Bien! Aquí estoy de vuelta.... empecemos a responder....

Javiera: Jejeje, si que Bryan da miedo, y creo que no podré concederte tu deseo, ya que más adelante saldrá bastante y tendrá mucho efecto.

Rei Kon 18: Gracias por el deseo de navidad, lo mismo para ti, y aquí está la segunda parte, espero no ser muy mala con Rei.... (jejeje, si alguien que me conoce por 'Un Gran Secreto' lee esto se reiría... nunca lo cumplo ^^)

Rika Himura Hiwatari: gracias por tu comentario. La verdad es que este es mi primer fic publicado de BB ya que tengo otros en mi PC hace bastante tiempo durmiendo (casi todos con Rei como prota y víctima de mis manías), espero que te guste este segundo cap.

Gracias a todos y feliz navidad!!!!!!!! *************************

Estoy enfermo Kai.

Capítulo 2.

Olvidándose por algunos momentos del tiempo y de la amenaza que se cernía sobre ellos, Kai entró al dormitorio en donde estaba Rei, después de darse su baño. El sobresalto en Kon fue evidente para sus ojos expertos en captar pequeñeces, pero hubieran pasado desapercibidos para otros.

-¿Te molesta si te acompaño? -una negación corta y rápida, contraria sus verdaderos deseos. Kai sabía eso, pero quiso quedarse de todas maneras. -Se que no quieres que esté aquí, pero necesito ver tus heridas...

Hiwatari notó que Rei temblaba casi sin control. No sabía como lograr que se calmara y que confiara en él. Entonces vio el cepillo de pelo de su amigo en el mueble y se le ocurrió una idea. Todos sabían del gusto especial de Kon por su pelo y su cuidado.

-¿Me dejarías peinarte Rei? -Kai vio una expresión de asombro y luego una breve aceptación. Hiwatari recordó con gracia y esperanza los momentos en que Max acariciaba el cabello de Rei y este lanzaba pequeños ronroneos. A Mizuhara le encantaba hacer ronronear a Kon y a él le encantaba que el rubio conociera esos lugares justos en donde le hacía cosquillas o lo relajaba. Suavemente comenzó a deslizar el cepillo por las hebras oscuras y se dio cuenta de que era una practica sumamente relajante, tanto para él como para Rei, pero de pronto recordó el motivo de todo lo que estaba pasando. -¿Te parece si seguimos en casa?

-¿A.... tu casa? -preguntó temeroso. Al oírlo Kai se puso frente a él y se arrodilló-

-Se sincero conmigo Rei... -dijo lentamente -¿Confías en mí para ayudarte?, o temes que te haga daño...

-Tengo miedo Kai... -confesó una vez más con los ojos llenos de lágrimas -No solo de ti y de él... miedo de todos y de todo...

-Vamos a mi casa Rei, juro por Dranzer que no te haré daño... jamás lo haría... Siempre he querido cuidar de ustedes, incluso en los primeros meses que estuvimos juntos, ¿sabes?. Nunca se los dije, pero el día que se escabulleron por el Centro de Estudio Americano de la BBA, y no llegaban, me sentí sumamente culpable... Igual que ahora...

-¡No! -gritó Kon de pronto aferrándose al cuerpo de Hiwatari -¡No es culpa tuya Kai!, ¡no lo es!... no es culpa tuya...

Kai lo rodeó con sus brazos y sintió una vez más la delgadez que su compañero escondía bajo sus anchas ropas.

-Vamos a mi casa. Ahí estarás bien, lo prometo.

El camino hasta su casa fue lento y silencioso, pero Kai se conformaba con sentir el cálido cuerpo de Rei junto a él. La enorme mansión de los Hiwatari los recibió con su lujosa bienvenida de casa de familia acomodada.

-Mientras preparan tu cuarto Rei, puedes quedarte en el mío si no tienes ganas de salir o de caminar. -el otro solo asintió- Te llevo.

Rei lo siguió en silencio, y varias veces Kai tuvo que volverse para asegurarse de que el chico lo seguía, aunque notó que había perdido gran parte de su gracia felina al caminar, reemplazándola por una vergüenza y una timidez extrema, que incluso lo hacían ver más pequeño.

