Hola, holita… de nuevo.
Pensaba haber subido este capítulo antes, pero el carnaval… ya se sabe, así que he estado unos días castigada.
La idea del hotel y del mayordomo la saqué de la película "Made in Manhattan" de Ralph Fiennes (mi Voldy) y Jeniffer López (Sucedió en Manhattan, creo que se llamó en España), aunque el mayordomo no es tan sumiso como Harry…
Al revisar este capítulo se me ha ido la mano… pero es que me costaba explicarlo, así que me he extendido sin querer.
AVISO: Si eres menor de la edad permitida para esta página… ¡Largo de aquí! ya sabes las normas… no quiero líos. Que ya me he llevado algún que otro disgusto por mocosos entrometidos…
A los/as demás… espero que os guste, y ya sabéis que espero vuestros comentarios para lo bueno sobretodo, pero también para lo malo, jajajajajajaja…. Responderé a todos los que tenga donde. Bss.
Serendipity
--- Capítulo 5 ---
Querido diario:
Estoy confundido. Le odio, le odio con toda mi alma, con la misma fuerza con la que odio cuando se va y deseo volver a estar entre sus brazos. En otras circunstancias pensaría que me ha embrujado, pero…
Empezaré a contarte desde donde lo dejé, a ver si viéndolo escrito me aclaro un poco.
Fui a cenar, eso era sencillo, después de todo yo siempre le sirvo la cena ¿no? Llegué como siempre con las camareras y, también como siempre, esperé a que nos dejaran solos para servirle. Hasta ahí todo normal. Esta vez, en cuanto desaparecieron las camareras noté sus manos en mi cintura, y como me giraba para besarme. Estaba tenso como una tabla y lo notó. Pero no se enfadó, sirvió una copa de tinto y me lo ofreció. Bebí casi de un tirón y sonriendo y tranquilizándome volvió a besarme. Esta segunda vez fue mucho mejor, hizo que le abrazara y respondí a su beso… recuerdo que pensé "Ahora sí que estoy perdido" y me relajé en su abrazo.
.-¿Estás mejor? – Dijo sin soltarme.
.-Sí, lo estoy – Recordé que tenía una meta esa noche y si seguía teniéndole tan cerca y mirándome a los ojos iba a terminar descubriéndome. Después de todo él si que aprendió Legeremancia – Y estoy hambriento… ¿cenamos? – Pregunté separándome.
La cena fue más entretenida de lo que esperaba, sentado a su lado, hablando de cine y de mi viaje a España, y de Francia… hasta me prometió que algún día me llevaría un fin de semana a Venecia. Fue muy amable, era como si no fuera el Draco Malfoy que yo conocía, y cada vez que notaba que yo me tensaba por alguna cosa él hacia cualquier tontería que me distraía. Fue una primera cita casi normal, el problema era mi cabeza dando vueltas… y que realmente yo no estaba seguro de querer meterme en esa relación. Luego en el sofá, intenté ver la televisión, pero sus manos comenzaron a juguetear con mi ropa y a besar mi cuello y… bueno, me levanté bruscamente:
.-Lo siento – Me disculpé – Pero mi turno acaba, no puedo pasar aquí la noche o sospecharán y me despedirán.
.-Que te despidan¿qué más da? ya no te hace falta este trabajo.
.-Si que me hace falta… no querrás que Blaise sospeche al ver tu cuenta de gastos… ¿O él sabe de "lo nuestro"?
.-Si Blaise sospecha que le soy infiel me despelleja vivo. Una cosa es que él sepa que yo no le quiero y otra muy diferente es que se lo restriegue por las narices delante de todo el mundo mágico… De todas formas puedo hacer algún hechizo y… - Mi cara debió de expresar contrariedad, porque después de dudar unos segundos, cambió de opinión – Vale, vete… ya veremos como lo solucionamos mañana. Además estoy cansado, hoy ha sido un día… diferente.
Se quedó sentado en el sofá y no intentó volver a besarme o que me acercase a él, solo me despidió con un simple "Adiós", una sonrisa y un gesto con la mano.
