Dragon Ball Z y sus personajes NO ME PERTENECEN. Solo hago esto por diversión y para su entretenimiento.


─ ¿Harán algo esta tarde? ─Videl y Gohan se miraron entre sí. Conocían a su amiga y sabían por experiencia que debían averiguar un poco más al respecto antes de responder.

─ ¿Por qué la pregunta?

─No lo sé; pensé que podríamos hacer algo después de clase.

─¿Por…?─insistió la justiciera, provocando que la joven rubia frunciera el ceño.

─Bueno, como el grupo estaba fragmentado, no había forma posible de que Sharpner y yo pudiésemos hacer una salida grupal sin sentir que tomábamos un bando o sin crear un ambiente de incomodidad y sobre todo sin tener el temor de lastimar los sentimientos de alguno de los dos. Dicho eso…─observó a la recién reconciliada pareja. ─¿tienen algo que hacer esta tarde?

No había escapatoria posible…

─Estoy libre. ─respondió Videl.

─Yo también. ─secundó Gohan.

La rubia sonrió complacida.

─¡Perfecto! ─exclamó. ─Iré a avisarle a Sharpner. ─La pareja observó como su energética amiga salía disparada del salón. El almuerzo acababa de empezar y, al igual que Erasa, sus compañeros habían abandonado el salón.

Ellos prefirieron quedarse allí. Después del fiasco de Lime, quien por cierto había faltado toda la semana a clase, ellos trataban de tomarse las cosas con calma y disfrutar cada momento a solas que tenían. Ese tiempo separados, no hizo más que reivindicar lo que sentían el uno por el otro.

─ ¿Sabes que hay el sábado? ─preguntó Gohan, luego de besar su sien dulcemente. Videl se sentó sobre el escritorio mientras el joven utilizaba el regazo de su novia como almohada.

─¿Mañana? ─él negó.

─No, el próximo sábado. ─aclaró.

─¿Qué? ¿Alguna oferta, lanzamiento de película o algo por el estilo? ─el hijo de Goku la observó sorprendido. ¿Realmente no recordaba?

─ ¿De verdad no sabes qué fecha es? ─Videl sonrió.

─Solo bromeo; sé qué fecha es. ─respondió. ─Es nuestro aniversario. ─Era increíble pensar que había pasado un año desde aquella noche en que Gohan se le declaró. Era inverosímil pensar que habían vivido tantas cosas desde entonces…experiencias buenas, otras malas, pero cada una con un propósito. ─ ¿Crees que me olvidaría de algo así?

─No, pero eres muy buena engañándome. ─respondió. ─En fin, ¿qué quieres que hagamos?

─Realmente, no había pensado en eso. ─respondió. ─Con el hecho de pasar el día juntos, creo que es más que suficiente.

─Lo sé, pero…quiero hacer algo especial. ─ Después de todo lo que había pasado, él quería regalarle el aniversario perfecto. Quería demostrarle lo mucho que significaba para él el simple hecho de estar a su lado. Nunca quería volver a experimentar el desasosiego de esas semanas sin ella…─Sé que técnicamente no tenemos un año, ya sabes…por el asunto de Lime, pero…

─Lo es, Gohan…un año completo. ─respondió ─Pudimos haber estado separados por semanas, pero ni por un momento dejamos de pensar en el otro, ¿o me equivoco? ─él no la contradijo. ─Solo fue una prueba y al final, la pudimos superar…

No quería irse a lo filosófico, por eso decidió callar. En esas semanas de separación, no hizo más que pensar en sí misma y hasta en su futuro. Varias veces quiso acercarse a él, pero su orgullo fue más fuerte que ella. Además, el hecho que en ese entonces pensaba que entre Gohan y Lime existía algo y que solo le vieron la cara de estúpida, no ayudó la situación para nada. Pensó en su futuro y se recriminaba a sí misma porque, por más que intentara, no podía evitar que el pelinegro apareciera en sus predicciones. Se veía en todas las etapas de su vida con él y eso no hizo más que enfurecerla al darse cuenta que no podía olvidarse de él tan fácilmente y de descubrir el impacto que tenía en ella.

