Reencuentros.

En Freíd las cosas marchaban bien, pese a la escasa edad de su ahora rey Chid. Lograban tener un buen reinado, obviamente Chid tenía un nuevo tutor, Kazia, este había sido elegido por el rey su padre, antes de morir en la batalla, para cuidar del pequeño Chid. Kazia aceptó con gusto aquel cargo que su antiguo colega Boris dejara.

El, junto con la princesa Eries ayudaban y orientaban a Chid, para que este aprendiera y no le fuera tan difícil tener el cargo de soberano de estas tierras, ya que a su corta edad era muy difícil guiar un reino, Van lo entendía y por eso lo frecuentaba, sabía por lo que pasaba el pequeño duque de ojos azules. Chid ya tenía 13 años y era bastante alto, su cabello era igual, pero las facciones de niño habían desaparecido, empezando a formar el rostro de todo un hombre.

-Majestad, la agenda de hoy programa la llegada del Rey de Fanelia, posiblemente arribe a estas tierras al atardecer.
-¡El rey Van!. Exclamaba con alegría el joven duque.

La princesa Eries quien lo observaba sentada frente a el, veía esa expresión de alegría, sabía de antemano la gran amistad que tenía con el rey de esas tierras rurales. Si, a pesar de haber perdido a sus padres, la princesa Eries se sentía bien de ver que el príncipe no se encontraba solo después de todo.

-Parece que le agrada la noticia, verdad Chid.
-Claro tía Eries, me agrada las visitas que el hace a estas tierras al igual que las de Allen.
-Es cierto príncipe, al parecer el caballero de Asturia vendrá hoy también como escolta de la princesa Millerna y el señor Dryden Fassa para su coronación.
-Es cierto, se llevará acabo dentro de dos días, no puedo creer que el tiempo pasara rápido. La princesa hablaba con asombro y sorpresa.
-Tía a veces pienso que me sigues viendo como ese pequeño niño que regresó solo y triste de esa guerra. Chid hablaba tranquilo, pero un dejo de tristeza apareció en sus ojos, al voltear a ver a su tía y a su fiel consejero Kazia, nota como ellos lo miran de una manera triste y seria, así que cambia su semblante rápidamente. Pero ahora ya no importa, juré a mi padre ya no llorar y tener la vista al frente, por el bien de mi país.

Kazia y Eries sonríen levemente para no seguir preocupando al rey Chid.
Así el tiempo transcurrió y en el aire se podía ver la flota de Fanelia, acompañado por las naves de Freíd, quienes los acompañaban desde que el rey Van había entrado en estas tierras. Chid los miraba desde la ventana, pronto apareció Kazia detrás de el, mormurando algo a su oído e inclinando la cabeza, a lo que Chid asintió y con una mirada alegre se retiró de la ventana y se dirigió a donde recibiría a tan importante visita. Pronto descendieron y se veían bajar a varias personas, propiamente eran la compañía de Van, al igual de varios de sus consejeros entre ellos Jouji. En medio de todos se vio descender a Van, quien se distinguía por un pantalón azul marino, una camisa de ceda gris con cuello tipo oriental, botas obscuras, pechera y hombreras en un metal oscuro, una capa a la mitad de sus rodillas y esta era asegurada por un broche dorado, sus manos no seguían cubiertos por los guantes que normalmente tenía por Escaflowne, pero si unos que dejaban salir sus dedos y unas protecciones en sus brazos, claro no olvidándonos, de que en su cintura se encontraba el cinturón que sostenía su espada (Atuendo tipo Marth), detrás de el como fiel sirvienta iba Merle, quien ya tenía 18 años y ya prácticamente toda una jovencita, ella tenía un vestido típico de Fanelia en color durazno y se sostenía por un largo moño color blanco, calzando una sandalias, (como era normal en ella).

Al fin llegan frente a Chid, todos los consejeros se quedan en la puerta esperando a que su rey entre primero y después le siguen todos, al ver que Van se arrodilla los demás hacen lo mismo.

