Última Esperanza.
Capítulo cinco: Primeros avances.
Después de espiar la mayor parte de la conversación de sus padres con su hermanita, Tsukiku salió a la sala otra vez, viendo que faltaba buena parte de los invitados.
—¿Dónde están los otros? —preguntó confundida.
—Gen dijo que tenía algo que hacer y se llevó a Ryusui y Ukyo con él —le contó Minami—. Nosotros también ya nos vamos, pero queremos despedirnos de Shizuka-chan primero.
—Ejem —Mirai carraspeó ruidosamente.
—Y también quería disculparme con Kohaku por llamarla arpía… —reconoció a regañadientes—. Mirai escuchó lo que Senku le dijo así que… lo siento.
—También lo siento, aunque es obvio que ellos no pueden convivir. —Tsukasa negó con la cabeza.
—Eso ya lo veremos —murmuró Tsukiku por lo bajo, y justo en ese momento la puerta se abrió.
Shizuku entró al departamento con una gran sonrisa, con sus padres siguiéndola también sonriendo, pero más bien resignados por lo que acababan de aceptar debido a la dulzura de la chica.
—Oye… —Minami se acercó a Kohaku—. Mirai escuchó que Senku dijo algo muy grosero y yo… lamento haberte insultado. —Sonrió incómodamente.
Kohaku la miró impresionada. ¿Una amiga de Senku disculpándose por tratarla mal? Eso era nuevo.
—Disculpa aceptada. —Asintió, también sonriendo tensamente.
—Tenemos que irnos ahora, pero esperó poder volver a visitarte pronto —le dijo Mirai a Shizuku, que tomó sus manos, brincando con emoción en su sitio.
—¡Eso sería genial! ¡¿También te gustan las artes marciales, no?! ¡Podríamos practicar un poco juntas! —Dio vueltas por la habitación sin soltar sus manos, haciendo a Mirai reír alegremente.
—¡Claro, me encantaría!
Tsukasa y Minami se despidieron y se marcharon a los pocos minutos junto con Mirai, dejando solo a Senku en el departamento.
—Entonces nos vemos mañana por la tarde. —Posó una mano en el cabello de "Shizuka", sonriendo resignado cuando ella le dio una gran y brillante sonrisa emocionada. De verdad le hubiera gustado poder decirle que no, pero ¿cómo negársele?
—¿A qué te refieres? —preguntó Tsukiku, fingiendo no entender.
—Pues a lo de… ¡Eh, a que los invité a los dos al parque, je, je! —Shizuku por un momento olvidó que se suponía que su hermana no lo sabía—. Dijiste que mañana iríamos para una segunda celebración por mi cumpleaños, así que les pedí venir y dijeron que sí, que no les molesta. ¡¿No es grandioso?! ¡Iremos con nuestra prima y con Senku-sensei!
—Oh, suena muy bien. —Sonrió complacida—. Siempre y cuando no vuelvan a arruinarte la diversión. —Los miró con reproche solo para aparentar estar aún molesta por lo de antes y hacerlos sentir culpables, así con un poco de suerte quizás no arruinarían la salida al parque.
—De mi parte no volveré a abrir la boca cuando nadie me lo pida. —Senku rio secamente, rascando su oído con el meñique—. Ya debo irme, tengo mucho trabajo mañana y necesito despertarme temprano para tener tiempo para ir al parque. Adiós, gracias por la cena. —Volvió a acariciar el cabello de la adolescente, antes de marcharse.
Apenas la puerta se cerró, Kohaku volvió a abrazar a Shizuku, con fuerza.
—De verdad lo siento, prometo controlarme más a partir de ahora. Es solo que… lo odió demasiado…
Senku, con la cabeza pegada en la puerta del departamento, frunció el ceño profundamente al escuchar esas palabras, antes de suspirar y largarse de una vez.
—También lo siento… —Shizuku no pudo evitar entristecer al escuchar a su madre hablar así—. Si de verdad te sientes tan mal entonces no tienes que venir mañana —dijo con voz llorosa, haciendo a su hermana mirarla con pánico, negando con las manos. Ella solo le hizo un gesto de espera.
—No, está bien, sí iré. —Por suerte, su madre insistió en ir, tal como había esperado—. ¡Mañana será un gran día, no lo dudes! —Le apretó las mejillas, haciéndola reír.
Tsukiku sonrió suavemente.
Por fin parecía que las cosas estaban marchando medianamente bien.
O eso pensaba ella.
Mientras tanto en el departamento de Gen, Tsukasa llegó confundido por la llamada sorpresa en medio de la noche después de ya haber estado todos juntos. Y se confundió más al ver a Gen con Ryusui y Ukyo, los tres muy serios y hasta pálidos.
—¿Qué pasa con ustedes?
—Enséñale la foto —Ryusui miró a Gen, que le tendió su celular.
Curioso, Tsukasa tomó el celular y vio la foto de un cuadro, quedándose con la boca abierta al encontrarse con Senku abrazando a Kohaku embarazada, junto con una pre-adolescente que era idéntica a él, pero también parecida a Kohaku, como si fuera su hija o algo así.
—Esto es… ¿una especie de dibujo súper realista? —No encontraba otra explicación.
—No lo creo. —Ukyo ajustó su gorro, con una mirada sombría—. Gen lo encontró husmeando en la habitación de las hermanas Shichimi.
—Junto con otro montón de cosas extrañas. —El mentalista sonrió, sudando frío—. No tuve tiempo de fotografiar todo, pero se veía como si fueran aparatos futuristas súper tecnológicos o algo así.
—Y eso no es todo —añadió Ukyo—, también escuché a la Dra. Shichimi espiar la conversación de Senku y Kohaku con Shizuka. Probablemente la niña tenía un micrófono o algo así.
—O quién sabe qué otro tipo de tecnología —murmuró Ryusui—. Mi instinto de marinero me dice algo que realmente no puedo creer, pero es innegable que ellas ocultan algo. Y esa es la prueba. —Señaló la foto del celular—. Estuvimos hablando esto un largo rato, y aunque es una locura parece ser que ellas son del futuro…
—¿Qué? —Tsukasa los miró con el rostro en blanco.
—La pre-adolescente en la foto es la Dra. Shichimi, claramente —dijo Ukyo—. Y, al menos en esa foto, es idéntica a Senku. Pero también, incluso en persona, ¿no crees que se parece mucho a él?
—Y la apariencia no lo es todo —agregó Gen, sudando frío—. Sus gestos, sus posturas, sus ademanes, la forma en la que habla… desde que la conocimos sospechó que es demasiado parecida a Senku-chan. ¿No lo notaron también?
