Capitulo 4
La vacaciones de navidad habían llegado, y los chicos se habían quedado en el colegio, excepto Evelyn que se iba a casa y llevaba con ella a Sabrina, el resto sus padres tenían mucho trabajo y no podrían estar con ellos en navidad, era algo normal, sus padres con la excepción de Oliver y Anne eran aurores y tenían que estar siempre dispuestos para cuando el ministerio lo solicitara y Oliver, jugaba en el equipo de quitdchit de la selección de su país, y se iban a jugar un campeonato amistoso entre diferentes países. Los chicos estaban acostumbrados a pasar las vacaciones solos, al menos se tenían a ellos.
Fue a la lechuceria para llevar los regalos de navidad para sus padres, sus tíos, y Sabrina, quería que los tuvieran cuando se despertaran, miraba como las lechuzas se iban volando, se dio la vuelta al oír un ruido detrás de el, pero no había nadie, no era la primera vez que sentía que alguien lo estaba vigilando, pero al final siempre desechaba toda sospecha pensando que era todo de su imaginación, además últimamente ya tenía bastantes cosas en la cabeza, como para pensar que alguien lo espiaba, no había hablado con Jenny sobre lo que había pasado entre ellos, más bien parecían haber llegado al acuerdo de hacer como si nunca hubiese pasado, pero sus discusiones habían aumentado y el se sentía frustrado.
Volvió a su sala común y se sentó delante de la chimenea con un libro sobre quidditch, le encantaba ese deporte al igual que a su padre, pero a diferencia de Harry, el no era buscador sino cazador. Todo estaba en silencio, de la casa Gryffindor, eran los únicos que se habían quedado, el retrato de la dama gorda se abrió y por el pasaron Jenny, Robert, Susan y su profesor Remus Lupin.
- Hola James – saludo Lupin.
- Hola ¿Qué pasa? ¿Qué hemos hecho? Nosotros no hemos sido.
- James, prefiero que no te defiendas antes de que te haya acusado, tu abuelo hacia eso exactamente cuando había armado una de las suyas.
- No hemos hecho nada de verdad – se defendió él que miraba a Robert – de verdad.
- No he venido a regañaros – sonrió el licántropo – Sabrina ha hecho un trabajo para su clase de historia de la magia y se la voy a enviar a vuestros padres, pero antes os la quería leer a vosotros.
- Es todo mentira – dijo Robert – es que Sabrina tiene mucha imaginación.
- No a escrito nada malo y por favor Robert dejar de justificaros o al final os voy a bajar puntos, solo por imaginarme lo que habéis podido hacer. Sentaros – los otros no contestaron nada, se sentaron mirando a su profesor y temiendo que Sabrina hubiera escrito algo sobre sus escapadas nocturnas o ciertas bromas que les habían echo a los Slythering.
Mi familia por Sabrina Potter – comenzó a leer Remus.
Mi madre se llama Hermione, a mi me dicen desde que empecé en este colegio que era la alumna mas brillante que nunca habían tenido desde Lily Ewans que además es también mi abuela.
Mi padre es Harry Potter, mucha gente lo conoce por el niño que vivió, peor a él no le gusta eso, dice que su fama no la tiene merecida porque la consiguió gracias a sus padres, mis abuelos, que entregaron la vida por el, no le gusta que le miren la cicatriz que tiene en su frente y yo nunca lo hago, porque se que se pone triste cuando la ve porque extraña a sus papas.
Mi hermano mayor es James, el es muy bueno conmigo y me quiere mucho y siempre me dice que soy muy valiente y que por eso voy a conseguir realizar todo lo que quiera.
Esa es mi familia de sangre, pero yo tengo la suerte además de tener más familia que aunque no compartan la misma sangre que la mía, son más miembros de mi familia que una tía de mi papa que si tiene la misma sangre y que tiene cara de caballo.
En esta familia esta mi tío Draco que es muy serio, pero cuando estoy con el y nadie mas mira me sonríe y a veces hasta me cuenta cosas para que me ría, y mi tía Ginny que es muy buena siempre esta pendiente de que no nos falte nada, ellos tienen una hija Jenny a la que quiero mucho, es como mi hermana mayor siempre me cuenta cuentos para dormirme y juega conmigo con las muñecas.
