Capítulo 6

Cerró la puerta tras de sí, apoyándose en ella y dejando salir un gran suspiro de frustración. Sabía que no había sido de las mejores excusas que podría haber inventado, pero parecía haber convencido a Draco.

"A quien tratas de engañar, Hermione. Malfoy es el único que puede decir con los ojos cerrados si lo que dices es cierto o no"

No importaba cuan creíble hubiese sido su mentira, él sabría con sólo escucharla que lo que había dicho no era verdad. Pero claro, tampoco podría adivinar el verdadero motivo de su presencia en su habitación, aunque podría sacar conjeturas fácilmente. Draco parecía tener una facilidad heredada para asociar cosas, sacando conclusiones rápidas y efectivas. En realidad la razón por la cual lo lograba era por que era poseedor de una inteligencia privilegiada. Durante todo el tiempo que estuvieron juntos nunca lo había visto estudiar antes de rendir un examen. De hecho, nunca lo había visto tomar apuntes en clases, o preocuparse de no tenerlos. Simplemente estaba atento y de vez en cuando (y solo cuando se le daba la gana) leía algún libro de Runas, Transformaciones o Pociones (sus materias favoritas). No estudiaba nada y sacaba las mismas notas que ella sacaba con horas de preocupación. Siempre pensó que si Draco hubiese estudiado para algún examen, habría sacado una nota no existente. Aunque las atribuciones de eso eran de su madre. Desde muy pequeño le enseñó que los libros eran tesoros de sabiduría. Y era por eso que, si bien no leía los libros que debía leer, pasaba tardes completas con alguno en la mano, enterándose de cosas que mas tarde aplicaba y asociaba con lo que escuchaba en clases.

Una de las cosas que Hermione lo persuadió a hacer, fue leer literatura muggle. Al principio se negó rotundamente, alegando que el se mantendría fiel a SU literatura, y que no traicionaría el esfuerzo que los magos por leer algo que, según él, sería totalmente inútil. Hermione sabía que le agradaba leerla, pero el nunca lo aceptó, alegando que leía ya que debía ver por sus propios ojos como los magos eran mejores que los muggles en todo sentido, a lo que ella reía mientras Draco la miraba con el seño fruncido.

Extrañaba aquellas horas en las que la noche los encontraba apoyados en algún árbol en los alrededores del Bosque Prohibido, Draco apoyado en el árbol, leyendo, mientras Hermione lo observaba apoyando su cabeza en su regazo. Era en esos momentos cuando le parecía tener el mundo a sus pies, rodeada de tanta belleza, felicidad y tranquilidad.

La verdad era que Draco había llegado a su vida en el momento mas indicado. Durante toda su vida la gente le había exigido. Al principio era ella la que deseaba estar en primer lugar, destacarse, ser importante. Luego sus padres, al ver de lo que era capas su hija comenzaron a pedirle cada vez mayores logros. Luego en Hogwarts, si había algún detalle fuera de lugar, los profesores le preguntaban si le ocurría algo o si todo estaba bien, si sus amigos no la veían con un libro en la mano pensaban que estaba enferma, y la verdad era, que estaba harta. Lo único que necesitaba era alguien que le dijera que todo estaba bien, que lo que hacía, lo estaba haciendo bien, que no se preocupara. Ella solo necesitaba un apoyo. Alguien que la ayudara a superar las noches de insomnio, o las pesadillas en las cuales volvía a ver a su madre con ese hombre una y otra vez, que lo hiciera sin preguntar. Y el apoyo llegó, y de la forma menos esperada.

FLASHBACK

-Mmm....Profesor?

-Dígame, Longbottom – gruñó Snape mientras se sentaba en su escritorio.

-P-podría usted decirme nuevamente en que pagina esta la poción que debemos preparar?

-Búsquelo en el índice – respondió secamente.

-Em... ve-verá... – balbuceó. Snape levanto la mirada.

-POCIÓN MENSAPERIRE, LONGBOTTOM!! CUANTAS VECES DEBO REPETÍRSELO?! CINCO PUNTOS MENOS PARA GRIFFINDOR!! – le gritó mientras Neville asentía con la cabeza tratando de meterse bajo la mesa para evitar quemarse por si a Snape le salía fuego por la boca.

-Si....gracias, pero, Profesor?

-Que sucede ahora?

-E- es... es solo que....verá.....no tengo compañero, profesor...- Snape lo observó, mirando luego a la clase. Todos tenían ya un compañero, excepto Malfoy, que acostumbraba trabajar solo. Darle un acompañante hubiese sido un desperdicio, el muchacho era brillante en pociones. Bien, esta vez harían una excepción, claramente que beneficiara a Malfoy. Dejaría que se entretuviera un rato.

-Bien. Potter, aquí, con Longbottom! Granger, usted con Malfoy- miró a la chica con satisfacción.

Draco levantó la vista hacia su Profesor de Pociones, extrañado de q le diera un compañero, sobretodo a Granger. Esta sería una clase para recordar.

La poción asignada era especialmente interesante. Había leído sobre ella en algún libro. Permitía a quien la tomara leer la mente de la persona sobre la cual se fijaran los ojos. Si, una clase memorable.

Observó a Granger mientras Snape le ordenaba que se sentara junto a él.

Era gracioso, la verdad.

Granger nunca había mostrado ningún tipo de miedo hacia su persona. Seguramente no tenia dudas de que iba a convertirse en un Mortífago, y que lo primero que haría sería eliminarla de la faz de la Tierra. Y, teniendo en cuenta que cada vez que la veía le recordaba que no era digna ni siquiera de saber que los magos existían, su comportamiento era algo extraño. Y le gustaba.

Discutir con Weasel o incluso Potter no era lo mismo que con Granger. No lo admitiría nunca, pero Granger tenía clase para enfrentarse a él.