-La presencia de su majestad Van Slanzar de Fanel, Rey de Fanelia, acompañado de su sequito y consejeros de gran confianza (mientras el presentaba a las visitas una gran cortina era corrida para dejar ver a su duque). En representación del Rey de Freíd, su majestad el duque Chid Zar Freíd. (en representación del rey, por que todavía no era coronado.
-En nombre del pueblo de Freíd, ustedes ahora son huéspedes. Me alegro tenerlo de nuevo aquí majestad Van Slanzar de Fanel. Chid contestaba con gran educación y alegría, Van inclinó un poco la cabeza y con su puño pegó levemente su corazón en señal de respeto.
-Acepto la hospitalidad del reino de Freíd y agradezco su bienvenida.
-Majestad Van Slanzar de Fanel, en muestra de nuestra bienvenida he preparado un banquete en su honor.
-Es usted muy amable Duque, pero déjese de formalidades, sabe bien que me puede decir simplemente Van.
-Gracias, Van.

Ambos sonrieron y después se dirigieron a donde ya tenían preparada una gran mesa con variados platillos y finos vinos.

-Van, ya tenías mucho de no venir hacía acá, temí que te habías olvidado de mi.
-Lo siento Duque Chid, últimamente he tenido demasiados viajes y mucho trabajo, era por eso que no me era posible venir con mas frecuencia.
-Es cierto, se rumora mucho en varios reinos aledaños a Freíd que Fanelia posiblemente sea parte de las grandes potencias, solo es cuestión de tiempo.
-Tiene razón princesa Eries, solo es cuestión de tiempo.
-Seguramente se ha de sentir muy orgulloso de eso, no es cierto Van.
-Así es duque Chid.
-Por cierto, el día de mañana se nos reunirán el señor Dryden, mi tía Millerna y por supuesto Allen, vendrán por la coronación, me dijeron que ya tienen mucho de no verlos.
-Como se lo dije últimamente e tenido mucho trabajo, es por eso que me he ausentado también de entre los amigos. Príncipe Chid, me gustaría preguntarle algo muy importante. Van dio un giro a la conversación mostrándose mas serio.
-Dime de que se trata Van.
-Se que aquí destacan los mejores astrólogos de Gaea, y me gustaría saber por que el día de ayer por la madrugada se presentó ese color tan raro en la luna.

Chid se sorprende por la pregunta, pero antes de que pudiera decir algo Kazia interviene.

-Eso majestad se debe a un ciclo normal, en el ciclo de la luna o mejor dicho del universo. A esto se le llama eclipse total lunar, lo único que realmente es sorprendente es que esto jamás se dio en Gaea ya que estamos en su lado contrario o mejor dicho, su lado oscuro. Y al parecer este fenómeno durara mucho tiempo, ya que desde ayer la Luna no ha cambiado.

Van se sorprende y mira por las ventanas que tenía este comedor. Era verdad, ya había obscurecido y la Luna seguía igual que ayer.

La mañana llegó y en una nave conocida como el crucero viajaban los tripulantes y fieles compañeros de Allen Schezar, quienes escoltaban los navíos del comerciante Dryden, quien viajaba junto con Millerna.

Esta pareja tan polémica habían recientemente regresado, bueno si eso se podría decir regresar, ya que Dryden estaba en planes de reconquistar a Millerna, y Millerna estaba tratando de ganar la confianza de Dryden, que el confiara y supiera que entre ella y Allen nada hay, que solo fue una ilusión de adolescente y que tarde entendió quien era el verdadero amor (suena conocido no creen?). Claro Millerna lo daba a conocer a su manera ya que aún se preocupaba por su orgullo.