También esta mi tío Ron que esta casado con Luna, yo los quiero mucho a los dos mi tío Ron es el padrino de James y a mi siempre me dice que esperaba que saliera con el pelo pelirrojo que así pasaría como una Weasley, a mi no me importaría, pero mi pelo y mis ojos son castaños como los de mi mama. Mi tía Luna es algo especial, siempre me dice cosas raras sobre animales que mi mama me dice que no existen, pero mi tía esta segura de que si. Robert es su hijo, papa siempre dice que se parece mucho a su padre que es igual que el que cuando se pone furioso se le empiezan a poner las orejas rojas y luego todo el resto de la cara.
También están mi tío Oliver que es un gran jugador de quidditch y no tiene mucho mas tema de conversación cuando se juntan mi tío Draco, tío Ron, el tío Oliver y mi papa se ponen a gritar siempre sobre cual es el mejor equipo y mi tía Anne, mama siempre dice que a Anne le debemos mucho respeto que sufrió mucho para que nosotros no sufriéramos ahora, ellos tiene a Susan, que es un poco alocada, dicen que es porque lleva sangre Black en sus venas, yo no conocí a Sirius Black, pero mi papa lo quiso mucho y me cuenta a veces cosas de el.
Mi tío George es uno de los socios de la tienda de bromas mas famosa del mundo mágico, a mi me regalan algunas cosas, pero no se lo cuento a nadie porque a mama no le gusta, el esta casado con mi tía Angelina que fue una gran jugadora también en Hogwarts, su hija Evelyn es muy lista y es la prefecta de Gryffindor, pero es un poco regañona y le gusta mucho seguir las reglas del colegio, el tío Fred que es el hermano gemelo del tío George dice que es igual que Percy que era su hermano mayor pero murió durante la guerra, el es muy gracioso y nos reímos mucho con el, siempre hace de rabiar al tío Ron, hasta que consigue que su cara se ponga totalmente roja.
También esta mi abuelo Remus, el no es mi abuelo de verdad, pero yo lo quiero como si lo fuera, era el mejor amigo de mi abuelo James y del abuelo de Susan Sirius, es muy bueno y siempre tiene una sonrisa en sus labios para nosotros, es nuestro profesor de defensa contra las artes oscuras y mi papa siempre dice que es el mejor profesor que a tenido nunca y aunque yo no he tenido ningún otro estoy segura de que es verdad.
Esta es mi familia, siempre me han contado que se unieron por la libertad del mundo mágico, pero cuando les oyes hablar de esa etapa parece siempre de dolor, yo creo que los unió el dolor que entonces sintieron y la esperanza para llevar a las personas a la libertad para que nosotros nunca sintiéramos lo que ellos sintieron y no tuviéramos que tener nunca miedo.
Cuando termino de leer el trabajo de Sabrina Remus miro a los chicos que lo contemplaban con los ojos muy abiertos y una sonrisa en sus labios.
- Este va a ser el regalo que les voy a enviar a vuestros padre por navidad, creo que les gustara.
- Yo también – indico James – mi madre se pasara todas las navidades llorando.
La mañana de navidad, Jenny se despertó temprano, miro al pie de su cama y encontró sus regalos, se levanto emocionada y los comenzó a abrir. Lo primero que encontró fue uno de los jerséis Weasley, todos los años recibía uno de los abuelos de Robert y Evelyn, bueno ella y todos. Luego el regalo de sus padres que era una cartera nueva, Susan le regalo un libro de poesía, Robert un diario, Evelyn un libro para apuntar las tareas que tenia a diario, siguió abriendo regalos hasta que solo le quedo una pequeña caja, leyó la tarjeta de Sabrina y James, la abrió y encontró una sortija de plata con unas snichts grabadas en el anillo.
- Vamos a las tres escobas – dijo Susan mientras desayunaban.
- ¿A que? – interrogo Robert que jugaba con su miniatura del padre de Susan – a mi no me apetece hace mucho frió afuera.
- Me apetece ir a dar una vuelta – gimió Susan.
- Yo iré contigo – indico Jenny.
James y Robert se quedaron en la sala común jugando al ajedrez que como su padre, Robert era un gran jugador y eso desesperaba a James que no estaba acostumbrado a perder. Mientras las chicas paseaban por el pueblo mirando las tiendas.
- No se porque a Robert no le apetecía venir – gruño Susan que seguía molesta con el chico.
- Será porque eres agotadora nos hemos recorrido todas las tiendas del pueblo, me duelen los pies – gimió Jenny sentándose en un banco – Susan… quiero contarte algo…
- Cuenta – dijo la otra mientras miraba el contenido de una de sus bolsas.
- No quiero que saques conclusiones aceleradas de lo que te voy a decir.
- Claro que no – contesto mientras seguía mirando sus bolsas.
