Ya llevaba un rato así, el parecía haberse calmado cuando ella le soltó, se iba a levantar para acercarle la comida cuando el la sujeto del brazo y la atrajo hacia el.
- No me dejes solo, por favor – rogó él.
- No la hará James, nunca lo haré – contesto ella abrazándole de nuevo.
- Es culpa mía, tenia que haber cuidado mejor de ella, si la hubiese ido a buscar para ir a cenar y no después, esto no hubiera pasado.
- No es verdad y lo sabes, no eres culpable,
- Si lo soy, soy el mayor, yo debo cuidar de vosotros y no lo he hecho bien, mira lo que te paso a ti con ese idiota.
- Pero que tonterías estas diciendo, tu no eres responsable de nosotros, que se supone que debes hacer, acompañarnos a todos sitios, escúchame – le sujeto la cara para mírale a los ojos que tenía rojos por el llanto – no es culpa tuya, nada lo es. Tus padres y los míos están aquí, ellos encontraran la solución ya lo veras, que pasa ya no te acuerdas, son Potter y Malfoy – el sonrió.
- Eso es una tontería.
- Si, pero si el mundo se la cree porque no nosotros – ella se coloco de rodillas delante de el – he visto a tu madre, la enferma a dicho que deberá descansar hasta mañana, pero que se recuperara perfectamente.
- ¿Por qué has venido?
- Te he traído comida – le contesto señalando la mesa.
- No me refiero a eso ¿porque estas aquí conmigo?
- Tal vez solo porque quiero estar aquí ¿Vamos a discutir por eso también?
- No, no quiero discutir, solo darte las gracias.
- Por favor James no me digas eso, que al final me voy a creer que eres una persona con sentimientos – le revolvió el pelo, el atrapo su mano y tiro de ella acercándola mas a el, sus rostros estaban a escasos milímetros.
- A veces eres tan dulce – le susurro, Jenny paso su dedo por la comisura de los labios de el, se acerco aun mas y le beso, James separo sus piernas y la acerco mas respondiendo a su beso, un beso tranquilo en el que ella le quería demostrar a el todo lo que sentía - Deberíamos volver – indico James cuando el beso finalizo – quiero ver a mi madre.
- Claro – contesto ella triste mientras se apartaba de él, le dio la mano para ayudarlo a levantarse y el la sujeto firmemente y cuando se levanto no la soltó.
Harry paseaba de un lado a otro del pasillo mientras Draco lo observaba caminar sentado en el banco.
- Ahí algo que se nos escapa – paro y miro al rubio que estaba cruzado de brazos mirándole.
- ¿El que? Tu mismo lo has dicho el mapa no se equivoca nunca.
- Y así es, pero Draco he educado muy bien a mis hijos, puede que estén un poco consentidos, pero son muy inteligentes.
- Lo sé – indico el otro – yo he participado en esa educación ¿A dónde quieres llegar?
- Estoy seguro, de que Sabrina no saldría del colegio sin permiso y mucho menos aun sola y sin decírselo a James.
- Estoy de acuerdo ¿Sabes cual es el siguiente paso verdad? – pregunto y el otro se sentó derrotado a su lado.
- Nunca creí que esto volvería a pasar – murmuro.
- Ahí que avisar a Dumbledore que todos los niños vayan a sus salas comunes y que no salgan si no es acompañado de un profesor.
- Parece que al final todo se repite – se inclino hacía adelante y apoyo sus manos en sus piernas, su amigo le puso una mano en el hombro.
- No, solo será una medida prudencial, solo por si acaso, no será lo mismo Harry, no lo vamos a permitir.
- Papa – corto la conversación su hijo que aparecía por el pasillo con Jenny de la mano - ¿Cómo esta mama?
- Aun duerme – contesto su padre con una sonrisa – ¿y tu como estas?
- No lo sé, te he defraudado – bajo la cabeza sin atreverse a mirarlo a los ojos.
- Pero que tontería estas diciendo James, tu no me has defraudado y pronto encontraremos a Sabrina y todo este maldito sueño se habrá terminado
- ¿Crees que alguien se la llevo? – esa pregunta llevaba todo el día bullendo en su cabeza.
- Espero que no – susurro su padre – Hogwarts es el lugar más seguro que existe, nadie puede entrar en él. ¿Además habéis visto a algún extraño por aquí?
