Un día gris en Fanelia.

La noche en Asturias cayó, dentro de una elegante casa solo se podría observar la mas profunda oscuridad, donde un joven sentado en un sillón tomaba de su copa, frente a el una pequeña mesa se encontraba sosteniendo dos botellas, una de ellas ya bacía, mientras la otra tenía la mitad del contenido. Al parecer este solo tenía la mirada fija en un punto de la habitación y difícilmente pondría atención a alguien. Desde que partió la nave de Fanelia de Asturias sus amigos lo notaron muy extraño, y nadie quiso retar a sacarle mas información ya que su mirada expresaba gran furia, que prefirieron dejarlo solo por el resto del día.

El joven se levanta con suma pereza y torpes movimientos, ya que al poner la copa en la mesita esta se resbala y se estrella en el piso, desordenando las botellas y una de ella vació el contenido completo en la alfombra. Arrojando la espada a uno de los sillones de la sala se dispone a subir las escaleras de su cuarto, su cuerpo tambaleaba pero aún así logró escuchar la puerta, unos leves golpes se habían escuchado, y Allen detuvo su andar para poner mas atención ya que sentía que era solo su imaginación.

-¡Allen, por favor se que estas allí, ábreme…. Por favor.

La voz de una mujer se escuchaba detrás, Allen la reconoce y dudando abre la puerta, sinceramente odiaba ese tono de tristeza en una dama. Al abrir, ve a una joven con una mirada triste, sus ropas y su cabeza se encontraban cubiertas por una larga capa azul marino, pareciera que una sombra había venido a visitar al joven.

-Princesa Eries. ¿Qué hace a estas horas por aquí.
-Necesitaba hablar contigo.

La mano de Allen invitó al interior a la joven, la cual entró mientras el caballero serraba la puerta y se apoyaba en ella, para después deslizarse en esta hasta caer sentado en el piso.

-Como verá, no estoy en condiciones de recibirla princesa.
-Allen, no digas eso, es mi culpa, es mi culpa que estés así.

La princesa se arrodilla en el piso, quitándose la oscura capa para después apartar varios mechones que cubrían el rostro de Allen.

-Allen perdóname, no debí decir nada yo..

La princesa muerde levemente sus labios para después desviar la mirada y comenzar a llorar. Allen la toma de su mejilla y suavemente jira su rostro hacia el.

-No llore princesa, de todos modos, esto era inevitable que se ocultara, tarde o temprano sabría que Hitomi esperaba un hijo de Van.
-Allen, yo. Por un momento pensé que era tuyo.

Allen ríe y se levanta del suelo.

-¿Mió!. Ja, que mas hubiera querido, me hubiera gustado sentir su piel. Aunque fuera por una vez. Pero, eso jamás paso.

La princesa se levanta y mira seria al joven, era irritante para ella escuchar como se expresaban de la chica de la Luna Fantasma, pero esto se salía del patrón y Allen notó su molestia sin darle gran importancia.

-Lo siento princesa si soy brusco, pero nunca me ha gustado callarme lo que siento y así despejo dudas.

La chica siguió seria pero en algo tenía razón, despejó la duda que aún reinaba en su cabeza, si Allen era el padre del hijo que Hitomi esperaba, ya que solo uso el nombre de Van para causar la discordia entre ellos dos.

-Allen no soy nadie para que pidas disculpas, al contrario yo soy la causante de hacerte sentir tan mal.

Allen solo mueve la cabeza en señal negativa y se sienta al pie de la escalera, haciendo que un gran silencio se pronunciara por largos minutos.

-Mañana me iré de Asturias.
-¿Qué dices.
-Tengo que despejar mi mente, pensar.
-No Allen no te vallas, te necesito.
-Poco le ayudaría estando aquí princesa.
-Si quieres podremos ir a Freíd, a Chid le encantará tenerte por una larga temporada.
-No princesa, tengo que alejarme de Asturias, de todos. Me iré al Fuerte Castello, necesitan mano firme allí, así podré mantener mi mente ocupada, tal vez dentro de algunas lunas regrese a Asturias. Ahora si me disculpa princesa, quiero ir a descansar, partiré mañana al amanecer.

Allen comienza a subir las escaleras dejando sola a la princesa, quién lo miraba con gran melancolía.

Una nave se dejaba ver en los cielos grises de Fanelia, dos mujeres observaban desde el barandal de los hangares, con gruesos abrigos, ya que como había dicho el rey estaba en invierno y esto implicaba corrientes frías. Esta nave aterrizaba sin problemas pese a la gran niebla y viento frío que se presentaba, a lo pocos minutos los tripulantes principales comenzaron a bajar, entre ellos dos mujeres, una de ella de ya una edad mayor mientras que a su lado una jovencita caminaba con aspecto algo débil, la señora Ana checa bien a la joven percatándose de una gran palidez en su rostro.