-Dryden no era necesario que me trajeras, podía hacerlo en el crucero.
-Junto a Allen?. Dryden sonó algo burlón.
-Tu si que no perdonas ni una. Millerna frunce el seño desviando la mirada y cruzando los brazos se acerca a la gran ventana.
-Ja, ja,ja, Millerna, tranquila. Se acercaba asía ella mientras hablaba. Solo fue una broma, no lo tomes a mal. Y la razón de que quería llevarte personalmente es por que quería que viajaras cómoda.
-Gracias Dryden, pero no quiero que pienses que yo siempre debo estar rodeada de lujos.
-Claro que si, tu la princesa mas maravillosa de toda Gaea debe estar lo mejor posible, para mi así es.
-¡Dryden!. Millerna se había sonrojado mucho que agacho la mirada.

Dryden veía divertido la escena en la que había puesto a su querida princesa, cuando la voz de su sirviente lo interrumpe.

-Señor Dryden, ya hemos llegado a Freíd, dentro de poco descenderemos.
-Gracias.
-Bien en ese caso iré preparándome para bajar.
-Creo que interrumpí en algo. (hablaba en un tono muy apenado.
-Ja, ja. No, no te preocupes, de todos modos esto esta funcionando.
-A que se refiere señor.
-Bien sabes a lo que he venido a Asturia, Millerna tal vez se siente decepcionado de mi y quiero reconquistarla. Dryden mira pensativo hacia el cristal, que dejaba ver la gran ciudad de Freíd, la nave comenzaba a descender y empezaba ver perfectamente donde y que había, se había fijado en un lugar en especial, pudo notar con claridad soldados de Fanelia, a lo que reconoció inmediatamente, su semblante cambió y dibujó una sonrisa. Por lo que veo, su majestad ya esta aquí.
-Tiene razón, esas son sus naves y sus tropas.
-Valla, ahora si que vamos a ver al impetuoso de Van.
-¡Dryden, no te olvides que aunque es un chiquillo es el Rey de Fanelia!. Este lo decía de una manera preocupada, mientras corría detrás de su amo, quien ya estaba dispuesto a salir.
-Ja, ja. No te preocupes, eso ya lo se, hace tres años viajé a Fanelia, y me sorprendí de los grandes avances que esta tenía, no parecía que había sido destruida.
-Ya estoy lista, bajemos.

Millerna se había ido a cambiar rápidamente poniéndose un vestido blanco con un corsé rosa, su vestido era sin mangas y un cuello alto.

Todos bajaron y pronto se reunieron con Allen, aunque Dryden lo veía de recelo, pero no culpaba a Allen, después de todo, nadie manda en el amor. Así llegaron a la presencia de Chid, quien los recibió con los brazos abiertos.

-Tía Millerna, me alegro verte de nuevo, a ti también Allen.
-Gracias, por tu hospitalidad Chid, me alegro volverte a ver, igualmente a ti hermana Eries. Se nota que han estado muy ocupados.
-Tienes razón Millerna, pero todo sea por el reino y por Chid por supuesto.
-Por cierto tía Millerna, el caballero quien viene con tigo es el Señor Dryden Fassa.
Dryden levanta la cabeza y se rasca nerviosamente. Chid se angustia pensando que se había vuelto a equivocar.
-Perdóname Chid, por no habértelo presentado antes, en efecto el es Dryden Fassa.
Chid suspira de alivio.
-Me alegro que vinieras tu también.
-Gracias Duque Chid.
-Pero vamos, un banquete nos espera.

Todos se levantan y siguen al pequeño duque, Millerna y Eries se saludaban y platicaban, Dryden se fijaba mucho en Millerna, en sus gestos al hablar, saludar, reírse, no quería perderse ni un solo detalle. Allen por su parte hablaba con Chid, ambos lucían muy contentos. Eries no dejaba de mirar al caballero celeste, tenía la mirada perdida en el, aunque fuese de espaldas, sobre todo por la reunión que había, padre e hijo juntos, Allen quiso que la vida de Chid siguiera igual, no quería que el tuviera mas ajetreos o cambios bruscos, permanecería en el anonimato, pero velando de cerca por su seguridad, además sabía que el estaría mejor aquí en Freíd, aun que le dolía verlo con una gran responsabilidad en sus hombros y siendo tan pequeño.

