Capítulo 18.
Tsubasa se quedó sin saber qué responder por algunos momentos. ¿Por qué mencionaba Sanae a Isabel? ¿Acaso ella había tenido la osadía de visitar el hospital?
¿Isabel? ¿De cuál Isabel hablas?.- preguntó Tsubasa, tratando de mantener la calma.
Isabel Riveira.- respondió Sanae, muy seria.- ¿Quién es ella?
"Me lleva...".
Ah.- Tsubasa trató de restarle importancia al asunto.- Era la asistente del equipo Sao Paulo. ¿No la recuerdas?
Ahora sí.- replicó Sanae, con voz glacial.- Vino a visitarme, ¿sabes?
¿Isa? ¿A ti?.- Tsubasa se sorprendió.- ¿Cuándo?
Ayer, cuando ya te habías marchado.- respondió Sanae.
¿Y qué te dijo?
Cosas interesantes.- murmuró Sanae, mirando fijamente al horizonte.
¿Cómo cuales?
Me dijo algo así como que tú y ella habían tenido un romance en Brasil.- Sanae miró fijamente a Tsubasa a los ojos.
¿Qué cosa?.- Tsubasa no se esperaba eso.- ¿Qué Isa y yo tuvimos un romance en Brasil? ¡Eso no es cierto!
Me dijo que días antes de que yo llegara a Brasil a visitarte, ustedes se habían declarado sus sentimientos.- prosiguió Sanae, con una sorprendente calma.- Y que muy probablemente ustedes se habrían hecho novios si yo no hubiese sido tu novia en aquel entonces.
Eso es mentira.- negó Tsubasa, enérgicamente.
¿Es cierto, Tsubasa?.- Sanae comenzó a llorar.- ¿Es eso verdad?
No llores, por favor.- Tsubasa quería colgar a Isabel por el malentendido.- Mira, es cierto que Isa estaba interesada en mí pero yo le dije que no podía haber nada entre nosotros porque yo estaba enamorado de ti.
Entonces es cierto.- Sanae dejó de llorar, presa de la rabia y los celos.- Es verdad que esa mujer quería algo contigo.
Ya te lo dije, ella fue la que me confesó lo que sentía pero yo le dije que no podía corresponderle porque te amo a ti.- replicó Tsubasa, desesperado.- ¿Qué no me estás escuchando?
¿Y por qué no me habías dicho nada de esto?.- quiso saber Sanae, cada vez más enojada.
¿Para qué? No tenía caso.- contestó Tsubasa.- Me dio tanto gusto que me fueras a ver a Brasil que olvidé todo...
Ese cuento no te lo creo.- replicó Sanae, con frialdad.
¡Es la verdad! Vamos, Sanae, me casé contigo. Estamos esperando un hijo. ¿Por qué le tomas tanta importancia a algo que pasó hace tanto tiempo?
No lo sé.- confesó Sanae.- Quizás fue todo lo que me dijo... Cosas como que ella esperaba a que te hubieses arrepentido de haberte casado conmigo...
¿Qué cosa?
... Y que le gustaría que el bebé que esperamos fuese de ella y no mío...
¿QUÉ?
Tsubasa entendió el por qué Sanae estaba tan dolida. Isa le había dicho cosas un tanto feas...
Lo siento mucho, Sanae.- murmuró Tsubasa.- No pensé que Isa llegaría a esto... Cuando me habló por teléfono nunca pensé que...
¿Hablaste con ella por teléfono?.- Sanae se puso muy seria.
No.- negó Tsubasa, inmediatamente. Se había dado cuenta de que había metido la pata.- Es decir, ella habló a la casa cuando no estaba y dejó un mensaje y...
¿Llamó a la casa?.- Sanae seguía muy seria.- ¿A nuestra casa?
No sé cómo consiguió el número.- continuó Tsubasa.- Fue una sorpresa para mí...
¿Por qué no me lo dijiste?.- interrogó Sanae.- ¿Cuánto tiempo llevas comunicándote con ella?
