.


CAPÍTULO 3:

"Momentos oscuros"


.

Había transcurrido una semana desde que Kurt había encontrado a su esposo, aunque este no era ni la sombra del hombre del que se enamoró.

Él conoció a un Blaine dulce, alegre, justo y generoso, un ser tan lleno de amor y de positividad que le había devuelto la esperanza y la felicidad. Alguien firme y con carácter; que no permitía que nadie le pasara por encima; y al mismo tiempo noble y sencillo para quien todas las personas tenían el mismo valor y merecían el mismo respeto.

Siempre lo había visto como un hombre con la fuerza suficiente para detener un huracán, y era de las cosas que más lo habían impresionado y lo conquistaron, sin embargo, este yacía ahora en una cama luciendo tan frágil y destruido que una simple ventisca podría romperlo y desvanecerlo para siempre.

No le cabía la menor duda de que Pam Anderson era una mujer fría y manipuladora que había logrado plantar alguna idea cruel en la mente de su hijo durante las visitas que este le hizo mientras estuvo enferma, sobre todo en la última, porque luego de aquel día no volvió a ser el mismo.

Tenía varias teorías, y todas involucraban al pequeño Ashton, eso estaba muy claro debido a todas las pesadillas que Blaine tenía, pero, ¿cuál había sido el detonante para que ese cambio tan drástico sucediera?

"Blaine no vivió su proceso de duelo correctamente porque se forzó a levantarse y seguir adelante, reprimiendo su dolor." Es lo que Michelle le había dicho, y al parecer, ese dolor había salido a la superficie finalmente.

La situación no era la misma que la de su esposo, lo sabía, y no obstante, aquello era algo que podía entender bien debido a que durante años estuvo guardando su propio dolor, angustias y preocupaciones porque tuvo que ser fuerte y luchar por su hija, y todo se acumuló en su ser hasta que un día fue como si hubieran demolido el cuarto oscuro en el que había estado resguardando cada cosa que se prohibió sentir, y ya no pudo contenerlo más por la fuerza con la que se derrumbó.

No había sido nada agradable aquel momento, y vaya que recordaba muy bien y todo lo que sintió.

Tiempo atrás

Pasado el impacto, la rabia, el dolor, el desasosiego y el llanto incontenible por lo ocurrido durante los dos últimos días, Kurt se encontraba aparentemente más tranquilo y dándose un baño rápido con Blaine antes de ir al hospital a ver a Steph. De pronto rompió en llanto, asustando a su prometido.

—Lo… Lo s-sien-to… —logró balbucear en medio de un gran temblor que recorría su cuerpo.

—¿Qué ocurre? ¿Kurt? —lo tomó suavemente por los hombros tratando de hacerlo reaccionar— Amor, dime qué pasa.

—No sé… Creo que es todo… Es… Es…

—Está bien, tranquilo. Entiendo. Ven aquí —lo envolvió de forma protectora con sus brazos—. Todo estará bien. Ya no hay nada por qué preocuparse.

Le tomó un largo lapso al castaño sacar todo aquello que había estado reprimiendo. Eran demasiados recuerdos, temores y dolor atravesando su cuerpo y su corazón, pero Blaine lo escuchó paciente y con amor, permitiéndole desahogarse y asegurándose de que supiera que siempre lo apoyaría.

Tras varias horas de llanto inconsolable, Kurt yacía de lado en la cama respirando con dificultad mientras sollozaba. Blaine se encontraba detrás de él abrazándolo con firmeza y teniendo las piernas entrelazadas.

—Ha… sido… tanto… tiempo… —hipó.

—¿Tanto tiempo de qué, cariño?

—De… De ser fuerte… De enfrentar la vida solo… De padecer tantas cosas.

—Pero ya no es así. No volverá a ser de esa manera nunca más, Kurt.