Al llegar al comedor Chid toma el asiento principal, mientras los demás tomaban asiento. Millerna se sentó a un lado de su hermana quien estaba a un lado de Chid, Allen y Dryden del otro lado, aunque se extrañaron que hubiese dos lugares mas puestos sin que nadie estuviera. Allen imaginaba que se debía a otra visita, pero Dryden ya sabía de quien se trataba.

-Me alegra verlos a todos juntos, se podría decir que los héroes que estuvieron peleando valerosamente en la guerra contra Zaibach, por fin se han reunido de nuevo.

Todos se extrañaron. Pero unos pasos se escucharon por uno de los pasillos cercanos y vieron con alegría que se trataba de Van acompañado de Merle. Millerna se levanta y se dirige a Van, se encontraba alegre y esta abrazo a Van.

-Princesa Millerna, cuanto tiempo de no verla. Van se separa y le deposita un beso en su mano.
-¡Merle, que cambiada estas, te has vuelto toda una señorita.
-Gracias princesa Millerna.

Van acompaña a Millerna a su asiento y después de saludar a Dryden y Allen toma asiento en la mesa junto con Merle.

-No puedo creer que ya hayan pasado 5 años de esa guerra. Desde ese entonces todos tomamos caminos diferentes y sin querer nos separamos poco a poco. Millerna decía muy emocionada.
-Tiene razón princesa Millerna, yo regresé al fuerte y lo reconstruimos, mi hermana Celena ahora esta estudiando, aunque tiene aun fascinación por las espadas.
-Yo empecé a viajar por toda Gaea, e aumentado mi productividad y e conocido mucho mas medios para hacer crecer mis inversiones.

Van miraba a todos seriamente, no pronunciaba palabra alguna, veía detenidamente los cambios de sus amigos. Millerna seguía hermosa, Chid había crecido, ya no era el niño que habían dejado en el templo de Fortuna, Allen se veía mas centrado, aunque había que esperar, no se sabe con que sorpresa después salga, Eries seguía seria, aunque sentía que su rostro por fin dibujaba de ves en cuando sonrisas, Dryden seguía con el mismo aspecto, intelectual. Al fijarse detenidamente en el, empezó a recordar algo.

La nave de un magnate y prometido de la princesa Millerna había llegado en el momento justo. Van necesitaba ayuda y urgente, era necesario reparar a Escaflowne. Después de pasar esos tragos amargos Dryden se disponía a dirigirse a Atlantis, gracias a Van y por que no decirlo también de Hitomi. Estaban en un comedor grande con muchas ventanas, los que estaban ahí eran Allen, Van, Gadeth, Merle, Millerna y por supuesto Hitomi. Los chicos hablan solamente sobre estrategias y rutas a tomar, mientras Millerna conocía cosas sorprendentes de La Luna Fantasma. Hitomi le daba a conocer los esmaltes de uñas y aplicaciones, y algo a que llamaba uñas postizas. Ella se había ofrecido a mostrarle esta clase de productos a Millerna y ella sorprendida y a gusto con el producto, pues decidió a que le arreglaran todas las uñas de sus manos de una ves. Van seguía atento con Allen y Gadeth, pero de ves en cuando volteaba a donde Hitomi se encontraba, si, sin lugar a dudas el ya estaba enamorado de ella.

-Este color te queda muy bien Millerna.
-Si que es hermoso, mas con estas aplicaciones en color blanco que le pusiste. Realmente me sorprenden las cosas que hacen en donde vives, y no puedo negarlo se ven bien.
-Gracias Millerna. Ya esta, terminé, incluso secó rápido.
-Gracias Hitomi. Por cierto que es esto?

Millerna veía detenidamente un pequeño frasco de color blanco.

