Nueve meses.

Capítulo 20.

El segundo tiempo iba a dar comienzo. Samael no permitiría que Lasse se marchara con Lily.

¿Nos vamos, Lasse?.- preguntó Samael.- El partido está por reiniciar.

En un segundo.- respondió Lasse, sin dejar de mirar a Lily.

Será mejor que nos vayamos.- opinó Lily.- O después habrá demasiada gente...

Aun no hemos comprado lo que querías comprar.- gruñó Genzo.

¡Ah! Es cierto, había olvidado a qué habíamos venido.- rió Lily.- Bueno, nos estamos viendo...

¿Puedo ir a visitarte al hospital?.- preguntó Lasse.- Quizás podría ir a la hora en la que sales e invitarte a tomar un café.

Me encantaría.- sonrió Lily.

Bien. Entonces me daré una vuelta por ahí el lunes...

Ya, como sea.- Samael tomó a Lasse del brazo.- Nos vamos.

Hasta pronto.- Lasse sonrió a manera de disculpa.

Lily volvió a sonreír y, olvidándose de que Genzo estaba con ella, se dirigió al puesto de comida.

Gracias por ignorarme.- le dijo Genzo, molesto.

¡Ah! Perdón, no fue a propósito.- se disculpó Lily, verdaderamente avergonzada.

Pareciera que Nordenström te hace perder la cabeza.- señaló Genzo, de franco mal humor.

Algo así.- admitió Lily, poniéndose colorada.

¿Te gusta?.- preguntó Genzo.

Quizás.- respondió Lily.

¿Quizás sí o quizás no?

Quizás no te importa.- replicó Lily, tomando los nachos y el refresco y echando a andar.

Genzo estaba muy enojado. Las cosas no le estaban saliendo bien, en primera había cometido un grave error cuando conoció a Lily, después no había conseguido que ella lo perdonara y ahora Lasse Nordenström estaba cortejándola frente a sus narices.

"No me voy a dar por vencido", pensó Genzo. "Ya lo dije. Tú vas a ser mía, Lily. Aunque le pese a Lasse Nordenström".

Por su parte, Samael también estaba muy malhumorada y Lasse lo notó.

¿Te molesta algo?.- preguntó Lasse a su amiga.

No, que va.- respondió Samael, bufando.

¿Se puede saber por qué? No nos hemos vuelto a topar con Hikaru Matsuyama...

¿De verdad vas a invitar a salir a Lily Del Valle?

Sí.- asintió Lasse.- Ella me gusta.

Ya me lo imaginaba.- suspiró Samael.

¿Eso es lo que te molesta?

Claro que no.- mintió Samael.

"Es una verdadera idiotez", pensó Samael. "Molestarme porque Lasse va a tener una cita... Es cierto que es mi amigo, pero supongo que tiene derecho a salir con quien se le plazca...".

Hola, Samael.- saludó Sorimachi, quien iba en compañía de Sawada.

Hola.- sonrió Samael.- ¿Qué haces aquí? ¡Qué pregunta más tonta, por supuesto que vienes a ver el partido!

Claro.- rió Sorimachi.- Y supongo que tú vienes a apoyar a España.

Sí. ¿Y tú a Chile?

No precisamente, algunos de mis compañeros sí lo hacen pero a mí me da lo mismo quien gane...

Samael y Kazuki charlaron por un largo rato, ignorando a Sawada y a Lasse, quienes los miraban algo divertidos. Lasse incluso esbozaba una sonrisilla de complicidad.

Bueno, mejor me voy.- se despidió Samael.- El partido está por comenzar.

Claro, nos veremos.- se despidió Sorimachi.

Samael y Lasse regresaron a sus asientos. La joven se dio cuenta de la sonrisa de Lasse.

¿Qué te pasa?.- preguntó ella.

Nada.- respondió Lasse.- Solo pensaba en lo bien que se llevan tú y Sorimachi. Siempre lo he dicho, deberías olvidarte de Matsuyama y fijarte en alguien como Sorimachi.

Ya vas a empezar otra vez... .- gruñó Samael.

Lasse ya le había dicho eso en otras ocasiones y Samael siempre rechazaba la idea. Pero conforme pasaba el tiempo se preguntaba qué tan loca podría resultar esa teoría... Mientras tanto, Tsubasa y Misugi ya habían llegado al estadio y con muchas dificultades consiguieron llegar al sitio en donde estaban todos los demás. Afortunadamente, los aficionados estaban tan entusiasmados con el partido que pocos le prestaron atención a Tsubasa.

Hola, Tsubasa.- saludaron Lily y Deb.

Hola, doctoras.- sonrió Tsubasa.- Hola, muchachos.

Sus amigos le respondieron con varios saludos. En ese momento llegó Hyuga, quien traía una cara de felicidad que no podía con ella.

¿Qué pasó, capitán?.- quiso saber Sawada.

Nada.- respondió Hyuga.- Solo que de repente me di cuenta de que el día está hermoso.

Sawada, Sorimachi y Wakashimazu lo miraron con cara de "what?".

