Ella se quedo sin palabras, pero que día era ese, primero lo de Black y ahora su abuelo le venia a hacer una visita, aquello le daba muy mala espina. Paso dentro de la estancia mirando a su abuelo, oyó como la puerta se cerraba detrás de ella.

- Deberías saludar a tu abuelo – Anne se dio la vuelta, no había notado que alguien mas estaba en el despacho.

- ¿Qué hace el aquí? – pregunto a su abuelo.

- Hola a ti también Anne. Qué tal has estado, bien, yo también, tu abuela te manda saludos. Y ahora siéntate junto a Marcus – Anne miro a su abuelo y se fue a sentar –bien, te sorprenderás de que haya venido.

- No porque. Si en siete años no te has preocupado por mi educación, no quiere decir que no lo harás nunca ¿verdad? – contesto sarcásticamente.

- Ve a lo que me refiero – dijo Marcus – lleva así todo el año – Anne le miro como si fuera una rata lo que tuviera delante de sus ojos.

- No pienso permitir que me enfades, he venido a darte una gran noticia ¿Verdad Marcus?

- Sin duda – añadió este cogiendo la mano de Anne, ella iba a protestar, pero sabia que estaba en desventaja.

- Bien, los Sres. Flint, tu abuela y yo, hemos puesto fecha para la boda.

- ¿Qué boda? – interrogo ella temiendo la respuesta.

- La nuestra cariño – le contesto Marcus tirando de su mano y poniéndole un anillo en el dedo.

- Estáis de broma, no me pienso casar con él, ni lo sueñes – intento soltar su mano y quitarse el anillo.

- Si lo harás, mañana volvéis a casa, así que tu abuela quiere empezar con los preparativos en cuanto tu llegues.

- Que no me voy a casar, no me estas escuchando – grito ella mirando a su abuelo con odio.

- Marcus por favor, me dejas unos minutos a solas con mi nieta.

- Claro Sr. March. Te espero afuera – le dijo a la chica.

- No hace falta gracias – vio como cerraba la puerta iba a protestar cuando recibió un golpe en su cara, haciendola caer al suelo.

- Se acabo, entiendes, se acabo el 20 agosto te casaras con Marcus y no quiero ni una palabra mas, ya estoy cansado de esa actitud tuya de sabelotodo, la tuve que soportar con tu madre y no pienso aguantártela a ti también.

- No puedes obligarme – dijo ella tendida en el suelo sin atreverse a mirarlo.

- Si que puedo, mientras sigas bajo mi tutela tendrás que hacer lo que yo te diga – le grito mientras la levantaba del suelo y la ponía cara a cara con él – y te puedo asegurar que lo harás, por las buenas o por las malas, pero lo harás – la soltó echándola sobre el sofá – tu decides como quieres hacer las cosas – termino diciendo mientras salía por la puerta.

Anne se levanto, aquello era demasiado, sé tenia que haber quedado en la cama, no sé tenia que a ver levantado, hacia unos minutos había descubierto quien era su verdadero padre y ahora, le acababan de dar la peor noticia que le podían haber dicho.

- Emocionada cariño – pero sería imposible que le dejaran el resto del día en paz para asimilar todo lo que le estaba pasando.

- Ahora no estoy de humor Marcus – el no contesto nada solo la sujeto por la mano y tiro de ella – suéltame, no tengo ganas de jugar.

- Pero yo si – dijo el se agacho la cogió por las piernas apoyándola en su hombro y como si de un saco de patatas se tratara empezó a caminar.
-Déjame en el suelo – le iba dando puñetazos en la espalda para intentar escarpar, pero no parecía hacer ningún efecto sobre él – déjame, suéltame – después de un trecho, él la volvió a depositar en el suelo – se puede saber que haces – miro a su alrededor, estaban en una pequeña habitación, donde solo había un sillón y una chimenea que Marcus prendía en ese momento, se
dirigió a la puerta y tiro de la manilla, pero no surgió efecto la puerta no se
movía - ¿Qué quieres?

