- Profesor Snape me llamo.
- Si, pase March. Estaba ahora mismo corrigiendo su examen de pociones – a Anne casi se le para el corazón, el nunca le había llamado para un examen, seguro que había suspendido, él pareció notar su tensión – no se preocupe, esta tan bien como siempre, pensé que le gustaría saberlo – Anne volvió a respirar – pero bueno no es por eso por lo que la he llamado, esto es para usted – le dijo sacando una caja de debajo de su mesa y poniéndola sobre esta, Anne se acerco a la caja y le quito la tapa – es un pensadero, pertenecía a su madre, me hizo prometerle que si algo le ocurría se lo daría y creo que ya esta preparada para ello.
- ¿Tiene los pensamientos y recuerdos de mi madre?
- Supongo. Nunca lo he mirado, son cosas intimas, yo solo soy el encargado de entregarlo, lo que usted decida hacer con él, eso es cosa suya.
Anne llego a su sala común, se sentó en uno de los sillones con la caja en sus rodillas, no sabia lo que debía hacer, estaba deseando ver lo que contenía el pensadero, pero al mismo tiempo, sentía que se entrometía en la vida de su madre, pero las ansias de ver a su madre y su curiosidad pudo con ella, subió dando grandes zancadas hasta su habitación, se quito su túnica y se sentó en su cama, saco el pensadero de su caja y después de respirar hondo un par de veces, tuvo el valor para mirar en su interior.
Apareció en un cementerio vio a una mujer colocando flores sobre dos tumbas, tenia el pelo largo hasta la cintura, sus ojos marrones, la gente tenia razón, el parecido entre las dos era notable, la única diferencia eran sus ojos, por que era ella, su madre, se acerco, estaba llorando mirando a las tumbas.
- Susan – la aludida se giro.
- Remus – susurro echándose en brazos del recién llegado – no es verdad, no puede ser verdad.
- Shhhhh – le dijo mientras le acariciaba la espalda y el cabello – todo saldrá bien, ya lo veras, todo se solucionara.
- Tu sabes que no es verdad, nada se solucionara, el no pudo ser Remus, el no – repetía mientras se ponía de nuevo a llorar – el no haría nunca nada así, tú lo sabes.
- Lo siento Susan, pero no lo se, las pruebas le apuntan a el, mira cuantos testigos le señalan, me duele en el alma decirte esto, pero fue el Susan, fue el.
- No – grito separándose de los abrazos de su amigo – el no fue, no...
- Por mas que yo también quiera creer en su inocencia no puedo.
- No entiendo como puedes estar así tan tranquilo, culpando a tu amigo.
- Por lo que se ve Susan, olvidas que lo culpo de la muerte de ellos – añadió señalando a las dos tumbas - de nuestros amigos, de nuestra familia.
- Tú lo has dicho, no había nada más importante para el que James y su familia, no puedo creer que él los traicionara.
- Y a mí también me duele pensar en ello, pero ahora estamos solos.
- Era las personas más importantes para él.
- No solo ellas eran las más importante para él, porque tu nunca le has dicho que...
- No sigas Remus, no quiero discutir eso otra vez contigo y menos ahora crea yo o no crea en su culpabilidad, no seria bueno que la gente se enterase ahora de la verdad, seria ponerla en peligro inútilmente.
- Si es cierto. Y bastantes peligros corres tu ya, trabajar para la orden del fénix, trae bastantes complicaciones.
- Lo mismo te digo.
- Si, pero yo no tengo una hija, si algo te pasara quien cuidaría de ella – la mujer no contesto, solo bajo la mirada y apoyo su cabeza en el hombro de su amigo y se dejo abrazar por aquellos brazos que tanto cariño le daban.
- Lo sé, lo sé, pero no puedo quedarme sentada viendo como mis amigos se arriesgan y yo no, no quiero vivir viendo como caéis uno detrás del otro, debo ayudar y es lo que haré.
- Pero que testadura eres – los dos volvieron a mirar hacia las tumbas de sus amigos y se dieron la vuelta.
