Capítulo 17.

Isabel le sonrió a Sanae. Ésta estaba algo confundida.

¿Eres amiga de Tsubasa?.- preguntó Sanae, bastante sorprendida.- Creo que te recuerdo... Me parece haberte visto una vez, allá en Brasil...

Sí.- asintió Isa, sin dejar de sonreír.- Yo era la asistente del equipo Sao Paulo.

Ya te recuerdo.- asintió Sanae, un poco más tranquila.

Vine a ver cómo estás.- continuó Isa.- Me enteré de que tienes un problema con tu bebé...

Sí.- Sanae volvió a sentirse incómoda. ¿Qué quería esa mujer?

¿Sabes? No sabía que Tsubasa iba a ser padre.- continuó Isa, algo decaída.- Sabía que se había casado, pero pensé que quizás...

¿Quizás?.- Sanae miró a Isa a la expectativa.

No sé, pensé que quizás se habría arrepentido o algo así... .- murmuró Isabel.

¿Arrepentido? ¿De haberse casado conmigo?.- Sanae estaba incrédula.

Eh... .- Isa sonrió con algo de vergüenza.- No. O sea, quiero decir... Bueno, no importa.

Sanae comenzó a desear que Yoshiko regresara. No le gustaba la presencia de esa mujer.

Creo que Tsubasa nunca te lo dijo.- continuó Isa, mirando fijamente a Sanae.- Pero él y yo... Bueno, cuando él estaba en Brasil... Eh, no sé como decirte esto...

Como es.- respondió Sanae, muy seria.

Bueno, es solo que Tsubasa y yo pudimos haber tenido un romance.- dijo Isa.- Es decir, si tú no hubieses llegado a Brasil... Bueno, es que unos días antes de que tú llegaras a Brasil aquella vez, Tsubasa y yo nos confesamos nuestros sentimientos... Pero él me dijo que no podíamos ser nada porque tú eras su novia en aquel tiempo... Pensé que él terminaría contigo cuando llegaste a Brasil pero...

¿Por qué me estás diciendo todo esto?.- preguntó Sanae, a punto de llorar.

Porque ahora que me enteré de que Tsubasa va a ser padre, pensé que lo mejor hubiera sido que ese hijo que él va a tener fuese también mío.

¿Qué estaba pasando ahí? ¿Era Isa una mujer desquiciada, una fan desesperada o solo alguien que buscaba llamar la atención?

Solo estoy diciendo estupideces.- confesó Isa, quien parecía haberse avergonzado de su comentario.- Yo solo quería saber cómo te encontrabas...

Estoy bien, gracias.- respondió Sanae, tratando de mantener la serenidad.- Pero me sentiría mucho mejor si te marcharas en este instante.

Me lo gané.- admitió Isa.- Me voy, solo espero que no tengas resentimientos conmigo por esto. De verdad, solo intentaba ser tu amiga, pero creo que no lo hice de la manera correcta... Hasta pronto.

Isa salió de la habitación, no sin antes lanzarle a Sanae una extraña mirada. Sanae esperó a que ella cerrara la puerta para soltarse a llorar.

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Durante mucho tiempo, Sanae solo tuvo una meta: ir a Brasil a ver a Tsubasa. Ella no olvidaba la declaración de amor que Tsubasa le hizo la vez que él peleó con Kanda por su amor...

Tsubasa llevaba días queriendo confesarle sus sentimientos a Sanae, después de que Kumi le había declarado su amor. La pequeña se había animado a decirle a Tsubasa lo que sentía durante un descanso de los entrenamientos del equipo del Nankatsu en la secundaria.

Lo siento, Kumi.- respondió Tsubasa cuando ella le confesó que lo quería.- Pero yo estoy enamorado de otra persona...

Esa otra persona... Es Sanae Nakazawa, ¿cierto?.- preguntó Kumi, sin poder contener las lágrimas.

Tsubasa asintió con la cabeza.

Reconozco mi derrota.- admitió Kumi.- Pero por favor, dile a Sanae lo que sientes. Ella está esperando por ti...