Weasel, y estaba seguro de que era cierto, no alcanzaba ni siquiera a entender que era lo que él le había dicho, cuando se lo encontraba caminando hacia él con la mano empuñada hacia su nariz, por supuesto que con Potter agarrándolo por atrás de la túnica. Tanto él como Draco sabían que Weasel no le habría podido tocar un pelo sin haberse encontrado con el frío piso de roca antes. Malfoy era especialmente rápido y especialmente fuerte. Potter sabía que su amigo no era rival para él.

Después estaba el Cara-rajada Potter. Era menos impulsivo y algo más inteligente que la Comadreja, pero como sus conocimientos eran extremadamente limitados, lo dejaba callado fácilmente. Definitivamente no estaba a su altura.

Granger era diferente. Era extremadamente reflexiva, rápida y vivaz de mente. Era inteligente y era altiva. A pesar de todo lo que Malfoy le decía, siempre caminaba con su cabeza erguida. En cierto modo, casi la respetaba. Casi.

Discutir con Granger era como discutir con una Enciclopedia. Era capaz de rebatir todo. No se callaba a menos que hablaras de algo que no sabía, lo cual no ocurría con la gente común, por lo cual, era siempre ella quien quedaba con al última palabra. Pero, por supuesto, él no era gente común. Él sabía más que Granger, y en muchos aspectos.

Para derrotarla bastaba decir una frase que tuviese algún tipo de contenido sexual. Se espantaba. Era entre gracioso y repugnante.

Aún le daban ataques de risa (privados, los Malfoys NO tienen accesos públicos ni privados de ninguna emoción) cuando se ponía a pensar en las caras que ponía cuando se dirigía a ella con alguno de los sobrenombres que le habían llegado un día a la cabeza: "Virgen histérica", "Frustrada sexual" y "Castor (o Ratón, dependiendo de la ocasión) necesitado". Incluso le había dicho un par de veces que necesitaba urgentemente que alguien le "hiciese el favor", a lo que la chica respondía escandalizada mientras Potter sujetaba a Weasley tratando de evitar que se ganara una porrada por tratar de defender el "honor" de su amiga.

Si sacaba el aspecto sexual de sus discusiones, estas eran bastante agradables. Ya estaban algo acostumbrados a seguir caminando mientras continuaban discutiendo hasta que ya no se escuchaban más y podían decir que la discusión seguiría luego para ver quien sería el derrotado. Tenían ese juego desde hace 2 años y aún no había un ganador...

Detuvo su pequeño recordatorio al sentir a Granger tomar asiento a su lado.

-Granger- saludó con un pequeño asentimiento con su cabeza.

La chica se giró hacia él asintiendo tambien con la suya.

-Malfoy.

-No hables, no te muevas, no hagas ruido, no respires muy fuerte, no me mires, no me admires (aunque no te culpo si no logras controlarte), no te rías, no me interrumpas, no me hagas preguntas y por sobre todo, NO ME DISCUTAS. Yo trabajo solo, por lo tanto trabajaré solo.- acabó de recitar mientras Hermione lo miraba sin decir absolutamente nada.

-Está bien- respondió totalmente despreocupada, volviendo a girarse para preparar la poción ella sola en su caldero.

Malfoy estaba desconcertado. No le había discutido! Pero que diablos le sucedía a esa chica? Lo había ignorado completamente dejándolo con todo el resto de entretención que tenía para aquella clase. Si ella no le alegaba algo, no iba a poder discutir. Si no podía discutir, tenerla sentada a su lado sería un completo desperdicio! Debía hacer algo.

Se le vino a la mente el siempre confiable plan B, más conocido como "Cualquier cosa que tenga que ver con el sexo". Sonrió para sus adentros. Era tan predecible su comportamiento cuando le soltaba aquel tema.

-Oh, por cierto, Granger. Oí sobre un curso intensivo práctico de Educación Sexual para novatos. Creí que sería muy apropiado que lo tomaras, así es que te inscribí. Tu pareja será Goyle y el profesor encargado será McGonagall. Empiezas el Lunes.- disfrutó inmensamente la cara de horror que había puesto la chica. Se drenó de todo color y estuvo casi seguro que se desmayaría en cualquier minuto. Pero qué demonios le había sucedido a esa chica que no soportaba ni oír la palabra sexual?

-Tu......tu no......- tartamudeó un par de veces hasta que repentinamente el color le volvió a la cara llenándole las mejillas de un rojo carmesí que la hacía ver muy infantil.- Maldito hurón- le dijo mirándolo con intenso odio. Draco le dirigió una mueca de soslayo.

-Mi deleite es tu tortura, cielo- le dijo guiñándole un ojo. Siguió mirando los ingredientes completamente satisfecho de sí mismo. Siempre funcionaba.

Cuando su poción estuvo terminada, Snape se dirigió hacia su puesto para la evaluación técnica. A su lado, Granger tambien había terminado, pero Snape no le hizo ni el menor caso.

-Excelente señor Malfoy. 10 puntos para Slytherin- Draco le dirigió a Hermione una de esas miradas llenas de orgullo y superioridad que tanto odiaba. Después de terminar de adular a Malfoy, Snape se dirigió a toda la clase.- Una vez terminada la poción, viértanla en sus botellas y largo de aquí. Y no, señorita Parkinson, no puede probar ni guardar la poción.

Snape se dio media vuelta dirigiéndose a su escritorio mientras le gritaba a Pansy antes de que hiciera su estúpida pregunta y así no tener que escuchar su molesto tono de voz.

