Capítulo 6

Feliz Cumpleaños A…

Sesshoumaru esperaba paciente recostado del auto, mientras Rin dejaba flores en la tumba de Alan. Rin le había pedido unos minutos a solas y él no lo pensó en dárselos.

Rin pasa su mano sobre la lápida.

"Alan Strom

Amado padre y esposo"

-Hola, mi amor… aunque no sé si estaría bien… yo… ya lo debes saber… yo siempre te amaré… realmente no podía pedir mejor esposo o padre para mi hija… no puedo amar a alguien como te amé a ti…

Sesshoumaru pensaba en esas palabras mientras esperaba. No había podido evitar escucharla y ahora lo meditaba. Ella nunca lo amaría igual. Él siempre estaría entre ellos.

-…Tal vez no de la misma manera… pero estoy segura de que amo a Sesshoumaru… lo amo con todo mi corazón… no es que te olvidé… pero poco a poco y con sus insistencias, se ganó un lugar en mi corazón… es muy bueno, te hubiera caído bien, si lo hubieras conocido… es dulce, considerado… todo un caballero… Abril lo adora…

Sesshoumaru sentía una presión en su pecho. Estaba dispuesto a todo por Rin… pero aquellas palabras que escuchó por accidente lo hirieron profundamente.

-No sé cómo es esto… si debo esperar más… pero la verdad es que no quiero… me siento sola… sabes que no soporto quedarme en una casa sola ni por una noche… me sentía tan sola cuando nos dejaste… pero ya no es así… desde que Sesshoumaru está con nosotras no es así… Debo reconocerlo. Abril es feliz con él. Y yo soy feliz con él…

Este es el adiós, Alan… cierro esta parte de mi vida, yo tengo que seguir viviendo, por Abril, y por mí misma… recuerda que siempre te amaré… Feliz cumpleaños, Alan…

Rin se llevó la mano a los labios y después a la lápida. Salió del panteón y tropezó con un escalón. Sesshoumaru corrió a ayudarla a levantarse.

-Rin, estás bien?

-Sí… si, estoy bien…

-Segura?

-Sí…

Llegaron a la casa. Abril aún estaba en el colegio. Sesshoumaru le dio un vaso de agua y se sentó frente a ella.

-Qué te pasa, preciosa…

-Hay algo que debo decirte… pienso que es injusto que no lo sepas… después de todo no has sido menos que un padre para Abril…

-Rin… detente…

-No, Sesshoumaru, no puedo… es algo que me quema por dentro. Debo dejarlo salir…

Sesshoumaru, aún pensando en lo que escuchó en el cementerio, cerró los ojos y esperó la estocada final.

-Está bien… dilo…

-Yo… cuando todo pasó… yo nunca pensé que mi vida volvería a la normalidad… y no fue así… pero aún así, aquella vida sin él era vacía… y aunque tengo a Abril conmigo, era monótona… hasta que te conocí…

Sesshoumaru pensó que el curso de aquella conversación había cambiado por completo, pero al final el resultado sería el mismo.

-Hoy comprendí algo… no puedes amar a dos personas de la misma manera…

Sesshoumaru sintió que la cabeza le daba vueltas.

-En el cumpleaños de Abril, me sentí tan feliz al escucharla reír como lo que es, como un niño, gritar y correr… y eso te lo debo a ti… nadie es igual, nadie influye en tu vida de la misma manera… así que no puedes a amar a todos de la misma manera… me tomó mucho entenderlo…

-Rin, basta…

-Sesshoumaru…

-No sigas, Rin. Ya basta… si lo que quieres es decirme que no me amas, sólo dilo, no me tortures de esta manera…

-No…

-Sé bien que aún lo amas. Que nunca podré ocupar su lugar… pero ya basta…

La única reacción de Rin fue reír.

-Ya veo… sólo…

-Sesshoumaru, acaso me escuchaste en el panteón?

-Sí… no quería pero sí te escuché…

-No lo escuchaste todo, de lo contrario no estarías así…

-Acaso hay algo que valía escuchar? Soportar esta tortura…

-Tortura?

