Mientras revisaba el capítulo, me enteré del fallecimiento de Luis Alfonso Mendoza y les digo honestamente que fue un bajón de energía y de ánimo por lo repentino y horroroso del suceso. La idea de postergar la actualización pasó por mi mente, pero pensé que la mejor manera de combatir esta situación gris era seguir, así que, les dejo el capítulo nuevo. Espero que los anime de cierta forma en este momento triste para la comunidad, en respeto al hombre que nos regaló a Gohan.
Que Dios le de fortaleza a su familia en este duro momento y que nos permita recordarlo a través de los lindos momentos que nos brindó a través de su arte. Que en paz descanse.
Dragon Ball Z y sus personajes NO ME PERTENECEN. Solo hago esto por diversión y para su entretenimiento.
Podría parecer extraño, pero Videl veía de manera nueva el lugar que frecuentaban como pareja. Al aterrizar en el suave pasto, la joven justiciera observó su alrededor con cierta expectativa. Miles de veces había efectuado los mismos pasos que realizaba en ese momento y, por alguna razón, no se sentía como siempre.
─ ¿Qué te parece si colocamos la cápsula-casa por aquí? ─ preguntó el joven, señalando un abierto a pocos metros del río. Videl salió de sus pensamientos de manera abrupta, lo cual no pasó desapercibido por él ─ ¿Qué pasa, Vi? ─ ella negó rápidamente.
─ Nada, solo pensaba
─ Si no estás segura, podemos…
─ No he dicho nada ─ respondió rápidamente. Conocía a su novio y por nada del mundo podía mostrar indecisión frente a él. Especialmente, porque ella estaba sintiendo ansiedad. Se acercó a él y tomó la cápsula de sus manos. Sin pensarlo mucho, la accionó, lanzándola segundos después al suelo ─ Vamos a desempacar. ─ tomó su mano y lo guio hacia el interior de la residencia.
Para su grata sorpresa, la casa portátil era más espaciosa de lo que aparentaba ser por fuera. Videl no trató de ocultar su asombro ante lo que veía. Bulma les había otorgado una versión premium de su producto. Finos muebles, con tecnología de última generación, era un lugar donde cualquier persona podría relajarse fácilmente.
─ Bulma se esmeró con la cápsula ─ comentó casualmente el joven, dejando las bolsas a un lado de la puerta. En automático, el joven Son se dirigió hacia la cocina, en busca de algo para comer. La joven observó a su novio mientras se movía de un lado a otro. Gohan, de por sí, tenía un apetito descomunal, desde que había comenzado la tan mencionada vinculación, su apetito se comportaba de manera bipolar. Podía estar hambriento, como era el caso, pero en otras ocasiones debía obligarlo a ingerir algo por su propio bien.
─ ¿Quieres que te prepare algo? ─ El joven Son pareció pensarlo.
─Solo si dejas que te ayude ─ Cualquier plan de desempacar quedó olvidado. Con una sincera sonrisa, la unigénita del campeón del mundo llegó hasta su novio. Le regaló una pequeña caricia en el brazo para acercarse a las alacenas. Solo le tomó un par de minutos para identificar todo lo que tenía disponible, más de lo que esperó si era honesta, no solo por la cantidad, también la calidad de la misma.
─ Prácticamente, podemos hacer lo que quieras y que esté dentro de mis habilidades, por supuesto. ─ Gohan sonrió.
─ No sé por qué me lo adviertes; cocinas delicioso.
─Corrección: cocino delicioso lo que tu madre ha podido enseñarme desde que comenzamos a salir ─ No solo ayudó a mejorar sus habilidades culinarias, había servido para afianzar la relación con su suegra. Chi-chi podía ser una mujer aterradora cuando se lo proponía, fue la primera impresión que obtuvo al conocerla, pero a medida que interactuaba más con la matriarca, encontraba similitudes entre ambas, pero, sobre todo, encontró una figura materna a la que admiraba y a la que agradecía por haberla acogida como una hija. Casi se sentía culpable por estar 'escapando' con su hijo a sus espaldas.
─ ¿Todo bien, Vi? ─ ella asintió.
─ Solo me perdí en las opciones; tenemos de todo en esta cocina. ─ respondió. Al final, se decidió por un platillo que llevase arroz. ─ ¿Qué te apetece para acompañar?
─ Cualquier cosa estará bien.
