginny, Hermione-Ron, Harry-, Severus-, Remus-?

Capítulo 6
Severus

-¿Cómo es posible que nadie pueda encontrarlo? –susurraba Madame Hootch a una muy preocupada Minerva McGonagall.

-No tengo idea, incluso Albus lo ha contactado por los medios seguros y no aparece –respondió ella en el mismo tono confidencial.

-¿Cómo es posible que Severus desaparezca así, sin dejar una sola explicación a nadie. Es muy peligroso, podría ser atrapado por las fuerzas de El-Que-No-Debe-Ser-Nombrado.

-Severus nunca hace nada sin avisar o consultar a Albus primero. Este comportamiento no es típico de él. Por eso Albus está tan preocupado

-Esto es muy extraño…

-No tienen idea de cuánto –dijo con frustración Hermione después de espiar a las mujeres, al parecer toda la facultad estaba buscando al profesor de pociones como si se hubieran puesto de acuerdo con ellos para encontrar a Snape.

Los profesores recorrían los pasillos apresurados, intercambiaban algunas frases y se lanzaban a la búsqueda de nuevo procurando no llamar la atención de los alumnos con lo que llegaban a tropezar, como si alguno de ellos se preguntara en donde estaba Snape. Aún así la búsqueda había demostrado ser inútil porque Severus Snape seguía sin aparecer.

-¿Algún avance? –preguntó Ginny ansiosa cuando se encontraron en el punto de reunión.

-Ninguno, -dijo Hermione en un suspiro- no hay rastro de Snape, por lo que debe estar en su laboratorio secreto.

-Y esto sólo se complica más –aseguró Ron quien acababa de unirse al grupo. Las chicas lo miraron de forma inquisidora antes de que continuara-. Harry desapareció de la enfermería y no he podido encontrarlo en toda la escuela.

-Es un lástima –comentó Ginny-, nos habría ayudado mucho.

-Será mejor que dejemos de esperar entonces –resolvió Hermione-. Ha llegado el momento de iniciar el rescate.

° ° ° ° °

Se dirigieron de inmediato a la oficina de Snape, hasta un estante que parecía muy pesado lleno de pociones colocado cerca de una esquina pero sin tocar por completo la pared, dejando un hueco de unos cinco centímetros. Ahí Hermione dijo con voz fuerte y clara:

-"Sus ojos son como sapos en escabeche" –ante estas palabras el hueco se agrandó hasta formar un túnel por el que podía pasar un adulto de la talla de Snape sin ningún problema.

-¿Esa es la contraseña de Snape? –murmuró Ginny avergonzada.

-Les dije que era buena –corroboró Hermione al tiempo que avanzaba por el pasillo recién abierto.

Cruzaron unos cuantos metros cuando llegó hasta ellos fuerte y claro un grito desgarrador.

-Lo están torturando –gimió Ginny corriendo lo más deprisa que podía hacia el lugar de donde provenía una sarta de gritos desgarradores.

Al terminar el pasillo se encontraron en un enorme laboratorio de pociones sumido en una profunda oscuridad, justo como lo había descrito Hermione. Se ocultaron entre algunos de los estantes llenos de pociones que había para descubrir en el fondo del lugar, en el único sitio iluminado, a Snape y Madame Pomfrey atendiendo alguien que no podían ver pero que supusieron era Draco porque estaba acostado en la cama y no dejaba de gritar, y respirar de manera agitada, justo como le habían enseñado para controlar el dolor de las contracciones.

-¡Está en trabajo de parto! –comentó Hermione en voz muy baja.

Remus se acercó a su campo de visión dando vueltas con paso inquieto en un espacio reducido, aunque bien podía caminar por el resto del lugar como hizo notar Ron.

-¡Me está mareando! –se quejó en voz baja.

-¿Cuánto falta? –preguntó Lupin sin ocultar en su voz un tono desesperado, ansioso, como si quisiera lanzarse y sacar al bebé él mismo.

-¡Falta el tiempo que sea necesario! –Vociferó Snape- esto siempre toma tiempo.

-No podemos esperar aquí sin hacer nada –dijo angustiada Ginny- ¡debemos intentar salvarlo!