No llevo tiempo comunicándome con ella.- protestó Tsubasa.- Solo fue un mensaje y fue hace apenas unos cuantos días... Y si no te lo dije fue porque no le tomé importancia...
¿No le tomaste importancia a un mensaje que te dejó una chica que te declaró su amor en Brasil?.- preguntó Sanae, incrédula.- Sí, como no.
Es la verdad.- insistió Tsubasa.- No le tomé importancia porque ella no significa nada para mí... Además, pensé que quizás tú no entenderías el motivo por el cual ella me habló...
¿Y cuál sería ese motivo?.- cuestionó Sanae.
Ni yo lo sé, por eso no te lo dije.- Tsubasa se llevó las manos a la cabeza.- De verdad lo siento, pero el decirte sobre Isabel habría significado el tener que explicártelo todo y ese capítulo de mi vida ya está acabado...
Craso error. Tsubasa no es nada experto en el trato con las mujeres, sobre todo si se trata de su esposa...
¿Sabes algo? Ya no quiero saber más.- dijo Sanae, dándole la espalda a Tsubasa.- Vete por favor. Quiero descansar.
Tsubasa comprendió que había cometido un gravísimo error. No intentó corregir el error, simplemente dejó la solitaria rosa blanca que había llevado para ella en la mesita de noche y salió sin hacer ruido... Sanae esperó a que se cerrara la puerta para comenzar a llorar...
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Kanda había estado acosando a Sanae para que saliera con él. Ella lo rechazó diciéndole que está interesada en alguien más...
Perdóname.- le dijo Sanae a Kanda.- Pero yo estoy interesada en alguien más...
Ishizaki y compañía comenzaron a molestar a Sanae con Tsubasa y Kanda entendió la situación... Él se pone un tanto agresivo e intentó obligar a Sanae a salir con él... Ishizaki salió a defender a su amiga y Kanda lo golpeó...
Ya verás.- Ishizaki se levanta del suelo, limpiándose la sangre del rostro.- Te daré tu merecido...
Tranquilo, Ishizaki.- lo detienen sus amigos.- No te metas en líos... Podrías perjudicar al equipo...
Ishizaki se controla. Kanda le lanza una mirada burlona y se va... Sanae sabe que él no se dará por vencido hasta obtener lo que desea...
Koshi Kanda es un experto jugador de kick boxing, por eso nunca teme enfrentarse a los demás. Sanae y los demás se reúnen con Tsubasa, aunque los amigos de ambos deciden dejarlos solos, pretextando que tienen asuntos pendientes y que, como saben que Tsubasa es un caballero, él acompañará a Sanae a su casa. La chica le explica lo sucedido a Tsubasa con Kanda e Ishizaki, y también le dice que ella le dijo a Kanda que está interesada en alguien más... Tsubasa se anima, intenta decirle a Sanae lo que siente y... Es en ese momento cuando el tan inoportuno profesor de portugués llega a interrumpir...
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Paola y Ken siguen mirándose con enojo. Kazuki se siente acorralado entre ambos jóvenes, los cuales no dejan de lanzarse indirectas.
Pensé que escogías mejor a tus amigos, Kazuki.- comentó Paola.- Pero veo que te juntas con cualquier patán presuntuoso.
Evidentemente, Sorimachi no escoge bien a sus amigos, porque de lo contrario no estaría contigo.- replicó Ken.
¡NO me tutees, no seas confianzudo!.- protestó Paola.
Pues tú deja de insultarme.
¡No te he insultado!
¿Qué no? Y supongo que lo de "patán presuntuoso" fue un cumplido...
Kazuki, francamente harto, se levantó de su asiento. Paola y Ken lo miraron con sorpresa.
¿Qué haces?.- preguntó Ken.-
¿A donde vas?.- quiso saber Paola.
A cualquier parte en donde no estén ustedes dos.- respondió Sorimachi.- Ya me tienen harto.
Paola y Ken miraron a su amigo, estupefactos. Sorimachi fue a sentarse entre Hyuga y Sawada.
