CAPITULO 3 EL ORFANATO WOOL Parte II
-Sra Cole, le voy a pedir que se retire unos minutos para poder charlar con Thomas, puede usted esperar a las afueras de la habitación. – La Sra. Cole tragó fuerte, el mocoso no le importaba en lo más mínimo, pero estos chicos se veían enfadados por el trato hacia el niño. Definitivamente eran familia; sin responder salió de la habitación y pegó la oreja en la puerta.
Harry sabía que la mujer se quedaría de chismosa, con un chasqueo de sus dedos un efectivo muffliato los protegió de oídos indiscretos.
-Quienes son ustedes?- Thomas cuestionó rudamente.
- Nuestros nombres ya te los hemos dicho… venimos porque sabemos que eres diferente a los otros niños… - el chiquillo entrecerró los ojos. – Tranquilo, no vamos atacarte por eso, nosotros también somos diferentes al resto de los adultos… te has dado cuenta que eres capaz de hacer cosas que los otros niños no? –
Thomas asintió. –Puedo hacer que los otros niños me teman… - dijo sonriendo con crueldad. Afortunadamente Harry y Hermione habían vivido lo peor de lo que este pequeño niño se había convertido, y tantos horrores en la guerra les había curtido la sensibilidad que años antes tuvieran.
– Si yo fuera tú, tendría cuidado a quien le digo esas cosas, Thomas… hay personas que no les agradaría oírlo y podrías tener problemas, no con nosotros… Ahora escucha; eso que puedes hacer se llama magia, en tu caso es magia accidental que tú has aprendido a ir moldeando a tu voluntad, pero estás de acuerdo que no es infalible, si no la serpiente no habría muerto o sí? – Hermione había dado en el clavo, el chiquillo era cruel pero vio el dolor cuando mencionó a la serpiente.
-Magia has dicho, como conejos y sombreros de copa? – preguntó el chiquillo con duda.
- No Thomas, magia como esto – Harry tomó con cuidado la serpiente y ejecutó un par de encantamientos sobre la serpiente, con magia sin varita. Donde estaba el cadáver de la serpiente, ahora estaba una hermosa pulsera de plata en forma de serpiente, en los ojos dos pequeños rubíes le daban un acabado precioso. – No había modo de salvar a tu serpiente, pero esto que acabo de hacer se llama transfiguración y es una materia de la magia. Ahora siempre podrás llevar a tu compañera contigo, aunque no del mismo modo… esto es la magia… Las personas usan una varita que canaliza su magia, nosotros también las tenemos, pero al estar en un lugar muggle, no podemos usarlas… -
- muggle? - interrumpió Thomas mientras dejaba de acariciar la pulsera que el extraño le había entregado.
-Personas sin magia Thomas, personas diferentes a nosotros… - el niño sonrió como si le hubieran dado el más grande regalo. – Sabía que era diferente a ellos… - dijo con asco.
Harry y Hermione se miraron entre sí. Estaban llegando al punto en el que todo podía cambiar o quedarse así como desde el principio había sido.
-Thomas… - el niño volteó hacia Hermione. – Antes le hemos mentido a la Señora Cole, para poder llegar a ti le hemos dicho que somos familia, incluso hemos falsificado papeles muggle para lograrlo… sin embargo no tenemos ninguna intención de mentirte a ti… Nos gustaría que nos dieras unos días para que nos conozcas, escuches nuestra historia y si decides creernos, que puedas quedarte con nosotros; sin embargo te aseguramos que nuestro interés es el de apoyarte, no el de causarte daño. –
Thomas miró a los dos jóvenes frente a él, eran los primeros en toda su vida que lo miraban sin miedo, sin asco, y que habían sido amables con él; su lado receloso producto de su vida en el orfanato le decía que no creyera ni una sola palabra; pero su lado humano le incitaba a escucharlos; total siempre podría escapar si algo no le agradaba.
-Me llevarán con ustedes? – aunque se esforzó en poner una voz desinteresada, falló un poco y Harry detectó ese mismo anhelo que alguna vez él tuvo, que alguien lo sacara del infierno en el que vivía. – Esa es nuestra idea, si estás de acuerdo… -
El chiquillo les miró y después de observarlos fijamente asintió, mentalmente el ojiverde suspiro de alivio.