-Vamos por allí –señaló Ron. Por un lado de los estantes se abría un pasillo que conducía cerca de la zona en donde estaba Draco.

-¿Y qué haremos después genio? –Preguntó desesperada Hermione al ver a los hermanos Weasley deslizándose por la ruta recién descubierta-. Por si no lo has notado está dando a luz.

-Ya lo decidiremos, -respondió Ron- ahora necesitamos estar lo más cerca posible para quitarles al bebé y sacar a Draco de aquí.

Hermione lanzó un gruñido molesto mientras los seguía a regañadientes, caminando con gran cuidado de tras de ellos hasta que se detuvieron de improviso frente a ella, evitando que fuera capaz de distinguir nada que no fuera la espalda de Ron.

-¡No-o puede ser! –Se escuchó la voz conmocionada de Ginny que rompió en sollozos- ¡Draco!

-Pe-pe-pero –tartamudeó Ron incapaz de asimilar lo que estaba viendo.

-¿Qué sucede? –preguntó Hermione desesperada.

-D-dr-draco.

-Tan expresivo como siempre comadreja –bromeó Draco Malfoy alegremente.

-¿¡Malfoy? –Gritó Hermione sin poder contenerse al tiempo que lanzaba a Ron a un lado para ver con sus propios ojos a Draco moviendo rítmicamente un caldero y a Ginny abrazándolo por la espalda -. Pero tú estabas...

-Cuidando una poción muy importante Granger así que no quiero que lo distraigan –vociferó fastidiado Snape. Otro grito desgarrador rompió la atmósfera del lugar antes de que él continuara-. Y será mejor que no griten o los sacaré a punta de maldiciones de aquí.

-No se preocupen, está muy preocupado por Potter y quiere demostrar que tiene todo bajo control –comentó Draco en tono confidencial-. Aposté con él que vendrían antes de que esto terminara y no me creyó, claro que tampoco le dije que ya sabíamos del laboratorio y la contraseña –agregó guiñando un ojo a sus amigos-. ¿Por qué tardaron tanto?

-¿Qué está sucediendo aquí? –Preguntó Hermione dando voz al pensamiento de los Weasley.

-Algo verdaderamente increíble –dijo Draco gozando verdaderamente de ser él quien diera la noticia-. ¡Potter va a ser mamá!

-¿¡QUÉ? –gritaron los tres al unísono.

Un nuevo grito y un quejido se escuchó y en esta ocasión Hermione y Ron reconocieron algo de la voz de Harry, no mucho porque era la primera vez que lo escuchaban gritar.

-¡HAZ QUE SE CALLEN O LÁNZALES UN SILENCIO! –se escuchó la voz de Snape con su habitual desagrado por lo gryffindor y con algo parecido a la desesperación.

-Se pone más nervioso cuando Potter grita así –dijo Draco en tono confidencial, procurando no ser escuchado por los que estaban más lejos .

-Yo estoy muy nerviosa Draco –afirmó Ginny- ¡no entiendo nada!

-Eso no es nada –continuó Draco, moviendo ligeramente a su esposa para obtener más movimiento-. Hermione pásame el polvo de cuerno de unicornio, está en ese mortero, gracias –dijo al ver que no podría desplazarse con Ginny apresándolo por la espalda-. Como les decía, eso no es nada, deberían haberlo escuchado cuando maldice.

-Hemos escuchado a Harry maldiciendo antes –afirmó Ron.

-No creo que lo haya escuchado lo que dice ahora, confía en mí –continuó Draco verdaderamente divertido-, en todo este tiempo no ha maldecido en español ¡sino en pársel! Créanme, es escalofriante.

-¿Cómo sabes que está maldiciendo si no logras entenderlo? –preguntó Hermione cada vez más fastidiada por no entender lo que estaba pasando. A simple vista parecía que Snape y Lupin no estaban muy preocupados por su presencia ahí, así que había caminado ligeramente hacia la cama, intentando obtener una mejor vista de lo que estaba pasando ahí. Harry gritó de nuevo y al terminar un siseó aterrador emergió de sus labios.

-¿Verdad que suena como si estuviera maldiciendo? –se mofó Draco, aunque él estaba apretando la cuchara con que movía el interior del caldero con tanta fuerza que sus nudillos estaban casi blancos por el agarre. Todos habían sentido un escalofrío de miedo concentrado ante el siseó de Harry, aquello era lo más espantoso que habían escuchado en su vida.

