Última Esperanza.
Capítulo dos: Primeros encuentros.
—¿Y qué más averiguaste en internet? —preguntó Shizuku mientras seguía a su hermana entre el gentío del centro de Tokio.
Tsukiku caminaba con la vista fija en su celular, pero de algún modo aún lograba esquivar a todas las personas que se ponían en su camino.
—Tengo la dirección del viejo, la ubicación de sus empresas y dónde debe estar ahora mismo.
—¡¿Tanto?!
—Es fácil cuando sabes dónde buscar. —Bostezó, antes de mirar a su alrededor por unos segundos—. Esto es casi idéntico al Tokio de nuestra realidad, o al menos el que había antes de la guerra. Sígueme y no te separes de mí.
—Ok, ok. —Sonrió despreocupadamente, tarareando por lo bajo mientras la seguía.
—¿Y qué piensas hacer cuando encontremos a papá? ¿Solo quieres verle la cara? Para eso puedes simplemente mirarme a mí e imaginarme como hombre.
—Nee-chan. —La miró con reproche—. Pensaba que podíamos entrevistarlo…
—¿Entrevistarlo? —Alzó una ceja.
—¡Sí! ¡Así comenzaremos a planear una estrategia para hacer que se enamoren! Tú lo dijiste, cada segundo cuenta.
—Hablaba del costo energético de la máquina del tiempo, pero sí, teniendo en cuenta cómo son nuestros padres y que solo tenemos un mes, cada segundo es absurdamente valioso.
—¡Exacto! Entonces estaba pensando que podríamos preguntarle qué piensa de mamá y de lo que pasó entre ellos y…
—Wow, alto ahí. —Finalmente apartó la mirada de su celular—. ¿Quieres espantarlo tan rápido? Va a sospechar nuestras segundas intenciones, ¿olvidas que nuestro padre es ridículamente inteligente? ¿Quién crees que encontró las bases de la teoría para viajar en el tiempo? Tenemos que ser más listas que él si queremos tener éxito. Además de que tú eres una adolescente y hasta te ves más joven de lo que eres, nadie te creería que eres periodista a menos que sea del periódico escolar. Necesitamos pensar esto con mucho más cuidado. Aunque no es que crea que de verdad tenemos oportunidad…
—Eres demasiado pesimista. —La menor sonrió resignada—. Tranquila, sé jugar mis cartas. ¿O olvidas quién te consiguió novio? —Su sonrisa se volvió más pícara.
—Sigo molesta contigo por meter tu naricita en mi vida amorosa. —Le pellizcó la nariz con fuerza.
—¡AUCH! —Frotó su nariz con cariño—. Oh, vamos, tú y onii-chan se aman —dijo enternecida, a lo que Tsukiku hizo una mueca de repulsión.
—Ja, como sea, no estamos hablando de mí. Tu plan tiene muchos agujeros, pulga, necesitas pensarlo mejor, más si quieres que sea nuestro primer movimiento, las primeras impresiones son importantes. No queremos quedar como unas locas, menos ante el viejo.
—¿Ya estamos cerca de papá? —Sus ojos se iluminaron al ver el apellido Ishigami en un edificio a lo lejos.
—Sí, debería estar en ese edificio ahora, pero será mejor no hacer contacto hasta que tengamos un plan de acción eficiente.
Desgraciadamente para Tsukiku, tal parecía que había heredado la mala suerte de su padre, porque el mismo, el hombre que para ellas había muerto trece años atrás, eligió ese momento para salir de una cafetería cercana, relajado mientras se tomaba su tiempo acomodando su bata de laboratorio como si nada le preocupara.
Ambas se quedaron sin aliento, con las lágrimas llenando sus ojos de forma casi instantánea.
Su padre… ¡Realmente era su padre!
Le faltaba un diente y tenía uno de oro para reemplazarlo, se veía mucho más joven y estresado… ¡pero era él!
Tsukiku, a pesar de que era la que más lo había extrañado ya que fue la que creció con él y la que sabía por su propia experiencia lo maravilloso que era, pudo contener el inmenso impulso de correr a abrazarlo… Pero Shizuku, que había soñado toda su vida con conocerlo, que siempre sintió su ausencia y miraba su fotografía con anhelo cada día sin falta, de inmediato sollozó y corrió a abrazarlo sin mediar las consecuencias, envolviendo sus brazos alrededor de su cintura y enterrando el rostro en su pecho, llorando a lágrima viva mientras él la miraba con asombro e incredulidad.
Fue tan brusca al abrazarlo que lo hizo trastabillar y de paso hizo que la tiara en su cabeza se cayera, revelando su cabello blanco-verdoso y sus ojos color carmín.
Tsukiku jadeó horrorizada, estrellando la palma de su mano contra su frente.