Me arreglé a toda velocidad en el despacho, si hubiese tenido que ir por casa se me habría hecho tarde. Fui en metro hasta la dirección que… bueno, era el antiguo lugar de trabajo de John, había oído a éste hablar de él, y pensé que era el mejor sitio para robar a Draco lo único que ya le restaba por conseguir… Mi virginidad… Al menos los que ahí trabajaban presumían de pasar controles médicos todos los meses… no me apetecía dar con cualquiera mi primera vez y acabar además con una gonorrea o algo así… No soy tan idiota como para no pensar en el sexo seguro…
Respiré profundamente un par de veces antes de entrar… Delante de esa puerta verde con el discreto letrero de "Adonis" en dorado, mi idea ya no me parecía tan buena y los nervios me hacían sudar las manos de una forma escandalosa… pero entré. Además empezaba a caer una fina lluvia y la gente que pasaba por la calle me miraba de una forma un tanto extraña.
Era un lugar muy oscuro, con pequeñas lámparas cubiertas de telas rojas o verdes, diseminadas por los rincones del local. Había mesitas bajas rodeadas de cojines que daban al lugar una imagen de tienda árabe de las mil y una noches. Me fui a la barra y allí me apoyé. Una camarera muy guapa, me sirvió el whisky que pedí, y sonriendo fue hacia el otro lado, donde habló con un grupo de tres chicos que charlaban alegremente y que a los pocos segundos me miraban con descaro. Bebí un trago largo y esperé a que se acercara alguno…
.-No bebas tan rápido, el whisky de aquí es muy fuerte… - Me sobresalté tanto al escuchar esa voz que casi me atraganto.
.-John… ¿qué haces tú aquí? – Los otros tres nos miraban con descarada curiosidad, pero en este momento no me importaba.
.-Aun tengo pequeños negocios por aquí ¿y tú? – Hizo una señal para que rellenaran mi vaso y le pusieran a él otro
.-Yo… Pues yo… pensé que era un buen sitio para…
.-¿Para? – Estaba más serio de lo que yo estaba acostumbrado a verle, y eso me intimidaba.
.-Ya sabes para qué se viene aquí – Dije intentando parecer seguro y algo enfadado, pero fracasando estrepitosamente.
.-A ti no te hace falta venir aquí para eso… conozco a más de dos que te lo harían gratis.
.-Ya pero… - Sabía que no podría ocultarle la verdad mucho tiempo, así que le expliqué todo… la extraña propuesta de Draco y mi venganza…
.-Así que para vengarte de él, vas a robarle el privilegio de ser el primero y para que sea más humillante vas a pagar por ello… Perdona Harry, pero no te entiendo. Estás loco por sus huesos, él por los tuyos pero como en el pasado te hizo sufrir le vas a humillar acostándote con un chapero… No lo entiendo… Mejor le rechazas y punto.
.-Tú no lo entiendes.
.-Lo entiendo mejor que tú, aunque no lo creas… Mira Harry, si haces lo que me has contado, te odiarás toda la vida. Recuerda que yo trabajé aquí… sé bien de lo que hablo.
.-John, él solo quiere mi cuerpo, solo eso. Jamás ha amado algo que no sea él mismo… Es retorcido, y no quiero que pueda pavonearse de haberlo conseguido todo. Él es mala gente.
.-No lo sé, tal vez sí lo es, o tal vez no, pude que hiciera todo lo que te ha contado… lo que a él le pase a mí me es indiferente… pero lo que a ti te pase me importa. No tengas ese mal recuerdo el resto de tus días…
.-Te equivocas… recordaré su cara de fracaso y eso me consolará…
.-Claro, eso si es el mal nacido que recuerdas, pero como no lo sea… esto te va a salir muy caro…
.-¿Y si eres tú? – Siempre me tiraba los tejos… a lo mejor así se callaba.
.-Tal vez en un futuro… Anda, pago yo… Y vete a dormir a casa, no hagas tonterías… - Le miré confundido y contrariado – Está bien – Suspiró dándose por vencido - Entonces déjame que lo elija yo… ya que va a ser tu primera vez, que sea alguien de confianza – Hizo un gesto con la mano y un chico de más o menos mi edad con una larga melena negra se acercó a nosotros – Este es Jeremy… Jeremy este es Harry, uno de mis mejores amigos… Está pensando en perder algo esta noche… y no sé, creo que tú le puedes ayudar – El chico sonrió de forma pícara y al tomar mi mano tiró de ella para acercarme a él.
