Aclaración importante: Comencé a escribir este fic en febrero del año 2006 y lo concluí en abril del mismo año. En aquel entonces, apenas en octubre de 2005 se acababa de anunciar, en el manga "Captain Tsubasa Golden 23", que Sanae Ozhora ya estaba embarazada pero no se había confirmado todavía que estuviese esperando gemelos así que, considerando que el especial "Captain Tsubasa: Millenium Dream" no es canónico y que en él no se afirmó como tal que los hijos de Tsubasa son gemelos (y desde mi punto de vista no lo parecían), me tomé algunas libertades creativas para mi fic, basándome en la poca información de la que disponía en aquel entonces. Dicho esto, no servirá comparar el manga con lo que escribí porque muchas cosas no van a coincidir.


Nueve meses.

(Un fic sobre Tsubasa y Sanae).

Capítulo 1.

Tokio, Japón.

Después del World Youth...

Se había enfrentado a muchos adversarios. Había afrontado toda clase de dificultades en el campo de juego. Había tenido que lidiar con lesiones que habían puesto en peligro su futuro como futbolista. Pero nunca, nunca, había tenido tanto temor como ahora. Estaba por dar el paso más importante de su vida, más importante aun que el Mundial que acababa de ganar. El triunfo que buscaba ahora era el logro más valioso que un hombre pudiese desear obtener: el amor.

Ella había estado a su lado todo el tiempo, desde el día en que se conocieron, apoyándolo con una lealtad inquebrantable reforzada por el amor más puro. Pero, ¿aceptaría ella unir su destino al de él de una forma definitiva? No lo sabía. Pero de algo estaba seguro: no se daría por vencido. Lucharía hasta el final por lo más hermoso que había iluminado su existencia. Ella era lo que él más amaba en el mundo.

Y ahí estaba ella, luciendo tan hermosa como él la veía en los recuerdos que mantuvieron unidos sus corazones cuando sus cuerpos estuvieron separados por un enorme océano, parada en el centro del estadio que había sido testigo de su victoria, y que él esperaba que también fuese el escenario del mejor momento de su vida.

Se acercó a ella, con paso firme, aun cuando su corazón latía con más rapidez que nunca. Ocultó su pequeño presente detrás del que siempre había sido su mejor amigo, su inseparable balón de soccer. Ella lo miró con esa dulce manera que demostraba cuánto lo amaba.

Sanae, tenía la intención de darte esto si ganaba el Mundial.- dijo Tsubasa, ofreciéndole un hermoso anillo de compromiso, que descansaba en una pequeña caja de terciopelo.- Espero que lo aceptes.

Tomó el anillo y se colocó a ella en el dedo. Sanae comenzó a derramar lágrimas de felicidad, y su sonrisa parecía un arcoiris que surge después de una suave lluvia.

Soy tan feliz.- susurró ella.- No es verdad lo que dicen de que nada viene de tu primer amor. Hoy, mi sueño también se ha hecho realidad.

Al oír estas palabras, Tsubasa se sintió el hombre más feliz sobre la Tierra. Dejó caer, por primera vez, a su mejor amigo, para tomar a la mujer que amaba entre sus brazos y darle, por fin, su primer beso de amor...

Pronto comenzaron los preparativos para la boda. Sanae apenas y se daba abasto con todo lo que tenía qué hacer: conseguir su ajuar, encargar las invitaciones, ordenar las flores, elegir el menú, decidir quiénes serían sus damas de honor, etc... Afortunadamente, sus dos mejores amiga: Yukari Nishimoto y Kumi Sugimoto estaban ahí para apoyarla en todo, además de que la madre de Tsubasa y futura suegra, aparte de su propia madre, también ayudaban en lo que podían.

Suerte que tienen los hombres.- bufó Sanae, un día que estaba de lo más harta.- Tsubasa en estos momentos debe de estarse rascando el ombligo o jugando al sóccer con sus amigos iguales de inútiles...

Jajaja, no te pongas así.- pidió Yukari.- De seguro que Tsubasa también ha de estar algo estresado...

Sí, como no.- replicó Sanae, con sarcasmo.

Anda, que al menos te casarás.- suspiró Kumi.- Y con el hombre de tu vida...

