Última Esperanza.

Capítulo uno: Primer día.

—¿Qué haces, nee-chan? —Ishigami Shizuku asomó la cabeza desde atrás de su hermana mayor, intentando ver en qué estaba trabajando esta vez.

—Ciencia, cosas, largo. —Ishigami Tsukiku no le prestó atención mientras soldaba una pieza diminuta en una especie de chip extraño.

—¡Pero dime! ¡Esto se ve muy raro! —La adolescente de quince años caminó alrededor del aparato, que parecía un gigantesco aro de cebolla bien condimentado, blanco y con miles de circuitos extraños por todas partes—. ¿Es otra máquina del tiempo? Creí que habían declarado ilegales esas cosas.

—No es una máquina del tiempo como las que existieron. —La adulta de veintinueve años finalmente dejó el chip y se apartó de la máquina, secando el sudor de su frente—. Esto es algo mucho más ilegal, incluso para las leyes de la misma física. —Rió de forma maniática.

—¿A q-qué te refieres? —Shizuku palideció un poco, sabiendo que hablaba completamente en serio.

—Como ya sabes, retroceder en el tiempo es un poco imposible, y viajar al futuro no tiene retorno, solo se puede viajar a través de las distintas realidades, usando el tiempo como referencia. —Hizo girar el soplete entre sus dedos—. No se puede cambiar el pasado, es algo ya establecido, pero… encontré una forma. —Sonrió con malicia.

—¿Una forma de cambiar el pasado? —La adolescente miró con preocupación a la máquina—. Pero… ¿cómo es posible? ¿Eso no cambiaría toda la realidad y a todos nosotros? ¿Qué sentido tiene? —Cruzó los brazos—. ¿No sería lo mismo que destruir una realidad y reemplazarla por otra? Además ir en contra de las leyes de la física de este modo requeriría una cantidad monstruosa e imposible de energía. —Se llevó un dedo a la barbilla—. ¿Cómo lograste algo así? ¿Y por qué?

—Es literalmente reescribir la realidad. Y tienes razón, necesito superar la energía del agujero negro supermasivo más grande del universo, y elevarla a la octava potencia…

—¡ESO ES IMPOSIBLE! —Shizuku se fue de espaldas—. ¡Esa cosa tiene 66 mil millones de masas solares! ¡Apenas se ha logrado superar un millón de veces la energía de nuestro sol! ¡En comparación es nada! —Se puso de pie con una sonrisa temblorosa—. Además, debe ser muy, muy, muy ilegal. No me digas que has logrado hacer algo así…

—Ja, por supuesto que lo logré. —Agitó su coleta despreocupadamente, riendo cuando Shizuku volvió a irse de espaldas—. Tranquila, está estabilizada y concentrada, pero es cierto que haría explotar la mitad de nuestra galaxia si falla…

—¡¿QUÉ?!

—Lo cual no pasará. —Rascó su oído con el meñique—. Escucha, no es destruir una realidad y reemplazarla por otra. Todo nuestro presente seguirá casi igual, nadie se va a morir, y hasta voy a conservar mis recuerdos del primer pasado que viví, los demás que se vean afectados con el cambio también, pero su cerebro los va a interpretar como recuerdos falsos y no lo recordarán del todo, solo estarán un poco confundidos, te incluye. Pero lo bueno es que tendremos nuevos recuerdos. —Sonrió suavemente—. Será como haber vivido dos vidas.

—No entiendo nada. —Shizuku se sentó en el suelo, frotando su cabeza con confusión—. ¿Qué quieres hacer? ¿Y por qué?

—Quiero salvar a nuestros padres. —Frunció el ceño duramente—. No debieron morir, y este mundo sería un lugar mejor con ellos aquí. —Se alejó de la máquina y tomó un cuadro con una fotografía de Ishigami Senku y Kohaku, abrazados mientras una versión de catorce años de ella hacía una mueca de asco. Él sonreía relajado, con sus manos en el vientre hinchado de su esposa, y ella sonreía como si fuera la persona más feliz en el mundo—. No tienes idea de la mala suerte que tuviste siendo criada por mí, pulga. No tienes idea de cuánto te amaron. —Le dio la fotografía.