Si bien todo el mundo hacia caso a Snape, era por el pánico que les causaba llegar a tener un problema con él, pero como Draco no contaba con ese obstáculo, lo primero que hizo después de que Snape se volteara, fue llevarse un trago de poción a la boca. Si Hermione hubiese estado preocupada de él y no de que la poción no cayera en ningún lado que no fuese su botella, hubiese intentado detenerlo. Lamentablemente, para el tiempo que había terminado su tarea, lo único que notó fue a Malfoy mirándola intensamente con una cara indescifrable.

Al principio se quedo mirándolo algo sorprendida por su actitud, para después empezar a preguntarse que era lo que le sucedía a Malfoy para que estuviera mirándola así. Tenía el seño fruncido y sus ojos estaban centrados en los suyos con un aspecto que, si su cara lo hubiese demostrado, sería de concentración.

Estuvieron mirándose por lo que parecieron horas, hasta que Hermione se dio cuenta de que era lo que sucedía. Malfoy le estaba leyendo la mente! El maldito había bebido la poción si permiso de Snape y estaba entreteniéndose a costa de ella! ¿Qué estaría mirando que era tan interesante? La realidad la golpeó. "Mi madre. Va a averiguar sobre mi madre!!"

Después de tomar la poción, Draco centró sus ojos en su compañera de banco. Vaya que la mente del Ratón era interesante. Vio con algo de diversión (oculta) como la expresiva cara de Granger cambiaba de sentimientos. Primero la curiosidad, pasando luego de un rato a la sorpresa, mas tarde a la incertidumbre, para terminar en aprensión. Sin duda la chica sabía lo que estaba haciendo. Y, como el lo imaginaba, si tenía algo de cerebro ni siquiera intentaría decirle algo a Snape. Sabía que si lo hiciera, sería como decirle a un adicto al chocolate que este produce diabetes. Una completa inutilidad.

Lo primero que pensó Hermione fue decirle a Snape lo que Malfoy estaba haciendo, descartando rápidamente la posibilidad al recordar el fanatismo que tenía su profesor por el chico. Volvió a mirar a su compañero, que ahora SI tenía una cara curiosa. El seño aún mas fruncido, su boca en una mueca de desagrado y sus pupilas peligrosamente dilatadas. Lo estaba viendo!! Estaba viendo a su madre! Y definitivamente no quería que fuera a ver el resto. Se levantó rápidamente de su puesto, y sin ni siquiera mirar al profesor, salió de la sala. Una vez afuera, comenzó a correr al primer lugar que se le vino a la mente, la sala común. El hurón no la encontraría ahí. Con lo que ella no contaba era con que Malfoy saldría corriendo tras ella para tratar de terminar de ver la repugnante escena que acababa de presenciar, y que seguramente era tan solo la introducción para lo que venía después. Pensó en correr tras ella, pero tras meditarlo un poco mejor, decidió que sería mucho mejor tan solo trasladarse.

Hermione corría a todo lo que le daban los pies, pero fue detenida por un "plop" a unos cuantos metros de ella ,encontrándose seguidamente con los ojos de Malfoy, que sin perder tiempo volvieron a su trabajo casi bebiéndose lo que su mente les mostraba. Hermione estaba aterrada. Si Malfoy continuaba leyendo su mente se enteraría de todo, para luego amenazar con divulgar su secreto si no hacia lo que él quisiera. Tenía que escapar, como fuera.

-Hazte a un lado, Malfoy- le dijo con una voz que aparentaba ser segura, pero que se oyó más como una súplica.

-A menos que quieras hacer esto por la fuerza, te recomiendo que te quedes quieta, Granger. No vas a poder escapar de mí y eso lo sabes- su amenaza terminó de espantarla. Malfoy se estaba acercando peligrosamente a ella, haciéndola sentir atrapada.

-Detente!- se llevó las manos a la cabeza, en un intento por proteger lo que en ella se encontraba, mientras le gritaba que no se acercara más.- Malfoy, detente! No te acerques!!!- estaba acorralada en la pared con los ojos cerrados y con las rodillas comenzando a fallarle. Ya estaba perdida. Malfoy ya había ganado. Había ganado y lo vería todo.- Detente, si? Déjame en paz, Malfoy...- le rogó ya con lágrimas en lo ojos.

-Deja de llorar y quédate quieta!! Maldición, Granger! Que diablos puede ser.....tan...

Y eso fue todo. Se olvidó de todo lo que estaba diciendo al ver lo que Granger estaba tratando de ocultar. Era asqueroso. Repugnante y asqueroso, no habían más palabras para describir el cuadro. Ver a su madre siendo golpeada y violada no había sido mucho. Pero verla a ella sufriendo el mismo trato era otra cosa. La chica ofrecía resistencia y el tipo la golpeaba mientras trataba de quitarle la ropa. Ya no deseaba ver más. Ya había visto lo que quería ver.

No sabía si había sido por voluntad, o si la poción había terminado su efecto, pero el hecho fue que las imágenes se detuvieron y volvió a ver solo su rostro. La chica estaba de pie, con las manos aún en la cabeza, pero con los ojos llorosos abiertos, fijos en él. Intentó acercarse, no sabía para que, haciendo que la chica tratara de pegarse aún mas a la pared.

-Lo hizo?- sabia que no tendría que haber hecho esa pregunta, no era que se preocupara por ella, pero los sobrenombres que le daba estaban basados en que Granger era virgen, y si no lo era, entonces tendría que inventar unos nuevos.

-No...- Hermione intentó descifrar su rostro mientras seguía acercándose a ella lo cual fue imposible.- No te acerques, Malfoy...- se castigó mentalmente por no lograr que la voz le saliera más firme.

-O que?- le respondió burlón, dando pasos aún mas largos.- Creo que no estas en posición de exigirme nada, Granger. De hecho, si hay alguien que debe pedir algo, ese soy yo. No creo que el Cara-rajada o la Comadreja sepan algo de esto, no es verdad?