-Sí es una tortura para mí saber que aún amas a tu esposo muerto. Me duele saber que no puedes… seré un hombre Rin, pero los hombres también sentimos. Eso de ser más fuertes es tanta fantasía como la bella durmiente. Si me cortas sangraré exactamente como tú. Si pierdo a alguien a quien quiero, lloraré… y el saber que la mujer que amo, no puede corresponderme, simplemente me mata…

-Sesshoumaru… nunca pensé que una confusión sería lo que te obligaría a decirlo…

-Cómo?

-Es lo que te estoy explicando… No puedo amarte como amé a Alan, porque eres muy diferente a él… eres diferente y maravilloso a tu manera… pero eso no le quita a que te amo…

-Tú…

-Te amo, Sesshoumaru… no se cómo explicarlo, pero el amor no tiene explicación…

Sesshoumaru tomó su rostro entre sus manos y la besó apasionadamente.

-Te amo, preciosa…

-Te amo, Sessh…

Se volvieron a besar, Sesshoumaru, que estaba en cuclillas, perdió el equilibrio y ambos cayeron al piso. Estallaron en carcajadas.

-Estás bien, preciosa?

-Sí…

Sesshoumaru notó dónde había quedado una de sus manos y la apartó de inmediato del pecho de Rin.

-Sesshoumaru…

-No…

-No te comprendo… eres hombre…

-Para ser como eres, yo no te comprendo a ti… quiero hacerte el amor, no tener sexo. Quiero que lo disfrutes, que grites mi nombre, que me claves tus uñas… y que duermas tranquila… no llorando, ni arrepentida… lo último que quiero es que recuerdes sus caricias en las mías…

-Sessh…

-Quiero hacerte el amor, Rin… pero será cuando tú lo decidas, no cuando pienses que ya es tiempo… si quieres, piensa que eres virgen…

Rin rió.

-Y lo eres en cierta forma. No conoces más que él.

-Sesshoumaru, si yo no te comparo, no lo hagas tú tampoco. Son muy diferentes.

Rin lo besó nuevamente y se recostó de su pecho.

……………………

Inuyasha llegó a la casa temprano, pensando en prepararle una sorpresa a su mujer, pero la sorpresa se la llevó él al ver su auto en el garaje.

-Esta mujer es más impredecible que un tornado!

Entró a la casa con el ramo de rosas en las manos.

-Amor!

No recibió respuestas, subió las escaleras soltándose el nudo de la corbata sólo para sentir crecer el de su garganta.

-Kagome!

Ella yacía en el piso, inconsciente. Inuyasha se apresuró a acercársele y la cargó para llevarla a la cama.

-Kagome!

Inuyasha iba a llamar una ambulancia cuando ella despertó.

-Inu…

-Kagome, estás bien? Qué te pasó?

A Kagome le tomó varios segundos volver a tener conciencia plena.

-UN LADRÓN! INUYASHA! HAY UN LADRÓN EN LA CASA!

Inuyasha sacó un arma del bolsillo interior de su chaqueta.

-Quédate aquí.

Inuyasha revisó toda la habitación y luego toda la casa. Vio marcas de zapatos en la pared del patio. Volvió con su mujer. La encontró llorando.

-Kagome…

-No está, Inu, no está…

-Qué cosa? E-el bebé!

-No…

Kagome logró calmarse un poco.

-El bebé está bien…

-Y qué te pasa?

-Se llevó mis anillos…

Inuyasha la abrazó con fuerza apretándola contra su pecho.

-Mujer tonta! No me hagas eso otra vez!

Inuyasha la besó en la cabeza mientras continuaba abrazándola.

-Eso se repone… estás segura que estás bien?

-Sí…

-Y el bebé?

-Sí, estamos bien…

Inuyasha respiró aliviado.

-Te amo…

Se quedaron un largo rato abrazados. Inuyasha buscaba calmar su propio corazón.

-Te amo…

Volvió a besarla en la sien. La acomodó en la cama y levantando su blusa, la besó en el vientre. Luego se puso de pie y se comenzó a quitar la camisa.

-A dónde vas?

-Me voy a dar un baño…

-No quiero estar sola…

-Vienes a bañarte conmigo?

