El día de vuelta a Hogwarts ya había llegado Jenny, iba de un lado a otro de la casa terminando de meter todas sus cosas en el baúl, su padre estaba sentado en uno de los sillones del salón leyendo el profeta, mientras Ginny iba detrás de su hija dándole las cosas que dejaba detrás de ella olvidadas.

En casa de Harry y Hermione pasaba mas o menos lo mismo, Harry ayudaba a James a prepararse para volver al colegio mientras Hermione iba con la pequeña de la familia dándole las ultimas instrucciones, fueron en el coche de Harry hasta la estación, donde cruzaron la pared del anden 93/4 . Los Malfoy ya se encontraban allí, Jenny hablaba con Evelyn Weasley la hija de George y Angelina, no la habían visto en todo el verano ya que se habían ido a pasar las vacaciones a Egipto.

Todos los chicos subieron al tren y buscaron un vagón para ellos, acomodaron sus baúles y a sus mascotas y se sentaron, a los minutos el tren partía. Llevaban un rato cuando paso la señora del carrito, compraron todos los pasteles y golosinas que pudieron.

- Entonces si lo deseo con todas mis fuerzas el sombrero me mandara a Gryffindor – decía Sabrina.

- Sabrina cielo – le dijo Jenny – es seguro que tu iras a Gryffindor, tus padres fueron y tus abuelos también, de seguro iras.

- Es cierto – siguió Evelyn – mira aquí la única que podía haber acabado en otra casa era Jenny, pero por sus venas corren sangre de Gryffindor y por eso esta en esa casa.

- Claro lo ves, yo desee ir a Gryffindor y por eso es que estoy, claro que es algo que mi padre no me a perdonado todavía – añadió con riéndose.

- Deja el tema pesada – le regaño James – lleva dos semanas con la misma cantinela, iras a Gryffindor porque ese es tu lugar como el de todos los Potter.

- Desde luego a un Potter no se le aceptaría en la casa de Slythering – dijo una voz desde la puerta.

- Adams cuanto honor – contesto sarcásticamente James – ves pequeña por eso iras a Gryffindor porque no eres estupida, como para acabar en la misma casa que el zoquete este.

- Potter si lo que quieres es empezar el año sufriendo solo me lo tienes que decir, seria un placer para mí darte tu merecido.

- Así – decía James mientras se levantaba y se acercaba a el – y como me vas a dar ese merecido, me muero de curiosidad.

- Bueno vasta ya los dos. Siempre estáis igual – imploro Jenny.

- No es culpa mía nena, es este cabeza de chorlito que se cree algo porque su padre lleve una cicatriz en su frente.

- Tu ni siquiera deberías nombrar a mi padre – James ya tenia el puño en alto, pero Robert le sujeto y Jenny se interpuso.

- John sal fuera no tengo ganas de que hagáis aquí una de vuestras escenitas – le dijo saliendo fuera con el y cerrando la puerta – para que le tienes que provocar.

- No es mi culpa, el y sus tonterías con que es un Potter, menuda estupidez y como si eso significara algo.

- Significa algo, Harry Potter fue la persona que acabo con Voldemort o se te ha olvidado, porque si es así, deberías leer un poco mas de historia de la magia, viene en muchos libros – contesto ella enfadada.

- ¿Y que? Eso paso hace años, nosotros ni siquiera habíamos nacido, no sé porque presumís de ello, siempre juntos como una familia feliz, pero si tu no soportas a Potter, y cada vez que dijo algo de el saltas para defenderle.

- Porque aunque yo no me lleve bien con James, somos una familia, nos hemos criado todos juntos y es así como nos gustan que nos vean.

- Bien, pero sigo sin entender porque tienen que presumir de ser un Potter.

- No presume de ello, se siente orgulloso de sus apellidos, al igual que Robert y Evelyn, son Weasley, Susan su madre sufrió mucho para poder ayudar a la liberación del mundo mágico, sin olvidar que su abuelo era Sirius Black y yo que no se te debería olvidar soy una Malfoy – dijo con orgullo.

- No sé me olvida, todo el mundo conoce la traición de tu padre al señor tenebroso.