-Te odio- murmuró por lo bajo. Malfoy ya estaba frente a ella. Si daba un paso más... No quería pensarlo...

-Disculpa?

-Te odio- repitió, esta vez un poco más fuerte, asegurándose de que la oyera.- Aléjate!

-El sentimiento es mutuo, y no, no me voy a alejar. Acabo de descubrir el por qué de tu escándalo con el sexo, y pienso aprovecharme de la situación- su cara estaba peligrosamente cerca de la de Hermione y tenía esa maldita sonrisa burlona plantada en el endemoniado rostro!- Si no haces algo, Granger, vas a morir siendo una virgen histérica y, créeme, el sexo es bueno.

-Malfoy, por favor, no me toques.- no iba a aparentar que estaba bien con su cuerpo tan cerca del suyo. No podía aparentar estar bien, cuando la escena le recordaba tanto a lo que le había sucedido tres años atrás.

-Vamos, Granger! Puede ser divertido, sabes?

-No quiero saber! Es que no entiendes? Déjame tranquila y vete a joder con Parkinson, que para eso pareces ser muy bueno.- le dijo ya con las lágrimas corriendo por sus mejillas rojas de la frustración.

-Parkinson, a diferencia tuya, tiene agallas. Por lo tanto, te prohíbo que hables así de ella.- le dijo Draco, apuntándola peligrosamente con un dedo, el cual casi la tocaba, haciendo que Hermione saltara rezando por que la pared se deshiciera para que pudiese pasar a través de ella.

-Agallas para que, eh? Para meterse entre tus pantalones cada vez que tiene la oportunidad de hacerlo? Y no sólo los tuyos, sino también entre los de todos los hombres que pueda? Yo a eso no lo llamo agallas, Malfoy, sino prostitución. Por lo tanto, hablaré todo lo que quiera sobre ella.- se estaba haciendo la valiente, y lo sabía, pero no iba a dejar que Malfoy ganara, aunque sabía que tenía ventaja. Él no tenía miedo de que ella se le acercase.

-Cierra los ojos, Granger.- le dijo con una voz que no aceptaba un no por respuesta.

-No voy a cerrar los ojos con un Mortífago frente a mi! No estoy loca!

-Cierra-los-ojos – siseó, clavando sus fríos ojos en los suyos.

-Ya te dij... – no pudo decir más. La mirada que Malfoy le envió no se lo habría permitido. Le sorprendía el miedo que podía dar un ser humano como él. Cerró los ojos con fuerza, respirando agitadamente y con un miedo cada vez mayor en el pecho. Estaba loca, estaba loca y perdida.

-Voy a enseñarte algo que no olvidaras nunca.- y sin más, la besó.

Cuando era pequeña, Hermione siempre pensó que su primer beso sería con su "Príncipe Azul". Algo hermoso y para recordar. Pero después de que ese hombre intentara acercarse a ella, todas sus expectativas se borraron. Si no podía aguantar que un hombre, que no fuese Harry o Ron, se le acercase, mucho menos iba a poder soportar que la besaran.

Pero para su sorpresa, ahí estaba Draco Malfoy haciendo justamente lo que ella tanto temía que alguien fuera a hacerle. Con los ojos abiertos por la sorpresa, sintió los labios de Malfoy muy pegados a los suyos, y se sorprendió al comprobar que la sensación que le producía este contacto, era muy diferente a la que había sentido con el energúmeno aquel. Aún se sentía atrapada, aún sentía repulsión por tener un cuerpo tan pegado al suyo, pero no sentía miedo. Y era el miedo, justamente, lo que nunca la había logrado abandonar.

Después de unos segundos, que parecieron años, sintió la lengua de Malfoy tratando de entrar en su boca. En ese momento, el miedo volvió y trató de empujarlo para romper lo que hacia unos segundos habían empezado. Pero a Draco, al parecer, no le agradó su respuesta, ya que ejerció aún más presión con su cuerpo sobre el de ella.

Si antes había estado asustada, ahora tenía pánico. No la iba a soltar! Comenzó a golpear a Malfoy para que se alejase de ella, pero éste, no contento con el gesto, tomó sus muñecas y las presionó en la pared. Estaba perdida, estaba perdida! Pensó en patearlo donde más le doliese, pero al parecer él ya había pensado en esa posibilidad, ya que sus piernas estaban dispuestas de tal forma que no permitían el movimiento de las de ella.

Al ver que la chica no pensaba abrir la boca, se separó unos pocos centímetros de ella, rompiendo el beso.

-Abre la boca, o lo haré yo a la fuerza.- siseó.

-ALGUIEN AYUD....- no había podido continuar, ya que Malfoy había aprovechado su intento de ayuda para volver a besarla. Y esta vez si que pudo cumplir con sus propósitos.

"Esto no está sucediendo..." pensó afligida Hermione. Sentía como Draco recorría los mismos lugares que sólo su agresor había saboreado antes. Draco sabía lo que hacía. Tenía cierto tinte de magia con lo que lograba hacer con su lengua, hacía que Hermione tuviera lapsos de pérdida de sentido. Era una sensación tan diferente...

Cuando Draco sintió que Hermione empezaba a relajarse, liberó sus manos de la presión que ejercían las suyas, para luego dirigirlas hacia su cara. Sus mejillas estaban mojadas por las lágrimas que habían detenido su salida sólo unos segundos atrás. De haber podido, se hubiese acercado más a su cuerpo, y no por ejercer presión sobre ella, sino para sentir su calor. Era agradable estar asi con ella. Era muy agradable.