¿Problemas en el paraíso?.- se burló Hyuga.
¿Cómo puede ser paraíso con ese par de demonios?.- replicó Kazuki, molesto.- Quiero muchísimo a Paola, pero no soporto escucharla discutir con Ken...
Sawada miraba con curiosidad a Ken y a Paola, los cuales seguían discutiendo. El muchacho sonrió por lo bajo. Hyuga miró a sus acompañantes y esbozó una sonrisa. Taro y Alisse charlaban sobre la posible formación que presentaría Chile, Izawa y Berenice se besaban de vez en cuando, Paola y Ken discutían, Ishizaki acosaba a Carolina y Genzo intentaba sacarle plática a Lily.
Podría aparecer Treviño en el medio campo.- comentó Alisse.
Sí, quizás, sería un buen complemento para Muñoz.- asintió Taro.- Hacen buen equipo en el ataque.
Aunque si pusieran a Barrón también sería un buen elemento... .-opinó Alisse.
Ya se tardó mucho Deb.- comentó Lily, mirando hacia el sitio opuesto a donde se encontraba Genzo.
Ya llegará.- contestó Caro, mirando con impaciencia hacia la cancha.
Te preocupas demasiado.- comentó Genzo.
Deb es mi mejor amiga.- Lily miró al portero a los ojos.- Es normal que me preocupe por ella.
¡Wow! ¿Cómo le haces para vivir todos los días?.- preguntó Genzo, soltando una carcajada.
¿A qué te refieres?.- Lily se desconcertó.
A que siempre hablas y respondes como si estuvieras en pelea permanente con el mundo.- respondió Genzo.- Serías un excelente soldado, ¿lo sabías?
Lo soy.- Lily se avergonzó mucho y no supo el por qué.- Soy un soldado del Escuadrón de la Vida. Lucho todos los días para salvar vidas.
Y aun cuando eres una gran guerrera, también tienes un corazón muy dulce.- murmuró Genzo, mirando a Lily de una forma muy especial.- Solo hay que verlo en la manera en como tratas a tus pequeños pacientes...
Lily desvió la mirada. De repente, una extraña sensación de calidez y vergüenza recorrió su cuerpo e hizo que la sangre se agolpara en su rostro.
Me cae que Paola tiene mucha razón.- musitó Lily.- Tienes mucha labia...
Genzo sonrió. Poco a poco estaba ganando terreno. Mientras tanto, Débora ya se había acabado sus nachos con queso, aunque Levin ya había colaborado con la mitad.
¿Viniste sola al partido?.- preguntó Levin, como quien no quiere la cosa.
No.- Deb recordó a sus amigas en ese momento.- Vine con mis amigas y de hecho deben estarse preguntando en dónde me metí...
Permíteme acompañarte.- sugirió Levin.- No puedo dejar que una mujer hermosa ande por ahí sola...
Deb se ruborizó y soltó una risa nerviosa.
No entiendo por qué dices eso.- musitó ella.
Podrían secuestrarte.- respondió Levin.- Y no puedo permitirlo.
Deb se puso más roja toadavía. Ella y Levin regresaron a donde se encontraban todos los demás. Lily enarcó mucho las cejas al verlos llegar.
Perdón el retraso.- se disculpó Deb, ignorando la mirada de Lily.- Pero me encontré con un conocido... Él es Stefan Levin.
Lo conozco.- dijo Genzo.- Es un antiguo rival...
Gusto en verte, Wakabayashi.- respondió Levin.
Sí que es pequeño el mundo.- murmuró Deb.
Gusto en conocerte, Levin.- sonrió Lily.
Los demás hicieron saludos de reconocimiento o cosas similares. Levin y Deb tomaron asiento, ya que el partido ya estaba por comenzar.
¡Miren, ahí está Carlos!.- gritó Caro, cuando los jugadores chilenos salieron a la cancha. El mencionado caminaba con la orgullosa frente muy en alto.