Bien, hora de usar ese cerebro de genio que el viejo le heredó, para competir con el cerebro de genio del viejo.
Shizuku no podía dejar de llorar, abrazada a su padre por primera vez en su vida, sollozando y temblando sin parar, sintiendo que quería decirle diez billones de cosas, aunque él no tuviera ni idea de quién era ella.
Él se quedó en silencio, sin quitar su cara de incredulidad y un poco de espanto mientras ella se lloraba la vida, totalmente tenso y pálido.
—¡Doctor Ishigami, qué sorpresa! —Tsukiku colocó las manos en los hombros de Shizuku y la hizo soltar a su padre, aprovechando que estaba muy vulnerable para resistirse—. Por favor perdone a mi hermana, es solo que es una gran admiradora suya y ha deseado conocerlo desde que era muy pequeña. ¿Verdad? —Le sonrió con los dientes apretados.
—Ah, sí. —Se secó las lágrimas como pudo—. L-lo siento mucho…
Él siguió en silencio, mirando fijamente a Shizuku, a su cabello y sus ojos.
—Tendrá que disculparla, pero mi hermana desgraciadamente arruinó la sorpresa. —Tsukiku soltó a Shizuku para recoger la tiara con antenas de mariposa del suelo—. También soy su admiradora, y una inventora. Vine justamente a presentarle mi proyecto de una tiara que logra crear una ilusión holográfica, cambiando el color de cabello y ojo a través de proyecciones 3D.
—¿Qué? —Alzó una ceja, finalmente prestándole su entera atención a Tsukiku.
—¡Y mire, hasta logra mantener la ilusión si me doy la vuelta, interponiéndome entre la tiara y mi hermana! —Se volteó para cubrir la tiara de la vista de su padre, abriendo su minúsculo compartimento y sacando de su bolso una herramienta para reprogramar su funcionamiento, haciendo que pueda mantener el cambio a la distancia, aunque no podría hacerlo por mucho pero era mejor que nada—. ¡Es toda una maravilla! Hasta a usted lo engañó por un momento, ¿verdad? —habló para ganar tiempo, antes de voltearse y presionar un botón que hizo que el cabello de Shizuku volviera a ser castaño rojizo y sus ojos verdes—. Ya la apagué, ahora la ilusión se terminó, la proyección holográfica dejó de proyectarse en mi hermana. —Sonrió.
Tanto él como Shizuku se quedaron con las bocas abiertas.
—Impresionante. —Finalmente, Senku sonrió, riendo incrédulo—. Nunca había visto algo así. ¿Puedo verla? —Tendió una mano para que le diera la tiara.
—Temo que no. —Tsukiku volvió a colocar la tiara en la cabeza de la menor—. Vinimos hasta aquí hoy para programar una cita con usted. Ya que su empresa busca nuevos talentos con los que trabajar, quería presentar mi proyecto y arreglar una presentación —le dijo, agradeciendo haber investigado más a fondo.
—Tengo mi agenda repleta este mes, pero por algo así sin dudas despacharé a alguien para darte el puesto, doctora…
—Shichimi. —Sonrió cordialmente—. Shichimi Yukiko.
—Pues sí quiere ahora mismo cancelare mi junta directiva para convertirla en su presentación, estoy seguro de que todos querrán ver su invento. ¡Es una idea millonaria! —Miró la tiara de Shizuku con una sonrisa, antes de fruncir el ceño al notar que ella aún estaba intentando secar sus lágrimas, que no dejaban de salir—. Oye… ¿estás bien?
—¡S-sí, lo siento! —Frotó sus ojos con fuerza—. ¡E-es solo que esto es muy emocionante para mí! Realmente… —Acalló un sollozo con su mano—. Realmente lo admiró…
Senku frunció el ceño, confundido, antes de sacar un pañuelo de su bolsillo delantero y ofrecérselo.
—Toma. Puedes quedártelo. —Le sonrió suavemente.
Shizuku pareció querer llorar más, pero se contuvo y asintió, con una gran sonrisa.
Tsukiku sonrió tenuemente, sin poder molestarse con su hermanita a pesar de todo.
—Por favor discúlpela… Siempre ha sido muy sensible. —Intentó excusarla.
—Descuida. —Encogió los hombros—. ¿No debería estar en la escuela a esta hora? No es que me moleste, pero ya son las nueve.
—Es que acabamos de mudarnos aquí. —Carraspeó, antes de decidir cambiar de tema—. Respecto a su propuesta, temo que debo rechazarla. Solo vine a programar una reunión hoy, aún tengo que preparar todo para mi presentación. Preferiría que fuera mañana o pasado mañana, si es que quiere ver mi proyecto en la brevedad posible.