─De acuerdo, ─ respondió mientras tomaba todos los ingredientes que necesitarían ─ dividamos las tareas; no quiero que incendies el lugar por error. ─comentó divertida mientras le entregaba una bolsa de arroz
─Que poca fe me tienes… ─ respondió, simulando estar ofendido. Los delicados brazos de su novia lo rodearon, su angelical rostro observándolo con una dulce sonrisa. Cualquier actuación de ofendido que quisiera mantener, se esfumó de inmediato; le devolvió la sonrisa en automático.
─ Tengo mucha fe en ti; creo que eres la persona en la que más confío.
Cada momento que pasaba con Videl reafirmaba su convicción de que ella era la indicada. Con ella a su lado, todo parecía encajar, fluir, el mundo parecía tener colores que antes no había notado. Sí, tenía a su familia y amigos para lo que pudiese necesitar, pero con Videl, era diferente en todos los sentidos. La joven justiciera se adentró de tal manera en su vida que no tuvo tiempo de reaccionar. Justo como el amanecer sorprende a la oscuridad más oscura, Videl llegó a él para disipar el dolor que su corazón se rehusaba a compartir, destruyó sus barreras con facilidad y le enseñó una versión de sí mismo totalmente inexplorada. La amaba y sabía que ella era la indicada; algún día, sería la madre de sus hijos.
─Te amo ─ profesó sinceramente, sorprendiendo un poco a la chica, pero quien no dejó de sonreírle.
─Yo también te amo, amor ─ respondió. ─ Vamos, tenemos cosas que hacer. ─ se alejó de él y volvió a su posición inicial.
Pensar que en su momento pareció odiarlo… Ese guerrero estudioso la había atrapado, se atrevía a decir, a base de trampas y engaños. Aún no podía explicar cómo pasó de perseguirlo para descubrir sus secretos a perseguirlo para saber más acerca del joven que le comenzaba a gustar. Admitía que sus métodos no eran los más ortodoxos, pero dieron resultados. Eso, o Gohan era masoquista y disfrutó todo el proceso. Al final, todo se resumía en que se había enamorado y cada una de sus convicciones del amor habían cambiado. Su futuro ya no se limitaba a combatir el crimen, quería seguir haciendo una diferencia por su amada ciudad, aunque fuese desde las sombras, pero en esos momentos, se veía mucho más alentador. Se imaginaba con una carrera que le ayudase con su objetivo de seguir ayudando a lugar de origen y ojalá se extendiera a todo el mundo. Gohan era una constante nueva y lo veía en cada posible escenario de su futuro, como su compañero y padre de sus hijos. ¡Sí, hijos! ¡Ella pensaba en ser madre! Una idea de la cual la antigua Videl hubiese reído. Su versión actual quería tener el honor de ser la mujer que le brindara descendencia. Quería formar una familia con él.
Cocinar no debió suponer una experiencia tan placentera como lo fue. El hecho de estar haciendo una actividad tan común juntos, como pareja, se sintió diferente. No existió momento incómodo, ninguno sintió la incomodidad que pensaron experimentar dada la situación. Al contrario, todo fluyó sin necesidad de forzar actitudes o palabras. La atmósfera de paz era reconfortante y por primera vez en días, Gohan podía decir que estaba en calma.
─ Te quedó delicioso, Videl ─ al final, la pareja se decidió por un arroz al curry, en proporciones industriales teniendo en cuenta que uno de los comensales era el joven Son.
─Nos quedó delicioso ─ corrigió.
─Lo único que hice fue cortar vegetales; los condimentos y el proceso de cocción estuvo a tu cargo.
─Lo veo como un trabajo en equipo, así que, come y calla ─ Gohan sonrió.
─Como digas, mi Vi─ La joven observó con detenimiento cómo su novio comía con entusiasmo. No pudo evitar sonreír mientras lo hacía. Tal vez eran ideas suyas, pero veía cierta mejoría en la condición del guerrero. Las características físicas seguían allí, pero de manera anímica, podía notar diferencia. Más alegre, más sereno, pero, sobre todo, menos temeroso de estar a su lado; esperaba que todo siguiese así. ─ ¿No tienes hambre, Vi? ─ la chica observó su plato a medio comer.
─No estaba tan hambrienta como pensaba. ¿Lo quieres? ─ el joven no lo pensó. Mientras terminaba de comer, la hija de Mr Satan recogió los platos usados por su pareja y se dirigió a la cocina. Ya se habían encargado de lo utilizado para preparar los alimentos, así que, solo tenía que encargarse de lo referente a la degustación.
