Nueve meses.
Capítulo 13.
Cuando Lily, Paola y Deb llegaron a casa, se toparon con tres chicas que parecían haber sido atacadas por algún tipo chaparrito con alas blancas en la espalda, taparrabos y un arco con flecha (Cupido, pues). Bere sonreía como una tonta, Caro miraba hacia el horizonte, sin dejar de suspirar y Alisse no dejaba de refunfuñar.
¡Qué suerte la mía!.- exclamaba Alisse.- Miren que encontrármelo en España, habiendo tantos países en Europa...
¿Qué pasó aquí?.- preguntó Lily, enarcando una ceja.- ¿Les dieron toloache o qué?
Están muy graves.- comentó Paola, moviendo la cabeza de un lado a otro.- Pobres mujeres...
¿Se sienten bien?.- preguntó Deb, mirando a Bere, Alisse y Caro como si se tratasen de extraterrestres.
¿Hay una razón por la cual no deberíamos sentirnos bien?.- respondió Alisse, algo enojada.
Díganlo ustedes.- replicó Lily.
Nah. Yo estoy bien, son estas dos las que están raras.- bufó Alisse.- Una no deja de murmurar que ya encontró a su chico ideal y la otra no deja de repetir lo mismo: "Vendrá Carlos, vendrá Carlos".
¿Carlos?.- Lily enarcó las dos cejas esta vez.- ¿Carlos de Sousa?
El mismo.- suspiró Alisse.- Por eso Caro anda como babosa... Aunque no entiendo bien el por qué.
Era tan cierta esta declaración que la aludida no abrió la boca para protestar.
¿Quién es Carlos de Sousa?.- preguntó Paola, quien no sabía nada sobre la historia de Carlos y Caro.
Larga historia.- respondió Lily. Deb asintió.
¿Todas conocen esa historia menos yo?.- inquirió Paola.
Supongo.- asintió Deb.
Yo tampoco sé de qué rayos hablan.- contradijo Alisse.
¿Y a Bere qué le pasa?.- quiso saber Paola.
Ya te lo dije: conoció a su príncipe encantador.- respondió Alisse, con algo de sarcasmo.
¿Su príncipe encantador?.- exclamaron Lily, Deb y Paola, al mismo tiempo.
No es mi príncipe encantador.- al parecer, Bere no estaba tan ensimismada como para no responder por ella misma.- Es solo un chico muy guapo y agradable que acabo de conocer... En realidad, ya lo había visto antes, cuando aun estudiábamos en Japón, pero la verdad es que no creí que lo volvería a ver y mucho menos en el hospital de Barcelona...
Hay epidemia, entonces.- suspiró Alisse.
¿Qué quieres decir?.- preguntó Lily.
Pues que mi pervertido del bar ya apareció también.- le respondió Alisse.- Al parecer, esos dos siguen viajando juntos o algo similar, porque así como a ti te buscó tu depravado, a mí me buscó el mío.
¿Alguien me quiere decir de qué demonios están hablando?.- preguntó Paola, francamente exasperada.
Como ya deberían de saber, Lily, Débora, Carolina y Berenice son mexicanas y las cuatro se habían conocido durante la preparatoria. Al concluir ésta, las cuatro amigas decidieron irse a estudiar juntas a Japón: Lily y Deb medicina, Caro diseño de modas y Bere ingeniería en computación. Allá en Japón conocieron a Alisse en la Universidad de Tokio, quien es chilena y estaba estudiando licenciatura en historia. Al finalizar sus respectivas carreras, las cinco chicas viajaron a España en busca de su destino y ahí Lily y Deb conocieron a Paola cuando las tres estaban haciendo sus respectivas especialidades. El caso Carlos-Caro había ocurrido en México, por lo que ni Alisse ni Paola sabían mucho del asunto. Y obviamente, Paola no sabía sobre los casos Lily-Genzo y Alisse-Taro ocurridos en el bar de Tokio.
Explícale tú.- gruñó Alisse a Lily.- A mí me da flojera...
Lily le aclaró a Paola lo que ella quería saber. Al final, la germano-japonesa estaba más confundida que antes, pero evidentemente le causaba mucha gracia el que Lily hubiese conocido a su primo años atrás.
Ya estaba marcado en tu destino el que conocieras al tarado de Genzo.- Paola no paraba de reírse.
Cállate, Paola.- gruñó Lily, enojada.- Mejor cambiemos el tema: ¿Por qué rayos no deja de repetir Carito que Carlos va a venir a España?