—Bien, mañana entonces. —Asintió—. Así podré llamar a varias personas que me interesa que vean su proyecto, doctora. ¿La tiara que trae usted también puede crear la ilusión holográfica?
—Claro. —Fingió presionar un botón y cambió su cabello a ser negro, antes de devolverlo al castaño rojizo—. Mañana le daré todos los detalles en mi presentación, ¿a qué hora, sensei?
—A las diez está bien. Necesitaré tu nombre, datos personales y número telefónico para darle los detalles a mi asistente.
Shizuku palideció, mirando nerviosamente a su hermana mayor. ¡No habían planeado nada de eso!
—Por supuesto. —Sacó una libreta y una pluma de su bolso y garabateó rápidamente todo lo que él le pidió, luego arrancó la hoja y se la dio—. Tenemos que irnos ahora, aún no hemos terminado de desempacar.
—Esperó verte mañana y saber más sobre tu proyecto, Dra. Shichimi. —Le tendió su mano, que Tsukiku estrechó con cordialidad, pero entonces frunció el ceño—. ¿No te… conozco de algún lado? ¿Nos hemos visto antes? —Observó atentamente su rostro.
—No, vivía en la otra punta del país y jamás salí de allí, debe estarme confundiendo. —Carraspeó, antes de alejarse—. Gracias por su amabilidad, Dr. Ishigami, no faltaré a la reunión de mañana. Vamos, Shizuka. —Tomó la muñeca de la adolescente y la guió lejos de allí a paso apresurado.
—¡A-adiós, pa… Ishigami-sensei! —Ella se despidió agitando su brazo libre.
—Adiós, Shizuka, fue un gusto conocerte. —También agitó su mano antes de dar vuelta para dirigirse a su edificio.
Caminaron en silencio un minuto, antes de que Tsukiku las guiara a un callejón. Se adentraron y soltó su muñeca, para luego enterrar el rostro entre sus manos y sollozar, tomando completamente por sorpresa a Shizuku.
—¿Nee-chan?...
—Lo siento. —Volvió a enderezarse, frotando sus ojos y secando rápidamente la única lágrima que se le escapó—. Eso fue asquerosamente difícil, tienes que controlarte, pulga —habló con dureza pero sin sonar tan molesta como debería.
—Lo siento… Lo siento mucho. —Se abrazó a ella, enterrando el rostro en su hombro.
—Está bien, está bien. —Le acarició el cabello un poco antes de apartarla—. Planearemos cómo sacar ventaja de esto, quizás no sea tan malo. —Sacó su celular y comenzó a teclear rápidamente—. Dame un minuto, necesito insertar nuestros datos en los archivos del gobierno en caso de que quiera investigarnos.
—Ah, es cierto. —Secó los rastros de lágrimas con el pañuelo de su padre mientras la miraba trabajar—. Me sorprendió que le dieras todos esos datos, ¡realmente piensas en todo, nee-chan!
—Se me ocurrieron en el momento, pero claro que concuerdan para este país y esta época, confiando en lo que el anciano decrépito dijo de que son realidades similares. Ahora solo debo hacerlos oficiales. —Estuvo solo un par de minutos tecleando hasta que finalmente guardó el celular—. Bien, listo. Ahora tenemos que buscarnos un lugar para vivir mientras estemos aquí.
—¿No vamos a ir a buscar a mamá?
Salieron del callejón y volvieron a dar vueltas en la ciudad.
—No, no pude encontrar su dirección en internet, y la dirección que figura en los archivos del gobierno ya está asignada a otras personas, parece que no actualizó la información después de una mudanza.
—¿O sea que podría no estar en esta ciudad?
—Es posible. Fue despedida de una empresa de venta de fármacos donde trabajaba como guardia de seguridad hace siete meses. Y no puedo encontrar nada más de ella que no sea el video donde golpeó a papá, que fue hace seis meses. Y, aparentemente, tía Ruri y tío Chrome se mudaron fuera del país hace años. Es posible que esté con ellos.
—¿A dónde se mudaron?
—Sé que tomaron un vuelo a Inglaterra pero aún no he averiguado si están allí actualmente, luego me encargaré de eso. Ahora debemos concentrarnos en conseguir dinero.
—¿Dinero? ¿Por qué?
—Sé que nunca has tenido que preocuparte por dinero, pero aquí no tenemos una herencia multimillonaria, pulga. No traje dinero de esta época.
—Oh. —Se llevó un dedo a la barbilla—. ¿Y entonces qué haremos?
—Voy a robar cajeros automáticos.
—¡¿Qué?!
—Será un juego de niños, solo necesito diez minutos y…
—¡Espera, no puedes hacer eso! —Se paró frente a ella, impidiéndole el paso—. ¡Eso es muy malo! ¡No creo que debas robarle a la gente!