- ¿Traición? - contesto enfadada - así será como tu lo ves, porque ni yo ni mi familia lo vemos así, me siento muy orgullosa de llevar el apellido de una de las personas que lucho contra los mortigafos y tuvo sus propias ideas y no las que les metían en la cabeza. Si hablamos de traición deberíamos referiros a los miembros de tu casa, que después de haber apoyado a Voldemort, corrieron a sus casas negándolo todo con la cola entre las piernas.

- Mira nena, no me gusta discutir contigo, puede que no tengamos las mismas ideas, pero eso no quiere decir que no nos podamos llevar bien – la agarro por la cintura y la beso en los labios – estoy deseando continuar lo que dejamos pendiente en la fiesta.

- Mira ahora mismo a mi lo único que me apetece es dejar el tema de las familias vale, nos veremos en el colegio y por favor deja de llamarme nena – añadió entrando de nuevo en su compartimiento, donde la esperaban los otros.

- A ese tío un día le voy a dar una paliza – le grito James mientras señalaba a la puerta.

- Déjame en paz quieres. Estoy cansada de discutir con todos – contesto ella, se sentó y paso el resto del camino mirando por la ventana.

El tren llego a su destino y se bajaron, James acompaño a Sabrina hasta donde estaba Hagrid, que saludo alegremente a la niña.

- ¿Que tal estas Sabrina? – le pregunto el gigante elevándola hasta su rostro.

- Bien, un poco nerviosa y creo que me encontraría mejor si mis pies volvieran al suelo – James no pudo dejar escapar una carcajada que disimulo como si le hubiese dado un ataque de tos.

- No tienes porque estarlo, ya veras como lo pasaras bien. Los de primer curso seguirme – grito mientras llevaba de la mano a la niña.

Ya estaban sentados en el gran salón, esperando la canción del sombrero que haría la selección de los alumnos a cada una de las casas, ninguno le prestaba mucha atención, Susan que estaba sentada junto a James, hablaba con Jenny y Evelyn que les contaba las vacaciones que había tenido en Egipto, Robert que estaba junto a estas, le contaba a James si se había fijado en la mesa de los profesores, donde Snape hablaba con Lupin.

- Eso si que creí que nunca lo vería, pero si creí que se odiaban.

En ese momento llego el turno de Sabrina de ponerse el sombrero, la niña se sentó despacio en la silla mientras la profesora McGonagall le colocaba el sombrero, después de unos segundo de silencio el sombrero grito GRYFFINDORF.

Todos los de la mesa se levantaron y aplaudieron, sobre todo James que se había subido al banco y gritaba y aplaudía más que ninguno. Sabrina fue corriendo hacia la mesa y abrazo a Evelyn, a Jenny y por último a Robert.

- Esa es mi chica – gritaba James – esa es, pásamela – Robert elevo a la niña por encima de la mesa y se la entrego a James que aun seguía encima del banco gritando, hasta que la profesora McGonagall le pidió que se sentara y guardara silencio para continuar con la selección.

- Lo ves – le decía Susan a la niña que estaba sentada entre ella y James – ya te dijimos que entrarías en Gryffindor.

- Si – contesto la niña feliz.

La selección termino, el director Dumbledore dio la bienvenida a todos los del primer años y luego dio las indicaciones que daba todos los años, después la comida apareció en la mesa y todos empezaron a cenar.

Al terminar la cena Evelyn que era la prefecta de Gryffindor llamo a los del primer año para que la siguieran, el resto se encamino hacia la sala común. Sabrina estaba muy emocionada siguiendo a Evelyn por los pasillos de Hogwarts, conocía ya bastante del castillo, porque todos los meses de agosto, desde que nació acudía con sus padres a la reunión que desde que tuvieron la batalla final cerebraban todos los años, pero igualmente estaba emocionada, sabia el camino hacia la sala de Gryffindor perfectamente, pero iba con todos como si nunca lo hubiese visto. Cuando llego a su habitación conoció a las que serian sus compañeras a partir de ese día hasta que terminara su último curso en Hogwarts.

- Bueno ya esta – dijo Evelyn cuando se sentó con el resto en la sala común – todos los del primer año están en sus respectivas habitaciones.

- ¿Esta bien Sabrina? – interrogo James.

- Si como los otros, James porque la conozca no le puedo dar un trato especial, la deje en su habitación con sus compañeras para que se presentara.