─Y quiero celebrar eso también. ─ respondió. Videl le dedicó una sonrisa sincera.

Lo había extrañado con locura.

─ ¿Estás bien? ─ él asintió.

─Fenomenal, ¿por qué la pregunta?

─Te ves cansado…─respondió delineando con su dedo las ojeras debajo de sus ojos. ─¿Estas durmiendo bien? ─preguntó.

─Muy bien; como siempre. ─respondió y Videl supo al instante que mentía. No sabía por qué Gohan sentía que era mejor mentirle a decirle que pasaba, pero si él no quería decirle, ella esperaría a que lo hiciese. Obviamente, si el tiempo pasaba y él no se acercaba a ella, tomaría acciones porque, aunque quería darle su espacio, no podía quedarse de brazos cruzados sabiendo que algo no andaba bien con él.

─Si tú lo dices…─la joven siguió repartiendo caricias sobre todo el rostro de su novio quien las recibía gustoso. Segundos después, el joven cerró sus ojos y se relajó ante las atenciones que le proporcionaba su adorada novia. Tal vez su siesta durase unos pocos minutos, pero Videl no movió un musculo hasta que la campana sonó anunciando el fin del receso, consciente de que su novio necesitaba descansar.


─ ¡No sé cuál elegir! ¡Es tan difícil! ¡De esto depende mi vida!

─Erasa, deja el melodrama; son simples zapatos…─respondió Videl fastidiada. Sabía que ir al centro comercial con una aficionada a las compras no era una buena idea…

─¡No es un drama! ¡Mi vida social depende de mi elección!

Videl decidió ignorarla. Cuando se enfrascaba en su mundo de compras, no había raciocinio que la sacase de él. Decidió que era más seguro quedarse y agonizar con los chicos, quienes se habían quedado fuera de la tienda, disfrutando de un helado.

─¿Ya terminó? ─preguntó el rubio. Videl negó con la cabeza, lo que hizo que el rubio rodara los ojos ─ ¿Cuántos pies cree que tiene? ─Gohan sonrió ante el comentario. Sharpner terminó su helado rápidamente y observó a la pareja. ─Iré por ella; cuando comience a quejarme por todo, sé que saldrá. ─expresó victorioso mientras ingresaba en la tienda. ─¡Erasa! ─llamó con tono cansado.─ ¡Me duelen los pies, tengo hambre, tengo sueño!

La pareja observó la escena divertida.

─¿Crees que lo logre? ─ella se encogió de hombros.

─Es un juego de titanes; quien sabe cómo terminará…─Antes de que pudieran continuar con su conversación, escucharon una serie de estruendos acompañados de gritos. ─¿Qué fue eso?

─Suena a problemas. ─ La gente corría despavorida hacia su dirección, por lo que, ambos jóvenes tuvieron que luchar contra la multitud. No tardaron en encontrar la causa de aquel pánico colectivo.

─ ¡Rápido! ¡Todas las joyas en el bolso! ─ordenó un hombre apuntando al vendedor de joyas quien temblaba preso del miedo.

─Nos quedan al menos unos tres minutos antes de que llegue la policía. ─respondió el acompañante, maniobrando irresponsablemente su arma. Ambos atacantes vestían totalmente de negro y cubrían su rostro con pasamontañas. ─Date prisa…

─ ¡¿Qué crees que estoy haciendo?! ─exclamó el otro. ─ ¡Más rápido!

Ya habían visto suficiente…

─ ¿Lista?

─Siempre. ─respondió. Al unísono, activaron sus relojes y en cuestión de segundos, el gran Saiyaman y el gran Saiyaman 2, aparecieron. ─¡Alto ahí, rufianes!

Los maleantes se paralizaron ante esa voz.

─¡No puede ser! ─exclamaron los dos al unísono.

─ ¡No permitiremos que sigan aterrorizando a los inocentes ciudadanos con sus fechorías!

─Ni tampoco que se salgan con la suya.

─ ¡Soy el gran Saiyaman!

