Capítulo 23.

Lily aun estaba suspirando por las flores cuando Dafne entró al consultorio.

¿Quién nos regaló flores?.- sonrió Dafne, con complicidad.

Eh... Alguien... .- musitó Lily.

Uh, apuesto a que fue ese guapísimo jugador de fútbol sóccer.- Dafne sonreía de una manera muy sospechosa.

¿Tú sabías algo de eso?.- se sorprendió Lily.

¿Eh? Claro que no.- respondió Dafne, con una mirada que demostraba todo lo contrario.

Tú tuviste algo que ver.- acosó Lily.- Lo sé.

¿Yo? Para nada.- negó Dafne.- Yo no compré esas flores...

Dafne contempló las flores, emocionada, y leyó la tarjeta con mucho interés.

Ajá, lo sabía.- sonrió Dafne.- Fue ese papasote de Genzo Wakabayashi. ¿Por qué no dejas a ese violinista y aceptas salir con el portero?

Porque Lasse me gusta.- respondió Lily, algo insegura.- Por eso.

¡Oh, vamos! He visto cuando platican ustedes dos, Genzo y tú, y sé que hay mucha conexión entre ustedes.- replicó Dafne

¿Entre Genzo y yo?.- exclamó Lily.- ¡Claro que no!

Claro que sí.- rió Dafne.- Genzo te gusta, pero eres tan terca que te niegas a aceptarlo.

Lily prefirió mirar los expedientes para evitar tener que confrontar a Dafne.

Si tú no le aceptas una cita a Wakabayashi, lo haré yo.- amenazó Dafne.

Pues acéptasela.- replicó Lily.- Para lo que me importa. Yo salgo con Lasse y soy feliz con él.

Ajá.- Dafne la miró con escepticismo.- Sé que sales con Lasse pero te apuesto lo que quieras a que aun no formalizan su relación.

No, pero eso es... Irrelevante... .- musitó Lily.- Lasse y yo nos gustamos y con eso basta.

¿Y qué tal besa?.- preguntó Dafne.

¿Qué cosa?.- exclamó Lily.

¿Qué tal besa?.- repitió Dafne.

Eh... .- Lily desvió la mirada.

¡No! ¡No me digas que ustedes aun no se han besado!.- exclamó Dafne, escandalizada.- ¡No puede ser!

No se ha dado la ocasión.- Lily se puso roja.- Cuando tenga que pasar, pasará.

En ese momento, Lily salió del consultorio a todo correr para evitar tener que seguir charlando con Dafne. Era cierto, Lasse y Lily nunca se habían besado, pero era porque en verdad que nunca se había presentado la oportunidad. En un par de veces, Lasse se había acercado a Lily con la intención de besarla pero siempre llegaba alguien a interrumpirlos, ya fuera una fan o algún reportero.

"Supongo que es la desventaja de salir con una celebridad", suspiró Lily. "¡Bah! Muy seguramente con Genzo debe de pasar lo mismo...".

Lily se puso muy colorada al imaginarse saliendo con Genzo. Para despejar esas ideas locas, Lily se imaginó besando a Lasse, cosa que muy seguramente sería tan placentero experimentarlo como lo era imaginárselo.

"Ya llegará el momento", pensó Lily, suspirando.

El celular de ella sonrió (con mi celular en la mano parezco romano de la antigüedad). Anda tú, ¿desde cuando los celulares sonríen? Perdón, quise decir que el celular sonó. Lily miró el mensaje de texto que había recibido y se dio cuenta de que era de Lasse.

"¿Comemos hoy?", preguntaba el mensaje.

Lily sonrió (ella sí puede hacerlo) y se dispuso a responder el mensaje.

"Aquí te espero, a la hora de siempre".

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Sanae llegó a su casa con la extraña y espantosa sensación de que había traicionado a Tsubasa, aun cuando ella y Kanda solo habían tomado una bebida. Sanae se sentía tan culpable que le pidió a Kanda que no la dejara frente a su casa, sino en la esquina.