- Hombre – añadió Robert – no esperábamos que le dieras un trato especial, nunca nos lo has dado a nosotros tampoco.

- No pienso contestarte a eso – refunfuño Evelyn - ¿Dónde esta Jenny?

- Debió ir a hablar con Adams – le dijo Susan.

- No entiendo que se puede hablar con un Slythering, no tienen mucho vocabulario – rió Robert.

- Porque no os metéis en vuestros asuntos – le contesto Susan.

- Eh a mi no me metas – protesto James – que yo no he dicho nada.

- Porque no te hemos dado tiempo, sino ya estarías añadiendo algo – siguio Evelyn.

- Paso de vosotras. ¿Qué hacemos nuestra primera noche?

- Como que hacemos – grito Evelyn – pues ir a descansar, que ya es tarde.

- Claro eso era lo que teníamos en mente – le contesto James – y baja la voz que no somos sordos.

- De acuerdo, OH mira ahí esa Thomas Logbotton voy a saludarlo – añadió Evelyn yendo junto a su compañero.

- Se le caen las bragas cada vez que ve a ese tío – comento Robert provocando que James se riera.

- No seas ordinario – le regaño Susan.

El retrato de la dama gorda se abrió y Jenny entro por el, se sentó junto a Susan y puso su cabeza en su hombro.

- ¿Qué tal? ¿Has hablado con el? – pregunto.

- Si. Ya te contare luego – contesto la otra moviendo su mano para dejar ahí el tema.

- ¿Estas bien? – Susan le acaricio el pelo.

- Supongo, tal vez las cosas no salieron como yo esperaba, pero tampoco es que esperase que salieran bien, últimamente tengo cosas muy extrañas en mi cabeza – termino mientras miraba a James que en ese momento se ataba los zapatos.

- Quieres contármelo – quiso saber la otra con tono afectivo.

- Creeme si te lo dijera no me creerías – expreso con un suspiro.

- ¿Alguna de las dos va a explicarnos de que habláis?-interrogo Robert.

- De nada importante – contesto Susan.

- Vamos a salir esta noche – cambio de tema Jenny.

- Bueno hay que estrenar las capas – índico James mientras le guiñaba un ojo.

- ¿Qué capas? – pregunto Evelyn – no tendréis una capa de invisibilidad. Porque no pienso permitir ninguna tontería.

- Vamos Evelyn desde luego – comenzó James – que no tenemos una capa de invisibilidad, que cosas tienes.

- Eso espero, me voy a dormir, porque a veces me dais miedo lo que podéis llegar a hacer, vosotros deberías acostaros también.

- Desde luego Evelyn tranquila – le sonrió Susan – en unos minutos subiremos también – esperaron hasta que ella desapareció de las escaleras.

- A mí si que me da miedo ella a veces – dijo Jenny como si se estremeciera.

- ¿Estamos seguros de que ella es familia mía? – interrogo Robert.

- Eso dicen tus padres – le contesto James.

- Le has mentido James – bromeo Susan – deberías sentirte avergonzado.

- No le he mentido, ella ha preguntado que si teníamos una capa y yo le he contestado la verdad, no tenemos una.

- Eso es cierto –añadió Robert – tenemos dos.

- ¿Si vamos a por ellas? – le pregunto James, Robert asintió con la cabeza y los dos subieron a por las capas.

- ¿Qué ha pasado? – pregunto Susan en cuanto los chicos desaparecieron del salón.

- Nada, le dije que necesitaba tiempo para aclarar mis ideas, y el me contesto que me daba todo el tiempo del mundo que no iba a andar jugando, que me comportara como una adulta que ya era hora y no se cuantas estupideces mas.

- Vaya lo siento.

- Bueno, lo raro es que tan poco me importa mucho, supongo que después de lo que ocurrió en la fiesta, todo cambio.

- Jenny, lo que paso en la fiesta, no es una excusa para que él pase de ti.

- Vamonos – grito Robert interrumpiéndolas.

- Baja la voz – le regaño James – o se van a enterar hasta en Francia.

- Yo voy con Robert – dijo Susan rápidamente

- ¿Porque? – interrogo James – con Robert siempre voy yo, tu vas con Jenny.