Sanae y Yukari se quedaron calladas. Para ninguna de las dos pasaba desapercibido el hecho de que Kumiko estuvo enamorada de Tsubasa cuando ellos se encontraban en la secundaria... Sin embargo, Kumi era buena perdedora y decidió hacerse para atrás cuando se enteró de que Tsubasa estaba enamorado de Sanae...

No me miren así.- pidió Kumi.- Lo que sentía por Tsubasa fue hace mucho tiempo. Ya quedó atrás.

Lo sé.- sonrió Sanae.- Lo siento, es solo que te escuchaste tan triste...

¡Sí, pero porque por más que lo intento, lo más cercano que tengo a un hombre en vida es Urabe! Y ya no digo Ishizaki, porque acá la buena y paciente y loca de remate de Yukari ya se quedó con él... .- exclamó Kumi.

Lo dices como si fuera una penitencia.- rió Yukari.

¿Y no lo es?

Sanae volvió a reír. Ella agradeció que sus amigas estuviesen ahí, ya que ella sola se hubiese vuelto loca... Sanae revisó por millonésima vez la lista de pendientes: aun le faltaba ordenar las flores y contratar una adecuada banda de músicos...

Mientras tanto, Tsubasa jugaba al fútbol con sus mejores amigos de toda la vida: Genzo Wakabayashi, Taro Misaki, Mamoru Izawa, Teppei Kisugi, Hajime Taki, Singo Takasugi, Yuzo Morisaki, Aoi Singo y Ryo Ishizaki. Aunque no lo quisiese reconocer, Tsubasa estaba muy nervioso por su próximo matrimonio...

Oigan.- llamó Ishizaki.- ¿No vamos a hacerle una despedida de soltero a Tsubasa?

¿Cómo dices?.- Tsubasa respingó.

Sí, una fiesta de soltero, ya sabes... .- repitió Ishizaki.

¿Te refieres a una de ésas fiestas en donde todos se ponen ebrios y varias chicas bailan semidesnudas?.- inquirió Genzo.

Anda, que no se oye tan mal.- sonrió Taro.

A eso mismo me refiero.- Ishizaki sonrió como mono.

Eh, no sé si sea una buena idea... .- murmuró Tsubasa, a punto de caer presa de un ataque de pánico.

¿Y por qué no?.- comentó Izawa.- Podría ser divertido...

Y muy interesante... .- añadió Kisugi.

Sobre todo por las mujeres semidesnudas.- rió Taki.

Uhm...

A Tsubasa le parecía una pésima idea. Le producía pavor todo aquello que pudiese recordarle su muy próxima boda...

No sé.- musitó él.- Digo que no me parece buena idea...

¡Oh, vamos!.- Ishizaki palmeó la espalda de tu amigo.- Te encantará. Será mucho mejor que te des una pequeña pero buena destrampada antes de que te ates a Sanae...

Lo dices como si eso fuese algo espantoso.- lo regañó Genzo.- Si Tsubasa le pidió matrimonio a Sanae es porque la ama y quiere pasar el resto de su vida con ella.

¡Miren quién lo dice!.- se burló Izawa.- El conejo hablando de colitas esponjadas. Tú eres el soltero más acérrimo que conozco, no he sabido que tengas ninguna novia.

No soy el único.- replicó Genzo.- Ahí tienen a Misaki...

Pero a Misaki mínimo le conocemos a Azumi Hayakawa.- rió Kisugi.- Y a ti, ni una sola chica...

Azumi solo era mi amiga.- Taro se puso colorado.

Ajá. A otro perro con ese hueso...

La conversación pronto se desvió del tema original, cosa que le dio a Tsubasa un alivio momentáneo. Sin embargo, Ryo le sonrió a su amigo con picardía y Tsubasa supo que no estaba a salvo...

Sanae aun no encontraba el vestido de novia perfecto. Había visto miles, pero ninguno le gustaba. Según la nueva moda impuesta entre los matrimonios en Japón hoy en día, las parejas podían escoger el casarse en una iglesia cristiana y Sanae y Tsubasa harían esto, así que la elección de un vestido de boda adecuado resultaba aun más complicado. Yukari y Kumi habían acompañado a Sanae por todas las tiendas de vestidos de novias en Tokio y no habían encontrado nada que le agradara a la futura señora de Tsubasa Ozhora...

