Estoy enfermo Kai.

Capítulo 8.

La enorme mansión estaba bajo la tiranía del silencio que reina en las mañanas. Eran las seis con quince. La casa relucía como siempre, bajo el trabajo de sirvientes que parecían invisibles o inexistentes. Los rayos de sol entraban débilmente por entre las cortinas abiertas, haciendo juegos de sombras con el suelo y las alfombras. Cada rayo era despedazado por la fina madera labrada de los muebles antiguos y valiosos, herencia de una generación de antepasados poderosos y altivos, quizás menos ambiciosos y fríos, pero igualmente arrogantes y calculadores.

En medio de ese irreal espectáculo que era la Mansión Hiwatari en la madrugada, el humo de un cigarrillo encendido se elevaba intentando tocar el cielo. Cada nube de nicotina se desvanecía a pocos metros del suelo, fracasando una y otra vez en su intento. Quizás el hecho de estar en las bajezas del cenicero y no en la orgullosa altura de la mano fina era la diferencia. Quizás el no ser expulsado de esos labios pintados seductoramente de rojo y negro, quizás simplemente el hecho de que el techo de la sala estaba a casi una decena de metros sobre la cabeza.

El sonido de los tacos agujereando el suelo resonaba en todas partes, como si de una cueva tétrica se tratara. Los pasos se acercaban a uno de los sillones con femenina regularidad: calma y sincronización. Toc, toc, toc, toc. El mullido sillón recibió el peso de la mujer, amortiguando todo daño. Como una reina, Anika cruzó sus piernas y comenzó a pensar, sabiendo que de su matutina meditación podría depender el futuro de su "Operación Sueños Rotos". Su aire de poder y majestad se veían contrariados por su ceño delicadamente fruncido. La primera pregunta que asaltaba su mente era porqué había puesto tan ridículo nombre a su proyecto de investigación. "Sueños rotos".Quizás la idea de romper la falsa esperanza de su Abuela con respecto a la condición mental de su pequeño y adorable primo Kai.

--En el conocimiento no hay bien ni mal.... -pensó.

Bien, el silencio le ayudó a deducir rápidamente la primera de las respuestas que necesitaba. Pregunta número dos: ¿Cuál era el excesivo interés de Kai en terminar 'limpiamente' todo este embrollo de su amigo con el chico de Patrón Azul?. Y esta pregunta, para su dolor de cabeza, traía otra a la cola: ¿porqué no arreglar las cosas... 'a lo Hiwatari'?. Bryan no era un muchacho importante, y la Abadía, como centro de entrenamiento tanto como escondite de BioVolt, estaba perdida. Nadie notaría la desaparición del muchacho. Quizás...

--El chico chino debe haber buscado refugio en él... por lo tanto lo último que Kai desea darle es la imagen de un asesino. Quizás está evitando parecerse a Bryan...

Pero habían tantas maneras de deshacerse de ese tipo sin que lo notara Rei... Aunque si lo pensaba con calma... todos los contactos que Kai pudo haber tenido para este trabajito eran los contactos que BioVolt usaba, o que Voltaire usaba. Ahora que ambos estaban destruidos, lo más seguro es que toda la escoria que hacía la parte sucia de la asociación del marido de su Abuela se hubiera esfumado.

Excelente. Pregunta dos y dos punto dos con respuestas satisfactorias.

Ahora... su mayor dolor de cabeza desde la noche anterior. La piedra angular de todo el problema...

--¿Porqué Rei cayó en el juego de Bryan?

Patrón Amarillo contra Azul. Espectros completamente opuestos, asimétricos. Incompatibles. Pero al parecer Kon parecía un 'caso especial'. Según su expediente podía ser tan calculador como Tala, tan frío como Kai, tan cruel como Bryan o tan prepotente... como ella. Una interesante mezcla sin duda.

--¿Podría ser que el chico tuviera algún problema psicológico?

Masoquismo sin duda alguna. Sus fuentes le habían dado pelos y señales de todo lo que pasaba entre él y Bryan. Y sin duda podía decir que el chico era un masoquista crónico, de esos que necesitan hospitalización. Ahora, ¿porqué un muchacho como él, guapo, capaz, hábil y con todo un futuro, era masoquista?. Ella mejor que nadie sabía que estas cosas no nacen de la nada, aunque las teorías sobre la predisposición genética todavía no estaban terminadas ni aclaradas.

--Masoquista... deseo y placer en el dolor... en el saberse sometido y humillado... Como si fuera culpable de algo y deseara castigo... Un pecado mortal, tan grave que solo el dolor es redención... La doblegación total del orgullo y el valor de la vida... Los sentimientos en el barro, arrancados de golpe y de raíz por un ser superior en fuerzas y voluntad. El castigo... de sentir dolor...