Shizuku observó la fotografía con ojos tristes.

—Todos me lo dicen, y yo siempre pienso en ellos, todos los días. —Acarició la fotografía, preguntándose cómo se sentiría poder abrazar a sus padres—. Desearía poder recordarlos, y por supuesto que quiero conocerlos, pero arriesgar la galaxia por eso… —Abrazó el marco contra su pecho—. No creo que sea correcto. ¿No crees que es demasiado? Sé que el mundo no es el mejor, la guerra parece interminable y la ciencia está estancada, pero aún así...

—Ellos lo harían por cualquiera de nosotras, sin dudarlo. —Tsukiku se sirvió una copa de vino y la bebió de golpe—. Tenías dos años cuando murieron, sé que no los recuerdas, pero yo tenía dieciséis y me juré que los traería de vuelta. Y no lo hago solo por mi juramento, también por ti. Mereces crecer con ellos. ¡Me importa una mierda el mundo y las leyes! Es mi última esperanza, es lo que te debo y lo que les debo.

—El precio es alto. —Shizuku miró con anhelo la fotografía.

—Ya está todo arreglado. —Tsukiku miró a la máquina con forma de aro de cebolla—. Solo necesito ajustar los últimos parámetros. Cada segundo que pasa es un alto precio energético, así que debe ser ahora. —Volvió a servirse otra copa de vino—. Ugh, probablemente no debería embriagarme ahora. —Bebió media copa y dejó la botella de lado—. Será mejor que te vayas, pulga. No creo que explote pero esto es algo que debo hacer sola.

—¿Por qué? —Guardó la foto en el bolsillo de su falda—. Si lo haces por mí entonces debería ir también.

—Tienes mucha suerte de que dejé la puerta del laboratorio abierta hoy, pero no deberías estar aquí. —Ajustó su bata mientras se acercaba a la máquina—. Se corre un riesgo al hacer esto, si uno solo de mis cálculos fue erróneo, entonces las consecuencias podrían ser catastróficas. Mi vida es el menor precio a pagar.

—Si me dices eso solo me das más ganas de ir contigo. —Se puso en pie rápidamente.

—Pulga, te dije que no. —La miró con severidad.

—Ja, quiero verte intentar impedírmelo. —Sonrió dulcemente.

—Agh, mocosa terca. —Frotó sus sienes—. Bien, bien, prepare un equipo de emergencia, puedes usar eso… Y también podría enviarte a casa de emergencia si algo sale mal. —Descolgó dos bolsos de la pared y le lanzó uno.

—¿Equipo de qué? —Miró con curiosidad el bolso.

—Vamos a salvarle la vida a nuestros padres, no voy a ir sin prepararme. —Se puso unos lentes protectores y comenzó a teclear en su computadora—. Ponte los lentes, y cierra los ojos también, esto va a soltar un destello de los mil demonios.

Shizuku se colocó los lentes protectores y se cubrió los ojos con las manos, cerrándolos con fuerza y volteando también. Teniendo unos ojos tan sensibles, y sabiendo que su hermana no solía mentir ni exagerar cuando se trataba de estas cosas, era mejor toda la protección que pudiera conseguir.

Se escuchó algo parecido al sonido de una televisión encendiéndose y luego de unos segundos su hermana le dijo que podía abrir los ojos.

Volteó, quedándose con la boca abierta al ver una profunda oscuridad en el aro de cebolla, como si tuviera un agujero negro en el laboratorio.

—Cada segundo cuenta. —Tsukiku tomó su mano y comenzó a caminar hacia la máquina—. Si vas a arrepentirte, que sea ahora.

Shizuku negó con la cabeza, tomando su mano con fuerza y caminando a paso decidido hacia esa inmensa oscuridad.

—¡Ja, claro que no! —Era aterrador, pero con más razón no dejaría ir a su hermana sola.

