Capítulo 2.

Tsubasa trataba de no caer en el delirio. Su madre, su prometida y su futura suegra le hablaban de cosas como flores, iglesia, manteles, menú, camareros, el vestido, los zapatos... Tsubasa decía que sí a todo, aparentando una calma que no sentía.

El vestido que compré es precioso.- sonrió Sanae.- Sé que te encantará, no por nada pero me veo preciosa con él...

Y los zapatos son un primor.- dijo la señora Nakazawa.

Lo que no sé es si van a querer que las damas de honor lleven vestidos especiales.- comentó la señora Natsuko.

¿Yukari y Kumi? No.- negó Sanae.- Ninguna de las dos quiere ir vestida igual que la otra y la verdad a mí me da lo mismo.

Gracias a Dios. ¿Aparte del vestido de novia y de su propio traje, Tsubasa tendría que preocuparse también por los vestidos de las damas? ¡Era una locura! ¿Casarse siempre había sido así de complicado?

Y aun faltan los músicos.- comentó Sanae, suspirando.

Qué bueno.- respondió Tsubasa, automáticamente.

¿Te parece perfecto que no tengamos músicos para la recepción?.- gruñó Sanae.

¿Qué?.- Tsubasa se dio cuenta de que había metido la pata.- ¡No! Quiero decir que... Bueno, lo que traté de decir es que...

Que la boda te interesa un pepino.- Sanae hizo un puchero, a un punto de llorar.- Yo me he esforzado mucho para que nuestra boda sea perfecta y a ti te perece de lo mejor que no tengamos músicos aun...

Las señoras Ozhora y Nakazawa optaron por fingir que necesitaban con urgencia un vaso con agua. La situación era bronca de enamorados y mejor dejarlos solos a Tsubasa y a Sanae para que resolvieran sus problemas ellos mismos. Ni Natsuko Ozhora ni Akane Nakazawa eran metiches y no se involucrarían en los problemas de sus hijos.

Sanae, tranquilízate, por favor.- pidió Tsubasa.- Claro que la boda me importa, no digas esas cosas...

Por momentos parecías que ni me estabas poniendo atención.- se quejó Sanae.- Muy seguramente estabas pensando en el sóccer...

¡No!.- mintió Tsubasa.- Solo pensaba en lo maravillosa que será nuestra boda...

¡Mentiroso!

Escucha, Sanae.- pidió Tsubasa.- Te dije que me parecía bien que aun no tuviésemos músicos para la boda porque... Porque uno de los muchachos de la selección me dijo que conoce a unos músicos geniales y quería contratarlos...

¿En serio?.- Sanae pareció tranquilizarse un poco.

Sí.- mintió Tsubasa.- Son geniales, escuché una grabación de ellos y me encantaron... Solo que no te había dicho nada porque quería que fuese sorpresa hasta que estuviese bien confirmado...

¡Ay, Tsubasa, perdóname!.- Sanae se lanzó a los brazos de su prometido.- Soy una tonta, me he dejado llevar...

No te preocupes, mi amor.- suspiró Tsubasa, de alivio.- Es solo que estás dejando que la boda te estrese demasiado y más bien deberías de disfrutarlo...

"Miren quién habla", a Tsubasa lo regañó una vocecilla en su mente. "Si tú eres el primero al que le tiemblan las piernas cuando oye la palabra ´boda´". Sanae y Tsubasa se besaron. Natsuko y Akane regresaron poco después.

Ya no hay que preocuparse por los músicos.- le dijo Sanae a las mujeres.- Tsubasa ya los consiguió.

¡Qué bien!.- exclamó Akane.

Tsubasa se acercó a su madre con el pretexto de que quería un poco del agua que ella traía en un vaso.

¿Casarse siempre ha sido así de complicado o se volvió así solo en los últimos años?.- inquirió Tsubasa, suspirando.

Siempre ha sido así.- rió Natsuko.- Aunque casarse es lo menos difícil. Lo realmente complicado es el matrimonio... Y los hijos...

"¡Hijos!", pensó Tsubasa, angustiado y a punto de salir corriendo y dejar en la pared una marca con la forma de su cuerpo. "¡Tranquilo!", ordenó otra voz. "Vamos paso a paso. Primero el matrimonio, lo demás vendrá después".

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Genzo, Taro, Ryo, Mamoru, Teppei, Aoi, Yuzo y Urabe charlaban sobre la despedida de soltero de Tsubasa.

¿Qué opinan?.- comentó Ishizaki.- ¿Contratamos algunas estrípers?

Para empezar, primero deberíamos saber si Tsubasa realmente desea una despedida de soltero.- señaló Genzo.

Vamos, Wakabayashi, no seas aguafiestas.- protestó Ryo.- De seguro que Tsubasa se muere por una, pero no lo va a admitir jamás.

Uhm...

Me parece una genial idea.- intervino Urabe.- Sobre todo por lo de las estrípers...

Aquí vamos de nuevo.- suspiró Taro.