-¿Pasa algo pequeña? Estas muy pálida.
-No se preocupe señora Ana, seguramente es el clima, venga vamos hacia los carruajes.

Hitomi toma del hombro a la señora Ana guiándola a uno de los carruajes, estas sin esperar a Van suben a este el cual parte rápidamente hacia su nueva morada, Kenay quien había bajado antes miraba atento la situación y este tenía un semblante sumamente serio.

-Pasa algo Kenay.
-He! No, nada, la relacionista de Asturias y su dama ya partieron al castillo y es mejor que lo hagamos nosotros también, parece que se acerca una tormenta.
-Si, partamos.

Van sube a otro carruaje que esperaba allí y a sus lados este iba escoltado por su líder samurai y otros soldados. Al llegar al palacio una junta se formó rápido, ancianos y consejeros acudieron a la mayor brevedad y esta duro largas horas, pese al cansancio que se denotaba en la chica mística, siguió como una profesional impartiendo hojas con escritos, dando garantías que cuando la tecnología de Folken pasara también a hacerse conocimiento de Asturias, estos serían aliados de guerra, en dado otra batalla se presentara en Gaea. Por cuestiones por parte del rey Aston esta unión jamás fue hecha, ya que el reprobaba las uniones de guerra, y la bandera de diplomacia siempre se erguiría y con esto Fanelia, sería parte de las grandes potencias cosa que los ancianos siempre habían tratado de convencer al rey que hiciera e incluso se extrañaban de su repentino cambio de planes. Así esto culminó y todos deseaban celebrarlo, Hitomi se quedaría a cargo de vigilar el trabajo de copias de las tecnologías que en unos días el rey Dryden vendría a firmar. La sala comenzó a desalojarse dejando al fina al rey y a la chica de La Luna Fantasma a solas, ella recogía y ordenaba las hojas y algunas firmadas por Van, esta al tomar la hoja donde él había firmado se quedó viendo con detenimiento su firma, como cambiaban las cosas, ya frente a el no había señales de el niño de 15 años que abofeteo hace tiempo.

-¿Por que ahora si estas dispuesto a compartir la tecnología a Asturias, según tus consejeros reprobabas esa idea siempre, y no había poder humano que te convenciera.

El silencio se rompió y la atención del rey antes puesta en algunos papeles se desvía hacia la mirada de la chica.

-Por que no me gusta rogar.
-¿Rogar.
-Si, cuando los consejeros lo mencionaron por primera vez fue cuando la ciudad apenas se comenzó a reconstruir, decían que con eso lograríamos solventar algunos gastos y deudas que teníamos desde hace tiempo, en especial con la reconstrucción, estas deudas aumentaron y simplemente yo no quería que un reino solventara esos gastos y poco a poco absorbieran el poder de mi reino. Lo rechacé y muchos se pusieron en mi contra y vi la manera de seguir, muchos de los comerciantes valoran mucho los productos que se hacen aquí en Fanelia, y comencé a exportarlos, así di empleos por que esto no solo trataba de la vida del campo si no también en la ganadera y la textil. Ven, te mostrare.

Hitomi se sorprendió cuando vio el rostro gentil de Van y su mano estirada, así que sin pensarlo mas la tomó y así estos salieron del lugar hacia los corrales.

-¿Y que hacemos aquí.
-No pensaras que iremos hacia el pueblo caminando.

Van sacaba un caballo y mostraba una sonrisa, Hitomi solo se quedó muda pero los nervios comenzaron a apoderarse de ella.

-¿Pasa algo, no creo que le tengas miedo a los caballos, se perfectamente que sabes montar.

Van ponía al frente a los caballos y mientras que con una seña uno de los jóvenes que trabajaba allí comenzaba a ensillarlo. La preocupación en Hitomi crecía, temía que algo le pasara montando, cuando ya estuvieron los caballos ensillados y listos, Van se ofrece a ayudarla a subir pero esta dudaba e incluso tomaba las riendas con miedo, cosa que Van notó, cuando este iba a preguntar el grito de Ana se escuchó, comenzando a reprender a Hitomi.

-¡Niña¡¿pero que rayos se propone hacer.
-Bueno Van me iba a llevar al pueblo.

Decía suspirando de alivio.

-Pero usted no puede montar recuerde de su estado.

La señora calla al ver que había cometido una burrada y mas al ver al rey de Fanelia con ellas.

-¿Estado? Que estado?

Hitomi se pone sumamente nerviosa y jugueteaba con los flequillos de su frente, mientras Van solo mostraba gran seriedad.