Incluso aunque fuera catorce años mayor, le gustaba pensar que se cuidaban la una a la otra.

—Aguanta la respiración, pulga.

Tomaron aire y se sumergieron en esa inmensa oscuridad.

Se sentía como pasar a través de un líquido gelatinoso, aunque no estaban mojándose, y al traspasar la oscuridad llegaron a una especie de habitación apenas iluminada por varias pantallas de computadoras.

—¿Qué es esto?... —Shizuku miró confundida a Tsukiku, que se veía aún más extrañada que ella.

—No… esto está mal. ¿Dónde demonios estamos? —Alzó su muñeca y tecleó algunas cosas en su reloj/celular.

—Bienvenidas, señoritas Ishigami —dijo una voz masculina desconocida.

Ambas miraron a su alrededor con pánico, soltando sus manos y poniéndose en posición de ataque.

—¡¿Quién demonios eres?! —Tsukiku sacó un cuchillo de su muñequera, con una mirada amenazante, poniéndose delante de Shizuku.

—No hay razón de ser hostiles. No están en peligro, todo lo que les pido es que vuelvan por donde vinieron. —El hombre finalmente salió a la luz, poniéndose delante de las pantallas.

—¿Disculpa? —Tsukiku lo apuntó con su cuchillo.

—Cuando la tecnología avanza a cierto punto, llega un punto en el que la humanidad quiere jugar con el universo como si este le perteneciera. —El hombre hizo a un lado su capucha, revelando su rostro anciano y cansado—. Estoy aquí para ponerle un alto a eso. No pueden cambiar el pasado, no sin una buena razón. Vuelvan por donde vinieron, señoritas.

—Escuche, viejo decrépito…

—¡Espere, tenemos una buena razón! —Shizuku se adelantó a Tsukiku, acercándose al anciano—. Solo queremos salvar a nuestros padres, ellos murieron por una guerra cruel e injusta, una guerra que quizás no hubiera persistido con sus talentos, si hubieran permanecido con vida… —Bajó la cabeza—. Por favor, solo será esta vez. —Miró suplicante al hombre.

—Conozco bien el motivo por el que están aquí, señoritas. Créanme que no quisiera dejar a unas niñas sin sus padres, pero las tragedias pasan todos los días. —Sacó una silla de la nada y tomó asiento—. Déjame felicitarte, Ishigami Tsukiku, lograste algo muy grande a una edad muy joven, y el motivo fue por amor, no por ambición, eres un caso especial. —Sonrió con cansancio, mientras que Tsukiku siguió mirándolo mal—. Me encantaría dejarte lograr tu cometido, pero tengo unas reglas que seguir.

—¡JA! ¿Acaso impedir la muerte de mis padres destruirá al mundo? ¿Desestabilizará el universo? ¿Le causará una úlcera en el culo? —Tsukiku se cruzó de brazos con una mirada feroz.

—¡Nee-chan! —Shizuku le dio un leve codazo—. Por favor, señor, mi hermana trabajó muy duro y en secreto por años. ¿No hay una forma de que nos permita salvar a nuestros padres?

—Bueno… existe una. —Suspiró con pesadez—. No es común que sea el amor el motivo que me traiga a este sitio, y sé que son buenas niñas… Hmm, podría hacer una excepción, pero solo podrían revivir a uno de sus padres. Tendrán que escoger. ¿Su padre o su madre?

Ambas se quedaron congeladas en sus sitios, sorprendidas por la crueldad de esa pregunta. ¡¿Cómo podía siquiera pensar que eran capaces de escoger?!

—Maldito viejo… No necesito su estúpido permiso, ¡nos vamos de aquí! —Volvió a tomar la mano de Shizuku y quiso arrastrarla lejos, pero ella no se movió—. ¡Vámonos, pulga! ¡Este anciano no nos ayudará! —A pesar de sus palabras, aún así no se movió—. ¡Vámonos, Shizuku!