.-Hola Harry, hueles muy bien… hueles a gel de manzana – Mi corazón dio un giro de 360 grados en mi pecho. Sin quererlo, la imagen de Draco en el sofá vino a mi mente.
.-Hola… - Susurré tragando saliva.
.-Creo que tú y yo nos lo vamos a pasar muy bien esta noche – Rozó con sus labios mi cuello y yo no pude evitar tensarme.
.-Sé cuidadoso ¿de acuerdo? y no repares en gastos… pago yo – Escuché a John que decía detrás de mí, probablemente apurando su bebida.
.-Tranquilo John… no todos los días a uno le toca la lotería. Ven Harry, vamos a bailar, necesitas relajarte.
La pista de baile era muy oscura, a penas se veían sombras moviéndose al lento compás de la música. Jeremy me agarraba con firmeza y canturreaba a mi oído. Al principio me sentía muy incómodo, pero luego me relajé poco a poco según avanzaba el baile. Comenzó a besar mi cuello, y yo tranquilo, le dejé hacer, cerrando los ojos. A los pocos minutos nos estábamos besando sin control, él me guiaba hacia uno de los rincones del local, y sucedió… Cuando bajó su mano hacia mi entrepierna abrí los ojos… y vi lo que no quería ver… lo que John me había intentado decir…vi que no era Draco el que me besaba, el que me acariciaba… Entonces lo comprendí todo. Miré hacia la barra y allí seguía John hablando con la camarera y otro tipo…
.-Yo… yo… Jeremy, lo siento, pero no puedo.
.-¿Qué? – Preguntó algo sobresaltado y sorprendido - ¿Cómo?... Ah, ya entiendo… Te gusta duro.
.-No, no, no es eso. Es que yo… yo… creo que… - Estaba completamente desorientado.
.-Estás enamorado… claro… no te hace caso y has decidido venir aquí a olvidar las penas ¿no? – Me di cuenta de lo poco original que yo era hasta para esto.
.-Si… si, algo así… Lo siento, en serio, te pagaré… lo que sea – No iba a explicarle mi vida. Además, me sentía tan avergonzado que lo único en lo que pensaba era en salir corriendo de allí.
.-Tranquilo, no me debes nada – Dijo apartándose y dejándome vía libre hacia la puerta – La verdad es que yo pagaría por un tío como tú.
No me lo pensé dos veces, le miré agradeciéndole el gesto y salí corriendo de allí. Al pasar por la barra John me miró y movió la cabeza en señal de "Bien hecho chico".
Fuera la lluvia se había tornado espesa, lo que me vino muy bien ya que me ayudó a refrescarme. Me senté en un banco a unos metros del local, para poder desahogarme y comencé a llorar sin control. No sé durante cuanto tiempo estuve, pero empecé a temblar de frío, estaba totalmente empapado. Noté que alguien se sentaba a mi lado pero no quise mirar, entonces se quitó el abrigo y me lo puso por encima abrazándome. Al mirar me encontré los ojos grises de Draco que me miraban con calma.
.-Yo… - Quise decir. Pero me puso el dedo en los labios obligándome a callar.
.-Da lo mismo – Dijo tranquilizador
.-Yo… no… - Rompí a llorar de nuevo esta vez apoyado contra su pecho – No pude… no pude… ¿por qué? Draco… ¿qué me has hecho?... – Le decía entre lágrimas. Él solo me abrazaba y me acariciaba la espalda tratando de calmarme.
Entonces noté esa sensación, la sensación de desaparecer de un sitio y aparecerme en otro. Me había llevado a su habitación del hotel.
.-Ve a darte una ducha caliente… te sentará bien, y luego será mejor que duermas… mañana podemos hablar de todo lo que quieras.
Yo seguía inmóvil, envuelto en su abrigo y llorando. Entonces, despacio fue quitándome la ropa y me guió hasta la ducha. Puso el agua caliente y cuando yo salí me envolvió en una toalla.