Cuando Sanae entró a la casa, encontró a Tsubasa dormido con un libro en el regazo titulado: "Cien nombres para bebés". Sanae se sintió muy conmovida.

¿Tsubasa?.- habló ella, con suavidad.

¿Mm?.- murmuró él, entre sueños.- Sería lindo tener una niña que se parezca a Sanae... Seguramente será hermosa...

Sanae sonrió, apenada, pero muy feliz... No, ella no dejaría a Tsubasa por nada del mundo...

Te prepararé algo rico de comer.- murmuró ella.

Milagrosamente, el EPFUM no estaba a la vista. Tal parecía que todas sus integrantes seguían muy ocupadas. Sanae se alegró de encontrar llena la despensa y se dispuso a preparale a Tsubasa un platillo típico de Brasil, especialidad que Sanae había aprendido a hacer hace poco para darle gusto a su marido. Sanae recordó que pasó varios días cocinando con la esposa de Rivaul para adquirir esa habilidad culinaria.

Tsubasa despertó con el olor de la comida y su glotonería lo hizo levantarse a buscar la fuente de tan delicioso aroma. Llegó a la cocina y se sorprendió de ver a Sanae cocinando. La muchacha se veía de lo más linda con su vientre abultando el delantal.

Hola, mi amor.- sonrió Sanae.- No te quise despertar, te veías tan a gusto durmiendo...

Ya se te nota.- Tsubasa abrazó a su esposa por detrás y acarició su vientre.

Ya han pasado varias semanas.- sonrió Sanae.- Espero que tengamos un bebé lindo y muy sano.

Así será.- sonrió Tsubasa.

Y será un hombrecito, igualito a ti.- musitó ella.

O quizás pueda ser una niña que tenga tu mirada.- comentó Tsubasa.

Tsubasa y Sanae se besaron largamente, pero su abrazo fue interrumpido por el timbre del teléfono.

Yo contesto.- dijo Tsubasa.- Tú sigue cocinando, tengo mucho tiempo de no probar tu comida y muero de ganas de hacerlo.

De acuerdo.- rió Sanae.

Tsubasa alcanzó a contestar el teléfono antes de que entrara la contestadora automática.

¿Hola?.- habló Tsubasa.

Tsuby.- era Isabel.- ¿Cómo estás?

¿Qué haces hablándome a mi casa?.- reprochó Tsubasa, molesto.

Quiero verte.- pidió Isa.- Por favor.

No.- negó Tsubasa.- ¿No entiendes? Estoy casado.

No pienses mal.- musitó Isa.- Necesito un amigo... Ay, Tsubasa, es que en realidad me siento muy mal... Terminé con mi prometido...

¿Qué cosa?.- Tsubasa no se esperaba esto.- ¿Tu prometido?

Sí.- sollozó Isa.- Hace dos meses y la verdad es que no he podido olvidarlo...

Uh... .- Tsubasa estaba atónito.

Sé que no debí haberte besado aquella vez en el estadio.- lloró Isa.- Pero es que me sentía muy mal por lo de Mario y pues me comporté como una loca. El dolor me hizo perder la razón...

Ah...

Entonces, ¿el comportamiento de Isa era porque ella extrañaba a su novio?

Necesito un amigo.- sollozó Isa.- Necesito hablar con alguien... Por favor, Tsubasa...

Uhm... .- Tsubasa se asomó a la cocina. Sanae seguía cocinando sin darse cuenta de nada.

Por favor...

De acuerdo.- aceptó Tsubasa, impresionado por la voz de angustia de Isabel.

Te veré mañana a las seis de la tarde, afuera del estadio de Barcelona.- dijo Isabel, muy rápidamente, y colgó.

Eh... .- Tsubasa solo escuchó el tono de marcar del otro lado de la línea.

¿Quién era?.- preguntó Sanae, risueña, asomándose desde la cocina.

Eh... Un reportero.- mintió Tsubasa, sintiéndose culpable.

¿Y qué quería?

Lo siempre: una entrevista...

Ya veo. ¿Y aceptaste?

