Dragon Ball Z y sus personajes NO ME PERTENECEN. Solo hago esto por diversión y para su entretenimiento.
─ ¡NO! ─gritó Gohan a todo pulmón incorporándose en la cama, despertando abruptamente a su pequeño hermano en el proceso.
─ ¡¿Gohan, qué pasa?! ─se quejó el pequeño, pero su hermano no le respondió. El mayor de los Son estaba en trance. Ese sueño había sido muy realista y no podía dejar de sentir su sangre arder al recordar como Sharpner tenía esas atenciones hacia su Videl y aunque solo se tratase de un sueño, o mejor dicho una pesadilla para él, lo había afectado y más aun sabiendo que esos dos sí habían estado a solas ese día. ─ ¡¿Gohan, a dónde vas?! ─ gritó el pequeño Goten al verlo abrir la ventana, para luego, tomar vuelo segundos antes de que sus progenitores entraran despavoridos en la habitación.
─ ¡¿Qué está pasando aquí?! ─exclamó la matriarca. ─ ¿Dónde está Gohan?
─No lo sé; se despertó gritando y de la nada salió por la ventana; se veía furioso. ─Milk miró a su esposo preocupada.
─Yo iré a ver qué pasa con él.
Tomando el mismo camino que su hijo había tomado, Goku emprendió vuelo.
─Mami, ¿esto tiene que ver con Videl? ─ Milk no supo qué responder.
El sonido de las rocas siendo destruidas por sus ataques era lo único que contaminaba la tranquila atmosfera de la noche. Su cabello rubio, sus ojos turquesa y sus músculos flexionados, delataban la frustración que embargaba su ser. El sueño que tuvo donde Videl y Sharpner estaban escalando pasiones sin ningún reparo, solo aumentaba su furia. Su sangre ardía con el solo hecho de pensar en que algo así hubiese pasado o pudiese pasar y todo por su culpa.
─Oh Sharpner…
Una esfera de ki se formó en sus manos.
─ ¿A quién amas? Dímelo, mi Videl…
La esfera se hacía cada vez más grande.
─A ti…
El estruendo que llenó el aire pudo escucharse a kilómetros. La esfera impactó contra una montaña con una potencia que solo un saiyajin enojado podría concebir. Por ser tan confiado e ingenuo, terminó con la única chica en toda su vida que había sido capaz de mover su mundo con solo sonreírle. Y estaba furioso consigo mismo…por haber arruinado todo.
Formó otra bola de ki entre sus manos y la lanzó hacia otra montaña viendo como esta sucumbía ante el ataque.
─ ¿Terminaste? ─ preguntó una voz a sus espaldas.
─ ¿Qué haces aquí?
─ ¿Qué crees? ─Gohan no respondió. ─ ¿Qué es lo que te está pasando?
Al ver el semblante preocupado de su padre, volvió a su estado normal y se dejó caer al suelo, pasándose las manos por su cabello. Goku se sentó a su lado. Por un largo tiempo, reinó el silencio. El esposo de Milk no era el más elocuente con las palabras, por lo que, esperaba a que su hijo iniciara la conversación, especialmente porque no quería presionarlo.
─Lo que pasa es que…soy un idiota…─ Goku frunció el ceño mientras escuchaba todo el relato derivado de esa frase y no podía creer lo que escuchaba. ─…cuando supe que Lime me estuvo mintiendo, la confronté y traté de conversar con Videl, pero en ese momento…ella se fue con…otro…─dijo con amargura. ─ Acabo de soñar que ella…estaba con él y…enloquecí; tuve que salir de la casa y descargar mi frustración en algo. ─ respondió. ─La extraño, papá; por mi culpa terminamos y cada vez es más difícil controlar mis emociones hacia la situación.
─Eres mitad saiyajin, Gohan; tus emociones siempre serán mucho más intensas que las de un simple terrícola y más si se trata de algo o alguien que te importa…como Videl…
─ ¿Qué debería hacer, papá?
─Al igual que en muchas ocasiones anteriores, te diré lo que siempre digo: no tengo idea. ─Gohan se fue de espaldas.
─ ¡Papá!
─Lo siento, pero sabes que no soy el mejor en estos asuntos. ─respondió rascándose la nuca con nerviosismo. ─Lo que sí sé es que ustedes dos se quieren y creo que todo estará bien. ─ Gohan sonrió ante la afirmación de su padre. Momentos como ese son los que opacaban los años de ausencia en su vida ─Ahora volvamos a casa; tu mamá debe estar preocupada. ─dijo mientras se levantaba y le extendía la mano a su primogénito.
Finalmente, el día había llegado. La obra estaba a minutos de empezar y todos corrían de un lado a otro.
─ ¡Todos a sus puestos! ─ avisó Erasa, quien queriendo estar atenta a cualquier eventualidad que ocurriera entre "el trío", se ofreció para ser la encargada tras bastidores y en esos momentos estaba hasta la coronilla de preparativos. Observó a su amiga rodeada de unos de sus compañeros encargados del vestuario arreglando los últimos detalles de su traje. Hasta donde tenía entendido, ella y Gohan no habían intercambiado palabras desde aquella tarde que se marchó con Sharpner a ensayar, no porque Gohan no lo haya intentado, era Videl la que lo evitaba. Era tan frustrante…
─ ¡Es hora!
