Capítulo 7.
Tsubasa no tardó en darles la noticia a sus amigos, en varias llamadas telefónicas que el joven realizó a lo largo del día.
¡Felicidades!.- exclamó Taro, por el teléfono.- ¡Me da mucho gusto por ustedes!
¡Jaja, al fin vas a ser papá!.- exclamó Genzo.- ¿Quién lo diría?
¡Ea, que pronto veremos un pequeño Tsubasita corriendo por ahí!.- dijo Ishizaki.
O quizás una pequeña Sanae.- dijo Izawa.
¡Tendrás que enseñarle a jugar fútbol!.- comentó Kisugi.
¡Seguirá tus pasos, eso tenlo por seguro!.- exclamó Taki.
¿Y qué nombre le van a poner?.- preguntó Aoi.
Esta pregunta hizo que Tsubasa y Sanae se sumieran en una larga charla sobre los futuros nombres del bebé. Sus amigos dieron sus opiniones a través de mails, cartas, mensajes de celular y llamadas telefónicas. En una conferencia que Tsubasa y Sanae mantuvieron con sus amigos por el messenger, todos dieron sus comentarios.
Si es hombre, Keiji. Si es mujer, Kaoru.- opinó Taro.
Si es hombre, Daisuke. Si es mujer, Sayuri.- sugirió Genzo.- Olvídalo. Esos nombres los quiero para mis hijos...
Como si te fueras a casar algún día.- replicó Taro, con una carcajada.
¡Oye! Algún día lo haré.- bufó Genzo.
Si es mujer, Natsuko, como tu madre. Si es hombre, Keitaro, como mi padre.- opinó Ishizaki.
Si es mujer, Isabella. Si es hombre, Giovanni.- comentó Aoi.
Ya te italianizaste.- se burló Ishizaki.
Isabella me parece un buen nombre.- opinó Kisugi.- Lo apoyo.
Pero no es japonés.- comentó Taki.
¿Y eso qué?
Si es hombre, Touya. Si es mujer, Tooru.- opinó Morisaki.
Tooru es un nombre raro para una chica.- opinó Genzo.
Es lindo.- defendió Taki.
Mejor póngale Akane, como la madre de Sanae.- opinó Kisugi.- O Kyo si es hombre...
Sanae y Tsubasa se divirtieron mucho con las opiniones de sus amigos para el posible nombre de su futuro bebé. La charla comenzaba a desviarse hasta que cada quien opinaba ya de otras cosas.
Oigan, ¿qué les parece el nombre de Lily?.- opinó Izawa.
Es un nombre muy lindo.- opinó Genzo.- Me gusta.
Un tanto inglés, ¿no?.- opinó Taki.
Y dale. ¿Qué tienen de malo los nombres no japoneses?.- replicó Kisugi.- Son lindos.
No tiene nada de malo escoger un nombre no japonés para los hijos.- opinó Misaki.- A mí me gustan los nombres de Sofía y Daniel.
Y a mí el de Enzo. Muy parecido al mío y es italiano.- comentó Genzo.
Ya, ya, nomás decía.- replicó Kisugi.
¿Y bien?.- quiso saber Ishizaki.- ¿Los ayudamos en algo, Tsubasa, o solo los confundimos más?
Nos dieron algunas ideas.- respondió Tsubasa.- Muchas gracias.
Bien. Creo que por estos días me daré una vuelta por España.- anunció Genzo.- Quiero visitarlos y convencerlos de que me hagan el padrino.
¡Oye, no!.- protestó Ishizaki.- Yo te ganaré.
Ni sueñen.- replicó Taro.- El padrino seré yo.
No se peleen..- interrumpió Sanae, tomando control del teclado.- Que Tsubasa y yo ya decidimos que el padrino será Karl Heinz Schneider.
Silencio total. Todos los integrantes de la conversación dejaron de escribir al leer esto.
¡Jajaja, es una broma!.- rió Sanae, escribiendo un emoticón de una carita mostrando una lengua.- ¡Se la creyeron!
Ya, malvada.- bufó Ishizaki.- Por un momento me la creí...
Al poco rato Genzo y Taro se despidieron, anunciando que en unos cuantos días irían a visitar a sus amigos. Los demás prometieron más o menos lo mismo, cuando sus múltiples labores en sus equipos respectivos de fútbol sóccer se los permitieran. Tsubasa y Sanae se desconectaron del messenger.
¿Qué te parece?.- rió Sanae.- Nos dieron algunos nombres.