Ya recorrimos Tokio al menos unas tres veces.- comentó Kumi.- Créeme, Sanae, no van a aparecer vestidos de novia nuevos solo porque visitamos varias veces la misma tienda.

Ya lo sé, ya lo sé.- suspiró Sanae.- Pero no quiero darme por vencida aun... Tiene que haber algo...

Está bien, Sanae.- Yukari le lanzó a Kumi una mirada recriminatoria.- Es tu boda y tiene que ser perfecta. Tárdate todo lo que quieras en escoger tu vestido de novia, aun tienes tiempo...

Y por fin, después de mucha búsqueda, el vestido perfecto apareció: un bellísimo vestido confeccionado en raso color perla, ajustado hasta la cadera y de ahí caía graciosamente en ondas hasta los tobillos. Era precioso y no estaba muy caro, era el vestido perfecto...

Ojalá que tengan en mi talla.- comentó Sanae, esperanzada, cuando entró a la tienda a preguntar por el vestido.

Y para fortuna de ella, la tienda tenía un modelo del vestido en la talla de Sanae, aunque era el único. La chica se lo probó, emocionada y salió a contemplarse en el espejo. Yukari y Kumi se quedaron sin aliento.

Te ves hermosa.- sonrió Yukari.

Te ves tan linda que me dan ganas de llorar.- confesó Kumi, emocionada.

¿De verdad creen eso?.- Sanae se contempló en el espejo y comprobó que, efectivamente, se veía divina con el vestido.

Le queda perfecto, señorita.- sonrió la empleada.

Éste es.- Sanae sonrió, radiante, a sus dos amigas.- ¡Éste es el vestido perfecto!

Cómpralo.- sugirió Kumi, dando palmadas.- ¡No esperes más!

Me lo llevo.-le dijo Sanae a la empleada.

Muy bien señorita. ¿Prefiere liquidarlo de una vez o solo deja un adelanto?.- quiso saber la empleada.

Uhm.- Sanae lo pensó. Aunque el vestido no era caro, Sanae no contaba en ese momento con la cantidad de efectivo necesaria.- Mejor solo dejo un adelanto. De todas maneras, creo que estará mucho mejor cuidado aquí en la tienda.

Muy bien.- sonrió la mujer.

Sanae se quitó su vestido perfecto con mucho cuidado y se lo entregó a la empleada como si le hubiese entregado su vida propia. La mujer envolvió el vestido y lo separó y le hizo a Sanae el recibo correspondiente, después de recibir el adelanto, claro está.

Tiene treinta días a partir de hoy para venir a recogerlo.- le dijo la empleada.- Después de eso, no le aseguramos el apartado.

No se preocupe.- sonrió Sanae.- Vendré por él antes.

Yukari, Kumi y Sanae salieron de la tienda muy emocionadas y cuchicheando lo mucho que Tsubasa se sorprendería cuando viese aparecer a Sanae con ese vestido tan bello. Sanae suspiró.

Bien, una cosa menos por buscar.- dijo.- Ahora, solo necesito encontrar los zapatos adecuados...

Yukari y Kumi intercambiaron miradas y elevaron sus ojos al cielo...

Notas:

Bueno, pues ya me conocen... No me podía quedar con las ganas de escribir otro fic y éste se me ocurrió por el hecho de que Sanae está embarazada de Tsubasa en el Golden 23, además de que quería escribir algo diferente, con otra pareja como protagonista, así que aquí va este fic. En esta historia incluiré a mucha gente conocida y a otra no tan conocida, jajaja, a ver qué tal sale.

Por cierto, lo que está escrito en cursiva forma parte de mi fic "Las alas del amor" y lo puse en este fic porque me pareció que sería un buen inicio, esta historia empieza a partir de donde se quedó este fic que les comento. Por cierto, la manera en como Tsubasa se le declaró a Sanae realmente ocurre en el World Youth.

Lo de que los novios japoneses prefieren casarse ahora en iglesias cristianas lo leí en alguna parte, pero no me acuerdo en dónde.