—Bien, bien. —Rodó los ojos—. Entonces solo robaré una pequeña cantidad, y luego iremos a un casino a multiplicarlo.
—¡Aunque sea una pequeña cantidad, eso no me parece correcto. —Cruzó los brazos—. ¿No tienes otra forma de hacer dinero?
—Escucha pulga, no se puede ganar dinero sin tener dinero, tendré que robarlo de una u otra forma, no hagas drama, ¿te recuerdo que esto es por la vida de nuestros padres?
Shizuku torció los labios, antes de ponerse a mirar a su alrededor.
—Entonces, déjamelo a mí.
—¿Ah?
Viendo que estaban cerca de una preparatoria cruzando la calle, y que había un grupo de adolescentes en uniforme riéndose al lado de la puerta (mocosos que no valoraban la educación), Shizuku se acercó a ellos con una dulce sonrisa.
Ellos la miraron boquiabiertos.
—¡Hola, me llamó Shizuka! Lamento molestarlos, chicos… Es solo que mi nee-chan y yo estamos perdidas y no tenemos a quién recurrir y… —Su voz se quebró un poco—. L-lo siento, realmente no quiero molestarlos, mejor me iré… —Se dio la vuelta para cruzar la calle otra vez.
—¡No, no, espera! —Todos ellos se levantaron y uno tocó su hombro gentilmente—. Te ayudaremos, ¿qué necesitas? ¡Conozco esta ciudad como la palma de mi mano! —aseguró, mientras que sus amigos asintieron con entusiasmo.
—Bu-bueno, es que… —Bajó la cabeza, sonrojándose levemente—. En realidad necesitaríamos dinero para los pasajes de autobús, ¡pe-pero no hace falta! No tienen que… —Calló cuando todos y cada uno de los cinco muchachos le tendió un buen manojo de billetes.
—¡Toma, esto te alcanzará para los dos pasajes y un chocolate!
—¡Por favor también toma esto, pueden comprarse unos refrescos!
—¡Esto seguro te servirá también!
—¡Y esto!
—¡Toma esto también, y aquí está mi número!
Sorprendida, Shizuku tomó los billetes y también el número de teléfono de uno de los chicos, pero cuando otro quiso darle su número comenzaron a pelearse.
—¡Oye, no la molestes, ella es demasiado para ti!
—¡Claro, tú ya le diste tu número y no quieres que nadie más lo haga!
—¡Dejen de discutir, va a creer que somos unos pandilleros pervertidos!
—No creo eso, ¡me gustaría poder ser amiga de todos ustedes! —Shizuku sonrió de forma radiante y los cinco se congelaron, con los rostros enrojecidos—. Pero por desgracia mi nee-chan y yo debemos irnos. ¡Aunque espero poder volver a verlos si vuelvo por aquí!
—Sí, lo que tú digas. —Los cinco asintieron, sonriendo como idiotas.
—¡Adiós, chicos, muchas gracias!
—¡Adiós, Shizuka-chan!
Shizuku volvió con su hermana y le dio el montón de billetes.
—Listo, ¿dónde hay un casino?
Tsukiku la observó con la boca abierta, incrédula, preguntándose desde cuándo sabía fingir así y qué tanto lo había hecho con ella.
—¿Crees que eso fue menos rastrero que lo que yo iba a hacer? —preguntó negando con la cabeza, reanudando su caminata, esta vez dirigiéndose al casino más cercano.
—¿Qué? ¡Fue por su propia voluntad! —Cruzó los brazos, ofendida.
—Ladronzuela. —Rió divertida.
—¡No fue robar!
Desgraciadamente no dejaron a Shizuku entrar al casino por ser menor de edad, así que solo esperó un par de horas sentada en una banca, escribiendo planes en su libreta, hasta que Tsukiku salió del casino con doce millones de yenes y vetada de por vida.
—Dinero fácil, vamos a buscar un departamento para las dos.
—¡Ok!~
Para el mediodía ya lograron conseguirse un piso bonito y espacioso en un hotel decente, y Shizuku se puso a hacer el almuerzo mientras su hermana trabajaba en un aparato raro con piezas que compró por internet, ambas ya sin las tiaras.
—¿Y qué es eso? —le preguntó con curiosidad mientras servía el almuerzo.
—Es lo que presentaré mañana en la reunión con papá, por supuesto. No voy a mostrarles nuestras tiaras increíblemente avanzadas con tecnología capaz de alterar momentáneamente nuestra melanina, voy a crear unas con tecnología holográfica aplicada, cosa que ya existe en esta época, pero más perfeccionada. Además, esto nos hará ricas.
—¿Por qué quieres tanto dinero aquí? Solo nos quedaremos unas cuantas semanas.