Anne salió del pensadero, lágrimas corrían por sus mejillas, de tristeza y felicidad, estaba triste, sabia que las tumbas que había allí, eran las de los padres de Harry Potter, y su madre, estaba sufriendo por sus amigos, pero a la vez le ponía muy feliz poder verla, no la recordaba, no tenia nada mas que fotos de ella, sus abuelos nunca le contaban nada, pero hoy había oído su voz, había visto sus ojos. Aquello era como una droga, rápidamente volvió a el coger el pensadero y seguir viendo.
Estaba en una habitación, estaba pintada de verde y en el techo estaban dibujadas nubes, había una cuna y vio a su madre junto a ella, se acerco y miro dentro de la cuna, una niña pequeña dormía, su madre la contemplaba. En ese momento su padre entro en la habitación. Anne le observaba mientras se acercaba.
- ¿Ya se durmió? – pregunto en un susurro.
- Si, creí que seria imposible, pero lo conseguí, estaba muy revoltosa.
- Yo no entiendo como algo tan pequeño, nos puede agotar a nosotros antes.
- Si, esta empezando a ser un poco traviesa.
- De quien habrá sacado esa rebeldía – dijo su padre con una sonrisa – Voy a salir a dar un paseo, quieres algo.
- No gracias – le contesto respondiendo al beso que él le daba, Anne estaba feliz de ver a sus padres besándose – no tardes, sabes que me preocupo.
- No tranquila.
Se oyó como se cerraba una puerta en la casa, Anne miraba cada uno de los movimientos que su madre hacia.
- Ha hecho una buena pregunta, de donde has sacado esa rebeldía pequeña, eres muy traviesa, como él, no se puede negar que tienes su mismo temperamento, espero que no termines siendo tan impulsiva, tus ojos, cada vez que los veo me recuerdan a el, ojala algún día le puedas conocer, de verdad que quisiera que lo conocieras, pero supongo que esto nunca me lo perdonara, como le podría decir, ya me lo imagino, hola que tal estas, bien me diría y tu, bien, estoy bien, ya que hablamos de cómo estoy, permite presentarte a alguien, Sirius esta es Anne mi hija ya la conoces verdad, por cierto eres su padre – Anne creyó que se caería, al suelo, notaba como sus rodillas temblaban, su padre, no, no era verdad, su padre había salido a dar una vuelta, Sirius Black no era su padre, no, no podía ser – ni siquiera estaba segura de lo que quería hacer, deseaba salir del pensadero y olvidar todo lo que había oído y al mismo tiempo quería saber mas, tenia que saber la verdad –y como te lo explicare a ti – continuo su madre- que llamas Papa a otra persona, no se si tengo derecho a ocultarte la verdad, pero tampoco estoy segura de que debas saber la verdad, no ahora que lo acusan de ser aliado de Voldemort, pero yo se que eso es mentira, seguro que fue una trampa, el nunca nos traicionaría, el hubiese dado su vida por la de James y Lily, fue una trampa, tuvo que ser eso, sé que Remus tiene razón todo indica que fue él, pero no, no seria capaz, no consigo creer que el haya sido capaz, le tengo que ayudar, investigar quien puede a ver sido, tengo que saber que si algo me pasa a mi, el te protegerá, tengo que saber que el cuidara de ti. ¿Porque lo sigo amando? Me duele demasiado.
Anne no lo pudo soportar mas, soltó el pensadero, lo alejo de ella como si quemara, se sintió traicionada, engañada, durante diecisiete años la habían engañado, todo el mundo que estaba a su alrededor, se había confagurado para no decirle la verdad, necesitaba respuestas y las quería ya, cogió su túnica y salió de su habitación, bajo corriendo las escaleras, se cruzo al salir por el retrato de la dama gorda con Oliver y los gemelos, pero ni los vio, ellos se quedaron mirando mientras ella aun seguía corriendo.
Llego a un aula, la puerta se encontraba cerrada, la abrió de un portazo y el que adentro se encontraba la miro, no hubo ninguna muestra de sorpresa en su rostro, más bien era de tristeza.
- Supongo que Severus ya te ha dado el pensadero. Sabia que era una mala idea que te enteraras así.
- Él lo sabe.
- ¿Quién?
- Black, él lo sabe, sabe que soy su... hija.
- Cierra la puerta – ella le obedeció, no quería que todo el colegio escuchara su conversación -No, el no sabe de ti, bueno sabe que existes, pero no sabe que eres hija de el, tu madre decidió ocultárselo.
