La extraña y muy misteriosa desaparición de...

Autor: Quetzalli

Resumen: Severus y Remus se lanzan a la cacería del ladrón. Tienen a los sospechosos y no descansarán hasta encontrar el libro aún cuando tengan que enfrentar retos inesperados.

Parejas: Harry-Severus, Draco-Ginny, Hermione-Ron, Remus-Ámber Kernell (si yo la inventé).

Disclaimer: Los personajes son propiedad de J. K. Rowling y Warner Bros. Yo sólo me divierto un poco.

Spoilers: Ninguno. Juro solemnemente que no hay ninguno aquí, todo lo que viene en este capítulo ha sido dicho en libros anteriores al príncipe mestizo.

Capítulo 15
Percy

-¿Esa es tu última palabra al respecto?

-Sabes que no, es sólo que... no puedo ayudarte en este momento –explicó Harry cansado de repetir lo mismo una y otra vez-. Severus si quiero graduarme de Hogwarts según las expectativas tengo que estudiar.

-No necesitas cubrir ninguna expectativa. ¡Eres Harry Potter! –exclamó Severus ignorando la sombra que cubrió el rostro de Harry-. A nadie le importará si el Ministerios te exenta de presentarte a las pruebas.

-Ya lo hicieron –dijo Harry en un susurro apenas audible.

-¿Qué? –entonces Severus volvió la mirada al suelo, en el usual sitio donde Harry se sentaba a estudiar entre una pila de libros y pergaminos, notando lo desolado que se veía y entendió que en cierto modo era su culpa-. ¿Cómo pudieron atreverse? –Comentó suavemente, sentándose a su lado y atrayéndolo hacia sí en un tierno abrazo-, deberían conocerte mejor y saber que eso te molesta.

-Me alegra que por lo menos tú lo sepas –concedió Harry recostando su cabeza en el pecho de Severus y permitiendo que su calor lo alejara temporalmente de los cientos de cosas que rondaban su cabeza.

-Dije muchas tonterías hace rato –se disculpó Severus dando un leve masaje en el hombro de Harry-, no era mi intención, pero aún no logro entender como alguien logró pasar todas mis barreras sin que me diera cuenta y robarme el libro en mis propias narices.

-Entiendo, pero también espero que no quieras orillarme a una cacería justo antes de los EXTASIS.

Severus meditó unos minutos las palabras de Harry antes de que sus ojos brillaran ante la nueva posibilidad que se abría ante él.

-¿Me prestas tu capa de invisibilidad y el mapa de Lupin? –ronroneó cerca de su oído arrancando un leve estremecimiento por parte de Harry.

-Te presto la capa, pero el mapa tendrás que pedírselo a Remus porque él lo tiene.

-Bien, si no hay más remedio...

° ° ° ° °

Con suaves, pero insistentes golpes, Severus obligó a Remus a dejar lo que sea que estuviera haciendo para abrir la puerta de sus habitaciones.

-En serio Severus –dijo el hombre en un tono entre divertido y molesto-, cualquiera diría que tienes trece años de nuevo.

Severus se dejó guiar por la conocida estancia modestamente adornada donde lo recibió el alegre gorjeo de James quien desde su cuna extendía sus bracitos hacia el hombre invitándolo a que lo levantara en brazos.

-Estaba apunto de preparar la fórmula de James –explicó Remus aunque no era necesario, porque era algo que Severus sabía a juzgar por la mirada divertida que le dedicó a su delantal salpicado de manchas que vestía en ese momento.

-¿Aceptas la ayuda de un profesional? –ofreció Severus con un tono demasiado amable.

-Depende. ¿Cuánto me costará?

-Nada que requiera demasiado esfuerzo de tu parte –comentó Severus con la cara a un palmo de James haciéndole cosquillas con la punta de su cabello-, es más me atrevo a pensar que es algo que vas a disfrutar mucho y que seguramente extrañas hacer.