Tendría que pensar en eso más tarde.
Gohan observaba la audiencia desde detrás de bastidores. El auditorio estaba lleno y, hasta ese momento, la gente estaba disfrutando la obra. Podía ver a Mr. Satan sentado en primera fila, totalmente sonriente viendo a su única hija actuar magistralmente. Debía admitir que estaba sorprendido de verlo allí, pero sabía que desde el incidente de la gran criatura rosa que terminó viviendo con él, se estaba esforzando para ser un mejor padre. A su lado, estaba su familia. Les había repetido mil veces el hecho de que él era el suplente, por lo que, no participaría en la obra al menos que Sharpner estuviese indispuesto, pero su madre no entendió razones. Por último, fijó su vista en Videl. Se veía simplemente hermosa y no podía apartar su vista de ella. Había tratado de acercarse sin éxito y esperaba que pronto pudiese hacerlo. Con Lime no había tenido más contacto del necesario; seguía furioso por lo que había hecho y dudaba que algún día pudiese perdonarla del todo.
Lo único que le importaba era volver a recuperar a su justiciera.
Sharpner observaba sonriente tras bastidores mientras se acercaba la gran escena del beso. Todos los presentes lo verían besar a la chica de sus sueños y esperaba que, con el tiempo, viniesen una infinidad de besos con ella, ninguno actuado.
─Estas disfrutando esto, ¿no?
─ ¿Qué cosa?
─ Ilusionarte con lo imposible.
─ ¿Imposible? ¡Ja! Para que lo sepas estamos más cercanos cada día, como aquella vez que me invito a su casa a ensayar; realmente creamos una conexión. ─ Erasa entrecerró los ojos claramente no creyéndole.
─ ¿Qué pasó realmente? ─él suspiró.
─Traté de besarla y me dio una patada en mi parte más sensible.
─Sharpner…
─ ¡Es un inicio!
─ Claro que no; sabes bien lo que ella siente por Gohan.
─ ¿Por el cerebrito que le rompió el corazón? Por favor…
Erasa rodó los ojos.
─Muy bien; sigue mintiéndote. Prepárate que ya se acerca tu "gran escena". ─ Obedeció a su amiga, arreglando los últimos detalles de su salida.
─Suerte en el gran final. ─ Tanto Sharpner como Erasa se sorprendieron ante el dueño de esa voz.
─Gohan, tenía rato que no te veía. ─respondió la rubia.
─Estaba viendo la obra; a todos les ha encantado. ─afirmó. ─ Y sé que les encantará el final; rómpete una pierna, compañero. ─ deseó sinceramente mientras palmeaba el hombro del rubio en señal de apoyo, sorprendiendo a Sharpner por completo. Aunque el pelinegro se muriese de los celos, no tendría una mala actitud esa noche, sabiendo cuán duro sus compañeros y él habían trabajado para hacerla posible.
─Gracias, cerebrito. ─ Gohan sonrió para luego alejarse un poco de ambos.
─Irás al infierno de seguro…─susurró Erasa a su lado. Él no respondió. Si él estuviese en el lugar de Gohan, ni se acercaría al chico que fuese a aprovecharse del momento con su chica, porque toda la escuela sabía que eso era lo que el rubio trataba de hacer, y mucho menos, le desearía suerte. Gohan no dejaría de asombrarlo…
Y por primera vez ese día, le daba la razón a Erasa; él iría al infierno por interponerse entre esos dos.
Videl se dejó caer "desmayada". Era la escena final y debía salir a la perfección aunque eso significase volver a besar a cierto rubio…Ya era bastante malo tener que besarlo en los ensayos; no se imaginaba lo que sería hacerlo frente a un auditorio totalmente lleno. Lo que más le irritaba: el rubio parecía no entender que todo era una actuación. Cuando fueron a ensayar a su mansión, tuvo que golpearlo para que dejara sus acercamientos y la dejara en paz porque aunque estaba soltera, no estaba interesado en él y tenía que entenderlo por las buenas o por las malas; él era…simplemente… todo lo opuesto a Gohan…
Se recriminó mentalmente.
No debería estar pensando en él; debía recordar sus líneas, no a Gohan. Su orgullo no le permitiría derramar una lágrima más por él.
Finalmente, escuchó los pasos de Sharpner acercándose.
─ ¡Leila! ─exclamó con la voz distorsionada mientras corría a su lado y se arrodillaba para socorrerla. ─Mi vida, vamos, reacciona.
─ ¿Renji? Oh Renji, volviste por mí.
─Jamás te dejaría, te prometí que nunca haría tal cosa. ─acarició suavemente aquella mascara que la separaba de su identidad.
─Lo sé, me lo has demostrado, pero…
─ ¿Qué sucede?
