Nueve meses.
Capítulo 10.
Taro entró al cuarto de curaciones, sin importarle la cara que puso el joven médico pasante, una cara que decía algo como: "No-tienes-permiso-de-estar-aquí-así-que-lárgate", pero a Misaki le vino valiendo quesito rancio, tanto esa mirada como la que le lanzó Alisse, la cual decía algo así como: "O-te-largas-en-este-instante-o-no-respondo-si-una-pelota-de-tenis-termina-estampándose-en-tu-carota".
¿Cómo está, doctor?.- preguntó Taro, muy serio, al joven médico pasante, el cual, por cierto, me lo imagino muy parecido a Ryoga Skywalker, aun cuando no conozco a este chico en persona.
Tiene un esguince grado II, de muñeca.- anunció el joven médico.- Le tomamos ya unas radiografías y no hay fractura, por suerte, pero tendrá que traer una férula por algunos días. ¿Es usted pariente suyo?
Soy su novio.- respondió Taro, a lo descarado.
¿QUÉ?.- se escandalizó Alisse.- ¡NO ES CIERTO! A este tipo ni lo conozco.
Claro que me conoces, no porque te haya golpeado con una pelota de tenis tienes por qué fingir que no llevamos saliendo seis meses.- Taro mentía con una habilidad que lo sorprendió a él mismo.- Ya sé que estás molesta por mi falta de destreza en el tenis, pero ya te pedí mil disculpas, corazón...
¡No me llames así!.- gritó Alisse.- ¡No le haga caso a este demente, nunca lo había visto en mi vida!
¿En verdad?.- el joven médico pasante miró a Taro con sospecha.
Pareciera que la pelota te golpeó en la cabeza en vez de golpearte en la muñeca, mi amor.- Taro sonrió de una manera muy dulce.- Ya no te acuerdas que nos conocimos hace varios años en un bar de Tokio...
Esto sorprendió a Alisse, ya que, aunque ella lo había reconocido a él como el pervertido del bar, Alisse no esperaba que también Taro la hubiese reconocido.
¿Tardará mucho en estar lista?.- le preguntó Misaki al médico.
No, ya casi acabo.- el doctor estaba impaciente por terminar de atender a Alisse, ya que no le gustaba estar en medio de peleas de enamorados.
Cuando el médico terminó, le dio a Alisse unas rápidas indicaciones sobre el cuidado de la férula que acababa de ponerle y le dio una receta por medicamento, después de lo cual salió presuroso de la habitación, como si le urgiera ir a donde el rey va solo.
Permíteme ayudarte.- ofreció Taro a Alisse.- No podrás bajar tú sola de la camilla con una mano menos.
Puedo yo sola, muchas gracias.- replicó Alisse, con enojo, aunque batallando un poco para bajar de la camilla sin caerse y hacer el ridículo.
Déjame ayudarte.- insistió Taro, tomando a Alisse por la cintura y bajándola con mucho cuidado.
¡Quítame las manos de encima, depravado!.- gritó Alisse, golpeando a Taro en la cabeza con la férula.
¡Ouch!.- Taro se sobó la parte lastimada.- Me lo merezco, lo sé.
Claro que te lo mereces.- gruñó Alisse.
La chilena tomó, no sin cierta dificultad, las radiografías que le habían tomado y la receta que le había dado el médico y comenzó a caminar hacia la salida.
¡Oye, espera!.- gritó Taro.
No me sigas.- respondió Alisse, sin voltearlo a ver.- Vete y déjame tranquila.
¡Al menos dime cómo te llamas!.- pidió Taro.- Dime tu nombre.
¿Para qué?.- bufó Alisse.- ¿Buscas a una estríper? Te equivocaste de persona.
Oye, en verdad lo lamento.- Misaki mantuvo el paso de Alisse, quien caminaba sin voltearlo a ver.- Cometí un error estúpido esa vez, lo reconozco, pero en verdad quiero disculparme...
Ajá...
Por favor, lo digo en serio.- Taro se paró enfrente de Alisse, cortándole el paso, y le sonrió con esa carita de niño bueno que tiene.- Perdóname.
Alisse, muy a su pesar, estaba ablandándose ante esa mirada de súplica y esa sonrisa de arrepentimiento (no sé tú, Alisse, pero yo odio cuando un hombre me hace esto . ).
Dime tu nombre.- repitió Taro.
Petronila.- respondió Alisse, muy a lo Lily.
¿En serio?.- Taro rió, sin tragarse el cuento.- ¿Y cómo te llaman tus amigos?
Petra.- replicó Alisse, echando a andar de nuevo.
Se oye mejor Nila.- opinó Taro.
Me da igual. Y ya no me sigas, que si lo haces te acusaré con el guardia de ser un pervertido esquizofrénico.- amenazó Alisse.
Para lo que me importa.- replicó Taro.- Con tal de que me digas tu nombre, el verdadero, soporto lo que sea.
(Ay, por Dios, cada vez soy más cursi ¬¬).
Alisse se detuvo, se dio la vuelta y miró fijamente a Taro.
No me vas a dejar en paz hasta que no te lo diga, ¿verdad?.- suspiró Alisse.