¿No has visto las noticias?.- contestó Bere.- La selección chilena jugará contra la española y adivina quién es el nuevo capitán chileno...
No me digas: Carlos.- suspiró Lily.
¿Qué comes, que adivinas?
¿Qué relación tiene Caro con el capitán de la selección de mi país?.- quiso saber Alisse.- Ustedes nunca han estado en Chile, ¿o sí?
No, pero Carlos sí ha estado en México.- contestó Bere.
Ya, por favor.- Paola ya lloraba de la risa que no podía controlar.- Deténganse que terminará por darme dolor de estómago. De veras que la vida de todas ustedes parece una telenovela... O un pésimo fic escrito por alguien que evidentemente podría ponerse a hacer cosas más productivas.
Lily, Alisse y Bere miraron a Paola con cara de "hello con tu hello".
Pues aunque te burles.- gruñó Bere.- Yo al menos encontré a un chico que parece sacado de un cuento...
Y yo me encontré a un sapo que se cree un príncipe.- gruñó Lily.
Deb no comentó nada. Como siempre, ella era la única solitaria...
(Y no estoy hablando de la lombriz intestinal ¬¬).
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Tsubasa despertó muy temprano, con la sensación de que algo raro había ocurrido. Asustado, se dio cuenta de que estaba solo en la cama, pues tardó unos cuantos segundos en recordar que Sanae estaba en el hospital. Respiró aliviado varias veces, con los ojos cerrados, antes de levantarse de la cama y dirigirse al baño a hacer sus necesidades fisiológicas. Después, Tsubasa abrió la llave de la regadera y dejó que el agua se calentara un poco, para luego quitarse la ropa y meterse a bañar. (Chicas amantes de Tsubasa, o sea, Kro, Sanae82 y Patty-Sanae, no se vayan a volver locas imaginándose a Tsubasa desnudo y bañándose XD). El joven japonés se quedó mucho rato bajo el chorro del agua, pensando y recordando...
Tsubasa estaba pensando en Isa. Tenía muchísimo tiempo de no recordarla, no desde que él había estado en Brasil... Tsubasa también recordaba el mensaje de Isa: "La verdad era que no sabía que ibas a ser papá hasta que me enteré de que tu esposa fue internada por una amenaza de aborto...". La voz de Isa estaba cargada de dolor cuando mencionó estas últimas palabras.
Yo nunca te amé, Isa.- murmuró Tsubasa.- Tú siempre supiste que Sanae es la mujer de mi vida, y aun así decidiste jugarte el todo por el todo...
Cuando Tsubasa llegó a Brasil, una de las primeras personas a quien él conoció fue Isabel Riveira. Ella era una chica de cabello café oscuro que le llegaba a media espalda y ojos del mismo color, del mismo tipo físico de Lily Del Valle, aunque ésta última era mucho más bella (jeje). Isa, como todos la llamaban, era la asistente principal de Roberto Hongo, el entrenador del Sao Paulo y mentor de Tsubasa en la infancia. Isa-chan era linda y agradable, pero Tsubasa solo tenía una meta: ser el mejor jugador de Brasil, y después del mundo. Isa se hizo muchísimas ilusiones con Tsubasa, pues el joven japonés le gustó mucho a la chica desde el primer momento en que lo vio, y como él nunca habló de una novia, Isa pensó que era solterito y sin compromiso. Un día, cuando Tsubasa descansaba de un arduo entrenamiento, Isa le llevó una toalla para que él se secara el sudor. El joven se quitó la playera y aceptó el botellón de agua que ella le ofrecía.
(O sea, ¿qué traigo hoy que me empeño en imaginar a Tsubasa sin camisa?)
Jugaste estupendamente, Tsuby.- comentó Isa, embobada.
¿Tsuby? Él prefirió dejar pasar el diminutivo.
Gracias, Isa-chan.- sonrió él.- Por todo. Por tu ayuda y por tu apoyo.
Yo siempre te apoyaré, Tsuby.- respondió Isabel, fascinada.- De hecho... Si tú quisieras, te daría mucho más...
¿Cómo dices?.- Tsubasa casi se atraganta con el agua.
Por respuesta, Isa intentó besar a Tsubasa en la boca, pero él alcanzó a reaccionar y ella solo le rozó la comisura del labio. Él se sorprendió muchísimo.
¿Qué haces?.- le preguntó un sorprendido Tsubasa a una desilusionada Isa.
Me gustas, Tsubasa.- confesó ella.- Quiero ser tu novia.
