Capítulo 16.

Bere miró a Caro como si se hubiese vuelto loca.

¿Te volviste loca o qué?.- le preguntó.- ¿Quién te dijo que nosotras querríamos ir a ese partido?

¿Por qué no?.- protestó Caro.- A todas les gusta el fútbol.

No es cierto.- replicaron Paola y Deb al instante.

¿Ya lo ves?.- bufó Bere.- No todas queremos ir al partido.

Pues ya compré los boletos y no los podré regresar, así que tendrán que acompañarme.- dijo Caro, terminantemente.

¿Es obligación o qué?

¿Y si lo fuera?

Lily y Deb intercambiaron miradas y suspiraron. Bere y Caro siempre andaban como el perro y el gato.

De hecho.- intervino Alisse.- Yo sí quiero ir a ese partido.

¿Lo ves?.- exclamó Caro, triunfal.- Sí hay quien quiere ir al partido.

Nomás porque Alisse es chilena.- bufó Bere.

De hecho, yo también quisiera ir.- terció Lily.- A mí sí me gusta el fútbol.

¿Y por eso vas a salir con mi primito?.- se burló Paola.

¡No voy a salir con tu primo!.- protestó Lily, enojada.

¿Primo? ¿Salir?.- Caro y Bere dejaron de discutir y pusieron los ojitos como platos, mirando a Lily con ilusión.- ¿Ya tienes novio?

¡NO!.- negó Lily, enérgicamente, tanto que Paola rió aun más.

¿Hablan de ese bombonzote que salió del cuarto de médicos el día que tú estabas dormida?.- preguntó Deb.

¿Cuarto? ¿Dormida? ¿Bombonzote?.- Caro y Bere no cambiaban de actitud.

¡No es lo que piensan!.- protestó Lily.

¿Hablan del pervertido que te manoseó en el bar del Tokio?.- preguntó Alisse, cachando el tema.

¿Pervertido? ¿Manosear?.- ahora Bere y Caro estaban algo confundidas.

¡Bueno ya!.- gritó Lily, iracunda.- Estábamos viendo lo del partido, ¿no?

Ah, sí.- Caro pareció salir del hechizo.- Vendrán conmigo, ¿verdad?

¿Qué opciones tenemos?.- inquirió Deb.

Sí o sí.

Uhm...

Las chicas sabían que no habría más opciones, tendrían que aceptar ir al partido de España contra Chile para ir a acompañar a Caro.

De verdad es importante para ti, ¿verdad?.- suspiró Paola.

Sí.- asintió Caro.

Pues ya qué... .- Paola cedió.

Lo mismo digo.- bufó Deb.

Yo sí voy sin protestar.- dijo Alisse.

Lo mismo digo.- dijo Lily.

Uhm... Pues no tengo más opción... .- musitó Bere.

¡Gracias, gracias!.- gritó Caro, feliz.- ¡Se los recompensaré! Y ahora... Lily, háblanos de tu hombre misterioso.

No tengo ningún hombre misterioso.- protestó Lily.- Ni siquiera es "mi" hombre.

Tiene razón.- admitió Paola.- No es ningún hombre misterioso, solo es el sopenco de mi primo.

Ya les he dicho mil veces que no.- replicó Lily, enérgica.- No me voy a fijar en un tarado, pervertido y depravado como Genzo Wakabayashi cuando hay hombres caballerosos y atentos como Lasse Nordenström.

¿Lasse Nordenström?.- se sorprendió Deb.- ¿Conociste al ídolo de toda tu vida?

Sí.- sonrió Lily, algo avergonzada.- Y es todo un caballero, es tan agradable...

Quizás lo sea.- intervino Paola.- Pero a ti no te gustan esa clase de hombres. Prefieres a los idiotas redomados... Como Genzo...

¡Deja ya de decir eso!.- Lily estaba francamente molesta.- ¡Ya te dije que tu primo no me interesa!

¿Y si eso es cierto por qué te pusiste colorada?.- preguntó Paola.

Pues porque... Eh... .- Lily no supo qué responder.

Paola soltó una carcajada. Le encantaba hacer enojar a Lily.

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Matsuyama sabía que Yoshiko estaba molesta. La joven iba extremadamente seria después de su encuentro con Samael y había permanecido callada todo el tiempo que duró la visita que le hicieron a Sanae.

¿Te pasa algo, Yoshiko?.- incluso la propia Sanae notó el estado de ánimo de su amiga.

No.- negó Yoshiko, con una sonrisa falsa.- Estoy bien.