No se sorprendió mucho al sentir que la chica le estaba respondiendo. Poco a poco, y algo tímidamente, pero le estaba respondiendo. Se separó de ella y se quedó mirándola. Tenía los ojos cerrados, las pestañas mojadas y las mejillas rojas, ya sin rastros de humedad, gracias a sus manos.

-Ya estás curada, Granger. Ahora disfrútalo.- y sin más, se dio la media vuelta, alejándose rápidamente al mismo tiempo que sonaba el timbre de salida de clases.

Hermione lo vio desaparecer entre la multitud, sintiendo una gran presión en el pecho. Una gran presión de libertad.

Fin Flashback

Después de eso, ella y Draco habían comenzado con una extraña relación, si es que podía calificarse como tal. Draco había comenzado a hacer de sus sesiones de besos un hábito. Cada vez que la encontraba sola caminando por algún pasillo oscuro, encontraba la manera de llevarla, al principio contra su voluntad, a alguna sala solitaria, un baño o incluso, si no había más donde ir, un armario. En un principio, Hermione no había estado bastante contenta, sino más bien nerviosa y algo angustiada. Aún no le agradaba mucho la perspectiva de tener el cuerpo de Malfoy tan cercano al propio, pero a medida que pasaba el tiempo se encontró disfrutando e incluso esperando que Malfoy siguiese con la "Terapia de Traumatología Sexual" como tan sabiamente le había nombrado el Slytherin

Y lo cierto es, que lo que los había llevado a estar juntos no fue el cliché de "ahora te amo" sino el hecho de que Malfoy no compartía. Y había visto a un buitre (así llamaba a los que osaban acercarse a "su chica") rondando a la Gryffindor con intenciones más allá de la amistad. Por supuesto, Malfoy que la vigilaba desde los rincones der su mesa durante el almuerzo, había acudido, furibundo, a defender su territorio, el que, si se me permite decirlo, había adquirido después de un arduo trabajo.

Flash Back

Ahí estaba de nuevo ese infeliz de Davis coqueteándole descaradamente a Granger. Esta era la cuanta vez en la semana. Si no hacía algo, iba a lograr que Granger le dedicara algo más que aquellas hermosas sonrisas de amabilidad. "Deja de pensar en su sonrisa y concéntrate en los hechos. Ese Ravenclaw no deja de insinuarse a tu chica, Malfoy!"

Con agilidad se levantó de la mesa y comenzó a hacer rápidamente y con paso seguro, su camino a la mesa de Gryffindor. Su semblante, como siempre, era imparcial, completamente neutro.

Cuando Hermione lo vio dirigirse hacia su puesto, notó que algo le había molestado al Slytherin, y sin duda era la presencia del pobre de Roger. Sin embargo, no le preocupó mucho, ya que primero, ella nunca le había dado hincapié al Ravenclaw como para que se le viniese a ofrecer así como así, y por lo mismo lo trataba con una fría amabilidad, para ver si captaba el mensaje y se mandaba cambiar, ya que a ella no le interesaba su compañía en lo absoluto y segundo, Draco jamás haría algo que fuera ni tan siquiera una insinuación de lo que ambos estaban compartiendo. Cuando terminó de divagar se dio cuenta de que Malfoy ya estaba frente a Roger Davis con cara de muy pocos amigos.

-Davis, qué demonios crees que estás haciendo?

Roger lo miró algo extrañado

-Y eso a ti que te importa, Malfoy?

-Me importa por que le estás coqueteando a mi chica frente a mis narices!- le contestó Draco aún sin perder su paz exterior. Por que claramente por dentro lo que menos tenía era paz.

Aparentemente esto fue mucho para el Ravenclaw, quién comenzó a reírse como si le hubiesen contado la broma del año.

-Sí, claro, Malfoy! Tú saliendo con alguien como Granger!! Ja, buen chiste!- al parecer esa fue la gota que rebasó el vaso, por que Draco tomó a Roger por el borde de la camisa, lo empujó contra la pared y lo sostuvo ahí a diez centímetro del suelo.

-Escúchame bien, porquería de mago mal nacido. Vuelves a insinuar algo sobre mi novia y te aseguro que no te quedarán mas ganas de reír por que te habré arrancado todos los dientes. Y si vuelves a acercarte a ella, aunque sea para preguntarle la hora, te haré castrar. Ha quedado claro?- Roger sólo pudo asentir con la cabeza. Malfoy lo soltó y el pobre chico solo atinó a salir de allí lo más rápido posible.

Por su parte, Malfoy se arregló la túnica y estiró una mano a Hermione.

-Vamos, cariño- a lo que la chica respondió pegando un salto de su silla y tomando la mano de su ahora novio para salir del Gran Comedor.

Fin Flash Back

Por supuesto, Harry y Ron no habían estado para nada contentos con su noviazgo con Draco, pero tuvieron que aceptarlo. Habían notado que desde que la chica estaba con el Hurón, estaba mucho más contenta, y parecía haber terminado con su obsesión por que no se le acercasen los hombres.

El tiempo que había estado con Draco había sido el mejor de su vida. Se encontraba feliz, realmente feliz.

Pero como cualquier cosa demasiado buena, llego a su fin. Nunca se habría imaginado que Ron podría haber hecho una cosa así.

Y ahora tenía que hacer que, de alguna manera, Draco volviera confiar en ella.

Parecía una tarea imposible de lograr. Draco tenía muchas cualidades, pero la capacidad del perdón no era una de ellas. Era extremadamente rencoroso.. aun no sabia que iba a hacer, pero lo que fuera, tenía que ser rápido.

Decidió dejar de darle vueltas al asunto e ir a dormir un poco más. Ya mañana pensaría bien en eso.

-Oh, Dios. Esto no esta sucediendo...