- Venga James – añadió Robert – que mas te da.

- Pero porque tú y yo siempre vamos juntos – protesto el chico.

- James es que a veces eres tonto – le regaño Jenny.

- Bueno y eso ahora a que viene – vio como Robert tiraba la capa por encima de Susan, así que el hizo lo mismo con Jenny – no entiendo porque tengo que ir contigo.

- De verdad que no te enteras de nada – suspiro la chica.

- De que se supone que me tengo que enterar – pregunto él molesto.

- Quieren estar juntos, ya sabes unos minutos de intimidad.

- ¿Para qué?

- Si te tengo que explicar eso, al final te terminare contando como nace los niños.

- Estas de broma, es imposible, si se conocen desde que nacieron, no pueden salir juntos es... es... es antinatural – dijo mientras ponía cara de asco.

- Tu si que eres antinatural, baja la voz – le susurro mientras iban por uno de los pasillos del colegio.

- Si James baja la voz – recibió un golpe en el aire de la nada.

- Auh eso a que vino, Robert que ahora no te vea no quiere decir que no te lo pueda devolver después – se quejo frotándose la cabeza.

- Shhh, escuchar, unas voces, ahí alguien hay – todo se acercaron a la esquina del pasillo de donde provenían las voces.

- Ósea que lo has dejado con la idiota de Malfoy – James que escucho eso miro de reojo a Jenny esperando su reacción.

- Si, valía mas así, era complicarme la vida.

- Bueno mejor para mi seguro que es – contesto la chica.

- Puedes creer que estuve casi un año para que se acostara conmigo y luego me dice que necesita tiempo, bastante tiempo le di ya, eso me pasa por juntarme con niñatas mimadas y no con mujeres echas y derechas como tu Priscila, menos mal que tu siempre has comprendido mi sufrimiento – John se acerco a la chica con la que hablaba y la empezó a besar, la apoyo contra una pared y se apretó a ella mientras por el pasillo se oían los gemidos de la chica – vamos a tu habitación.

- Jenny – Susan susurraba su nombre – James volvamos a la sala. ¿Dónde estáis?

- Si vamos a la sala – contesto James – Jenny, vamos, - el hizo ademán de moverse, pero ella seguía con sus ojos fijos en la escena de los otros dos, la cogio de la cintura y tiro de ella – vamos Susan y Robert ya se han ido. Camina.

- Tu tenias razón es un idiota – en una situación normal, el hubiese aprovechado ese momento para decirle que el siempre tenia razón pero en realidad sentía tenerla.

- Si quieres puedo ir a pegarle – ella rió y él la arrastro hasta el cuadro de entrada a la sala Gryffindor, al pasar por el, quito la capa que les cubría, Susan y Robert ya los esperaban allí.

- Jenny – le dijo Susan abrazándola – lo siento, ese tío es un cerdo.

- Venga prima anímate, es mejor así, el no te llegaba ni a la suela de los zapatos – ella sonrió ante el comentario de Robert y le dio un beso en la mejilla.

- Me voy a dormir, hasta mañana.

- Espera que te acompaño – le digo Susan subiendo detrás de ella las escaleras.

- Ese tío es un cabrón – murmuro entre dientes Robert – me apetece romperle la cara.

- Yo también me voy a acostar – subió por la parte de los chicos hacia la habitación de los de séptimo – cuando paso al lado de la habitación de los chicos de sexto le dio las buenas noches a Robert y siguió hasta su cuarto.

Entro en silencio, intentando hacer el menor ruido posible, se desnudo y se puso su pijama, corrió las cortinas de su cama y se quedo allí tendido mirando al techo, no sabia lo que le ocurría, pero sentía una sensación muy rara en el estomago, desde que había escuchado a John decir que Jenny no se había acostado con el, le molestaba pensarlo, pensar que tan siquiera lo había intentado con ella, sentía algo en su estomago que le daba vueltas y furia recorriendo todo su cuerpo. Pero a el le tenia que dar igual lo que hiciera ella, bastante mayorcita era para saber lo que hacia, a el no le importaba, eso mismo, le daba exactamente igual, lo del día de la piscina fueron hormonas revolucionadas, nada más que es, con ese pensamiento se durmió, sueño que no le duro mucho, porque alguien lo zarandeaba, abrió sus ojos y vio unos grises que lo miraban.