- Nada en especial, solo celebrar mi compromiso con mi prometida – le dijo mientras la acorralada contra la puerta.

- Mira no tiene gracia vale déjame salir – dijo ella se estaba empezando a asustar.

- Sabes lo que tampoco tiene gracia, ver como te besabas con el imbecil de Wood, en la final. Eso tampoco tuvo gracia. Me pregunto si dejas que el te toque – le decía mientras le iba acariciando los brazos - ¿le dejas?

-Té estas confundiendo Marcus, lo que vistes no fue nada, solo fue un momento de entusiasmo por parte de el, hubiera besado a cualquiera que tuviera delante – ella intentaba soltarse de él.

- No lo creo. Le veo como te mira esta enamorado de ti – le dijo mientras le besaba el cuello.

- Apártate – le grito empujándole, pero no servia de nada, él era mucho mas fuerte que ella, saco su varita, pero él fue mucho más rápido se la quito de la mano y la tiro a otro extremo de la habitación, ella noto como él le quitaba la túnica y intento resistirse.

- Que ocurre cariño, no té iras ahora a hacer la ingenua, eso no va con tu carácter.

- No me gusta este juego Marcus déjame ir.

- ¿Le dejas? – volvio a preguntar él mientras le dejaba una marca en su cuello.

- ¿Que si le dejo el que?

- Le dejas a el que te toque – le repitió mientras le seguía marcando el cuello.

- No. Suéltame.

- Mas vale que no lo haga – le dijo mientras la miraba a los ojos - porque si sé que me engañas con el o con otro – le puso una mano en el cuello – es tan pequeño, solo apretar un poco y ya esta.

- ¿Por qué me haces esto? - las lágrimas caian por sus ojos y él paracía disfrutar con cada una que veia derrarmar.

- Por que te quiero.

- No Marcus tu no me quieres ni yo a ti tampoco.

- Si que te quiero, mira cuanto – le dijo mientras le cogía una de sus manos y se la llevaba a su entrepierna – vez cuanto te quiero – le repitió mientras le pasaba la mano arriba y abajo.

- Eso no es amor – le contesto ella intentando soltar su mano asqueada.

- Si que lo es y te lo voy a demostrar ahora – añadió mientras la besaba en los labios, le hacia daño, se los mordía, luego bajaba de nuevo a su cuello y la volvía a morder – dios eres irresistible, no sabes cuanto te deseo.

- Suéltame Marcus por favor no lo hagas – pero el no escuchaba, le acababa de abrir la camisa de un solo tirón y le manoseaba los pechos – por favor – volvió a repetir ella.

- No seas tonta lo vas a disfrutar – una de sus manos seguía en sus pechos mientras el los besaba y con la otra se quitaba su túnica, cuando cayo al suelo su mano empezó a subir por su muslo ella, se resistía, intentaba con todas sus fuerzas soltarse de el pero era imposible. Pero entonces vio la varita de el y con un rápido movimiento la cogió y grito – Petrificus totalus – y Marcus callo al suelo como si de una estatua se tratara, ella tiro la varita de el lejos y fue a por la suya se puso la túnica intentando tapar los destrozos en su ropa, apunto a la puerta y dijo – alohomora – la puerta se abrió y ella echo a correr a través del pasillo.

- Eso es trampa George.

- No lo es, es una manera de jugar, vamos Angelina no seas mala perdedora.

- No soy mala perdedora, pero eso es trampa, venga decírselo vosotros – chillo intentando encontrar algo de apoyo en sus amigos que miraban la partida.

- Es cierto – dijo Kathy – has movido el peón hacia atrás y no se puede.

- Si se puede – contesto Fred – el peón se ha movido por tanto se puede.

- Que dos tramposos estáis hechos los dos – añadió Oliver divertido – que se pueda hacer no quiere decir que este permitido.

