La extraña y muy misteriosa desaparición de...

Autor: Quetzalli

Resumen: El último año de Harry y sus amigos casi llega a su fin, ha llegado el momento de cumplir las promesas hechas y Harry tiene una con Draco cuya fecha ya llegó. ¿Podrá Draco superar a Harry?

Parejas: Harry-Severus, Draco-Ginny, Hermione-Ron, Remus-Ámber Kernell (si yo la inventé).

Disclaimer: Los personajes son propiedad de J. K. Rowling y Warner Bros. Yo sólo me divierto un poco.

Spoilers: Ninguno. Juro solemnemente que no hay ninguno aquí, todo lo que viene en este capítulo ha sido dicho en libros anteriores al príncipe mestizo.

Capítulo 14
El Libro

-¿Y bien? –preguntó Ron con gesto ansioso prácticamente deslumbrando a Harry con el brillo de sus ojos igualando de una manera aterradora al profesor Dumbledore.

-¿Y bien qué? –contestó Harry obviamente a la defensiva, intentando contener el impulso de alejarse al extremo más lejano de la habitación para huir de esa mirada inquisitiva.

-¡No finjas! –acotó Ginny uniéndose a su hermano en su ataque contra Harry-. Ya tuvimos suficiente de que nos ocultes estas cosas. Queremos que confieses ¿cuándo nacerá tu bebé?

-¿Bebé? –repitió Harry comprendiendo que la presión de los exámenes estaba consumiendo el cerebro de sus amigos-. Supongo que unos nueve meses después de que sea concebido.

Hermione extendió una mano hacia Draco, recibiendo de inmediato un reluciente galeón y una mueca exasperada.

-Ya fue suficiente –dijo Draco arrastrando las palabras según su antigua costumbre-. Debes confesar y si realmente no sabes que estás esperando, entonces debes ir con Madame Pomfrey para que te haga una prueba de embarazo.

-¡¿QUÉ! ¿Acaso están dementes? ¡No hay ni una remota posibilidad de que YO esté embarazado!

-Todo lo contrario Harry, ya has tenido un bebé, tu cuerpo se considera a sí mismo un portador y en las condiciones adecuadas, si hay verdadero amor puedes quedar embarazado –explicó Hermione.

-Sé todo eso y puedo garantizarles que NO ESTOY EMBARAZADO –repitió obstinado Harry recibiendo únicamente miradas escépticas.

-Hasta el mejor método anticonceptivo puede fallar –comento Draco recordando todas las precauciones que él Ginny habían tenido- pero cando hay verdadero amor es casi imposible detener a un bebé.

-Pues nada puede fallar en mi método anticonceptivo.

-¿Es algo experimental? –preguntó Hermione verdaderamente emocionada ante la perspectiva de nueva información que devorar.

-Es el método más antiguo que existe –respondió Harry.

De inmediato Hermione y Draco pusieron esa cara en blanco que gritaba estaban revisando todos los métodos anticonceptivos en orden alfabético, cronológico y activo, Ginny y Ron los miraron asombrados por unos momentos antes de que, exasperado, Herry gritara para llamar la atención.

-¡LA ABSTINENCIA! –respondió Harry fastidiado-. El mejor método para evitar un embarazo es la abstinencia.

-¿P-pero entonces tú y Snape no han...? –balbuceó Ron confundido. Nuevamente Hermione extendió la mano hacia Draco que le entregó dos galeones más.

-Claro que no él es un profesor, podría perder su trabajo si nosotros...

-¿Entonces que es lo que haces tanto tiempo ahí abajo? –preguntó Ginny horrorizada.

-Estudiar ¿qué creían? Tengo que ponerme al corriente de todas las clases que me perdí para los EXTASIS.

Como si esperara esa declaración para saberse arruinado, Draco gimió lastimeramente mientras ocultaba su rostro en sus manos antes de entregar a Hermione, por tercera vez, galeones, tres en esta ocasión.