No.- sonrió Misaki.
Está bien.- aceptó ella.- Me llamo Alisse.
Con eso me conformo.- Taro ensanchó aun más su sonrisa.
Alisse se dio la vuelta y se marchó. Taro estaba feliz, al menos ya había dado el primer paso.
----------------------------------------------------------------------------------------------------------
Tsubasa seguía ofuscado por el EPFUM, a pesar de que ya casi había conseguido dominar a casi todas sus integrantes. Hikaru, Jun y Ryo habían aceptado el ir al rescate de su amigo y ahora, cuando Tsubasa llegaba a su hogar, la gran mayoría del EPFUM se encontraba ya con sus respectivos novios, aunque aun quedaba un miembro de dicho ejército que le sería muy difícil de dominar: esa pequeña fierecilla llamada Kumiko Sugimoto.
Tsubasa había olvidado lo determinada que podía llegar a ser Kumi. Parecía una pequeña y enérgica hormiga trabajadora, una abeja laboriosa, desde que llegaba hasta que se iba ponía todo en orden y mandaba. Tsubasa no dudaba de que ella era la líder del EPFUM. Y si bien sus amigos lo habían ayudado un buen, el hecho de que Kumi aun tuviese todo su tiempo disponible hacía que las demás chicas aun encontraran suficiente tiempo también como para decirle a Tsubasa que todo lo que hacía ponía en riesgo la salud de Sanae y del bebé.
¡Vamos, Tsubasa, no te quedes ahí sentadote sin hacer nada!.- gritó Kumi.- Sanae tiene sed y no esperarás que ella se levante a buscar un vaso con agua.
Está bien Kumi.- dijo Sanae.- Puedo ir yo...
¡NO! ¡Debes descansar!.- gritó Kumi, tan enérgicamente que nadie se atrevió a contradecirla.
Tsubasa no tuvo más remedio que levantarse por el vaso de agua. Yukari, Yoshiko y Yayoi (si Misaki, Matsuyama y Misugi son las tres "M", estas tres chicas son las tres "Y") se sintieron un poco cohibidas por el comportamiento de Kumi. Como que la presencia de sus novios las hacían darse cuenta de que su interés sobreprotector hacia Sanae era algo excesivo... Tsubasa, en la cocina, maldijo en voz baja, al tiempo que servía el vaso con agua. No le molestaba hacer ese pequeño detalle por su esposa pero le producía una gran desazón toda la bronca del EPFUM. Tendría que encontrarle a Kumi alguna otra amiga embarazada a quién cuidar.
"Si seré grosero y malagradecido", pensó Tsubasa. "Kumi lo hace por nosotros y yo me quejo de ella...".
Y sin embargo, pronto Tsubasa tendría un motivo para sentirse arrepentido de haber querido acabar con el EPFUM, ya que pronto ocurrió un suceso que le causaría el pánico, tanto a él como a todos los demás. Alguien tocó el timbre y Yoshiko fue a abrir, encontrándose con Izawa, Kisugi y Taki, quienes habían ido a España a visitar a los Ozhora.
Pasen, por favor.- pidió Yoshiko, sonriente, a los jóvenes.
¡Tsubasa, Sanae!.- exclamaron Izawa, Kisugi y Taki, al mismo tiempo.
Después del correspondiente escándalo que se hizo por el reencuentro y de los berrinches que hizo Kumi porque Sanae se puso a brincar con Kisugi, todos los amigos se sentaron en la sala a tomar bebidas y a platicar sobre varias cosas, el tema obvio: el bebé, lo inevitable: qué había ocurrido en la vida de cada quien, y el infaltable tema: el fútbol. Al poco rato, Sanae comenzó a sentirse un tanto extraña y se levantó del sillón en donde estaba sentada, recargada en Tsubasa.
¿A dónde vas?.- inquirió inmediatamente Kumi.- Si necesitas algo, que Tsubasa lo haga por ti.
Gracias, esto lo puedo hacer yo.- respondió Sanae, algo avergonzada.
¡No lo defiendas!.- protestó Kumi.- ¡Que haga algo!
Es que dudo mucho que Tsubasa pueda hacer esto por mí.- Sanae se puso colorada.- Voy al baño...
Todos soltaron la carcajada, incluida la propia Sanae y esta vez fue Kumi quien se puso más roja que un tomate. Los muchachos charlaron y rieron, al tiempo que las integrantes del EPFUM intercambiaban miradas entre ellas. Al poco rato regresó Sanae, más pálida que un fantasma. Tsubasa se dio cuenta de eso.
¿Estás bien?.- le preguntó él, preocupado, haciendo que los demás se callaran.
No lo sé.- respondió ella, con la voz un tanto crispada.- Creo que tendré que ir al hospital...
¿Por qué?.- Tsubasa y las integrantes del EPFUM se levantaron de sus asientos.- ¿Qué te pasa?
Estoy sangrando.- anunció Sanae.
¿De dónde?.- inquirió Ishizaki, sin entender.
Todos lo miraron con cara de "hello con tu hello".
¡Ahhhh!.- Ishizaki entendió después de un rato.