—Había días en los que sentía que ya no podía. Más cuando entré a trabajar en la construcción. Mi cuerpo dolía de una forma terrible y pasaba las noches despierto con calambres en todas partes. Sabía que era un trabajo difícil, pero no imaginé la magnitud… En especial para alguien como yo que estaba acostumbrado a no hacer nada que requiriera tal esfuerzo.

Pasé hambre más veces de las que puedo mencionar ya que lo que conseguía era para Steph. A veces estaba todo el día con el estómago vacío, pero me centraba en lo que tenía que hacer. Además, me esperanzaba en el plato de comida caliente que Mercedes me daba en las noches… Claro, eso ocurrió cuando se enteró que en ocasiones no comía nada, y hasta se enojó por no haberle contado.

La quiero mucho. Ella ha sido como un ángel en mi vida. Sé que su situación es mejor que la que yo tenía, pero igual quisiera ayudarla de algún modo.

—Lo haremos. No te preocupes por eso —le besó el hombro—. También había pensado en ello.

—Eres tan bueno conmigo. Tu familia es linda y cálida también. Todos están pendientes de Steph ahora que está enferma… Es muy abrumador.

—¿Qué es abrumador?

—Todo… Tener otras personas que me demuestren afecto y que se preocupen por mí y por Steph es mucho.

Soy un hombre fuerte, acostumbrado a luchar y obtener todo por mí mismo. Sin importar lo cansado que me sintiera, no me detenía porque debía seguir luchando, pero anoche colapsé y como si no fuera suficiente hoy me derrumbé como jamás creí que sería posible… Estoy aquí llorando y eso es… es…

—Llorar no te hace menos fuerte, te vuelve humano. Eres la persona más fuerte y valiente que he conocido, y son de las cualidades que más amo y admiro de ti. Pero recuerda que ahora me tienes y soy y seré tu apoyo incondicional. Ya no estás solo, Kurt. Nunca volverás a estarlo.

Presente

Y Blaine estuvo ahí, no para ayudarlo a contener lo que llevaba por dentro y volver a guardar cada fragmento como él creía que debía hacer, sino para ayudarlo a eliminar los pedazos que quedaban alrededor y limpiar todo para así permitir que el aire fresco y la luz entraran.

¿Cómo pudo hacerlo? ¿Cómo logró liberarlo de su padecimiento cuando él mismo llevaba un gran dolor a cuestas? Aunque en esa época no estaba sufriendo, o al menos no lo demostraba.

Sea cual fuera la respuesta, él quería hacer lo mismo. Deseaba con todo su corazón ayudar a su esposo a encontrar el alivio que tanto necesitaba, aunque no estaba seguro de cómo lograrlo, y eso lo desesperaba.

Se acostó con cuidado junto a este y le acarició el rostro suavemente pensando en qué más debía hacer porque ya había intentado todo lo que se le había ocurrido.

Blaine lo apegó a su cuerpo y lo besó ligeramente. —Nunca volverás a pasar por un momento de angustia si en mis manos está evitarlo —lo tomó de la mano y le besó cada dedo—. Ahora más que nunca voy a cuidar de ti y de nuestra hija.

—Cariño, sabes lo que pienso de eso. Agradezco tus intenciones, pero no voy a permitir que te hagas cargo de…

—Cuidar de alguien no implica sólo ocuparse de la parte económica, Kurt, significa estar pendiente de esa persona en todos los sentidos. Se trata de protegerla y defenderla cuando sea necesario, velar por su bienestar, darle tu apoyo sin esperar a que te lo pida, ayudarla o asistirla en lo que requiera, escucharla con atención cuando te habla, así como respetar sus silencios.

Cuidar a alguien es darle tu tiempo y entregarle una parte de ti. Es una acción que implica amor, compromiso y respeto.

Recordar aquellas palabras de algún modo lo hicieron saber que al menos iba por buen camino porque no había nada de lo que Blaine había dicho en esa ocasión que él no hubiera hecho por este.

—Darle tiempo y respetar sus silencios —susurró para sí mismo.