─ ¡Y yo el gran Saiyaman 2!

─ ¡Y en nombre de la ley y todo lo que es bueno, los detendremos! ─gritaron a coro. Los maleantes observaron toda la presentación extrañados. Ellos sabían que la pareja de justicieros se caracterizaba por hacer entradas con coreografía y palabras heroicas, pero era surrealista experimentarlo en vivo y directo.

─ ¡Suelten las armas! ─ordenó la chica, trayendo de vuelta a la realidad a los delincuentes.

─Mejor, vámonos. ─exclamó uno de los maleantes. No había forma de que pudiesen vencer a uno de ellos, ni hablar de los dos juntos…Tratando de crear una distracción, el atacante que amenazaba al vendedor, tomó la bolsa con las joyas y disparó hacia los justicieros, quienes las esquivaron las balas fácilmente. Gohan apareció frente al tirador y, de un golpe, lo dejó inconsciente mientras Videl alcanzaba al cobarde que corría despavorido hacia la puerta; lo interceptó y de una patada, lo dejó fuera de combate.

Las personas que se habían escondido en los alrededores comenzaron a aplaudir y alabar la hazaña de los dos jóvenes héroes.

Videl sonrió ante la escena. No le importaban las ovaciones que estaban recibiendo y mucho menos el reconocimiento que conllevaba; sonreía porque amaba el hecho de tener a alguien que compartiera su amor por la justicia. Admitía que la coreografía y las frases heroicas no eran su estilo, pero lo haría con gusto si Gohan era feliz.

La policía llegó en cuestión de minutos y el ambiente volvió a la normalidad. La pareja se despidió de los oficiales, abandonaron la escena del crimen y en un lugar alejado de todas las personas allí, desactivaron sus relojes volviendo instantáneamente a sus vestimentas casuales.

─Déjame ayudarte con esto…─ dijo Videl mientras le arreglaba la chaqueta al joven guerrero. ─¿Te he dicho lo guapo que eres? ─ Gohan solo atinó a sonrojarse. Después de descubrir que Gohan, no solo era bueno en clases, sino que también era bueno en los deportes y poseía un cuerpo de infarto, muchas de las chicas (por no decir todas), no le quitaban el ojos de encima y, agregándole el hecho de que el pelinegro se estaba vistiendo más a la moda y se veía mucho más apuesto que antes, Gohan recibía mucha más atención de la necesaria. Obviamente, a Videl no le agradaba mucho esa idea, pero al mismo tiempo, se sentía victoriosa de saber que, el chico era exclusivamente suyo…

─Solo lo dices por decir. ─ respondió.

─¿Por qué haría tal cosa? ─le respondió, entrelazando sus dedos con los suyos. No sabía cómo ni por qué, pero en el momento en que sus manos se encontraron la mirada del chico cambió súbitamente. Ya no la observaba con vergüenza de lo antes dicho, la observaba con…¿deseo? ─¿Qué te…?─ pero no tuvo tiempo de terminar dicha pregunta. Gohan la había acercado a él y le plantó un beso que, no solo la sorprendió, uno que también le había robado el aliento por completo. Se habían besado varias veces de la misma forma (después de todo, eran una pareja de adolescentes con las hormonas a millón), pero había algo diferente y no sabía identificar qué.

Aunque poco le importaba…

Ese beso estaba despertando un lado de ella que nunca pensó que existiese. Este Gohan que apareció de repente, se asemejaba tanto a aquel que ella conoció cuando éste peleó contra Majin Boo: osado, valiente, salvaje…sexy. Porque no había duda de que su novio era ardiente en todo el sentido de la palabra, pero cuando salía esa actitud tan varonil en él, no encontraba palabras para describirlo…Y por primera vez en su vida. Dejó salir un gemido.

Y Gohan reaccionó de inmediato.

─¡Lo siento! ¡Lo siento! ─ repitió una y otra vez mientras se alejaba de ella.

─¿Eh? ─respondió. Aún estaba un poco confundida por lo que había pasado segundos antes.