¿Cómo dices?.- Tsubasa no salía de su asombro.- Lo siento, pero yo...
No tienes novia, ¿o sí?.- Isa lo interrumpió.- Sé que no tienes, así que por eso yo te pido que seas mi novio.
Isa-chan, de verdad lo siento pero yo...
¿Qué pasa, Tsubasa? ¡No puedes estar toda la vida solo! Hay mucho más que el sóccer...
Es que no estoy solo.- la interrumpió Tsubasa, muy serio.
¿Qué quieres decir?.- Isa se puso pálida.- ¿Tienes novia?
En realidad, no.- negó Tsubasa.- Pero te mentiría si te dijera que no estoy enamorado.
¿Cómo?.- la voz de Isa se convirtió en un susurro.- ¿Pero de quién?
Se llama Sanae.- respondió Tsubasa.- Ella está en Japón...
Y supongo que le pediste que te esperara hasta tu regreso, ¿no?.- reclamó Isa, muy molesta.- De seguro le juraste que regresarías a su lado.
La verdad, no, no lo hice.- reconoció Tsubasa.- Todo lo contrario, le dije que no podía pedirle que me esperara para siempre... Pero yo la amo, Isa. No puedo olvidarla tan fácilmente, la quiero desde que soy un niño...
Entonces es un estúpido amor de infancia.- opinó Isa, amargada.- Ésos no valen, Tsubasa, ¡sigue adelante! No te estanques en un amor del pasado...
Isabel intentó besar a Tsubasa nuevamente, pero él la rechazó.
Perdóname, Isa.- él se levantó e hizo el intento de marcharse.- Pero yo amo a Sanae...
Isa no respondió. Gruesas lágrimas resbalaron por sus mejillas... Cinco días después de esto, una inesperada sorpresa llegó de visita a Brasil: Sanae apareció una mañana, en el estadio del Sao Paulo, y se dejó ir a los brazos de Tsubasa... Él, incrédulo y gratamente sorprendido, recibió a la chica entre sus brazos... Desde ese día Isa no volvió a hablarle igual a Tsubasa y él pensó que la chica había desistido de su intento de conquistarlo...
Se nota que Tsubasa conoce muy poco a las mujeres.
El joven cerró la llave del agua y se secó el cuerpo con la toalla, sin dejar de pensar. "¿Qué querrá Isabel ahora, justo ahora que Sanae ya está esperando un hijo mío?", pensó Tsubasa, algo exasperado. "Definitivamente nunca terminaré de comprender a las mujeres...".
Tsubasa se vistió y miró la hora. El entrenamiento ya estaba por comenzar, pero aun tendría tiempo de pasar al hospital a visitar a la mujer que él amaba y que estaba esperando un hijo suyo. Sanae.
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Samael y Lasse decidieron esperar hasta la mañana para ir al hospital, aunque realmente ninguno de los dos sabía a qué habían ido ahí. Efectivamente, Lasse sí tenía una prima que trababa como trabajadora social en el Hospital General de Barcelona, pero ellos no eran tan unidos como para que él fuese a visitarla. Y sin embargo, Samael tenía la tentación de ir al nosocomio, muy probablemente porque ella esperaba encontrarse ahí a cierto jugador de la selección japonesa...
Sería tonto preguntarte qué es lo que te propones.- comentó Lasse a Samael, cuando llegaron al hospital.- Porque bien que lo sé.
Entonces te voy a pedir que hagas gala de tu nunca infaltable discreción y que no me hables más del asunto.- pidió Samael.
Como gustes, pero ya sabes mi opinión.- replicó Lasse.
Sí, la conozco perfectamente.
Curiosamente, el jugador que Samael se encontró no era el que ella esperaba. Genzo Wakabayashi andaba muy temprano por los pasillos del hospital, llevando un lindo ramo de crisantemos. La joven vio al jugador y decidió ir a saludarlo, ya que Lasse cumplía con sus funciones de pariente.
¿Se te murió alguien?.- preguntó Samael a Genzo.
¿Qué cosa?.- el portero se sorprendió de ver a su amiga ahí.- ¿Qué haces aquí?
Lo mismo te pregunto.- replicó Samael.- ¿A quién le traes flores?
Son para Anego.- respondió Genzo.
¿Quién?
La esposa de Tsubasa.- explicó Genzo, recordando que ya nadie, solo él, llamaba a Sanae de esa manera.
¡Ah! Olvidé que está hospitalizada.- dijo Samael.- ¿Cómo está?