.-¿Cómo sabias…? – Él me miró con dulzura y rozó de nuevo mis labios con su pulgar.
.-Mañana hablamos. Será mejor que durmamos un poco – Pero no me besó.
.-¿Me vas a dejar?
.-No – Apartó las sábanas y me ayudó a acostarme.
Cuando él se acostó al poco rato, yo me acomodé en su pecho, ambos estábamos desnudos, y el roce de su piel caliente me tranquilizaba. Apagó las luces con una palmada.
.-Te odio – Dije bajito.
.-Lo sé – Me respondió – Lo sé.
A los pocos minutos me quedé dormido.
Recordé dónde estaba y lo que había pasado antes de abrir los ojos. Seguía apoyado sobre él y notaba su respiración acompasada y tranquila. Me incorporé lentamente tratando de que no se despertara, pero fue inútil, abrió los ojos despacio y me miró de una forma extraña, como si se alegrara de ver que yo estaba allí. Sonrió con dulzura y me atrajo hacia él. Esta vez esquivé su beso.
.-Es tarde, tenía que haber entrado a trabajar hace dos horas – Susurré.
.-Buenos días, Harry. ¿Dormiste bien? – Le miré como si tuviera tres cabezas y no le respondí – No te preocupes, hice un pequeño hechizo, hoy no te echaran de menos.
.-Pero…
.-Va, venga Harry, relájate ¿vale? Tenemos que hablar y luego podemos quedarnos todo el día zanganeando en la cama. Creo que no lo hago desde los tiempos de Hogwarts…
.-¿Cómo supiste lo de anoche?
.-¿La verdad? Sospeché algo cuando te negaste a quedarte conmigo… no, no te seguí. Decidí respetar tu decisión, aunque me pareció una solemne estupidez, y me quedé esperando a que tú solo te dieras cuenta.
.-¿Entonces qué hacía allí?
.-Cuando tuve que dejarte ir hace unos años, hice una pequeña trampa… hice un conjuro de ayuda… Nunca te has dado cuenta, pero funciona como la marca tenebrosa y…
.-Sé como funciona, o sea, que no es la primera vez que estás cerca de mí.
.-No, pero siempre he intentado ser discreto y dejarte… me juré a mi mismo intervenir solo si era muy muy muy necesario.
.-Ajá – Respondí acomodándome de nuevo en él. Automáticamente empezó a acariciarme el pelo. Tras unos minutos rompí de nuevo el silencio - ¿Y alguna vez has estado tentado de intervenir?
.-Todas… pero sabía que no debía hacerlo… - Se movió obligándome a incorporarme un poco mi mirarle – Harry… ¿por qué no dejas ya el pasado? Tienes que vivir el ahora… Mírate, estás en una cama enorme, en una suite de lujo, con un tipo de lujo… ¿no se te ocurre nada mejor que remover malos recuerdos?
.-Me siento sucio – Respondí apartándome de él para sentarme.
.-¿Por qué? No hiciste nada, y aunque lo hubieras hecho tampoco pasaría nada… bueno, que hoy estarías un poco dolorido – Sus dedos acariciaban mi espalda con suavidad.
.-¿Esperarás a que esté preparado?
.-Por supuesto, esa es la ventaja de ser mi amante y no mi presa… Pero a cambio, tienes que besarme.
.-¿Besarte? – Me giré sonriendo - ¿Ya estás chantajeándome de nuevo?
.-Necesito mi dosis de Harry, soy adicto – Respondió con cara de "lo siento, soy un niño malo".
No pude evitar echarme a reír, y él aprovechó para tirarme de nuevo hacia atrás y colocarse encima. Reconozco que sentir todo, y cuando digo todo quiero decir TODO… eso, que sentir todo su cuerpo encima mío se me hizo más que agradable, y esto me hizo olvidar todas mis dudas y todos mis miedos.