─ ¿Te ayudo? ─ preguntó el joven llegando con el plato restante.
─No es necesario; no son tantos ─ respondió sin girar a verlo, por eso, cuando dos fuertes brazos rodearon su cintura por detrás, la joven dio un pequeño salto. Detuvo su accionar y se concentró en sentir la calidez que desprendía el joven Son ─ ¿Pasa algo? ─ se recriminó mentalmente después de decir aquello. Solo tenía que disfrutar el momento, ¿por qué se le ocurría hacer preguntas?
─ Solo quería abrazarte… ─ su respuesta sonaba sincera. La forma en que le abrazaba confirmaba sus palabras. Sin escapar de sus brazos, giró para quedar frente a frente. Cómo le gustaría volver a ver sus ojos azabaches, los extrañaba con locura. Aún no se acostumbraba a esa tonalidad rojiza, pero seguía siendo tan atractivo como siempre.
─Y.…a mí me gustaría besarte...─ respondió por puro instinto, sin pensar. Para su sorpresa, Gohan cerró la distancia entre ambos, sin palabras, ni caricias, casi como si su comentario fuera ley y el debiera acatar al pie de la letra. Ella, encantada, correspondió el contacto, sus brazos sujetándose fuertemente del T-shirt que portaba y maldiciendo su baja estatura en esos momentos. El joven Son la envolvió más entre las dos fortalezas que tenía como brazos, el beso más profundo con cada momento que pasaba. Y era extraño pensar en que, ese momento, el más apasionado que podía recordar entre ambos, surgiera por un simple comentario. Cuando Gohan se separó para dejarla respirar, la joven lo observó entre sorprendida por todo lo que acababa de pasar y decepcionada porque no quería que se detuviera.
─ Yo también quería besarte…
Cuando lo vio alejarse del lugar, Videl suspiró frustrada. No podía creer que la que estaba teniendo problemas para controlarse, fuese ella.
Por enésima vez, Gohan se sumergió en las heladas aguas de aquel lago. Perdió el control por breves instantes y llevaba desde entonces recriminándose. Antes de todo el proceso de vinculación, le resultaba difícil no pensar de manera pecaminosa sobre su novia, en esos momentos, sentía que perdía una batalla que nunca fue suya. Videl era atractiva, fue uno de los primeros pensamientos que tuvo al conocerla. La atracción inmediata lo condujo al amor y esos dos factores combinados resultaron en deseo que sabía debía controlar por el bien de los dos. Subió nueva vez a la superficie, esta vez, encontrándose a su adorada novia, sentada en la orilla. Se había cambiado para la ocasión y Gohan no pudo hacer otra cosa que respirar profundo. Vestida con un mini-short jean y la parte superior de un bikini, era lo que él asociaría a la imagen de una diosa. Un atuendo normal que no insinuaba más de lo debido, pero que el joven Son no podía dejar de admirar. Videl era atractiva en cualquier ropa y con ese aire veraniego, la encontraba aún más hechizante.
Sí, él sabía todas las implicaciones que suponía esa escapada, pero seguía restringiéndose; no podía evitarlo. ¿Cómo se le ocurría decirle con tanta naturalidad que quería que la besara? ¿Cómo se comportaba tan natural a su lado? Tal vez eran los vestigios de la paranoia, pero él seguía en alerta, por más que se sintiera un poco más tranquilo que al principio de su crisis. Su atención se fijó en la chica a la distancia. No parecía tener intenciones de entrar al agua. La hija del campeón del mundo parecía estar más interesada en tomar el sol y disfrutar de la tenue y cálida brisa que transitaba por el lugar. Por unos segundos, el joven se mantuvo flotando en el agua, decidiendo qué hacer a continuación. Al final, decidió que prefería estar a su lado, no accedió a esta convivencia para escabullirse de la situación. Nadó hasta la orilla, Videl al sentir que se acercaba, se puso de pie, tomando una de las toallas que había traído con ella. Al tenerlo de frente, sin pedir permiso, comenzó por ayudarlo a secar su rebelde cabellera, para luego rodearlo con la misma, regalándole una pequeña sonrisa.
─ ¿Qué tal el agua?