Ya, ya.-rió Izawa.- Ya sabemos que Azumi te trae loco pero el que estés a dieta no significa que no puedas ver el menú...

¡Ya les dije que Azumi solo es mi amiga!.- protestó Taro, colorado como jitomate.

Sí, ándale...

¿Entonces qué? No nos desviemos del tema.- intervino Ryo.- ¿Cuándo le hacemos la despedida de soltero a Tsubasa?

Lo normal sería que fuese unos tres o cuatro días antes de la boda.- comentó Kisugi.- ¿Qué les parece?

Me parece bien.- asintió Ryo.- ¿Y dónde contratamos a las estrípers?

Busquemos algunas en el periódico y ya.- comentó Aoi.

Si serás ingenuo.- Ryo le dio un golpe al muchacho en la cabeza.- Las estrípers no se anuncian en el periódico...

Ya nos encargaremos de eso.- comentó Urabe.- Aun tenemos tiempo...

Genzo y Taro se miraron y pusieron los ojos en blanco...

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Tsubasa caminaba por la calle, algo desesperado. ¿De dónde sacaría él a los músicos que tocarían en la boda? Sanae se estaba encargando de todo eso y ahora por un estúpido descuido sería Tsubasa quien tuviese que encargarse de buscarlos... Tsubasa iba tan preocupado que no se fijó por dónde iba y chocó contra un hombre moreno, alto y musculoso, que llevaba el cabello largo y rebelde hasta media espalda.

Tú no sueles ser así de distraído, Tsubasa.- comentó Kojiro Hyuga, quien iba en compañía de Ken Wakashimazu, Takeshi Sawada y Kazuki Sorimachi.

¡Ah! Hyuga.- se sorprendió Tsubasa.- Lo siento, es que iba pensando en un problema marca demonio que tengo...

¿En serio?.- se sorprendió Ken.- ¿Cuál? Si acabamos de jugar el Mundial y no tendremos que preocuparnos hasta dentro de un año...

No se trata de fútbol.- suspiró Tsubasa.

¡Anda la osa! ¿Tsubasa preocupado por otra cosa que no sea el sóccer? ¡Eso sí que era nuevo! Los cuatro ex Toho lo miraron con sorpresa.

En serio, ya dinos qué te pasa.- dijo Hyuga.

Es que me metí en problemas graves.- Tsubasa se puso muy serio.

¿Qué pasó?.- preguntó Ken, igual de serio, pensando que Tsubasa había cometido un error muy grande.

Es que... ¿Prometen no decir nada? Anden ustedes, que ya parezco una chica.- bufó Tsubasa.- Mi problema es que le dije a Sanae que conseguiría a los músicos para nuestra boda y no tengo ni una maldita idea de dónde los podré sacar.

Ken, Takeshi, Kojiro y Kazuki se miraron entre sí y después rieron a grandes carcajadas.

Anda, que pensamos que tendrías un problema más grande.- Hyuga rió con muchas ganas.

Es un problema grande.- Tsubasa miró a los hombres con cara de "hello con tu hello".

Si eso es todo lo que te preocupa, yo puedo ayudarte.- comentó Kazuki entre risas.- Tengo una amiga que tiene una banda y es realmente buena...

Sí, claro, una "amiga".- se burló Ken, en voz baja. Kazuki lo ignoró.

¿En verdad?.- Tsubasa estaba esperanzado.- ¿Y son buenos?

¿Bromeas?.- rió Kazuki.- Shadows of Soul es una de las mejores bandas que existen en Europa…

Nunca los había escuchado.- se sinceró Tsubasa.

No me sorprende. Si ellos fuesen futbolistas, conocerías hasta el número de tacos que calzan.- se burló Hyuga.

Bueno, ¿te interesa?.- preguntó Kazuki.- Para decirle a mi amiga que se ponga en contacto contigo.

Te lo agradecería enormemente.- asintió Tsubasa.

Bueno. No te preocupes.- contestó Kazuki.- Mi amiga se pondrá en contacto contigo mañana mismo, sin falta.

¿Puedes hacer que la líder de Shadows of Soul se ponga en contacto tan rápido con Tsubasa?.- se sorprendió Sawada.

Es que tiene mucha influencia en ella.- rió Ken. Kazuki tuvo ganas de golpearlo.

Bien, amigos.- Tsubasa al fin respiró.- Se los agradezco enormemente...

Bueno, el cielo lo había socorrido esa vez. Tsubasa tendría más cuidado de cuidar su bocota para la próxima ocasión.

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Sanae al fin había conseguido juntar el dinero que le hacía falta para terminar de pagar su vestido de novia. Yukari y Kumi decidieron acompañarla, pues ya se habían acostumbrado a las largas búsquedas y las aceptaban como una aventura. Las tres chicas iban muy sonrientes y felices de la vida, charlando sobre lo maravillosa que sería la boda de Sanae. Una vez en la tienda, la chica se dirigió hacia la empleada que la atendió la primera vez y le dijo que iba por su vestido de novia.

Ya tengo listo el dinero.- sonrió Sanae, feliz.