Hermione le explicó entonces la historia que le habían inventado a la Sra. Cole.
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Una vez cancelados los hechizos, abrieron la puerta y dejaron a la Señora Cole pasar. – Madame, le hemos explicado a Thomas las circunstancias que nos llevaron a enterarnos de él hasta ahora y le hemos pedido la oportunidad de ser una familia… ha aceptado y no me queda más que entregarle los papeles que el Juez de Familias ha concedido. Mi esposa ayudará a Thomas a empacar sus pertenencias y ya la acompañaré a su oficina para que me entregue los papeles firmados. – La señora Cole asintió mientras recibía los papeles y era seguida por Harry.
Hermione miró a su alrededor con desdén, podía ser un orfanato subsidiado por el Estado pero podían esforzarse un poco en hacerlo más acogedor, esto la enfurecía como cuando había visto el maltrato en el mundo mágico a las consideradas criaturas "inferiores"
Thomas miró sus gestos mientras empacaba las pocas pertenencias que tenía consigo. – Donde está la cama del niño que dañó a tu serpiente? – el niño señaló la cama que estaba cercana a la ventana. Hermione se acercó y chasqueó sus dedos. Ese niño iba a tener unas cuantas pesadillas, que estaba segura le harían recapacitar un poco; Thomas arqueó una ceja. – Que fue eso?
-Oh tan solo dándole un poco de su pequeña medicina al insufrible chiquillo, siempre he odiado a los matones, cuando estaba en tercer grado del Colegio de Magia, le rompí la nariz a mi principal matón…. – Thomas se quedó callado pero por dentro se sorprendió, la señorita Hermione era como lo había imaginado, se veía tierna y dulce pero en realidad era alguien a quien se podía temer.
- Listo? Vámonos entonces! Tenemos mucho que hacer… - Le tendió la mano al niño de manera inconsciente, sin saber si él devolvería el gesto, se sorprendió al sentir una pequeña mano unirse a la suya, sonrió y se encaminaron hacia la oficina del orfanato, esperaron a Harry que salió agradeciendo educadamente la atención de la Sra. Cole a un gesto de él, Hermione volvió a chasquear sus dedos. El plan estaba completado una vez que abandonaran el orfanato, todos ahí olvidarían a Thomas "Tom" Marvolo Riddle, no se iban arriesgar a que Dumbledore metiera sus narices.
La Señora Cole no recordaba a que había salido, dado que no había nadie en el exterior, miró a una joven pareja en el otro extremo de la acera; la chica era hermosa y castaña mientras el joven era un apuesto ojiverde, entre ellos un niño caminaba con tranquilidad; miró la estampa familiar y sacudió la cabeza con fastidio, seguramente algún chiquillo había hecho la diablura de tocar la campana; cerró la puerta y se encaminó a su oficina, seguramente aún quedaba un poco de alcohol del día anterior.
Thomas estaba curioso pero decidido a guardar silencio hasta estar seguro de que querían de él, Hermione y Harry compartieron una mirada pero decidieron guardar silencio hasta que estuvieran de vuelta en la habitación alquilada de las tres escobas, no era el mejor lugar pero eran donde mejor podían comenzar.
Tomaron un taxi que los llevó al Caldero Chorreante, evidentemente el muggle no fue capaz de ver el lugar, pero supuso que los extraños pasajeros tan solo iban a algún lugar de la avenida.
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-Thomas, este lugar es el puente que une al Londres Muggle con el Mundo Mágico, te enseñaremos la entrada, aunque si vienes sin varita y siendo menor, deberás ser auxiliado por el mago que atiende aquí. – El niño asintió observando a su alrededor, parecía un pub promedio como los otros que alguna vez había visto de lejos; nada evidenciaba que fuera mágico, pero ciertamente se sentía algo diferente.
Hermione saludó tímidamente de nuevo y algunos sombreros se levantaron devolviendo el saludo, y se encaminaron a la entrada de ladrillos al toque de la varita de la castaña se abrieron dando paso al Callejón Diagon.
-Bienvenido al Callejón Diagon Thomas, Este es uno de los muchos lugares que tiene el mundo mágico para desarrollar su vida… Por hoy solo es una visita de reconocimiento y una parada a nuestro siguiente destino. – El niño miró asombrado a su alrededor, podía sentir con mayor fuerza eso que había sentido en los "señores Granger" y en el pub a su espalda. Así que eso era la magia, aspiró con fuerza y luego recompuso su máscara.
