- Esto es lo último que ha enviado Draco – le pregunto Hermione a Remus que se encontraba mirando unos pergaminos.
- Si, sea lo que sea lo que tienen planeado, en menos de un mes lo harán, pero no saben más.
- Si no lo averiguamos pronto – añadió Harry – no podremos evitarlo, y tal vez sean ellos los que acaben con nosotros.
- No digas eso –dijo Hermione – seguro que lo conseguiremos – Harry miro a su novia y no se atrevió a contradecirla, pero sabia que si no evitaban el próximo ataque, seria la Orden del Fénix quien perdería, y le asustaba aun mas que algo le pudiera ocurrir a ella.
- Estas pálida – le dijo como saludo.
- Yo también me alegro de verte – respondió ella.
- Aunque te parezca imposible, no lo digo como una critica. Pareces enferma, llevas así unas semanas deberías ir a ver al médico – siguió mientras se sentaba en la mesa enfrente de ella.
- Marcus, por favor, tu preocupación va a terminar conmoviéndome, parece que fuera de verdad.
- Cree lo que té de la gana – termino él-
- Eso haré, gracias.
- Por una vez, no crees que podríamos cenar tranquilos y sin discutir.
- Tú eres quien me obliga a cenar contigo, si no quieres que discutamos, lo mejor sería que no cenáramos juntos – protesto ella.
- Mira al menos deberíamos guardar las apariencias.
- Las apariencias hace tiempo que no las guardamos, por favor si todo el mundo sabe lo de tus amantes..
- ¿Celosa? – rio él.
- Si Marcus, tengo tantos celos, que solo pensar en esas pobres chicas se me rompe el corazón, en el fondo cada día les estoy mas agradecida. Ahora si me disculpas me voy a mi habitación – nada mas se levanto, se sintió mareada, pero no quería estar mas tiempo allí, empezó a caminar, pero se tuvo que sujetar al marco de la puerta para no caerse.
- Anne ¿Estas bien? – le pregunto él acercándose a ella, pero no obtuvo contestación segundos después ella estaba desmayada en sus brazos.
Era imposible, no podía ser, no se podía haber atrevido, cuando el médico le dio la noticia, lo hubiera matado allí mismo, tenia que estar confundido, pero no el se lo repitió mil veces, no cabía lugar a dudas, paseaba por su habitación de un lado a otro intentando tomar una decisión, sentía ganas de matar a alguien, cuando oyó la puerta de la habitación de ella, salió rápidamente y la encontró junto a las escaleras.
- ¿Adónde vas?
- A la cocina.
- No – le grito sujetándola fuertemente por el brazo.
- ¿No qué? Ahora también me prohíbes ir a buscar algo de comida – ni siquiera cuando estaba enferma la iba a dejar en paz.
- ¿Quién fue?¿No puedo creer que te atrevieras? – el tono de voz de él cada vez era más alto y Anne cada vez estaba más confundida.
- Pero de que hablas – le contesto ella intentando soltar el brazo que el tenia aprisionado.
- ¿De que hablo? ¿Dímelo tu cariño con quien te acostaste? – la sonrisa que apareció en su rostro le estaba empezando a dar miedo.
- Estas desvariando – le dijo con ira en su voz, pero a la vez con miedo era posible que el lo hubiera descubierto que supiera lo que había ocurrido entre ella y Oliver.
- Si seguro claro es que te has quedado embarazada del aire – Anne no pudo emitir sonido alguno, embarazada, no podía ser, llevaba dentro de ella un hijo de Oliver, se sintió por un momento feliz, deseaba salir corriendo para contárselo a el, pero luego tuvo miedo al ver la mirada de furia de Marcus - ¿Quién es el padre? Dime a quien te tiraste. Porque mío seguro que no es, hace casi un año que prefiero no tocarte.
- Suéltame. No tengo nada que decirte – grito ella intentando soltarse y escapar.
- Eres una golfa – le grito y acto seguido le dio una bofetada, ella se fue hacia atrás y aunque el la intento sujetar no pudo ya era tarde, caía por las escaleras.
Cuando abrió los ojos Draco estaba sentado en una silla junto a ella, estaba en el Hospital San Mungo.
- ¿Cómo te encuentras?
- No lo sé – contesto ella incorporándose.
- No te muevas – le dijo él volviendo a recostarla en la cama - te llevaste un buen golpe.
- ¿Un golpe? – interrogo ella y en ese momento se acordó de todo de Marcus de las escaleras del niño - ¿Él bebe? ¿Cómo esta él bebe?
- Anne él bebe... – no necesito oír mas, ver la cara de el fue suficiente para comprenderlo todo, sintió como algo se rompía en su interior algo que jamás volvería a pegarse y sabia que nunca nada volvería a ser igual – lo siento.
- Vete por favor quiero estar sola – le pidió ella dándole la espalda.
- Pero Anne no debes estar...
