Estoy enfermo Kai.

Capítulo 6.

Dos días más. 48 horas de tranquilidad y monotonía, en donde Kai se maravillaba con pequeñas y sutiles muestras de confianza de parte de Rei.

Bajar a la cocina, subir al techo, aceptar los pasteles o sonreír de vez en cuando comenzaban a hacerse hechos cotidianos entre ellos.

Sin embargo, a medida que Rei liberaba su espíritu... Kai parecía aprisionarlo a cada momento.

La duda llenaba su corazón: su prima no llegaba, y si bien Kon mostraba amplias mejorías... también mostraba una lejanía que le rasgaba el alma como las garras de Driger.

Todas estas cosas y muchas más llenaban la mente y el alma del ruso, mientras jugaba con un trozo de carne que tenía al frente. Estaba feliz, pues el filete lo había hecho Rei para él pero...

--¿No comes Kai?

--¿Eh?

--Llevas 10 minutos jugando con eso –dijo con cierto tono de reproche –Si no te gusta dímelo...

--Eh, no, lo siento... Solo... estaba distraído.

--Oh.

'Oh'. Hiwatari miró de reojo a Kon mientras comenzaba a comer. ¿Qué clase de respuesta era 'oh'?. Él había presentado claramente una inquietud: 'Estaba distraído'. Hiwatari Kai no se distraía. La respuesta correcta era '¿Qué te ocurre Kai?, ¿necesitas algo?'. Pero no. Solo un miserable 'oh'. Un miserable 'No me interesa y come'

--¿Rei? –dijo cuando por fin terminó su estofado, luego de una comida completamente muda y monótona.

--¿Mm? –musitó mientras lavaba la loza, sin poner mayor atención.

--Hoy veremos tus heridas –escupió lleno de rabia –y no acepto una negativa ¿me oíste?

Rei iba a quejarse del tono de voz empleado por su compañero, pero el contacto del agua jabonosa con una quemadura en su muñeca derecha lo hizo callar. Quizás sería bueno acceder.

--Como quieras.

Kon saltó de su posición al sentir el golpe que Kai descargó sobre la mesa. Con ojos preocupados lo observó irse furioso, dando un portazo que hizo temblar la cocina entera.

--¿Qué le pasa?

Entonces se escucha. DING DONG. La puerta.

--¿Visitas?, Kai no me dijo nada… ¿Será…? –su cuerpo tembló de miedo y emoción al pensarlo -¿podría ser... Bryan?

Confundido, Rei se apoyó en el lavaplatos, ya que sus piernas no parecían poder sostenerlo. Temblaba. Pero era miedo lo que sentía exactamente.

--Yo... que Kai vea... es el dueño de casa, yo solo soy una visita... Que el... que el se encargue... esta mansión no tiene sirvientes, al menos no visibles, así que...

Ding dong

--No Rei, no te corresponde... Además, si fuera Bryan, no podrías huir... podría lastimarte y Kai ni cuenta se daría...

Ding dong...

Tímidamente la puerta comenzó a abrirse. La mano de Rei tiritaba sujetando el pomo de la puerta, mientras el sol de la tarde entraba por el espacio dejado por el umbral.

--¿S-si?

--Hola, ¿está Kai? –sorprendido por la voz femenina, Rei levantó los ojos. Una mujer alta, de largo cabello platinado (casi blanco) esperaba al otro lado de la puerta. Tenía la piel clara, y unos ojos violetas profundos y rasgados.

--C-claro... –Kon seguía observándola y ella sonri

--¿Puedo pasar?

--¿Eh?, ¡lo siento!, lo siento...

--No te preocupes.

La mujer pasó junto a Rei, sin apartarle la mirada.

--¿Tú eres Kon Rei verdad?

--Si... ¿cómo...?

--Lo supuse –Rei sonrió. Esa mujer no dejaba de hacerlo. Pero algo en ella le tranquilizaba... era una agradable sensación.

--Avisaré a Kai... eh, disculpe ¿cuál es nombre?

--Anika, por favor. Dile que Anika ya llegó.

--Bien.

El chino dio la vuelta y trotó suavemente hacia las escaleras. Suponía que Kai estaba en su habitación. En tanto, Anika lo miraba con sus perlas violetas rasgadas y entrecerradas, en un gesto frío y calculador.

--Te lo demostraré Abuela... Anika Hiwatari no se equivoca...

[Flash back] (odio poner estas cosas, pero bueno...)

--Ya era hora que llegaras.

--Lo siento Abuela, pero los experimentos tardaron un 3.58%.

--¡Te dije claramente que era Kai quien te necesitaba!

--Abuela, el Proyecto está a tres semanas de finalizar y...