- En el colegio no – dijo Jenny mordiéndose el labio.
- ¿Qué significa en el colegio no? – la mirada de su padre parecía querer atravesarla.
- En una salida al pueblo, vi a un hombre un poco extraño.
- ¿Qué hombre? – grito Draco.
- No lo sé uno, era muy raro buscaba una tienda.
- Sabia quienes éramos - termino James por ella – me llamo James – explico viendo la cara de confusión de los otros dos.
- No os hemos enseñado que no debéis hablar con extraños – rugió Harry mirando a su hijo inquisidoramente.
- No le riñas a el tio Harry, fui yo quien hablo con él, James me riño a mí por hacerlo.
- Me alegro de que al final uno de los dos tenga algo de cabeza – manifestó Draco malhumorado.
- Lo siento papa ¿No creeréis que el se llevo a Sabrina?
- No sabemos nada hija, pero tampoco podemos descartar nada.
- ¿Puedo ver a mama? – interrogo James mirando a su padre.
- Claro, pasa a verla.
- Harry – llamo Draco – voy a hablar con Dumbledore – el otro asintió mientras entraba en la enfermería con su hijo – venga jovencita te acompaño a tu sala.
- No papa, esperare a James.
- No iras a tu sala – la sujeto del hombro mientras comenzaba a andar.
En la sala común de Gryffindor al igual que en el resto de las salas todos los alumnos se arremolinaban hablando entre ellos, todos habían oído algo sobre la desaparición de la pequeña de los Potter.
Mientras el grupo formado por los chicos se mantenía apartado de todos mirándose entre ellos sin decir nada, cuando empezó a oscurecer la sala fue apagándose poco a poco y los últimos en irse fueron ellos que esperaron a que James volviera a su sala para irse a dormir.
- Jenny ¿Quién fue? – pregunto una de sus compañeras de habitación muy emocionada.
- ¿Quién fue que? – interrogo ella confundida.
- ¿Quién es tu admirador? – la otra la miro asombrada sin saber a que se refería y ella le señalo un gran ramo de rosas blancas que había encima de su mesita de noche.
- ¿Es para mí? – se acerco y olió las flores.
- ¿Quién te lo ha enviado? – Evelyn junto a ella buscaba alguna tarjeta entre las flores.
- No lo sé – contesto ella asombrada – no tengo ni idea.
- Sabemos de tu traición al señor tenebroso – empezó un hombre que alli se encontraban mirando a otro que estaba en medio de un circulo de hombres – por ello debes pagar – y antes de que el hombre dijera algo todos los restantes gritaron Crucio, se empezó a retorcerse de dolor, mientras gritaba, Draco Malfoy, se encontraba allí contra una pared mirando toda la escena con pánico.
- Hijo – llamo uno de los hombres – pronto será tu iniciación y servirás al señor oscuro como yo siempre lo he hecho.
Jenny se despertó sobresaltada, su cuerpo estaba bañado en sudor, había un olor en el ambiente que no conseguía descifrar, estaba muy asustada más de lo que nunca lo había estado, esa pesadilla había parecido muy real, tenía que salir de alli, no quería estar más tiempo sola.
No podía dormir y no porque su cuerpo no se lo pidiera, si no porque su mente no se lo concedía, repasaba cualquier detalle que le pudiera dar la menor pista de donde podía estar su hermana, cuando oyó como la puerta de su habitación se abría despacio, agarro su varita que tenía escondida debajo de su almohada y espero hasta que su cortina se aparto, casi le da un ataque allí mismo de la tensión.
- ¿Se puede saber que haces? – gruño volviendo a colocar la varita debajo de la almohada - ¿Qué te ocurre? Jenny ¿Estas sudando que pasa? Jen –ella se arrojo a sus brazos llorando escandalosamente, el volvió de nuevo a coger la varita y convoco un hechizo de insonorización para no despertar a ninguno de sus compañeros, estaba tendida sobre él todo su cuerpo temblaba estaba helada y no conseguía que se calmara – Jenny – llamo mientras le acariciaba la espalda dulcemente – si no me cuentas lo que te ocurre no puedo ayudarte.
- Tuve – sollosos escaparon de nuevo de su garganta – fue una pesadilla.
- ¿Qué soñaste?