—Es verdad… —Tsukasa se llevó una mano a la boca, con los ojos muy abiertos—. Lo descarté como simple admiración hacia él, pero al verla sentí como si estuviera hablando con la versión femenina de Senku.
—Pero no es su versión femenina, ¡es su hija! —exclamó Ryusui más para sí mismo—. Viene del futuro, de alguna forma, y la madre… es Hizashi Kohaku… Mi instinto no falla, aunque sea una completa locura.
Tsukasa se sentó en el sofá y Francois salió de quién sabe dónde y le ofreció un vaso de agua al verlo ahora tan pálido como los otros tres.
—¿Y por qué? —preguntó luego de beberse toda el agua—. ¿Por qué venir del futuro o lo que sea? ¿Cuál podría ser el motivo? Si es que esto es siquiera real.
—Bueno, ella estaba espiando a Senku y Kohaku y su hermana —comentó Ukyo, ajustando su gorra con rostro pensativo—. Suena a película de Hollywood, pero ¿quizás están intentando hacer que ellos estén juntos? Que se vuelvan una pareja. ¿Tal vez sus existencias estén en peligro o algo así? Aunque siento que no tiene mucho sentido.
—Viajar en el tiempo es demasiado fantasioso. —Tsukasa negó con la cabeza—. Pero me extraña más que Senku y Kohaku vayan a perdonarse el uno al otro, volver a llevarse bien y además enamorarse y formar una familia.
—De hecho… a mí no me extraña tanto. —Gen sonrió suavemente—. Antes de que pasara… lo que pasó con el padre de Senku-chan, no me habría extrañado para nada que ellos acabaran enamorándose.
—Pero después de todo lo que sucedió… —Ryusui se llevó una mano al rostro—. Senku la odia, y ella a él, también por mi culpa. Además, sigue siendo la hija de Hizashi Kokuyo.
Se quedaron en silencio un largo rato, con Francois ofreciendo agua, café y vino de vez en cuando.
Los cuatro estaban pensando en un sinfín de cosas, todavía sin salir del shock y sin creer del todo la conclusión a la que apuntaban las pruebas.
—¿Estamos seguros de que no hay otra posible explicación? —preguntó Tsukasa en un susurro—. Senku es huérfano, ¿quizás son sus… hermanas o algún otro tipo de familiar biológico? ¿Quizás esa foto de verdad es un dibujo? Podría ser que estén obsesionadas con Senku, al punto de inventarse esto.
—Cualquier cosa tendría más sentido que un viaje en el tiempo —murmuró Ukyo, sentándose junto al primate más fuerte.
—Pero esto explicaría muchas cosas —insistió Gen—. La gran inteligencia de Yukiko-chan, las clausulas extrañas de su contrato, las inconsistencias de su historia de ser primas de Kohaku-chan, porqué Senku-chan parece tener un punto tan blando por Shizuka-chan. Ella también es su hija, ya saben, y es igualita a Kohaku-chan, además… —Abrió la boca de pronto—. ¿Recuerdan lo que nos dijo Senku-chan? Cuando conoció a Shizuka-chan, la tiara se le cayó y él la vio con el mismo color de cabello y ojos que él. Están disfrazadas con las tiaras, las dos tienen el mismo cabello extraño que él.
—Es cierto, recuerdo que él nos contó eso. —Ryusui asintió—. Pero luego dijo que incluso sin la tiara puesta el cabello cambió de color.
—Debió ser un truco de Yukiko-chan, es obvio que es más inteligente de lo que demuestra.
—Esa vez… —Ukyo habló con rostro pensativo—. Senku dijo que la niña estaba llorando, cuando lo abrazó… y si esta locura es verdad… si de verdad es su hija… —Apretó los labios, volviendo a ajustar su gorra—. Lo encuentran por accidente, la niña no puede controlarse, a diferencia de su hermana mayor, y lo abraza llorando, quitándose el disfraz en el proceso… Parece ser que sintió una fuerte emoción, pero ¿fue solo por ver a su padre joven? ¿O fue por algo más?
Gen palideció y Tsukasa lo miró horrorizado, mientras que a Ryusui le tomó un momento entender lo que estaba queriendo decir.
—No me digas… ¿crees que algo le pasó a Senku en el futuro? —Se levantó del sofá de golpe.
—Eso explicaría que quiera estar tanto con él y porqué es tan sensible con ambos, más cuando los ve pelear —murmuró Gen con rostro preocupado
—¿Tal vez el motivo de viajar en el tiempo tenga algo que ver con eso, entonces? —preguntó Tsukasa—. Evitar un accidente o muerte de Senku.
—Pero él claramente vivirá mínimo catorce años más. —Ukyo negó con la cabeza—. ¿Por qué venir a esta fecha en particular si ese es el motivo?
—La que estaba más cerca de morir era Kohaku-chan —dijo Ryusui con tristeza—. Por mi culpa…
—Bueno, fue Senku el que te pidió hacerlo. —Ukyo suspiró—. Pero es cierto que ellas la salvaron, quizás no vinieron por Senku, sino por Kohaku. No podemos saberlo con la cantidad de información disponible.
—Necesitamos más información. —Tsukasa asintió—. Pero ¿qué haremos con lo que tenemos ahora? ¿Guardaremos todo esto en secreto entre nosotros cuatro?
—¿Cuál es la otra opción? ¿Decirle a Senku? ¡Solo la foto le dará un ataque! —exclamó Ryusui.
—Y claramente no debimos enterarnos de esto —murmuró Ukyo, pensativo—. Si la Dra. Shichimi, si es que realmente se llama así, nos descubre, entonces no sabemos de lo que sea capaz.
—Tampoco creo que nos haga nada, si es hija de Senku debe tenernos cariño al menos —meditó Gen—. Supongo que nos vería como sus tíos.
—Hmm, eso también explicaría por qué le dio tanto repudio que coqueteara con ella. —Ryusui chasqueó los dedos, triunfante—. ¡JA, JA, sabía que no era posible que exista una mujer a la que le diera asco! Esto lo explica, ¡ella me ve como familia!
—¿Crees que eso es mejor? Aún le coqueteaste a una sobrina. —Ukyo lo miró con reproche, pero Ryusui no le hizo el mínimo caso.
—Creo que necesitamos confirmar nuestras sospechas —comentó Tsukasa, haciendo a todos mirarlo—. La forma más sencilla y prudente de hacerlo sería con tu habilidad, Ukyo, mantente cerca de ellas y escucha lo que dicen. Quizás así también podamos descubrir a qué han venido.