-¡Ha, este es el pegamento para las uñas que te dije, pero incluso sería mejor así como te lo hice, la verdad no se como reaccionaría el pegamento en ti, ya que es muy fuerte.
-Con que fuerte?. Millerna tuvo una mirada maliciosa.

Hitomi solo sentía una gran gota en su cabeza, así que solo se dispuso a guardar sus cosas. De pronto Millerna vio un lugar en especial y se levantó de su asiento, Hitomi la siguió con la mirada.

-Millerna que es lo que vas a hacer?
-Hay nada, solo quiero probar este pegamento.
-¿En que!.

Hitomi la seguía de cerca, pronto se detuvo en una silla, y vio como Millerna vertía el contenido en ella. Hitomi dejó sus cosas en una esquina y se dirigió asía ella, y algo dudosa y temerosa le pregunto.

-Millerna¿quien se sienta en esa silla.
-Ya veras.

Cuando terminó de echar el frasco en el asiento lo tapó y lo tiró por la ventana, Hitomi se quedó mas sorprendida, e incluso los demás que no la perdieron de vista desde que tomó el frasco.

-Princesa Millerna que era eso.
-Hay Allen es solo pegamento, muy inofensivo.
-¿Inofensivo!. Hitomi exclamó con sarcasmo.
-Jajá jajá, si. Millerna sonreía nerviosamente mientras le tapaba la boca a Hitomi.

Ya no pudieron decir mas por que en ese momento había entrado Dryden demasiado presuroso, y sin decir nada y sin esperar a nadie se sentó, cosa que Hitomi sintió como desastre. Todos tomaron asiento y Millerna se sentó a un lado de Hitomi, eso si sin quitar una cara de alegría y amabilidad en ella. Hipocresía diría yo.

-Bueno he sabido por fuentes que estamos en buen rumbo.

Hitomi no ponía atención solo se fijaba en el asiento de Dryden, pero al ver que el iba a mirarla rápidamente cambio su vista asía otro lado.

-A si que Hitomi necesitare toda tu ayuda para descifrar algunas cosas del diario del padre de Allen.
-¡Que¿yo.
-Si tu. ¿Aceptas o no?. Este miraba a Hitomi con burla en su sonrisa y sosteniendo un libro con un escudo grabado en la portada.

Hitomi se sentía furiosa con el, ya que la ponía en evidencia ante todos, si sabía perfectamente que ese lenguaje no lo dominaba muy bien que digamos.

-Hitomi aquí somos una familia, sabes. Se decía que en tiempos de guerra se unían diferentes guerreros de cualquiera que fuese su bandera, los linajes y escudos se ponían a un lado y formaron una nueva familia. Cuando nos unimos, prácticamente somos como una familia, claro, tu no decepcionarás a tu familia¿verdad?. La familia siempre debe estar unida. Cuando decía esto lo decía con hipocresía y juntaba sus puños, como dando ejemplos de lo que era unido.

Dryden muestra una sonrisa burlona, se acomoda sus gafas y se dispone a levantarse pero puede ver que parte de su ropa se había quedado pegada en el asiento. Cuando se da cuenta de ese jalón que tubo hacía el asiento y comprobó que sus ropas estaban pegadas puso una cara de vergüenza, que se vio sinceramente graciosa. Millerna reía con disimulo, los demás incluyendo a Hitomi se quedaron con los ojos como platos.

-¿Quién fue el culpable de esto?.

Hitomi se levanta completamente seria pero con un dejo de burla hacía Dryden.

-Que pasó Dryden, por que te molestas, no que somos muy unidos. Hitomi hacía lo mismo que Dryden, daba explicación con sus manos sobre lo que era ser unido.

Las carcajadas no se hicieron esperar más, y sobre todo la de Millerna.

-¿Millerna, fuiste tu verdad.
-Hay Dryden, es que….. Yo... Millerna no podía articular palabra por la gran risa que tenía guardada.