- Vi como torturaban a un hombre hasta llevarlo a la muerte y mi padre estaba alli y…
- Tranquila – el la abrazo más fuerte- fue solo un sueño, no pasa nada.
- Fue demasiado real, podía notar el miedo de mi padre, los gritos del hombre eran horribles, no quiero soñar nada más – inquirió como una niña pequeña.
- Fue la tensión, todos estamos nerviosos. Estas cogiendo una extraña manía de venir a meterte en mi cama – dijo en broma escuchando una suave risa por parte de ella.
- Lo siento, me levante muy asustada y no pensé, solo vine aquí – el abrió las sabanas para que ella se metiera en la cama, cosa que hizo sin protestar.
- Aquí estas bien – contesto mientras la volvía a atraer junto a él.
- ¿No me va a volver a echar? – el supo a que se refería.
- A veces soy un capullo – rió al mismo tiempo que ella – aquel día no te tenía que haber echado ni decirte lo que te dije, lo siento, pero… era demasiado para mí en ese momento.
- ¿Porque? – pregunto ella fijando su vista en los castaños de él.
- Porque – el pensó bien las palabras siguientes que iba a decir – porque tenerte en mí cama hace que piense cosas que no sé si están bien, solo puedo pensar en volver a besarte y acariciarte – miro hacía el techo no queriendo volver a enfrentar la mirada de ella.
- James – le llamo pero el no despego la mirada de donde la tenía, agarro la mano que él tenía reposando en su estomago y la llevo a uno de sus pechos, el desvió la mirada a su rostro confundido – quiero que me acaricies – susurro sonrojada.
- Jenny no sabes lo que me estas pidiendo – gruño él sabiendo que no se podría controlar mucho más.
- Si que lo se – contesto moviendo la mano de él que no pudo más y la beso con urgencia colocándose sobre ella, que enredo una de sus piernas en la cadera del chico, el acaricio la pierna desde el tobillo hasta su muslo.
- Me encanta este camisón – le susurro él apartándoselo según su mano seguía subiendo hasta llegar a su cadera, utilizo su otra mano para separar las piernas de ella que las sujeto a la cintura del chico rozándose contra él y ahogando un gemido cuando él movió su pelvis contra ella.
- ¿Los chicos estarán bien? – le pregunto Draco, el otro saco el mapa y lo miro.
- Si creo que están más que bien – contesto confundido el mismo con lo que estaba viendo.
- ¿Seguro? – interrogo el otro intentando mirar el mapa.
- Más que seguro, tranquilo – contesto guardándolo rápidamente – porque no vamos a las cocinas a por algo para comer, y le traemos algo a Ginny.
- Si es buena idea.
- Si, si que lo es – volvió a respirar con normalidad cuando consiguió que Draco se olvidara de los chicos y de mirar el mapa, ya tendría el una charla con James, para empezar ya le podía explicar desde cuando pasaba eso, pero también sabia que aunque llegara el momento de que le dijera a Draco que los chicos estaban juntos, no seria buena idea, que viera lo que el vio en el mapa, a no ser que se quisiera quedar sin hijo. Aunque a el en el fondo, le gustaba la idea, quería muchísimo a Jenny y sabia que era lo que su hijo necesitaba.
- James.
- Dime.
- ¿Qué ha pasado? – ella estaba de espaldas el le besaba los hombros y tenia uno de sus brazos alrededor de su cintura.
- Si te lo tengo que explicar, no se si lo habremos echo bien.
- No te burles. No me refiero a eso. Quiero decir entre nosotros .
- No lo sé. Supongo que siempre han estado ahí lo que siento por ti, pero resultaba más fácil discutir contigo que decirte lo que sentía.
- A mi también me pasaba lo mismo, cuando te veía mi corazón siempre latía mas rápidamente, pero lo único que conseguía decirte era una borderia.
- Si, siempre has sido experta en eso.
- Claro porque tuve un buen profesor.
- Si que lo tuviste, uno que lleva toda su vida queriéndote a mas no poder. Pero me tuve que dar cuenta de lo mucho que te necesitaba cada vez que tú te alejabas de mí, cada vez que sentía que te perdía. Sabes mi padre una vez me contó que descubrió lo que sentía por mi madre el día que ella se quedo petrificada.