—Es riesgoso, pero supongo que es la mejor forma. —Ajustó su gorro, con la mandíbula tensa—. No debemos olvidar que la Dra. Shichimi es muy inteligente. Tendré mucho cuidado. Mañana me tomaré el día y trataré de averiguar todo lo que pueda.
—¿Y qué haremos si lo confirma? —preguntó Gen con ojos entrecerrados.
—Averiguaremos más y después pensaremos en eso —insistió Tsukasa.
Después de que Ukyo y Tsukasa se fueran, Gen y Ryusui se sentaron frente a frente.
—Ahora que los sensatos y razonables se marcharon… —Ryusui sonrió traviesamente—. ¿Qué opinas de todo esto?
—No entiendo ni lo más mínimo de viajes en el tiempo, pero estoy seguro de que son sus hijas. Yukiko-chan podrá tener todo el maquillaje y trucos tecnológicos que quiera, pero no puede esconder su forma de ser. Es una Ishigami sin duda alguna. Y las dos también tienen bastante en común con su madre Kohaku-chan. Es un poco alentador, honestamente. —Sonrió suavemente—. Cuando pasó lo de Byakuya-san, creí que jamás podrían volver a recuperar su relación.
—Confió en mi instinto, creo que ellas están aquí para juntar a sus padres, y en ese caso… ¿estarías dispuesto a ayudar? —Lo miró con una ceja en alto.
—Yo siempre quise que volviera a llevarse bien con ella, tú fuiste el que se puso de su lado y siguió sus caprichos, así que debería hacerte esa pregunta a ti, Ryusui-chan~.
—Claramente quiero redimir mis errores con la bella Kohaku-chan, aunque presiento que intentar juntarla con Senku solo la hará detestarme más. —Ambos rieron—. Esperemos la información de Ukyo, quizás entonces podamos hablar con las hermanas Ishigami.
—Esperemos, entonces.
Al día siguiente, muy temprano en la mañana, mientras Kohaku aún dormía, Tsukiku y Shizuku empezaron a planear la salida de esa tarde mientras esta última abría sus regalos del día anterior.
—Esto es crucial, pulga. Con esto podremos averiguar si la relación de nuestros padres es un caso perdido o no. Debemos planear cada paso.
—¡Pues yo digo que hay que improvisar! —Alzó un puño con emoción—. Aw, papá me regaló unas luces holográficas para decorar. —Empezó a leer las instrucciones con emoción, ignorando la mala mirada que le dio su hermana por su anterior comentario.
—Eh, no. Ni en diez billones de años, ni lo sueñes. —Se llevó las manos a las caderas, mirándola con reproche—. Esto es demasiado importante, debemos ser cuidadosas. La vida de nuestros padres está en juego aquí. Claro que no vamos a improvisar, pulga.
—Pero nee-chan… ¡Queremos que surja el amor! No todo puede ser fríamente calculado. —Cruzó los brazos, haciendo pucheros—. Recuerda que yo te conseguí novio, sé de estas cosas. —Sonrió orgullosa de sí misma, porque haberle conseguido novio a su hermana fue una misión imposible.
Hasta sus tíos Gen y Ryusui la felicitaron por tal hazaña.
—Sí, sí, ya lo sabemos, muchas felicidades, pero esto es muy diferente pulga. —Le pellizcó la nariz, con fuerza, haciéndola gimotear—. Ellos se odian, no se conocen de toda la vida y no nos conocen tampoco. Debemos tomar todas las precauciones posibles —insistió—. Sin peros.
—Bien, pero que sea algo general. Demasiada planeación de seguro no saldrá bien y todo se nos saldría de las manos, además de que debe ser natural. ¡Soy experta en romance! —Volvió a tomar el regalo de su padre y lo encendió, revelando unas figuras de mariposas y flores—. Aw, qué bonito. Como el cuarto que me diseñó cuando era bebé. —Sonrió nostálgica.
—Para tener quince años sabes bastante, experta en romance. —Alzó una ceja con sequedad.
—He leído muchas novelas —dijo, hinchando el pecho con orgullo, ahora abriendo otro regalo.
—Oh, eso podría funcionar…
—¡¿Las novelas?! —Sonrió emocionada mientras se probaba la nueva tiara que le regalaron.
—Ja, claro que no. Leer. Así podré informarme más sobre la psicología del amor y todo eso. —Sacó su celular—. Compraré algunos online y esta tarde podemos revisar las librerías. Buscaré por autores de renombre para estar segura de que no dirán puras estupideces. —Se emocionó de poder usar un poco de lógica en esta misión absurdamente ilógica.
—No sé mucho de psicología, así que yo investigaré con mis propios métodos: ¡novelas y manga! —Se quitó la nueva tiara y se puso la tiara de siempre para aplicarse el disfraz—. Pero no me diste un celular y no sé dónde hay tiendas aquí, así iré a ver anime shojo por ahora. —Saltó de la cama con un brinquito y se fue a encender la televisión de la sala—. ¡Mientras haré el desayuno!
Tsukiku negó con la cabeza. Esa pulga.
Su madre se despertó poco después y las tres desayunaron en la sala, viendo shojo.
—La protagonista me recuerda a ustedes —comentó Shizuku, riendo—. Es fuerte y una chica dura, pero también es muy linda.
—Ja, en su lugar hace tiempo le habría rotó la nariz al chico —dijeron Kohaku y Tsukiku al mismo tiempo, con una sincronía perfecta, haciendo a las dos mirarse con sorpresa.
Shizuku se carcajeó. ¡Ellas eran más parecidas de lo que había esperado!
Después de desayunar Tsukiku fue a trabajar en quién sabe qué y Shizuku se quedó con su madre, que se ofreció a llevarla a una tienda a comprar manga shojo.
—Hay muchas tiendas por aquí, puedes comprar varios tomos y si alguno te gusta mucho compras toda la colección, yo no soy muy aficionada, pero puedo recomendarte uno o dos si quieres —dijo alegremente su madre mientras entraban en una tienda.
—¿Puedo ayudarlas en algo? —Una mujer se les acercó con una sonrisa, que de pronto se deshizo al verlas mejor—. ¿Hizashi Kohaku? ¿La hija del asesino? —Hizo una mueca de desprecio—. Largo de aquí, no quiero criminales en mi tienda.
—Sí, veté, nadie te quiere aquí. —Dos tipos cerca también miraron mal a su madre.
Shizuku jadeó, mientras que Kohaku se vio más resignada que enfadada.