¿Y a éste que le pasa?.- preguntó Kazuki a Ken.

Yo que sé.- Ken se encogió de hombros.

El segundo tiempo comenzó. Carlos de Sousa se lanzó con el esférico al ataque, pero nuevamente los defensas españoles le arrebataron el esférico. Carlos, furioso, regresó a tratar de quitarles el balón.

¡Ya verán!.- gritó Carlos.- ¡Nadie derrota al mejor jugador del mundo!

Carlos se barre y logra recuperar el balón. Chile se lanza al ataque, Carlos se apoya en Matias, quien con gracia y destreza burla a sus oponentes.

¡Vaaaaaamos, Matias!.- grita Alisse, entusiasmada, agitando el banderín.- ¡Vamos!

¿Y ahora por qué tan emocionada?.- se rió Paola.

¡Es que Matias está guapísimo!.- respondió Alisse.- ¡Es taaaaaan tierno!

Misaki puso cara de enojo.

Tiene buena pierna.- comentó Lily, devorando sus nachos con queso, los cuales estaba compartiendo con Genzo, más por culpabilidad por haberlo ignorado que por otra cosa.

Eso sí.- Deb estuvo de acuerdo.

Carlos llegó a la portería rival, lanzó un potente disparo, el cual rebotó en el poste. Un defensa español sacó el balón hacia tiro de esquina.

¡Carlos, Carlos, Carlos!.- gritaba Caro, agitando una bandera.

Algún espectador había tenido piedad de los jóvenes y le había dado una bandera a Caro para que dejara de quitarle su bandera a Alisse.

Bueno, pues que esta loca vino a ver a Carlos o a Chile.- comentó Bere.

Bien que sabes.- suspiró Paola.- Esa mujer está enamoriscada.

Alisse y Caro ya se habían trepado a las gradas y juntas coreaban el nombre de Carlos, agitando las banderas. Lily estaba que no podía aguantarse la risa.

Nada más pónganles una cerveza en las manos y ya tenemos un bonito cuadro al que podemos titular: "Amigas ebrias".- comentó Lily.

Esto hizo que Paola, Bere y Deb se soltaran a reír a carcajadas.

Lo bueno es que son amigas.- bufó Ken.- ¿Qué se harían si no lo fueran?

Cállate, amargado.- replicó Paola.

Este comentario hizo que Genzo y Sorimachi se desternillaran de risa. Chile hizo el tiro de esquina, Carlos tiró a gol pero el portero español detuvo el tiro. El arquero hizo saque de meta y España se lanzó al ataque, aunque Chile consiguió detener su avance. El tiempo corría y el marcador seguía 1 por 0 a favor de los chilenos. En una estupenda jugada, Marcos le lanzó el balón a Carlos, el cual disparó, anotando un segundo gol...

¡GOOOOOOOOOOOL!.- gritaron Alisse y Caro, emocionadas, pero Taro hizo un gesto negativo.

No fue gol.- negó Misaki.

¿Por qué no?.- preguntó Deb.

Porque fue fuera de lugar.- respondió Genzo.

¿Fuera de lugar?

Yo te explico.- Levin le enseñó a Deb sobre esa regla del fútbol.

Qué mala onda.- musitó Lily.

Caro y Alisse habían dejado de festejar y ambas estaban haciendo pucheros.

Jajajaja.- rió Paola.- Detesto el fútbol pero me cae que es divertido el venir con ustedes.

¿Detestas el fútbol?.- preguntó Ken.- Ya me lo esperaba...

¿Ah, sí?.- retó Paola.- ¿Y por qué?

Genzo y Lily se miraron y sonrieron.

Tu prima sí que es mula.- comentó Lily.- Aunque eso ya lo sabía.

Y eso que no conoces a Ken.- comentó Genzo.- No es mala persona, pero cuando alguien no le cae bien...

Pues a mí no me agrada.- comentó Lily.- Me parece demasiado presuntuoso.

¡Ja! Ya hablas como Paola...

El partido continuaba. Carlos seguía atacando la portería de España, sin conseguir otro gol. El que le hubiesen anulado el gol lo había puesto furioso, a él y a todo el equipo chileno. Sin embargo, y a pesar de todo su poderío, Chile no conseguía hacer caer el segundo gol. Ya cerca del final, España hizo un ataque el cual fue cortado por un defensa chileno. El jugador entró particularmente fuerte sobre el capitán español y el árbitro marcó penal. La porra española gritó de gusto y los chilenos abuchearon al árbitro.

¡Nooooooooo!.- gritó Alisse, en español.- ¡Árbitro vendido!

¡Maldito vendido!.- gritó Caro, también en español.

¡No fue penal!.- gritó Lily, a quien le había parecido injusta la falta.- ¡Árbitro, la porra te saluda!

Caro, Bere, Deb y hasta la propia Alisse hicieron el famoso "cinco tonos" mexicano (jajaja, los mexicanos me entenderán XD). Paola se botó de la risa.

¡Se pasan!.- gritó Paola.