- ¿Qué hora es? ¿Qué haces aquí? ¿No tenias mas ropa para taparte? – la chica le miro mal unos segundos.

- Esto fue una estupidez, no se ni para que vine – susurro ella girándose para irse.

- Eh – el la agarro de la muñeca tiro de ella hacía la cama, cerro los doseles y la miro - ¿Qué pasa? – pregunto viendo su rostro serio – Jenny ¿Qué ocurre?

- Yo…- la chica se mordía el labio inferior y no se atrevía a mirarle a la cara.

- ¿Qué es? – volvió a preguntar él, ella se sentó cruzando sus piernas y mirándole.

- Crees que…

- Me estas poniendo nervioso – dijo él elevando un poco la voz.

- Y tu a mí no me grites – contesto ella con mal tono - No me quise acostar con Adams – el la miro sin comprender lo que ella quería decirle.

- Vale – fue la única respuesta que recibió, ella lo miraba como si esperase que dijera algo mas - ¿Quieres hablar de sexo conmigo? – pregunto sintiéndose algo incomodo.

- ¿Piensas que tal vez lo tenía que haber echo?

- No tienes con quien hablar de estos temas que no sea yo – estaba claro por la cara que puso ella que esa no era la respuesta que esperaba – quiero decir te metes en una habitación con cinco chicos dentro vestida con un simple camisón, para hacerme esa pregunta.

- Le dije a Susan que era un error – hablaba mas para ella que para el chico que la volvió a sentar cuando ella hizo ademán de levantarse.

- ¿Susan? – bien al día siguiente en el desayuno hablaría con ella y sus consejos.

- Ella piensa que tal vez debería hablar con un chico sobre ello…

- ¿Y por que tuve que ser yo?

- ¿Prefieres que hable esto con Robert? – pregunto como si la respuesta ya estuviera dicha, el otro resoplo y se froto la cara.

- Esta bien… ¿Qué quieres saber? ¿No me iras a preguntar como se hace?

- No – gruño ella – Tu ya lo has hecho.

- Eso no es asunto tuyo Jenny – observo el molesto.

- No era una pregunta, las chicas hablamos y se que lo hiciste el año pasado con Brenda Hackson en la torre de astronomía y por lo que ella dijo que no era la primera con la que estabas – el abrió la boca y la volvió a cerrar sin saber que contestar -¿Piensas que tal vez yo lo tenía que haber echo?

- ¿Hablas con otras chicas sobre las relaciones que tengo con ellas? – eso era demasiado para el primer día.

- Esa no es la respuesta que esperaba – el suspiro y se armo de paciencia, porque le tenia que tocar todo a él.

- ¿Tú querías hacerlo? – bajo la mirada a sus manos y negó con la cabeza – entonces que respuesta esperes que te de, tu ya la sabes.

- Pero casi llego hasta el final James, pero en el último momento me eche atrás y ahora el dice que soy una cría.

- Escucha – sujeto su mentón y le obligo a mirarle – que no quisieras o que no estuvieras preparada para estar con él no significa nada, el es idiota y te lo he dicho miles de veces ¿de acuerdo?

- De acuerdo – contesto ella sonriendo.

- Bien ahora vete a tu cama y sal de la mía – dijo James – y la próxima vez que se te ocurra algo así, por lo menos ponte algo más de ropa.

- Tus compañeros están dormidos James, no me han visto nada, eres un exagerado. Gracias – le dijo abrasándolo.

- Jen vete a dormir – casi sonó a suplica.

- Hacia mucho que no me llamabas Jen – dijo ella separándose de él y mirándole a los ojos.

- Vete a tu cama – esta vez sonó más fuerte de lo que él quería.

- ¿Qué ocurre? – pregunto ella – tus compañeros están dormidos, no pasa nada.

- Si pasa – dijo él intentando normalizar su respiración – sabes si le hacías esto a Adams, no me extraña que tuviera tantas ganas de llevarte a la cama.

- Sabes no entiendo como a veces eres tan cariñoso y otras tan capullo – le grito levantadote y saliendo de la habitación dando un portazo despertando a todos los que se encontraban durmiendo.