—Vámonos. —Dio media vuelta y Shizuku la siguió cabizbaja.
—Sí, váyanse, par de zorras… —Las palabras de la mujer detuvieron en seco a Kohaku.
—Escucha. —Se volteó de inmediato, con una sonrisa asesina—. Puedes decirme lo que quieras, pero a ella no la metas. ¡Es una niña, psicópata!
—Las dos enseñando las piernas cuando estamos casi en invierno. —Señaló el corto vestido de Kohaku y la corta falda de Shizuku—. Además, seguramente planeaban robarme, ladronzuelas aparte de mujerzuelas. Y no te permito que me hables así. Vete o llamare a la policía.
La frente de Kohaku se retorció en lo que avanzaba hacia la mujer, con una vena hinchada y las cejas casi juntas, apretando sus puños a los costados.
—Te dije que a ella no la metas…
Shizuku vio con horror como los dos tipos comenzaron a grabar con sus celulares.
—¡No te atrevas a acercarte un paso más a mí! ¡Cariño! —llamó a su esposo, un gordinflón que llegó de inmediato, mirando con confusión a la mujer y a las otras cuatro personas en su tienda.
—¿Qué pasa aquí?
—¡Es Hizashi Kohaku y otra delincuente! ¡Vinieron a robarnos y hasta quiere golpearme!
—Llamare a la policía. —El hombre rápidamente le marcó a las autoridades.
—¡Pero haz algo para defenderme de estas dos zorras!
—¡Te dije que no la metas! —Kohaku finalmente perdió la paciencia.
—¡Ma-Kohaku! —Shizuku tomó el puño de su madre justo un segundo antes de que lo estrellara en el rostro de la mujer, que se encogió en su sitio y grito espantada—. Pa-paciencia, ¿recuerdas? —Sonrió nerviosamente, acariciando su mano con pánico en un intento de tranquilizarla.
—¡No dejaré que te traté así! ¡Estás totalmente loca! —le gritó a la mujer que ahora se escondía tras su esposo—. ¡¿Cómo puedes ser tan estúpida como para ponerte a insultar a una niña que no conoces de nada?!
—¡Sé que son parientes! ¡Son igualitas y se viste igual de prostituta que tú! —también le gritó desde detrás de su marido—. ¡Y las dos tienen sangre de asesino en sus venas!
Al ver que los tipos seguían grabando y que su madre parecía a punto de asesinar a la mujer, Shizuku rápidamente pensó en un plan para librarse de esto sin acabar en prisión y con una reputación todavía peor.
—L-lo siento, señora… —Finalmente un plan se le ocurrió y se pellizcó el estómago con discreción para llenar sus ojos de lágrimas—. No quería molestarla, yo solo quería comprar manga… —Se abrazó a su madre, que la miró con tristeza para luego mirar con aún más rabia a la dueña de la tienda—. Pe-pero por favor no me insulte, no soy nada de lo que usted dice, solo me gusta esta ropa…
—¡Ropa de zorra! ¡No creas que me engañas con esas lágrimas de mosquita muerta! —Aprovechando que la mujer se puso a gritar más fuerte, Shizuku fingió estremecerse y se pellizcó más para soltar más lágrimas.
—O-oye, querida… —El esposo empezó a mirarla con reproche.
—Señora, ¿no cree que se está pasando un poco? —Uno de los tipos también habló.
—¡¿Ahora están de su parte?! ¡Cómo se nota que les encanta ponerse del lado de las mujerzuelas! ¡¿Creen que con eso les darán un descuento o qué?!
Shizuku tuvo que abrazar más fuerte a su madre para que no se le tirara encima a descuartizarla.
Justo en ese momento, la policía llegó y finalmente las cosas se calmaron un poco.
—¿De nuevo causando disturbios, Hizashi? —Los hombres se acercaron a su madre como si ya estuvieran listos para encarcelarla aún sin haber escuchado los hechos.
—¿Nos van a arrestar, oficiales? —Shizuku puso su voz más aniñada, asustada y llorosa.
—¿Quién es esta niña?
—Disculpe, oficial. —Los tipos se acercaron, uno más a regañadientes que el otro—. Ellas no hicieron nada, lo tenemos grabado.
Después de ver el video, los oficiales regañaron a la mujer de la tienda y, después de darle una advertencia a Kohaku, las dejaron irse.
Una vez de regreso en las calles, Shizuku suspiró aliviada y se secó las lágrimas, pensando en el escándalo que iba a traer esto. Su hermana sin duda no estaría contenta.
—Pequeña, como lo siento. —Kohaku la abrazó fuertemente, sorprendiéndola—. No creí que mi reputación aquí también te traería problemas… lo siento mucho. —Se apartó, viéndose muy culpable mientras caminaban de regreso a su edificio.
—No te preocupes, a mí no me molestan esas cosas. Más bien me hace preocuparme. —Rio nerviosamente.
—¿Preocuparte? ¿Por qué?
—Bueno, es que normalmente cuando alguien me trata mal mi hermana los despedaza… —Sonrió resignada—. Y si no es mi hermana es mi onii-chan, y si no es él mis tíos o mis primos. —Sudor frío bajo por su frente—. Pero a mí no me molesta, creo que las personas que tratan así a otras personas solo están enojadas consigo mismas y no saben arreglar sus problemas de otra forma que no sea haciendo sentir mal a los demás, pero eso de verdad tampoco arregla nada así que siempre siguen enojados. Es bastante triste —meditó en voz alta, con un dedo en la barbilla.
No se dio cuenta de la forma en la que sus palabras afectaron a su madre hasta que la vio caminando cabizbaja, con la mirada oculta y los hombros hundidos, viéndose miserable.
—Tienes razón… —susurró suavemente—. Las personas así somos realmente patéticas. —Rio sin humor.
—Y-yo no quise decir que… —Agitó las manos con pánico.
—Descuida, no dijiste nada malo. —Sacudió su cabello cariñosamente—. Luego puedes ir a comprar manga con tu nee-chan. ¿Quieres que te ayude a preparar el almuerzo?
—Está bien. —Suspiró resignada—. Pero yo no pienso que seas patética… —Se abrazó a ella con tristeza, sin dejar de caminar.
Su madre rio dulcemente, volviendo a acariciar su cabello.
—Tranquila, lo sé.
Mientras tanto en Ishigami WN, Senku estaba supervisando la producción del invento de la Dra. Shichimi, cuando de repente Lillian se le acercó, acompañada de su representante.
—¿Viste el nuevo video que está circulando por redes sociales? —preguntó seriamente.