- Me he besado con James – soltó rápidamente, la otra dejo de mirar sus bolsas para mirar a la rubia que se miraba las uñas inocentemente.
- ¿Con que James? - su amiga ni siquiera le contesto la miro con el ceño fruncido – ah ya… con ese James. Eh… no sé que decir.
- Tampoco quiero que digas nada, solo necesitaba contárselo a alguien.
- Te das cuenta de que si James dice que lo mío con Robert es antinatural, lo tuyo con él es …
- Lo sé – gimió ella tapándose la cara con las manos – crees que no lo he pensado, además, no ahí un mío con James.
- ¿Entonces que fue solo un simple beso? – la otra negó.
- Fue raro…Susan si no hubiésemos parado, creo que con él si…
- No quiero saber mas – grito la otra tapándose los oídos y riendo.
- No seas infantil – le regaño.
- ¿Qué vas a hacer ahora?
- No lo sé, el parece que prefiere ignorar todo lo que paso y yo…
- ¿Tu que? – preguntó la otra curiosa.
- Yo no sé lo que quiero, vamos es James, ni siquiera debería pensar en el de esta forma, pero a la vez quiero que continué donde lo dejamos ¿Qué crees que debo hacer?
- Supongo que lo que dicta tu corazón – se encogió de hombros sin saber que respuesta debía darle – o tus hormonas lo que mande más.
- Hola – las dos chicas se giraron sorprendidas a su espalda un hombre las observaba.
- Hola – contesto Jenny al hombre que había reconocido era el mismo que meses antes le había preguntado por una tienda - ¿Encontró lo que buscaba?
- No, me debieron informar mal, ya que en este pueblo no se encuentra la tienda que yo buscaba.
- Lo lamento – contesto mientras Susan le agarraba el brazo.
- No deberíais estar en el colegio, creí que Dumbledore no permitía salir a los alumnos durante la semana.
- ¿Conoce a Dumbledore? – interrogo Susan, el hombre la miro durante una décima de segundo y siguió hablando con Jenny.
- Es peligroso que estéis solas en el pueblo – susurro arrastrando las palabras y con voz fría, lo que hizo asustarse a las chicas.
- Nosotras ya nos íbamos ¿Verdad Jenny? – dijo mientras tiraba de su brazo.
- Si, nos debemos ir ya, tenemos que regresar antes de la comida – siguió a Susan que ya había comenzado a caminar – hasta otra.
- Si hasta otra Jenny Malfoy, no lo dudes que nos volveremos a ver – murmuro el hombre – pronto nos veremos de nuevo.
Cuando volvieron a su sala común, los chicos aun seguían jugando al ajedrez, James parecía enfrascado en el juego y ni siquiera las saludo cuando las vio entrar.
- Habéis comprado mucho – les pregunto Robert - ¿Me habéis traído dulces?
- Si – contesto Susan sentándose en el sofá junto con Jenny que se quitaba los zapatos - aunque no te los mereces por no haber venido conmigo.
- No le hagas caso – siguió la rubia – hiciste bien, no creo que pueda volver a andar por el resto del día – dijo mientras se frotaba los pies cansados, James las miro entonces como si se hubiera dado cuenta de que estaban allí, se encontró con la mirada de Jenny y después volvió su vista al juego.
- Hemos visto a un tío rarísimo – comento Susan – me dio miedo. ¿Tu de que lo conocías?
- Me lo encontré en una salida al pueblo – contesto – estaba perdido buscando una tienda.
- No te dije que no hablaras con el – el grito de James los sorprendió a todos.
- No – negó la otra agitando su cabeza – me dijiste que no hablara con desconocidos y al ser la segunda vez que hablo con él, no creo que sea un desconocido.
- Vale tiempo – dijo Robert, pero los otros dos se miraban como si se fueran a asesinar – y volvemos a la carga, paso de vosotros, me voy a las cocinas a comer algo.
- Me voy contigo – declaro Susan levantándose y siguiendo a su novio.
- Nunca me haces caso – gruño el chico mientras la miraba acomodarse mejor en el sofá y estirarse – siempre te tienes que salir con la tuya – ella cerro los ojos y ignoro al chico prefiriendo no discutir con él.
Las clases habían comenzado hacia ya dos semanas todo parecía volver a la normalidad las fotos de Jenny ya habían dejado de correr por todo el colegio.
- Si utilizamos la estrategia que dice Thomas conseguiremos mas velocidad – decía James a Robert mientras se dirigían a la biblioteca a buscar a Sabrina.
- Si, pero también obstaculizamos al guardián, o sea a mi, te digo que no me gusta.