El árbitro pitó para que el capitán español cobrara el penal. El jugador disparó y el balón terminó por incrustarse en la red de la portería chilena.

¡GOOOOOL!.- gritaron los españoles, justo cuando el árbitro pitó el final del encuentro.

Alisse y Caro se unieron a los aficionados que protestaban por el resultado. Mucho rato después, Tsubasa y los demás esperaban su turno para salir, cosa que les estaba costando trabajo ya que la mayoría de los presentes eran famosos jugadores de sóccer, no se diga Tsubasa, quien era el obvio motivo de atención.

¿Cómo está Sanae?.- preguntaron algunos aficionados.

¿Ya saben qué sexo va a ser el bebé?.- preguntaron algunas fans.

¿Cuándo sale del hospital?.- preguntaron otros.

Aun no lo decido.- gruñó Deb, en voz baja.- Apenas voy a ir al hospital a verla.

Ni se te ocurra decir eso en voz alta, que los aficionados se te echarán encima para acosarte con preguntas.- comentó Lily.

Los policías del estadio tuvieron que acudir a ayudar a los jugadores japoneses. Lily, Deb, Bere, Caro, Paola y Alisse quedaron involucradas también en el revuelo. La prensa no perdió la oportunidad de fotografiar a los japoneses con las que ellos pensaron que eran sus novias.

Mañana habrá un escándalo de aquellos.- comentó Bere.

Cuando iban saliendo del estadio, a Tsubasa alguien lo jaló del brazo y lo hizo salirse del grupo. Genzo y Taro se dieron cuenta de eso pero la multitud era tanta que no los dejaron regresarse o decir algo. Tsubasa no sabía ni quién lo había agarrado, ya que de pronto se encontró en medio de un montón de locas fans que amenazaron con desgarrarle la ropa a jirones. La persona que lo había tomado del brazo en un principio lo sacó de allí y lo llevó a un lugar apartado.

¡Qué rayos!.- exclamó Tsubasa, arreglándose la camisa.- Esas mujeres están locas...

Pero él no tuvo chance de decir nada más, porque una mujer de largo cabello oscuro se le lanzó a los brazos y lo besó en la boca. Tsubasa se quedó atónito y se separó bruscamente de la chica.

¿Qué es lo que pasa?.- preguntó Tsubasa, enojado.

¿Ya tan pronto te olvidaste de mí?.- inquirió la chica, algo triste.

Se trataba de Isa. La mujer no había cambiado en nada, excepto porque en esa ocasión se había rizado el largo cabello, el cual estaba un poco más corto de cómo Tsubasa lo recordaba.

¿Qué haces aquí?.- preguntó Tsubasa, atónito.

No respondiste a mis llamadas.- respondió Isa.- Así que vine a buscarte aquí. Sabía que vendrías al partido... Te he extrañado tanto...

Isabel volvió a lanzarse a los brazos de Tsubasa. Éste volvió a rechazarla.

¿Por qué le dijiste a mi esposa que tú y yo tuvimos un romance en Brasil?.- preguntó él, enojado.- Tú sabes que eso no es cierto.

Sí, lo sé.- admitió Isa.- Sé que mentí pero piensa esto: si Sanae no existiera, tal vez tú y yo seríamos una pareja feliz.

Quizás sí.- replicó Tsubasa.- Pero Sanae existe y eso cambia totalmente las cosas.

¿Ves?.- Isabel se entusiasmó con las palabras de Tsubasa.- Reconoces que si no fuese por Sanae, me habrías amado...

Pero te repito: Sanae existe y es mi esposa.- repitió Tsubasa.- Por favor, ya basta. Te pido por favor que nos dejes en paz a mi esposa y a mí.

Tsubasa se dio la vuelta. Isa no se dio por vencida y se lanzó a la espalda de Tsubasa.

No me dejes, Tsuby.- pidió ella.- Yo te amo.

Tsubasa suspiró, desalentado. Se separó de Isa y se alejó rápidamente de ese lugar.

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Sanae esperaba que la doctora Cortés cumpliese su palabra de regresar al hospital al final del partido. Sanae ya se había duchado y arreglado, en el caso de que la doctora Cortés quisiera darla de alta. Yayoi había salido a buscar algo de beber. La enfermera entró, diciéndole que tenía visitas.

¿Es mi esposo?.- preguntó Sanae, entre esperanzada y enojada.

No.- negó la enfermera.- Es otro joven, dice ser amigo suyo...

Que pase.- ordenó Sanae, curiosa.

Un muchacho alto, de cabello negro y algo crespo entró a la habitación. Sanae se sorprendió, tenía mucho de no ver en persona a ese muchacho...

¡Kanda!.- exclamó Sanae.- ¿Qué haces aquí?

Notas:

Como les dije, prometí que no haría quedar mal ni a España ni a Chile, por eso les di uno honorable empate.

Ya dejaré de llamar a este fic: "Un fic de Tsubasa y Sanae", porque me cae que ya se metieron muchos en la historia, jajaja XD.

5

Lily de Wakabayashi.