—No. ¿De qué se trata?
—Es sobre Hizashi Kohaku…
—Creo que no quiero saber. —Hizo una mueca.
—Pero también está Shizuka-chan, mira. —Le dio su celular y Senku frunció el ceño mientras miraba y escuchaba, sintiendo sus cejas temblar de ira al escuchar las palabras de esa detestable mujer desconocida.
—¿Pero qué mierda? ¿Quién habla así de una niña? —gruñó con indignación, sintiendo ganas de electrocutar a esa persona—. No puedo creer que hay gente que le da la razón solo porque están tan enceguecidos contra Hizashi Kohaku. —Le devolvió el celular a Lillian y sacó su celular para comentar el video y mandar a callar a los que dijeran algo en contra de Shizuka en su nombre.
—Veo que te encariñaste rápido con esa chica —señaló el representante de Lillian con ojos entrecerrados—. Aunque es familiar de Hizashi Kokuyo.
—La niña no tiene la culpa, Gabriel. —Lillian lo miró ceñuda.
—Lo sé, por supuesto, pero ya sabes lo que pienso de esa chica y su familia. —Hizo una mueca—. Me siento mal de solo recordar el crimen tan atroz de Hizashi Kokuyo.
—Sí, lo siento, olvidó que eres muy sensible. —Lillian suspiró—. No debí dejar que me acompañaras.
—Está bien, querida, sabes que iría contigo hasta el fin de los tiempos. —Tomó su mano con ambas manos y la acarició con suavidad.
—G-gracias, Gabriel, pero estoy bien. —Apartó su mano rápidamente—. Senku, hijo, no creo que valga la pena que te metas en este asunto en redes sociales —cambió de tema al ver a Senku enfrascado en mandar a callar a los que insultaran a Shizuka.
—Sí, sí, lo sé. —Bufó y guardó su celular—. Iré a ver a Shizuka está tarde de todos modos, le preguntaré sí está bien directamente.
—¿No crees que ya pasas demasiado tiempo con esa familia? —Gabriel frunció el ceño.
—Por si no te has dado cuenta, estoy produciendo en masa el invento de la Dra. Shichimi, pasaré mucho más tiempo con ellas. —Hurgó en su oído con indiferencia—. Es mi problema.
El representante de Lillian solo negó con la cabeza, pero ya no dijo nada.
Cuando llegó la tarde Senku dejó la producción bajo la supervisión de Xeno y se marchó a comprar algo para luego reunirse con las hermanas Shichimi y Hizashi Kohaku también, por desgracia.
Se vieron en la entrada al parque y él sonrió al ver a Shizuka prácticamente brincando en su sitio de la emoción. Parecía estar de buen humor, a pesar de lo que le sucedió esa mañana.
—¡Senku-sensei! ¡Qué bueno que pudiste venir! —Corrió hacia él.
—No me lo perdería. —Rio entre dientes—. Toma, te traje un segundo regalo de cumpleaños. —Le tendió una bolsa.
—¿Eh? —Ladeó la cabeza, sorprendida.
—Es manga. —Sonrió suavemente—. No sé tus gustos así que te traje mis shonen favoritos y un par de shojos que le gustan a mi hermana también.
—Wow… —Ojeó la bolsa con curiosidad, sacando un par de revistas y mirando sus portadas—. ¡Se ven muy interesantes! ¡Gracias! —Le dio un rápido abrazo.
Tsukiku alzó una ceja ante la acción de su padre, mientras que Kohaku bajó la cabeza.
—Viste el video… ¿verdad? —preguntó la rubia en voz baja.
—Sí —admitió—. Debo admitir que me hubiera gustado que golpearas a esa mujer… —Esas palabras hicieron que Kohaku tuviera que esconder su sonrisa, sin querer demostrar que sus palabras le habían levantado el ánimo. Senku no se molestó en esconder su propia sonrisa al verla.
Tsukiku miró del uno al otro con curiosidad.
—¿Me perdí de algo?
—¿No te dijeron que…?
—¡Es mejor que nee-chan no lo sepa! —Shizuku interrumpió a su padre—. Se lo diré mañana —agregó rápidamente para que su hermana no insistiera en el tema—. Nee-chan va a ahorcar a esa mujer sí le decimos —le susurró a su padre, que asintió, aunque muy tentado a decirle de todos modos—. Bueno, ¡vamos a visitar las tiendas! ¡Así puedes recomendarme más mangas, Senku-sensei! —Lo tomó del brazo y comenzó a arrastrarlo hacia el parque, con su hermana y su madre siguiéndolos de cerca.
A medida que avanzaban, iban ganando más y más miradas de personas sorprendidas de ver a Ishigami Senku paseando con Hizashi Kohaku, pero ellos no les hicieron ningún caso. Tal vez Senku hubiera estado de mal humor por tener que pasar tiempo con Kohaku, pero en ese momento solo quería concentrarse en hacer pasar a "Shizuka" una tarde agradable, más después de lo que pasó esa mañana.
—¿Qué tipo de mangas te gustan? —preguntó él con una sonrisa relajada mientras caminaban, aun con ella tomada de su brazo.
—Nunca tuve oportunidad de ver muchos —contestó con sinceridad, ya que la guerra no dejaba mucho espacio al entretenimiento, incluso aunque ella vivió protegida toda su vida—. Pero me gustan los de ciencia ficción, aunque ahora quisiera más algunos shojo. Normalmente me gustan de comedia, pero unos dramáticos estarían bien. ¿Sabes de shojo?
—La verdad no, pero sé los mangas favoritos de mis hermanas, podemos empezar por ahí.
Tsukiku hizo una mueca al verlos caminar hacia un puesto donde vendían manga. Ese no era el primer paso en su plan. Esa pulga no tenía remedio.
—¿Tú no tienes un manga que recomendarle a la pulga? —le preguntó a su madre al verla muy seria y silenciosa.
—Bueno, tal vez un par, pero prefiero no entrar a tiendas por hoy…
—¿Por qué? —La miró con confusión.
—Eh… Solo no me apetece.
—Vamos, el Dr. Ishigami ya prometió comportarse. —Creyendo que era por incomodidad hacia su padre, Tsukiku tomó su brazo y la arrastró dentro de la tienda antes de que pudiera quejarse.
El que atendía era un adolescente con mala cara que parecía aburrido de la vida y no les prestó ninguna atención, pero los otros clientes del lugar estaban murmurando de forma nada discreta mierdas sobre el atrevimiento de Kohaku por entrar al mismo lugar que Senku.