-¡No puedo creerlo! –se lamentó Draco- dijiste que no habías hablado con él antes.

-Y no lo hice –garantizó Hermione- pero lo conozco mucho mejor que tú y sé que Harry no perjudicaría a nadie aún cuando esté muy enamorado. No se necesita ser un genio para saber que él esperará a Snape hasta después de graduarse.

-¡Pero estudiar todo el tiempo! –vociferó Draco escandalizado-. Por lo menos deberían besarse –le reclamó a Harry- ¡¡algo!

-Si nos hemos besado –dijo Harry a la defensiva- pero no en el colegio.

-¡AAAaaarrrrggggghhhhh! –gritó Draco entregando cuatro galeones más a Hermione.

-Gracias Malfoy ha sido un placer apostar contigo –comentó Hermione guardando los galeones en su monedero.

-No puedo creerlo –se escuchó la voz sorprendida de Harry- ¡Han estado aportando sobre mí!

-Sólo en esta ocasión y porque Draco fue muy insistente y fastidioso –le susurró Ron al oído.

-No puedes culparnos Harry –dijo Ginny en el mejor tono "mamá Weasley"- estás tan cansado y débil que nos asustamos y Madame Pomfrey nos dijo que tu salud era excelente, así que supusimos.

-Que estaba embarazado –concluyó Harry cansado-, saben, será mejor que vaya a descansar un rato.

Sin más recogió sus cosas en su mochila y dejó la habitación y a tres caras sorprendidas y una orgullosa que, nuevamente, extendió su mano hacia Draco Malfoy.

° ° ° ° °

-Pensé que pasarías la tarde con tus amigos –comentó en su usual tono inquisitivo Severus cuando abrió la puerta para dejar pasar a Harry a su flamante oficina.

El lugar había cambiado significativamente en los últimos días. En lugar de los cientos de frascos etiquetados y las muestras de ingredientes raros adornando la mesa se encontraba un espacio vacío cuyo único adorno era una alfombra en la que Harry solía estar estudiando. No que todo lo anterior hubiera desaparecido, sólo había sido orillado a una esquina ligeramente olvidado a favor de la nueva obsesión de Severus.

Que no era Harry.

Por horas, el maestro de pociones se concentraba en el estudio y análisis del Libro que había pertenecido a Voldemort y que Harry llama "el precioso de Severus" por toda la atención que le robaba de su amado. Fuera del escape en San Valentín, Severus había estado completamente inmerso en los manuscritos y no dejaba a nadie poner una mano sobre el libro.

¡Cómo si Harry quisiera!

Con los montones de datos que tenía que llenar en su cabeza para compensar su "deficiencia mágica" que confiaba sería temporal ante las leves mejorías que confiaban le permitirían aprobar.

-Yo también –contestó algo melancólico, pasando sin esperar mayor invitación y desparramando sus libros a su alrededor en el suelo-. Pero comenzaron con un interrogatorio por demás inquietante y molesto, así que decidí venir y pedirte asilo por el resto de la tarde.

-¿También creyeron que estás en estado? –comentó Severus con remarcada ironía.

-Sí... ¡TAMBIÉN!

-Albus me citó en su oficina –dijo mientras se sentaba en su sillón, pasando una mano distraídamente en el Libro que reposaba en la mesita de al lado-. Me parece que lo único que lo detuvo de utilizar veritaserum fue todos los años de leal trabajo y sacrificio.

-¡Oh! yo no...

-Tú no eres ningún problema Harry así que no te culpes, estas cosas han pasado antes, los profesores esperan a que los alumnos se gradúen y no pasa nada. Unos meses más y listo –concluyó con un ligero brillo en su mirada.

Harry sonrió abiertamente. ¿Cómo podía esperar que entendieran? Lo que lo unía a Severus no era una ciega pasión juvenil, era algo distinto y profundo que se reflejaba en los momentos que compartían en silencio, junto al fuego, como ahora.

-Si me sigues viendo así me voy a desgastar nunca podrás comprender la mecánica para construir un traslador.

