La última Oración.

Adiós mi ángel de acero.

En el desierto los gritos de guerra se hacían presentes, los pueblos aledaños eran convertidos en cenizas y los gritos desesperados de varias personas no dejaban de sonar, complementando una melodía infernal.

En medio del desierto una nave se encontraba en la arena, daba signos que había sido forzada a bajar y la tormenta de arena había cubierto ya parte de la enorme base. El sonido de espadas y gritos de pelea se escuchaban, varios hombres con vestimentas samuráis, combatían contra seres alados que intentaban a toda costa matar a los ejércitos de ése planeta, acabar con la vida de todos los seres humanos y así quedarse con esas tierras que desde varias generaciones anhelaban tener bajo su mando.

Un hombre alto de tez morena, traje samurai, cabellera larga y negra luchaba feroz mente, tratando de salvar a la tripulación de esa nave, la cual había transportado momentos antes a Escaflowne y a su rey. Al ser alcanzados por la tormenta los seres alados aprovecharon el momento atacando la nave, obligándola a descender. Las banderas de la nación de Fanelia se encontraban tapadas por la arena, algunas espadas y personas heridas eran salvaguardadas en una parte de la nave, mientras los que se encontraban en condiciones de pelear intentaban proteger al resto de la tripulación

¡¡¡¡¡¡¡¡No se alejen de la nave, sus intenciones son la de dividirnos, así seremos inmunes!.

Kenay líder samurai al servicio de su majestad Van, gritaba y peleaba a su ves, defendiendo a sus hombres, teniendo ágiles movimientos al dar sus estocadas con su espada. Algunos Guymelef habían sido transportados en la enorme nave Faneliana, para defender a su rey en caso necesario y estos se llegaban a defender de los riujins de alas oscuras, pero por sus increíbles poderes de estos seres, varios de estos enormes gigantes caían inservibles.

Kenay, estos seres son bastante fuertes, dudo poder resistir a un ataque así por más tiempo.

Tenemos que hacerlo, no podemos fallarle a nuestro señor.

Por que tengo el presentimiento que el fue a la raíz del problema.

Que bien conoces a su majestad.

Dejare de ser de Fanelia para no conocerlo bien. –Mofaba viendo a su amigo con una cara sarcástica-.

Pues deja de hacer preguntas y empieza a pelear, ahí vienen mas.

Ambos hombres dejaron salir de sus labios una sonrisa y continuaron con la batalla, Kenay no se dejaría vencer tan fácilmente y menos fallarle en una promesa a su rey.

En Asturia un joven de largos cabellos rubios pilotaba a su guymelef y este enfrentaba al enemigo con dificultad, la ciudad ardía en llamas al igual que su majestuoso palacio.

Jefe, las tropas se están rindiendo, no aguantaremos mucho. – Este hace una pausa y con voz que mostraba impotencia se dispone a decir lo último.- Dentro de poco quedaremos desarmados.

La máscara que daba a la cabina del gran Guymelef es abierta mostrando el rostro de su tripulante. Este con un gesto molesto, apretando sus dientes y viendo en varias direcciones empieza a hablar.

Tienes razón Gadeth. –Este alza la mirada nuevamente, viendo a estos seres volando como aves de rapiña esperando comer lo ultimo de la agonizante ciudad..- ¡¡Maldición!. Retira a los hombres atacaremos en otra ocasión, son demasiados y muy fuertes.

Como ordene jefe.

Gadeth, ¿la familia real ya fue evacuada?.

Ya, solo que se tuvieron que internar en el bosque, estos seres invadieron rápidamente los cielos.

Pues les daremos alcance, tal ves estén en problemas.

Gadeth asiente con la cabeza y este se retira de ahí para obedecer las órdenes que el caballero celeste le daba. Allen por mientras volvía a cerrar la mascareta de su Guymelef, mientras su rostro empezaba a dibujar un gesto de impotencia.