-Lo siento mucho Severus pero yo sería incapaz de ayudarte a engañar a Harry y a mi no me gustan los hombres.

Por unos segundos Severus le dedicó a Remus la más dura de sus miradas escépticas.

-¿Ahora vas a venirme con el cuento de que tu y Black eran sólo amigos?

-Pues Sirius y yo...

-¡Olvídalo! En verdad no quiero saber. A lo que me refiero es si quieres volver a tu pasado delincuente y ayudarme a resolver este misterio.

-Deja ver si te entendí ¿quieres que te ayude a encontrar el libro de Voldemort con artimañas merodeadoras? –preguntó Remus entre incrédulo, sorprendido y divertido.

-¿Si digo que sí me ayudarás?

-Severus, creo que acabas de convencer a Moony para que entre a tu servicio –respondió Remus justamente en el mismo tono que usaba a los dieciséis años.

° ° ° ° °

Dos horas después de que alimentaron y durmieron a James, Severus tenía una clara idea de por qué Moony era el investigador de los Merodeadores y sólo veinte años después Severus descubrió como era que nunca habían funcionado sus trampas contra ellos. Remus en verdad analizaba todo desde cientos de ángulos en una forma tan obsesiva como inquietante porque era capaz de planear cientos de escenarios y sus posibles causas fallidas antes de llevarlos a cabo.

-Recapitulemos: Hugh York tenía detención con Filch y él es tu aliado, lo has interrogado y...

-No perdió al chico de vista ni por un momento mientras limpiaba los trofeos de la sala este –dijo Severus por quinta vez con voz cansina.

-Así que ellos dos están descartados –concluyó Remus alegremente mientras tachaba sus nombres de la lista-. Roger Lancaster estaba en la enfermería con Poppy y ambos sabemos que no hay modo en que ella le hubiera permitido dejar la enfermería ni un segundo y también estamos seguros de que ella está de nuestra parte, no le interesa tu libro y nunca deja a un paciente.

-Y los interrogué lo suficiente para saber que no mienten con su coartada.

-¿Interrogaste a Poppy? –preguntó escandalizado Remus.

-Pudieron haber usado un Imperio contra ella –se defendió Severus.

-Muy poco probable pero ya lo descartaste y te agradeceré me dejes los interrogatorios a mí.

-Hecho.

-Bien, eso sólo nos deja a Percy Weasley y Augusto Wiskers, el encargado del departamento de Regulación de Magia Oscura que vinieron expresamente con la intención de convencerte de que entregues el libro al Ministerio.

-Los sospechosos más fuertes ¿cómo es que nadie sabe dónde estaban?

-¡Fácil estábamos demasiado ocupados atestiguando el mejor encuentro de quidditch que se ha visto dentro de los muros de Hogwarts de la década y me atrevería a decir que el mejor del siglo pero como no he atestiguado tantos partidos, no puedo afirmarlo.

-¿Podrás concentrarte en este problema antes de que te adentres en las glorias pasadas deportivas de tus amigos fallecidos? –gruñó Severus.

-Amargado –susurró Remus antes de continuar-, para que lo sepas yo estaba sentado al lado del Sr. Wiskers durante el partido, con lo que nos quedamos con un solo sospechoso.

-Percy Weasley.

° ° ° ° °

Weasley seguía en la habitación que le había sido designada. No se había movido del lugar lo que era desesperante porque ni siquiera se movía.

-Debe seguir dormido –comentó Remus fastidiado.

-¿A las dos de la tarde? Debe estar leyendo mientras Wiskers sigue distrayendo a Dumbledore, o quizás está intentando memorizar todo el libro.

-Hablando de eso. ¿Por qué no hiciste una copia del libro Severus?

-Es extraño... –murmuró el aludido con gesto pensativo- cuando lo intenté sentí que absorbía algo de mí, como si me drenara y me dejaba exhausto. Además fue inútil, ningún hechizo copiador que conjuré funcionó.

-Si eso te pasó a ti, con lo astuto que eres, no creo que Percy pueda hacer una copia.