-¡Cómo si unas cuantas miraditas te afectaran mucho! Ya he visto cuántas recibes cuando entras al Gran Comedor.

-¿Celoso Potter?

-Depende ¿hay alguien que se meta en más problemas que yo y pueda competir conmigo?

Severus fingió meditar la respuesta unos momentos antes de contestar: -Absolutamente nadie.

Un cómodo silencio los envolvió como un suave manto cobijándolos, permitiendo que su rebeldía y testarudez se disolviera sin falsas pretensiones.

-¿Y a quién apoyarás en el último partido de quidditch? –preguntó Harry antes de marcharse, incorporándose con cuidada al lado de Severus de modo que sus manos se recargaran en las suyas, reposando por unos segundos sobre la cubierta de cuero del libro.

-¿Qué clase de pregunta es esa? ¡Jamás se me perdonará que deje de apoyar a mi Casa –contstesto Severus después de poner el Libro a salva en la mesita para poder cargar a Harry en su regazo por unos segundos

-Eso pensé, sólo quería estar seguro de que va a ser una competencia justa y no vas a darle ninguna poción de buena suerte a Malfoy o me aturdirás para que pierda en mi último partido –dijo Harry abandonando el confort en los brazos de Severus y dirigiendo sus pasos hacia la puerta para sujetar el picaporte dispuesto a abrirla.

En ese momento, Severus colocó una mano sobre la de Harry y con la otra lo obligó a volver hacia él, acercándolo hasta tener sus labios en un beso posesivo que exigía una entrega total. Cuando soltó al joven, un rubor adornaba sus mejillas encendidas dándole una renovada apariencia.

-¿Fue eso suficiente para distraerte o necesito besarte de nuevo antes del partido para que pierdas la snitch? –susurró cerca del oído de Harry en forma seductora, mandando miles de pequeñas descargas por su columna.

-Si quieres ganar tendrás que besarme de nuevo, pero dudo mucho que McGonagall te deje acercarte más de cinco metros a mí.

-Cierto –corroboró Severus- hoy me amenazó con transformarme en gato y castrarme si me atrevía a interferir con tus emociones mañana.

-¡Ella no puede hacer eso! –exclamó Harry horrorizado.

-Pero no dijo nada de no acercarme a ti hoy y aturdirte demás –susurró Severus para besarlo nuevamente hasta dejarlo sin aliento y tener que sostenerlo entre sus brazos para evitar cayera.

-Espero recibir otro de esos gane o pierda mañana –dijo Harry en cuanto se recuperó un poco.

-También había pensado sobornarte pero Lupin amenazó con hechizar a todas las armaduras y pinturas para que griten Snivellus cada vez que me vean, así que no lo haré –Severus continuó abrazándolo, trazando pequeños círculos en su espalda hasta que ambos supieron que era el momento de separarse.

Harry no se dio cuenta de cómo sus pasos lo alejaron de las mazmorras, sólo sabía que su vida había mejorado inmensamente. ¿Qué importaba lo restringida que estaba su magia cuando sentía la calidez que surgía en su pecho cuando estaba con Severus? El mundo podía tener sus reglas, pero él tenía un plan.

Feliz de contar con un "As bajo la manga" apresuró el paso hacia la torre buscando evitar a Filch, no estaba seguro de la hora y soñar despierto no era de gran ayuda, no quería correr el riesgo de quedar fuera del gran partido. Sin embargo, el celador parecía tener otros planes, Harry quiso golpearse a sí mismo por salir sin una nota de permiso o su capa de invisibilidad cuando escuchó los pasos cercanos que estaban a punto de descubrirlo.

Ansioso, intentó ocultarse en una esquina, lo que demostró ser una pésima idea tomando en cuenta que los pasos se dirigían hacia él. El palpitar de su corazón amenazaba con delatarlo cuando los pasos siguieron de frente y la voz de Filch retumbó como un trueno amenazante.