Tsubasa intentó varias veces decirle a Sanae lo que sentía por ella, pero siempre había algo que lo interrumpía... Cuando al fin ya se había decidido a confesar lo que sentía, su profesor de portugués llegó a interrumpirlo... Tsubasa pensó que nunca podría decirle a Sanae que la quería antes de que él se marchara a Brasil...

Pero entonces, el destino se hizo cargo, a través de la presencia de Kanda...

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Samael se encontraba en el restaurante del hotel en donde se estaba hospedando, tomando una taza de café bien cargado (¿Le gustará a Samael el café bien cargado?). Lasse la miraba un tanto preocupado.

Ya estoy mejor.- respondió ella a la pregunta no formulada de él.- No te preocupes.

¿Segura? Siempre te pones mal cuando ves a Yoshiko Fujisawa.- replicó Lasse.

Siempre sueles ser muy discreto, pero tiendes a hablar de más precisamente cuando no debes.- Samael miró a su amigo con severidad.

Cambiemos el tema.- propuso Lasse.- Nos han ofrecido el dar un concierto en Barcelona. ¿Qué opinas?

Tendríamos que consultarlo con Katia, Bioy y Joel.- respondió Samael, secretamente aliviada con el cambio de tema.- ¿Tú que opinas?

Por mí está bien.- contestó Lasse.- Me gustará estar algunos días en Barcelona.

¿Por la ciudad o por la doctora Del Valle?.- inquirió Samael, muy seria.

¿Importa la diferencia?.- sonrió Lasse.

Yo diría que sí importa y mucho.- contestó Samael, agriamente.- Sobre todo porque Genzo Wakabayashi está interesado en ella.

¿Tu amigo? Pues dudo mucho que pueda acercarse a ella, algo me dijo que Lily no lo tolera.- replicó Lasse.

Sí, eso noté también, pero aun así...

Samael ya no supo qué más decir. Ella le tenía mucho aprecio a Lasse y quizás por eso buscaba motivos para alejarlo de Lily Del Valle, aun cuando Samael no quisiera a Lasse más que como amigo. Al final de cuentas, lo que Lasse y Genzo hicieran con Lily Del Valle no era asunto de Samael.

Como sea.- Samael se encogió de hombros.- Si lo que quieres es conquistar a Lily, adelante. Se ve que es buena chica y además es muy linda.

Es un dulce.- sonrió Lasse.- Y mira que para que yo diga eso...

Samael se distrajo un poco con un joven que se parecía mucho de espaldas a Matsuyama. Afortunadamente, Lasse no se dio cuenta.

En seguida vuelvo, voy al tocador.- dijo Samael, levantándose de la mesa.

Era mentira, por supuesto. Ella solo quería tomar un poco de aire, así que, en vez de dirigirse a donde el rey va solo, Samael salió un poco a la calle, a respirar un poco de contaminado aire. Un joven la reconoció y se acercó a ella esbozando una gran sonrisa.

Hola, Samael.- era Kazuki.- ¿Cómo has estado?

Estoy.- respondió Samael, simplemente.

¿Qué ocurre?

Nada.- Samael intentó sonreír.- No me hagas caso. ¿Qué andas haciendo?

Fui a comprar boletos para el partido de España contra Chile.- respondió Sorimachi.- ¿Irás tú?

Lo dudo.- negó ella.- Tengo algunos asuntos pendientes.

Matsuyama también va a ir.- comentó Kazuki, como quien no quiere la cosa.

Ah...

Samael, sin querer, se delató con su expresión. Kazukiesbozó una sonrisa triste.

Sigues pensando en él ¿cierto?.- preguntó Kazuki, en voz baja.

Samael no respondió.

Tu silencio me lo dice todo.- continuó Sorimachi.- ¿Hasta cuándo vas a seguir con esto?

Yo no pretendo seguir con nada.- replicó Samael, enojada.- ¿Por qué todos me molestan con lo mismo?

Porque eso podría arruinar tu vida.- respondió Kazuki, en voz baja.

La chica no dijo nada, se limitó a contemplar a la gente que pasaba.

Solo dime una cosa.- pidió Sorimachi.- ¿Viniste a Barcelona a ver Matsuyama?