Dryden solo veía molesto. Hitomi se aleja de ahí lo más rápido que pudo, ya que no aguantaba la risa. Allen junto con Gadeth le empezaron a ayudar a quitarse la ropa pegada y ver la forma en que la despegarían del asiento, Van salió junto con Merle, justo después de estar lejos de la vista de todos, el esbozo una sonrisa que después se convirtió en carcajada. Merle se asombró, ya que últimamente su amo se encontraba bastante serio y al escucharlo otra ves reír se le llenaron los ojos de lágrimas, gracias a la broma de Millerna y el comentario chusco de Hitomi le habían devuelto la sonrisa a Van.

De regreso en la realidad Van soltó tremenda carcajada, cosa que los demás notaron y se quedaron completamente serios viéndolo a el. Van al ver como todos se quedaron viéndolo tosió un poco y se disculpo.

-Perdonen.
-Como que perdonen, mejor dinos el chiste de menos. Decía Dryden curioso.
-Dudo que lo quieras saber.
-Pero por que lo dices, aun no se ni lo que se te cruzó en la mente, o a caso te burlabas de las cosas que habíamos hecho durante estos años.
-No, como crees que haría eso.
-Entonces cuéntanoslo. Además, queremos saber más de tu vida, lo que a pasado en Fanelia. La princesa se puso mas interesada en saber del tema.
Van en un tono mas serio empieza a relatar.
-Solo recordaba cuando usted princesa le puso pegamento a la silla de Dryden.

Millerna al recordar fija la mirada en Dryden y empieza a reír, uniéndoseles todos, excepto Van.

-Gracias Van, ya se me había olvidado y ahora lo recuerdas. Dryden respondía con una gota de sudor en la cabeza y una mirada de vergüenza.
-Yo te dije que no hubieras querido saber.
-Es que lo mas gracioso fue el comentario de Hitomi, si ella se hubiera quedado callada nada hubiera pasado, por que no fue tan gracioso cuando te levantaste.
-Millerna, fuiste capas de hacer eso.
-Hay hermana, tranquila, si se logró zafar, te lo imaginas ahora viviendo con esa silla pegada a su cuerpo.

La risa volvió a presentarse en la mesa. A pesar de no haber estado ahí, Eries y Chid se imaginaban la chusca comedia, uniéndoseles con las carcajadas.

-Es cierto, pensé que estábamos todos, pero me di cuenta que no es así, falta la señorita Hitomi.
-Tienes razón duque Chid, ya tiene cinco años que no la vemos, que habrá sido de su vida?. Allen decía con seriedad.
-Hitomi hizo mucho aquí y mas por mi, me enseño a guiarme con el corazón y a perdonar?
-¿A perdonar Chid.
-Si tía Eries, cuando estuvo aquí, fue interrogada por Prakto. Pero dudábamos que era un sirviente mas de Zaibach, un hombre camaleón, que tomó la forma de nuestro sacerdote, Hitomi por poco muere en manos de el, y a un así no me guardó rencor ni nada parecido. Me pregunto que hará?. Estará bien en la Luna Fantasma.
-Pensándolo bien diría que si. La vez que la conocí me dio a demostrar que era una joven amable y alegre, que se preocupaba por sus semejantes, esa vez que vi como ella trataba por todos los medios salvar la vida del joven rey.
-Yo creo que Hitomi se encuentra bien, es una mujer muy fuerte, de hecho no se si nosotros le dimos el mismo apoyo y ánimos que ella nos dio durante las batallas, ella levantaba el animo incluso del mas amargo sobre esta tierra.
-Cierto Millerna, cada ocurrencia que se le venía a la cabeza, no crees Van.

Dryden se dirigía a Van, cuando este se levanta de la mesa repentinamente.

-Disculpen, tengo unos asuntos que hacer.

Van se aleja dejando a todos sorprendidos.

-Dije algo malo?.