Snape, que había estado concentrando toda su atención en Harry, levantó la cara descubriendo a Hermione a unos pasos de la cama. Molesto, se incorporó y Hermione pudo ver a través de la cortina de su cabello una mirada más preocupada que molesta.

-Granger –dijo entre dientes, como conteniendo una ira que obviamente no sentía-, si quieres ayudar, quédate allá, sigue las indicaciones del señor Malfoy y evita que ese par de pelirrojos se acerquen aquí o de lo contrario todos ustedes lo lamentarán.

-Pero...

-Señorita Granger –intervino Madame Pomfrey- si sigue estorbando será la causante de que se malogre este procedimiento médico.

Aquello era algo que Hermione si podía entender, por eso dio la vuelta y regresó hasta el grupo que no apartaba la mirada de ella.

-Debí advertirte –comentó Draco-, la sangre de dragón por favor, gracias. Potter casi se muere cuando me vio. Exigió que yo estuviera lo más lejos posible y que no viera nada de lo que está pasando allá. En serio, para alguien que ya "me vio a mí", es muy delicado, pero como el señorito es quien está en trabajo de parto el profesor Snape puso el caldero justo aquí para evitar que mi presencia lo perturbe demasiado.

-Por cierto ¿qué estás haciendo aquí? –Gruñó Ron molesto y consternado, hasta el momento había querido hacer dos cosas: abrazar a Draco por encontrarlo en una pieza para salir huyendo con él y arrojar el contenido del famoso caldero hacia Snape y Lupin para tomar a Harry y salir huyendo con él. Hasta el momento se había contenido de hacer ambas cosas.

-Lo lamento –explicó Draco- quise advertirles o dejarle una nota cuando el profesor Snape me buscó en nuestras habitaciones para pedirme ayuda en una poción muy especial para Potter, pero me fue imposible porque apenas terminó de decir esa frase, prácticamente me arrastró hasta acá y apenas me explicó un poco de lo que sucede.

-¡¿Qué es lo que sucede! –Preguntó Hermione al punto de la histeria.

-¿No es obvio? –Respondió Draco y sin detenerse más que para ver la expresión de sus amigos y esposa, se apresuró a agregar-. Las conclusiones que habíamos sacado eran erróneas, todo este tiempo el bebé que les interesa al profesor Snape y a Lupin no es el nuestro, sino el de Potter.

-¿E-entonces Harry sí está em...barazado? –tartamudeó Ron.

-¿No es eso obvio? ¡Está en labor de parto! –Lo riñó Hermione fulminándolo con la mirada.

-Y el bebé nacerá antes de lo previsto por lo que necesitaban mi ayuda para completar esta poción que obviamente tiene como objetivo curar la licantropía de Lupin. –Siguió explicando Draco-. Como verán este es el parto que querían controlar y se arruinó, como siempre, por culpa de Potter. Al parecer ¡él es alérgico a la datura! ¿no es absurdo? ¿cuántas personas conocen que no soporten la datura?

-Muy pocos magos son alérgicos –comentó Hermione al ver la expresión interrogante de los hermanos Weasley-, menos del uno por ciento.

-¡Y Potter tenía que ser uno de ellos! Siempre quiere ser único y especial, hasta en esto –exclamó Draco-. Esto necesita reposar.

-Harry si que tiene mala suerte –suspiró Ginny.

-¿Por qué? –preguntó su hermano.

-Porque la datura es un compuesto indispensable para las pociones anestésicas en embarazos masculinos.

-En otras palabras Ron –interrumpió Draco la explicación de Hermione-, Madame Pomfrey y el profesor Snape han vigilado más que ayudado a Potter, no pueden darle nada que alivie su dolor mientras su magia crea el canal de parto y por lo que he podido escuchar es muy doloroso.

-¿Acaso no hay otras pociones que podrían ayudarlo? –Preguntó Hermione desesperada.

-Si pero no hay tiempo para hacerlas, de haber sabido que era alérgico a la datura debería haber sido preparada hace dos semanas. –Harry llenó el laboratorio con una nueva tanda de gritos y maldiciones-. Ya le pedí a Madame Pomfrey que me haga la prueba de alergias, no quiero pasar por eso.