- Bueno y me quieres decir que reglas dicen que no esta per ... – pero no continuo hablando, en ese momento Anne entraba corriendo en la sala común subiendo las escaleras – esa chica esta muy rara hoy, es la segunda vez que la vemos hacer eso – Oliver asintió con la cabeza.

- Voy a ver que le ocurre – dijo Kathy.

- Espera voy contigo. Bueno George, he memorizado las fichas, no se te ocurra cambiar ninguna de sitio.

- Ni se me ocurriría – le contesto él guiñándole un ojo.

- Por que será que lo dudo.

- Sabes que le pasa a Anne – interrogo Fred a Oliver mientras veía como su hermano cambiaba todas las piezas de sitio.

- Ni idea, no he hablado con ella desde hace dos días mas o menos.

- Chicos – les grito Kathy desde la escalera – necesitamos vuestra ayuda es Anne – Oliver nada mas oír esto salió corriendo hacia la habitación de su amiga seguido por los gemelos – no sé que le ocurre esta histérica no para de llorar - cuando los chicos entraron en la habitación no había nadie – esta en el baño – les dijo Kathy, la siguieron y allí se encontraron la escena.

Anne estaba dentro de la ducha acurrucada en una orilla mojada y llorando sin parar, Angelina le hablaba, la intentaba convencer para que saliera, pero ella no decía nada, solo lloraba.

Oliver aparto a Angelina se acerco a su amiga y la cogió en brazos, saliendo con ella hacia la habitación, ella se había sujetado a su cuello y enterado su cabeza en el, la deposito sobre la cama, pero no la soltó, la abrazo puso su cabeza en su pecho intentando que se calmara, en ese momento se dio cuenta de que ella llevaba su camisa abierta, le aparto el pelo hacia atrás y vio marcas en su cuello, una furia le recorrió todo el cuerpo.

- Quedaos con ella – dijo mientras salía por la puerta.

- Oliver – donde vas – le grito George, pero el aludido no contesto, solo bajaba las escaleras como un rayo hasta que lo alcanzaron los gemelos y lo pararon – pero se puede saber que haces.

- Voy a buscar a Flint.

- ¿A estas horas? – le dijo George – vamos seguro que esta en su sala común y ahí no puedes pasar.

- -Me da igual donde este, lo encontrare aunque me pase
toda la noche buscando.

- Pero que te ha dado, por Merlín, espera tengo una idea – añadió Fred volviendo a subir de nuevo los escalones, al cabo de unos minutos bajo con un viejo pergamino en la mano – ya esta esto nos ayudara.

- Un papel viejo y estropeado, no creo que nos sea muy útil.

- No digas eso, le insultas, no pasa – le decía al pergamino mientras lo acariciaba – es que el no sabe lo especial que eres.

- No estoy para tonterías – contesto Oliver volviendo a caminar.

- Espera amigo – le paro Fred – dale una oportunidad – Juro solemnemente que mis intenciones no son buenas – al terminar la frase, el pergamino se volvió un mapa que mostraba pasadizos escondidos por el castillo y pequeñas mopas con nombres de personas, Oliver pudo ver una que traía Marcus Flint.

- ¿Sé supone que él esta aquí? - George asintió con la cabeza y los tres salieron por el retrato de la Señora Gorda, Fred le iba indicando los pasillo, tuerce a la izquierda, ahora a la derecha, a la derecha otra vez, a la izquierda, en su última indicación, Oliver pudo ver a Flint en el pasillo tambaleándose, sin mediar palabra fue hacia él y le dio un puñetazo, Marcus, no se dio cuenta ni de lo que asaba cuando ya estaba en el suelo.

- Que demonios – grito cuando miro a su atacante y una sonrisa se puso en su rostro mientras pasaba una mano por su labio que empezaba a sangrar – que pasa Wood ¿Celoso? – Oliver al escuchar esas palabras lo hubiese matado, pero los gemelos al ver la reacción de su capitán lo tenían cogido entre los dos y no lo soltaban – ya lo sabes, no me vas a felicitar, en dos meses estaremos casados, será MIA y tu no podrás hacer nada.