-Señor York, parece que Slytherin acaba de perder veinte puntos gracias a usted y tiene detención conmigo mañana, a la hora del partido.

Harry casi pudo imaginar la torcida sonrisa en el rostro curtido de Filch, francamente lo lamentaba por Hugh York, el sucesor no oficial del antiguo Draco Malfoy que había presagiado un accidente en los vestidores de Gryffindor. Aunque siempre era mejor que fuera alguien más quien hubiera sido capturado esa noche.

° ° ° ° °

El último partido de la temporada Slytherin vs Gryffindor, su último partido en Hogwarts. Si por algún momento Harry pensó que le negarían reintegrarse al equipo después de su renuncia el año anterior, estaba muy equivocado. El equipo tuvo una junta y le hicieron muchas pruebas para ver su desempeño, pero fuera de eso, lo aceptaron de inmediato.

Querían la gloria eterna.

Igual que Draco que sólo se había dejado tratar por Harry en un principio ante la promesa de ese partido. Su última oportunidad.

Y no pensaba desperdiciarla.

Estaba tranquilo y feliz de no haberle hecho caso a Roger Lancaster de beber ese energetizante. El pobre imbécil que quería vendérselo quiso demostrar la utilidad del menjurje bebiéndolo frente a él y ocasionando su parada inmediata en la enfermería. ¡Torpe! Lo importante de ese encuentro era estar en las mismas condiciones que Potter para demostrar que realmente era mejor.

Entró al campo de quidditch saboreando la expectativa del encuentro, el pasto murmuraba suavemente bajo sus pies en una encantadora sinfonía que presagiaba un gran despliegue de adrenalina. Levantó la mirada encontrando en sus compañeros la misma emoción y en el frente enemigo descubrió a su esposa sonriéndole coqueta mientras se preparaba para salir disparada tras la quaffle, una imagen que le recordó el momento exacto en que descubrió que no odiaba a todos los Gryffindor, Weasley y magos del ED.

Ginny con su cabello rojo moviéndose en el aire en una coordinada danza en la que ella era la mejor cazadora. Sencillamente atrapó su corazón apresándolo como si fuera una pequeña snitch algo de lo que Draco estaba inmensamente agradecido.

Le devolvió la sonrisa pícara antes de dirigir su atención a Harry que había vuelto a ser "Potter" para efectos del juego. No podía permitir que su gratitud hacia él lo distrajera. Potter parecía una fiera que había sido liberada recientemente, Draco podía ver sus músculos tensos y su mirada atenta a todo detalle, como si estuviera estudiando a cada jugador del equipo contrario, cosa que Draco no dudó en absoluto.

Potter incluso se detuvo unos momentos a vigilar las gradas de visitantes, seguramente buscando al profesor Snape que estaba conversando animadamente con Augusto Wiskers un funcionario del Ministerio especializado en magia oscura y que parecía ser el amo temporal de Percy Weasley, el único de sus cuñados que no se había molestado en contactarlo.

Severus debió notar la insistente mirada fija sobre él porque se dignó voltear al campo de juego y cabecear amablemente hacia ellos. Potter debía estar satisfecho porque pateó el suelo para subir con gracia varios metros.

Draco estaba seguro de que no lo decepcionaría con un juego justo y emocionante.

En cosa de segundos el campo de quidditch se convirtió en un campo de batalla en donde los puntos se sumaban a una velocidad vertiginosa en ambos marcadores ganado la simpatía de todo el colegio. De pronto, Hogwarts se había unido en una fiesta que olvidaba las diferencias entre las casas para gritar entusiasmados a cada jugada espectacular fuera hecha por el jugador que fuera.

Ginny hizo una pirueta con doble rizo para lanzar la quaffle a su espalda, pasándola a su hermano que la lanzó de frente con la punta de la escoba, de regreso a Ginny que esquivó a Crabbe pasando por arriba de él y anotando.