-Tengo la impresión de que te burlas de mí.

-¡Claro que no! –se defendió Remus-, es sólo que tienes que calmarte un poco. No podemos sacar a Percy a la fuerza de su habitación y no podemos entrar sólo porque tenemos una capa de invisibilidad, sería inútil, descubriría de inmediato que alguien abrió su puerta.

-Por lo menos sabemos que sigue ahí... –musitó Severus mientras su voz iba consumiéndose lentamente al concentrarse en el punto marcado como Percival Weasley en el mapa del merodeador hasta que estalló de nuevo con la sorpresa-. ¡Ha desaparecido!

-Por supuesto que no –dijo Remus dejando de mirar la puerta y volviendo su atención al mapa-. Nadie puede desaparecer dentro de Hogwarts.

-¿Y por qué no está en el mapa?

-Porque debe estar en un pasaje secreto que los merodeadores no descubrimos –explicó Remus más para él que para Severus-, es como si no estuviera en Hogwarts.

-¿Y de qué nos sirve el mapa ahora? –gruñó Severus peligrosamente.

-De muy poco hasta que regrese a algún camino conocido –concedió Remus preocupado-. Debemos encontrarlo.

-¿Por qué no entramos simplemente a su cuarto?

-Severus no juegues conmigo –susurró Remus conteniendo un gruñido molesto- ¿en verdad crees que dejaría el libro dentro de su habitación?

Severus cerró los ojos recordando la figura delgada y desgarbada de Percy Weasley cuando era su alumno. Siempre con un libro bajo el brazo o frente a su nariz, dándose ínfulas de muy sabio. No, él nunca dejaría un libro tan valioso atrás, lo traería consigo todo el tiempo ¿por qué no se le ocurrió eso a él? Porque eres orgulloso y creíste que tu magia era tan poderosa que nadie podría robarte.

Aquel era por mucho, un pensamiento inquietante. Siempre había sido un hombre juicioso, pero a raíz de que tenía el libro, su confianza en sí mismo se había disparado a un nivel alarmante. ¿Qué demonios pasa conmigo?

-¿Qué hacemos ahora?

-Intentamos predecir sus pasos adivinando su próximo movimiento de acuerdo a lo que sabemos de él –respondió Remus en el acto, claramente disfrutando del privilegio de ser el líder de la expedición.

-Lo único que sé de él es que es el tercero del clan Weasley, que no habla con su familia desde hace tres años y que ni siquiera conoce a su sobrina.

-Podría ser un principio… creo que Ginny es mejor opción que Ron.

-¿Quieres que vayamos a visitar a los Malfoy? –preguntó Severus horrorizado.

-Para serte honesto, quiero que tú hagas una visita a Draco y su encantadora familia –afirmó Remus palmeando la espalda de su amigo.

° ° ° ° °

Todo esto es por el libro se repitió Severus una y otra vez en el corto plazo entre su llamado y el tiempo que le llevó a Draco abrir la puerta.

-¡Profesor Snape! –lo saludó sorprendido.

-Saludos Draco, vine a hacerles una corta visita a nombre de Harry –fue toda la explicación que Severus dio antes de pasar y tomar asiento en el sofá menos repleto de libros de la habitación.

-L-lo lamento, es que estamos un poco atareados entre Dawn y los exámenes finales –se disculpó Draco levantando un montón de pergaminos para evitar que le cayeran encima a Severus que seguía repitiéndose todo esto es por el libro.

-¡Cariño tenemos visita! –alertó a su esposa antes de que saliera por la puerta contigua que era su recámara en algún estado poco arreglado que la pusiera en vergüenza y le acarreara a él una noche de gritos.

-¡Harry! Debiste llegar antes y habrías alcanzado a Ron y Hermio…ne –salió hablando apresurada Ginny justo antes de darse cuenta que estaba frente al profesor de pociones, molesta dirigió una mirada iracunda a su esposo sólo para descubrirlo ordenando los libros que tenían sobre el otro sillón.