—Por las dudas. —Encogió los hombros—. Es mejor tener dinero a no tenerlo. Y cuando nos vayamos lo donaré.
—Ok, eso está mejor. —Sonrió complacida—. Ahora come.
—En unos minutos. —Siguió soldando piezas minúsculas.
—¡Tsukiku-nee-chan!
—Bien, bien. —Dejó el aparato y tomó su plato.
Se sentaron a almorzar y empezaron a hablar sobre lo que harían con su padre.
—¿Entonces presentarás tu proyecto y vas a trabajar con él? ¿Serán socios?
—Pues sí, al menos eso nos permitirá estar cerca de él y vigilarlo en lo que encontramos a mamá. Y debemos encontrarla pronto. Han pasado 382 minutos, 22.920 segundos, desde que vinimos a esta realidad, el tiempo corre. Y como te dije, cada segundo cuenta.
—¿No tenemos alguna pista de su paradero?
—Podemos ir a preguntar en la empresa donde la despidieron, quizás tenga amigos ahí.
—¡Pues vamos ahora! —Shizuku terminó rápidamente su almuerzo.
—¿Ahora? Necesitamos un plan primero, ¿no crees?
—Tengo planes. —Sacó la libreta en la que había estado anotando antes—. Podemos fingir ser detectives.
—¿Qué?
—Piensalo, se odian por lo que pasó con nuestros abuelitos. ¡Pero eso no tiene sentido! El abuelito Kokuyo es gruñón pero no es malo. —Alzó la barbilla, muy segura de sus palabras—. No le haría eso al abuelito Byakuya. Creo que lo encerraron por error, ¡así que debemos descubrir al verdadero culpable y entonces ellos ya no tendrán porqué odiarse!
—Si te das cuenta de que si eso es cierto entonces el abuelo Kokuyo murió en prisión por error y mamá tendrá más motivos para odiar a papá, ¿no?
—Oh… —Se llevó dos dedos a la barbilla—. Bueno, pero es mucho más imperdonable que haya sido el abuelo Kokuyo el que mató al abuelo Byakuya. Papá nunca le daría una oportunidad así, pero sí logramos demostrar lo contrario, quizás mamá podría perdonar a papá por pensar mal.
—Meh, de todos modos nunca lograremos que se enamoren en un mes. —Encogió los hombros—. Bien, intentemos tu plan. Fingiré ser una detective, mientras me convierto en una inventora famosa. —Rió por lo bajo—. Será un jugo de niños comparado a crear una máquina capaz de reescribir el pasado.
—¿Por qué no puedo ser yo la detective? —Lloriqueó.
—Tienes quince años, tontita. —Le pellizcó la nariz con una mirada burlona.
Salieron del departamento y fueron a la empresa en la que solía trabajar su madre, después de falsificar una certificado para que Tsukiku pudiera hacerse pasar por detective privado.
—¿Y para quién estás trabajando si eres detective privado?
—Diré que fui contratada por el abuelo Kokuyo antes de su muerte, pero que en ese momento no pude cumplir con mis obligaciones, así que lo estoy haciendo ahora.
—¡Eres muy lista, nee-chan! ¡¿Puedo ser tu asistente?!
—Tienes quince años…
—¡Asistente no oficial! Pero asistente. —Sonrió emocionada.
—Agh, está bien.
Llegaron a la empresa y a la primera persona con la que se encontraron fue al nuevo guardia de seguridad, un tipo gordinflón pero fornido.
—Mucho gusto, mi nombre es Shichimi Yukiko, detective privada. —Le enseñó su placa falsa—. Estoy buscando a Hizashi Kohaku, ¿la conoce?
El hombre la observó con ojos entrecerrados, antes de reír ruidosamente.
—¡Ya era hora de que encierren a esa loca! No llegué a conocerla, pero todos en esta ciudad saben quién es ella.
—Explíquese. —Frunció el ceño.
—¿No eres de aquí, verdad, muñeca? Hizashi Kohaku es hija de un asesino, una basura que mató al mejor doctor de Japón. —Escupió al suelo—. Para colmo esa loca no dejaba en paz al hijo del pobre hombre, Ishigami Senku, un empresario que siempre está donando dinero y ayudando a la gente. Tenía el descaro de jurar que su padre era inocente, la muy perra. —Tsukiku y Shizuku fruncieron el ceño duramente, intercambiando una mirada para contener sus ganas de golpear al tipo—. Todos la odian, que bueno que por fin la van a encerrar.
—No estoy aquí para encerrarla, quiero hacerle algunas preguntas. —Tsukiku tuvo que contener su ira y hablar con tranquilidad—. ¿Tiene idea de su paradero?