Harry y Draco por su parte daban cátedra de vuelo lanzándose en una especie de reto por demostrar quien volaba mejor mientras intentaban distraerse mutuamente buscando la escurridiza snitch. La multitud apenas alcanzaba a seguir sus movimientos en las saetas de fuego que ambos usaban. Una verdadera ironía del destino, había dicho Draco poco después de comprarla para encontrarse con que Potter no iba a jugar más.

-¿Alguna vez te dije que te extrañé? –gritó Draco igualando su vuelo al de Harry.

-¡Cómo si yo necesita escucharlo para saberlo! –respondió Harry en una alegre carcajada que cortó de inmediato al obligar a su escoba a bajar precipitadamente hacia el centro del campo.

-¡Maldición! – gritó Draco cuando comprendió la intención de Harry.

Había llegado el momento de la verdadera competencia, las piruetas peligrosas quedaron atrás mientras todo se reducía a una precipitada carrera por conseguir la snitch que estaba prácticamente a nivel del suelo.

Ambos estaban preparados para realizar el Amago de Wromski de ser necesario, Draco extendió el brazo buscando sujetar la escurridiza snitch a diferencia de Harry que seguía sujetando el mango de su escoba controlando su vuelo en espera de algo sin saber a ciencia cierta que.

Pronto Draco tuvo una inesperada ventaja rebasando a Harry por unos centímetros, los suficientes para que tuviera que controlar el impulso de gritar de alegría que estaba volando mejor que Harry Potter, controlando su enfoque en la snitch que estaba a punto de sujetar.

La multitud estaba de pie, asombrada por el desempeño de los jugadores, el resto del juego prácticamente olvidado en espera del resultado de ese combate del que Draco era prácticamente ganador cuando todo cambió en un segundo.

La snitch giró sobre sí misma, bajando por unos centímetros y lanzándose hacia arriba en una vuelta inesperada que siguió con un giro de tirabuzón que la desvió por completo del alcance de Draco... pero no de Harry. Teniendo ambas manos sobre el mango de la escoba tenía mayor control para obligarla a levantarse sobre sí misma en un complicado giro nunca antes visto en el que cuidó de no tocar a Draco para evitar accidentes y se lanzó contra la escurridiza pelota.

Draco comprendió lo que estaba sucediendo demasiado tarde, un par de segundos en el juego eran cruciales y él los perdió realizando el Amago de Wromski y girando para alcanzar a Harry. Pero fue inútil porque le sacaba medio metro de ventaja y ya tenía su brazo extendido, la mano lista para cerrarse en la snitch, en un victorioso estruendo que estalló de las gradas.

° ° ° ° °

-¡No puedo creerlo! –repitió Draco por centésima vez-. Se supone que estabas perdiendo tu magia.

-Estoy perdiendo mi magia, pero no mis reflejos –respondió Harry, en el gran banquete de triunfo que se celebró en el Gran Comedor, en compañía de todas las casas que felicitaban por igual a los jugadores de ambos equipos.

-¿Cómo supiste que giraría así? Porque no lo niegues, ¡lo sabías!

-Estudié el vuelo de la snitch durante el juego –contestó Harry abrochando la túnica verde slytherin que había intercambiado con Draco-. ¿Creíste que sólo estaba jugando durante el partido?

Draco evitó quedar con la boca abierta como un pez concentrándose en abrochar la túnica escarlata. ¡Jamás se le había ocurrido que la snitch pudiera tener un patrón de vuelo! Pero pensándolo bien no debía de ser tan descabellada la idea.

-Tiene muchísimos modelos de vuelo, en todos los años que llevamos aquí he descubierto algunos y hoy tuve suerte de descubrir uno que ya había jugado antes –continuó Harry ante el silencio de Draco- no es un descubrimiento de un juego.

-¡Has pasado siete años estudiando el vuelo de la snitch!

-Sipi, ha sido una ardua labor pero algo tenía que hacer cada vez que alguien me acusaba de ser la más deplorable forma de vida en Hogwarts.