-Bueno, lo que quiso decir la señora Ana es mi estado de recuperación…lo que pasa es que…. Me caí.
-¿Te caíste.
-Bueno no fue de gravedad y pues la Cleops me tiró y me lastimé la cadera. No es así señora Ana.

Hitomi voltea a verla mostrando un rostro que expresaba su nerviosismo y la señora comprendió que posiblemente así se logrará corregir su error.

-Si, es cierto. Por eso ya le teme subirse a un caballo.
-Por que no me dijiste, estaba confiado que sabías montar.
-Pues, ya vez, soy algo orgullosa.

Hitomi reía muy nerviosa y Van la veía con un semblante de incredulidad, a los pocos minutos la pareja salía en un carruaje para dos personas y un chofer y así partieron hacia el pueblo, la señora Ana después de perderlos de vista suspiró de alivio que se quedó sentada en una gran roca durante varios minutos.

Al llegar al pueblo Van guió a Hitomi a los edificios donde se producía lo textil, la mayoría que laboraba allí eran mujeres, Hitomi se impresionó de el arduo labor que se hacia allí, ya que finas telas, costuras, vestidos con finos bordados se hacían con gran cuidado y muchos de estas prendas eran cotizados por grandes cantidades de oro y eran compradas incluso por diferentes reyes y monarcas.

-Aquí como verás, muchas mujeres también tienen derecho a trabajar, la mayoría que esta aquí son viudas e incluso desde hace mucho tiempo mi padre veía la manera que estas tuvieran ayuda pero el numero de viudas crecía y mi padre sentía que de un momento a otro ya ese gasto no se podría solventar. Ven te mostraré las áreas de cultivo, aun que esta nublado el día, el lugar muestra una magnífica vista.

Una vez mas Hitomi se veía sonriente y se dejaba guiar por Van, así llegaron donde los cultivos se daban, las grandes bestias que ayudaban en la labor ya eran guardados por la tormenta que al parecer se avecinaba, pero en algo tenía razón Van, la vista era magnífica, las grandes hectáreas se encontraban realmente verdes, cubiertas por una delgada capa de niebla que llegaba a dejar ver en ese día gris unas leves chispas de luz producidas por millones de luciérnagas.

-Este espectáculo solo lo puedes ver en esta temporada, muchos dicen que los días grises dejan ver sus campos verdes en combinación de la lucecillas de las luciérnagas, ya que en las noches difícilmente vez los verdes prados, y en el día, difícilmente ves la luz de las luciérnagas.
-Si, sin lugar a dudas es maravilloso.

Van mira a la chica, la cual mostraba una leve sonrisa pero no pudo evitar sentir melancolía. Así emprendieron el regreso al palacio, la leve brisa arrastraba delgadas capas de agua, anunciando que pronto la lluvia vendría, algunos rayos se asomaban pero sin dejar escuchar su estruendoso ruido, la carreta seguía su camino pasando por las calles del pueblo, dejando ver la iluminación de varias casas, que Hitomi en su estadía no pudo ver con detenimiento, se podría decir que Fanelia jamás ardió en llamas.

Así estos llegaron al castillo, Van inexplicablemente se encontraba muy serio y la chica lo noto.

-Aun no entiendo por que usaste el termino de rogar por la negociación -El rey Aston mantenía su política de paz, y diplomacia, es de las personas que prefieren unirse al enemigo con tal de no entrar en guerra, tu lo viste en la pelea con Zaibach, no dudo que estos planes cualquier reino las tuviera con tal de no ver en riesgo sus pueblos, pero no es posible, así que siempre pensé que solo rogaría y jamás tendría respuesta, ahora con Dryden en el reino es mas fácil hacer este tipo de negocios.

Hitomi quedó callada, Van seguía serio y se denotaba mas en sus palabras, sobre todo por que estos seguían caminando y el no la miraba. Así este llegó donde sería la habitación de la chica, Hitomi se dio cuenta que era la misma en la que ella había permanecido la primer vez, esta giró hacia Van de manera sorprendida, mientras el la miraba con gran desolación.

-Pensé que me llevarías a donde acostumbran alojar a los diplomáticos.
-No vi por que, este es tu cuarto.
-No lo creo Van.

Van frunce levemente el seño y mira a la joven de verdes ojos seriamente.

-¿Por qué lo dices? Ha! Ya entendí, tu hogar es Asturias, había olvidado ese detalle.

Van da la vuelta alejándose hacia la puerta.

-Van, me rehúso a seguir aquí si es para estarnos peleando y que me recrimines lo que hice en el pasado.

Van voltea hacía la joven.