- Vete – le grito ella – vete de aquí – Draco se levanto y se encamino a la puerta pero antes de abrirla le dijo – si me necesitas llámame – y salió.
- ¿Cómo esta? – Marcus lo esperaba fuera de la habitación.
- Ya ha despertado pero no quiere ver a nadie, me ha echado – fue lo que el otro le contesto.
- Tal vez debería hablar con ella – hizo ademán de abrir la puerta pero Malfoy se lo impidio.
- No creo que sea buena idea Marcus.
- Te juro que no quería que pasara esto, estaba furioso y se me fue un poco la mano.
- Qué se te fue un poco la mano – grito Draco provocando que una enfermera que pasaba por allí lo mirase mal - Casi la matas, se te fue mas que un poco.
- Y que querías que hiciera, me engaño con alguien, se quedo embarazada de algún cabrón. Y te juro que no descansare hasta saber de quien y matarlo – prometio antes de desaparecer del hospital.
Habían pasado ya dos semanas desde que Anne había salido del hospital, Draco la miraba desde el marco de la puerta, ella estaba sentada en la terraza mirando al horizonte, no hablaba con nadie ni siquiera con él, estaba preocupado por ella, no conseguía que se animara la mayor parte de las veces que estaban juntos, él le hablaba sin parar y ella ni siquiera se molestaba en contestarle. Además estaban esas miradas que a el mismo le estaban empezando a dar miedo, sabia que algo estaba planeando, aunque no sabia que era.
- Odio que te quedes en la puerta mirándome.
- No pensé que te dieras cuenta de que estaba aquí.
- Pues si, y no me gusta que me vigiles así.
- ¿Quieres que hablemos?
- No, no quiero, no quería ayer, ni anteayer, ni tampoco voy a querer mañana, lo único que deseo es que me dejes tranquila.
El no insistió, sabia que no valía la pena, se sentía responsable de lo que había pasado, sabia que no era la primera vez que Marcus le había puesto la mano encima, pero nunca había podido hacer nada para evitarlo, sin descubrirse, pero ahora ya le daba igual que mas daba si le descubrían, al menos la sacaría a ella de esa casa y la llevaría lejos donde nadie la volviera a dañar. No lo entendía, no comprendía como él la podía tratar así, estaba seguro que la amaba, lo podía ver cuando la miraba sin que ella se diera cuenta, o en el hospital cuando pensó que la había perdido, no lo entendía. Él estaba enamorado de Ginny y el solo pensar que le podía poner la mano encima le resultaba imposible, no quería hacer nada para dañarla, solo pensaba en protegerla cuidarla, alejar de ella todo lo malo, pero para Marcus era como una obsesión necesitaba controlarla, doblegarla.
Tenia que a ver algo, cualquier cosa que le diera alguna pista de lo que estaban planeando, nada no encontraba nada y cada vez le quedaba menos tiempo, volvió a mirar todos los documentos y pergaminos una y otra vez, entonces se fijo en el ordenador que tenia sobre su escritorio, un portátil, un instrumento muggle en el despacho de Marcus Flint, resultaba bastante irónico, no tenia nada que perder, sabia manejarlos bien, lo prendió, estupendo lo tiene bajo contraseña, probo unas cuantas cosas, ya se estaba empezando a desesperar cuando se le ocurrió una idea, bueno es la ultima opción no me queda tiempo, así que escribió, no se lo podía creer, esa era la contraseña, Anne, su contraseña era su nombre, increíble pensó, reviso todo lo que tenia en el ordenador, por Merlín no me lo puedo creer, esto es muy importante, debo decírselo lo antes posible a Draco. No tengo mucho tiempo.
Salió del despacho mirando que nadie la viera, y se dirigió a su habitación necesitaba hablar con Draco ya, se cambio de ropa, se puso unos vaqueros y una camiseta de tirantes, no sabia como lo haría, pero tenia que salir de la casa y encontrarse con el, abrió la puerta de su habitación y se encontró de frente con Marcus.
- ¿A donde vas? – le pregunto.
- Voy a salir al jardín a dar una vuelta, necesito un poco de aire.
- Iras después, quiero que vengas conmigo – le dijo sujetándola del brazo.
- Es así como quieres que hablemos siempre tirando de mí.
- Puedes venir por tu propio pie o te llevo yo.
- Prefiero ir sola gracias.
- Pues sígueme – y ella así lo hizo, al torcer un pasillo miro hacia atrás y pudo ver a Draco entrando en la casa, ella le hizo señales, pero el no entendió nada de lo que dijo. Cuando ella se dio cuenta había seguido a Marcus al sótano.
- Veras esto es – le dijo señalando un extraño objeto – es lo que en el mundo muggle se llama máquina de la verdad – ella sintió pánico en ese momento – mira es muy fácil – le dijo sujetando una de sus manos, le puso unos cables conectados a cada uno de sus dedos y le ato la mano a una argolla, ella se podía a ver resistido, pero sabia que seria inútil – veras, ahora yo te haré unas preguntas y tu me contestaras la verdad, o puedes mentir, pero por cada mentira que me digas, recibirás una descarga.