Kagome asintió. Ya estaban en la tina, Inuyasha la abrazaba con sus manos descansando en su abultado vientre mientras le llenaba el cuello y los hombros de dulces besitos.

-Me asustaste mucho… no me hagas esas cosas…

Varios minutos más tarde, como si todo estuviera olvidado, reían divertidos entre leves caricias y jugando con la espuma. Kagome se le acercó tanto como pudo y lo besó. Las manos de Inuyasha resbalaron desde sus hombros hasta sus senos, no tenía completa conciencia de lo que hacía hasta que escuchó un suspiro ahogado por los besos.

-Kag…

Fue silenciado por los besos de su esposa. Al sentirla temblar por el frío, se puso de pie poniendo en evidencia su erección. La ayudó a salir y la cargó hasta llevarla a la cama. Se separaron por falta de oxígeno, Inuyasha bajó su mano desde sus senos hasta su vientre. Acarició toda su redondez y la besó en la mejilla.

-Estás segura, mi amor?

Kagome asintió mientras apretaba sus labios, mordiéndolos hacia adentro.

-No lo haces por mí?

-Inu!

-No me digas así. Quiero estar seguro de quieres hacer el amor, no sólo complacerme.

-Inuyasha, ni cuando nos casamos estuve tan segura como ahora. Quiero que mi fuerte, sexy y protector marido me haga el amor…

Inuyasha sonrió y la besó mientras se acomodaba a su lado sin saber cómo exactamente lograría hacerle el amor.

-Kagome, no puedo. Y si lo lastimo? Y si te hago daño?

-Inuyasha, el doctor dijo que estoy bien y…

-Acaso le peguntaste?

Kagome se sonrojó.

-Sí… dijo que sí podemos. Inuyasha, te vas a poner de tonto, o me vas a hacer el amor?

Inuyasha rió y la besó.

-Es sólo que prefiero sufrir estos meses a que algo te pase…

-Estaré bien…

Kagome asumió una posición un tanto incómoda, con sus manos apoyadas sobre el colchón, a la par con sus hombros y sus piernas flexionadas hacia atrás.

-Amor… eso se ve incómodo…

-Ya verás…

Inuyasha sonrió. Cada vez que su mujer hacía algo así los dos terminaban locos y exhaustos, después de experimentar un orgasmo celestial. Siguió sus instrucciones y deslizó sus piernas flexionadas debajo de ella, para brindarle soporte, de inmediato notó que sus sexos quedaban a la altura exacta. Se inclinó sobre ella y la besó entre los senos.

-Estás lista, mi amor?

Inuyasha la sintió devorarlo a medida que entraba en ella y se perdía en su calor. Kagome dejó escapar un gemido al sentirlo dentro de ella, hacerle el amor, sólo como él sabía, con una calma que la desesperaba, pero con una pasión que desbordaba todo lo que estaba contenido en su interior. Se escuchó gritar mientras Inuyasha mismo llegaba a su límite. La muestra de su pasión quedaba impregnada en aquellas sábanas, que empapadas, albergaban los cuerpos cansados y revitalizados de dos amantes.

Inuyasha abandonó su interior con lentitud, provocando que su mujer, aún sensible, se estremeciera. Sonrió y se acomodó a su lado recibiéndola entre sus brazos.

…………………………

Rin terminaba de preparar la cena cuando tocaron la puerta. Abril corrió a abrirla y Rin sólo escuchó su risa y chillidos. Sesshoumaru la cargó y la llenó de cosquillas. Al llegar donde Rin, la besó en la mejilla.

-Preciosa…

Rin sonrió mientras veía a contraluz la silueta de su pequeña sobre los hombros de él.

-Me alegra que pudiste llegar.

-No me lo perdería por nada en el mundo.

Durante la cena, Sesshoumaru le propuso a Rin unas vacaciones.

-Vacaciones?

-Si, te gusta el frío?

-Pues sí…

-Podemos ir a las montañas, desde que Abril entre de vacaciones hasta el 23 y estaremos aquí para noche buena.

-No lo sé…

-Sí! Mami, porfa, di que sí!

Rin hizo una mueca como si lo pensara mucho y luego asintió.

-Está bien.