Nos besamos con lentitud, en realidad ninguno de los dos tenía prisa por terminar el beso y el contacto. Decir que me sentía en la gloria se queda corto, en serio. Yo le abracé y comencé a acariciar su espalda, lo que le animó a seguir profundizando el beso. Luego observé largo rato mi reflejo en sus ojos, mientras él decidía si volverme o no a besar. Al final fui yo el que di el paso… y aunque intentó frenar un par de veces, no le permití hacerlo, estaba decidido a ser suyo en ese momento y no pensaba dejarle opinar al respecto.
.-Tienes una extraña forma de demostrar tu odio, Potter – Dijo después de haberme dejado un enorme chupetón en el cuello.
.-Soy un poco raro, que le vamos a hacer – Suspiré.
.-Creo que… ya que tanto me odias… voy a hacerte sufrir un poco – Dos cintas de seda salieron de ambos lados de la cama y se anudaron en mis muñecas obligándome a quedar con los brazos en cruz.
.-Draco… ¿qué haces?
.-No protestes, no vas a olvidar el día de hoy jamás, te lo prometo – No sé porqué pero me entró pánico y él lo notó – No seas miedica, Harry, estás seguro… en el momento en el que decidas que ya vale te prometo que paro – Acariciaba mi cabeza intentando tranquilizarme, pero no lo logró hasta que me volvió a besar… en ese momento me di cuenta de mi estupidez, si hubiese querido hacerme daño no me ataría con seda, sino cadenas.
Cuando vio que ya me había relajado, retomó su tarea. Se sentó a horcajadas sobre mí y mirándome desde arriba llevó una de sus manos a uno de mis pezones. Una corriente eléctrica empezó a recorrer agradablemente mi cuerpo, mientras él lo pellizcaba y lo ponía duro. Luego su otra mano avanzó hacia el compañero haciendo lo mismo, mientras me seguía observando con una extraña sonrisa en los labios. Gemí.
.-¿Qué te pasa?... te gusta.
.-Sí.
.-Sí mi amo… recuerda quién pone las reglas aquí – Mi cabeza giraba deprisa por la excitación – Si no tendré que castigarte…
.-Sí mi amo – Noté que otras tiras de seda me aprisionaban los tobillos.
.-¿Y esto… te gusta? – Acercó sus labios a uno de mis pezones y lo atrapó suavemente con los dientes. Yo gemí fuerte. – Responde esclavo.
.-Sí, me encanta.
.-Respuesta equivocada… olvidaste guardarme el debido respeto… eso merece un castigo – Apartó su otra mano de mí y se sentó sin tocarme, mirando el reloj de la mesita.
.-No… sí, mi amo… lo siento mi amo… prometo no volver a olvidar – Bajo ningún concepto le iba a permitir parar. Cuando hubo pasado un par de minutos, me miró con seriedad. Mi cuerpo le llamaba a gritos.
.-Espero que no se te olvide la lección – Asentí en silencio - No voy a estar perdiendo el tiempo preguntándote esclavo… quiero que gimas, y que gimas fuerte, quiero saber qué es lo que sientes…
.-Sí amo, lo haré - Empezaba a desesperarme tenerle tan cerca y no llegar a tocarle – Cumpliré todas sus órdenes.
Sonrió de nuevo y retomó su tarea de besarme y mordisquearme por todas partes. Yo, pese a estar atado, me sentía más libre que nunca y dejaba que mi cuerpo y mi garganta respondieran a su antojo ante lo que él me hacía. Me di cuenta que mi escandalosa forma de reaccionar, contrariamente a lo que yo hubiera pensado en otro momento, le excitaba terriblemente. Cuanto más alto gemía, más le animaba.
En un momento determinado, noté que la garganta me quemaba, la tenía seca. Leyéndome el pensamiento, me acercó el vaso de agua de la mesita y me dio de beber, lamiendo las gotas que se escapaban de mi boca.
Se puso de rodillas a la altura de mi cabeza y se inclinó hacia delante, comenzando a prestar mayor atención a mi erección con su boca. Yo creí que me iba a desmayar de placer cuando frenó y giró su cabeza para mirarme.
.-¿Vas a quedarte ahí parado, esclavo? – Me descolocó totalmente - ¿Acaso no tienes hambre? Te he dado de beber… ¿No tienes nada que quieras llevarte a la boca?