¡Maldición!. Toda Gaea esta perdida. Al parecer este es el último día de Palas..- Este aprieta sus puños y cierra sus ojos.- Van no nos falles.

En otra parte los pasos de una persona resonaban en un oscuro pasillo, el eco y la humedad era todo lo que acompañaban a esta figura, sus ojos carmesí miraban fijamente al frente y denotaban una expresión fría, su corazón latía fuertemente. Este no se explicaba por que sentía tanto odio retenido y a la ves una gran tristeza y soledad lo llegaban a envolver.

El rey de Fanelia había bajado del melef de hispano y con pasos apresurados se internaba al abandonado lugar, antes de entrar a donde tendría su batalla final se gira y mira la figura que yacía en el suelo, este se acerca lentamente, su espada desenfundada casi arrastraba el suelo por lo suave que este chico la tenía sujeta. Van se arrodilla lentamente y la mira por algunos segundos, lentamente su mano izquierda acariciaba los bordes de la máscara. Al llegar al mentón de la joven las manos del rey se detienen, este acomoda sus dedos en los extremos de la máscara e intenta quitarla, pero este se detiene y se levanta rápidamente, algo sentía, no sabía si era miedo, miedo de ver que su sueño era ya una realidad y que la pesadilla se materializaba, mostrando frente a el, el cuerpo ensangrentado de su amada. Aun no sabía quien era quien la que se encontraba dentro y quien frente a el.

Sin pensarlo mas se aleja y se adentra al solitario lugar, donde seguramente el se encontraría con una nueva batalla.

Pasando los descuidados pasillos y las agrietadas paredes, logra llegar a donde seguramente en un tiempo era un templo dedicado para que los fieles rezaran y le suplicaran a Fortuna su cuidado. En una pared se encontraba tallada la figura de esta diosa, la cual sostenía una especie de cetro en su mano, mostrando una mirada piadosa. Varias ventanas con vidrios calcinados solo dejaban ver marcos de piedra destruidas donde algunas aves entraban haciendo estruendosos chillidos que eran amplificados por el eco del lugar, haciéndolo ver más lúgubre. La única iluminación que había dentro de ese lugar eran unas cuantas antorchas y candelabros en estado decadente, las cuales sostenían derretidas velas. Unas cortinas delgadas llaman la atención de Van. Este pudo ver con claridad un altar de mármol y alguien recostado encima de el. Van con paso lento se acerca a este y este estira su mano y toca la delgada cortina.

Este es el antiguo monasterio de Fortuna.

Una voz resuena en el lugar y Van gira rápidamente, este es interrumpido y no puede ver bien a la persona quien yacía en ese lugar.

¡Bankotsu!.

Con voz seria y fría Van pronunciaba en nombre de la persona frente a el y este a su ves apretaba su espada.

Valla quien diría que este simple hibrido acabaría tan fácilmente con riujins de sangre pura. –Este dejaba escapar de sus labios una sonrisa burlona y cerraba sus ojos, girando su cabeza levemente a un costado.-

¿Pura?.

Bankotsu abre sus ojos y mirando fijamente al rey de Fanelia sin dejar de reír, se acerca a pasos lentos de la esquina donde se encontraba, quedando a unos metros de el.

Tu naciste bajo la unión de una mujer de sangre riujin y un hombre común y corriente. Nosotros nacimos de sangre riujin de ambos lados, a eso le llamo ser de sangre pura, tu padre aun que fue de la realeza es un hombre corriente para los de nuestra especie.

Van al escuchar eso aprieta su espada mientras sus ojos carmesí parecían arder.

Calla, tu no eres nadie para decir eso de mi padre.

La voz del rey había subido de tono, haciendo que varias aves salieran del lugar espantadas, mientras Bankotsu miraba divertido la repentina reacción del rey dejando salir una leve risa.