─Dices amarme, pero no confías lo suficiente como para revelarme tu identidad.
─Sabes que eso no es cierto. Yo te amo y quiero tener toda la vida contigo.
─Demuéstramelo; quiero verte. ─ se incorporaron hasta quedar frente a frente. La chica alzó sus brazos con duda de si éstos debían seguir su camino, pero al ver que él no se alejaba, siguió con su cometido. Desató el nudo que mantenía la máscara sujeta a su cabeza y la quitó lentamente.
Videl observó con verdadera sorpresa como el hombre con el que había ensayado desde un principio no aparecía detrás de la máscara, en su lugar, había un pelinegro que ella había estado evitando desde un principio.
─ ¿Acaso te he decepcionado? ─ ella sabía que esa línea estaba en el libreto, pero en esos momentos, estaba trascendiendo en ella de una manera que nunca imaginó
─Todo lo contrario, mi caballero… eres perfecto. ─ Y Gohan quiso creer que esas palabras eran ciertas y que no solo se trataba de unos escritos que ella había memorizado.
─ Ahora que has visto mi verdadero yo, ¿piensas que vale la pena lo nuestro? No soy rico, ni puedo prometerte un futuro seguro, pero te amo y necesito saber si eso es suficiente. Lamento no haber apreciado desde un principio a la hermosa mujer que tengo frente a mí, pero fui tonto e ingenuo y lamento en lo más profundo de mi alma haberte hecho sufrir.
─Profesora, eso no estaba en el libreto…─decía uno de los asistentes a la directora de dicha obra mientras hojeaba rápidamente.
─No, no lo está. ─ respondió sonriente. No sabía de dónde habían aparecido esos diálogos o por qué estaba el suplente en la obra, pero a la gente parecía gustarle.
─Entonces, solo tengo amor para ti.
Ellos sabían que los personajes se habían esfumado hace tiempo atrás y que a pesar de que repetían la mayoría de los diálogos, el significado era mucho más profundo.
─Es lo único que anhelo…─ Videl sintió como Gohan la tomaba delicadamente de la cintura y la acercaba a él con sumo cuidado y antes de que se diera cuenta sus labios se encontraron.
El contacto les supo a gloria.
Ambos extrañaban esos besos y todos aquellos gestos que solo entre sus momentos de pareja podían compartir.
La audiencia estalló en aplausos ante la escena final mientras las respectivas familias de los actores sacaban innumerables fotos para inmortalizar el momento.
─Hiciste lo correcto. ─ le comentó Erasa a Sharpner.
─Como sea…─fue su simple respuesta.
─Mejor así; me ahorraste el trabajo de secuestrarte ─él la miró extrañada.
─ ¿De qué estás hablando?
─Solo digamos que muy cerca de aquí hay un bolso que contiene un paralizador, una cuerda y cita pegante. ─el rubio se alejó unos pasos de ella.
El telón hizo acto de aparición y les tomó a los dos jóvenes un par de segundos para separarse. Sus mentes eran presas de la adrenalina que recorría sus cuerpos.
─ ¿Qué estás… haciendo? ─preguntó Videl. Trataba de aparentar enojo, pero las palabras salieron de ella en forma de suspiro. Estaba confundida: en un momento estaba actuando con Sharpner, luego de la nada, aparece Gohan, la besa y la deja con un torbellino de emociones que la estaban abrumando sobremanera.
─Yo…─trató de responder mientras la mantenía cerca de él; no quería soltarla…─lo siento. ─Videl lo observó por unos instantes, volviendo de lleno a la realidad. El hechizo del beso había acabado y ahora sus zafiros se enfocaban en él, expectante a cualquier palabra que pudiesen ser pronunciadas por él. ─Tenías razón, Lime estuvo engañándome todo el tiempo, solo con el propósito de alejarme de ti. ─ella permaneció en silencio, lo cual lo extrañó sobremanera. Él esperaba gritos, exaltaciones, palabras de odio, incluso hasta un simple "te lo dije", pero no. Ella estaba allí, mirándolo seriamente, sin inmutarse ante sus palabras…─Videl…perdóname por favor…─pero antes de que ella tuviese tiempo de contestar, alguien los interrumpió.
─ ¡Videl, Gohan! ─avisó uno de sus compañeros. ─Cuando escuchen su nombre, salen y saludan a la audiencia. ─Habían estado tan ensimismado en su conversación que no notaron el momento en el que los bastidores quedaron vacíos.
─En el papel de Leila… ¡Videl Satan! ─dirigiéndole la mirada por un momento al pelinegro, para luego salir hacia el escenario donde sus compañeros aplaudían a coro con la audiencia. No tuvo más opción que forzar una sonrisa.
─ ¡Bravo, mi Videl! ─ vociferó su orgulloso progenitor, aplaudiendo a más no poder.
─ Y en el papel de Renji… ¡Gohan Son!
─ ¡Ese es mi hijo! ¡Ese es mi hijo! ─vociferaba Chi-Chi con el orgullo saliéndole por los poros. ¡Sabía que su Gohan estaría en la obra! ¡Su instinto de madre siempre acertaba!