—Ni idea, muñeca. —Encogió los hombros—. Pasa si quieres, creo que el otro guardia si la conoció. Es el guardia nocturno, pero está aquí para cobrar su cheque, tienes suerte. Solo ve a la oficina del jefe.
—Gracias. —Asintió con la cabeza y entró, con Shizuku siguiéndola de cerca.
—Qué hombre tan desagradable. ¿Cómo se atreve a hablar así de mamá? —La adolescente cruzó los brazos con molestía.
—Solo ignóralo. Buen trabajo conteniéndote, sigue así y seguiré trayéndote conmigo. —Shizuku sonrió emocionada y asintió, prometiendo controlarse. Llegaron con la recepcionista y Tsukiku volvió a sacar su placa falsa—. Shichimi Yukiko. Detective privada, deseo hablar con el guardia nocturno, tengo entendido que está recibiendo su cheque con el jefe de esta empresa.
—Sí, señorita, suba las escaleras y entré a la puerta al final del pasillo.
—Gracias.
Entraron a la oficina y se toparon con un hombre de mediana edad y un anciano, de seguro eran el guardia y el jefe respectivamente.
—¿Quiénes son ustedes? —El guardia se puso a la defensiva—. No pueden entrar así como así, el jefe odia ser interrumpido.
—Largo —dijo el anciano con dureza.
—Lo siento pero no me iré. —Tsukiku volvió a sacar la placa—. Shichimi Yukiko, detective privada, quisiera hacerles algunas preguntas.
—No diré nada, deben respetar las formalidades, no habló con gente que es incapaz de respetar. —Las miró fríamente—. Fuera o llamaré a la policía.
Las cejas de Tsukiku comenzaron a temblar.
—Disculpe, señor… —La voz de Shizuku se alzó tímidamente—. S-siento mucho interrumpir, pero estoy muy preocupada por mi… mi prima Hizashi Kohaku. Solo serán unas pocas preguntas, por favor. —Su labio comenzó a temblar.
—¿No deberías estar en la escuela, niña? —Su mirada se ablandó, pero no demasiado.
—No, señor, acabamos de llegar a esta ciudad y estamos muy preocupadas por mi prima. No sabemos dónde está y… y tengo miedo de que le haya pasado algo. —Su voz se quebró y sus ojos se llenaron de lágrimas.
Tanto el anciano como el guardia la miraron con pena, mientras que Tsukiku la miró horrorizada. ¡¿Desde cuándo la pulga era tan rastrera?!
Era más parecida a su padre de lo que había pensado…
—Tranquila, pequeña. —El guardia le habló con voz suave—. Ella está bien. No sé dónde vive pero la semana pasada la vi en la plaza, debe estar bien.
—No seas maleducado, Kato, dale un vaso de agua a la pobre niña —ordenó el anciano.
—¡S-sí, jefe!
—Gracias, señor. —Shizuku hizo una reverencia hacia ambos.
—Eres una niña bien educada. —El anciano asintió—. Y dígame, detective Shichimi, ¿por qué necesita su placa para buscar a su prima? Porque imaginó que la niña es su hermana.
—En realidad fui contratada por Hizashi Kokuyo hace dos años, antes de su muerte. No pude realizar la investigación en ese entonces y eso me ha estado persiguiendo. Ahora que puedo, el primer paso es encontrar a Kohaku.
—Suena razonable. —Asintió—. ¿Qué preguntas quiere hacer entonces, detective?
—Quisiera preguntar el motivo del despido de Hizashi Kohaku, la clase de persona que era ella y cómo la afectó la muerte de su padre. Además, sí es cierto lo que me dijo el guardia que está en turno, respecto a que todos la odian.
—El motivo de despido no fue por mí, siempre me pareció una trabajadora eficiente. —El anciano asintió con aprobación—. Pero el vice-presidente, mi colega, dijo que sus amigos los Nanami la desprecian, así que la despidió. Cualquier trabajador es prescindible, me dio igual.
—Kohaku-chan es una buena persona, la chica se esforzaba. —El guardia suspiró con tristeza—. Pero la muerte de su padre en prisión la hizo salirse de sus casillas, se lo tomó en contra del hijo de la persona que… la persona que su padre supuestamente asesinó. Cuando él, Ishigami Senku, vino a la empresa por una reunión con el jefe, Kohaku actuó muy mal… —Negó con la cabeza.
—Ishigami Senku, un hombre impuntual. —El anciano frunció el ceño—. No trabajó con personas impuntuales, es una gran falta de respeto.
—Señor, ya todos le explicamos que Kohaku-chan no le permitió el paso a Ishigami Senku…
—No me importa, él ya estaba advertido de lo que pienso de la impuntualidad. —Apretó la mandíbula—. Hablando de eso, en dos minutos tengo otra reunión. Retirense.