─Refrescante ─ respondió mientras tomaba asiento sobre el pasto, Videl lo imitó. Gohan observó el paisaje que los rodeaba. Al haber crecido rodeado de naturaleza, disfrutaba estar entre ella, compartirla con su amada solo hacía la experiencia mejor. Se acostó y observó el cielo sobre él. ─ Esto es lo mejor ─ comentó casualmente. Presa de la curiosidad, se acostó a su lado, tomando su mano entre la suya. Intuía que el joven se encontraba en el inicio de una reflexión, así que decidió ser la oyente, ansiosa de formar parte. ─ Vi, esto es más de lo que creí posible y a veces temo, que sea un sueño ─ giró hacia él para quedar de costado y observar sus reacciones.
─ ¿Por qué lo dices?
─ Porque es como ha funcionado mi vida hasta ahora: ─ respondió ─ Un pequeño lapso de tranquilidad donde todo parece estar bien, donde soy feliz y vivo sin preocupaciones mayores, para que luego surja una amenaza y me vea obligado a pelear por mi vida y la de mis seres queridos. He perdido a tantas personas que no sé si…
─ ¿Por qué no puede ser una opción que todo salga bien? ─ Solo allí, Gohan giró hacia su novia. Sus ojos plagados de expectativa ante lo que la joven pudiese decir. Con delicadeza, acarició la mejilla del joven como si tratase de grabarse sus facciones a través del tacto ─ El viento no sopla hacia la misma dirección todo el tiempo; las cosas cambian y sé que lo harán para mejor.
─ Suenas muy segura; ¿lo dices por algo en específico? ─ ella negó con la cabeza.
─Tan solo lo sé; es solamente natural que después de todo lo que has hecho, nos toque ser feliz ─ Gohan le dedicó una pequeña sonrisa. Aún no estaba tranquilo del todo, pero sus palabras ciertamente le habían reconfortado.
─ ¿Nos? ¿Confirmas que estarás conmigo?
─ Creo que he demostrado lo difícil que es deshacerse de mí ─ respondió enarcando una de sus perfectas cejas. Gohan sonrió de medio lado.
─ Sí, me encanta lo persistente que eres ─ esta vez, fue él quien le regaló una tierna caricia. Su mano podía estar más fría de la habitual, pero para Videl fue sublime, teniendo en cuenta que desde que comenzó todo el episodio de la vinculación, el contacto de ambos se había reducido drásticamente. ─ Espero que nuestros hijos hereden tu tenacidad. ─La sorpresa fue momentánea en las facciones de la joven, pero fue lo suficiente para que su pareja lo notara.
─ ¿Has pensado en hijos?
─ ¿Tu… no has considerado la idea? ─ contra preguntó el joven.
─A decir verdad, sí ─ admitió la joven ─ Como siempre, por tu culpa ─ el joven Son sonrió, aliviado de estar en la misma página ─ Antes de conocerte, ni siquiera me creía capaz de imaginar un escenario donde alguien pudiese llamarme "mamá"
─ ¿Y ahora?
─ La idea no parece tan terrible ─ comentó honestamente. ─ Nada que pase a tu lado me parece terrible.
Dos cosas pasaron a toda velocidad por la mente del joven genio. Una de ellas, era que no podía existir otra mujer que lo hiciese sentir así. ¿Era normal que su corazón pareciese querer salir de su pecho? ¿Era normal amar a alguien tanto como él amaba a Videl? No lo sabía, pero disfrutaba de sentirse así. La segunda era que, con más razón, debía controlarse a su alrededor. No podía arruinarlo todo por su situación actual.
─Tengo un buen presentimiento respecto a nuestra relación, Vi. Siento que esto va para largo
─Somos dos ─ admitió. ─ Gohan, solo quiero pedirte algo ─ su semblante pasó a ser serio, por lo que Gohan optó por moverse y quedar en su costado para poder entregarle su entera atención. ─ No quiero que te contengas en ningún aspecto de nuestra relación.
─ ¿A qué te refieres?
─No te reprimas, no sientas que debes de cambiar para que todo esté bien…
─Yo no…
─Claro que lo haces; ─ interrumpió ─ Sé que a veces tratas de encajar, de ser lo que los demás esperan que seas y no me agrada ─ El joven Son se mantuvo en silencio ─ Así, tal cual eres, te conocí y me enamoré; no trates de encajar en lo que crees que debe ser
─ ¿Sabes las miradas que recibes cuando te ven conmigo?