La maestra se colocó en el medio de los protagonistas tomó de sus manos e inició la reverencia final del elenco completo.
El after-party comenzó inmediatamente el elenco abandonó el escenario. Videl estaba harta, no de la fiesta ni las felicitaciones de sus amigos, sino de toda la situación con Gohan. Se odiaba a sí misma por haber sucumbido de esa manera ante el beso que compartieron porque ella muy bien sabía que no fue actuación, que ese beso fue real y que ella sucumbió ante él con tanta facilidad…
─ ¡Videl! ─ antes de que pudiese reaccionar, sintió como sus piernas eran rodeadas por unos pequeños brazos.
─ ¿Goten? ─el menor de los Son la observó sonriente.
─Te he extrañado mucho, ¿Cuándo volverás a jugar conmigo?
─No lo sé…es que…
─ ¿Gohan te hizo algo? ¿Por eso ya no nos visitas? ─ no quería entrometerlo en esto, claro que no, pero esos ojitos al borde de las lágrimas la estaban afectando. Adoraba a Goten y por ningún motivo quería verlo llorar, por lo que, lo alzó en sus brazos para tratar de tranquilizarlo.
─He estado ocupada, pequeño. ─él pareció no creerle.
─Escuché a mamá y papá decir que Gohan está extraño por ti. ─dijo─ ¿Es verdad?
No supo cómo responder. Primero porque estaba hablando con un niño de problemas amorosos que no le correspondía y segundo…porque honestamente no esperaba esa información. Sintió el poder de esa afirmación palabra por palabra, al sentir como su corazón latía desbocado.
─Señorita Videl, el avión la espera. ─informó un hombre a sus espaldas.
─ ¿Avión? ¿Te vas? ─preguntó al borde de las lágrimas─ ¡No quiero que te vayas! ─terminó de decir mientras se aferraba más a ella.
─No llores; yo… tengo que resolver algunos asuntos, pero verás que pronto volveré.
─ ¿Qué tan pronto?
─Antes de que te des cuenta, ya estaré de regreso. ─respondió. ─ No llores, ¿bien?; no me gusta verte llorar…A ver, ¿hay una sonrisa para mí?─como pudo el pequeño se secó las lágrimas y le regaló una sincera sonrisa, seguida de un beso en la mejilla. ─ Así me gusta.
─Pero te voy a seguir extrañando.
─Lo sé. ─respondió─ Ya me tengo que ir, pequeño. ─Lo colocó nuevamente en el suelo viendo como la miraba triste.
─Ok…pero prométeme que te cuidarás y que volverás pronto a jugar conmigo. ─dijo levantando su pequeño meñique, esperando que Videl cerrara el trato. Ella sonrió.
─Prometido.
¿Dónde se supone que se había metido Videl? Desde que comenzó la fiesta había tratado de acercarse a ella, pero siempre aparecía alguien para interceptarlo, ya fuese para felicitarlo por la obra o por el mero capricho de entablar una conversación. No quería ser grosero, pero se estaba desesperando. Necesitaba hablar con ella.
─Ahí estas.
─Hola, papá…
─ ¿Por qué ese humor?
─No puedo encontrar a Videl.
─Eso es porque se fue. ─respondió una voz a sus espaldas.
─ ¿A qué te refieres, Goten?
─Un señor le dijo que su avión estaba listo; hace ya un buen rato que se fue.
─ ¡¿Por qué no dijiste nada?!
─Nadie me preguntó. ─Gohan rodó los ojos.
─No es gran cosa, hijo; solo localiza su ki ─ Gohan lo miró sorprendido. ¿Cómo pudo haber olvidado el ki? Se hubiese ahorrado mucho tiempo si tan solo la hubiese rastreado de esa forma….Se sentía tan estúpido. ─ Al parecer, el avión ya despegó. ─declaró Goku al sentir como el ki de Videl se movía.
Gohan observó a su padre con el ceño fruncido. Si el avión había despegado, debía darse prisa…
Miraba distraídamente por la ventana, perdiéndose en la oscuridad de la noche. Se suponía que ese viaje de negocios al que su padre la había invitado para pasar tiempo de calidad con ella, serviría para despejar su mente de cierto semi-saiyajin, pero después de ese beso...lo veía como una misión imposible. Maldijo internamente. Él le había perdido perdón, había reconocido que se había equivocado y, aun así, ella era incapaz de dar el brazo a torcer. Su orgullo estaba a flor de piel y no sabía cómo controlarlo.
─Señorita Videl. ─llamó una de las asistentes del vuelo. ─Su padre llegará un poco más tarde de lo esperado. ─ella asintió. Su padre tenía que resolver algunos asuntos antes de llegar, por lo que, ella se adelantaría para los tramites de estadía y demás, pero al parecer, estaría más tiempo del esperado por su cuenta.