Según me dicen, bien.- contestó Genzo.- O al menos ayer estaba bien, hoy vine a ver cómo sigue.
Ya veo.
En eso, Lasse se acercó a los jóvenes y Samael hizo las correspondientes presentaciones. Samael y Lasse decidieron acompañar a Genzo a ver a Sanae, ya que después de todo los dos primeros habían tocado en la boda de la señora Ozhora. Sin embargo, en el camino unas enfermeras detuvieron a Lasse, ya que el joven era famoso y muy apuesto. Genzo y Samael intentaron esperarlo pero el joven les hizo señas de que se fueran sin él.
Vaya, es agradable que por primera vez las mujeres no me persigan a mí.- sonrió Genzo.- Prefiero que persigan a Nordenström.
Uhm... .- gruñó Samael.
Los jóvenes llegaron a la habitación de Sanae y se encontraron con Kumi, quien ya había sustituido a Yukari. Genzo entregó las flores a su amiga, quien se lo agradeció con una sonrisa. Samael se presentó ante las japonesas.
Espero que me recuerde, señora Ozhora.- comentó Samael.
Claro que te recuerdo.- sonrió Sanae.- Tocaste en mi boda, eso no lo olvidaría.
Ya se me hacía que te conocía de alguna parte.- comentó Kumi.
Genzo soltó una risilla.
¿Cómo sigues, Anego?.- preguntó Genzo.
Mucho mejor, gracias.- respondió ella.- Y deja de llamarme "Anego". Me llamo Sanae.
Perdón, olvido que ya no te gusta que te digan así.- Genzo rió.
Así es de descerebrado este tipo.- comentó Samael, con su pasividad de siempre.- A mí no deja de llamarme "Sam".
Malas costumbres que tiene.- Sanae rió.
En ese momento, cuando Genzo estaba por replicar, la puerta de la habitación se abrió y entró Lasse... En compañía de Lily...
¡Hola, de nuevo!.- saludó Lasse, con una sonrisa.- Perdón por el retraso pero creo que no me tardé tanto...
¿Cómo conseguiste liberarte tan fácilmente de las enfermeras?.- inquirió Samael, sorprendida.
Pues eso se lo debo a la doctora Del Valle, aquí presente.- Lasse señaló a Lily, sonriéndole.- Ella fue quien tuvo la amabilidad de rescatarme...
No tiene nada qué agradecerme, señor Nordenström.- Lily sonrió, un tanto nerviosa.- Fue un placer.
A Samael no le pasó inadvertida la evidente admiración que Lily expresaba por Lasse. Y a Sanae no le pasó inadvertida la sombra que cruzó el rostro de Genzo cuando vio a Lily entrar con Lasse.
Notas:
No tengo mucho qué decir, solo quejarme. Acabo de presentar mi examen CENEVAL y me fue del nabo. Voy a llorar, fue un examen horrible y presiento que lo voy a reprobar... Nunca he reprobado un examen muy importante, así que creo que me dará la depre gruesa si no lo paso...
Bueno, no sé si ya había dicho que el personaje de Débora Cortés está inspirado en mi queridísima amiga Didi, mi mejor amiga, mi hermana del alma, médico como yo, loca como yo y la que ha compartido mis mayores alegrías y mis peores tristezas... Sé que ella nunca leerá este fic, pero me cae que me encanta usar a Débora, porque me recuerda a mi amiga.
Por cierto, me preguntaron que qué cosa era un enema. Pues bien, un enema es un lavado intestinal el cual se realiza a través de cierto orificio que no es precisamente la boca... Espero que se entienda...
Toloache es una especie de pócima de amor mexicana. Puede estar elaborada con una amplia variedad de ingredientes, algunos muy asquerosos...
Isabel Riveira es un personaje creado por mí. Me basé, sinceramente, en unos fanarts que vi hace muchísimo tiempo en donde Tsubasa tenía como pareja una chica llamada Isa (la cual, por cierto, era muy parecida a Lily, aunque Isa tenía el cabello más corto). Sinceramente, desconozco por completo quién es la autora de dichos fanarts, pero debo confesar que no me gustaron para nada. En todos los dibujos Tsubasa aparecía como un llorón e Isa siempre lo consolaba. Además, como ya les dije, no me agrada que separen parejas y me cae que no me gustaba que Tsubasa estuviese con otra chica diferente a Sanae. Y si bien me basé en la chica de ese fanart para crear a Isabel Riveira, el personaje es creación mía.
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Lily de Wakabayashi.