- Oliver déjale – le dijo George – Filch viene hacia aquí, tenemos que irnos – a
regañadientes, dejo que los gemelos tiraran de el no sin antes lanzarle una mirada de odio a Marcus que aun seguía en el suelo.

Volvieron rápidamente hacia su casa, no querían que la última noche que
iban a pasar en el castillo, les bajaran puntos ni pasársela limpiando calderos
en la mazmorra de la clase de pociones. Oliver subió de nuevo a la habitación
de Anne, las chicas le habían puesto el pijama y la habían metido en la cama, ella seguía llorando en silencio.

- No a dicho nada – le dijo Angelina – solo llora, no habla – Oliver se acerco a su cama y se sentó en ella, le acaricio la mejilla, Anne al sentir el contacto, miro a quien le acariciaba y lloro aun más, Oliver la abrazo y la empezó a mecer como si fuera una niña pequeña – será mejor que los dejemos solos – todos salieron de la habitación dejando a la pareja allí.

- Shhhh – le decía él – tranquila ya paso todo lo solucionaremos.

- No – contesto ella - no hay solución – le contó todo lo que había pasado lo que le había dicho su abuelo y lo que más tarde le había pasado con Marcus, Oliver no dijo nada, sentía como le volvía a hervir la sangre, la estrecho mas fuerte contra él y así estuvieron en silencio un rato.

- Encontraremos una solución, aun no sé cuál, pero la encontraremos ya lo veras.

- No la hay Oliver, no tengo otra opción.

Él la miro a los ojos, estaban hinchados de llorar pero aun así, pudo ver la desesperación en sus ojos, esos ojos que al le volvían loco, impulsivamente le dio un beso en los labios, al darse cuenta se separo rápidamente.

- Perdona no sé lo que estaba pensando, yo... tu... y... no sé – Anne sonrió al notar los nervios y las mejillas sonrojadas de su acompañante.

Se levanto de la cama y se puso delante de él, se sentó sobre sus piernas rodeando su cintura con las suyas y le beso. Oliver estaba tan sorprendido por esta acción que no le respondía al beso, hasta que sintió la lengua de ella rozando sus labios, la atrapo con la suya y le rodeo la cintura la apretó contra él, separo sus labios de los de ella, para besarle el cuello, podía sentir como ella se estremecía con cada beso, noto como los botones de su camisa se iban desabrochando, cogió la mano que prestaba esta labor y la detuvo.

- Anne, no creo que debamos seguir – era extraño como esas palabras podían salir de su boca cuando su cuerpo decía todo lo contrario.

- Quiero seguir, quiero que tu seas el primero, pero si es que no quieres, podemos parar – Oliver no le contesto, la sujeto por la cintura la tumbo en la cama y la volvió a besar.

- Que yo no quiero, Anne estoy enamorado de ti, te quiero.

- Yo también te quiero.

El termino de desabrochar los botones de su camisa y se la quito, la miro y la volvio a besar mientras iba desabrochando la parte de arriba de su pijama, no llevaba nada debajo y el le empezó a besar su cuello, bajando poco a poco hasta sus pechos, siguió bajando hasta que se encontró con el pantalón de la chica que fue bajando despacio, luego le comenzó a quitar su ropa interior, dejando un rastro de besos por su cuerpo, ella no se quiso quedar atrás y le desabrocho el pantalón, lo dejo caer y el se lo termino quitando, ella le miro a los ojos y puso sus manos sobre los boxers de el, bajándolos le daba vergüenza ver a su amigo completamente desnudo, el la tumbo en la cama y se puso junto a ella, la beso en la mejilla y luego en la boca, ella pudo sentir como el le acariciaba los pechos, se estremeció al sentir su mano en su intimidad, el no la dejaba de besar y con cada uno de esos besos le quitaba la respiración, la oía gemir con cada una de sus caricias, cuando creyó que estaba preparada se coloco sobre ella, la miro a los ojos y ella le sonrió, él llevo su miembro hasta la entrada de ella, se introdujo despacio, pudo oír como ella daba un pequeño grito, se detuvo y la volvió a besar, poco a poco se iba introduciendo en ella, despacio hasta que sé acostumbrada a tenerlo dentro, al cabo de dos embestidas, ella se movia al mismo ritmo que él.