—Oh, ma-Kohaku. —Shizuku sonrió enormemente al verlas entrar también—. ¿Has visto este manga? ¿Dices que es bueno? —Le enseñó un tomo.
—Mmm… —Kohaku miró incómodamente a la gente, que estaba murmurando cada vez más alto—. Bueno, sí, sí lo vi un poco. A Ruri-nee le gustaba mucho. Creo que te gustará también.
—Nee-chan, ¿me lo compras? ¿Y a estos que me recomendó Senku-sensei también? —le preguntó emocionada a su hermana.
—Claro, pulga. —Le pellizcó la nariz cariñosamente, sacando su billetera.
—Deja que yo pagó. —Senku le dio su tarjeta de crédito al adolescente.
—No me negaré a dinero gratis. —Tsukiku rascó su oído con una sonrisa despreocupada, guardando su billetera.
—¿No quieres otros mangas, Shizuka? —preguntó Senku, totalmente dispuesto a consentir a la chica que no tenía idea que era su hija.
—¿Me recomiendas algún otro shojo? —le preguntó Shizuku a Kohaku, que empezó a mirar por las estanterías.
—Bueno, cuando tenía tu edad me gustaba mucho este. —Tomó una revista y en ese momento otra cliente pasó a su lado, chocando su hombro contra ella y haciéndola chocar contra el estante, tirando esa revista y otros mangas.
—Fíjate, idiota —le dijo la adolescente, antes de acercarse a Senku—. ¡Hola, Ishigami-sama! Soy una gran fan. ¿Me permite una foto?
—Oh, no. —Shizuku de inmediato fue a ayudar a su madre a levantar los mangas que se cayeron. Tsukiku, por otro lado, estaba meditando la idea de qué tan perjudicial sería ir a la cárcel por moler la cara de esa chica a golpes.
—Deberías disculparte. —Las palabras de su padre hicieron a Tsukiku volver su atención a él, que estaba mirando con desagrado a la adolescente—. Tú tendrías que estar ayudando a la señorita Hizashi a levantar las revistas, y tampoco fue cortes insultarla cuando el empujón claramente fue tu culpa. —Rascó su oído con fastidio.
Kohaku lo miró con sorpresa, al igual que Shizuku.
—Pe-pero es la hija del asesino de…
—Sé quién es —la interrumpió—. Pero ella no te ha hecho nada a ti ¿o sí?
—N-no. —Bajó la cabeza, para luego acercarse a Kohaku y murmurar un rápido "lo siento", antes de irse.
Kohaku y Shizuku acabaron de recoger todo y lo guardaron, sin decir nada.
—¿Qué me decías del manga? —finalmente preguntó la más joven.
Kohaku suspiró, con una sonrisa resignada.
—Sé que te gustará. Esté también. —Tomó otro de la estantería y se lo dio, a lo que ella se dirigió felizmente a la caja para pagar.
La gente siguió murmurando, esta vez más que nada con confusión por la actitud de Senku, pero ya nadie se atrevió a nada y ellos los ignoraron y salieron luego de conseguirle una buena colección de manga a Shizuku.
—¡Oh, miren! ¡Algodón de azúcar! —La menor tomó las manos de Senku y Kohaku y los arrastró al puesto de algodón de azúcar—. ¿Les gusta, verdad? —preguntó solo para disimular, porque ya sabía que sí.
—¡Me encanta! —Kohaku se contagió de su alegría y compraron dos para cada una, mientras que Senku y Tsukiku solo compraron uno.
Siguieron paseando por el parque, viendo un grupo de malabaristas mientras comían, hasta que Tsukiku finalmente decidió empezar de una buena vez con el paso uno de su plan.
—Hay un planetario cerca de aquí, ¿vamos? —sugirió casualmente.
—¡Claro, será genial! —Shizuku ni dudó en arrastrar a sus padres allí sin siquiera darles tiempo a hablar.
El lugar era oscuro y no tan concurrido, con muchas maquetas del sistema solar, en diferentes escalas, la luna y asteroides, con las paredes llenas de las constelaciones y galaxias, nebulosas y agujeros negros.
—Comenzará un espectáculo pronto, ¿quieres ir, pulga?
—¡Sí, vamos! —Volvió a arrastrar a sus padres, ahorrándole a Tsukiku el trabajo de tener que convencerlos.
Tomó la mano de Shizuku y la llevó a una fila de asientos que estuviera casi llena, sentándose junto a una persona random para que su hermanita se sentara junto a ella y sus padres tuvieran que sentarse lado a lado. Shizuku se abrazó a la mano de su madre antes de que pudiera escapar, y su padre por compromiso tuvo que morderse la lengua y sentarse junto a Kohaku.
Tsukiku sonrió complacida mientras el espectáculo comenzaba. Sabía que su padre no podría contener su lengua e iba a soltar datos científicos extra cuando la presentadora les hablará sobre el universo, y sabía que a su madre le gustaban esas cosas, incluso aunque no las entendiera del todo.
—¡Hay más de diez sextillones de estrellas en todo el universo! —dijo con emoción la presentadora.
—Es un número aproximado, y refiriéndonos solo a lo que podemos suponer que hay más allá del universo observable desde nuestro planeta, teniendo en cuenta la expansión del universo y la curvatura espacio-tiempo. Podrían ser más o podrían ser menos. —Tal como sospechó, su padre estuvo de boca-floja, tirando datos científicos a su madre todo el espectáculo, con ella realmente prestándole atención y luciendo sorprendida y maravillada por todo lo que le decía.
Tsukiku rio complacida. Esos dos no servían para llevarse mal.
Una vez salieron del planetario, ya estaba atardeciendo, y el segundo paso en su plan era ver el atardecer desde el puente sobre el estanque, aunque estaba un poco atestado de gente, pero con unos nanobots simulando ser insectos logró espantar a suficientes personas para dejarles un buen espacio.
De nuevo dejaron a sus padres lado a lado mientras observaban el espectáculo y, aunque esta vez estuvieron en silencio, las suaves sonrisas en sus rostros le parecieron una buena señal.
El tercer paso del plan era comer en un restaurante y dejarlos lado a lado otra vez, pero en camino a ir al lugar que habían escogido previamente un músico callejero llamó la atención de Shizuku.
Era un hombre muy talentoso tocando animadamente la guitarra, cantando con voz emocionada y bailando a su propio ritmo. Habían un par de personas viéndolo, pero apenas y sí movían el pie o la cabeza al ritmo, a diferencia de Shizuku, que empezó a imitar la forma de bailar del hombre. Al verla, el hombre empezó a cantar y tocar con más ánimo, acercándose a Shizuku y rodeándola mientras tocaba, haciéndola reír y aplaudir con emoción.