─Me tengo que ir…─ respondió simplemente,

Y solo así, Videl volvió a poner los pies sobre la tierra.

─No, espera. ─dijo, pero el joven guerrero no la escuchó. Tomó vuelo a una velocidad que la joven sabía jamás alcanzaría. ─¡Gohan! ─llamó, pero ya era tarde.

¡¿Qué demonios fue eso?! Primero, estaba tímido, luego la besa como muy pocas veces lo había y hecho y después huía. Algo andaba mal y ella quería entender, pero sabía que, si lo abordaba en esos momentos, no lograría nada. Primero, porque no tenía ni idea de hacia dónde había ido y ella aun no confiaba mucho en su sentido del ki y segundo porque no quería recaer en antiguos errores. Uno de sus problemas en el pasado, era su falta de confianza y su ímpetu en conocer asuntos a la fuerza. Ella no entendía lo importante que era brindarle algo de espacio a una persona para que pudiese organizar sus ideas y ser capaz de expresarse adecuadamente; nunca tomó en cuenta el sentir de los demás.

Y por eso, no quería presionar a Gohan.

Iba a ser difícil, pero esperaría a que él se acercara a hablar con ella. Solo restaba inventar una excusa creíble para explicarle la ausencia de Gohan a los dos rubios que había olvidado por completo.


Gohan se dejó caer pesadamente en el suelo. ¿Cómo pudo ser tan irresponsable? Lo había manejado bien durante todo el día, pero, en el momento que Videl entrelazó sus dedos con los de él, su mente dejó de funcionar. No recordaba absolutamente nada hasta que escuchó el sonido que hizo su novia y allí, volvió en sí.

¿Y si la hubiese lastimado? ¿Qué habría pasado si no reaccionaba a tiempo?

Apretó los puños. Estaba perdiendo el control y lo sabía muy bien. Por eso voló lo más lejos posible, a un lugar remoto donde no hubiese ningún ser humano que corriese peligro. Tenía días sin poder dormir, ya que, cada vez que cerraba los ojos, solo podía imaginarse a su adorada novia en escenas demasiado subidas de tono como para que pudiese controlarse. Cualquier adolescente estaría maravillado de tener ese tipo de fantasías, pero no él, porque no era cualquier adolescente, era una adolescente mitad saiyayin…y eso descontrolaba todo. Llevaba horas en ese lugar, escuchando el sonido del viento y del agua que corría en el pequeño riachuelo, y no lograba nada. Era tan frustrante. Caminó con dificultad hasta el pequeño torrente de agua del lugar. Se arrodilló frente a él, observó su reflejo y vio con horror su apariencia: un filoso colmillo sobresalía imponente sobre sus labios y sus ojos tenían una tonalidad roja que no hacía más que confirmar lo que ya sabía…

No había forma de detenerlo…, especialmente, cuando sintió un fuerte ardor en su espalda baja.

─ ¡AH! ─gritó con todas sus fuerzas hasta que todo se volvió oscuridad.


Videl se sentó bruscamente en la cama. Había tenido un sueño extremadamente sexy con su novio. Le daba tanta vergüenza admitir que le había gustado tanto y que se enojó sobremanera cuando despertó de golpe. Sentía como si su sangre estuviese ardiendo dentro de su cuerpo y por alguna extraña razón, sentía un fuerte dolor en la parte derecha de su cuello. Y era extraño, porque no se sentía como el tipo de dolor que adquieres cuando se duerme en una mala posición, se sentía como si alguien la hubiese cortado, pinchado o mordido ese lugar, pero cuando palmeó la parte afectada, no había absolutamente nada.

─Ya me estoy volviendo loca…─susurró para sí misma. Su cuerpo estaba extraño y no sabía qué le pasaba ni qué hacer al respecto. ─ Tal vez, estoy por pescar un resfriado…─ tomó su teléfono y revisó si había alguna novedad, pero nada. Gohan no había respondido a ninguno de los mensajes que la había enviado, es más, ni siquiera los había recibido y eso ya comenzaba a preocuparle. Todas las noches se mensajeaban antes de dormir y era extraño que aún no le respondiese. ─Ya fue suficiente…

Estaba oficialmente preocupada.