-Sii!

Después de la cena, Sesshoumaru cargó a Abril y la llevó a su cama. Al volver a la sala, abrazó a Rin y la besó apasionadamente. Se quedó tranquilo y sonriente mientras ella acariciaba su rostro con sus manos.

-Te han dicho que eres bellísimo?

Sesshoumaru rió mientras la abrazaba por la cintura.

-Gracias, preciosa…

Rin sonrió. Sesshomaru le dio incontables besos.

-Sabes algo? Creo que mejor me voy… es muy tarde…

Sesshoumaru recogió sus cosas y se dirigió a su auto. Pero éste no quiso encender. Tocó la puerta nuevamente.

-Preciosa, conoces algún teléfono de taxi?

-Qué pasa?

-Mi auto se dañó…

-No conozco ninguno, pero ahí está la guía telefónica…

Sesshoumaru llamó a varias compañías y no logró conseguir un taxi disponible. Rin lo besó en la mejilla.

-Porqué no te quedas a dormir?

-Tengo ropa en el auto… y este sillón parece cómodo…

Rin rió.

-Es cómodo, por eso, yo dormiré aquí…

-Qué? Claro que no! Porqué rayos tienes que dejar tu cama?

-Porque eres mi visita y debo ofrecerte lo mejor…

-No, preciosa, vete a tu cama. Yo me las ingenio aquí…

Rin acarició su rostro.

-Sesshoumaru…

Sesshoumaru la besó con ternura.

-Hazme caso, mi amor…

-Ven, para que busques unas sábanas y almohadas.

-Está bien…

Subieron las escaleras y hasta la habitación de Rin. Ella le dio un par de almohadas y un juego de sábanas.

-Puedes usar mi baño o el de Abril… o el del pasillo, como gustes. En los clósets de los baños están las toallas…

Sesshoumaru la besó.

-Gracias, preciosa…

-No es nada.

………………………

Sesshoumaru estaba acomodándose en el sillón, cuando la vio bajar las escaleras, vestía una yukata color lila.

-Estás bien?

-Sí…

Rin se sentó a su lado.

-Quieres que te apague la luz?

-No, así no podrás ver…

Rin se inclinó sobre él y lo besó. Ese beso fue haciéndose más apasionado y más profundo. Tanto que buscando comodidad, Rin estaba acostada sobre él y él la abrazaba con sus fuertes brazos. Cuando rompieron el beso, y concientes de su situación, lejos de separarse, Rin se acomodó en su pecho.

-Ven a dormir conmigo…

-Rin…

-Mi amor, no voy a dormir si sé que no estarás bien.

-Nunca dejas de insistir?

-No. Y eso lo aprendí de ti.

Sesshoumaru sonrió y la acompañó escaleras arriba. Una vez acostados, sin intención alguna, terminaron abrazados. Sonrieron.

-Dulces sueños, preciosa…

……………………………

Rin y Sesshoumaru dormían abrazados cuando Abril entró corriendo a media noche.

-Mama… mama…

Gritó al notar que no era su madre quién estaba en la cama. Rin y Sesshoumaru despertaron exaltados. Rin encendió la luz.

-Abril, qué pasa?

-Rayos…

En ese momento relampagueó y tronó.

-Ven, mi amor…

Abril se acomodó al lado de Rin.

-También le tienes miedo a los rayos?

-Sí… al parecer sólo tu mami es valiente…

Abril sonrió.

-Verdad que sí?

-Vamos a dormir… Abril, amor, no quieres ponerte en el medio?

Abril se acomodó entre ellos. Sesshoumaru sonrió y la besó en la frente.

-Ya no tienes miedo?

-No, tú tampoco?

-No… sabes qué? Ya soy fuerte. Y voy a ser fuerte por ti y por tu mami. Te parece bien?

-Sí!

Sesshoumaru sonrió. Poco después, Abril dormía entre ellos dos.

……………………………

N/A: Gracias a todas que me brindan su apoyo capítulo tras capítulo. Espero que les guste el rumbo que va tomando esta historia y que las que me conocen, no me quieran matar cuando haga de las mías.

Espero que les haya gustado. Besitos. Mizuho