Claro. ¿Te agradó alguno?.- quiso saber Tsubasa.- A mí me agradó el de Keiji.
A mí me gustó el de Keitaro.- confesó Sanae.-Y el de Daisuke, peor aun no sé...
(Ni se te ocurra, Sanae, el nombre de Daisuke está reservado para el hijo de Genzo y mío. Ya suficiente hice con dejarle a Alisse el nombre de Daniel, jajajaja XD).
Ya se nos ocurrirá alguno bonito, en su momento.- opinó Tsubasa.
Tienes razón.- Sanae se apoyó en el pecho de su esposo.
Esa noche, los dos durmieron abrazados. Sanae se sentía muy feliz porque al fin el amor de ella y Tsubasa había dado fruto... Tsubasa estaba feliz de poder tener entre sus brazos a la mujer de su vida y de despertar cada mañana con su dulce aliento en el cuello...
(Anda tú, que pareciera que leo completas las colecciones de lagrimones como Diana o Jazmín, cosa que nunca he hecho ¬¬).
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Las semanas pasaron. Un día, cuando Sanae salía de su revisión de rutina con la doctora Cortés, una chica de cabello corto se le dejó ir y la abrazó con mucha fuerza.
(Jajajaja, había escrito "mucha cerveza" en vez de "mucha fuerza". Todo por andar viendo los Simpsons cuando escribo XD).
¡Sanaeeeeeeee!.- exclamó Kumi Sugimoto, feliz.
¡Kumi!.- Sanae estaba gratamente sorprendida.- ¿Qué haces aquí?
Vine a verte.- respondió la chica, sin soltar a su amiga.- ¡Qué emoción que estés esperando un bebé!
Kumi, suelta a Sanae, que no la dejas respirar.- rió Yayoi Aoba, amiga de la infancia de Tsubasa y de Sanae y actual novia de Jun Misugi.
¡Yayoi!.- exclamó Sanae, feliz.- ¡Qué alegría verte! ¿También vienes a visitarme?
Sí.- asintió la pelirroja.- Jun y yo decidimos venir a visitarlos a ti y a Tsubasa, aprovechando que él tiene vacaciones. Kumi, Yoshiko y yo pensamos que podíamos ayudarte con el bebé.
¿Yoshiko Fujisawa también está aquí?.- inquirió Sanae.
Sí.- rió Yayoi.- Anda con Machiko comprando mil cosas. Entre todas te ayudaremos.
Yukari también ayudará.- completó Kumi.- ¡Todas te ayudaremos!
Sanae no lo podía creer. ¡Todas sus amigas estaban en España, para ayudarla! Sanae no pasaría su embarazo sola... Lo único que a ella le faltaba para ser feliz, era el que su madre también estuviese en España.
Y Matsuyama también vendrá.- comentó Yayoi.- Al igual que Wakashimazu, Sawada y Sorimachi, aunque creo que estos tres últimos primero irán a visitar a Hyuga a Italia.
Será como una gran fiesta, con todos aquí.- aplaudió Kumi.
Sí que lo será.- rió Sanae.
Ella recordó el mail que Genzo les había enviado a Tsubasa y a ella dos días atrás. El portero anunciaba que al día siguiente llegaría a España. Y muy probablemente Taro llegaría en cuatro días. Realmente, se armaría una fiesta...
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"Señores pasajeros, dentro de diez minutos estaremos aterrizando en el Aeropuerto Internacional de Madrid. Favor de tomar asiento y de abrocharse los cinturones... ".
España. Todas las chicas estaban realmente emocionadas. ¡España sería el sitio de su victoria! Una chica de cabello negro y muy corto miraba con cierta tristeza las nubes, las cuales poco a poco iban desapareciendo para dejar observar la bella ciudad de Madrid. Unos cuantos años atrás, esa chica había aterrizado en otro país, con la esperanza de ver a alguien muy especial para ella... Esperanza que se esfumó con los vientos de Italia...
¡Maki!.- exclamó una chica de coletas.- ¡Ya estamos por llegar!
Sí.- asintió Maki Akamine, la capitana de la Selección Femenil de Softball de Japón.
¿Qué te pasa? Andas u tanto distraída...
No es nada.- Maki intentó sonreír.- Es solo que la emoción me impide hablar...
El avión aterrizó. Las integrantes de la Selección de Softball pisaron por primera vez el suelo español, llenas de esperanzas y de sueños. Maki aspiró el aire de esa tierra nueva y extraña, sin saber que sería ahí el sitio en donde ella se encontraría con su destino...