-Señor Malfoy –se escuchó la voz de Snape interponiéndose a los gemidos angustiados de Harry-, me parece que ya dio suficientes explicaciones y nos ha hablado demasiado de sus temores, ahora le agradeceré que guarde silencio. Toda esta cháchara está poniendo más nervioso a Potter y necesitamos que esté tranquilo.

Por un plazo de tiempo indefinido, los cuatro jóvenes permanecieron muy juntos, mientras escuchaban que los gritos eran cada vez menos espaciados y el caminar nervioso de Lupin (que no había dicho una palabra desde que ellos se presentaron) más veloz.

° ° ° ° °

-Veo una cabecita –susurró Madame Pomfrey. Sus palabras parecieron despertar al grupo de no invitados de su letargo, ahora eran planamente conscientes de que un bebé estaba naciendo y eso los asustaba.

-¿Está la poción lista? –preguntó Snape.

-Totalmente –respondió Draco.

-Muy bien Harry –dijo Madame Pomfrey con un tono maternal que intentaba ser tranquilizador y que por lo menos con los cuatro jóvenes estaba fallando miserablemente-. Lo has hecho muy bien, ahora necesitamos que hagas un esfuerzo más. Cuando yo te indique... puja.

Si eso había sido todo un espectáculo auditivo, lo que siguió debió ser el magno evento. Harry Potter, gritó, siseó, y pujó hasta que un sonido mucho más agudo a cualquiera de los que él había emitido se dejó escuchar en el recinto. El grito de una nueva vida que clamaba su llegada al mundo.

Lupin había dejado de dar vueltas y ahora miraba hacia la cama con ansiedad y esperanza entremezcladas con felicidad.

-¿Qué es? –preguntó con voz temblorosa.

-¡Un niño! –respondió Madame Pomfrey con alegría mientras atendía al bebé.

Snape por su parte, prácticamente se apareció frente al caldero y cortó en finas tiras parte de la placenta que agregó con maestría a la poción mientras la revolvía. Un poco después, ésta cambió de un marrón oscuro a un rojo bermellón, debía de ser el tono correcto porque Snape se apresuró a tomar un vial y llenarlo con el espeso líquido.

-¡Un niño Severus! –dijo Lupin en cuanto vio a Snape acercándose a él.

-Ya tendrás tiempo de verlo, ahora bebe esto.

Lupin tomó el frasco con manos temblorosas, sus ojos brillaban por las lágrimas contenidas. Miró a Snape con verdadero agradecimiento y bebió el contenido de una vez, sin pausas.

° ° ° ° °

Mientras todo esto sucedía Ron había decidido que alguien no estaba recibiendo la atención que necesitaba. Madame Pomfrey seguía atendiendo al bebé y Snape no hacía más que ver a Lupin. Así que pensó que sería buena idea ver cómo seguía Harry, por lo que avanzó con paso indeciso hasta su mejor amigo.

A unos pasos de la cama, alcanzó a ver una figura recostada que respiraba agitadamente. Harry estaba cubierto con sábanas llenas de sangre y la magia podía sentirse flotando en el aire. Iba a lanzarse directo a él, para ver si no necesitaba algo cuando Harry volteó a verlo y en su mirada descubrió algo que no le gustó nada. Harry no quería que él se acercara.

Intentó tranquilizarlo y decirle que todo estaba bien mientras avanzaba hacia él, pero algo se lo impidió. De repente fue incapaz de moverse más, todo su cuerpo estaba entumecido como si le hubieran lanzado un petrificus totalus. Miró asustado hacia Harry que tenía una expresión severa, casi molesta que lo paralizó aún más antes de volver el rostro aun lado para evitar seguir viendo la angustia en los ojos de Ron. Un apretón demasiado fuerte en su brazo lo liberó de la molesta sensación y lo obligó a volverse para encontrarse con la más fiera expresión de Snape.

-Te sugiero que respetes la intimidad de Potter y te mantengas alejado de aquí Weasley –le dijo mientras prácticamente lo lanzaba al otro lado de la habitación.