¿Era suficiente en esta situación? Porque era lo que había estado tratando de hacer, y, sin embargo, seguía sin ver resultados. En los siete días que llevaba ahí, Blaine casi no había hablado y parecía estar pensando mucho porque siempre estaba con la mirada perdida o llorando en silencio.

¿Acaso era eso lo que su esposo necesitaba para liberar todo su dolor y él sólo debía permanecer a su lado?

Si tan sólo le diera una señal, porque, ¿cómo podía apoyarlo correctamente si este no le decía nada?

Él estaba ahí demostrándole su amor incondicional, sin embargo, parecía no bastar. O al menos lo sentía de esa forma.

—¿Kurt?

—Lo siento —retiró lentamente la mano con la que había estado trazando patrones en el rostro de su pareja— ¿Te desperté?

—No, tranquilo. Sólo tenía los ojos cerrados mientras pensaba.

—¡Oh! ¿Qué ocurre, amor? ¿Hay algo que pueda hacer por ti?

—Sí.

—Dime.

—Deberías irte.

—¿Por qué?

—Has dejado a Steph demasiado tiempo sola. Sé que mis tíos la están cuidando, pero con nadie estará mejor que contigo.

—Lo sé cariño y no he dejado de estar pendiente. Todos los días hablamos y ella está bien. Eres tú quien me necesita ahora.

—Te lo agradezco, pero Steph es tu hija y te necesita más.

Una sola palabra de dos letras lo dejó sin aliento. Escuchar de Blaine tu hija en lugar de nuestra, había sido un golpe totalmente inesperado. Tal vez era por todo lo que este estaba atravesando o quizá ni siquiera se había dado cuenta de lo que dijo, mas eso no hacía que doliera menos.

—No te preocupes. Estaré aquí contigo hasta que sea el momento de irnos juntos.

—No creo que sea posible. No estoy listo y quién sabe cuándo pasará.

—Estoy aquí para ti, cariño.

—No voy a volver, Kurt, es lo que quiero que entiendas.

—¿Qué? ¿Cómo que no…?

—Lo siento. No puedo. Por eso te estoy diciendo que debes irte ya que no tiene ningún sentido que permanezcas a mi lado.

—¿De qué hablas?

—Ustedes deben continuar sin mí.

—No… Blaine…

—No te preocupes que no les faltará nada.

—¿Crees que eso es lo que me importa? —se levantó enojado— ¿Piensas que quiero tu dinero y tu apellido?

—Sé que no, pero prometí que me haría cargo, que jamás volverían a pasar angustias ni dificultades.

—También prometiste que regresarías, que volveríamos a estar juntos como una familia, y fue una promesa que no sólo me hiciste a mí sino también a Steph.

—No saques esa carta conmigo.

—¿Qué?

—Usar a Steph para hacerme volver.

—¿Cómo te atreves? —lo miró indignado— ¡Jamás he usado a mi hija para conseguir nada!

—No lo digo con la intención de ofenderte o…

El teléfono de Kurt empezó a sonar y decidió ignorarlo hasta que vio la imagen en la pantalla y respiró profundamente antes de contestar, sabiendo que era la hora a la que hablaban todos los días.

"Hola princesita… ¿Cómo estás? —pasó saliva con algo de dificultad— Bien, trabajando mucho… ¿Mi voz? No le pasa nada, creo que me voy a enfermar de la garganta, es todo… También te extraño… Pronto, amor… ¿Blaine? Él eh…"

—No quiero hablar con ella —dijo en voz baja el de cabellera oscura y giró hacia el otro lado, dándole la espalda.

Kurt sintió su corazón romperse y que cada fragmento había salido disparado hacia diferentes partes de su cuerpo porque todo dolía y no podía respirar ni hablar.

—"Papi… ¿Papito? ¿Estás ahí?"