Hermione se quedó de pie a la entrada de su preciada biblioteca. Nunca, en todos sus años en Hogwarts habia visto la biblioteca así. De los 50 escritorios que ahí había, no había uno que estuviese desocupado. ¿Cómo era posible que a tanta gente se le hubiese ocurrido venir a la biblioteca justo ese día y justo a esa hora?

Pero lo que realmente había hecho que se sintiera desesperada, era el hecho de que la única mesa que tenia espacio para que alguien más pudiera tomar asiento, estaba ocupada por un muy concentrado Draco Malfoy.

"Bien," se dijo "Hora de comenzar con el plan" Respiró profundamente y comenzó a caminar hacia la mesa en la que estaba sentado Malfoy. No, ya no podía avanzar más. El verlo ahí sentado con el seño fruncido, su pie izquierdo apoyado sobre el muslo derecho mientras con sus manos sostenía un libro. Nunca en su vida había deseado tanto Hermione poder ser ese libro. No podía creer lo mucho que lo extrañaba. Muy bien, plan de retirada. Tal vez, y si tenía mucha suerte, Malfoy no se habría dado cuenta que ella estaba ahí y podría escapar sin ser vista.

-¿Qué quieres, Sangre Sucia?- espetó Malfoy aún mirando su libro, con una voz cansada, como la de quien ha esperado un largo rato por algo de acción sin obtener nada de ella.

"Ha! Ahí tienes, una vez mas el sexto sentido. Y ahora, qué hago?" Vio como Draco levantaba su vista del libro para fijar sus ojos plata en ella. Aquellos ojos que no hace mucho la habían mirado con amor, y que ahora lo hacían con resentimiento y odio. No era capaz de soportar verlo mirarla de esa manera, pero tenía una misión que cumplir. No era cuestión de aguantar, sino de afrontar. Tendría que lograr que Malfoy volviera a confiar en ella, aún cuando eso significara que después de que todo hubiese terminado, no tendría ni siquiera la esperanza de volver a estar junto a él, porque, una vez más, lo habría traicionado.

-Y bien, qué quieres? Por qué me estas mirando, Granger?- le habló escupiendo las palabras y los ojos fríos. La chica sólo lo miró y decidió que entre mas temprano terminara con el problemas, más rápido podría olvidarse de Draco.

-Necesito trabajar, y no hay mesas disponibles. Me preguntaba si podría sentarme en la tuya.- Bien, se dijo, eso ha estado bien, aunque la voz no te ha salido muy segura, y tu excusa es algo patética y..... No pudo seguir criticándose por que Malfoy ya le estaba respondiendo.

-No. Que no ves que estoy ocupándola yo? Vete a pedírsela a alguno de tus amiguitos.- dicho esto volvió a fijar su vista en el libro, esperando que Hermione se largara.

-No podré concentrarme. No hacen más que hablar y no podré trabajar tranquila.

Draco ni siquiera se molestó en contestarle, simplemente decidió ignorarla. Y como la chica no se iba a dar por vencida, tomó asiento frente a Malfoy, abrió sus cuadernos, sacó su pluma y comenzó a pretender que hacía sus deberes (Porque vamos, quien podría ponerse a hacer deberes frente a él, nadie. El chico era un total acaparador de atención, la que por cierto, era necesaria para desarrollar algún tipo de aprendizaje).

-Estás sorda o eres idiota?! Lárgate de mi mesa, Granger!- le dijo Malfoy sin perder la calma, frío, como siempre.

-No

-Largo

-No

-Granger, me vas a colmar la paciencia.- Al decir esto, Hermione sólo lo miró y le sonrió. Sabía que eso lo exasperaría, y lo habia hecho con ese propósito. Sin embargo Draco no perdió la calma, decidió hacer algo aún mejor. Buscó con la mirada a la persona que le ayudaría en su tarea de sacar a Granger de su escritorio.- "Pansy!!"

Pansy Parkinson estaba sentada a un par de mesas de distancia de Draco Malfoy. Al escuchar su voz en su cabeza levantó su vista para encontrarse con la de su mejor amigo y con que la asquerosa Sangre Sucia Granger estaba sentada frente a él. Era en momentos como estos cuando agradecía haber hecho esa conexión de mentes que Draco había descubierto dos años atrás. Podía ser extremadamente útil, pero también muy molesta. De no ser por la habilidad de bloquear sus mentes estaría vuelta loca con Draco en su cabeza todo el día. Y de seguro a el tampoco tiene que haberle hecho gracia el hecho de que los pensamientos de Pansy estaban siempre en su cabeza. La chica se levantó y se dirigió hacia ellos.

Una vez ahí, tomó asiento en las piernas de su amigo y lo rodeó con uno de sus brazos por el cuello y con el otro por la cintura, mientras él hacía lo mismo. Draco se acercó a su oído y le dijo, muy pendiente de la mirada de la Gryffindor que ahora estaba posada sobre ellos.

-Quiero que me llames por mi segundo nombre y que actúes como si estuviésemos en medio de una relación muy ardiente. Ahora sonríe- terminó mientras posaba en sus labios su media sonrisa burlona y miraba a Pansy con lujuria. La chica captó el mensaje y también su propósito. Granger lo estaba molestando y la quería espantar.

-Vaya, conque Nikolas quiere jugar- le dijo con voz mimosa, asegurándose de no hablar muy alto, pero lo suficiente como para que la Gryffindor escuchara.

-Mh-hmm- fue la respuesta del chico antes de besarla con fervor. Sabía que esto espantaría a Granger.

Hermione no podía creer lo que estaba viendo. Como era posible que Draco dejase a Pansy tratarlo de Nicolás? Ella era la única autorizada para ello. Ese nombre tenia historia!

Flash back

-Draco, vamos a llegar tarde a clases...