Caminaron en el semivacío callejón y tras unos breves instantes, Harry palmeó la espalda del niño. –Vamos, debemos continuar pero podremos venir muchas veces más, dependiendo tu decisión… - Claro, esa frase trajo de vuelta a Thomas al mundo real, primero necesitaba oír lo que tenían que decirle esos jóvenes, pero una cosa si era cierta. No abandonaría jamás este mundo; aquí pertenecía, este era su lugar. Suyo.
-Ahora, la primera vez siempre es difícil…- dijo Hermione siendo interrumpida por Harry – Siempre es horrible! – La castaña golpeó con su brazo al ojiverde mientras negaba con la cabeza. – Vamos a ir a un lugar cercano a Escocia, es un pueblo mágico llamado Hogsmeade mediante aparición, no es una sensación agradable pero la mayoría de los transportes mágicos son incómodos, ya te acostumbrarás, sugiero que te sujetes a Harry y a mí –
El niño siguió la indicación y tomó la mano de Hermione y sujetó el brazo del ojiverde mientras sentía una sensación de sofoco a la altura de su pecho y sentía como era absorbido a un lugar hacia dentro de él. Un momento después abría los ojos y ya no se encontraban en ese maravilloso lugar que rezumaba lo que ahora sabía que era magia; este nuevo lugar parecía una pintoresca villa, como la de los cuentos de hadas que tenían en el orfanato para los más pequeños.
Se soltó de los adultos que se encaminaron a un lugar que parecía una posada, cuando llegaron el letrero le confirmó sus sospechas "Las Tres Escobas" Harry abrió la puerta para que ingresaran Thomas y Hermione; en la barra estaba Wilmer y su esposa Rosamund que miraron al niño con sorpresa. Harry rodó los ojos, genial otra historia más por inventar sabía que cuando abandonaran la posada, tendría que modificar los recuerdos de sus dueños; en otros tiempos eso le habría preocupado pero la guerra le había quitado tantas sensibilidades y dado que ahora jugaba ésta en sus propios términos, haría lo que fuera para lograrlo.
-Señores Emerson, estamos de vuelta… - Harry atrajo al niño hacia él. – Este es Thomas y una de nuestras razones principales para volver, es nuestro sobrino… - La mirada de la Madame Rosamund se entristeció entendiendo las implicaciones del ojiverde.
-Oh mi pobre niño! – dijo la señora mientras se acercaba a pellizcarle los cachetes a Tom que tan solo sintió el apretón de advertencia de Harry. – Prepararé té y galletas para ustedes en un momento… - dijo mientras se iba a la cocina con una energía que a los viajeros del tiempo les recordó a Molly Weasley.
Hermione se aguantó la risa al ver al aún no Señor Oscuro siendo pellizcado en los cachetes por la exuberante mujer; saludando más comedidamente al Señor Emerson pidieron un desayuno tardío mientras subían a la habitación, el imperturbable elfo domestico llegó tras ellos con una bandeja de comida, sándwiches de pavo, galletas, té y leche, con un pequeño bowl de frutas. Tras el agradecimiento de los magos mayores, el elfo se retiró y Harry levantó las protecciones de privacidad mientras Hermione servía un plato para Thomas.
-Ahora Thomas, sugiero que almuerces mientras nosotros vamos contándote nuestra historia, de acuerdo? – Harry preguntó mientras servía una taza de té para él y otra para su castaña amiga. El niño asintió mientras su estómago hacia un pequeño ruido que fue ignorado por los dos adultos para no avergonzarlo.