--Cuando aceptas el castigo en silencio es porque reconoces que haz cometido un error. Cuando buscas el castigo, es que ese error te ha quitado la razón. Cuando no lo deseas, es cuando estás muriendo. Cuando nace en ti, firmas tu sentencia de muerte. Los sentimientos generan la culpabilidad que quieres, deseas y exiges, sea castigada.

--Sentimientos culpables...

Una idea nació en su mente, y la analizó con matemática frialdad. Era posible... era 'medianamente' lógico. Tenía coherencia.

--Realmente es algo como para desear castigo... -dijo con una media sonrisa, la cual se borró casi al instante. Si su teoría era correcta... nada de lo estuviera en sus manos, ni en las de nadie, serviría. -¿Podrías cambiar las cosas Kai?.

Pregunta tres, casi contestada.

El sonido del reloj la sacó de su pensamiento. Las siete en punto. El sonido leve que llegaba hasta sus oídos le indicaba que el movimiento empezaba en la Mansión.

--Bien, itinerario de la mañana. Antes que nada y después de todo, desayunar. -una enorme sonrisa surcó su rostro -¡Mis contactos me han dicho que Rei cocina maravilloso! --Buenos días Anika. -sorprendida, ella mira hacia atrás y encuentra a su primo ya vestido y listo --Buenos días Pequeño Kai. ¿Tan madrugador como siempre? --Aprendí de ti. ¿Sigues despertando al sol? --Sabes que ese sol es un perezoso y le cuesta mucho levantarse -sonrió -¿Desayunamos? --Rei bajará pronto. No le gusta madrugar, pero últimamente duerme poco, por lo que pasaremos a desayunar en menos de media hora. --¡Estupendo!

Aplaudiendo con sus blancas y delicadas manos, Anika se acercó a Kai. Hiwatari dio un respingo y apartó la mirada.

--¿Qué pasa Kai?, ¿te molesta mi perfume? --N-no... no es nada.

Pero ella sabía que si. Y sabía qué era y porqué se producía. Y también sabía que efecto causaba en su primo, y esperaba que eso generara la reacción deseada porque estaba congelándose, y no se resfriaría sin motivo. El primero de sus experimentos debía funcionar.

Mientras el chico se dirigía a las habitaciones a despertar a Rei, ella repasó su tenida matutina. Las largas botas negras que llenaban de sutiles "tac tac tac" toda la mansión. Su falta blanca sobre la rodilla con tajos a ambos lados, hasta el cinturón mismo de la prenda. Un pequeño hot pans negro (*) y su peto (o top) del mismo color. Al mirarse sonrió. Quizás tuviera 28 años, ¡pero realmente se veía estupenda!. Sus ojos violetas miraron el reflejo con frialdad mientras la larga melena alba era acomodada... Celos. Eso era lo que buscaba. Una prima que no ve hace mucho a un primo es una excusa más que perfecta para acercamientos y "situaciones". Una prima de excelente figura y un primo de apariencia más que exquisita son casi una razón para una escena de celos controlada.

--Vamos Anika... si coqueteaste a su hermano, ¿porqué no hacer un poco con Kai? -se dijo a si misma, recordando por un leve momento a Taichi, hermano mayor de Kai, a quien este nunca conoció. Por primera vez sus ojos violetas, eternamente chispeantes, se apagaron un poco. -No, no Anika. No te apenes. Sabes que ya nada se puede hacer. Ahora te debes concentrar en Kai, solo en Kai.

Con un suspiro, se retiró a esperar la llamada de desayuno en su habitación. Por un momento la imagen de Taichi había vuelto a su mente, y eso la desconcentraba un poco. Aunque si de pensar en él se trataba... no había día que no lo hiciera. Junto a su primo habían perfeccionado a los quince años la teoría del Prototipo de Conducta, la piedra angular de todas y cada una de sus investigaciones. Sin embargo, de ahí a recordar los ojos escarlatas de Tai, su piel clara o su cabello azul pizarra... eso era otra historia.

--Sus ojos se parecen tanto a los tuyos Tai... -dijo apoyando la frente en la ventana fría -que quizás me cueste un poco este experimento. Pero voy a hacerlo... tengo que hacerlo. Kai es como tú y como yo, y eso la Abuela debe verlo. Y Rei es el instrumento ideal para demostrarlo...

"¡A desayunar!". Sonrió. No sentía remordimiento ni pena alguna por estar usando el problema de su primo para demostrar su teoría.

--Antes del trabajo, la comida. -se dijo sonriendo.

Sin duda alguna, ese sería un buen día.

Continuará...

Notas: Bien, relleno y puro relleno. Más que nada lo pongo porque sé que mis pobres neuronas ya no aportarán nada nuevo en este cap. Espero que el siguiente sea mejor. Es más, este cap es tan pero tan de relleno, que ni siquiera contestaré reviews... La gente que lee este fic no merece cap tan malos como este.... Rio.