Cuando la asistente de vuelo regresó a sus actividades, Videl se recargó nuevamente sobre el asiento. Tal vez debería dormir un poco y despejar la mente un rato, pero no fue así.
A los pocos minutos, escuchó una serie de exclamaciones.
─ ¡Es él! ¡Es realmente él!
─ ¡¿Qué hará aquí?!
─ ¡Creo que quiere entrar al avión!
¿Entrar al avión? Videl frunció el ceño. Estaban en el aire, ¿quién se supone que iba a entrar? Se levantó de su asiento y se dirigió al origen de las voces.
─ ¿Qué está pasando? ─los presentes no respondieron, solo señalaron hacia la ventanilla frente a ellas.
─ ¿Pero qué…?─ eso no podía ser cierto. Del otro lado, el gran Saiyaman hacía acto de presencia. ─ ¡No dejen que entre!
─Pero señorita Videl, puede ser importante.
─No me importa. ─respondió. Un pequeño toque en el vidrio hizo que todos redirigieran su atención a la ventanilla donde el reconocido superhéroe juntaba sus enguantadas manos en manera de súplica. Todo el staff del avión observó a la pelinegra. ─ ¡Bien! ─ expresó derrotada mientras volvía a su asiento.
Casi de inmediato, todo el personal presente del avión se colocó detrás del que abriría la puerta, abriéndola lo suficiente para que el superhéroe entrara.
─Saludos, ciudadanos. ─la emoción era palpable en ellos. ─Lamento importunarles, pero necesito tratar un tema de suma importancia con la señorita Videl. ¿Podrían dejarnos a solas? ─ellos asintieron mientras se alejaban del lugar. Con ellos fuera de la vista, Gohan enfocó toda su atención en Videl. Con el corazón en la mano, se acercó a ella y se petrificó a unos pocos pasos. Se quedó totalmente en blanco…Era extraño; cuando siguió el impulso de perseguir el avión, tenía muy claro que decirle, pero tenerla de frente, lo había afectado. ¿Estaba tan furiosa con él que se iba? Estaba confundido y se podría decir que hasta dolido.
Dando un gran respiro, se sentó al lado de la pelinegra, quien miraba por la ventana.
─ ¿A dónde vas? ─ preguntó seriamente, sorprendiéndose a sí mismo de lo autoritaria que sonó la pregunta, teniendo en cuenta que su intención era otra.
─No creo que sea asunto tuyo. ─ respondió sin voltear a verlo. Gohan permaneció en silencio─ ¿Qué haces aquí?
─Necesitamos a hablar…
─ ¿De qué? ─ el joven frunció el ceño.
─Estas bromeando, ¿verdad? ─ella solo se dedicó a mirarlo. ─Videl…ya te dije que lo siento…
─ ¿Y qué quieres que haga? ¿Qué te aplauda?
─ ¿Por qué respondes así? Por lo menos deberías intentar entenderme.
─ ¿Entenderte? ─respondió poniéndose de pie. ─En serio, Gohan, ¿crees que no entiendo como la preferiste a ella?
─Eso no es justo…
─Entonces, ¿qué es lo justo según tú? ¿Qué yo haya tenido que soportar un mes de rechazos? ¿Qué te viera besar a otra después de que tú terminaras conmigo?
─Ese beso no fue como crees…
─ ¿Y cómo fue entonces? No me vengas con cinismos.
─Videl…
─ ¡No quiero escucharte!
─ ¡Te amo, maldita sea! ─exclamó frustrado. ─ ¡Lo siento, de verdad lo hago! Jamás me había arrepentido de una decisión como lo estoy haciendo ahora. Yo… te necesito.
Los ojos se le cristalizaron ante aquellas declaraciones. Ella lo amaba, no lo iba a negar, pero tenía miedo, un miedo irracional a lo que pueda significar involucrarse de nuevo von el chico que tenía la capacidad de destruir su espíritu por completo.
─Vete…─dijo dándole la espalda.
─Vi…
─Ahora…─ con el corazón roto y un desasosiego como hace mucho no sentía, el primogénito de Goku hizo un ademán de acercarse, pero no lo hizo. Con el dolor transmitido en su azabache mirada, se alejó de ella y abandonó el avión.
En el momento en que escuchó como el staff cerraba aquella puerta, dejó salir el aliento que había contenido, al igual que las lágrimas que había estado conteniendo.
─ ¿Quieres hacer algo después de clases, Gohan? ─él negó con la cabeza. ─Oh, vamos; estoy cansada de estar con Sharpner…
─ ¡Oye! ─Gohan forzó una sonrisa. Desde que él y Videl habían terminado, el grupo pocas veces salía para evitar los encuentros incómodos que conllevaría tal acción. Él les había dicho que no era necesario que anduvieran con él, ellos conocieron a Videl primero, pero ambos rubios se negaron. Independientemente de lo que pasase entre ellos dos, no elegirían un bando.
─Creo que ya debería irme; tengo muchas cosas que hacer en casa. ─se despidió.
─ ¿Seguro de que no quieres hacer algo?
─No, gracias; hasta luego.