No tomaba las llamadas, no leía los mensajes…ese no era su Gohan. Algo malo le debía estar ocurriendo a su novio; él no era así. Tomó una chaqueta y sin importarle que aún tenía su pantalón de pijama y pantuflas, se disponía a tomar vuelo hacia la casa de los Son. Se acercó a su balcón dispuesta a salir por allí, pero se llevó una sorpresa al ver una figura frente a su ventana.

─¿Señor Goku? ─preguntó. ─ ¿Qué hace aquí?

─Hola, Videl, ¿Cómo estás? Espero que bien; sujétate de mí. ─respondió rápidamente.

─¿Por qué?

─Es una emergencia; ven conmigo…

─Pero…─Goku tomó de su mano y en un abrir y cerrar de ojos, se encontraron en un área abierta. ─ ¿Qué está pasando? ¿Por qué me trajo aquí?

─Al fin llegaste, Kakarotto; pensé que te habías quedado charlando.

─Lo siento, es que no sabía bien que decirle para traerla, así que no le dije nada…

─¡¿Traerme para qué?! ─exclamó. ─¿Alguien puede explicarme qué ocurre?

─Te trajimos aquí para que trates de tranquilizar a Gohan.

─¿A Gohan? ¿Qué le ocurre?

De repente, un potente gruñido animal irrumpió el silencio de la noche y el suelo pareció temblar bajo sus pies.

─Pude guiarlo hasta acá. ─ dijo Piccolo apareciendo ante la chica. ─¿Crees que puedas manejarlo?

─Pero…¡¿manejar que?! ¡Por, Kami! ─exclamó. ─¿Alguien puede explicarme que pasa? ─ el antiguo maestro de Gohan frunció el ceño.

─ ¿No le han explicado nada?

─Íbamos a hacerlo cuando llegaste…─respondió Vegeta. Videl observó al padre de su novio y lo observó seriamente hasta que este dio un largo suspiro.

─Bien…─expresó derrotado. ─Te diré lo importante: Necesitamos que hagas entrar en razón a Gohan; no nos ha hecho caso a ninguno de los tres y para ayudarlo, debe volver a la normalidad.

─¿Normalidad? ¿Dónde está Gohan? ─los tres señalaron al frente. Videl observó como una enorme figura aparecía en el horizonte y mientras más se acercaba, mejor lo distinguía: Un gran primate se acercaba a ellos. ─ ¡¿Ese Gohan?! ─ellos asintieron. ─ ¿Por qué está…?

─Eso no es importante ahora; necesitamos que lo tranquilices…

─¿Y qué se supone que haga?

─Háblale o algo; trata de que razone…

El enorme primate corría hacia ellos a toda velocidad y ella tenía que tranquilizarlo. ¿Acaso era la única que lo veía como algo descabellado? ¿De verdad ese enorme animal era Gohan? Ella sabía que él tenía estas…peculiaridades, pero le había asegurado que ya no era posible que se transformase, por lo que, no entendía que estaba pasando o que desató esto. Lo único que tenía claro es que debía ayudar a Gohan. Así que, tomó aire y emprendió vuelo hacia el primate.

─¿Crees que lo logré? ─preguntó Goku.

─Si ella es lo que creo que es de él, lo conseguirá luego de algunos intentos…─afirmó. Vegeta. Cuando un saiyajin estaba en ese estado, muy pocas personas podrían traerlo de vuelta a la realidad.

Videl voló frente a frente al primate quien detuvo su paso al encontrarse con ella. No pudo evitar analizar al enorme animal frete a él. No entendía cómo era posible que alguien pudiese tener semejante transformación, pero con el tiempo que llevaba conociendo a Gohan, comprendió que a veces lo mejor era no buscarle el por qué a las cosas.