Me dan risa los de tu especie, aun que puedo decir que tu forma patética de defender a los que amas me recuerda mucho a los antiguos riujins que tiempo atrás nos desterraron de Atlantis, contigo muerto, vengare a los de mi raza, por que matare al ultimo descendiente riujin de este planeta.

Sin decir mas este saca su espada, su mirada cambia totalmente dejando ver un rostro furioso, encajando sus ojos, a los ojos carmesí del rey de Fanelia. Ambos se lanzan y el choque de las espadas comienza a escucharse en ese lugar, Van daba estocadas mortales al igual que su rival. En ocasiones estos llegaban a tropezar con los viejos asientos de este templo, pero se incorporaban rápidamente siguiendo con la batalla.

La pelea subió de magnitud cuando una enorme energía empuja hacia atrás a Van, arrastrándolo por el piso, Bankotsu velozmente decide rematarlo en el suelo, pero Van gira rápidamente a su lado derecho, evitando que fuese atravesado por la ardiente espada de su contrincante.

Van después de incorporarse sostiene su espada con su mano derecha y con la izquierda la pone frente a su rostro en forma defensiva y lanza un ataque parecido al de Bankotsu, lanzándolo por los aires y dejándolo caer en una larga fila de asientos de madera vieja, esto provoca una nube de polvo, la cual es disipada rápidamente por otro poder que Bankotsu hace, lanzándose de nueva cuenta hacía Van con su espada.

Van detiene su golpe y provoca un choque de espadas, este se separa rápidamente su espada y comienza a dar de nuevo grandes estocadas. Bankotsu rabioso y con sangre saliendo en una de las esquinas de sus labios sostiene su espada con la mano derecha y burlando las estocadas del rey le hiere en el abdomen.

Van retrocede unos cuantos metros de el sosteniendo su herida, mientras Bankotsu se limpiaba la sangre que corría de su boca. La espada del líder del Clan ardía intensamente y esta fácilmente rompe en dos la pechera metálica de Van, la camisa gris que se encontraba debajo de ella comienza a teñirse de un color carmesí y Van apretaba sus dientes de dolor, ahogando un quejido y mostrando unos ojos furiosos hacia Bankotsu.

Van se incorpora y se quita la capa, la cual colgaba de su hombro derecho y la arroja aun lado, este no importándole la herida se arroja de nueva cuenta hacia su adversario, empleando una fuerza y una velocidad mayor logra herir a Bankotsu, este llega a sentir el peso de la herida y las que anteriormente había recibido por parte de la guerrera con alas metálicas.

Alejándose ambos contrincantes, los cuales se veían agitados y con sudor en su frente no se perdían de vista. Van agita su espada hacia un lado de el, cortando el viento y dejando escuchar un fino sonido mientras giraba alrededor de Bankotsu. Este no lo perdía de vista y sin previo aviso vuelve a soltar una descarga de energía, Van hace lo mismo y ambas energías terminan chocando en medio del salón, varias piedras del suelo comienzan a elevarse y desintegrarse, los candelabros caen al mismo tiempo que las antorchas, algunas se apagaban pero otras comenzaban a incendiar los maderos viejos alrededor y ya estos empezaban a quemar la delgada cortina.

Van ignora este incendio y sigue poniendo mas fuerza en la energía que había despedido, logrando vencer, provocando un severo golpe a Bankotsu, el cual se estrella en el frió mármol que sostenía a la joven. Van camina despacio pero decidido a atravesarlo con su espada, viendo los ojos de sorpresa de Bankotsu cuando una luz rosada y segadora hace que ambos se cubran los ojos. Van retrocede y Bankotsu con dificultad se incorpora. Van trata de ver de donde proviene esa luz y ve con sorpresa que la figura que se encontraba en aquel altar se levantaba. La silueta de esta persona apenas era perceptible por la luz y al parecer esta se acercaba lentamente a ambos riujins, esta al estar en medio del salón baja su mano a sus caderas y hace que la fuente de tan segadora luz disminuya, cuando la intensidad de esta baja, Van observa con sorpresa que la fuente de tan grandiosa luz era el pendiente de Hitomi, la cual ya no se encontraba oscura como días atrás había recordado que estaba. La luz rosada seguía reinando en el ambiente y dejaba ver levemente a la portadora de la joya, una joven de piel blanca y cabello cenizo.