Matsuyama no dijo nada. Ya hablaría con ella después. Tsubasa regresó poco tiempo después. Venía muy ansioso del entrenamiento, tal parecía ser que en el campamento del Barcelona lo habían acosado con muchas preguntas sobre el estado de Sanae.

Nunca creí que lo fuera a pensar en algún momento.- comentó Tsubasa.- Pero me da gusto haber salido del campamento.

¿Mucho acoso?.- preguntó Yoshiko.

Un poco.- Tsubasa también sonrió.- ¿Cómo estás, Sanae?

Muy bien.- sonrió Sanae.- La doctora Cortés no pudo quedarse más tiempo y lamenta el no poder hablar contigo el día de hoy, pero me dijo que mañana te dirá las nuevas.

Lo siento.- se disculpó Tsubasa.- Me entretuvieron tanto los reporteros que no pude llegar antes... ¿Te hicieron el ultrasonido?

Sí.- asintió Sanae.

¿Y... Sabes cuál es el sexo del bebé?

Sanae sonrió y se tomó su tiempo para responder.

No.- contestó, al fin.- No quise saberlo. Pero la doctora Cortés sí sabe si es niño o niña, por si tú deseas saberlo...

No.- negó Tsubasa, inmediatamente.- No quiero saberlo. Que sea sorpresa.

Estoy de acuerdo.- asintió Sanae.

Kumi se despidió, pretextando que tenía una cita urgente, cosa que les sorprendió a todos.

¿Con quién tienes una cita?.- cuestionó Sanae.

Con alguien.- Kumi se encogió de hombros.

¿Pero quién es ese alguien? ¿Lo conocemos?

Quizás.- respondió Kumi.- Tiene cabeza, cabello y cuerpo, es todo lo que necesitas saber por ahora.

Kumi tomó sus cosas y salió dela habitación, no sin antes despedirse de sus amigos. Sanae la miró irse, muy pensantiva. ¿Con quién saldría la pequeña Kumi? Luego recordó la sonrisita que ella esbozó cuando Levin se marchó de la habitación. "¿Kumi y Levin?", pensó Sanae. "¡Es una locura!".

Yoshiko dijo que quería tomar un poco de aire fresco y Matsuyama salió con ella. la muchacha caminó por el pasillo un buen tramo antes de que Hikaru consiguiera alcanzarla.

Ya no te portes así.- pidió Matsuyama, tomando a Yoshiko del brazo.

No puedo evitarlo.- confesó Yoshiko.- No me ayuda mucho el ver a Samael Nieminen rondando por aquí.

¡Oh, vamos!.- exclamó Hikaru.- Solo vino a visitar a Sanae. No pensarás que vino hasta Barcelona a verme, ¿o sí?

Quizás no.- admitió Yoshiko.

Ninguno de los dos sabía que, efectivamente, Samael había ido a Barcelona solo para ver a Hikaru.

Es que no se me olvida que en algún momento sentiste algo por ella.- comentó Yoshiko, con voz dolida.- Y tampoco se me olvida que me engañaste con ella.

Tú y yo no éramos nada cuando Samael y yo salimos.- replicó Matsuyama, algo molesto.- Y al final, me decidió por ti. ¿Por qué siempre discutimos por esto cada vez que Samael aparece? Ella sigue siendo mi amiga, Yoshiko. Y dijiste que eso podrías aceptarlo...

Pues mentí.- contestó Yoshiko.

No puede ser...

Matsuyama se llevó las manos a la cabeza, molesto y desesperado.

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Mamoru Izawa charlaba animadamente por teléfono. Misaki, Kisugi, Morisaki, Aoi, Taki e Ishizaki lo miraban algo aburridos.

No creo que tengamos problemas en conseguir boletos.- decía Izawa.- Será maravilloso. Mis amigos podrán llevarse bien con mis amigas... Claro... Nos veremos allá entonces, ¿te parece? De acuerdo, cuídate preciosa...

Izawa colgó el teléfono. Los otros lo miraron, expectantes.

¿Y?.- quiso saber Kisugi.- ¿Te invitó a salir?

Algo así.- musitó Izawa.- Con ella y con todas sus amigas...

¿Vas a salir con ellas y sus amigas?.- intervino Taki.- ¡Qué suerte!

Todo lo contrario, diría yo.- suspiró Izawa.- No podré estar a solas con ella...

¿De quién hablas?.- preguntó Taro, harto de tanto misterio.

De una chica que Izawa conoció el otro día en el hospital.- sonrió Kisugi.- Una chica muy linda en verdad...

Es mexicana.- dijo Izawa.- Y es preciosa. Es la misma chica que nos ayudó a imprimir las invitaciones de la boda de Tsubasa y Sanae aquella vez que Ishizaki por poco nos arruina todo.