- Si quieres preguntarme algo, hazlo directamente.
- En serio crees que te creería.
- Tu mismo – contesto sonriendo.
- Bien, empecemos por una pregunta fácil. ¿Sientes algo por mí? – fue su primera pregunta.
- Si – contesto ella y en el rostro de el se formo una sonrisa –asco.
- ¿Con quien te acostaste? – en ese momento fue ella la que sonrió, segundos mas tarde la sonrisa había desaparecido, comenzó a sentir como por sus dedos subía una corriente que le recorría todo el cuerpo como si le desgarrada – OH no me digas que se me olvido decirte que si no contestas la máquina también te da descarga, soy mas despistado – ella lo miro con furia en los ojos.
- ¿Quieres matarme? No me importa, ya estoy muerta, da igual lo que hagas. Solo te digo que algún día te aseguro que acabaran contigo.
- Si claro ya me dirás quien – soltó una carcajada mientras la miraba.
- Harry, el te matara estoy segura.
- Eso quisieras tu, pero no ocurrirá, puede que Potter haya tenido suerte alguna vez, pero la suerte se le acaba a todo el mundo.
- ¿Crees que fue eso suerte? – pregunto ella – tan tonto eres.
- Si, puede que tenga un traidor en nuestras filas, pero te aseguro que lo que estoy planeando ahora para el, solo lo descubrirá cuando ya no lo pueda evitar - ¿Quién es el cabrón que te dejo embarazada? – ella guardo silencio y volvió a sentir como su cuerpo temblaba de dolor - ¿Cuánto crees que podrás aguantar? Solo dilo.
- No – contesto ella y sonrió, al cabo de unos segundos de nuevo el dolor, ya no podía aguantar mas, sus rodillas se doblaron y callo al suelo, sabia que si seguía así moriría, y en el fondo era lo que quería morir, volvió a sonreír, seria libre.
- No vale la pena, dime quien fue y acabemos con esto de una vez. ¿Por qué sonríes?
- Pensaba en ti – contesto ella - si morirás retorciéndote de dolor, si sufrirás mucho, es una lastima que no este allí para verlo.
- ¿Tanto me odias que me quieres ver morir? – en su voz se notaba la tristeza.
- ¿Tanto me odias tú a mí que me haces esto?
- Esto es solo culpa tuya si hablaras de una vez, todo acabaría.
- De acuerdo te contestare, hice el amor con una persona que me quiere y de la que yo estoy enamorada, no te voy a decir su nombre, pero no porque tema que tu le puedas hacer algo, sino porque sé que si él supiera la verdad te mataría y no quiero que el cargue con un asesinato. Ya acabaran contigo, la Orden del Fénix terminara contigo.
- ¿Qué sabes tú de la Orden? – Marcus se había quedado blanco, era imposible que supiera algo de la orden, solo los mortifagos y los propios miembros de la Orden sabían de su existencia como podía ser que ella supiera de su existencia, en ese momento se le paso una idea por la cabeza, ella leyó sus pensamientos y volvió a sonreír.
- Sí cariño – le dijo sarcásticamente.
- ¿Sí qué? – interrogo él temiendo la respuesta.
- Sí, si pertenezco a la Orden. Si yo le he pasado información y si gracias a mi Voldemort esta muerto – Marcus sintió tanta ira en su interior que no pudo evitar echarse sobre ella y empezar a golpearla, no podía ser, hubiera sospechado de cualquiera antes que de ella, nunca se había sentido tan traicionado. Se puso en pie, mientras ella seguía tendida en el suelo – no te gusto la sorpresa – le dijo ella casi sin poder hablar, el no contesto la miro con odio y le dio a un botón de la máquina, Anne empezó de nuevo a sentir las descargas por todo su cuerpo, oyó un golpe y después un grito, intento fijar su vista pero no veía nada, sintió que el dolor desaparecía y que alguien la sostenía.
- ¿Por qué has tenido que hacer esto? – oyó que alguien le decía.
- ¿Draco?
- Shhhh. Calla debemos salir de aquí lo antes posible.
Draco echo a correr lo más rápido que podía, iba a salir por la puerta principal, pero dos hombres se encontraban allí delante, si fuese solo no habría problema, pero llevándola a ella inconsciente en brazos iba a llamar bastante la atención, pensó en la chimenea, pero en el salón siempre solía haber gente, no en vano esa casa era el centro de los mortifagos, tuvo una idea y subió a la habitación de Marcus, dejo a Anne sobre un sillón cerro la puerta con llave y se puso a revolver entre los armarios hasta que encontró lo que buscaba, allí estaba la escoba, abrió la ventana, volvió a coger a la chica y se acomodo lo mejor que pudo con ella, con una mano sostenía la escoba y con otra el cuerpo inerte de su amiga, oyó como intentaban tirar la puerta abajo, así que no se lo pensó mas e inicio el vuelo.