—Sí se van y lo vuelven a intentar, tendré que tomar medidas. —El hombre cerró los ojos solemnemente—. Es la única oferta que puedo hacerles. Solo uno de ellos.

—¡Ja, intente hacernos algo, maldito vejestorio! —Tsukiku siguió intentando arrastrar a su hermanita lejos de allí, pero no la movió ni un poco—. Ugh, estúpidos brazos de fideo… Y estúpida genética, ¿por qué solo tú tenías que heredar la fuerza absurda de mamá?

Shizuku tomó la mano de su hermana mayor con gentileza, apartándola con facilidad.

—Señor, lo que nos pide es muy cruel. —Lo miró con tristeza—. No los recuerdo, pero todos me dicen que eran inseparables. No lo digo solo por nosotras. Traer a uno y dejarlo sin el otro sería como traer solo la mitad de uno, dejarlo con un vacío. No me parece justo. —Sus ojos color carmín se llenaron de lágrimas—. Tiene que haber otra forma… Por favor. Usted es nuestra última esperanza.

La mirada dura del anciano se ablandó, desviándose hacia el techo mientras soltaba un gran suspiro.

—Niña… Quisiera ayudarte, créeme que sí, pero yo no pongo las reglas. Podría interceder por su causa, pero no me están dando un motivo lo suficientemente sólido. El amor es noble, pero no es suficiente para justificar traer a una pareja cuando ya es demasiado traer solo a uno. Con solo uno ya les estoy dando demasiado. Les recomiendo tomar mi oferta.

—Yo digo que el amor es suficiente. —Shizuku alzó mucho la barbilla—. Ellos murieron por amor, amor a nosotras. ¿Por qué nuestro amor no es suficiente para traerlos de regreso?

El anciano se quedó en silencio, pensativo.

—Para la ciencia el amor es solo una serie de reacciones químicas en el cerebro. —Tsukiku rió por lo bajo—. Pero influye mucho más allá de eso. Se traen vidas al mundo por el amor, se pierden vidas… Tiene razón, anciano, todo esto lo hice porque amo a mi familia, a mis padres y a mi hermana. Si para usted no es suficiente… es todo lo que tengo.

—Agh… Odio este trabajo. —El hombre negó con la cabeza—. Muy bien… Me gusta tu teoría, jovencita. Pero como todo en la ciencia… tendrán que probarlo.

—¿Qué? —Ambas ladearon la cabeza, intercambiando miradas.

—Probarán el amor que tienen hacia sus padres, y el amor que se tienen ellos entre sí. —Se puso en pie—. Seré amable y les daré solo tres pruebas. Existen millones, trillones, quintillones de realidades, en distintos tiempos, sucediendo todas a la vez. Les asignaré tres realidades, similares a la suya, pero con condiciones… desfavorables para que surja el amor. Si ustedes logran que el amor entre ellos surja incluso en esas malas condiciones, entonces les permitiré traer a sus dos padres de regreso.

—¿Ah?... —Shizuku no entendió nada.

—Un momento. —Tsukiku rió incrédula, con sequedad—. ¿Nos está pidiendo actuar de cupidos de nuestros padres?

—¡¿Ah?!

—Tendrán solo un mes en cada realidad, tres meses en total. —Alzó tres dedos—. Treinta y un días por cada mes. 2.232 horas. 133.920 minutos. 8.035.200 segundos. Bueno, dentro de las realidades, no contará el tiempo que estén conmigo, para ir de una realidad a otra o si están indecisas sobre rendirse o no.

—¿Un mes para enamorar a esos dos? —Tsukiku pareció a punto de desmayarse.

—Si logran que se enamoren en las tres, les permitiré traer a los dos. —Asintió—. Si fallan en una, solo les permitiré traer a uno. Si fallan en dos, ya no les permitiré traer a ninguno de ellos. Es muy simple: logran las tres victorias, traen a los dos; logran dos victorias: traen a uno; logran una o ninguna: no traen a ninguno. Eso o pueden tomar mi oferta ahora y traer a uno solo de ellos, sin necesidad de pasar por todo este problema.