Samael no respondió, prefirió que el silencio lo hiciera por ella.

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España contra Chile, en un partido amistoso. El estadio de Barcelona estaba a reventar. Carolina saltaba feliz como lombriz, correteando de un lado a otro como hámster maniaco-depresivo. Bere estuvo tentada de golpearla con el banderín que traía en la mano.

Ya estate quieta.- pidió Bere, mirando con enojo a Caro.- Pareces loca.

¡Es que voy a ver Carlos, voy a ver a Carlos!.- gritaba Caro, emocionada.

Lily miró a su amiga con cara de "hello con tu hello". Deb miraba con cierto aburrimiento a la gente que entraba y salía, pero al menos estaba de mejor humor que Paola, quien evidentemente odiaba con toda su alma el fútbol.

Yo no entiendo el por qué rayos tengo que estar aquí solo para que Carolina pueda encontrarse con su antiguo amor el cual la abandonó para irse a Chile y entrenar y convertirse en el mejor jugador de un deporte que resulta ser un tanto idiota.- gruñó Paola.

Sí que estamos de mal humor hoy.- comentó Lily.

¿Tú no estarías de mal humor si alguien te obligara a ir a un sitio al que odias?.- preguntó Paola, molesta.- Es como si te forzaran a ir a un partido de fútbol americano.

Touché.- contestó Lily.

Ya, no se quejen.- intervino Alisse, quien estaba de lo más emocionada. Se había preparado para el encuentro usando la casaca roja de Chile y llevando una bandera de su país.- Será fabuloso.

Lo dices porque tú eres chilena.- replicó Deb.- Yo me sentiría un poco más interesada si México fuese a jugar.

Qué horror.- gruñó Paola.- Preferiría estar charlando con Genzo...

Lily miró a Paola con cara de "hello con tu hello". Las chicas entraron al estadio. Bere dejó de regañar a Caro cuando vio a Izawa acercarse a ellas. Detrás de él venían varios chicos... Paola reconoció al greñudo con quien chocó días atrás a la salida del hospital. Lily reconoció al idiota primo de su amiga (jaja, ya se me está pegando la manera de hablar de Paola ¬¬) y Alisse reconoció al tonto chico del bar de Tokio.

Hola, linda.- saludó Izawa a Bere.- Gusto en verte.

Hola, Mamoru.- sonrió Bere.- Ellas son mis amigas, Carolina, Lily, Alisse, Débora y Paola.

Hola.- dijeron las chicas a coro.

Mucho gusto.- Ishizaki inmediatamente se adelantó.- Gusto en conocerlas, chicas.

Ishizaki, compórtate.- lo detuvo Kisugi.- Ya tienes novia. Déjanos algo para los que estamos solteros.

Lily, Deb, Paola, Alisse y Caro intercambiaron miradas entre ellas y elevaron sus ojos al cielo.

Ellos son mis amigos.- presentó Izawa.

Ya, no diré los nombres de todos porque sería muy largo. Iré mencionando a los presentes en el partido conforme los vaya necesitando. Todos tomaron asiento. Taro, muy disimuladamente, se fue colando entre todos hasta poder quedar sentado a un lado de Alisse.

Hola de nuevo.- saludó él, sonriente.

Hola.- respondió Alisse, tratando de permanecer seria.

Veo que apoyas a Chile.- Misaki señaló la casaca roja y la bandera de Alisse.

Soy chilena.-Alisse se encogió de hombros.

Me lo supuse.- sonrió Taro.- ¡Qué coincidencia! Yo también vengo a apoyar a Chile.

Si tú, qué casualidad.- Alisse miró a Taro con cara de "hello con tu hello".

No, es en serio.- Taro la miró con inocencia.- ¿Me crees capaz de mentirte?

Alisse no pudo seguir evitando el esbozar una sonrisa. Paola, fastidiada, se dio cuenta de que había quedado sentada entre Lily y Genzo.

Cámbiame el lugar.- pidió Genzo a su prima.

¿Vienes a ver el partido o a manosear a mi amiga?.- cuestionó Paola, mordaz.