Para entonces Madame Pomfrey ya estaba concentrando toda su atención en Harry después de recostar al bebé en una incubadora mágica. Snape la alcanzó con prontitud y ambos intercambiaron miradas preocupadas.

-Escucha Harry –dijo Madame Pombfrey-, estás sangrando demasiado, tengo que contener la hemorragia antes de que tu vida esté en peligro. Si lo hago ahora perderás la conciencia y no podrás seguir con esto, pero si no lo hago puedes morir...

-En...ton...ces no lo ha...ga –fue la respuesta entrecortada de Harry-. No... tenemos otra oportunidad –dijo usando toda su fuerza para concentrarse.

-Pero... –quiso hablar la enfermera, aunque Snape la interrumpió de inmediato.

-¿Estás seguro? Esto puede ser muy peligroso.

Harry dejó libre un intento de risa antes de decir:

-Conmigo todo es peligroso ¿recuerdas?

Snape intercambió de nuevo miradas preocupadas con Pomfrey y volvió su vista hacia Lupin que miraba expectante, angustiado, pero listo para aceptar cualquier decisión que ellos tomaran.

-Sólo un intento –dijo Snape-. Si no funciona no tendrás otra oportunidad.

-Funcionará –afirmó Harry.

Los muchachos contemplaron la escena sin saber que hacer o decir, simplemente estáticos, ahí estaba pasando algo más que un parto y una poción, pero no podían ubicar qué. Cuando vieron que tanto Snape como Madame Pomfrey se alejaban de la cama, dejando a Harry sangrando y se acercaban a ellos comenzaron a preocuparse.

-¿Por qué lo dejan? –Vociferó Ron, encarando a Snape-. Puede morir si sigue sangrando tanto.

-Hay cosas que no puedes entender Weasley –dijo Snape- y hoy no estoy de humor para explicártelas.

Ron quería golpear al hombre en su narizota, obligarlo a dar la vuelta para que atendiera a su amigo, cualquier cosa, pero Hermione lo detuvo, jalándolo hacia ella y obligándolo a mirar de nuevo al sitio en donde todavía estaban Lupin y Harry.

Entonces descubrió porqué Lupin había estado dando vueltas en un espacio reducido sin moverse. A sus pies, estaba trazado un pentagrama dentro de un círculo, en los espacios libres varias runas e ideogramas estaban escritos y empezaban a brillar con un suave resplandor dorado conforme la voz de Harry se escuchaba en un lento cántico que iba aumentando de volumen gradualmente.

Desde donde estaban alcanzaron a distinguir a Harry recostado en la cama pero sus manos juntas, como si estuviera orando, con la varita en medio de ellas. No podían distinguir la expresión de su cara, pero el cántico que invocaba llegaba hasta ellos en forma clara.

Un resplandor idéntico al del piso emergía de su varita expansiéndose lentamente hasta cubrir la cama en donde estaba descansando Harry. Esto siguió por unos minutos hasta que empezó a condensarse en una pequeña esfera no mayor que una snitch justo en la punta de la varita. Todo el laboratorio estaba rebosante de magia, era una cálida fuerza que los envolvía, como si los abrazara en un tierno abrazo. Una energía que sin aviso se desató cuando Harry lanzó la pequeña esfera de luz hacia donde estaba Lupin, golpeándolo de lleno en el pecho. Lupin cayó al piso en donde quedó completamente inmóvil.

Como si fuera la señal que estuvieran esperando Snape y Madame Pomfrey se lanzaron de nuevo hacia ellos. Con presteza Madame Pomfrey comenzó a controlar el sangrado de Harry mientras Snape verificaba los signos vitales de Lupin.

-¡Parece que todo salió bien! –Dijo con una sonrisa de triunfo mientras se incorporaba para ayudarla con su tarea. Ver a Severus Snape sonriendo era tan extraños que los muchachos casi les dio un infarto. Todo ese evento había sido por mucho, lo más extraño que habían atestiguado en su vida, pero la sonrisa de Snape fue la cereza del pastel.

-He logrado estabilizarlo Severus –dijo Madame Pomfrey- pero confío en que entiendas que este... lugar no es adecuado para un bebé y un joven en su... estado.