—¡Ja, por supuesto que aceptamos tomar la prue…! ¡MMM! —Shizuku calló cuando Tsukiku colocó una mano en su boca, arrastrándola a un rincón de la habitación.

—Denos un momento, anciano. —El hombre asintió, luciendo divertido.

—¿Qué pasa contigo? —Shizuku la miró ceñuda.

—Estoy pensando que… que quizás sea mejor aceptar su primera oferta —le susurro amargamente. Shizuku jadeó horrorizada—. Escucha, sé que has escuchado todas las historias sobre papá y mamá, pero realmente no los conociste. Son la pareja más seca y anti-romance que existe. ¡Es un reto imposible! Tardaron años en enamorarse y más años en admitir que se amaban, y aún más años en estar juntos. ¡Jamás lo lograríamos en un mes! Y sí fracasamos en dos pruebas ya no nos dejará traer a ninguno… —Apretó los puños con frustración—. Odio esto… pero no creo posible lograrlo.

Shizuku frunció el ceño profundamente.

—Nee-chan, lograste construir esa máquina y superar por mucho a la ciencia más avanzada en nuestro mundo, ¿y no crees poder con esto? —Tomó su rostro y la hizo mirar hacia abajo, encontrando sus ojos azules hacia sus ojos rojos decididos—. Además, ¿realmente serías capaz de escoger? Tú que los conociste a ambos, que los recuerdas y que siempre me hablaste de ellos… —Sus ojos volvieron a cristalizarse—. ¿Podrías elegir?

Tsukiku cerró los ojos con pesar.

—Odio tus ojos de gatito regañado… —Bufó, antes de voltearse hacia el anciano—. ¿Dijiste que podíamos tomar una decisión en medio de las pruebas, verdad?

—Claro, las contactaré a los dieciséis días para ver sí aún quieren continuar, y al finalizar un mes volverán conmigo para pasar a la siguiente realidad o ir a casa. Supongo que será entretenido para mí, ya que tengo que encargarme de este horrible trabajo. —Volvió a frotar sus sienes—. Sin embargo, después de la primera derrota o la primera victoria, ya no podrán volver atrás. Ustedes deciden, señoritas Ishigami.

Las hermanas intercambiaron una mirada decidida.

—Lo haremos.

El hombre suspiró, sonriendo con resignación.

—Muy bien, señoritas, tenemos un trato. —Un agujero negro parecido a lo que vieron en el aro de cebolla se abrió detrás de él—. Aquí está su primera prueba. Tienen 31 días, 44.640 minutos, 2.678.400 segundos. Intenten no interferir demasiado en los eventos de la realidad. Les deseó suerte, de verdad esperó que lo logren.

Tsukiku volvió a tomar la mano de Shizuku e intercambiaron una mirada llena de determinación antes de avanzar decididas hacia el portal.

El hombre anciano se apartó, sonriendo mientras ellas cruzaban.

De verdad quería que lograran superar las pruebas… pero eso no significaba que les pondría las cosas fáciles.

.

Llegaron a un parque y el portal de inmediato se cerró a sus espaldas.

—Qué bonito lugar… —Shizuku sonrió, mirando a todas partes—. El cielo es azul, hay pasto y el aire no huele raro…

—Bienvenida a un mundo sin guerra y no tan contaminado, pulga. —Sonrió suavemente—. Vamos, tenemos que disfrazarnos. —Tomó su mano y comenzó a arrastrarla hacia un baño público cercano.

—¿Disfrazarnos? ¿Por qué?

—¿Estás loca? ¡Somos idénticas al viejo y a mamá, solo míranos! —Señaló al espejo frente a los cubículos del baño.

Shizuku se llevó un dedo a la barbilla, observando el reflejo de ambas.