—Gracias por su tiempo. —Tsukiku hizo una reverencia y el anciano asintió.
—Muchas gracias por todo, señor, es usted muy amable. —Shizuku sonrió mientras se inclinaba y el mayor asintió con una leve sonrisa.
—Asegúrate de volver a la escuela pronto, niña, la educación es importante.
—¡Sí, señor, gracias! —Hizo otra reverencia y se fue detrás de su hermana, que ya estaba hablando con el guardia nocturno.
—Es verdad, muchas personas odian a Kohaku-chan —informó con tristeza—. Ishigami Senku es muy querido, y ella lo golpeó y… Bueno, no salió bien. Sé que nadie ha querido contratarla desde que la despidieron de aquí… La verdad no sé dónde vive, pero la he visto varias veces en la plaza a ocho calles de aquí, quizás la encuentren si preguntan por el lugar.
—Muchas gracias. —Le agradecieron y luego se fueron en dirección a la plaza.
—Entonces mamá sigue aquí —murmuró Shizuku mientras caminaban—. Eso es bueno, ¿o no? —Miró preocupada la mandíbula tensa de su hermana.
—No del todo, me preocupa lo que dijo respecto a que nadie ha querido contratarla… —Hizo una mueca—. No tiene dirección… no tiene trabajo… El abuelo está muerto y la tía Ruri fuera del país… No tiene a nadie.
Shizuku palideció cuando algo muy feo se le pasó por la mente.
—¿Dónde crees que esté?
—Ya estamos cerca de la plaza, voy a rastrearla. —De repente, le arrancó un cabello a Shizuku, que se tornó blanco-verdoso de inmediato.
—¡Auch, eso dolió!
—Lo siento, rastrear por el ADN es mucho más sencillo. —Sacó un aparato con forma de maquinilla para cortar cabello y metió el cabello allí—. Sí estamos cerca, debería encontrarla… ahora. —El aparato soltó un pitido—. Bien, tengo sus coordenadas exactas. Ya sé dónde está.
—¡¿Dónde?! —Sonrió emocionada.
Tsukiku suspiró con tristeza mientras buscaba algo en su celular.
—Tal vez sea mejor que vaya sola…
—¡Nada de eso, estamos en esto juntas! —Le frunció el ceño.
—Ok… pero como no te controles no volveré a traerte conmigo, ¿entendido?
—Está bien. —Volvió a sonreír alegremente.
Pasaron la plaza hasta llegar a una zona que se veía muy peligrosa, con las calles destrozadas, cercas alambradas y olor a alcohol en cada rincón.
Unos hombres que pasaban cerca de ellas comenzaron a decirles cosas desagradables hasta que Tsukiku les enseñó una ametralladora (holográfica), entonces salieron corriendo.
—Quédate cerca —le susurró.
Shizuku era capaz de defenderse, pero aún así aprovechó para tomar su brazo solo porque le gustaba estar cerca de ella.
—¿Mamá vive por aquí?...
—Sí. —Tsukiku suspiró con pesar—. Vive allá. —Señaló la última casa en la calle, si es que a eso se le podía llamar casa.
Debía medir cuatro metros a lo largo y a lo ancho, tenía una pared destrozada cubierta con una lona y algunas barras metálicas. El techo era mitad madera y mitad láminas de metal.
Shizuku sintió que podría desmayarse.
—¿Mamá vive en esas condiciones? —Retrocedió un paso, completamente horrorizada.
—Sí. —Cerró los ojos con pesar—. Y es culpa de papá. Él le cerró las puertas a conseguir trabajo, y ella está atrapada a vivir aquí en la absoluta pobreza. —Negó con la cabeza—. Esto es imposible, Shizuku. Ella jamás lo perdonará… y además, ella también lo perjudicó mucho. El negocio que le arruinó a papá le costó la posibilidad de expandirse, un negocio multimillonario. —Levantó su celular y le enseñó la búsqueda que estuvo haciendo mientras caminaban—. ¿El diente que perdió? Ella se lo rompió. Escándalos, agresión, joderse la vida el uno al otro… ¿De verdad crees que eso tiene arreglo?
Shizuku bajó la cabeza, mirando sus manos atentamente.
Como Tsukiku nunca los quiso, a ella le dieron los anillos de boda de sus padres, y siempre los usaba, colocando los dos en el mismo dedo, para tenerlos juntos.
Escuchó cada historia de ellos dos, cómo se enamoraron y todo lo que vivieron, pero era cierto que nunca los conoció, solo cuando era una bebé y ni siquiera los recordaba ni un poco.
Ahora existía la posibilidad de que pudiera recuperarlos… y parecía imposible.
—¿De verdad crees… que puedo rendirme?