Si no me cambias el lugar, te juro que te abrazaré y gritaré en voy muy alta que eres mi novia.- replicó Genzo.

La amenaza surtió efecto. Paola se levantó del asiento como si éste le quemara.

¿Qué crees que estás haciendo?.- preguntó Lily, alarmada.

Lo siento, es causa de fuerza mayor.- respondió Paola y se fue a sentar cerca de Sorimachi, el cual casualmente era amigo suyo.

Ahora vengo.- anunció Deb, quien se había sentado a un lado de Lily.

¿A dónde vas?.- preguntó Lily.

A comprar nachos con queso.- Deb se marchó sin esperar a que Lily pudiese responder, dejando a su amiga acorralada.

¿Le gusta el fútbol, doctora Del Valle?.- preguntó Genzo, muy cortés, a una enfurruñada Lily.

No cuando tengo que verlo en compañía de alguien que no me agrada.- replicó Lily, enojada.

¿Realmente me detesta tanto?.- cuestionó Genzo, poniendo cara de niño bueno.

¿Usted qué cree?.- respondió Lily, mirando al portero con enojo.

Sé que de verdad nuestro comienzo no fue bueno.- dijo Genzo, con sinceridad.- Pero me gustaría el poder intentarlo de nuevo... Hola, soy Genzo Wakabayashi.

El joven le extendió su mano a Lily. Ella lo miró detenidamente unos segundos para tratar de descubrir si había alguna trampa.

Hola.- Lily estrechó la mano de Genzo.- Soy Lily Del Valle.

Mucho gusto.- Genzo sonrió.

Lily también lo hizo. Y se sintió también un tanto cohibida... Mientras tanto, Paola intentaba conversar con Sorimachi, procurando ignorar a Ken, quien no dejaba de mirarlos fijamente.

¿Tengo monos en la cara o qué?.- preguntó Paola a Ken, francamente harta.

N.- negó Ken.- Solo trataba de averiguar cómo era que Sorimachi e había hecho amigo de alguien tan despistado.

¡No soy despistada!.- gritó Paola, indignada.- El despistado es usted.

Yo no fui quien tropezó por andar buscando algo en un portafolio.- replicó Ken.

¡Cómo es fastidioso!.- gritó Paola.- Kazuki, ¿realmente eres amigo de este tipo?

Kazuki por respuesta, suspiró. Mientras tanto, Deb estaba en la fila para comprar nachos con queso. Cuando pagó y le entregaron su pedido, ella se dirigió hacia el lugar en donde se encontraban las servilletas y los jalapeños, pero las primeras ya se habían acabado.

Oh, rayos.- murmuró Deb.

¿Necesita una servilleta, doctora?.- preguntó Levin, detrás de ella.

Deb se volteó al reconocer la voz y casi deja caer el plato desechable al piso. Levin la miraba con una sonrisa tan cautivadora que hizo que a ella le temblaran las piernas.

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Tsubasa llegó al hospital y se encontró con una sorpresa no muy agradable... Yoshiko apenas y le habló cuando él entró y Sanae estaba acostada hacia la pared, dándole la espalda.

¿Pasó algo?.- preguntó él, preocupado.

No lo sé.- contestó Yoshiko.- Está así desde ayer. No ha querido decirme qué es lo que le pasa.

¿Sanae?.- aventuró Tsubasa.- ¿Estás bien?

Sanae se dio la vuelta en la cama para ver a Tsubasa a la cara... Y él la encontró completamente cambiada... Ella tenía huellas de lágrimas en las mejillas, pero cuando habló lo hizo con una voz tremendamente fría.

¿Quién es Isabel?.- preguntó Sanae, mirando fijamente a su esposo.

Tsubasa sintió que el mundo se le iba encima.

Notas:

No creo que lo sepan, así que se los diré: odio el fútbol americano.

A Deb le fascinan los nachos con queso.

¿De dónde saco tanta idea loca?

La parte que escriba en letra cursiva son recuerdos de Tsubasa y Sanae, a menos que especifique que son de alguien más, y son sucesos que sí pasaron en la historia original de CT.

Katia, Joel y Bioy son personajes creados por Samael Bene Elohim.