- Entiendo tu postura, pero si lo hacemos solo una vez, el equipo contrario no lo esperaría y solo también en una situación extrema.
- Bueno no sé en ese caso tal vez, pero dependeríamos del buscador.
- De acuerdo, pero tenemos un buen buscador, no a perdido... – se callo al girar la esquina y encontrarse a Sabrina que tenia la mano de John Adams en su frente, apartándola mientras ella pegaba puñetazos al aire y el se reía. James corrió hasta su hermana la tiro de la túnica y la echo contra Robert que la sujeto, mientras James sujetaba a Adams por las solapas de la túnica y lo echaba contra la pared – espero que tengas una buena razón para molestar a mi hermana.
- Es mío – gritaba Sabrina intentando soltarse de Robert – apártate James que ya le tengo, apártate – repetía mientras lanzaba patadas al aire.
- Sabrina estate quieta – le grito Robert - ¿qué demonios hacías?
- Dijo cosas de Jenny, cosas muy feas.
- Solo dije la verdad – James lo apretó contra la pared – que pasa Potter no aceptas la realidad. Tu amiguita solo es una golfa que se acuesta con cualquiera – James miro a Sabrina, soltó a Adams y retrocedió un paso – lo ves tu también sabes que es cierto, es solo una p… – no termino de hablar cuando James le dio un puñetazo y antes de que le diera tiempo a reaccionar se tiro sobre el y lo siguió golpeando.
- James para, detente – le gritaba Robert intento separarlos pero tuvo que volver a coger a Sabrina que iba directa a ayudar a su hermano.
- Déjame a mí – decía la niña – yo puedo con el déjame a mi – Robert la sujetaba como podía intentando a la vez tirar de James para que se detuviera, cuando vio a Susan y a Jenny correr hacia el.
- Sujetar a esta – grito ya enfadado. Susan agarro a Sabrina mientras Robert separaba a James de Adams – para de una vez – le chillo mientras lo agarraba por detrás, Adams se quedo tendido en el suelo se quito la sangre que caía por la nariz.
- Esta me la vas a pagar Potter, tenlo por seguro – le decía mirando su mano ensangrentada, James se soltó de Robert y se dirigía hacia el de nuevo cuando Jenny se puso delante de el.
- Déjale no vale la pena, déjale – el se detuvo.
- Mira pero si hasta Potter cae ante tus encantos – James avanzo y ella le detuvo poniendo sus manos en su pecho.
- Vámonos James, déjale.
- Sabes aquí si alguien no vale la pena es ella Potter – intento soltarse de los brazos de Robert y apartar a Jenny de delante.
- James no, no dejes que te provoque, por favor – la miro a los ojos y se detuvo – vamonos por favor – el se dio la vuelta.
- Que ocurre Potter tu también te la quieres tirar, la verdad es que no puedo negar que tienes buen gusto, te debe de joder que haya estado conmigo, pero te aseguro que vale la pena.
- Sabes que es lo mejor de todo, que se que ella jamás estuvo ni estará contigo, no se pudo entregar a ti que pasa Adams no sabes que hay que hacer para que una mujer disfrute.
- Si que se, pregúntale a ella – grito.
- Ella fue quien me lo contó – contesto cogiendo a Jenny de la mano se acerco a el con ella – ¿la ves? – le pregunto – ¿los ves a ellos? – pues son mi familia y estoy más que arto de que te metas con ellos, pero si lo que quieres es enfrentarte a nuestra familia – añadió levantando una ceja, soltó la mano de Jenny y se agacho hasta el oído de el – yo te puedo hacer más daño del que tan siquiera tu puedas llegar a imaginarte – volvió a sujetar la mano de la chica y tiro de ella, se fueron caminando seguidos de los otros.
Robert termino llevando a Sabrina en brazos, ya que la niña se negaba a caminar.
- Bueno espero que ahora nos deje en paz – dijo Susan.
- Lo dudo – contesto Robert – James por dios diré a tu hermana que se este quieta
- Sabrina para, déjala en el suelo – el se agacho y se puso a la misma altura de la niña – Robert trae una de las capas. Y tu enana que sea la última vez que se te ocurre hacer algo así. Me da igual lo que diga ese imbecil o cualquier otro, vienes y me lo dices a mí o a Robert, pero nada de pegarte tú con ellos. De acuerdo.
- Si – gruño ella – pero tenia que defender a Jenny.
- Y yo te lo agradezco cielo, pero el te podía haber echo daño y eso hubiera sido mucho peor, me importa poco lo que el diga, pero si a ti te pasara algo yo me disgustaría mucho.