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La doctora Paola Wakabayashi, especialista en Psiquiatría, mitad alemana, mitad japonesa, se había ganado el respeto de sus compañeros debido a su dedicación a su trabajo. Ella, al igual que las doctoras Débora Cortés, ginecóloga, y Lily Del Valle, Neonatóloga, era una de las más recientes adquisiciones del Hospital General de Barcelona.
Sin embargo, y a pesar de lo bien que le iba a Paola, ella tenía un oscuro secreto... Un oscuro y terrible secreto que ella preferiría hacer desaparecer...
Claro, no era en sí un secreto. Era más que conocido por casi todo el personal del hospital y por media ciudad de Barcelona, que Paola Wakabayashi era prima hermana del famoso y codiciado portero del Bayern Munich Genzo Wakabayashi. Paola detestaba a su primo tanto como yo detesto trabajar los domingos, así que la chica amenazó de muerte a cualquiera que se atreviera a mencionar en público el parentesco que ella tenía con Genzo... Para fortuna de Paola, sus dos mejores amigas no tenían ni idea de ese secreto. A Débora no le gustaba el fútbol, así que no sabía mucho sobre eso, y aunque Lily era una amante del sóccer, la mujer estaba siempre tan metida en su trabajo que rara vez se daba cuenta de nada.
Sin embargo, como todos los secretos que resultan ser "terribles", el secreto de Paola cayó sobre ella una mañana y sin previo aviso. La joven había terminado de dar sus consultas del día cuando una enfermera llegó corriendo emocionada a su consultorio.
¡Doctora Wakabayashi!.- exclamó la chica, dando saltitos.- ¡La busca su primo!
¿Quién?.- Paola se puso pálida.
¡Su primo! ¡Ese galán que juega tan estupendamente bien al fútbol!
Paola quiso colgar a la enfermera, tanto por ser portadora de malas noticias como por decir en voz alta lo que no debía decir. Paola se aguantó las ganas de inyectarle a la enfermera cloruro de potasio en las venas (un medicamento que mata al instante) y salió al pasillo. Había un gran barullo de chicas trabajadoras del hospital, que cuchicheaban y se reían, algunos reporteros y hasta el mismísimo director del hospital se paseaba por allí... Paola vio a su primo caminar con la actitud de alguien que se sentía el último refresco del desierto. Genzo la vio y sonrió con cierta picardía.
Hola, primita.- dijo Genzo, en voz suficientemente alta como para que todos lo escucharan.
¿Qué haces aquí?.- Paola lo recibió con cara de pocos amigos.
Pasaba por aquí.- Genzo se encogió de hombros.- ¿Y tú?
Aquí trabajo.- Paola miró a su primo con cara de "hello con tu hello".
Los reporteros, los trabajadores del hospital y el director cuchicheaban y tomaban fotos. Paola terminó de molestarse y agarró a su primo por el brazo, metiéndolo a la fuerza a su consultorio.
¿Qué rayos pretendes, al aparecerte aquí así como así?.- gritó Paola, muy molesta.
Solo vine visitar a la familia.- Genzo rió.- ¿Eso te molesta?
Iba Paola a replicar cuando la puerta se abrió y Lily entró por ella...
Genzo se quedó mudo. El tiempo se detuvo para él cuando la chica mexicana de larga cabellera castaña oscura y ojos negros como el chocolate derretido entró en el consultorio. Su cabello flotaba detrás de ella, impulsado por un viento invisible que solo actuaba en ella... La bata blanca se ajustaba perfectamente a su bien formado cuerpo y dejaba al descubierto sus torneadas y bronceadas piernas... Genzo reconoció esa actitud de mujer de mundo, esa sonrisa confiada, esa mirada de inocencia...
Ey, Paola.- dijo Lily.- Motoko me dijo que tu primo vino a visitarte y quería...
Lily se calló abruptamente al ver a Genzo. Se quedó con la boca abierta y puso los ojos como platos.
¿QUÉ HACES TÚ AQUÍ?.- gritó Lily, muy enojada.
Paola no entendió en ese momento el por qué su amiga le gritó a su primo. Pero pronto lo descubriría...
Notas:
Bueno, en este fic no separaré parejas que ya estén formadas originalmente. En realidad, nunca me ha gustado mucho hacer eso, excepción hecha del caso Hikaru-Samael, que en verdad sí me agradan como pareja., aunque en este fic ella no estará con él.