—¡Baila, preciosa! —exclamó el hombre en medio de su canción, antes de seguir cantando con ánimos, y a Shizuku por supuesto que no le importó ponerse a bailar en medio de la calle.
Tsukiku intentó hacerle señas de que no había tiempo para eso, pero su hermana o no la entendió o fingió no entenderla, porque lo siguiente que hizo fue arrastrarla a bailar también.
Presa de los fuertes brazos de su hermanita y su sonrisa demasiado entusiasta, Tsukiku decidió tragarse su orgullo y le siguió el juego, rodando los ojos, sonriendo resignada.
—¡WUUU! —El hombre pareció complacido y cambió el ritmo, volviéndolo todavía más animado, haciendo a Shizuku saltar en su sitio, con los brazos en alto aun tomando las manos de su hermana, bailando de forma torpe e infantil, pero llena de entusiasmo que atrajo una pequeña multitud y pronto Shizuku la soltó para arrastrar a una pareja a bailar con ellos, luego a otra mujer, a dos niños y a una anciana, animando a la gente a bailar por sí sola.
Tsukiku se quedó aplaudiendo, pero luego vio a su madre también revolviéndose al ritmo de la música, como si quisiera bailar pero no se animara, y a su padre riéndose al ver a Shizuku, y de inmediato corrió hacia su hermanita y le susurró algo en el oído. Las dos sonrieron emocionadas y corrieron a arrastrar a Senku y Kohaku a la multitud de bailarines callejeros, ignorando sus protestas de que no querían y preferían mirar. Tomaron las manos de ambos y los obligaron a brincar al ritmo de la música, riéndose y gritándoles palabras de ánimo.
La luz de la única farola sobre ellos comenzó a verse opacada por la gente saltando y alzando las manos, y pronto la multitud se hizo mucho más grande, la gente empezó a cantar también y el lugar empezó a parecer una autentica discoteca, tanto que los cuatro se separaron y quedaron atrapados en la multitud. Kohaku y Shizuku siguieron bailando, felices de la vida, mientras que Senku solo quería escapar de ahí, y Tsukiku quería llevar a cabo un nuevo plan.
Con su gran visión logró ver a su padre y a su madre y de inmediato tomó las manos de su madre y la arrastró con ella, bailando con ella para que no perdiera la emoción. Sabía que siempre que se emocionaba al bailar cerraba los ojos, así que aprovechó eso para guiarla a donde estaba su padre, recibiendo varios empujones por la enorme cantidad de personas, hasta que al fin llegó y, escondiéndose para que su padre no la viera, hizo que su madre tomara las manos de su padre y empezará a bailar con él sin verlo, dejándolo con la boca abierta.
Tsukiku rio malvadamente y se escabulló detrás de su padre, dándole un empujón para que acabará cayendo sobre su madre, prácticamente abrazándola, y en ese momento ella dejó de bailar y abrió los ojos, viendo con la boca abierta que estaba tomando de las manos a Senku, quien la abrazaba.
Los dos se quedaron mirando fijamente en medio de la gente bailando y, antes de que pudieran reaccionar, el guitarrista terminó su canción y todo el mundo aplaudió y vitoreó, felicitando al artista.
Algunos se fueron de la multitud y otros empezaron a pedir otra canción, pero al menos ya fue posible para Senku escapar rápidamente de allí, mientras que Kohaku se quedó congelada en su sitio un buen rato hasta que Shizuku la encontró y la abrazó desde atrás, gritando con emoción.
—¡Eso fue increíble! ¡Fue tan divertido! ¡Fue tan…! Eh, ¿estás bien? —La miró preocupada.
—Oh, ahí están. —Tsukiku decidió que era buen momento para aparecerse haciéndose la desentendida—. Te me perdiste un momento, Kohaku. ¿Pasó algo? Te ves como si hubieras visto un fantasma.
—E-estoy bien. —Sonrió tensamente—. Eso fue bastante divertido, me dio hambre, ¿vamos a comer?
—Claro, pero primero debemos encontrar a nuestro científico loco favorito. —Miró ceñuda a los alrededores.
Esperaba que su padre no hubiera aprovechado el momento para abandonarlas e irse antes de tiempo.
Las tres escanearon el parque buscándolo, y claro que con la gran visión que tenían y el llamativo cabello de su padre no tardaron mucho en encontrarlo, pero aparte Tsukiku notó algo más.
Por un momento le pareció haber visto a su tío Ukyo escondido detrás de un árbol, como si las espiara… ¿Qué demonios?
Dudaba estar viendo cosas, ella confiaba mucho en su visión.
Frunció el ceño, sacando su celular y comandando a los nanobots que traía con ella a tomar la forma de una mosca y buscar a su tío Ukyo. Rápidamente lo encontraron, vestido casualmente, pero de una forma bastante discreta, y efectivamente escondido detrás de un árbol.
No tenía tiempo para lidiar con él, así que le ordenó a la mosca seguirlo y grabar todo lo que hiciera y luego se concentró en su padre otra vez, viendo a Shizuku arrastrarlo de regreso con ellas.
—¿Ya te ibas, Senku-sensei? ¿No vas a comer con nosotras? —preguntó Shizuku con sus mejores ojitos de gatito regañado.
—N-no, solo quería tomar algo de aire… Vamos. —Él suspiró resignado.
Llegaron al restaurante que Tsukiku había elegido precisamente por sus asientos, ya que así las dos hermanas pudieron sentarse juntas y dejar a sus padres sentados lado a lado, muy incómodos y evitando mirarse.
—¿Qué pedirán? —Una señora mayor se acercó con una sonrisa amable a tomar su orden.
—Un plato de ramen está bien, y un vaso de jugo de manzana, por favor —dijo Senku.
—Yo también quiero ramen, una bandeja individual de yakitori y un plato mediano de sopa de miso —pidió Shizuku con la boca prácticamente escurriéndole—. Y una hamburguesa de pollo, para acompañar el vaso extra-grande de soda de naranja, ¡por favor!
—¿E-eso para las tres? —preguntó la señora, con rostro sorprendido.
—No, yo quiero un tazón de curry, una porción de pizza calabresa extra grande, un plato de sashimi y una soda de cereza sin azúcar, por favor —ordenó Tsukiku con rostro pensativo mientras ojeaba el menú.
—Yo quiero un plato de yakisoba, un donburi, otra bandeja individual de yakitori y… mmm, un plato de gyudon. Ah, y también quiero un vaso extra-grande de soda de naranja, por favor —ordenó Kohaku sonriendo emocionada.