- Toma James – le dijo Robert sin aliento por la carrera - ¿Para que quieres la capa?
- Voy a visitar la tienda de bromas que el tío Fred tiene en Hogmesdage, nos dijo que el miércoles pasaría por ella.
- ¿Para qué? – interrogo Susan.
- No pensaras que voy a dejar esto así. Ese cabrón se va a enterar. Solo necesito la ayuda de cierta rubia que casualmente es la ahijada del dueño del local.
- Y que conoce el pasadizo que te lleva justo a la tienda – añadió ella sonriendo.
- Cierto ¿vienes? – se echo la capa sobre el y miro a Jenny, que se metió también debajo de la capa – hasta luego chicos – se oyó desde el aire.
- Nunca creí que diría esto, pero Adams me da pena – dijo Susan.
- Y a mí – siguió Robert – esos dos cuando se ponen de acuerdo mas vale no estar en su punto de mira.
James abrió la rampa para salir a la tienda, miro que no hubiera nadie a la vista, solo estaba su tío y el vendedor que salía justo en ese momento, le dio la mano a Jenny para ayudarla a subir y acto seguido cerro la trampilla, Fred al oír el golpe miro.
- Pero mira a quien tenemos aquí. A dos estudiantes de Hogwarts que se han escapado de su colegio. Chicos malos – dijo mientras salía de detrás del mostrador.
- Si muy malos, nuestro tío al que por cierto hace casi un año que no vemos, nos manda una lechuza diciéndonos que va a estar aquí hoy, casualmente sin esperar que viniéramos claro – añadió Jenny mientras recibía el abrazo que su tío le daba.
- Pero bueno esta no es mi ahijada, donde esta la niña que yo vi la ultima vez – se giro y le dio un abrazo a James – pero mira que dos adultos tengo ya por sobrinos ¿Cómo esta el resto?
- Bien – contesto Jenny – ya sabes como siempre.
- ¿Y Sabrina, como lleva su primer curso?
- Por ahora bien, le gusta Hogwarts, protesta un poco cuando la dejamos los fines de semana que salimos aquí, pero esta muy bien, ya a echo muchas amigas.
- Me alegro. Bueno ahora al grano que os a traído por aquí.
- Hemos venido a ver a nuestro tío favorito – contesto Jenny con una gran sonrisa en su rostro.
- Eres buena, no lo dudo, pero todo os lo he enseñado, así que quita esa carita de cachorrito y decirme la verdad.
- Bueno es fácil – comenzó James – hay cierto Slythering que se pasa la vida amargándonos la existencia y queremos darle una lección.
- Una manera – continuo Jenny – de demostrarle que con nosotros no debe meterse, una pequeña broma.
- Ya ¿Contra un Slythering eh? Tengo algo perfecto, le va a encantar, pero ni una palabra a nadie y menos a Evelyn. Hay veces que creo que esa niña es adoptada, es mas si no fuera porque se parece tanto a Percy – guardo silencio, los otros dos sabían quien era Percy, siempre que se le nombraba entre los Weasley, reaccionaban así – bueno no importa. Vosotros volver al colegio que esta noche en la cena, obtendréis lo que vinisteis a buscar.
Iban caminando de vuelta por el pasadizo cuando Jenny paro de repente y se giro para mirar al chico.
- ¿Que? – pregunto el cuando vio que tenía la vista clavada en ella.
- Te agradezco que hagas todo esto por mí – dijo ella mirándolo nerviosa – y vale tengo que admitir que Adams es un imbecil.
- Vale –contesto él mientras seguía caminando.
- Vale ¿y ya esta? – objeto ella mirando ahora la espalda de él que se volvió a mirarla.
- ¿Qué mas quiere que te diga? – decía mientras se encogía de hombros – que es verdad que yo tenía razón y tu no, que deberías usar algo mas esa cabecita que tienes que para llevar el pelo, que creía que eras más inteligente, que entre todas las estupideces que creí que se te podían llegar a ocurrir acostarte con un Slytherin es la mayor de toda.
- Sabes – grito ella – eres un capullo – camino hasta adelantarle pero el la sujeto por el brazo y la giro para que lo mirase.
- Eso ya me lo habías dicho – fijo sus ojos en los grises de ella y luego en sus labios entreabiertos.
- ¿Vas a volver a besarme y luego hacer como que no paso nada? – el volvio su vista a sus ojos.
- No – negó mientras agitaba su cabeza – no voy a volver a hacerlo – y echo a andar dejándola allí.
