Un amargo día de lluvia.
El ambiente de ese día se había puesto algo tenso, las dos jóvenes se encontraban en la recamara, mientras Allen aguardaba en uno de los pasillos del palacio viendo hacía la ventana como si se tratara de un fiel guardia. Los ojos de este joven rubio pronto se enfocaron en un carruaje que se encontraba acompañado por una gran escolta, varios caballos rodeaban el carruaje y sus jinetes portaban una especie de traje samurai. Uno de ellos de tez morena, cabellos oscuros, con una especie de coleta que llegaba a mitad de sus hombros abrió las puertas del carro. Allen sintió como una punzada activaba sus sentidos, una especie de furia comenzó apoderarse de el al ver bajar al rey de Fanelia, la escolta quien había abierto las puertas le decía algo en su oído, mientras Van de forma seria y viendo en otra dirección asentía con la cabeza, unos de los guardias del palacio Asturiano le guiaba con la mano cierta dirección, cosa que Van a paso presuroso comenzó a caminar haciendo que la capa oscura que traía llegara a ondear levemente. El guardia de Fanelia al ver que su señor partía miró a los otros guardias que seguían montados, y haciendo una seña con su mano, los jinetes tomaron diferentes direcciones, este se adentro al palacio en compañía de dos guardias del palacio y pronto salió de la vista del caballero celeste.

-Kenay.

Allen hablaba entre dientes alejándose de la ventana a pasos largos, comenzaba a notarse algo furioso.

-Así que su majestad esta esperando una entrevista.

Dryden se levanta de su escritorio comenzando a acercarse al líder samurai.

-No entiendo por que el no vino personalmente hacerlo.
-Su majestad tiene sus razones, por eso vengo en representación suya.

Kenay hablaba muy secamente y sumamente serio, Dryden solo dejó escapar una pequeña risa y se dirigió de nuevo a su asiento, apoyando sus codos en el escritorio.

-Pues dile a su majestad que por mi parte no hay ningún inconveniente, puede hablar cuando guste con la chica, claro si ella esta de acuerdo, no puedo obligarla a nada.
-Con eso es mas que suficiente, de todos modos el rey vendrá a hablar con usted después de hablar con la joven.

Dryden se sostiene su mentón, mostrando un rostro de incredulidad.

-Como sea.

Este agita su mano y uno de sus sirvientes se acerca a el.

-Díganle a una de las doncellas que su majestad Van desea hablar con la señorita Hitomi Kanzaki.

El sirviente asiente con la cabeza y sale de la habitación siendo seguido por la vista de Kenay.

-Por lo que veo usted escoltará a la señorita hasta donde se encuentra su majestad. -Así es señor.
-No solo eso Dryden.

La voz molesta de Allen sonó por la habitación cuando este entró, Dryden se levanta de su asiento mientras Kenay solo fruncía el seño.

-¿Qué quieres decir con eso caballero.
-Que sus guardias han rodeado los puntos principales del palacio.
-Digamos que su majestad es prevenido.

Kenay hablaba con suma seriedad, Allen solo apretaba sus dientes.

-Esto ya es una ofensa¿creen que sacaremos a la chica del palacio, arriesgando nuestra palabra con el rey de Fanelia?.

Dryden comenzó a sonar molesto y veía detenidamente al joven líder.

-El maestro Van así lo pidió, como les dije es manera de prevención, además esto no daña ningún pacto diplomático, esto es simple seguridad por el rey.

Dryden molesto se rasca su frente.

-Maldita diplomacia.
-Ahora si me disculpan tendré que escoltar a la señorita Hitomi ante el rey.
-Y eso si ella acepta.

Allen miraba seriamente a Kenay, hecho que ambos quedaron viéndose a los ojos de forma desafiante, a los pocos segundos Kenay hacía una leve reverencia a Dryden y se retiraba en silencio, Allen solo apretó su puño con fuerzas con un semblante que mostraba gran ira.

-¿Y que es lo que piensas hacer¿regresaras con el a Fanelia?.

En una recamara dos jóvenes mujeres hablaban desde asía ya rato, ambas se encontraban sentadas en una mesa redonda y pequeña que quedaba a un lado de las largas ventanas que conformaban el palacio, la habitación lucía apagada, desde asía tiempo ya que las nubes grises del cielo habían ocultado los rayos del sol, ambas chicas lucían muy serias y continuamente solo se llegaban a mirar por algunos lapsos donde solo el silencio parecía gobernar.

-Aun no lo se.
-Creo que ahora depende de el¿no crees.
-Tal vez sea de ambos.

La joven princesa asiente con la cabeza, dando una tímida sonrisa. Alos pocos segundos el sonido de alguien toca a la puerta dejando entrar a una doncella que solo quedó en la puerta parada.

-Princesa Millerna su majestad Van Fanel desea hablar con la señorita Hitomi Kanzaki, el la recibirá en la biblioteca.

Millerna se levanta de su asiento dirigiéndose a la doncella que acababa de entrar.

-¿Irá sola.
-No, al parecer será guiada por el líder samurai Kenay.
-Entiendo.