-Buen punto, por que ahora estas emocionada por las cosas que hay en Fanelia mientras que tu estadía aquí preferiste huir.
-Tú nunca tuviste el interés en mostrármelas.
-Y como lo iba hacer si tú te rehusabas a salir de aquí.
-Sobre todo por que eras tu el que me invitaba, eran tus sirvientas las que venían, parecía que no te importaba, sentía que era una deuda que el rey quería cubrir, por eso lo rápido de la boda.
-¿Para cubrir deudas¿crees que me iba a casar con tigo para enmendar lo que hice.
-Pues eso parece.
-No lo vez Hitomi, quería casarme contigo cuanto antes, odio esperar, el protocolo real es tardado yo quería unirme a ti.
-Tienes razón odias esperar.

Van mira a la chica sorprendido, tenía razón, odiaba esperar, no solo lo dio a ver en sus negocios si no en ese momento con ella. El solo apretó sus ojos y se dirige hacia la puerta nuevamente.

-Buenas noches. Si quieres salir de Fanelia sin avisar al menos deja una nota, les diré a los sirvientes que preparen un carruaje para que no te lastimes ensillando un caballo y les diré que después lo recojan a medio camino.

Hitomi se enfurece y aprieta su puño con fuerzas.

-Con que recriminando, entonces eso mismo puedo hacer yo, de cómo me ilusionaste tantos años para que al final ni mostraras la cara al decirme tu decisión, y sin decírmelo de frente, que cobarde eres Van ¡eres un cobarde!.

Van quien ya había abierto la puerta la asota y se dirige a paso rápido hacia ella.

-Yo no soy ningún cobarde.
-Pues como quieres que le llame a lo que hiciste, tu me…..

Hitomi repentinamente siente un gran malestar que hace que calle de inmediato, sujetándose la frente, Van cambia su semblante de molestia y la sostiene.

-¡Hitomi¡¿Estas bien!.

La chica no respondía tenía los ojos abiertos y estos poco a poco se serraban mostrando gran dolor en su rostro, Van comenzó a preocuparse mucho y comenzó a gritar desesperado a los sirvientes, mientras Hitomi se abrazaba con sus manos su cuerpo hasta quedar arrodillada, Van la seguía sosteniendo hasta que sintió el cuerpo de la chica desvanecerse por completo en sus brazos.

-¿Hitomi?. No, No me hagas esto reacciona ¡Hitomi¡¡¡Hitomi!.

Continuara…..

Pues ya me estoy poniendo al corriente y es que posiblemente me quede sin Internet por una larga temporada, ya que me cambio de casa y pues esta ni instalación para teléfono tiene, así que por eso quiero aumentar lo mayor posible a mis capítulos si es que terminarlo, un enorme beso a mis lectores y la los nuevos que recientemente ve mi fic, la verdad muchas gracias.

f-zelda: Amiga no te preocupes no la voy hacer tan mala, solo aproveché un poquito su carácter ya que en algunas escenas si mostraba mucho los celos, claro no me voy a colgar tanto de ella no hay que ser tan malas ni echar a perder el personaje tampoco. Gracias por lo de la mejora en mis garabatos, si me lo habías dicho anteriormente pero pues no hace daño reiterarlo una vez mas, la verdad gracias, y es que estoy tratando de mejorar.

Danyseren: Pues ya ando actualizando rápido, y también en los saludos ya que tuve problemas la vez pasada, de hecho se me fue la luz en el momento que hice todo mi rollo en los saludos y chin se me va la luz, borrándome parte del fic, me dio un corajote de aquellos pero bueno la sonsa de mi que no guarda sus documentos antes. Y pues si como veras Eries ya puso el chisme al día en Asturias pero ya no seré tan mala con ellos dos :p. En cuanto a lo del hijo ya quiero ponerlo pero luego llegan mas ideas a este cerebelo mió y pues lo ando empujando.

Alory: Gracias amiga que bueno que te este gustando y por las felicitaciones gracias la verdad y como les he dicho aquí me ponen como pavo real sus halagos y sobre todo por que hay nuevas lectoras viendo mi fic. Pues como vez ya me tengo que mover en la historia así que estaré actualizando seguido mas que nada para que no se hagan bolas pues seguiré poniendo los respectivos capítulos y así pues ya poner la reconciliación y la tan esperada noticia llegue a los oídos de Van, gracias muchacha una vez mas por el comentario, espero te siga gustando y un besote.

smcg2: Gracias amiga y pues si, quería darles un Nuevo giro espero te siga gustando.

Nikona: Gracias por seguirle la pista a este fic hecho por esta loca servidora y mas que les agrade. Yo también estoy triste por que pocos, o mas bien dicho pocas por que siento que la mayoría de los que escriben fanfic de Escaflowne son mujeres y ya casi no hay muchas historias, espero este numero cambie ya que faltan las nuevas generaciones y espero que este gusto por la serie de Escaflowne no desaparezca.

A todos los que leen mi fic un millón de gracias y estaré actualizando pronto besos a todos.