-Me alegro –comentó Severus en su tono más cortés-, no creo que al señor Weasley le vaya bien verme cuando acaba de dar gracias por haber salido por última vez de mi clase, aunque haya sido sólo por recoger a la señorita Granger.

-Harry aún sigue molesto con nosotros –musitó Ginny desplomándose en el sillón que recién había recogido Draco quien no tuvo tiempo más que para gruñir un poco mientras depositaba los libros sobre la mesa, lo que necesitó de toda su habilidad para evitar que cayeran.

-No en realidad –respondió Severus sin comprender bien de qué hablaban-, más bien se debe a que ha estado estudiando mucho y sólo se preguntaba cómo estaban… ustedes y la niña. ¿Draco por qué no haces todo eso con magia?

-Porque apostó con Hermione que podía vivir un día sin magia –respondió Ginny por él antes de que Draco lo intentara, en ese momento estaba sosteniendo la gran pila de libros con su cabeza y hombro mientras intentaba alinearla para evitar que cayera.

-¿Acaso no estás estudiando? –preguntó Severus horrorizado.

-Sólo la teoría –explicó Draco una vez que logró su cometido, alejándose lentamente de la mesa para evitar tirar nada-, la práctica la tengo dominada y por eso Granger me tiene envidia y ha lanzado este reto inútil.

-Draco, sabes bien que eso no es cierto –intervino Ginny molesta- Hermione te dijo que Harry se había molestado porque ustedes dos apostaron sobre él y tú seguiste discutiendo con ella hasta que te retó a vivir sin magia por un día.

-¡Qué he cumplido! –señaló Draco orgulloso-, sólo me faltan dos horas y le habré demostrado de lo que soy capaz.

¡La apuesta! Harry había hablado de ella y Severus prácticamente lo había ignorado, hasta ahora recordaba el incidente como algo lejano, ¿qué había pasado entre ellos? Antes sólo tenía que ver a Harry para saber que algo le preocupaba, ahora había pasado por alto que todavía seguía molesto con sus amigos.

-Algo no está bien –susurró para sí mismo, cuando notó que había dicho su pensamiento a notar las miradas atónitas del matrimonio Malfoy.

-Sólo estábamos jugando con Harry –ofreció Draco avergonzado- y de repente todo se salió de control, supongo que mi madre tiene razón y si no aprendo a controlarme voy a terminar como mi tío Thrent que terminó zurciendo calcetas para poder vivir.

-Me alegro que lo reconozcas –comentó Severus como si estuviera en clase felicitando a Draco por una poción bien realizada- ya ubicaste tu problema, ahora sólo tienes que evitar caer en él. Siempre has sido muy competitivo, como tu hermano Percy –agregó mirando a Ginny.

-Si… ¡y no me gustaría perderte cómo a él! –exigió ella mientras abrazaba a su esposo.

-Así que aún no hacen las pases –concluyó Severus preocupado.

-Es increíble que siga en el colegio y no nos haya visitado –dijo Ginny entre sollozos-, aunque por lo menos envió una nota de felicitación cuando salió el aviso del nacimiento de Dawn en El Profeta.

-Le he dicho a Ginny que es cuestión de tiempo para que su hermano recapacite, a mí sólo me tomo seis años –bromeó Draco mientras intentaba consolarla trazando reconfortantes círculos en su espalda.

A mi también, recapacitó Severus recordando todos los años que había mantenido un muro entre él y Harry.


-Vaya Potter, me alegra descubrir que por primera vez está prestando atención en clase –dijo buscando una reacción del muchacho, lo que fuera lejos de esa mutua indiferencia que habían mantenido después del incidente del pensadero y que cada vez era más insoportable.

-Gracias profesor –contestó el joven terminando de recoger su mesa de trabajo-, las maravillas que logra la verdad y la honestidad.

-¿Estás remotamente tratando de insultarme Potter? –siseó Severus disfrutando de la nueva oportunidad de fastidiar al muchacho.