Millerna mira a Hitomi quien lucía con el rostro bajo, ella después cambia ese semblante preocupado, su rostro lucía mas confiado, no quería preocupar de mas a sus amigos. Esta se levanta y se dirige hacia Millerna.

-No muestres ese rostro amiga, después de todo, soy yo la que debe tomar las riendas de mi destino.

La princesa Millerna le sonríe, la chica de ojos místicos hizo lo mismo alejándose después de ahí en compañía de la doncella, como esta lo había dicho el líder samurai ya la esperaba escaleras abajo, la doncella solo hizo una leve reverencia para dejarlos seguir solos el resto del camino, Hitomi caminaba al frente mientras sus pasos eran seguidos por Kenay, los pasillos lucían algo oscuros y solo se llegaba a escuchar el sonido que producían sus pisadas. Hitomi de ves en cuando volteaba a ver al guardia detrás de si y notaba en su rostro una gran frialdad, en todo el trayecto no se pronuncio alguna palabra y en cierta forma a ella la incomodaba. Al llegar a la puerta de la biblioteca Kenay se adelanta para abrirla y que la joven pasara, ella al entrar nota que el guardia que la escoltaba sierra las puertas, quedando ahora el cuidando la entrada para que nadie los interrumpiera.

Hitomi mira al frente y nota como una figura permanecía en la ventana, dentro de un lugar que a pesar de tener tres largas ventanas con grandes cristales, solo el color gris de ese día predominaba, un silencio sofocante comenzó a prolongarse y ella solo permaneció estática en el mismo lugar. Van al notar su presencia solo estiró su mano en señal de que ella tomara asiento, la chica a paso lento obedecía sentándose en un pequeño sillón que se encontraba cerca de donde el estaba, Van por su parte voltea hacia donde la chica se encontraba, mientras ella caminaba Van solo la veía detenidamente viendo lo hermosa que ella lucía en ese vestido verde, el cual moldeaba bien su cuerpo por el corsé que tenía.

-¿Por qué lo hiciste?.

Van preguntaba algo serio, su voz solo hizo estremecer a la chica quien solo permaneció callada.

-¿Sigues sin hablarme?. Me pregunto si con Allen pasa lo mismo.

Hitomi frunce el seño y mira a Van, levantándose de su asiento.

-Creo que eso no te incumbe.

Van solo deja salir una pequeña risa, este camina quedando hombro con hombro con la chica, ella seguía mirando al frente de forma seria, Van solo llegó a estirar su mano comenzando a tocar los listones que tenía el corsé, comenzándolos a enredar en sus dedos.

-Valla ya vi como puedo hacer que hables.

Hitomi solo fruncía mas el seño y comenzaba apretar sus manos.

-¿Por que ahora todo te resulta fácil¿Por qué ahora te sientes con derecho en decidir el destino de los demás.
-¿El destino de los demás?.

Van desata sus dedos con rapidez dando un pequeño jalón al vestido y este comienza a caminar hacia el asiento que se encontraba detrás del escritorio.

-Digamos querida, que ya estoy arto que todos me quiten de las manos lo que me pertenece y que fácilmente lo deje ir. Desde la pelea vi mi terrible error y ahora viendo que puedo recuperar algo que perdí hace cinco años no dejare que nadie mas lo obtenga.
-Yo no estoy aquí por ti.

Van mira fríamente a Hitomi, el color de sus ojos carmesí resaltaban y la chica tubo que continuar hablando a pesar de la mirada penetrante del rey.

-Es injusto, si esta guerra no hubiera pasado, tu jamás hubieras ido a la luna Fantasma por mi. Tengo muy gravado el día en que te despediste, y sin importarte lo que llegue a sentir, vienes a mí diciéndome que juraras cuidarme y hasta decidir el día en que nos casaremos sin importarte mi opinión.

El tono de Hitomi había subido, Van solo ponía la mirada aun lado, aquellas palabras comenzaban a bombardearle la mente.

-¿Es por mi decisión?. Si lo quieres saber lo hice por ti. ¡TODO LO QUE HICE FUE POR TI!.

Van había dejado escapar un grito seguido por un fuerte golpe en la mesa, este se dirige a la chica con paso rápido y ella solo se limitó a retroceder unos cuantos pasos.

-Pensé antes que nada en ti, en tu dolor al dejar a tu familia.
-Y como sabías que yo estaba dispuesta a dejar toda mi vida atrás por ti.

Van se quedo helado, su boca quería decir mil cosas pero este solo se limito a darle la espalda y cerrar sus ojos con fuerza.

-Que será de nuestras vidas si sigues mandando sobre mi destino.

Van abrió sus ojos lentamente, su rostro se mostraba triste y un flash dentro de su mente dibujaba aquel escenario que mostraba la habitación de Hitomi en Fanelia, al principio tubo miedo, al pensar que ella pudo haber sido atacada, pero al ver los trozos rotos de un vestido cerca del suelo y antecedentes de una posible huida hicieron que un agudo dolor en su pecho se presentara.

-¿Y que piensas hacer?.

Las palabras habían salido como en un susurro de los labios de Van.

-Me quedare en Asturias.