Nadie habló, la mesa se quedó completamente en silencio, y Merle solo veía triste asía donde Van había ido, solo en su mente decía la lástima que tenía hacia Van, por como el se ponía así cada ves que le recordaban a Hitomi. Mientras Van se encontraba caminando y se detuvo en la baranda de una de las muchas terrazas que tenía el palacio, este apretó el puño y pego en ella, sentía rabia con el mismo, era increíble que Hitomi estuviera en todos lados y sabía que era difícil que se llegara a olvidar de ella, menos si todos se la recordaban. Van saca de entre sus ropas el pendiente y este se sorprende al ver que se encontraba completamente negro.

-¡Hitomi!...acaso tu.

En un lugar donde solo había ruinas que al parecer eran de un monasterio, descuidado por el paso de los años, se encontraban en el interior dos personas. Estas se encontraban cubiertas por las sombras y algunas facciones se llegaban a notar por la leve iluminación que producían algunas antorchas encendidas. Se podía apreciar que eran dos hombres, delgados y altos. La cabellera de uno de ellos le llegaba a sus caderas, mientras que el otro, quien permanecía de rodillas frente a el, tenía el pelo corto dejando salir una pequeña coleta y esta llegaba a sus hombros.

-Tu presagio se a cumplido, el energiste se a vuelto negro. Ha muerto.

Este ser quien se encontraba de pie viendo al que parecía ser su sirviente empieza a dibujar una sonrisa maliciosa en su rostro.

-Con esa chica y el dragón separados se harán más fáciles nuestros planes, son vulnerables después de todo.
-Majestad, creo que es justo que le hagamos una visita no lo cree.
-Si tienes razón es justo que sepa de nuestra existencia, no lo crees querida?.

Este joven da la espalda a su sirviente y mira asía una cortina delgada, la cual dejaba notar un cuerpo recostado en una repisa de mármol. El suelta una carcajada y regresa su vista asía el joven.

-Ha, se me olvidaba, no hay que ser descorteces, hay que enviar un obsequio, no me gustan las presentaciones sin un presente, y mas a una persona de esa categoría. Este seguía dibujando una sonrisa de burla y mofándose de una situación que el sabía perfectamente destrozaría a mas de una persona.

Este le entrega un pañuelo blanco, pero parecía que este ocultaba algo en su interior y el obedientemente lo toma.

-Hay que darnos prisa, nuestros planes ya han esperado mucho, tenemos la suerte de nuestro lado y más ahora que la Luna ha muerto. -Si señor. Contestaba secamente.

Este obedece y se retira, dejando a esta persona oculta entre las sombras, quien no dejaba de mirar al cuerpo que yacía en ese lugar.

-Ya han pasado muchos siglos, y esta tierra sigue siendo gobernada solo por la estupidez de estos seres. Este se empezaba acercar al cuerpo cada ves que hablaba. Ya es hora que nuestra raza vuelva a surgir. La perfección. Este hizo una pausa y toma la mano de quien parecía ser de una mujer. ¿No lo crees?. Este finalizó depositando un suave beso en la mano de aquella joven, quien no se le podía ver bien el rostro y que al parecer permanecía oculta tras esas cortinas delgadas.

Ups pues aquí esta el tercer capítulo y si digo "ups" es por que no quería que saliera tan largo, mas que nada por que hay muchos lectores que ven las historias por medio de un café Internet. U.

Aquí por fin salen los villanos, pero no crean que será una larga guerra, sino que quiero abarcar la historia cuando esta termina y ver lo que pasaría con la vida de nuestros personajes cuando esta termina, que hay después de la guerra?. Pues eso quiero tratar de hacer y enfocarme, solo espero que no salga tan larga. Eso si esta historia contara con capítulos lemon. No se angustien no será luego, luego.

Sale los dejo por que seguramente estar viendo estas notas da flojera, así que me boy, no sin antes decirles.

Se pone de rodillas Dejen reviews ya que sin ellos no puedo vivir.

¬ ¬ Hay me sonó a comercial, bueno ya ni modo, hasta el próximo capitulo.