—"Ah… sí, sí mi amor —hizo un gran esfuerzo para que las palabras salieran y sonar tranquilo—. Aquí estoy… Sí… Ah… Él está en otro lugar ocupado… Claro, yo le digo… —se dirigió lentamente hacia la puerta sin dejar de observar a Anderson— Cuéntame…"

Tratando de concentrarse en lo que su niña decía salió de la habitación y cerró la puerta siendo atravesado por tantas emociones que no sabía cómo controlar.

Tras varios minutos de plática, empezó a recorrer la casa observando cada rincón lleno de recuerdos de todos esos momentos que lo hicieron creer que el amor, la tranquilidad y la felicidad sí eran para él.

Ahí estaba aquel sofá en donde se sentó con Blaine en varias ocasiones a disfrutar del calor de la chimenea, a besarse de diferentes formas por lo que siempre parecieron horas, o a conversar acerca del futuro y la vida que querían construir juntos.

El desayunador en el que compartieron tantas pláticas y risas también con los Anderson-Connelly, quienes lo hicieron sentir parte de la familia desde el principio.

—Sabes que siempre es un placer verte, Kurt —dijo Michelle con una dulce sonrisa.

—Este es tu hogar —continuó Ezequiel dándole un abrazo cálido.

Su recorrido lo llevó al largo pasillo que conducía a las habitaciones y se detuvo frente a un cuadro.

—Tus tíos nos van a descubrir —dijo Kurt con una sonrisa traviesa en medio de besos apasionados tras haber tropezado con el cuadro que colgaba imprudente.

Blaine lo aprisionó contra la pared y le dio una mirada libidinosa. —Si no hacemos ruido, no se enterarán —introdujo una mano por debajo de la camiseta tipo polo de su pareja y empezó a acariciarlo.

—Blaine… —gimió y se mordió el labio.

Las voces se aproximaron y ambos corrieron a lo largo del pasillo.

Kurt nunca había experimentado algo así. Aquello era mágico y lo hacía sentir como si fuera un adolescente.

En medio de otro beso febril entraron a una de las habitaciones en donde hicieron el amor con total devoción.

Suspirando recorrió con los dedos el frente de la puerta de aquella alcoba que había sido testigo de toda la pasión que desbordaron en tantas ocasiones.

A pocos metros se encontraba la recámara donde Blaine permanecía, y en el pecho sintió una opresión, así que se alejó.

—¡Esta casa es enorme! —exclamó Steph con ojos amplios y una hermosa expresión de asombro.

—Es nuestro lugar de descanso —dijo Michelle sonriendo—, y ahora también es tuyo.

—¿Mío?

—Sí, porque tú y Kurt son parte de la familia, por lo tanto, esta hacienda también les pertenece.

Podía ver a su niña corriendo feliz y despreocupada por todas partes, como él siempre había soñado.

Sus pasos lo llevaron hacia el exterior y más recuerdos se seguían haciendo presentes. Sin darse cuenta se detuvo frente a la hermosa caída de agua.

Dentro del cercado de piedra se encontraban disfrutando de un día cálido como la familia que eran. Kurt estaba sentado en el agua con las piernas recogidas filmando a sus dos amores junto a la cascada.

—Salta, preciosa. Prometo que voy a atraparte —animó Blaine a la niña, extendiendo los brazos.

—¿Y si me caigo?

—No permitiré que suceda. Te lo prometo.

—¡Atrápame papi Blaine! —chilló feliz antes de aventarse de la parte alta donde se encontraba.

El de ojos como la miel la recibió en sus brazos y ambos celebraron.

—¡Eso fue genial, mi niña hermosa!

—¡Sí! ¡Me gustó! ¡Fue como volar!

—Eres muy valiente, princesita —le besó la mejilla—. Estoy tan orgulloso de ti.

—Te amo papi —le rodeó el cuello con sus pequeños brazos.

—También te amo mi niña.

—Papito, papito Kurt… ¿me viste saltar?