-Si quieres que los llevemos a la enfermería estoy de acuerdo –respondió Snape-. Ustedes salgan de aquí, la función ha terminado.

-Pero Harry... –quiso decir Hermione aunque no pudo porque Snape la cortó con una mirada férrea.

-Lo podrán ver en la enfermería, cuando Madame Pomfrey lo indique. Ahora largo.

No queriendo hacer las cosas más difíciles, los cuatro se dirigieron a la salida.

-Por cierto Draco- comentó Snape-. Gracias por tu ayuda con la poción... aunque tendrán que dar una muy buena explicación de cómo fueron capaces de irrumpir en mi laboratorio privado.

° ° ° ° °

Esa noche fue de lo más frustrante, Madame Pomfrey les informó que no podían ver ni a Harry ni al bebé y los hizo prometer que no dirían una palabra sobre lo que habían visto. ¡Cómo si ellos fueran a andar divulgando que Harry había dado a luz un niño!

Un niño, la idea era asombrosa y pasaron la noche discutiéndola en la comodidad de las habitaciones de los Malfoy después de ser prácticamente echados de la enfermería.

-Si que nos engañó Potter –comentó Draco-. Mira que ocultar un embarazo. Por eso estaba "apoyándote" con todo –le dijo a Ginny- en realidad se estaba protegiendo y nos despistó por completo.

-A mí no me engañó –afirmó Ron- yo lo supe todo el tiempo.

-Tú sólo dijiste que tenía un romance secreto –dijo Hermione propinándole un coscorrón a Ron.

-Bueno, se necesitan dos para que haya un bebé –fue la respuesta de Ron.

-La pregunta ahora es ¿quién es el otro padre?

-Lupin por su puesto –dijo Draco-, debieron verlo cuando Potter empezó a maldecir en pársel, creo que lo hacía para que no se ofendiera tanto, no debe ser muy agradable escuchar como ofenden a todos tus ancestros. Lo que no entiendo es por qué nos mintió Potter con aquello de que era virgen.

-Lo que yo no entiendo es por qué fue él quien dijo el conjuro al final, -observó Hermione-. Estaba tan débil que pudo haber muerto, ¿Por qué no fue alguien más quien selló el conjuro para curar a Remus?

-¿Ya es Remus de nuevo? –se burló Draco.

-¡Oh, cállate! –Se defendió Hermione-, sólo dudamos un poco de él.

-El padre debe ser Snape –dijo suavemente Ginny.

-¡QUÉ! –gritaron los otros tres.

-Hay muchas cosas que señalan hacia él, sólo que no tuve valor para decírselas antes, cuando buscaban a quien le robó el corazón a Harry.

Din embargo, las hermosas palabras de Ginny se perdieron en la nada mientras Ron simulaba controlar un vómito imaginario y Draco cubría su rostro con la manos mientras agitaba la cabeza en son de negación.

-No sean tontos –continuó Ginny- no es tan malo.

-¡Sí que lo es! –Dijeron Ron y Draco a coro.

-En todo caso –continuó Hermione hablando sola-. ¿Para qué era el cántico?

-Para curar a Lupin –afirmó Ron.

-¿No se supone que para eso era la poción? –Insistió Hermione.

-Supongo que Harry tiene mucho que explicar –dijo Ginny con un suspiro antes de empezar a ordenar a todos que fueran a la cama y durmieran cuanto antes.

° ° ° ° °

La mañana siguiente encontró a cuatro jóvenes esperando a fuera de la enfermería la oportunidad de entrar a encarar a cierto joven con cicatriz en la frente que había sido lo suficientemente osado como para guardar un secreto de esa magnitud a sus mejores amigos... y un "enemigo".

Madame Pomfrey les permitió el paso no sin antes advertirles que al primer escándalo los echaría del lugar y les impediría la entrada aún cuando alguno de ellos enfermara. Los cuatro juraron solemnemente comportarse e incluso Hermione y Draco tuvieron la audacia de hacer algunas preguntas a la matrona sobre el procedimiento del día anterior, ninguna de las cuales fue contestada por lo que se resignaron a esperar las respuestas directamente de Harry.