-Hermione y yo, no somos de este tiempo, venimos de un tiempo lejano en el futuro… Te conocimos en ese futuro sin embargo en la guerra que se llevaba a cabo no pudimos hacer nada por ti; la guerra se estaba perdiendo por causa de un Señor Oscuro que llevó a la ruina al mundo mágico; ambos perdimos a nuestras familias y decidimos que lo mejor que podíamos hacer era viajar en el pasado y evitar la guerra desde nuestro pasado… - el niño miró con curiosidad al ojiverde. – eres una causa importante en esta guerra Thomas, y queremos protegerte… nuestra intención es criarte a salvo de quienes quieran hacerte daño, y una vez que puedas crecer lo mejor posible y lejos de peligro; hay muchísimas cosas que no podemos decirte de golpe, pero que estamos dispuestos a compartir contigo si tú estás dispuesto; tan solo queremos brindarte un hogar seguro, lejos de muggles y magos que quieran dañarte… -
Hermione miró la cara de Thomas, era serena pero ella podía ver sus engranajes en el cerebro, girando a toda velocidad, buscando el truco en la propuesta. – Sé que no conoces del mundo mágico, pero los juramentos basados en la magia no pueden romperse sin consecuencias, nuestra intención es adoptarte mediante magia y sangre y de esa manera poder cumplir con nuestra intención de cuidarte y criarte. ¿Estarías dispuesto?
Sabía que era mucha información a procesar en la mente del menor, pero el chico aunque tenía diez años, tenía un coeficiente intelectual que Hermione sin temor a equivocarse, sospechaba que mentalmente lo ubicaba en la edad de 13 años; un adolescente en toda regla, Harry y ella habían acordado ser sinceros con el chico; el ojiverde recordó su propia adolescencia y lo mucho que había odiado que Dumbledore le mintiera y le ocultara información "por su propio bien"
-Necesito pensarlo… - fue todo lo que dijo el niño mientras terminaba de desayunar tranquilamente; lo que le decían era disparatado, pero con las pocas demostraciones de magia que había visto les creía un poco y había algo en el mago de ojos verdes, no sabía que era pero algo en él le decía que no mentía, su "magia" se sentía cálida, pero al mismo tiempo como si trajera una cubierta extra que era fría, muy fría.
No era un niño "bueno" en el orfanato todo mundo se lo había hecho ver, era malvado, no era capaz de sentir las emociones que había leído en sus escapadas a la biblioteca cercana al orfanato, no podía distinguir el amor, la felicidad, la alegría; cierto que experimentaba alegría como cuando Dennis había enloquecido, o un poco de apego con su primer mascota que ahora lo acompañaba en su muñeca en forma de pulsera y tampoco tenía la mente de un niño de diez años, entendía las cosas mejor que los otros, era diferente y estaba bien con eso pero sabía que de seguir en el orfanato terminaría en esas cosas que los adultos llamaban "manicomio" tortura, eso es lo que eran esos lugares horribles.
No sabía que tramaban estos dos magos que habían llegado por él, pero presentaban un futuro mejor a lo que pintaba su futuro en el orfanato; sabía que les diría que sí, pero debía fingir necesitar tiempo para poder decidir. Ajeno a los atentos ojos de Harry y Hermione, no vio la mirada de entendimiento entre ellos, cuando sus hombros se cuadraron un poco, sabían que había tomado la decisión de quedarse con ellos.
-Bueno, creo que por hoy podríamos descansar y mañana iremos a Gringotts… - Harry se acostó descuidadamente en la cama, esto era más desgastante de lo que creía, un paso en falso y todo se iría al carajo. – Gringotts? – preguntó el niño.
Y con entusiasmo, Hermione le empezó a explicar sobre el banco, la economía mágica, el mundo mágico y su funcionamiento, las criaturas, Thomas absorbió con atención cada palabra que salía de la castaña que estaba feliz de que alguien le pusiera tanta atención a sus palabras. Cuando miraron hacia la cama, Harry estaba profundamente dormido.
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Mis capitulos iban a ser de tan solo 1300-1500 palabras, pero me dijeron que estaban cortos así que me esforzaré por hacerlos más largos.
Reviews son aceptados como pago a los musos escurridizos que traen este nuevo fic de mi cabezota. (no sé porque no puedo leer los reviews, más que directo de mi correo, pero los leí y los agradezco infinitamente)
1.- Hay una razón para la "cubierta extra de Harry que es muy fría"
2.- Sé que pongo un Thomas más niño/más humano, pero lo hago mucho desde la perspectiva y de los estudios de la infancia de hoy en día, JK lo refleja con maldad desde el inicio, claro que sí! por Dios! los orfanatos en esas épocas no era más que los cubos de basura de la sociedad en las cuales ellos fingían que hacían algo "bueno" con esos niños pero eran condiciones horribles en la mayoría de los orfanatos, Basándome en eso es que iré moldeando el carácter del pequeño "Thomas Marvolo Riddle"