- ¿Petrificada? – ella se giro y lo miro.
- Si, era en su segundo año aquí, la cámara de los secretos se abrió y ¿no conoces la historia? Pero si nos la han contado un millón de veces.
- Si, la cámara de los secretos – recordó el pergamino que había encontrado en su cama la noche anterior – ¿tu sabes donde esta?
- Creo que en el baño de las chicas del segundo piso, ya sabes donde Mirtle la llorona. ¿Porque?
- No por nada. Tengo sueño – añadió volviéndose a girar y arrimando su cuerpo al de el.
Porque alguien le había dejado ese pergamino, le pareció extraño que coincidiera con la noche que desapareció Sabrina, prefiero no decirle nada a James, bastantes preocupaciones tenia ya el, investigaría por su cuenta y si de verdad había algo se lo contaría.
- ¿Cuándo le diremos a nuestros padres que estamos juntos?
- ¿Estamos juntos? – pregunto ella sonriente.
- Si y llámalo intuición, pero tengo la sensación de que tu padre me va a matar
- Si cabe la posibilidad .Te quiero – dijo ella sin poder remediarlo.
- Ya lo se. Y yo a ti – la giro y le dio un beso, se volvió a echar sobre ella – mas vale que te pongas algo encima o no me controlare.
- Yo no quiero que te controles – le contesto ella.
- Menos mal que no estabas preparada – rió él besándola - ¿Quieres quedarte a dormir aqui?
- ¿Quieres que me vaya? – el negó atrapándola en un abrazo.
- Pero no quiero que andes sola hasta tu habitación, si lo que dicen es cierto, alguien puede andar el colegio.
- Nadie puede estar sin que sen enteren, esa teoría no encaja, leyendo la historia de Hogwarts, puedes ver que es imposible que alguien...
- Pareces mi madre – ella le dio una colleja.
A la mañana siguiente se levanto temprano, bajo sola a desayunar, durante la noche se le había ocurrido una cosa y tal vez pudiera funcionar lo que ella pensaba, tenia un plan y desde luego nada que perder, aunque estaba segura que recibiría mas de una bronca por haber salido sola por el castillo y James se sorprendería bastante al despertar y ver que no estaba alli.
Termino antes de que los otros llegaran, se dirigió corriendo al segundo piso y entro en el baño, había estado ahí un par de veces, pero no le gustaba mucho, Myrtle era agobiante, se pasaba el día llorando, chillando y quejándose por invadir su espacio.
- ¿Ha que has venido? Vienes a reírte de la pobre Mylter.
- No – le contesto Jenny con una sonrisa – venia a ver si me podías ayudar en algo.
- O claro siempre igual, no solo me queréis cuando necesitáis saber algo. El resto del tiempo nadie me viene a ver. Se que Harry Potter esta aquí y no me ha venido a saludar y yo no te pienso ayudar.
- Bueno no importa, a lo mejor tampoco podrías.
- Claro que podría ¿Qué es lo que querías?
- Tú estabas aquí cuando Harry Potter abrió la cámara.
- Si, si que estaba – suspiro el fantasma – el siempre a sido muy amable conmigo, aunque solo venia cuando quería algo.
- Ya, y supongo que le vistes.
- Claro que le vi, dijo algo muy raro y la fuente se abrió.
- Lo recuerdas muy bien con los años que hace que paso.
- Tampoco es tan raro, tengo buena memoria. además hace unos días, la vi de nuevo abierta.
- Así – si era perfecto, alguien la había abierto, tal vez no estuviera tan mal encaminada – pero yo pensaba que la única persona que hablaba parsel era Harry Potter.
- O ese hombre no dijo nada, le dio a algo ahí debajo y se abrió.
- Que interesante – comento Jenny agachándose para ver si encontraba alguna clase de interruptor, pero no veía nada, era imposible, tenía que haber alguna manera de abrirlo.
Se fijo que una de las serpientes era distinta, y recordó que el pergamino traía algo mas, saco su varita y susurro, aritan, se alejo asustada, se estaba moviendo, se abría.