-No, profesor –musitó Potter intentando escapar de la pétrea mirada de Severus hasta que entendió que sólo había una forma de salir de ese salón y era con el usual intercambio verbal. Suspiró antes de hablar-. Sólo señalo el hecho de que mi desempeño en su clase estaría más cercano a sus expectativas si su desempeño como maestro fuera mejor.

-¿Estás culpándome por tu incompetencia? –susurró Severus en el más peligroso de sus tonos.

-Estoy afirmando que en su clase hay personas muy talentosas en el fino arte de las pociones y usted no lo sabe, y no –se apresuró a decir Harry antes de ser interrumpido-, no estoy hablando de mi, que he descubierto el motivo por el que me distraigo en su clase, sino de algunos compañeros que están demasiado se sienten demasiado intimidados por su persona para concentrarse como sería debido.

-Un verdadero Maestro en Pociones debe trabajar en las peores condiciones –se defendió Severus sin saber por qué.

-¡Pero no un niño de once años que no tiene idea de lo que se le pide! –gritó Harry sin poder contenerse más-, su trabajo es enseñar y forjar el carácter de posibles futuros Maestros en Pociones y cuando se han decidido tomando el curso avanzado, entonces sí, someterlos a las peores condiciones.

-¡No te atrevas a cuestionarme Potter!

-Entonces no me presione... señor –sentenció el joven en un frío murmullo antes de abandonar el aula y dejar a Severus sumido en su propia cólera y una aguda reflexión que llego a su punto máximo cuando Ámber Kernell lo acorraló hasta quitarle la venda que era la sombra de James Potter y descubrir a Harry, el joven detrás de la fama.

Todo había cambiado tanto desde entonces, Severus sintió una repentina añoranza, un deseo irrefrenable de levantarse y salir corriendo de la habitación de los Malfoy, olvidarse del libro y correr hasta encontrar a Harry, estrecharlo entre sus brazos y cubrirlo de besos por haberlo olvidado. Ahora que lo pensaba no entendía cabalmente su obsesión, teniendo algo mil veces más valioso que el poder: el amor.

Empezaba a disculparse para salir de ahí cuando comenzaron a golpear con fuerza la puerta de entrada, al tiempo que gritos acalorados llegaban hasta ellos discutiendo sin sentido. Alarmados, Draco y Severus se lanzaron a descubrir de que trataba ese alboroto seguidos de cerca por Ginny.

Afuera se encontraron con la visión menos esperada. Percy Weasley discutía aporreaba la puerta mientras discutía acaloradamente con su hermano menor que intentaba hablar con mayor fuerza hasta el punto de que ninguno notó cuando se abrió la puerta. Sólo Hermione notó ese hecho pero estaba demasiado sumida en la discusión, intentando en vano calmar los ánimos que no alcanzó a decir nada.

-¡ESTOY HARTO DE TÍ PERCY! De tu egoísmo y tu supuesta superioridad que sólo se basa en seguir reglas estúpidas –gritaba Ron con ahínco- Harry no ha hecho nada indebido ¿ENTIENDES? Absolutamente NADA, no tienes motivo para venir a interrogarlo.

-¡NO ES POR ÉL QUE ESTOY AQUÍ! –vociferó Percy- ¿No logras comprender la complejidad de un asunto como este? No es sólo que las relaciones entre profesores y alumnos estén prohibidas.

-¡BASTA! –dijo Hermione entre sollozos- ¿No se dan cuenta del daño que esto le puede hacer a Harry?

Sólo entonces Severus notó que había un hechizo protector contra oídos indiscretos a su alrededor que parecía empezar a desvanecerse tomando en cuenta que ellos escuchaban perfectamente, seguramente obra de Hermione. Con una floritura renovó el conjuro ampliando el rango de protección.

-¿Y ustedes no se han dado cuenta de que ha sido un "romance repentino"? Snape bien puede estar abusando de la fragilidad emocional de Harry Potter para aprovecharse de su fama y lograr sus ambiciosos propósitos.