Tenía razón, ahora que lo pensaba. Tsukiku especialmente tenía la cara igual a la de su padre pero en versión femenina, excepto por la nariz de su madre, que de paso era el único rasgo que compartía con Shizuku aparte del cabello blanco-verdoso. Tsukiku tenía el flequillo muy parecido a su madre, también, y una coleta alta que le llegaba hasta por debajo de la cintura. Sus ojos eran azules y tenía la misma altura y complexión de Kohaku.

Shizuku quizás no era tan parecida a su padre, pero tenía su color de cabello y su color de ojos. Además tenía el cabello ondulado que le llegaba hasta la mitad de la espalda y tres mechones adornando su rostro, aparte de una mini-coletita en la parte superior derecha. Su rostro era idéntico al de su madre, pero no muchos señalaban el parecido, tendiendo a fijarse más en sus ojos carmín tan llamativos. Ella era bastante bajita y no tan… desarrollada como su madre y su hermana. Aunque bueno, seguía creciendo, o al menos eso esperaba.

Pero, en resumen, Tsukiku tenía razón. Parecían una mezcla de sus padres, cualquiera se daría cuenta fácilmente de que existía parentesco entre ellos.

—Umm, tienes razón. —Jugueteó con su coletita con nerviosismo—. Entonces, ¿qué hacemos? ¿Compramos una peluca?

—¿Con quién crees que hablas, pulga? En tu bolso tienes una tiara de conexión celular, póntela. —Sacó una tiara con orejas de gatito y la colocó en su cabeza.

—Ooh. —Rápidamente sacó su tiara, que tenía antenas de mariposa, y se la colocó—. Casi olvidaba que estas cosas existen. —Rió nerviosamente—. Es mucho más útil solo pensar en qué queremos cambiar de nuestra apariencia. Veamos… ¡quiero ser rubia! —Su cabello cambió inmediatamente a ser dorado desde las raíces hasta las puntas.

—Lastimosamente solo pueden cambiar el color de cabello y ojos, nosotras necesitamos un cambio de cara. —Tsukiku chasqueó la lengua, intentando peinar su flequillo más hacia el costado—. Y, por favor, pulga, siendo rubia solo te pareces más a mamá, elige otro color.

—Bien. —Hizo pucheros—. Entonces… ¿pelirrojo? ¡Oh, castaño rojizo! —Su cabello volvió a cambiar y ella lo peinó cuidadosamente con sus dedos—. Me gusta así, ¡pruébalo, nee-chan!

Ella le hizo caso y miró su reflejo con agrado.

—Hmm, no está mal… En cuanto a ojos… Quiero ojos verdes —pidió y sus ojos azules cambiaron de inmediato a un verde lima.

—¿Por qué verdes? —preguntó Shizuku, también cambiando sus ojos a un verde más oscuro.

—Me gustan los ojos verdes. —Encogió los hombros despreocupadamente—. Como sea, el color de ojos y cabello no disimulan mucho nuestras caras.

—Podemos maquillarnos —dijo Shizuku al ver un estuche de maquillaje en el bolso—. Oh, y aquí hay lentes.

—Claro, esperemos que nuestros padres sean tan idiotas como los personajes de los comics de Superman. —Tsukiku rodó los ojos, sacando los lentes con una mueca—. Además, tú no sabes maquillarte, ¿o sí? —Sonriendo nerviosamente, Shizuku negó con la cabeza—. Yo solo sé hacer una base simplona, pestañas y labios. No creo que sirva de mucho.

—Es mejor que nada. Eso con los lentes debería bastar. —Sonrió con optimismo—. ¡Oh, y necesitaremos nuevos nombres!

—¿Por qué? No creo que siempre hayan pensado que iban a ponerle a sus hijas Tsukiku y Shizuku. —Tsukiku comenzó a maquillarse.

—No, pero sí vamos a interactuar con ellos tal vez no quieran ponerle igual a las hijas que tendrán en el futuro. —Sonrió emocionada, ya comenzando a pensar cómo sería encontrarse con sus padres por primera vez—. Y tampoco podremos usar el apellido Ishigami.

—Ah, buen punto, supongo. —Bufó—. Bueno, elige tú.