-¡AAAaaarrrggghhhh! La mayoría de esas veces fue por mi culpa –gruñó Draco deseando poder regresar en el tiempo y cambiar muchas de sus decisiones.

-Lo sé, gracias –dijo Harry palmeando el hombro de su antiguo némesis.

-¿Por qué siempre ganas?

-Porque tuve el privilegio de nacer como un imán de problemas, lo que me obligó a ser doblemente precavido, tener mis sentidos alertar, ejercitar mi buena suerte y...

Lo que fuera a decir Harry fue un misterio para Draco porque ese fue el momento que eligió el profesor Snape para entrar como un huracán en el Gran Comedor, su paso fuerte y su gesto duro demostraba que nadie debía atravesarse en su camino si buscaba mantenerse con vida. Su juventud recuperada sólo le daba un aspecto más atemorizante.

Con paso firme enfiló directo al lugar en donde Dumbledore y Lupin platicaban animadamente. Preocupado de no recibir ni una mirada del hombre, Harry lo siguió de cerca acompañado de Draco.

-Cualquiera diría que esta derrota si le dolió –le susurró Draco.

Harry se abstuvo de replicar al comentario, demasiado preocupado por el gesto adusto de su amado que ignorando por completo la festividad del momento arrancó la copa de firewiskey que Lupin tenía en su mano para dejarla en una bandeja cercana.

-Ha pasado algo terrible –musitó preocupado.

-¿Severus te sientes bien? –preguntó Albus ante el súbito cambio de humor del profesor de pociones.

-¡NO! –prácticamente gritó Severus intentando controlarse- ¡Han robado el Libro!

-¡¿QUÉ! –dijeron al unísono Remus y Harry.

-¿Estás seguro? –preguntó Albus preocupado de que las consecuencias que tendría el que el Libro cayera en las manos equivocadas.

-A menos que haya desaparecido por su propia voluntad o alguien lo haya sacado de mi oficina, sí estoy completamente seguro. La última vez que lo vi fue anoche cuando lo guardé cuidadosemente.

Habían perdido el libro, Draco pudo percibir como Harry se tensaba conforme Severus hablaba, estaba preocupado, no era ningún secreto y no era algo que extrañara terriblemente a Draco. Después de todo era Harry quien siempre tenía que hacer frente a ese tipo de situaciones.

Por un momento se concentró en el estudio del lenguaje corporal del grupo, su verdadero fuerte, pero lo dejo en poco tiempo, la tensión era casi palpable lo que era de esperarse, Draco recordó la vez que alcanzó a escuchar a Harry y Severus discutiendo sobre la posibilidad de destruir el manuscrito. Nunca antes había visto al hombre tan molesto con Harry, pero el enojo no les duró más de unos minutos y el tema pasó al olvido.

Hasta ahora...

-Debemos hacer una búsqueda exhaustiva en el Castillo –ordenó Dumbledore- habrá que usar aparatos para rastrear magia oscura así que no puede ser muy difícil, aunque quiero que hagas un recuento de posibles sospechosos.

-La mayoría del alumnado estaba en el juego –intervino Remus- sólo Roger Lancaster estaba en la enfermería con Poppy.

-Hugh York tenía detención con Filch y me parece que unos visitantes del Ministerio que estaban en las tribunas desaparecieron temporalmente en medio del partido.

-Percy Weasley –dijo Harry integrándose al recuento y Augusto Wiskers, el encargado del departamento de Regulación de Magia Oscura.

De inmediato el grupo buscó con la mirada a los funcionarios del Ministerio que se encontraban en otro extremo del Gran Salón enfrascados en una plática privada.

° ° ° ° °

Continuará

N/A: El final se acerca porque ya están cerrándose los pequeños cabos que quedaron por ahí. El partido de quidditch ya estaba prometido desde el capítulo 4 y no quería cerrar el fic sin cumplir, además es importante ya vieron que fue la distracción que usó el ladrón . ¿Ya saben quién es? Se aceptan sospechas, nos leemos pronto.