Hitomi habló decidida, Van solo apretó sus ojos levemente al igual que su puño.

-Es tu decisión, no intervendré en ellas. Eres libre de hacer lo que se te plazca.

Van comienza a irse hacia la puerta abriéndola, al dar el paso se detiene y mira por entre su hombro.

-Pero no creas que me quedare con los brazos cruzados.

La voz fría de Van resonó en los oídos de Hitomi, la puerta se había serrado y los pasos de Van y de su escolta alejándose de ahí resonaron dentro de ella, su cuerpo tenía el deseo de abrir la puerta y detener a Van pero su mente la obligó a quedarse parada ahí.

En otro lugar del palacio Dryden y Millerna se encontraban, Millerna permanecía cerca de la ventana, mientras Dryden se encontraba sentado con una copa de vino en sus manos observando el contenido cada vez que giraba levemente su copa.

-Tranquila Millerna, pareciera que eres la madre de Hitomi.
-Me preocupa mucho su situación, ella perdió todo lo que mas amaba en un tiempo muy corto, además estoy en deuda con ella.
-Estamos querida, estamos. No olvides que desde que comenzó la guerra en Zaibach ella nos ayudó desinteresadamente, cosa que no muchos hacen, y lo digo también por Van, a veces su orgullo nos salva el pellejo.

Ambos esbozan unas sonrisas, después de unos segundos la puerta se abre dejando entrara Van y a Kenay,

-Valla, precisamente hablábamos de ti Van.
-Te doy las gracias Dryden, lamento si he causado algún alboroto con mi visita.
-Ningún alboroto, pero la próxima vez que quieras rodear mi palacio avísame.

Dryden comenzaba hablar con sarcasmo, Van solo permanecía serio.

-¿Hitomi se ira con usted majestad?.

Millerna se dirigía con suma calma a Van, este mira a la princesa conservando su semblante serio.

-No, ella a decidido quedarse en Asturias.

Dryden y Millerna se miran sorprendidos.

-Van te prometemos que ella estará bien aquí.
-Si, lo se. Princesa Millerna le da mis respetos a su padre, y si me disculpan partiré a Fanelia ahora mismo.

Van deposita un beso en la mano de Millerna y este se aleja seguido después de su escolta Kenay, Dryden y Millerna siguieron con la vista la salida del joven rey en silencio y así permanecieron un largo rato, sabía que las cosas no mejorarían.

En el pasillo Hitomi caminaba sola cuando otros pasos se escucharon y llamaron su atención.

-¡Allen.
-Hitomi¿te encuentras bien?.

La chica asiente con la cabeza.

-Millerna me dijo que puedes quedarte en el palacio, quieres que valla por tus cosas de una vez.
-Si Allen, si no es mucha molestia.
-No es ninguna molestia. Allen le sujeta de la mano y le da un beso en ella, en ese momento Van y Kenay pasaban viendo a la pareja, Van solo se limitó a ver y seguir enseguida su camino, Hitomi solo apartaba su mano con suavidad alejándose de ahí, Allen solo miraba el largo pasillo que llevaba a la entrada, a los pocos segundos una corriente se hizo presente y destruyó dos floreros que descansaban en unas repisas de mármol que se encontraban a los lados de las paredes, estallando cerca donde el caballero celeste se encontraba.

-Cuando quieras. "Van".

Allen miraba desafiante al frente viendo al rey saliendo del palacio.

La lluvia comenzaba a caer, dentro de una nave la voz de un soldado dando órdenes se escuchaba, el aire comenzaba agitarse, dando la impresión de estar tocando una melodía. Van se retiraba a su camarote cuando pasa por los hangares, los cuales dejaban ver el palacio de Asturias, el cual comenzaba alejarse, este permanecía estático solo su capa comenzaba a ondear levemente, su rostro lucia sumamente triste, este jira retomando su camino, sus mechones negros caían cubriendo sus ojos, pero no cubrió aquella única lágrima que el rey dejo caer.

En el palacio en una de las ventanas Hitomi veía la nave alejarse, ella se sostenía su pecho con fuerzas, su vista comenzaba a nublarse que decidió bajar la mirada, no le agradaba aquella vista.

Continuara

Pues aquí ya puse mi actualización, ahora si ando con inspiración. Como les había dicho en el primer capitulo esta historia contendrá lemon, se que a muchos no le entran este tipo de cosas y la verdad ni quiero obligar, es su decisión si lo quieren leer, pueden saltárselo y en el siguiente capitulo pondré un resumen de lo que pasa en el capitulo anterior, además que lo dividiré en partes (estoy pensando como por que esta cosa no me deja meter muchos guiones) para advertirles que lo que viene es ya con un contenido levemente fuerte y se salten ese párrafo. OK, si no me di a entender me mandan un reviews y les aclaro o si es por los administradores pues que me avisen antes para suavizar la historia y evitarnos problemas en el futuro.

FZelda espero te siga gustando y pues cualquier comentario pues dime.

Si ustedes tienen una idea para este fic o algo no les esta gustando pues estoy abierta a sugerencias ya que sus opiniones para mi son oro, jeje saludos y un beso a todas mis lectoras.