—Claro que te vi, amor —respondió con una sonrisa—. Lo hiciste muy bien.

—Ven salta conmigo, papito.

—¿Y a mí quién me atrapa? —bromeó.

—Yo —dijo Blaine con una sonrisa cálida y honesta—. Siempre los voy a cuidar y mantener a salvo.

Kurt limpió con el dorso de la mano la lágrima que iba rodando por su mejilla.

"No voy a volver, Kurt."

"No quiero hablar con ella."

Sacudió la cabeza furiosamente y secó una nueva lágrima que se iba abriendo paso.

"Has construido una burbuja de fantasía, pero en algún momento va a explotar y entonces te estrellarás contra el suelo" —proclamó Pam—. "Cuando Blaine se dé cuenta que tú y tu hija no son más que un repuesto, un alivio temporal, todo terminará. Ya lo vi pasar por eso una vez, así que sé muy bien que mi hijo sólo está jugando a la familia feliz."

¿Por qué aquellas palabras siempre se hacían presentes para atormentarlo? Lo más triste es que después de lo ocurrido en ese día, empezaba a creerlas.

кℓαΐиε ღ кℓαΐиε ღ кℓαΐиε ღ кℓαΐиε ღ кℓαΐиε

Blaine abrió los ojos sorprendido al sentir una mano acariciando su rostro y rizos. Podría reconocer aquel toque único en cualquier lugar y bajo cualquier circunstancia.

—Tía…

—Mi niño —se inclinó para abrazarlo de aquella forma maternal en la que siempre lo había hecho.

—¿Qué haces aquí?

—Vine a verte. No sé cómo no pensé en ello. Este siempre fue tu lugar favorito para refugiarte, para encontrar paz, para sentirte a salvo —se enderezó y volvió a acariciarle el cabello—. Estábamos tan preocupados por ti.

—Lo siento, no fue mi intención. Necesitaba estar solo.

—Puedo entenderlo, aunque debiste decirnos… —suspiró— Lo importante ahora es que te encontramos, Kurt te encontró.

—Ah…

—¿Y dónde está? Pensé verlo aquí contigo.

—Le dije que se fuera.

—¿Por qué?

—Porque es lo mejor.

—¿Cómo que lo mejor?

—No es justo que permanezca aquí. Debe ir con Steph.

—Steph está bien cuidada y protegida.

—Lo sé, pero fui claro al decirle que no debía permanecer aquí.

—Al parecer no fuiste tan claro, o, Kurt te conoce mejor de lo que crees y se dio cuenta de que algo no está bien contigo y que necesitas del apoyo y amor de tu familia.

—¿Qué significa eso?

—El auto está allá afuera. Probablemente él se encuentre en la cocina u otra parte de la casa. No lo sé porque vine directo a verte, y como dije, pensé encontrarlo aquí.

—Oh…

—Pareces desilusionado.

—Debió irse —se puso de lado y cerró los ojos.

—No me des la espalda. No voy a permitir que me dejes fuera.

—¿Ah?

—Te he criado como a uno más de mis hijos y sé que haces eso cuando intentas bloquear a las personas.

Si quieres permanecer de lado, bien, pero no me vas a sacar de esto que tanto te aqueja. Necesitas hablar con alguien de ello, y estoy segura de que no lo has hecho con Kurt.

—¿Es lo que te ha dicho?

—Lo único que me ha dicho cada vez que hablamos por teléfono es lo preocupado que está por ti.

—No entiendo por qué tiene que ser tan necio y seguir aquí.

—Tal vez sea porque te ama. Por eso vino para cuidarte, para apoyarte, para estar a tu lado hasta que te sientas mejor y puedan irse juntos de aquí.

—Eso no va a suceder.

—¿Cómo que no? Blaine, cariño, ¿qué está pasando?

—Kurt tiene que seguir su vida junto a Steph, es lo mejor porque no estoy listo para volver y no sería justo que me esperen indefinidamente.