Muy bien.- sonrió la empleada.- Permítame un segundo, ahora vuelvo.

Sanae, Kumi y Yukari vieron cómo la empleada se dirigía hacia el sitio en donde guardaban los vestidos apartados, tardándose mucho en salir. Las tres chicas observaron después que la mujer salía con cara de contrariedad y se disponía a hablar con una empleada más joven.

Tengo un mal presentimiento.- murmuró Kumi.

Cállate, Kumiko.- la regañó Yukari.

Sane vio con espanto que la empleada se dirigía a ella con expresión compungida.

Señorita Nakazawa.- musitó la empleada, con vergüenza.- Lamento lo ocurrido, pero parece ser que ha habido un muy lamentable error...

¿Qué pasó?.- Sanae sintió un nudo en el corazón. ¿Le habría pasado algo a su vestido perfecto?

Parece ser que... .- la empleada se armó de valor.- Parece ser que... Se vendió por error...

¿QUÉ COSA?.- Sanae gritó.- ¡No puede ser cierto, usted me dijo que lo apartaría!

Lo sé, lo sé.- la empleada no sabía ni cómo explicarle.- Pero es que Akiko es nueva en nuestra tienda y no sabía que esos vestidos no debían de venderse...

¡No puede ser verdad!.- Sanae casi se suelta a llorar.- ¡Mi vestido!

Lamento mucho lo ocurrido.- se disculpó la empleada.- Pero tenemos una amplia variedad de vestidos que podrían...

¡De ninguna manera!.- gritó Kumi, enojada.- ¡No vamos a comprar en una tienda que no mantiene el compromiso de apartar los vestidos de sus clientas! ¡Regrésenos el dinero que dejamos como adelanto ahora mismo!

La empleada no tuvo cara ni para chistar. Les regresó a las chicas el dinero, el cual Kumi tomó ya que Sanae lloraba desconsoladamente en el hombro de Yukari. Una vez fuera de la tienda, Yukari y Kumi llevaron a su amiga a tomarse un té para que se relajara.

Todo me está saliendo mal.- gimió Sanae.- ¡Se acaban las flores que quiero para la iglesia, no encuentro a alguien que me haga el ramo a mi gusto, no habrá filete para la recepción y ahora venden mi vestido perfecto!

Tranquila.- pidió Yukari.- Son solo problemas menores, ya hallaremos la manera de solucionarlo. Nadie dijo que preparar una boda sería fácil...

¡Pero el vestido!.- gimió Sanae.- Puedo corregir lo demás, ¡pero no puedo encontrar otro vestido perfecto!

Ése no era el vestido perfecto.- intervino Kumi.- De lo contrario, hubiese sido para ti y no lo habrían vendido. Si se lo vendieron a alguien más, es porque no era el vestido para ti.

Yukari se sorprendió mucho, ya que la pequeña Kumiko había hablado con mucha verdad, logrando calmar a Sanae.

Ya encontraremos tu vestido perfecto.- animó Yukari.- Aun tenemos tiempo.

Gracias, chicas.- Sanae al fin sonrió.- Son las mejores... ¿Pero me seguirán acompañando en la búsqueda interminable?

¿Para qué estamos las amigas, sino es para aguantar estas cosas?.- bufó Kumi.

Sanae y Yukari sonrieron.

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Tal y como Kazuki Sorimachi había prometido, la líder de Shadows of Soul se puso e contacto con Tsubasa al día siguiente y concertó una reunión con él para hablar. Tsubasa citó a la chica en su departamento, ya que no sabía en dónde más verse con ella. Taro y Genzo decidieron acompañarlo.

¿Cómo será esa banda?.- comentó Tsubasa.

Es de las mejores.- respondió Taro.- Los he escuchado. Créeme, tienes suerte.

Genzo iba a decir algo cuando el timbre sonó. Tsubasa se levantó a abrir y se encontró con una chica alta y muy delgada, de ojos negros como la obsidiana y cabello negro el cual traía peinado de una manera idéntica a la suya. La chica hizo una reverencia.

Buenas tardes.- dijo la chica.- Busco al señor Tsubasa Ozhora. Soy Samael Nieminen.

Tsubasa suspiró, aliviado. Al menos contarían con una banda en la boda, aunque les faltara todo lo demás.

Notas:

Y comienza el desfile de personalidades... Samael Nieminen es un personaje creado por Samael Bene Elohim.

Jeje, si seré malvada, creo que le hice a Sanae una crueldad, pero así se me ocurrió y además no habría historia sin líos. Además, en la vida real las cosas no siempre son miel sobre hojuelas y ya saben que a mí me gusta hacer los fics reales, jeje.

Por cierto, desconozco por completo el nombre real de la madre de Sanae, por eso le puse el nombre de Akane.

Con "tacos" no me refiero al platillo mexicano hecho de tortillas con guisado adentro, sino a los zapatos especiales para el sóccer. Yo los conozco como "tacos" aunque en otros lugares tienen otro nombre.