-¿Qué ambiciosos propósitos Percy? –Ron se acercó peligrosamente a su hermano, era más alto y fornido y en ese momento no le importaba sacar provecho de esa ventaja-. Snape es tan héroe de guerra como Harry, es listo y respetado, no necesita demostrar nada.

-¿NO? Ron por favor no seas tan ingenuo –se mofó Percy intento demostrar que no se sentía intimidado pero fallando miserablemente-. ¿Lo has visto recientemente? No ha permitido que el Ministerio tenga control del Libro Oscuro.

-¡Está en su derecho según el reglamento vigente de enfrentamientos y pagos de ofensas!

-Por favor Hermione, no todo en la vida se rige por manuscritos antiguos que siguen vigentes.

-Curioso que lo digas tú que siempre te riges por las reglas –gruñó Ron cada vez más molesto.

-Lo sé –reconoció Percy derrotado-, se que me he portado terriblemente, pero deben entender... quería lograr un puesto respetable y después no tuve coraje para regresar a casa derrotado. Quise estar presente en la boda de Ginny... pero ha sido difícil.

-Tú lo has hecho difícil –afirmó Ron dándole espacio a su hermano-. ¿Te has dado cuenta de lo estúpido que has sido?

-¡Por eso quiero ayudar a Harry ahora! –exclamó fervientemente Percy-, sólo así me perdonarán mis padres. Necesito advertirle de el tipo de hombre que es Snape, descubrir si está bajo el poder de una poción de amor o algo aún peor.

-Harry está consciente del tipo de hombre que es el profesor Snape –dijo Draco revelando por fin su presencia, la de Ginny y la de Severus.

-En cuanto a algún filtro amoroso, no debes preocuparte Weasley –comentó Severus arrancando un estremecimiento de Percy-, puedo garantizarte que no ha habido ninguno, Potter es inmune a cualquier Imperius y nosotros, a pesar de que él es legalmente un adulto, no llevamos ninguna clase de relación fuera de los parámetros profesor-alumno, que el de amigos. Y sólo para evitar reclamos te informo que esa decisión la tomamos no por las reglas, sino porque creemos firmemente que cualquier relación amorosa futura debe basarse en una férrea amistad.

Sin más, desvaneció el conjuro protector , dio la vuelta y se alejó permitiendo que su capa flotara tras él en un ensayado efecto dramático que sabía rompería el resto de las barreras para que esa familia se reconciliara.

Ahora sólo tengo que encontrar a Remus y gritarle mucho por su incompetencia en rastreo.

° ° ° ° °

No había andado mucho cuando fue prácticamente arrastrado por Remus hasta el salón de pociones. Cualquier insulto que Severus tenía planeado para el hombre se desvaneció al ver su rostro preocupado y sentir cierto temblor en sus manos.

-¿Qué demonios sucede Lupin? –atinó a gruñir después de un rato-. Te desapareciste sin más y no fuiste capaz de encontrar a Weasley. ¿Tienes idea de lo que me acabo de enterar? ¡EL NO TIENE EL LIBRO!

-Lo sé.

-¿Cómo?

-Encon-tré al ladrón –tartamudeó Remus mientras pasaba una mano entre su cabello-. Y-yo alteré un poco el mapa para que señalara objetos mágicos inusuales y... no vas a creerlo.

-¿Quién es el ladrón? –preguntó Severus repentinamente ansioso, sintiendo que un sudor frío lo recorría por completo y controlando apenas el deseo de sacudir a Remus hasta sacarle toda la verdad.

-Yo –respondió con increíble calma y serenidad una voz pausada a su espalda. Ese fue el momento en que Severus notó que no estaban solos y casi quiso gritar por la sorpresa.

° ° ° ° °

Continuará

N/A: Muy bien, llegamos a la recta final, en el próximo capítulo sabrán quién se robó el libro, por qué y más detalles sobre el romance entre Harry y Severus. ¡Hasta la próxima!