¡¡¿Hitomi!. –Van exclamaba con sorpresa.-

Es hora que los hijos de Gaea se encuentren por fin en paz. – La voz suave de la joven se hacía presente en el recinto, mirando de forma compasiva a ambos- Los que antes estaban en el exilio regresaran de nuevo a su cárcel, donde nunca debieron de haber salido.

Esta levanta su mano nuevamente, alzando el pendiente y un pilar de luz azulina la envuelve por completo, expandiéndose rápidamente por todo el lugar y a los pocos segundos este llegaba a los lugares donde los riujins del clan de los Dragones negros atacaban, estos se retorcían gritando, otros trataban de huir a tan sorprendente luz pero eran atrapados. En Asturias Allen, la tripulación y la familia real miraban absortos esa extraña luz azulina que repentinamente había envuelto su país llevándose consigo a esa infernal raza. En el monasterio el pilar disminuya y este pronto se convirtió en un pequeño remolino que dejaba escuchar gritos y lamentos de quienes estaban atrapados. La chica mira hacia Bankotsu y con voz decidida esta le habla.

Es tu turno…. Mi amor.

Con voz quebrada y en un susurro esta decía las últimas palabras mientras Bankotsu de forma sorprendida y baja deja escapar una palabra.

¡Fortuna!.

Una luz ennegrecida producida por este remolino envuelve a bankotsu y a los pocos minutos este desaparece dentro de este. La chica coloca a un costado su mano y materializa un cetro, el cual Van reconoce como el que traía la chica halada quien salvo su vida en Freíd.

La llave será destruida, como en un principio debió estarlo.- Esta mira a Van- Tu ya no tienes nada que hacer aquí, reina con paz y sabiduría, Que los sueños jamás decidan tu destino. Ese solo lo creas tu.

No me iré, sin ti Hitomi.

La chica mira gentilmente a Van y con la filosa navaja de este entierra el pendiente el cual sale destruido provocando una explosión y un sonido agudo como el de un cristal romperse en mil pedazos, dejando salir una leve honda de color blanca la cual llego hasta la chica que se encontraba fuera del monasterio. A los pocos segundos grandes pilares de madera se venían abajo acompañados por las llamas y estos habían dividido a la chica y al rey.

¡Te tengo que sacar!.

¡No hay tiempo vete, aquí ya no tienes nada que hacer.

No!

Van se mostraba desesperado queriendo sacarla de ese lugar en llamas pero pronto sus esperanzas decayeron al ven venir el techo enzima y estos habían enterrado a la joven y amenazaban con enterrarlo a el también. Este siente un impulso en salir y decidido corre, tapando su rostro con su brazo derecho mientras con la otra sostenía su espada. Al salir de ahí , ve como aquel monasterio ya hecho ruinas desaparecía por completo, dejando ver solo un montón de escombros.

Van cae de rodillas al suelo manteniendo la vista al frente, diciendo un "te he fallado en un susurro". Este solo aprieta sus dientes viendo aquel montón de escombros el cual ya empezaba a consumarse entre las llamas.