─Gohan…─ ¿me escuchas? ─preguntó. Sus ojos rojos, su inmenso cuerpo cubierto de un espeso pelaje…Era abrumador pensar que ese era Gohan. El ozaru permaneció por un tiempo estudiando a la chica hasta que finalmente, elevó su mano y la apartó de él de una manera muy poco amable, estrellándose como consecuencia con una montaña cercana.

─¿Estás seguro que ella lo podrá controlar? ─preguntó Goku. Vegeta solo sonrió de medio lado.

─Solo observa…

La joven justiciera pestañeó confundida por el golpe que se había llevado. Sabía que esa versión de Gohan era extremadamente poderosa, pero no pensó que llegase al nivel de empujarla fuertemente con tan solo un movimiento sutil de su enorme mano. Era como si realmente no quisiese lastimarla; como si Gohan la hubiese reconocido y la hubiese apartado para no lastimarla de gravedad; a cualquier chica ese razonamiento la hubiese conmovido.

A Videl no…

Eso solo le confirmaba que, en efecto, su novio tenía algo de control sobre sus acciones, o por lo menos eso aparentaba, ¿y aun así no volvía a la normalidad? ¿Acaso no lo hacía para no enfrentarse a ella y contarle todo lo que estaba pasando?

Videl sintió como su temperamento tomaba control completo sobre ella y antes de que pudiese evitarlo, explotó. ─¡Son Gohan! ─el ozaru se detuvo en seco y giró hacia la chica. ─ ¡¿Crees que vas a librarte de mí por convertirte en…esto?! ─ exclamó llegando nuevamente frente al gran animal. Videl vio las intenciones de alejarla nuevamente que hacía el animal, por lo que, ágilmente, lo esquivó. ─¡Ni se te ocurra!

El primate parecía estar confundido y la hija de Mr Satan no sabía si era que no entendía nada de lo que decía o simplemente trataba de entender porque le gritaba. Cualquiera fuera la razón, la iba a escuchar. ─ ¡Siéntate! ─ordenó y ante sorpresa de dos de los presentes y otro quien sonreía victorioso, el primate acató la orden, generando un fuerte temblor en los alrededores ante su acción. Al ver que al menos se comportó, decidió tranquilizarse un poco ─ Buen chico… ─El ozaru observaba a la chica como si tratase de entender por qué le había obedecido. Ladeó un poco la cabeza y se mantuvo un largo tiempo observándola. Al percatarse de esto, Videl se acercó con más confianza. Le asombraba que el animal estuviese tan dócil ante su presencia, pero al mismo tiempo, sentía una sensación extraña de paz…

─ ¿Qué está pensando, Vegeta? ─preguntó Piccolo. Él solo le dedicó una arrogante sonrisa.

─ Están creando el vínculo.

Y tal vez Goku y Piccolo no entendían del todo, pero lo harían eventualmente, cuando viesen como todo se desarrollaba. Dirigieron nuevamente su atención hacia los jóvenes en el preciso momento en que Videl se animaba por fin a acariciarle el hocico al gigante animal quien ni siquiera se inmutó ante el contacto. No dejaba de observar a la muchacha con sus muy brillantes ojos rojos.

─¿Realmente me escuchas, Gohan…? ─el primate hizo un pequeño sonido agudo, lo que ella interpretó como un sí. ─¿Estás…bien? ─volvió a repetir el sonido. ─¿Hay algo que quieras decirme? ─preguntó. Sabía que era estúpida su pregunta, pero la hizo de todas formas; solo para seguir cerca de él. Rompiendo al fin el contacto visual, el ozaru observó a su alrededor, al parecer, buscando algo y cuando lo encontró, se incorporó hacia allá. Videl observó expectante la escena; no esperaba esa reacción, así que prefirió alejarse un poco y ver qué pretendía el primate. No alcanzaba a ver qué era lo que recogía del suelo, pero parecía muy empeñado en tenerlo entre sus manos. Tomó lo que sea que fuese que fue a buscar y corrió nuevamente hacia la joven justiciera, haciendo que el suelo baje él temblase. ─¿Qué traes ahí? ─preguntó. El ozaru dejó salir un pequeño gruñido y le extendió sus manos hacia ella y le mostró lo que descansaba en las palmas de sus manos: flores. ─¿Para mí? ─ el enorme primate gruñó como respuesta. Videl las tomó enternecida. El mero hecho de que aun, no teniendo raciocinio de sus acciones, Gohan, su Gohan, parecía recordarla. ─Gracias. ─ el primate pareció satisfecho y para demostrarlo, se acurrucó un poco contra ella. ─Ven aquí…─ descendió a tierra firme y se sentó en el suelo, seguida de cerca por el ozaru, quien se acostó boca abajo, observando a la chica en todo momento.