Ya tienes algo qué agradecerme.- rió Ishizaki.

Sí, quizás.- admitió Izawa.- Como sea, Bere.-chan me ha pedido que vaya con ella al partido de España contra Chile que se jugará en dos días. Sus amigas irán con ella y pues yo le dije que ustedes pueden ir conmigo.

Estaba pensando en ir a ese partido a apoyar a Chile.- comentó Misaki.-Así que yo iré contigo.

Vayamos todos.- dijo Ishizaki.- Incluso podríamos invitar a Wakabayashi, Hyuga y los demás.

(Con los demás me refiero a Ken, Sorimachi, Sawada, Misugi y Matsuyama).

Todos estuvieron de acuerdo.

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El avión que transportaba a la Selección Chilena aterrizó en tierra española. Los jugadores bajaron y saludaron a los reporteros muy alegres, solo un jugador se mantenía serio y un tanto arrogante...

Ey, Carlos.- le dijo un compañero.- Eres el capitán, al menos sé más cortés.

Yo soy como quiero ser.- replicó Carlos.

Carlos de Sousa, capitán recién nombrado de la Selección de Chile, solo pensaba en dos cosas: en vencer a España en su propio terreno y así darle conocer al mundo su habilidad para el sóccer y en buscar a una persona...

Carolina Ledesma.

Alguien le había dicho a Carlos que ella se encontraba en España. Y él quería verla...

Aquí está tu chica, ¿no?.- comentó el mismo compañero.- ¿Vas a ir a buscarla?

Eso no es algo que te interese.- replicó Carlos, con su arrogancia de siempre.

Aunque tuviese muchas ganas de verla, Carlos nunca reconocería en público que deseaba volver a ver a Carolina. La selección se instaló para dar una breve conferencia de prensa en el aeropuerto. Los reporteros acosaban con preguntas a todos los jugadores, pero Carlos nunca se dignó en responder.

¿Cuál es su objetivo para este partido de práctica, capitán De Sousa?.- preguntó un reportero directamente.

Ganarle a España, por supuesto.- respondió Carlos.- Y retar a Tsubasa Ozhora.

Claro, ése era el tercer motivo no revelado de Carlos (había dicho que eran dos, pero son tres en realidad): el derrotar a Tsubasa.

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Una joven de caello hasta la cintura de color café y ojos del mismo color, con piel de bronce, se acercó a la recepción del Hospital General de Barcelona.

Buenas tardes.- saludó la joven.- Vengo a visitar a la señora Sanae Ozhora y quisiera saber en qué cuarto se encuentra.

En el 227.- respondió la recepcionista, sonriente.- Necesito que se registre aquí, por favor.

La chica firmó con su nombre verdadero. En el rubro de "relación con el paciente", la chica escribió: "socia".

Sanae se encontraba descansando. Tsubasa ya se había ido a comer y Yoshiko aun seguía discutiendo con Matsuyama. Alguien tocó a la puerta y Sanae se incorporó, pensando que se trataba de una enfermera.

Adelante.- dijo Sanae.

La puerta se abrió y una linda chica entró por ella, la cual le sonrió a Sanae.

Buenas tardes.- saludó la chica.- ¿Cómo está, señora Ozhora?

Buenas tardes.- respondió Sanae, algo confundida.- ¿Es usted enfermera?

No.- negó la chica.- Permítame presentarme. Soy Isabel Riveira y soy amiga de Tsubasa.

Sanae se sorprendió mucho. ¿Una amiga de Tsubasa?

Notas:

Jeje, como Lily es personaje mío, me reservo el derecho de emparejarla con quien yo desee antes de juntarla con Genzo de manera definitiva. Ventajas de ser la creadora, jajaja.

Varios me han preguntado que si usaré a jugadores reales o a ficticios en el partido de España contra Chile. Les digo que usaré jugadores ficticios porque no conozco a los reales, vamos, que ni siquiera conozco a todos los jugadores de la Selección Mexicana XD.

Muchísimas gracias a Alisse y a Vini por haberme ayudado a subir algunos capítulos al FF.

Por cierto, se me pasó decir que lo de la salida secreta del hospital por donde se escapan Lily y Deb y que usa Tsubasa lo puse porque así lo hacía yo en mi hospital en Guanajuato el año pasado, había un corredor a la entrada de mi cuarto de descanso (la famosa "mipera" XD) que pasaba por detrás de todo el hospital y que llevaba a otra salida de menor uso, de manera que por ahí nos escapamos muchas veces sin que nos vieran los doctores, jajaja XD.