La luz de una nueva mañana se hacia presente, los rayos de comenzaban a llegar lentamente hacia ese lugar, al pasar por donde se encontraba el cuerpo de la chica la armadura increíblemente cambia el color violáceo y oscuro por uno dorado, dejando ver un resplandor intenso. Van voltea para ver de donde provenía esa intensa luz, extrañado ve que proviene del repentino cambio de la armadura de la extraña chica, a los pocos segundos la mano de la joven comienza a moverse y a incorporarse lentamente, esta al estar levemente sentada en el piso se quita su máscara dejando ver su rostro, el cual permanecía con los ojos serrados, esta sienta y baja su cabeza, pareciera que con eso los rayos de sol, matizaran de nuevo el color en sus cabellos dejando un color cenizo en ellos. Van quien había visto esto se queda aun mas sorprendido, mas al reconocer el rostro de esta persona al quitarse aquella máscara.

¡¡¿Hitomi!

La chica que parecía que se encontraba sola abre sus ojos lentamente mirando al frente. Sus ojos veían una figura borrosa que poco a poco comenzaba a tomar forma.

¡¿Van!.

Van al ver los ojos verdes de su chica mística la toma entre sus brazos y la abraza escondiendo su rostro entre su hombro, la chica solo miraba hacia el horizonte, sus ojos verdes se perdían en La Luna Fantasma que nuevamente brillaba en ese cielo matutino mientras se dejaba aprisionar por los brazos del rey de Fanelia.

A los pocos segundos los gritos de un joven se hizo presente en el lugar seguido por varios mas. Van reconoció que era Kenay y su tripulación, los cuales con vendas y armaduras rotas corrían hacia su rey. Van sonrió y después miro a Hitomi, los ojos de Van mostraban tantas dudas que no sabía como contestárselas, había jurado que la chica que había quedado enterrada en aquel lugar era ella.

Un brillo sale del cuerpo de la visionaria y Van es separado unos cuantos centímetros de ella, el siente como su corazón comienza a palpitarle, ya que pensaba que seria una luz que la regresaría de nueva cuentas a la Luna Fantasma. Pero no era así, aquella armadura dejaba el cuerpo de la chica y este se alejaba al cielo de forma rápida que dejaba la apariencia de ser estrellas fugaces subiendo al cielo y estas rápidamente se perdían.

¿Qué fue eso?

Kenay, quien había llegado a donde se encontraba su rey se preguntaba sorprendido mirando al cielo.

La diosa Fortuna y yo cambiamos lugares, quien se encontraba en este lugar era ella yo tenía que entregarle la llave y lo cumplí.

Hitomi quien se encontraba con un delicado vestido largo miraba al cielo y contestaba con una voz suave.

¿Entonces a quién vi dentro del monasterio fue a Fortuna? .

La chica ve a van y asiente con la cabeza. Van solo la mira y muestra una leve sonrisa en sus labios.

Bueno no quiero interrumpir esto pero será mejor que regresemos a Fanelia.

Tienes razón Kenay, es hora de regresar a casa.

Kenay asiente con la cabeza y Van toma entre sus brazos a Hitomi llevándola dentro de la nave pasando por entre la tripulación quienes recibieron con una gran algarabía a su rey. La nave Faneliana por fin se eleva dejando atrás ese monasterio en ruinas.

Pues ya aquí esta el ultimo capitulo por fin lo acabe, siiiiiii! Jejeje después de tantos labores pero aquí esta. Y que dijeron aquí termina pues nones, todavía voy andar molestando, pero no se si abrir un nuevo fic y ponerlo como continuación o aquí mismo por que no quiero que se hagan bolas después DX.

Les doy gracias a PHYSIS a quien me encuentro por msn y me sigue echando porras con el fic. Igual yo amiga suerte con tu Fic de Escaflowne.

Lia Du Black: Pues espero mantenerte así pro otro tiempo jeje, ya sabes esta servidora seguirá escribiendo jeje.

Gabychan: Jejeje pues prometí tenerles este fic completo y lo voy a cumplir, espero les siga gustando.

A los que me han escrito reviews durante este tiempo muchísimas gracias espero sigan haciéndolo. Y pues si esto de dejar reviews es un rollo les dejo mi correo para que me den su opinión sario guión bajo k arroba Besos y nos vemos en el próximo capitulo.