-No me importa- susurró contra su cuello mientras la acercaba más a sí mismo. La tomó de la cintura y le quitó la capa que la cubría.

-Cariño, es en serio.- odiaba cuando Draco le hacía esto. Sabía muy bien que con sus manos tocándola le era muy difícil concentrarse.

-Yo también hablo en serio. No quiero ir a clases. Quiero quedarme aquí todo el día contigo.- y con una sonrisa malvada añadió- haciendo cosas que a McGonagall no le gustaría oír.

-Draco, no voy a dejar de asistir a clases por un capricho tuyo.- le dijo esta vez con voz más autoritaria. Pero el no la escuchó. Terminó de desabrocharle la blusa mientras recorría el torso de su novia con sus expertas manos.

-Pues, creo que ese es un problema. Verás, yo no soy Draco.- le dijo mirándola seriamente a los ojos.

-Cómo que no eres Draco? Por supuesto que lo eres, no hables tonterías.- comenzó a empujarlo y a abrocharse la blusa.

-No, cariño. Tu hablas con Nikolas.- terminó el con voz triunfante.- y a Nikolas no le importa lo que tu pienses, por que es un niño malcriado y se quiere portar mal.- la miró con cara de quien no acepta un no por respuesta.-Además, no podrás abrir la puerta. Solo te dejará salir si soy yo quien se o dice.- Hermione sabía que cuando Draco (en este caso su alter-ego Nikolas) ponía esa voz, no había nada en el mundo que ella le pudiese negar.

-Daco, ya basta! Vamos a ir a clases y esa es mi última palabra!- terminó la chica con una voz autoritaria. Sabía que no importaba lo que dijese, su novio no se movería de su cuarto y tampoco la dejaría ir a ella. Eres un malcriado Draco Malfoy! Pensó la chica molesta. Sus padres eran los culpables de eso!

-Hermione, sabes muy bien que tienes dos opciones. O te quedas aquí por voluntad propia, o te mantengo aquí a la fuerza-un ultimátum. Sabía que con su chica ese tipo de cosas no funcionaban, pero ella también sabía que Draco Nikolas Malfoy consigue todo lo que quiere.

Hermione lanzó un bufido de indignación y frustración, y eso nunca era bueno. Esa bruja enojada era peligrosa.

-Draco...-dijo ella con voz amenazadora

-No soy Draco.-terminó el con aires de triunfo

-Draco, Nikolas, o como sea que para mí es lo mismo- dijo ella exasperándose.- O abres esa puerta o te va a ir muy mal.

-Pues, que venga lo malo por que de aquí no sales.- dijo sonriente.

-Draco... voy a hacer algo que no te va a gustar.

-Adelante.

-Voy a llorar.- y en sus ojos comenzaron a formarse grandes lágrimas que amenazaban con salir en cualquier momento. Eso era jugar sucio y la chica lo sabía. Draco no soportaba verla llorar. Pero no tenía otra opción. Además, ya se lo había advertido.

-Hermione, no. No empieces!!!- su voluntad estaba por los suelos. Eso era hacer trampa! Y estaba llorando de verdad. Hasta estaba hipando!

-Qui-quiero salir!!!!- siguió llorando ella con aún más fuerza.

Draco estuvo tentado de abrir la maldita puerta y dejarla irse a sus preciadas clases, pero mal que mal, un Malfoy no tenía debilidades. Si Draco no podía verla llorar, entonces Nikolas tendría que ser capaz.

-No.- dijo él con voz firme.- Vamos a quedarnos aquí y vamos a hacer lo que yo diga por al menos una vez en esta endemoniada relación!

Hermione sabía que estaba enojado. No había sido sabio jugar así con sus sentimientos, sobre todo considerando lo mucho que le costaba expresarlos. Trató de detener sus lágrimas pero se dio cuenta que ya no eran forzadas. Draco le había gritado y se encontraba molesto y eso no le gustaba para nada.

-Ca-cariño?- le dijo aún hipando, pero esta vez en serio.

-No vamos a ir a clases.- dijo el serio y frío.

-N-no quiero ir a cla-clases.- le dio la razón. Sabía que había hecho algo muy bajo y no iba a seguir peleando con él por algo que sabía que era razonable. Tampoco hubiese estado llorando de no ser por que había empezado como un capricho y ahora no podía parar.- Quiero quedarme aquí todo el día con Nikolas.

Aparentemente fue lo adecuado para decir por que el Slytherin inmediatamente plantó una sonrisa consentida en sus labios.

-Bien, porque nos vamos a portar mal

-M-mal? Que tan mal?- preguntó con la voz temblorosa.

-Oh.... Muy, muy mal.- se acercó a ella con paso firme, la subió sobre sí para que ella rodeara su cintura con sus piernas y la besó llevándola y tumbándola en la cama.

-Mmm.... Me agrada Nikolas.- dijo en un suspiro mientras sentía las manos de Draco rozar sus piernas desnudas.- Me agrada mucho.

Fin Flash Back

Ese nombre le pertenecía a ella! Con razón esa Parkinson nunca le gustó. Apenas pudo meterse entre los pantalones de Draco lo hizo. Vio dolida como Draco acariciaba a la chica. Sus grandes manos en los muslos de la Slytherin, su boca en la de ella y en esos momentos, deseó ser Pansy Parkinson. Lo deseó con todo su ser. Como quería ser acariciada por esas manos nuevamente.