La señora miró con los ojos muy abiertos a Senku, que le sonrió resignado. A pesar de que no conocía bien a las hermanas, no le sorprendían que tuvieran el mismo apetito voraz que Kohaku.
—Bu-bueno, como ustedes digan, señoritas. —Se retiró rápidamente de allí.
—No creo que esto me llené del todo, pero no quiero gastar tanto —murmuró Tsukiku con una mueca.
—Yo pagó —ofreció Senku, bostezando—. Si quieren pidan algo más, o podemos tener postre.
—¡Oh, postre suena genial! —Shizuku aplaudió con entusiasmo—. ¿Quieren alguna tarta? Tienen muchas opciones. ¡Oh, nunca había escuchado de esta! ¡La pediré y si me gusta debo conseguir la receta!
—Siempre pensando en hacer las cosas tú misma, ¿eh? —Tsukiku rio entre dientes.
—Me gusta experimentar por mí misma, ya me conoces. —Ambas rieron y Senku alzó una ceja, sonriendo orgulloso sin estar seguro de porqué.
Miró de reojo a Kohaku, que estaba sonriendo enternecida al ver a las hermanas. La sonrisa en su rostro le recordaba a cuando veía a Suika esforzarse con sus tareas, y algo en su pecho se oprimió al pensar en esa época en la que todo estaba bien, donde ellos no se odiaban y sus recuerdos juntos no estaban manchados de sangre.
Recordó la forma en la que ella tomó sus manos y como acabó abrazándola por accidente. Eso fue… incómodo.
Esperaba que después de hoy ya no tuviera que seguir soportando a Hizashi Kohaku.
Terminaron de comer y Senku pagó por todo, menos por la comida de Kohaku, que ella insistió en pagar por sí misma, luego salieron del parque y cada quien se fue por su propio lado.
Shizuku miró con curiosidad a su hermana luego de que dejara ir tan fácilmente a su padre. Creyó que iban a convencerlo de acompañarlas al departamento, pero su hermana parecía estar pensando en otra cosa.
—Nee-chan —le susurró, aprovechando que su madre caminaba varios pasos delante de ellas—. Nee-chan… Tsukiku-nee-chan. —La jaloneó para que le prestara atención.
—¿Qué, Shizuku? Ahora no es momento…
—Pero el plan con papá y mamá…
—Tuvimos un buen avance hoy, pero ahora necesitamos encargarnos de otra cosa.
—¿Qué cosa?
—Te diré en la casa, sigue caminando.
Una vez entraron al departamento, Ukyo decidió que era momento de dejar de seguirlas.
Lo último que dijeron le dio mala espina, era mejor que se fuera ahora, además de que era cerca de la hora en la que acordó verse con los demás. Y ya había averiguado lo suficiente.
Se reunió con los demás en el departamento de Gen, y les dijo lo más importante de todo lo que había averiguado siguiéndolas ese día.
—Sus verdaderos nombres son Tsukiku y Shizuku.
—Suenan a nombres que Senku les daría a sus hijas. —Gen rio divertido—. Aunque siempre creí que acabaría poniéndoles Senko, con su manía de nombrar todo como a él mismo.
—No me habría sorprendido —dijo Ryusui y los demás asintieron, resignados.
—Ellas definitivamente están planeando juntarlos, hicieron todo un plan para hacer que ellos pasaran tiempo juntos y tuvieran acercamientos en su salida al parque. No logré descubrir el motivo, pero parece que están muy limitadas de tiempo…
—Qué brillante eres, tío. —La puerta se abrió de golpe y los cuatro palidecieron, volteando a ver a "Shichimi Yukiko" o Ishigami Tsukiku más bien, parada en la entrada del departamento, girando una extraña pistola entre sus dedos—. Diez billones de puntos para ti. —Lo apuntó con el arma—. Ahora díganme… ¿cómo mierdas se dieron cuenta?
Tsukasa se puso en pie lentamente, sudando frío mientras planeaba una manera de neutralizarla.
—Ni lo intentes, tío Tsukasa, te veré mucho antes de que llegues a estar siquiera cerca de mí. —Ante esas palabras, Tsukasa alzó una ceja.
—¿Imaginó que tienes una visión tan buena como Kohaku, entonces?
Ella alzó una ceja.
—Me sorprende que sepas eso, ninguno de ustedes parece conocerla bien…
—Ella fue estudiante en mi dojo… me sorprende que no sepas eso. —Entrecerró los ojos—. ¿Tus padres no te hablaron mucho de nosotros? —Él y Kohaku nunca fueron tan cercanos, pero aun así se le hacía extraño.
Tsukiku rio entre dientes, pasando el arma a apuntarlo a él.
—Ustedes no tienen ni idea de lo que están hablando. Solo díganme cómo me descubrieron. ¿En qué se supone que fallé? ¿El disfraz es tan malo? —Se quitó la tiara, revelando su cabello blanco-verdoso y sus ojos azules.
Aunque ya la vieron en la foto, igual los cuatro se quedaron con las bocas abiertas al ver lo idéntica que era a Senku. No estaba usando maquillaje y ahora sin el disfraz era aún más dolorosamente obvio.
—Apreciaría que bajarás el arma, Tsukiku-chan~, mi dulce sobrinita~. —Gen se acercó un par de pasos en su dirección, ganándose que lo apuntara a él—. No creo que vayas a lastimar a tus adorados tíos~, menos siendo la hijita de Senku-chan, no dudo que te crio bien y tienes todos sus valores que fingen estar torcidos, pero son lo más noble que he visto. No creo que seas una amenaza para nosotros~. —Sonrió, muy seguro de sus palabras.
Tsukiku sonrió un poco demasiado dulcemente.
—Tienes toda la razón, tío Gen, jamás los lastimaría. —Eso los hizo relajarse—. Pero esta pistola no los lastimará, para nada, puede borrar la memoria sin ningún tipo de efecto secundario. —Eso borró cualquier rastro de alivio y los cuatro se tensaron, horrorizados—. Ahora, empiecen a hablar.
Continuará...
Holaaaaaaaaa :D
Aquí un nuevo cap larguisimo de este fic xD
Espero q les haya gustado y muchas gracias por todo su apoyo! Gracias especiales a Alheli.53, Dalila612, Guest, Animartinez568, angeles, Cat y Vidi por comentar el cap anterior! :'D
No olviden q se les ama con todo el kokoro!~ :3
Me despido!
CELESTE kaomy fueraaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa!