--El proyecto esperará.

--¿Qué?... ¿no me digas que quieres que yo...?

--Accederás al favor de Kai y te quedarás con él el tiempo que sea necesario ¿entendiste?

--¡Pero...!

--¡Nada de peros Anika!, ¡es una orden!

Ella bajó la cabeza y mordió su lengua. No por la orden, ni por la petición, sino por la obligación de dejar su amado proyecto por quizás que bobada.

--Kai te explicará con detalle...

--Estoy al tanto de la situación. –dijo molesta - Kon Rei necesita un médico porque está mal de la cabeza y prefiere al maniático sádico antes que al 'tierno corazón' de mi primito.

La mano de Anastasia se estrelló contra la cara de su nieta con tal fuerza que Anika fue directo al suelo.

--¡Tu primo merece toda nuestra ayuda!

--Y no veo porqué. ¡Es igual que nosotros, que se las arregle solo!. Si quiere al chico que se deshaga del otro y lo mantenga en la mansión, ¡no veo porqué tengo que abandonar mi proyecto para ayudarle en un problema tan estúpido!

--Harás lo que yo diga ¿me oíste Anika? –dijo con ese siseo de serpiente y esa voz de hielo que todos, incluida su nieta, temían tanto –Si no, perderás algo más que el proyecto...

Con esa elegancia y superioridad que solo ella tenía, dio la vuelta y se alejó de Anika, deteniéndose solo un momento frente a la puerta.

--Hoy en la noche estarás en la mansión Hiwatari.

La puerta se cerró con delicadeza. Anastasia Strauss nunca mostraba su furia en público, y si lo hacía, siempre tenía una salida glamorosa. Anika, en tanto, se levantó lentamente y limpió la sangre de su labio.

--¿Kai diferente de nosotros?, ¿eso piensas Abuela?, jajaja... Pues te lo voy a demostrar. Iré a esa casa y te demostraré que Kai es como todos nosotros... y peor, te mostraré que es igual que yo... Solo tomar y disfrutar.

[Fin flash back]

***

Rei caminaba por el pasillo hacia la habitación de Kai. Sus pasos eran sigilosos y graciosos, casi como los de antes. En sus labios, una melodía tarareada salía espontáneamente, y sus ojos iban completamente cerrados. Hacía mucho que no practicaba la agudeza de su oído y la seguridad de su caminar.

Sin embargo, de un momento a otro, su cuerpo se vio arrastrado hacia una habitación con fuerza. Al abrir los ojos pudo ver a Kai jalando de él, mientras en la cama se veían los artículos de curación y primeros auxilios.

--Eh... Kai... creo que eso tendrá que esperar.

--Nada de eso –respondió con frialdad.

--Pero...

--Nada de peros...

--Anika –dijo de pronto, y se sorprendió del resultado. Hiwatari detuvo todo movimiento y miró su cara con sorpresa .

--¿Anika?

--Te espera abajo, acaba de llegar.

--¿Estás seguro? –él asintió –¡Estupendo!

Kai salió corriendo de la habitación sintiendo que el corazón le saltaba en el pecho. ¡Por fin su prima había llegado!. Ella sin duda era la más indicada para ayudarlo... siempre había sido accesible con él, y sabía que no le fallaría en esta oportunidad. Nadie más podía atender a Rei, Kai no confiaba en nadie más.

Mientras, en el dormitorio, Rei observó su soledad y frunció el ceño, cruzando los brazos.

--¿Quién es la tal Anika?

Si se hubiera dado cuenta de su actitud, hubiera reído. Estaba celoso.

***

--Vaya, ¿desde cuando aceptas visitas en tu casa Kai?

Bryan sonrió desde las afueras. Esta vez su figura se escondía detrás de los numerosos árboles que bordeaban el exterior de la Mansión Tétrica.

--Paciencia, paciencia... pero debo apresurarme o me quitarás a mi gatito... a él le encanta jugar con quien esté cerca. Siempre suele ir con quien le ofrezca mejores lujos...

Una sonrisa calmada y sobradamente confiada. Kai no podría mantener a Rei s su lado con la actitud que llevaba... pero esa mujer... había visto sus ojos. Eran los ojos de Voltaire... ojos de frialdad viva, de superioridad y planes... Sabía que su llegada sería un problema...

--Incluso... No, es ridículo... yo no puedo sentir miedo–por un instante su semblante cambió de neutralidad a preocupación –Esa mujer es peligrosa...

continuará...

Notas: Sé que es cortito para todo el tiempo que lleva, pero estoy bloqueada completamente. Espero de todas maneras que les haya gustado. ¡Nos vemos!

Rio.