─No me interesa
─Pero…
─ Hasta donde tengo entendido, estoy saliendo contigo; supongo que es porque tú tienes algo que ellos no. ─ El chico, en un movimiento fluido, extendió su brazo para rodearla y envolverla en un abrazo, ignorando todas las convicciones que había hecho con anterioridad de mantenerse prudente
─Es solo que...eres única en tu especie
─No sé si debería ofenderme...─ él dejó salir una pequeña carcajada.
─Lo dije con la mejor intención
─ Tendré que tomar tu palabra ─ respondió observándolo directamente a los ojos ─ Entonces, ¿tenemos un trato?
─ Solo si tú también haces una promesa
─ ¿Cuál? ─ él sonrió.
─ Que tú tampoco lo hagas
Videl le sonrió de vuelta. Estaba segura que podría mantener su promesa. Solo con él se sentía segura demostrando su verdadero ser. Confiaba plenamente en él y trataba de demostrárselo en cada oportunidad que tenía. Gohan representaba una bocanada de aire fresco que se extendió rápidamente en su vida y, gracias a él, se sentía libre, en paz, feliz como nunca y por nada del mundo quería volver atrás. El mundo era mucho mejor con él.
─ Lo prometo ─ respondió la joven, sin titubear.
─Entonces, yo también te lo prometo
Videl se apegó lo más humanamente posible al joven, quien no dudó en responder al contacto. Ella era tan pequeña y frágil entre sus brazos que era difícil de creer que fuese capaz de desarmar a hombres que eran tres veces más imponentes que ella. Aspiró su aroma, yendo en contra de su buen juicio y todas las medidas que se supone había establecido para mantener el control. En el fondo, él sabía que sería inútil. Se amaban y Videl estaba más que dispuesta a lo que fuese pasar. Ella no lo iba a detener y eso lo aterraba y emocionaba al mismo tiempo. Por los momentos, como llevaba haciendo desde el inicio, apagó sus pensamientos y se concentró en disfrutar su presencia. Todo debía estar bien.
─ Tenemos que desempacar ─ declaró mientras entraban a su temporal hogar.
─ ¿De verdad tenemos que hacerlo? Dejémoslo para después.
─Eso dijiste hace rato cuando te escapaste al lago
─Pero bien que me seguiste, ¿no?
─Pues ya no lo hago ─ respondió ─Vamos; no te hagas de rogar ─sin más remedio, ayudó a su novia con las maletas. Aún se sorprendía de lo increíble que era la residencia. La habitación principal era la definición perfecta de lujo. La cama era lo suficientemente grande para que tres personas la habitaran con suficiente espacio para maniobrar. Todos los muebles, incluyendo la mesita de noche, transmitían elegancia a simple vista. Frente al gran colchón, había una TV que cubría tres partes de la pared. Videl dejó las valijas a un lado y se dedicó a inspeccionar el lugar más a fondo, incluyendo el baño disponible con todos los lujos. Su siguiente punto fue el discreto balcón al final de la habitación. Sencillo, pero elegante, brindaba una hermosa vista hacia la pradera cercana, con dos sillas amuebladas y una mesita para cualquier eventualidad.
─ Las noches deben ser hermosas desde aquí ─ comentó Gohan casualmente, llegando a su lado.
─Las más pacíficas de todas ─ olvidando su antiguo deseo de desempacar, Videl se dirigió a la espaciosa cama y se dejó caer sobre ella. Cerró los ojos y respiró hondo, acomodándose a la suavidad del colchón y la caricia tenue de las sedosas sábanas. Habían pasado días desde que había dormido en una colchoneta decente, no porque no tuviera disponibles, fue gracias a su ya reconocida terquedad. No abandonó a su novio en ningún momento, por lo que, sus lapsos de descanso no fueron en los lugares más idóneos. Volver a sentir una matriz suave sobre su espalda fue sublime. Estaba sucumbiendo ante Morfeo hasta que sintió un movimiento brusco en la cama. Abrió los ojos para encontrarse con la imponente figura de su novio sobre ella. Sus brazos apoyados a cada lado de su cabeza para no aplastarla. Sus ojos carmesíes observándola intensamente, con el instinto animal encendido en ellos. Por primera vez en su vida, la joven justiciera se quedó en blanco en una situación tan comprometedora. Casi siempre, reaccionaba en automático, pero esta vez, ni siquiera podía pronunciar su nombre. No se sentía intimidada, mucho menos respondía al miedo. Era tan simple como que deseaba a su novio, independientemente de lo inesperado que había llegado a la situación, necesitaba que diera el siguiente paso.