- ¿Porque? – estaba confundida y necesitaba respuestas.
- Porque no te sientas y hablamos tranquilamente.
- No estoy segura de querer hablar tranquilamente – nunca le había contestado a ninguno de sus profesores, pero ahora delante de ella solo veía a un hombre que sabía la verdad sobre quien era.
- Supongo que si has venido es porque quieres saber, entonces siéntate y pregunta – suspiro y se sento en un pupitre enfrente de él.
- ¿Por qué mi madre no se lo contó? – fue su primera pregunta.
- Veras, tu madre y el se querían mucho, pero no consiguieron mantener la relación, los dos tenían caracteres muy fuertes y eso hacia que tuvieran varios encontronazos bastantes fuertes, su amor era muy fuerte Anne, pero no siempre eso es suficiente, sus discursiones cada día eran mayores, la tensión a la que nos veiamos sometidos siendo miembros de la orden y las continuas misiones en las que nos encontrabamos, hacia que no fuera facil para ellos, después de que ellos rompieran, Susan descubrió que estaba embarazada de ti, se asusto mucho, pero aun asi pensó en decírselo, una noche fue decidida a su casa a contárselo, pero se encontró con una sorpresa, el estaba con una chica, no era nadie solo una mas, ya que para él la única que quiso fue a ella, pero ella tomo la decisión de no contárselo nunca, ocultarle la verdad, unos meses después conoció al que tu creías que era tu padre, era un muggle, pero se enamoro de ella, le dijo que el la cuidaría y que te adoptaría, todo fue muy repentino, al año de que tu nacieras, ellos ya se habían casado, y así comenzó la mentira
- Si, la mentira – susurra ella.
- Sé que ahora debes estar un poco desconcertada, pero no es tan malo como crees, al que tu conociste como padre, te quiso como a una hija, te lo puedo confirmar, yo lo vi con mis propios ojos y amaba mucho a tu madre.
- Pero ella a el no. Ella quería a Black.
- Si, nunca consiguieron olvidarse, para desgracia de los dos, se siguieron queriendo.
- De los tres mas bien. Porque mi padre vivió una mentira.
- No es cierto, el siempre lo supo todo y lo acepto.
- Eso no me hace sentirme mucho mejor. Mi madre estaba enamorada de un asesino.
- Pero si buscas el punto bueno el no los mato – ella se quedo mirando a los ojos a su profesor, si eso era una broma, no le encontraba la gracia
- ¿Cómo murieron? – esa pregunta salio de su garganta sin tan siquiera proponerselo.
- No sé si te puedo contestar a esa pregunta, no sabemos mucho, yo lo investigue personalmente, pero no pude descubrir quien fue, pero si lo que quieres saber es si murieron a manos de magos, la respuesta es si, murieron por maldiciones imperdonables, pero no sabemos quien pudo ser, tenemos algún que otro sospechoso, pero nadie en concreto.
- ¿Fueron mortifagos?
- Eso es seguro.
- Black es un asesino, ¿Es eso verdad, mi verdadero padre es un asesino?
- No, no lo es, yo lo he creído durante trece años, pero hoy te puedo asegurar que el no fue quien traiciono a James y Lily Potter ni quien mato a todos esos muggles – Anne se quedo en silencio, no sabia que más preguntarle a su profesor, bajo la vista al suelo, intentando asimilar todo lo que había descubierto en un solo día, no se dio cuenta cuando alguien volvió a abrir la puerta.
- Señorita March – la aludida levanto la cabeza y miro hacia donde venia la voz – puede acompañarme a mi despacho por favor, si ya ha terminado contigo Remus.
- Si Minerva, creo que ya hemos acabado – miro a Anne y esta asintió con la cabeza, se levanto y siguió a la profesora – si tienes alguna duda mas, puedes venir siempre que quieras.
- Gracias – fue lo único que ella le dijo al salir de la estancia.
- Pase – le dijo su profesora abriéndole la puerta – creo que aquí podrán hablar cómodamente sin que les interrumpan.
- ¿Hablar?
- Si Anne, hablar. O acaso no quieres hablar con tu abuelo – el hombre que tenía delante de ella la miraba fijamente.