Se despertó al notar que alguien se movía junto a ella, se giro y lo vio allí dormido, se sonrojo al recordar todo lo que había pasado la noche anterior, miro a su mesita el reloj ponía las 5 y 24, aun era muy temprano, pero ella no tenia sueño, se fijo detrás del reloj seguía el pensadero de su madre, se sentó en la cama y lo cogió. Le daba
miedo descubrir mas cosas, pero también necesitaba saber, quería saber.

Parecía la misma habitación en la que había estado la vez anterior, una niña pequeña jugaba con un osito en una manta en el suelo, su padre la miraba como se reía, se sentó junto a el, toda su vida le había querido a el cómo padre, le quería, casi no lo recordaba, pero él la había querido como a una hija aunque no fuera de el y eso hacia que aun le quisiera mas, su madre entro en ese momento en la habitación que había mirado toda la escena desde la puerta.

- Me tengo que ir ya – le dijo.

- Otra vez – contesto el secamente.

- No te enfades, sabe que es mi trabajo – ella le dio un suave beso en el pelo.

- No lo entiendo de verdad que no, arriesgas tu vida por nada.

- No por nada no, lo hago por ella, no quiero que ella viva en un mundo en que haya tanta maldad, no quiero que le tema a un nombre quiero que se sienta orgullosa de mí, que sepa que luche por darle una vida mejor.

- ¿Y yo qué? Desde que has ingresado en esa Orden del Fénix, no sé lo que te puede ocurrir no te das cuenta que yo no sé que haría si te perdiera, dices que luchas por ella, pero en realidad lo haces por ti, por no ser como tu padre.

- Mira todo el mundo que puede esta haciendo algo, yo no me voy a quedar de brazos cruzados.

- No, todo el mundo que puede no, esos amigos tuyo y él – contesto amargamente.

- No lo hago por él y si no lo comprendes, de verdad que lo siento, pero no voy a cambiar mi decisión – termino diciendo cogiendo su abrigo y yéndose.

Anne volvió a mirar a Oliver y sintió un nudo en el estomago, si desobedecía a su abuelo, sabia que tal vez el pudiera pagar su culpa y ella eso nunca se lo perdonaría, prefería morir mil veces que a el le pasara algo. Se levanto lo mas despacio que pudo para no despertarle, se vistió y salió de la habitación, corrió por los pasillos del
colegio, era un riesgo, a esas horas ningún alumno podía andar fuera de sus salas comunes, pero necesitaba hablarle contarle lo que había decidido, llego a la puerta de su dormitorio y toco hasta que le abrieron la puerta.

- ¿Qué es la Orden del Fénix?

- Anne no son ni las seis de la mañana ¿Qué te ocurre?

- Se lo oi a usted y a mi madre ¿que es la Orden esa?

- Creo que es un poco temprano para discutir esto Anne.

- He tomado una decisión y creo que usted me puede ayudar.

Oliver se despertó se estiro y miro a su alrededor, buscando a la persona con la que había pasado la noche, pero no había nadie, junto a su cabeza en la almohada vio una nota.
Oliver:

Ya he encontrado una solución, tal vez tu ahora no lo entiendas, tan solo te pido que me perdones y que por favor no me guardes rencor, pero me tengo que ir, en cuanto pueda te lo explicare todo te lo prometo.
Te quiere.
Anne.