.-Sí mi amo – Respondí comprendiendo lo que me pedía… Aunque estando atado y con poca libertad de movimiento, no era fácil.
Hice lo que pude, porque entre que no podía hacer mucho, y lo que se me iba la cabeza con lo que él me hacía, mi trabajo fue de lo más irregular, pero no se quejó. Supongo que en el fondo él pretendía que yo no lo excitase demasiado antes de tiempo. Aguanté lo que pude, hasta que en un momento dado me dijo:
.-Córrete… ¡Ahora!
No pude ni pensar… fue como si mi cuerpo respondiese a sus órdenes de forma automática, tuve un orgasmo en décimas de segundo. Ni tan siquiera yo me había dado cuenta de que había llegado a mi punto de no retorno, y con solo dos palabras… allí estaba, jadeando totalmente alucinado y confuso por lo que me acababa de pasar. Fue increíble.
.-¿Estás bien? – Preguntó acercándose para besarme con dulzura - ¿Quieres que lo dejemos aquí?
.-No eres tan buen amo si no me dominas hasta el final – Respondí. Estaba más que decidido a continuar.
.-¿Cómo? – Su rostro reflejó que había adoptado de nuevo su papel en esta obra – Eres un descarado, esclavo… como castigo, te prohíbo que vuelvas a hablar o a emitir sonido alguno salvo que yo te pregunte.
.-Si amo.
.-Recuerda, ni un solo sonido o te dejaré atado y solo hasta… creo que con 5 minutos aprenderás la lección… - Asentí con la cabeza. Ese era un castigo muy fuerte en ese momento.
Se arrodilló entre mis piernas y mientras mantenía su erección masturbándose con lentitud, comenzaba a prepararme con lubricante y su mano libre. No emití ningún tipo de sonido ni por dolor ni por placer, y me di cuenta que el tener que retener mi voz me excitaba mucho, ya que tenía que dejar salir lo que sentía de otras maneras.
Soltó mis piernas y doblándolas se apoyó en ellas obligando a mis pies a perder su apoyo en el colchón… lentamente comenzó a penetrarme. Las lágrimas saltaron inmediatamente de mis ojos, pero aunque noté que eso no le agradaba, no paró, primero muy despacio, y luego más deprisa hasta que olvidé su orden y con un fuerte gemido comencé a pedirle más. En ese momento se relajó y todo se volvió más salvaje, sus embestidas, sus acaricias, los gemidos de ambos… todo, hasta que volví a perder el control de mi cuerpo y poco después él se vaciaba en el mío.
Cayó relajado y sudoroso a mi lado, sin dejar de mirarme, mientras las cintas de seda me dejaban definitivamente libre.
.-¿Cómo estás?
.-Pues… un poco dolorido
.-Es inevitable… pasa con la práctica.
.-Creo… que la próxima vez elijo yo el juego…
.-¿Te ha gustado?
.-Si, no lo olvidaré, en eso tenías razón… Ha sido increíble.
.-¿Me sigues odiando?
.-No lo sé, Draco, la verdad es que no sé qué es lo que siento hacia ti… tendrás que darme tiempo a que me aclare – Asistió con suavidad
.-¿Qué quieres hacer ahora?
.-Espera… déjame que descanse un poco, ha sido mi primer vez ¿recuerdas? – Se echó a reír.
.-Me refería si a comer, ver la tele, dormir un poco… También yo necesito un poco de tiempo para recuperarme – Reímos los dos.
A decir verdad un poco para él son escasos minutos, porque encendió la televisión y al poco rato estábamos de nuevo besándonos como posesos.
Desde ese día, en cuanto estamos a solas, la ropa vuela por el cuarto, y cada vez me sorprende con algo nuevo. Y cuando no le tengo cerca, las horas se me hacen eternas… creo que el odio se empieza a trasformar en otro sentimiento… y la verdad es que esto me asusta. Además, nos queda poco de estar juntos todos los días, Blaise vuelve en dos días, y Draco tiene que estar en su mansión para recibirle. No sé que haré, moriré hasta que pueda escaparse unas horas para estar conmigo.
--- Gracias por leer ---