—Nuestro apellido será… Eh… ¿Ishi… eh… Ichi… Ichigami… Ichimi...? ¡Shichimi! —decidió.

—No está mal.

—¡Y mi nombre será Shizuka!

—Wow, sí que eres creativa, qué original. —Rió, rodando los ojos, antes de girarse para comenzar a maquillarla a ella.

—¿Y cómo te llamarás tú, nee-chan?

—No lo sé… Tsu… Su… Yu… Yukiku… No, Yukiko. —Encogió los hombros—. Shichimi Yukiko y Shichimi Shizuka, será.

—¡Ja, me encanta! ¡Somos como espías!

—Una espía sabría quedarse quieta mientras la maquilló. —Le pellizcó la nariz con fuerza, haciéndola gimotear—. No te muevas, ya casi terminó.

Salieron del baño una vez listas y Tsukiku sacó un celular con un diseño viejo, como de la década del 2030.

—¿Ahora qué haremos? —preguntó Shizuku, parándose de puntitas para intentar ver lo que tecleaba en ese celular viejo.

—Estoy captando el internet de esta época, es asquerosamente lento. —Chasqueó la lengua—. Hmm, ya lo tengo. Buscaré los nombres de nuestros padres, y si no aparecen fácilmente solo me infiltraré en los archivos del gobierno y… Oh, aquí están. —Pestañeó, sorprendida—. Y… aparecen juntos.

—¡¿Eh?! —Shizuku comenzó a brincar en su sitio, odiando la costumbre de su hermana mayor de elevar el celular por encima de su cabeza—. ¡Déjame ver! ¡¿Realmente están juntos?! ¿Pero ese abuelo no dijo que iba a ponernos en situaciones desfavorables?

—Y lo hizo. —Tsukiku crujió los dientes—. Vamos a sentarnos, tienes que ver esto.

Se sentaron en una banca del parque y Tsukiku le enseñó un video en el que sus padres aparecían juntos… insultándose y actuando como enemigos de toda la vida.

El video estaba grabado por una persona random en la calle, filmando con su celular como Kohaku le gritaba insulto tras insulto a Senku, empujándolo cuando él intentaba pasarla de largo. Él parecía ignorarla, pero llegó un punto en el que finalmente habló cuando ella siguió sin dejarlo seguir su camino, y por supuesto que no dijo nada bueno:

¿Por qué no vas a encubrir a otro criminal en vez de molestarme? O acabarás pudriéndote en una celda, tal como tu padre.

Tsukiku y Shizuku jadearon espantadas cuando vieron a su madre encajarle un puñetazo en la mandíbula a su padre, que solo se salvó de que se lanzará a darle una paliza porque la gente de la calle intervinó para detener a su madre de seguir golpeándolo.

—¿E-esos son mis papás?... —Shizuku palideció.

—Maldito anciano decrépito… —Tsukiku frunció el ceño amargamente, comenzando a buscar más información en internet—. Dijo que nos iba a poner en una situación desfavorable, ¡pero esto se ve como el mismo infierno! —Siguió investigando mientras Shizuku se abrazaba a sí misma, pestañeando aturdida por lo que acababa de ver.

Luego de unos minutos, Tsukiku jadeó horrorizada y Shizuku volteó a verla con pánico.

—¿Qué pasa? ¿Qué encontraste?

Tsukiku tardó varios minutos en contestarle, leyendo apresuradamente, antes de tragar saliva y voltear a verla con una mirada llena de pesar.

—Esto es imposible, Shizuku… Será mejor que nos rindamos…

—¿Por qué? —La miró con temor—. ¿Qué pasa con nuestros padres?

—Lo peor. —Tomó aire—. Ni siquiera quisiera decírtelo… Shizuku… en esta realidad, nuestro abuelo Kokuyo mató a nuestro abuelo Byakuya.

Shizuku se congeló por completo, sintiendo como si su corazón se hubiera detenido por un momento.

—¿Qué?...

