Epilogo
Ya habían pasado cinco años desde que tuvo lugar la última batalla, desde entonces todos los años en esas fechas, volvían a Hogwarts a celebrar su victoria, todos se encontraban en el gran comedor cenando.
- James Sirius Potter ven aquí inmediatamente – Remus al oír eso solo pudo emitir una sonrisa al recordar a sus amigos y la pena que le daba Hermione y Harry, porque el parecido con los dos era innegable, físicamente era igual que James al igual que Harry, pero el niño tenía los ojos castaños de su madre, pero su personalidad cualquiera diría que era una mezcla de sus dos amigos.
- Si mami – pregunto el niño inocentemente.
- Haz el favor de comportarte y deja de tirar comida a Susan y a Erika.
- Lo siento mami – dijo el niño con una sonrisa en los labios – pero mami no deberías enfadarte es malo para él bebe – Hermione se quedo un momento mirando al niño y luego se volvió a sentar junto a su marido.
- Esto es culpa tuya – le dijo.
- Y se puede saber ¿Por qué? – protesto Harry.
- Aun no lo sé, pero estoy segura que tú eres el culpable
- Desde que esta de nuevo embarazada soy culpable hasta de que se le olviden las cosas, esta medio loca – todos en la mesa se empezaron a reír menos Hermione que le lanzo una mirada asesina.
Aun así eran muy felices y esperaban con mucha ilusión la llegada de su nuevo hijo, solo rezaban de vez en cuando para que no saliera tan travieso como James.
Todos se encontraba allí Draco y Ginny con su hija Erika, que había nacido meses después de James, era una Malfoy con su largo pelo rubio y esos ojos grises que caracterizaban a su padre. Como Ron siempre decía era una niña muy hermosa, aun teniendo una genética tan desdichada, Draco siempre prefería ignorar ese comentario y solía contestar que el no culpaba a Ginny y Ron tampoco debía hacerlo, cualquiera que los hubiera conocido antes, nunca hubiese podido llegar a creer que Malfoy hubiese encajado tan bien entre los Weasleys, pero asi era, hasta se podía llegar a decir que tenía una buen relación con Ron.
Anne y Oliver que al fin conseguían vivir juntos, no se habían casado, pero eran muy felices junto a su hija a la que le habían puesto el nombre de la madre de Anne, Susan. Ella parecía haber vuelto a reír junto al chico, sus ojos brillaban de felicidad y bromeaba, parecía que había olvidado todos los años de sufrimiento que había padecido, lo que nunca perdió, fue su amistad y unión con Draco, que al final tuvo que terminar admitiendo que tal vez Oliver era lo mejor que le había podido pasar a su amiga.
Y luego lo que había sido una sorpresa para todos, meses después de que acabase la guerra Ron se caso con Luna, algo que cogió por sorpresa a todos y más cuando supieron que ella estaba embarazada del que ahora era su hijo Robert, fue una gran celebración donde accedieron todos y Hermione repetía, no puedo creer lo que ven mis ojos, no puedo creer lo que ven mis ojos.
Angelina y George con su hija Evelin unos meses mayor que James y Erika que hablaba animadamente con su tío Fred que estaba junto a ellos, él no se había casado, la tienda de bromas que había abierto con su hermano le iba muy bien y siempre decía que le quitaba demasiado tiempo para andar buscando una mujer que era mas divertido conocer a varias y así saber cual era la adecuada, Anne muchas veces pensaba si se había perdonado la muerte de su hermano, seguía siendo el chico alegre que había sido, pero en sus ojos siempre se podía ver una nota de tristeza, cargaba con la culpa de haber matado a su hermano mayor y lo hacía solo, jamás le quiso decir a sus hermanos y padres que Percy había traicionado los valores que ellos les habían inculcado y no sería porque George no hubiera insistido, porque aunque nunca se llego ni siquiera a acercar al asunto, siempre supo que desde aquella tarde, Fred no volvió a ser el mismo chico de antes, pero como casi todo el mundo, lo asumió a que había sido uno de los peores días de su vida y había quedado marcado de por vida, nunca sospecho la verdadera razón por la que su hermano gemelo ya no era tan feliz como antes, ni porque con el tiempo se había ido separando de él.
Albus Dumbledore se encontraba encabezando la mesa y miraba a las personas que habían ayudado a que en el mundo mágico hubiera paz, un grupo que se había unido mas de lo que nunca nadie hubiese podido imaginar creando una alianza que nunca se rompería, se habían hecho amigos y entre todos habían formado una gran familia.