El joven Son no se encontraba en mejores condiciones que ella. En el momento en que la vio caer sobre el colchón, Gohan contuvo el aliento. No existió ningún tipo de acto que incitara a algo más, pero su situación actual no le permitía promulgar la inocencia. Videl, era hermosa, con un cuerpo de diosa gracias a su constante actividad física. Así que, en el momento que la vio tan relajada, con el todavía traicionero atuendo veraniego, totalmente a su merced, su límite pareció desaparecer. Ni siquiera notó en qué momento la acorraló contra la cama, solo fue consciente de aquello cuando sintió una pequeña y delicada mano acariciar sutilmente sus pectorales, de manera tan tímida que pensó lo estaba imaginando. Flexionó sus brazos hasta que pudo conectar sus labios con los suyos. Nueva vez, comenzó como un beso cualquiera, otra vez Videl le correspondió y de nueva cuenta, Gohan se desconectó de la realidad.
Los sentidos del saiyan estaban en automático, sus manos cobraron vida propia y comenzaron a explorar terreno que normalmente no haría y que estaba disfrutando. Las curvas que lo volvían loco de manera visual, estaban siendo grabadas por su sentido del tacto. Estaba más allá del punto donde pudiese decidir detenerse por voluntad propia y ella no hacía nada para detenerlo. El beso estaba muy lejos de su estatus inicial, separándose sólo por breve instantes para recobrar el aliento. Amaba besarla y en ese momento en particular, sus besos parecían estar más apetitosas que de costumbre.
Videl había perdido cualquier indicio de vergüenza o duda. La adrenalina del momento recorriendo su cuerpo tal un incendio se alimenta de los árboles de un bosque. La sensación que recorría su ser era excitante y no podía esperar a que la caja de pandora terminara de abrirse. Las advertencias previas fueron eliminadas de su mente en el momento en que Gohan se acomodó sobre ella. El beso se rompió, pero negándose a terminar el contacto, se concentró en el níveo cuello, repartiendo todo tipo de caricias; una más rudas que otra, causando electricidad en el lugar. Estaba resultando ser muy diferente a lo que alguna vez imaginó, influenciada por las advertencias de los allegados del joven. Aunque podía sentir la pasión emanando de él, estaba siendo paciente y hasta cierto punto, cuidadoso. Un fuerte mordisco en su cuello, la sacó de sus pensamientos e hizo que lo estirara hacia atrás. El joven Son aprovechó para devorar su cuello en totalidad, repitiendo su acción y descubriendo otros nuevos puntos que atacar. De verdad que lo estaba disfrutando…
Pero claro, siempre debía existir una interrupción.
El sonido más inoportuno inundó el lugar, haciendo que el joven se alejara de la chica. Ambos se observaron intensamente, sus respiraciones agitadas, desaliñados, pero, sobre todo, con sus cuerpos encendidos en llamas.
─ Yo...tengo que ir al baño ─ respondió el joven. No esperó respuesta; Videl salió de sus pensamientos con el sonido de la puerta cerrándose. Su rostro pasó a ser de furia. Estúpido teléfono que decidía sonar en ese preciso momento. Se levantó de la cama y buscó el nefasto aparato en su bolso. El nombre 'Papá' iluminaba la pantalla. Frunció el ceño, alejando el aparato de su vista. No era sabio responderle cuando estaba alterada por la interrupción y agitada por lo que acababa de pasar.
Suspiró.
Otra vez surgió el momento y no fue concretado. Estaba comenzando a preocuparse, se atrevía a decir que hasta frustrada. Sí, en ambas ocasiones lo habían interrumpido, pero Gohan se había distraído muy fácil. ¿No se suponía que toda su concentración estaría en la vinculación? ¿Por qué seguía escapando? El aterrador pensamiento de que el problema podría ser ella, la asaltó de repente. Tal vez, con todo lo acontecido, ya no le parecía tan atractiva. O algo estaba haciendo mal para que no pudiesen concretar el acto. Cualquiera de las opciones la inquietaba. Al aceptar esta aventura, estaba más que claro lo que podía pasar.
¿Por qué Gohan no cooperaba?
Gracias por los reviews a: Princesa Seremi, kellz19, Lupis OrSa y Peppa por sus reviews en el capítulo pasado, así como, a los nuevos integrantes que se dieron presente con los nuevos favs y follows. Cualquier cosa, saben los diferentes medios donde pueden contactarme.
Cuídense, chicos
Bye