—El abuelo Byakuya era doctor… Y la abuela Rue, la madre de mamá, estaba muy enferma. El abuelo Byakuya intentó salvarla… pero acabó realizando una mala praxis. Murió y el abuelo Kokuyo culpaba por ello al abuelo Byakuya, lo golpeó y todo… —Suspiró temblorosamente—. Días después apareció muerto. Enjuiciaron al abuelo Kokuyo y lo encerraron de por vida, pero murió hace un par de años en prisión.

—No… —Sus ojos se llenaron de lágrimas mientras negaba con la cabeza—. No es posible… —Se llevó las manos a sus brazos, frotándolos con desesperación—. ¡No puede ser cierto!

—Sea cierto o no, nuestros padres se odian por eso. —Tsukiku frotó sus sienes con cansancio—. Aquí papá es un importante empresario, hijastro de una cantante famosa, la abuela Lillian, supongo. Se lo entrevistó debido a ese video viral y para él mamá es solo una loca criminal que lo acosaba y lo agredía. No hay más información de ella que esa, una loca que encubría los crímenes de su padre, un asesino.

—No creo nada de eso. —Shizuku siguió negando con la cabeza—. ¡Debe ser un error!

—Escucha, te dije que esto no iba a funcionar. —Tsukiku negó con la cabeza—. Debemos resignarnos… solo podremos revivir a uno de ellos. —Apretó los puños—. Debemos… elegir.

—¡No! —Se puso en pie con una mirada decidida—. Sé que eso no puede ser así, sé que no es imposible. —La miró suplicante—. Por favor, intentémoslo… Aunque parezca imposible, ellos son nuestros padres… Si pudieron amarse en nuestra realidad, ¿por qué no aquí?

—Por favor, Shizuku, solo tendríamos un mes. —Frotó su rostro con desesperación—. ¿Crees que no quiero intentarlo? ¡Por supuesto que quiero! ¡Los quiero a ambos! Pero ¿cómo lograr sacarlos de esta situación en cuatro semanas? ¡Y puede que indagando más se ponga peor! —Se dejó caer con desgano en la banca—. Lo siento, pulga… De verdad lo siento.

Se quedaron en silencio un largo rato, mirándose con tristeza e impotencia, antes de que Shizuku finalmente bajara la mirada.

—Dos semanas… —susurró.

—¿Qué?

—Tenemos dieciséis días hasta que el abuelo nos busque para ver si nos rendimos. —Alzó la mirada—. Dame esos dieciséis días. Dame esa última esperanza. Déjame intentarlo.

Tsukiku la miró incrédula, antes de sonreír con resignación.

—Mocosa testadura. —Rió entre dientes—. Bien, bien. Lo intentaremos, sin ninguna posibilidad, pero adelante, ni que tuviéramos nada mejor que hacer hasta que el viejo decrepito venga a buscarnos. —Se puso en pie—. Tú mandas, pulga. ¿Qué hacemos primero?

—Primero quiero encontrarlos a ambos. —Sonrió emocionada, feliz de que le diera la oportunidad—. Sino podemos hacer que estén juntos, al menos me gustaría poder verlos. Siempre quise conocerlos. —Miró ilusionada al cielo.

Tsukiku suspiró resignada.

—Muy bien, Shizuka. Vamos a meternos a la boca del lobo, a buscar a esos dos amargados. Esto será diez billones por ciento un desastre pero ¡al diablo! ¡No tenemos nada que perder!

—¡Esa es la actitud! —Alzó un puño con emoción.

Partieron rumbo al centro de la ciudad de Tokio del año 2030 de una realidad desconocida, dispuestas a lograr lo imposible. O al menos a intentar lograrlo. Solo les quedaba intentar.


Continuará...

Holaaaa :D

Nuevo long fic! Tal vez, si les gusta... Sé que está raro TuT

Bueno, ojala les haya gustado :'3

No olviden que se les ama!

Me despido!

CELESTE kaomy fueraaaaaaaaaaaaaaa!