No obstante, iba a aferrarse a esta última esperanza con todo su corazón, con uñas y dientes, y no iba a perder sin intentarlo.
—Shizuku…
—No han pasado dieciséis días, así que aún tienes que dejarme intentarlo. —La pasó de largo, caminando hacia aquella casa destruida.
Tsukiku la siguió, y antes de que pudiera tocar la puerta, que era un pedazo de madera apoyado contra lo que debería ser el marco de la puerta, escucharon el seguro de una pistola.
—Quietas. —Kohaku salió desde detrás de la casa, apuntándolas con su arma de fuego—. No den un paso más.
Estaba vestida con ropa de hombre, mucho más grande que su talla, ajustada con cuerdas, sucia y rota. Tenía una gorra de béisbol y se veía muy delgada, y enojada.
Rompió el corazón de las dos el verla así.
Fue imposible contener las lágrimas, las dos rompieron a llorar sin poder evitarlo.
Su madre se confundió y bajó el arma, y entonces Tsukiku secó sus ojos y corrió a patear el arma fuera de su mano.
—¡Oye! —Kohaku corrió a buscar el arma, pero Tsukiku la agarró, sin embargo su madre tomó su muñeca y la apretó con fuerza, haciéndola jadear de dolor, pero no alcanzó a hacerla soltar el arma porque Shizuku corrió a tomar las dos manos de su madre y la obligó a llevarlas detrás de su espalda sin que pudiera resistirse de ningún modo—. ¡S-suéltame, maldición!
—Lo siento, pero no puedo. —La presionó contra la pared de su casa con facilidad—. Eres fuerte, pero no tanto como esperaba… —murmuró al notar que la superaba muchísimo en fuerza, cuando todos le decían que aún le faltaba mucho para alcanzarla—. ¿No has estado comiendo bien, verdad? —Las lágrimas siguieron cayendo.
—¡¿De qué demonios estás hablando?! ¡¿Quién mierda son ustedes?!
Tsukiku suspiró y sacó una jeringa de su bolso, inyectándola rápidamente en el cuello de su madre. Ella gritó maldiciones e insultos hasta que la droga hizo efecto y acabó desmayándose.
—Eso la mantendrá dormida varias horas. —Tsukiku suspiró temblorosamente, secando sus lágrimas con fuerza.
Shizuku dejó que su madre cayera sobre su hombro y la abrazó con suavidad, sin poder dejar de llorar.
—¿Podemos… llevarla al departamento con nosotras?
—¿Qué? ¿Estás loca?
—Por favor. —Sollozó—. No quiero dejarla ahí…
Tsukiku miró la casucha con repulsión y, contra su mejor juicio, supo que tampoco podría dejarla allí. Esta era su mamá, incluso aunque no tuviera ni idea de quiénes eran ellas.
—Me arrepentiré de esto… Pero está bien. —Suspiró—. Voy a entrar y ver si tiene algo de valor para llevar con ella.
—¿Y qué haremos con el arma?...
Tsukiku examinó el arma en su mano, sonriendo al comprobar que no tenía balas.
Ja, claro que no tenía balas. Esta era su madre.
—No te preocupes, no tiene balas. Me la quedaré. —La guardó en su bolso antes de entrar en la casucha.
Shizuku siguió abrazando a su madre, sin dejar de llorar, prometiéndose que de alguna forma, costara lo que costara, iba a hacer que las cosas mejoraran para ella.
E iba a dar todo de sí para que el amor surgiera entre esas dos personas que se odiaban, aunque pareciera imposible, iba a intentarlo todo.
Si pudieron amarse con todo el corazón una vez, podrían volver a hacerlo, incluso después de tantas cosas horribles.
Tsukiku salió con una pequeña bolsa con ropa y fotografías después de unos minutos, y llevaron a su madre en taxi hasta el departamento, donde la recostaron en la cama y la miraron un largo rato, sin poder creer que realmente la tuvieran allí.
—¿Cuánto tiempo… dormirá?
—Unas diez horas…
Intercambiaron una mirada y asintieron, antes de sentarse cada una a un lado de su madre y abrazarla con delicadeza, acostándose a su lado.
Estando así, ambas se sintieron como niñas pequeñas, pero no les disgustaba.
Podrían estar toda la vida así y sentirse felices y seguras, juntas con su amada mamá.
Incluso aunque para ella no fueran nadie, para ellas su madre lo era todo.
Ambas desearon algún día poder tener a su padre allí también. Por más imposible que fuera.
Continuará...
Holaaaa :D
Aquí tienen un nuevo capítulo de este fic!
Espero les guste, apreciaría mucho leer sus comentarios si fue así :3
Creo q es medio raro el fic pero me gusta escribirlo xD
No olviden que se les ama!~
Me despido!
CELESTE kaomy fueraaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa!