Él sabía que una ruptura no era algo agradable, pero la suya era realmente intensa. No podía dormir bien, ni comer, ni siquiera podría concentrarse. La extrañaba demasiado y le costaba aceptar el hecho de que ya no eran pareja. Pero no podía hacer nada…Ya todo había acabado.
─ ¡Gohan!
─ ¿Olvidé algo? ─con lo distraído que estaba no le sorprendería.
─No, es solo que…no te desanimes.
─Erasa…
─Lo digo en serio; sé que ella te ama y que ustedes volverán eventualmente.
─No puedo vivir de esa esperanza; ya es doloroso saber que por una idiotez de mi parte, arruiné las cosas con la única mujer a la que he amado.
─Ten fé…
Y él quería tenerla de verdad, pero aquella conversación que tuvieron en el avión tres días antes, parecía definitiva.
Antes de que pudiese emprender camino nuevamente, escuchó varias sirenas pasar a toda velocidad.
─ ¿Qué está pasando?
─No sé; iré a averiguar.
Corriendo hacia la salida, se transformó en el Gran Saiyaman y siguió a las patrullas hasta un banco que ardía en llamas.
─ ¿Qué ocurre? ─preguntó.
─Unos hombres trataron de asaltar el banco, pero gracias al cielo, la señorita Videl los detuvo. ─respondió señalando a los hombres que eran ingresados en unas patrullas.
─ ¿Y el incendio?
─Uno de ellos había escondido y detonado una bomba en el interior; estamos tratando de sofocar las llamas porque…la señorita Videl sigue dentro. ─Gohan palideció.
No entendía cómo había acabado en esa situación tan rápidamente. Dos horas antes, se encontraba llegando a su hogar luego del viaje al que acompañó y luego se encontraba frustrando un robo. Nunca imaginó que terminaría de esa forma.
Cuando la bomba explotó quedaban pocas personas en el edificio y ella corrió a socorrerlos. Rescató a la última persona y cuando se disponía a salir, todo se derrumbó a su alrededor.
No podía respirar, el humo y el polvillo en el aire no se lo permitían, un gran fragmento de concreto le había lastimado la pierna y en su intento de escapar, se había lastimado la muñeca. ¿Cómo iba a salir? Las múltiples heridas y la desorientación que sentía por la falta de oxígeno no le permitían volar… ya no sabía qué hacer. Y trataba con todas sus fuerzas, pero era en vano. Por más fuerte que fuese su determinación, su cuerpo no respondía…
─ ¡Videl! ─ escuchó como alguien la llamaba desde cierta distancia. Al principio, se lo atribuyó a su imaginación y más aun reconociendo esa voz. ─ ¡Videl!
─¿Go…Gohan…?─susurró entre la desorientación y la incredulidad. Las llamas ardían a su alrededor, lo que quedaba de estructura amenazaba con desplomarse, el calor seguía subiendo y, aun así, lo único que ella podría registrar era que la voz de Gohan se seguía acercando a ella. ─ ¡Gohan!
─ ¡Tranquila! ¡Ya voy por ti! ─ gritó. Tenía la adrenalina al máximo. Ella estaba en peligro y él debía rescatarla. Corrió apartando bruscamente todos los escombros de su camino. De repente, escuchó otro derrumbe, seguido de un chillido. Palideció. ─ ¡Videl! ─ llamó desesperado. Pasaron unos segundos angustiosos donde el miedo nublaba su buen juicio y no le permitía concentrarse lo suficiente para ubicar su ki. ─ ¡Videl!
─ ¡Por aquí! ─ el suspiro de alivio fue notorio y más aún al escucharla del otro lado del muro frente a él. Lo derribó y combatiendo con el humo y el polvillo, buscó a la pelinegra, guiado por la constante tos que la aquejaba.
Videl levantó la vista, tratando de enfocar lo mejor que podía. Luego de ese segundo derrumbe, había quedado en una especie de triangulo hecho de varias varillas, que milagrosamente no llegaron a aplastarla, pero aun así, no había ayudado a su situación.
─Videl ─suspiró aliviado. Se acercó a ella y la liberó de todo lo que la recubría y ayudándola a ponerse de pie, pero la pierna le falló. ─ ¿Estás bien?
─Me he lastimado la pierna.
─ Tenemos que salir, según el oficial, aún hay otro explosivo a punto de detonar. ─la cargó en sus brazos y salió disparado esquivando todo lo que se le interpusiese.
A pesar del dolor físico y sus muy contaminados pulmones, Videl solo se preocupaba de no perder ningún rastro del joven que la cargaba con tanta facilidad. Vino a buscarla, sin preguntar qué, cómo o cuando, él simplemente vino a salvarla como siempre.
La salida más clara era una ventana, en el nuevo primer piso creado por el derrumbe, que daba a la parte trasera del destruido banco. Gohan no lo dudó. En el preciso momento en que salieron del edificio, una fuerte explosión se produjo, lanzando a los adolescentes a unos pocos metros. Gohan envolvió la pequeña figura de su ex – novia y la protegió con su propio cuerpo de los vidrios y demás objetos que caían. Videl sentía los frenéticos latidos de su corazón mientras los fuertes brazos del mayor de los Son la envolvía y más aún cuando él se separó y la observó con esos dos orbes azabaches que presentaban preocupación.