Desde que Harry había sido declarado visitante frecuente de la enfermería, le fue asignada una cama en lo más apartado del lugar para evitar la mirada constante de los curiosos y permitir a Madame Pomfrey mantenerlo en vigilancia constante. Así que la ruta obvia era adentrarse a la enfermería.

Sin embargo no llegaron hasta el lugar tan deprisa como creían, porque se encontraron a medio camino con Remus Lupin, sentado en un cómodo sillón mientras alimentaba con una botella al bebé recién nacido.

-Hola chicos –los saludó con una sonrisa radiante en el rostro-. ¿No es poco temprano para que estén por aquí?

-Eh... veníamos a... –tartamudeó Ron consternado de ver al hombre ahí, sentado cerca de una ventana, alumbrado por un rayo matutino que resaltaba cada una de las canas que surcaban su cabello castaño mientras arrullaba al pequeño bebé entre sus brazos.

-Ver a Harry y al bebé, supongo –completó Remus mientras retiraba el biberón y lo dejaba en la mesita que tenía a un lado, después levantó al bebé y le dio algunos golpecitos en su espalda para ayudarlo a eliminar los gases. Una vez terminada esta labor, lo recostó de nuevo entre sus brazos y con gran cuidado, apenas tocando la carita del bebé, lo acomodó entre la pequeña manta que lo cubría para mostrarlo a los cuatro jóvenes que miraron toda la escena embelesados.

-Se llama James, Harry se opuso terminantemente a que lo nombrara Regulo, dijo que era demasiado redundante con el tema de los lobos y que no era necesario y afirmó que obligaría a un hombre lobo a morderme de nuevo si me atrevía a llamarlo Harry. Pero he de confesarles algo -continuó Remus en un tono de maliciosa complicidad-, su nombre completo es James Remo Lupin y Harry ya no puede evitarlo.

-¿Entonces en verdad el bebé es tuyo Remus? –se atrevió a preguntar Hermione.

Remus les dedicó una sonrisa enigmática, mientras volvía a la tarea de arrullar al pequeño James.

-Me parece que Harry será mucho mejor que yo dando esas explicaciones Hermione, pero sí, yo soy el padre de James.

-¡Vaya! –Exclamó Draco a nombre de todos.

-Creo que es hora de hacerle una pequeña visita a mi mejor amigo –dijo Ron arrastrando las palabras como todo un Malfoy por lo que los presentes lo miraron confundidos. No le dijeron nada, pero las chicas intercambiaron una sonrisa y alguna risilla nerviosa.

Decididos a obtener respuestas de una buena vez, los cuatro avanzaron como si fueran uno solo hacia el lugar en donde estaba el apartado de Harry para encontrarse de lleno con Severus Snape.

-¿Lo vieron salir? –Les preguntó de inmediato.

-¿Quién? –Preguntó Draco.

-Potter –escupió Snape con frustración.

-Harry no ha pasado por aquí Severus –informó Remus, su voz reflejó de inmediato la preocupación que despertó el profesor de pociones-. Y yo he estado despierto desde muy temprano.

-¡Maldita sea! –Vociferó Snape-. Pasé toda la noche vigilándolo y en el momento en que me descuido huye de aquí. ¿Acaso no comprende que debe guardar reposo?

-Nosotros lo buscaremos –afirmó Hermione.

-Espero Granger que sean ustedes quienes lo encuentren, porque si lo atrapo yo, primero lo mato y después me aseguraré de que se encuentre bien –amenazó Snape saliendo de la enfermería como un huracán y dejando a la vista sólo el rastro de su túnica ondeando tras de él.

° ° ° ° °

Continuará

N/A: ¿Qué les ha parecido? Confío en vivir lo suficiente para escribir el siguiente capítulo que tendrá la respuesta a quién es el amor secreto de Harry, aunque ya hay muchas pistas y seguramente la mayoría de ustedes ya tengan la respuesta.

Espero con gran deleite todos sus comentarios porque como esta historia es un experimento de principio a fin, así es cómo aprendo lo que debo y no puedo hacer o lo que si funciona pero puede llegar a no ser de su agrado. Si me entendieron me lo explican porque hasta yo me confundí . Por lo mismo mi gratitud está depositada en Mariana8, Bishoujo-Hentai, Safrie y Tenshi Lían que me han ayudado a mejorar este fic.