Miro al fondo, no se veía nada, todo estaba oscuro, vale estaba asustada, mas bien mas que asustada, pero no tenia porque, no había ningún monstruo hay abajo, Harry lo había matado hacia años y tal vez seria la única oportunidad de encontrar a Sabrina, cerro sus ojos y salto
Hermione se encontraba mejor, la fortaleza que le caracterizaba había vuelto a ella, sonreía a su marido, mientras le decía lo que harían para encontrar a su hija. Draco la miraba mientras pensaba en como podía respirar hablando tan rápidamente, de vez en cuando miraba a Ginny con cara de no la podemos hacer callar, estaban sentados en la mesa de Gryffindor con los chicos.
James echaba de vez en cuando un vistazo a la puerta deseando ver pasar por ella a Jenny, se había asustado mucho cuando no la encontró en la cama cuando despertó, volvió la vista a su plato y se encontró con la mirada de su padre y un sonrisa muy extraña que lo estaba empezando a mosquear y ponerle nervioso.
- Pero bueno se puede saber donde esta la niña – dijo Ginny mirando a su marido.
- Ya se había despertado cuando yo me levante – le contesto Evelyn – es raro, porque siempre se levantan mucho mas tarde que yo – James en ese momento se atraganto con su comida y su padre lo volvió a mirar de esa manera.
- Yo la vi esta mañana me pidió el libro de historia de Hogwarts – les contó Thomas Logbotton – leía algo sobre la cámara de los secretos.
- A mi me pregunto también por la cámara ayer – siguió James.
- Como no me di cuenta – grito Harry, volvió a sacar el mapa del merodeador y lo observo – no esta Jenny no aparece, se lo mostró a Hermione y a Draco.
- Que quieres decir con eso – chillo Ginny.
- Es la cámara, claro en el mapa aparecen todos los túneles, pasadizos y demás, todo menos la cámara, hay tienen que estar – se levanto y salio corriendo seguido por Draco que paro cuando salio del gran comedor.
- ¿Dónde creéis que vais? – preguntó a todas las personas que lo seguían, provocando que Harry también se detuviera – es muy peligroso, iremos nosotros, volver de nuevo adentro – los pequeños protestaron pero sabían que no tenían alternativa.
- Draco tiene razón – admitió Ginny – no estáis preparados para algo así, nosotros somos profesionales.
- Tu tampoco vas – contesto el hombre el recibió una mirada típica del Molly Weasley, pero él no se achicaba tan fácilmente.
- No se que estas pensando, pero yo ya he estado ahí abajo y…
- Por eso no va a ir, aun tienes pesadilla con ello Ginny, no vas a volver a bajar – lo dijo tan firme que muchos de los que estaban allí se echaron hacía atrás.
- Jenny esta alli, es mi hija Draco – grito la mujer.
- Lo sé – contesto el suavemente – también es la mía y ten por seguro que volveré con ella.
- Ginny – dijo Hermione junto a ella – Draco tiene razón, tu experiencia con la cámara de los secretos, fue muy fuerte, casi mueres, estas demasiado involucrada, no te preocupes, las traeremos a las dos.
- Tu tampoco vas – añadio Draco mirando a Hermione.
- Que te lo has creído soy un auror tan preparado como tu Malfoy, no me voy a quedar fuera de esto.
- Te has pasado toda la noche en la enfermería Hermione no vas a venir – esta vez fue su marido quien intervino.
- Harry James Potter si crees que vas a poder impedir que vaya a por mi hija y mi sobrina estas más loco de lo que yo pensaba – añadió caminando por delante de él.
- Soy tu superior Hermione y te lo ordeno – la mujer se dio la vuelta y lo miro como si no pudiera creer lo que había dicho.
- No te confundas Harry, eres mi mando superior en el trabajo, fuera de él eres mi marido, mi amante y si quieres seguir siéndolo más te vale que no me digas lo que tengo que hacer.
- Porque tengo que oír estas cosas – susurro James tapándose los oídos.
- Hermione – Harry cogió aire antes de seguir hablando – no sé que nos podemos encontrar ahí abajo y ten bien claro que a mí no me apetece volver por nada del mundo, pero si no lo conseguimos.
- No diga eso – grito su mujer.
- Pero si no lo conseguimos – siguió Harry – James te va a necesitar y tu a él, tienes que quedarte.
- Harry – lloro ella abrazándolo – vas a volver y vas a estar un mes durmiendo en el sofá por no haberme dejado ir – el rió y la beso antes de soltar y echar a correr.