─ ¿Estás bien? ─preguntó. Ella no pudo responderle. ¿Estaba bien? Ni ella lo sabía desde que habían terminado, se sentía vacía, sin poder dormir bien, extrañándolo con locura; es como si existiese una especie de vínculo que no le permitía estar lejos de él y le causara ese sentimiento de pérdida.
─Gohan…
─No hables…─ cuando sus miradas se encontraron, él olvidó todo a su alrededor que no tuviese que ver con la joven justiciera. Se había aterrado al descubrir que estaba atrapada en un edificio a punto de derrumbarse y en esos momentos, que la tenía entre sus brazos, sana y salva, no pudo detenerse. No le importaba la situación en la que estaban ni cómo llegaron allí…solo quería besarla.
Y así lo hizo.
El tiempo se detuvo mientras se perdían cada vez más en ese beso y ambos sabían que lo querían, que lo deseaban como si no hubiese mañana. Ni siquiera recordaban que ya no eran pareja…
Se separaron lo suficiente para mirarse a los ojos, sin poder articular palabra. Él porque aún estaba preocupado por su bienestar y ella porque aún no se recuperaba de la adrenalina que significó ser rescatada por su ex – novio al que aun amaba.
Al final, terminaron de separarse cuando escucharon como los policías y demás entidades llegaban a ellos.
Miraba distraído por la ventana. Desde que habían llegado al hospital, quedó preso de sus pensamientos. Cada vez que la besaba, se hundía más profundo en su depresión. ¡Amaba besarla! Pero más la amaba a ella; a esa joven con un carácter de los mil demonios, pero que tenía un inmenso corazón que lo había cautivado. Le encantaría estar en esa sala de emergencia, verificando que estaba bien, pero como no se sentía con el derecho de hacerlo, prefirió esperar afuera y llamar a Erasa para que le hiciese compañía a la pelinegra.
─ ¿Gohan? ─él se puso de pie de inmediato.
─ ¿Está bien? ─ ella asintió.
─Solo son algunos golpes. ─respondió. ─ ¿Quieres…entrar a verla? ─él sonrió tristemente.
─No sé si sea lo correcto; con saber que está bien, es suficiente para mí. Espero que se recupere pronto.
─ ¿Seguro? ─él asintió─ De acuerdo. ─la rubia vio al pelinegro desaparecer por el pasillo.
Observaba su enyesada muñeca distraídamente. A pesar de que sus heridas consistían en su fracturada muñeca, un muy feo moretón en su pierna y par de raspones en su mejilla, sentía un vacío en su pecho que no podía ser tratado. Su orgullo la estaba perjudicando, al igual que el miedo que sentía de volver a recaer en su vicio personal llamado Son Gohan. Levantó la vista al escuchar que alguien entraba.
─Gohan se ha ido. ─declaró Erasa. Videl mantuvo silencio. ─Sinceramente no te entiendo, no lo hago de verdad. Tienes un chico loco por ti, admito que metió la pata, pero nadie es perfecto. Ya te ha pedido perdón y te ha declarado más de una vez cuanto te ama y tu…─la rubia chilló en frustración. ─A veces creo que de verdad quieres estar sola; solo tú y tu maldito orgullo…─dijo. Tomó su bolso y la observó enojada ─Que te mejores. ─ expresó fríamente mientras salía del lugar.
Dejando a su amiga en la soledad, sintiendo como sus palabras la impactaban con brutalidad en todo su ser.
El lago se veía majestuoso bajo la luz de la luna. No cabían dudas de por qué era su pequeño santuario personal. Era el único lugar donde realmente podría pensar con claridad, sin ningún tipo de distracción. Justo lo que necesitaba en esos momentos. Tomó una pequeña piedra y la lanzó hacia el lago, observándola rebotar unas tres veces, antes de hundirse.
─Gohan…─el llamado fue apenas un susurro, pero sus sentidos saiyajins fueron capaces de captarlo con claridad. Rápidamente, se puso de pie para encontrarse con una figura femenina.
─ Videl…─susurró. Mentiría si dijese que no estaba sorprendido de verla frente a él. ─Que bueno que ya estés bien, ¿quieres sentarte? Puedo armar un pequeño lugar para que puedas...
─No te preocupes; estoy bien así. ─Ella respondió con una tímida sonrisa. El asintió.
─Más tarde puedo conseguirte una semilla del ermitaño para tus heridas, especialmente para tu muñeca.
Odiaban la incomodidad que se colaba tan fácil entre ellos. El silencio se hizo presente mientras ambos se observaban expectantes. La suave brisa danzaba entre ellos, la luna se reflejaba en el lago mientras sus aguas se mecían tenuemente…pero ellos ignoraban ese paisaje de ensueño y cargado de romance; ellos querían expresarse, pero las palabras parecían no cooperar. Cuando el silencio se hizo tenso e insoportable para el semi-saiyajin, trató de romperlo, pero ella se le adelantó.