Vamos inmediatamente.- dijo Tsubasa, tomando las llaves de su auto.- Quizás aun encontremos a la doctora Cortés.
Vamos con ustedes.- anunció Kumi, con un tono de voz que no admitía réplica.
Nosotros también.- dijeron los demás.
Sanae trató de conservar la calma, aun cuando la doctora Débora le había dicho que el sangrado era un motivo de alarma.
----------------------------------------------------------------------------------------------------------
Genzo observó a Lily pasar sus rondas por los cuneros, sin que ella se percatase ni por un instante de su presencia. El portero observó cómo la doctora trataba con el mismo cuidado y cariño a todos los bebés, desde el primero hasta el último. Una enfermera ya grande lo vigilaba desde hacía un rato; al principio ella creyó que Genzo era el padre de uno de los niños pero después la enfermera se dio cuenta de que el interés del joven no eran los bebés, sino la doctora que los atendía.
¿Lo puedo ayudar en algo?.- lo abordó la enfermera, la cual se llamaba Ofelia.
No, gracias.- Genzo se avergonzó un poco.- Yo solo... Bueno, yo nada más...
Quería cortejar a la doctora Del Valle.- completó Ofelia, con una sonrisa.
Más o menos... ¿Se apellida Del Valle?.- inquirió Genzo.
Sí. La doctora Lily Del Valle, una de las más jóvenes y recientes adquisiciones del hospital, la mejor y más dedicada Neonatóloga Pediatra que yo halla conocido.- sonrió Ofelia, orgullosa.- Esa mujer tiene magia para cuidar a los bebés, a los que están muy enfermos los cura en muy poco tiempo... Créame, esa mujer es de las mejores doctora que hay.
No lo dudo.- sonrió Genzo.
Genzo y la enfermera Ofelia se entretuvieron hablando sobre Lily, sin que la muchacha se diera cuenta de ello. Los otros dos se enfrascaron tanto en la plática que tenían que Genzo no se dio cuenta de cuando Lily terminó de hacer sus rondas.
¿Para dónde fue ella?.- preguntó Genzo, al ver que Lily ya no estaba.
Lo más seguro es que haya ido para el cuarto de descanso.- sonrió Ofelia.- Por este pasillo, hasta el final.
Gracias.- sonrió Genzo.
O Genzo logró convencer a Ofelia de que era un buen partido para Lily, u Ofelia debía de estar loca para darle a un desconocido la manera de encontrar a una de las doctoras del hospital. Sea como fuere, Genzo encontró al cuarto de médicos y entreabrió la puerta. Lily estaba costada en la cama, durmiendo profundamente, con su largo cabello desparramado sobre la almohada. Genzo se acercó hasta ella, sin hacer ruido, y la contempló por varios minutos.
Te voy a conquistar, señorita.- murmuró Genzo.- Me voy a casar contigo algún día.
Genzo salió del cuarto y cerró la puerta con cuidado.
----------------------------------------------------------------------------------------------------------
Caro miraba con cierto aburrimiento la televisión que estaba en la sala de espera. Bere hojeaba algunas revistas, tan nerviosa que estaba colmándole la paciencia a Caro.
¿Crees que esté bien?.- preguntó Bere a Caro, por milésima vez.
Por última vez, sí.- respondió Caro, harta.- Ya te lo dije mil veces: le lastimaste la muñeca, no el cerebro.
Aun así... .- Bere no completó la frase porque Alisse se acercaba a ellas.- ¡Alisse! ¿Estás bien?
No gracias a ti.- bufó Alisse.- Tendré que usar una férula por un par de semanas.
¡De verdad, lo lamento tanto!.- se disculpó Bere.
Ya, no te preocupes.- suspiró Alisse.- No es tan grave.
¿Qué hora es?.- quiso saber Caro.
Casi las tres.- anunció Alisse.
¿Qué tal si esperamos a Lily?.- sugirió Caro.- Falta poco para su hora de salida.
Las otras dos chicas estuvieron de acuerdo. Alisse y Bere se pusieron a leer revistas y Caro siguió viendo la televisión. De pronto, un reportaje la dejó con la boca abierta.
La Selección Chilena pronto viajará a Barcelona para mantener un encuentro contra la Selección de España.- anunciaba un reportero.- Será un duelo de preparación entre ambos equipos, en vísperas del Mundial que se aproxima... La selección chilena tiene como nuevo capitán al talentoso jugador Carlos de Sousa, una nueva revelación que ha demostrado...
Alisse y Berenice, al escuchar este nombre, voltearon a ver a Carolina, quien se había quedado con la boca abierta...
"Carlos va a venir", pensaba Caro. "Él va a venir a España...".
Notas:
Como última aparición estelar, Carlos de Sousa es un personaje creado por HDS, y después de un buen rato, logré convencerlo de que Kro me dio su consentimiento para usarlo, así que ahora puedo decir con tranquilidad que tanto HDS como Kro me han dado su permiso para usar a este personaje.
El nombre de Petronila es que el que siempre digo de broma cuando alguien me pregunta mi nombre XD.
6
Lily de Wakabayashi.