—Aún necesitas un poco más de tiempo, puedo comprenderlo, pero eso no significa que…

—Aunque estuviera listo en una semana o en un mes, no voy a regresar con ellos.

—¿Por qué? —lo miró sorprendida.

—Porque no estoy seguro de lo que siento.

—¿Me estás diciendo que te casaste con Kurt sin amarlo? ¿O que querías adoptar a Steph porque se te ocurrió y no porque la amaras como si fuera realmente tu hija?

Te conozco demasiado y sé que había amor en la forma en la que los mirabas, así como en tu sonrisa cuando estabas a su lado. Cada cosa que hacías o decías era reflejo de tus sentimientos hacia ellos.

—No he dicho que no los ame, lo hago, pero en este momento todo es muy confuso y no les puedo dar la felicidad que se merecen.

—¿Y crees que sacándolos de tu vida los vas a hacer felices? ¿Has pensado en el sufrimiento que eso les provocaría? Porque Kurt te ama con todo su ser, prueba de ello es que dejó todo por venir a buscarte y estar a tu lado para ayudarte a estar bien.

Y ni qué decir de Steph. Esa niña te adora y pregunta por ti cada día desde que te fuiste. Ella está segura de que pronto vas a regresar porque se lo prometiste y cree en ti y en tu palabra.

Luego de una pausa Blaine se se sentó con las piernas cruzadas, dándole espacio a su tía para que se acomodara a su lado.

—He pensado en eso. No hago más que pensar en ellos, en el futuro y… en otras cosas, pero soy un desastre completo y no sé cómo manejarlo.

Hay momentos en los que lo único que siento es dolor y más dolor, y luego está este vacío que me consume y que no me permite sentir nada. No hay emociones, no hay sentimientos, no hay absolutamente nada. ¿Cómo puedo estar con ellos así? No se merecen esta incertidumbre.

—Entiendo tus intenciones, mi niño. Quieres protegerlos, pero esta no es la manera correcta. Si lo haces así, lo único que lograrás será lastimarlos.

Habla con Kurt y explícale lo que está pasando, dile lo mismo que a mí y lo que necesitas, pero no le hagas creer que no lo amas o que no te importa, cuando no es así.

Blaine asintió varias veces bajando la mirada. —Lo haré. Voy a hablar con él cuando esté listo.

—Sólo no dejes pasar mucho tiempo —le acarició la rodilla—. Y retomando lo que dijiste acerca de sentir tanto dolor y luego estar vacío, ese es un retroceso en el tiempo que me preocupa mucho.

Ya pasaste por esto antes y aunque no fue fácil, lo superaste, y sé que lo vas a lograr nuevamente —lo tomó de la mano y lo miró preocupada durante varios segundos—, pero necesito que me digas qué ocurrió para que estés repitiendo patrones y conductas pasadas y así poder ayudarte.

—Perdí a mi hijo —bajó la cabeza.

—Dulzura, sin intención de disminuir la magnitud de lo que sucedió, eso fue hace unos años, y has estado bien, retomaste tu vida, tus…

—Quería verlo crecer, escucharlo decirme papá, jugar con él, enseñarle todo lo que ustedes me enseñaron, que… —su voz se vio apagada y fue reemplazada por un sollozo.

—Lo sé, mi niño, pero, ya lo habías superado. ¿Qué fue lo que removió todo ese dolor?

—Mamá…

—¡Claro, tenía que estar ella involucrada! —Blaine apretó su mano con fuerza— Cualquier cosa que te haya dicho fue con la única intención de…

—Me hizo pensar en… cosas.

—¿Qué cosas?

—Ella dice que Kurt y Steph no han sido más que un refugio, una forma de reemplazar la familia que perdí y llenar el vacío que me dejó Ashton en el corazón.

—¿Es lo que son? Porque sólo tú puedes responder esa pregunta por muy duro que sea.

—Yo… —cerró los ojos con fuerza— Yo…