Era surreal para ella que una criatura tan salvaje, enorme y poderosa…estuviese sumisa ante ella

─ ¿Cómo…? ─comenzó a preguntar Goku, totalmente anonadado. ─ ¿No se supone que cuando un saiyajin se convierte en ozaru es indomable?

─Casi todo el tiempo, sí. ─respondió el príncipe sin prestarle mucha importancia al asunto.

─Pero Gohan tampoco tenía cola esta mañana; ¿no se supone que necesita una para transformarte?

─Kakaroto…

─ ¿Si?

─Cállate…

Sabía que tendría que explicarle lo mismo a la novia de Gohan, así que, no desperdiciaría sus palabras en Kakaroto…por lo menos no por los momentos.

─ ¿Estás cómodo? ─preguntó recibiendo un gruñido por parte de él. La enorme cola del ozaru se movía de un lado a otro en sincronía con las pequeñas caricias que la chica le proporcionaba la chica sobre su hocico. Debería estar asustada o al menos contrariada de estar viviendo aquella escena, pero lo único que podía sentir era un deseo inhumano de mantenerse cerca de él, y le aterraba ese sentimiento. Amaba estar con Gohan, pero eso que sentía no lo podía catalogar de normal. ─Creo que ya es tiempo de que vuelvas a la normalidad…¿qué opinas? ─Los penetrantes ojos rojos del ozaru la observaron por unos segundos, para luego volver a su posición inicial. Videl observó con asombro como antes sus ojos, el ozaru comenzó a brillar. La figura no solo se estaba encogiendo, también se transformaba en una figura más humana hasta que por fin, apareció una figura que ella sí conocía y que hizo que se sonrojase de inmediato al notar que no llevaba nada de ropa.

─Cúbrelo con esto. ─Videl observó hacia la capa que Piccolo le extendía y sin perder mucho tiempo, hizo lo que le instruyeron. Solo al verlo cubierto, la joven justiciera observó al detalle el rostro relajado de su novio. Por alguna extraña razón, un colmillo sobresalía de su boca.

¿Debería preocuparse? Su novio tenía una nueva cola y colmillos...

─No me extrañaría que sus ojos estuviesen rojos también…─intervino el príncipe de los saiyajin, adivinando sus pensamientos.

─ ¿Alguien podría explicarme que está ocurriendo aquí? ─preguntó Goku impaciente.

─Un comentario más y te juro que te quedaras con las ganas de saber. ─amenazó. ─Llevemos al mocoso a Capsule Corp; no queremos que la lunática de su madre arme un escándalo. ─respondió. ─Allá les explicaré todo para que entiendan que sigue…

─ ¿Sigue? ─preguntó Videl. ─ ¿Esto no era todo?

Vegeta sonrió con superioridad.

─Mocosa ingenua; esto es solo el comienzo…


Mucho tiempo sin actualizar, lo sé y les pido sinceras disculpas. Espero que el capítulo lo haya compensado y espero no tardar tanto para la próxima actualización. Puede que en próximos capítulos el rating de la historia cambie, ya que, se explorará otra etapa de la relación de estos dos y es necesario un cambio de rating. Les agradezco inmensamente que sigan la historia y espero que este capítulo les haya gustado. DBSuper últimamente solo ha hecho que me encante más esta pareja y eso ha estado ayudando al fic inmensamente.

Como siempre, siéntanse libres de comentar y cualquier cosa, ya saben donde encontrarme.

Cuídense mucho,

Bye!