─ ¿Sabes por qué…te pedí que…te fueras del avión? ─ preguntó.
─ Porque me odias…─respondió apartando la mirada.
─Que equivocado estás…─respondió con una sonrisa irónica. Gohan volvió su mirada hacia ella.
─ ¿Aún… me amas? ─preguntó con incredulidad, pero al mismo tiempo, con la esperanza latente en su voz. Ella asintió. Con el alivio recorriendo su cuerpo, trató de acercarse, pero ella dio un paso atrás. ─ ¿Qué pasa?
─Tengo miedo…
─ ¿A qué?
─A ti.─ la convicción y el significado en esa corta repuesta lo sorprendieron y confundieron al mismo tiempo.
─ ¿De qué estás hablando?
─Todo este incidente con Lime, me hizo entender el impacto que tienes en mi ser y…─dijo tomando una bocanada de aire para organizar sus ideas. ─ es demasiado para mí; toda esa vulnerabilidad…Siento que no quiero pasar por eso de nuevo.
─Y no lo harás. ─afirmó, dando unos pasos hacia ella.
─No puedes prometerme eso y lo sabes. ─afirmó. ─No puedes decirme que si volvemos, no tendremos otra pelea, ni habrá otros terceros que se interpongan en nosotros…No hay manera posible de que puedas prometerme que esto no vuelva a pasar.
Y a pesar de que esa lógica era razonable, él no se daría por vencido.
─ Tal vez no pueda prometerte que todo eso que mencionas no vuelva a ocurrir, pero sí puedo asegurarte algo: Yo nunca dejaré de amarte, Vi. ─ahora fue su turno de sorprenderse y más aún, cuando se vio totalmente abrazada por él; ni siquiera se percató cuando se había acercado tanto.
─Gohan…
─Te amo y no quiero que esto termine; juntos podemos superar lo que sea. ─ Sus ojos se llenaron de lágrimas al escucharlo. ─Si debo cambiar, lo haré, yo…
─ No. ─ declaró mientras se separaba un poco de él para mirarlo a los ojos. ─No quiero que cambies. Aunque tu ingenuidad pueda ser un arma de doble filo, es parte de ti y no quiero que la cambies. ─él sonrió.
─Entonces, tu tampoco lo hagas; nunca cambies, mi Videl. No me importa cómo te vistas, el peinado que te pongas…para mí siempre serás la chica que tiene la capacidad de robarme el aliento con su belleza, la chica que es capaz de derretirme con una sonrisa…la chica que con tomarme de la mano me brinda la esperanza de que el día de mañana será mejor; yo… estoy loco por ti y no me imagino el futuro donde no estés a mi lado.─ afirmó a centímetros de sus labios, para luego besarla como hace rato quería hacerlo y esa vez…no se contuvo. Simplemente, no quería hacerlo. Necesitaba demostrarle que sus palabras eran sinceras y que él tenía toda la intención de cumplirlas. ─ ¿Eso quiere decir que eres mi Gran Saiyaman 2 de nuevo? ─ella no pudo evitar la sonrisa que se plantó en su rostro mientras asentía. Fue como si un gran peso se desvaneciera de sus hombros mientras se besaban una y otra y otra vez, tratando de saciar ese deseo que venían reprimiendo.
Las palabras de Gohan habían apaciguado ese temor que la aquejaba porque no debía recaer en el pasado; necesitaba enfocarse en su presente y pensar después en el futuro, esperando siempre que en ambos, el joven guerrero estuviese.
─ ¿De qué te ríes? ─preguntó separándose un poco.
─Eres pequeña. ─ ella rodó los ojos. ─ Tal vez a ti no te guste, pero a mí me encanta que lo seas; así cabes perfectamente entre mis brazos.
Ella solo sonrió.
Sin borrar la sonrisa de su rostro, Gohan tomó de su mano y entrelazó sus dedos con los de ella, guiándola hasta la orilla del lago, donde ambos tomaron asiento. Abrazados, y envueltos en una paz que hace tiempo no sentían, observaron el reflejo de la luna en las tranquilas aguas. En esos momentos, no les importaba el mundo… Las miradas llenas de amor que se profesaban, el beso que plantó Videl en la mejilla, el beso que le devolvió el semi-saiyajin en los labios…
Eso era lo único que les importaba…
Lo prometido es deuda; aquí está la segunda parte del capítulo. Trataré de actualizar mis historias en este pequeño tiempo libre del que dispongo.
Les agradezco inmensamente sus reviews, follows y favs; ayudan a la hora de escribir.
Peppa: no te preocupes, aunque tarden, siempre me llegan tus reviews y el de los demás y te agradezco por el apoyo que has demostrado desde el inicio de la historia.
Espero sus reviews!
Nos leemos en el próximo capitulo.
Cuídense,
Bye