-Esta es. -Hiwatari dejó pasar a su amigo, pero no cerró la puerta. -Aquí está el baño, por si quieres darte una ducha más larga o un baño de tina que te relaje. Cualquier cosa que necesites solo llámame o ubícame por ese citófono que está ahí -dijo señalando el aparato en un velador junto a la cama -Más tarde veremos tus heridas, ¿de acuerdo Rei? -una vez más solo obtuvo por respuesta un rápido movimiento de cabeza -traeré un poco de comida y bebida, y luego seguiremos con lo de tu pelo, ¿te parece?

A Rei parecía hacerle gracia el interés de Kai por su pelo, y lo reflejó con una fugaz sonrisa y un casi inaudible "gracias".

-Vuelvo pronto, acomódate como quieras.

Cuando Kai salió, Rei se relajó un poco y observó el dormitorio al que había sido llevado. Sintiendo vergüenza de su desconfianza, se aseguró de que la puerta no estuviera cerrada por fuera ni vigilada por nadie. Luego caminó a las ventanas, y vio que se ubicaban en un segundo o tercer piso, con la hermosa vista de un río y una llanura que se extendía como patio de la mansión. La belleza del lugar tuvo el efecto de hacerlo sonreír una vez más. De pronto en él nacieron ganas de correr y reír, como lo hacía antes de... Movió su cabeza de un lado a otro, intentando quitarse los recuerdos que llegaban junto con la sola mención de ese nombre... Ahora Kai quería ayudarlo, y parecía sincero, aunque su corazón ya no se fiara de nadie.

El ruido de la puerta lo asustó un poco, pero se tranquilizó al ver que era Kai con un carrito con varios dulces, jugos, algunos postres y cosas ricas para comer.

-¿Qué te apetece?. Elige lo que quieras, siéntete en confianza.

Rei tomó dubitativo una taza de té y un pastelito de crema.

-Kai...

-¿Si?

-... ¿Se los dirás verdad?

-¿De... de qué...?

-Esto -interrumpió -Les dirás todo esto...

-...Solo si así lo quieres Rei. No haré nada que no quieras.

Las palabras de Kai quedaban profundamente grabadas y eran procesadas lentamente por la mente de Rei. ¿Debería confiar en Hiwatari?, ¿sería seguro?.

-Si quieres hablar o hacer cualquier cosa, solo dímelo. Si quieres salir, o comer algo en especial... cualquier cosa... -Kon asintió en silencio sin despegar la vista de su té. -Solo... te pido una cosa... -el cuerpo de Rei se tensó y su mente se llenó de horribles imágenes -

-Kai....

-Solo quiero ver tus heridas. No me dejarás llamar a un médico, y no te obligaré a ver uno, pero debo ver esos cortes y quemaduras. ¿Ok?

-Estoy bien... -susurró -

-A mí no me engañas Rei. Voy a ver tus heridas ¿de acuerdo?

El muchacho chino sabía que sería inútil discutir con Kai sobre ese punto especial. Lo había puesto como mínima condición de las muchas cosas que le estaba ofreciendo, y aunque su mente sabía que lo que pedía era razonable, su corazón no terminaba de temblar por el efecto de un par de manos, como para que otro par lo tocara.

-¿De acuerdo? -el otro negó levemente. Hiwatari sintió sus cejas curvarse en una expresión de pena, pero entendía, o al menos creía hacerlo. -Por favor Rei...

-Estoy bien...

-No lo estás. Deja que te ayude...

-Estoy bien.

-Rei...

-¡Estoy bien!

Kon abrazó sus piernas y permaneció tercamente callado en la cama, sin mirar a Kai ni probar lo que había traído para él. Hiwatari lo observó y suspiró... las cosas serían más difíciles de lo que creía... Suavemente rodeó el cuerpo de su amigo con sus brazos y lo acunó en su pecho, como en el departamento de Rei. Este de inmediato se dejó proteger por ese cuerpo cálido que le ofrecía la salvación.