La chica se había subido a su asiento y estaba saltando cual canguro drogado con cafeína. Bere agarró a Caro pro la manga de su chaqueta y la obligó a sentarse.
Ya deja de hacer el ridículo.- ordenó Bere.
Amargada.- Caro hizo un puchero.
Deb soltó una carcajada, Paola elevó sus ojos al cielo, Alisse suspiró y Lily puso cara de "hello con tu hello".
¡VAMOS EQUIPO!.- gritó Alisse, agitando fuertemente la bandera de su país.- ¡A GANAR!
¡Sí se puede!.- apoyó Taro.
¿Desde cuando le vas a Chile, Misaki?.- preguntó Genzo, un tanto divertido.
Desde hace tiempo.- respondió el aludido.
No lo regañes, que es la mejor selección de todas.- replicó Alisse.
Lo dirá una chilena.- replicó Lily.
Sí, lo dice una chilena, ¿y?
Yo también apoyo a Chile.- dijo Caro.
Naaa, tú no cuentas.- replicó Paola.- Tú los apoyas impulsada por el amor... Es como si a Lily de repente se le antojara apoyar a Japón...
¿Por qué a Japón?.- preguntó Lily, sin entender.
¿Tú por qué crees?.- Paola señaló a su primo de una manera muy evidente.
Genzo se sorprendió y Alisse comenzó a reírse como loca.
Te odio, Paola.- gruñó Lily, en español.
El árbitro pitó el silbato. El partido dio comienzo.
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Maki Akamine caminaba rápidamente en dirección del estadio de Barcelona. Sus amigas la instaban a apresurarse.
¡Anda, Maki, que el partido ya comenzó!.- dijo Yukibe.
Hubieran venido sin mí.- replicó Maki.- Saben que casi no me gusta el fútbol...
Eso era antes, cuando no conocías a Kojiro Hyuga,- replicó Yukibe, con una sonrisita de complicidad.
¿Qué quieres decir con eso?.- Maki se puso muy roja.
¡Oh, vamos! Si bien que sabemos que ese chico te trae loca.- contestó Yukibe.- Y que por eso últimamente te has interesado mucho en el fútbol italiano... ¿O qué crees que no me he dado cuenta de que tienes varias revistas de fútbol escondidas en tu casillero?
Ésas son de... .- quiso explicar Maki.
De tu hermano, sí ándale, ése pretexto ya me lo sé.- rió Yukibe.- Mejor reconoce que Hyuga te trae loca...
¿Y de qué me sirve?.- replicó Maki.- ¿Si no puedo estar cerca de él? Ya ves lo que pasó en Italia la otra vez, cuando fui a buscarlo al estadio...
Eso fue mala suerte, compañera.- admitió Yukibe.- Pero no debes ser tan pesimista. Ten un poco más de fe en el destino. ¿Quién sabe? Quizás dentro de poco vuelvas a ver a Hyuga.
Maki sonrió, ante el optimismo de Yukibe. ¿Podría ser cierto? ¿Tendría el destino preparado algo para Kojiro y ella?
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El teléfono de la casa de los Ozhora sonó varias veces, sin que nadie lo contestara. La contestadora automática entró al quinto timbrazo.
Hablas a la casa de Tsubasa y Sanae.- decía la suave voz de Sanae.- Bueno, pues estamos ocupados y demás. Ya sabes, deja tu mensaje después del tono...
Tsubasa.- era Isa.- Quiero verte. Ya fui al hospital a ver cómo estaba tu esposa, ahora quiero ver cómo estás tú. Te volveré a llamar hasta que me respondas, o si quieres puedes llamarme a mi celular, el número es...
El mensaje quedó registrado en la contestadora, esperando a su víctima...
Notas:
Ni modo, usaré nombres ficticios para los jugadores de ambos equipos.
Jeje, ya se me habían olvidado Hyuga y Maki...
Éste ya dejó de ser un fic de Tsubasa y Sanae únicamente y ya se convirtió en un fic universal...