Draco había ganado, y lo sabía. Vio con gran satisfacción como Granger se levantaba de su asiento ofendida por su comportamiento con Pansy. Que pensase lo que quisiera, le importaba poco. No iba a ser él quién le diría que no había podido estar con ninguna chica desde que había terminado con ella. No era por que se sintiera culpable ni por que simplemente quisiera practicar el noble (y estúpido) arte de la abstención. No, no era nada de eso. Era simplemente el hecho de que no se la podía sacar de la cabeza. Aún veía en sus pesadillas como La Comaderja acercaba sus labios a los de Granger para decirle lo bueno de su beso. Aún veía la culpabilidad en las facciones de la chica. Aún sentía su corazón partirse. Aún sentía la voz de su padre diciéndole "te lo dije". Y sobre todo, aún sentía ese enorme odio combinado con frustración.

Pero más que odiarla a ella se odiaba a sí mismo. Se odiaba por no ser capaz de haber visto venir la situación. Era todo demasiado perfecto. Su padre le había dicho que los sentimientos no era bueno demostrarlos por una razón que a él le costó demasiado caro aprender.

Aunque, si había algo que había encontrado extraño fue el hecho de que desde que él habia roto con Granger, ella ni Potter habían vuelto a hablar con Weasley. Bueno, la duda tendría que vivir con él. No había permitido que Granger le diera un explicación entonces, y mucho menos iba a pedir una ahora.

-Estoy cansado, Pansy. Me voy a ir a dormir.- le dijo a la chica entre sus piernas quién lo miró como pudiese leer entre sus palabras.- Y no trates de leer mi mente. No te lo voy a permitir.

-Estás pensando en ella de nuevo, Draco.- le discutió la chica. No necesitaba leer su mente para saber en que estaba pensando. Casa ver que ella entraba en su cabeza su amigo ponía esa cara.

-Déjame en paz unas horas, ya se me pasará.- dicho esto, tomó sus libros y se alejó a paso seguro de la biblioteca hacia su cuarto.

Iba demasiado concentrado en sus pensamientos como parea prestar atención al camino. Una vez en el cuadro susurró la contraseña (Non espectare) para encontrarse con el objeto de sus pesadillas parado frente a él. Decidió hacer caso omiso de su presencia para poder ir a su cuarto y descansar. Pero al parecer, Granger tenía otras ideas.

-Malfoy, tenemos que hablar.- habló la chica con tono autoritario.

Draco la ignoró.

La chica se puso delante de él y le impidió seguir avanzando.

-Mírame, Draco.- le dijo ella.

Draco intentó evadirla para seguir avanzando, pero le fue imposible.

-Hazte un lado o me veré obligado a usar la magia para correrte.- le advirtió él aún sin mirarla. Que creía que hacía Granger?

-Draco, por favor. Tienes que escucharme. Estás siendo injusto.

-Injusto?- dijo el burlón.- Yo, injusto? No lo creo, Granger. Muévete.

-Si, injusto.- inquirió ella.- ¿Por que no me dejas explicarte? ¿Por que tienes que ser tan terco? ¿Que no ves que fue todo un mal entendido?

Draco no lo podía creer. Cómo se atrevía esa sangre sucia a pedirle que la escuchara después de lo que había hecho.

-Granger.- dijo con demasiada calma para el gusto de la chica.- se te safó un tornillo si crees que voy a dejar que me inventes alguna historia. Creo que con lo que vi me basta. Buenas Noches.- dicho esto empujó a la chica y comenzó a caminar hasta su dormitorio.

-Se acabó!- gritó la chica.- Me vas a escuchar quieras o no. Ya estoy harta de tus ñoñerías. No seas terco.-Malfoy seguía avanzando sin dejarse intimidar por la bruja.- NO ME DEJES HABLANDO SOLA, MALFOY O LO VAS A LAMENTAR!!!- aún sin respuesta.

Draco ya había desaparecido detrás de su puerta y estaba enojado. Muy enojado.

-Quiero una ducha y la quiero ahora.- tiró sus libros sobre la cama y se encerró en el baño.

Mientras tanto, abajo se encontraba una Hermione Granger furiosa.

-Voy a hacer que me escuches, Malfoy- dijo con voz decidida.- Y lo voy a lograr antes de esta noche.

Bueno, ahí estaba el capítulo 6. Lamento de manera infinita el retraso, pero mi computador ha estado con problemas constantes y no me permitía terminar el capítulo. Por lo mismo, me demoré mas en subirlo por que quería que fuese un chapter más largo que los anteriores (que sé que estaban muy cortitos)

Me encantaron sus reviews (en especial muchas gracias a Jina por dejarme 2 reviews en el chapter anterior).

Me gustaría aclarar una duda, el "Adiós, cariño" del final del capítulo pasado, fue de Hermione a Draco.

La poción fue un invento mío y es una unión del las palabras en latín MENS, que significa mente y APERIRE, que significa abrir.

Otra cosa que me gustaría mencionar es que Draco no se aparece en la escena de cuando persigue a Hermione, sino que se traslada dentro del mismo castillo. Tengo muy en cuenta que en Hogwarts no funciona el Aparate.

El sobrenombre de Ron, La Comadreja, es un juego de palabras que funciona solo en inglés, pero me pareció apropiado usarlo en el fic y por supuesto habiéndolo traducido al español:

Weasley se altera y pasa a ser Weasel que significa comadreja.

Si a alguien le molestó que no hubiese subido un aviso sobre mi ausencia, lo lamento mucho. En todo caso, a mi, en lo personal, me molesta muchísimo cuando suben ese tipo de disculpas por q quedo toda emocionada y al final me decepciono por que no es un chapter. Así que si no lo hice, fue por esa razón, sin embrago, si quieren que lo haga la próxima vez que suceda, que espero no sea pronto, avísenme.

Oh!! Una noticia importante. No se si ya lo sabían, pero J. K. Rowling ya nombró oficialmente al sexto libro. Se llama Harry Potter and the Half Blood Prince. Lo único que espero es que salga antes de recibir mi titulación en la Universidad.

Besito y muchas disculpas por el atraso

ElaraMLFY