-De acuerdo Rei... será cuando tú quieras...

***

El teléfono no contestaba. La puerta no se abría. Nadie lo había visto.

Salió en la mañana, y no ha vuelto.

Algo no andaba bien... Rei no estaba a su alcance por ese día... y eso no podía ser...

-¿Dónde te metiste gatito?

La cerradura no había sido forzada hasta ese momento. Bryan observó el departamento, y vio que estaba exactamente igual que el día anterior. Quizás algunas cosas estaban en otro sitio, pero no parecía un orden mayor o meticuloso. La puerta de la habitación estaba abierta y el baño evidenciaba una ducha rápida y poco cuidadosa. Sonrió al comparar, por enésima vez, el estado actual de ese lugar y del dueño de ese lugar con la manera que encontró la primera vez que entró en el pequeño departamento. En esos días (que aunque parecían lejanos, no superaban la veintena), Rei aún sonreía y tenía esos ojos brillantes y suspicaces que lo caracterizaban. Su piel continuaba siendo tersa y limpia, sin cicatrices ni marcas... cosas que abundaban ahora...

-¿Dónde estás Rei?

Sin duda el muchacho había estado en la casa, pero al parecer había salido con prisa, sin comer o llevar demasiadas cosas consigo. Bryan frunció el ceño mientras observaba todo... ¿porqué Rei había salido?, pero esa chaqueta estaba en la silla... aunque no le parecía conocida, notaba que era del porte de Kon, ¿salir sin chaqueta?... el chico no había mostrado ánimos de aparecerse en el exterior hacía mas o menos una semana, por lo que la única conclusión posible.... era que alguien lo hubiera convencido de salir...

-¿Quién...?

El teléfono celular de Rei continuaba en la habitación. Dentro de los últimos llamados, había uno hecho esa misma mañana, cerca de las 9... Bryan gruñó mientras miraba furioso el número...

-Kai...

El teléfono fijo del departamento también mostraba varios llamados de Hiwatari, además de otros de Max y del Señor Dickenson.

Entonces, la prueba definitiva de la presencia de Kai en el departamento se confirmó. La chaqueta. Ni Bryan, ni Rei ni el mismo Kai habían dado importancia a la prenda, olvidándola Hiwatari al salir.

-Claro... ya me parecía raro... sabía que no era de él...

El olor a Kai era obvio. Los bolsillos no mostraban ningún documento importante, aunque si algo de dinero y el celular del muchacho...

-Creo que haré la buena acción del día y le avisaré que tengo su teléfono... -dijo riendo -

***

Unas cuantas maldiciones salieron en ruso de sus labios. Recién ahora se daba cuenta de la falta de su chaqueta y de su teléfono...

-Seguramente se me quedó en el departamento...

Rei continuaba entre sus brazos, quieto como un muerto.

-¿De qué hablas Kai? -preguntó suavemente -

-Al parecer se me quedaron algunas cosas en tu casa... Que descuidado...

La tensión en Kon se esparció como corriente eléctrica por los brazos de Hiwatari.

-¿Qué pasa Rei?

-.... Podría..... podría tenerlas....

-¿Quién?

-....Va a saber que estoy aquí..... -sollozó -y vendrá a buscarme....

-Bryan...

Rei parecía querer fundirse con el cuerpo de Kai, apretándose más y más contra él, hasta dificultarle la respiración.

-Tranquilo Rei... Mientras estés conmigo Bryan no te hará daño... lo prometo...

Nuevamente tuvo por respuesta solo silencio. Kon pareció relajarse un poco y cerró los ojos, quedándose rápidamente dormido. Kai acarició su cabello pensando en la posibilidad de que Bryan tuviera sus cosas. ¿Pero qué podía hacer con una chaqueta, unos cuantos yenes y un celular que fácilmente podía ser bloqueado?... Entonces un ruido lo asustó... El teléfono estaba sonando... Hiwatari se acercó al aparato y miró el identificador de teléfonos, entonces supo lo que Bryan podía hacer con su celular...

'... Kai llamando...'

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