No me quedó de otra.- Tsubasa siguió mintiendo a lo descarado.- Tendré una entrevista mañana a las seis...

Ya veo.- contestó Sanae.- Espero que no quieran que vayas con tu esposa...

¡NO!.- gritó Tsubasa, asustado.

¿Cómo dices?.- preguntó Sanae.

Quiero decir, que no quiero que tú te alteres, por el bebé... .- corrigió Tsubasa.- Iré yo solo...

Como quieras.- sonrió ella.

Tsubasa fue a lavarse las manos, sintiendo en su boca el amargo sabor de la mentira. "Aprovecharé para dejar los puntos sobre las íes con Isa", pensó Tsubasa, mirando su reflejo, al tiempo que se secaba las manos. "La escucharé, le daré algún consejo si puedo y le diré que por el bien de mi familia no podré verla nunca más".

Cuando Tsubasa regresó al comedor, se sintió tremendamente mal. Sanae le había preparado un verdadero festín, digno de un hombre que no le mintiera a su esposa...

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Crearíamos un verdadero lío si publicamos estas fotografías.- comentó alguien.

¿Y eso qué?.- replicó otra persona.- Ella debió pensarlo mejor antes de salir con un hombre que no es su esposo.

¿Y si es un pariente lejano?.- preguntó alguien más.

¿Un pariente lejano la hubiese mirado con tanta lujuria y le habría tomado la mano?.- replicó el segundo hombre que había hablado.

Los tres reporteros suspiraron. Frente a ellos se encontraban las fotografías que habían tomado en el restaurante, en donde Sanae y Kanda aparecían juntos.

Quizás nos vaya mejor si chantajeamos a la mujer.- comentó el segundo reportero.

¿Qué quieres decir?.- el primer reportero no entendió.

Que si ella tanto ama a su esposo, no querrá que vea estas fotografías.- explicó el segundo reportero.- Y podría pagarnos mucho por ellas...

El primer y el tercer reportero se miraron entre sí, sorprendidos...

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Era ya la hora de la salida y Lily se arreglaba con esmero en el cuarto de médicos. La mexicana no se decidía entre dejar su cabello suelto o amarrárselo. Al final, decidió dejarlo suelto.

Ya no deberías de ponerte nerviosa por salir con Lasse.- musitó Paola, mirándola con algo de aburrimiento.- Ya es como la milésima vez que salen...

Es apenas nuestra décima cita.- replicó Lily.- Y me sigo poniendo nerviosa porque el hombre me gusta y no sé si él sienta lo mismo por mí.

Oh, por favor.- protestó Débora.- Claro que le gustas. Si no lo hicieras no te seguiría buscando.

Uhm...

Y mira que de verdad eres cruel con Genzo.- comentó Paola.- Al principio me parecía divertido pero ahora que de veras me da lástima...

Otra vez con eso.- bufó Lily.- Ya te dije que Genzo no me interesa de esa manera y no es culpa mía que Lasse me atraiga más. (Lily mentirosa).

Mentirosa.- dijo Deb, con toda la razón del mundo.- Genzo Wakabayashi también te atrae y no me digas que no. He visto cuando platican, se nota en tu mirada que el hombre te parece atractivo, así que no me vayas a salir con la babosada de que solo tienes ojos para Lasse porque bien sabes que no es verdad.

Pero... .- quiso protestar Lily.

Pero nada. Tú deberías cantar la canción de "Me gustan los dos".- replicó Deb, interrumpiéndola.- Te queda muy bien.

Como digas...

Paolita, ¿qué vas a hacer hoy?.- quiso saber Deb, mirando a Lily con cara de "hello con tu hello".

Saldré por ahí, a dar una vuelta.- Paola se encogió de hombros.

¿Tú sola o piensas llevarte a alguna de las locas que viven con nosotras?.- quiso saber Lily.

O sea, las locas son Alisse, Berenice y Carolina XD.

No iré sola, pero tampoco me llevaré a ninguna de esas pacientes psiquiátricas que tenemos como amigas.- contestó Paola.

¿Entonces?.- cuestionó Deb.

Iré con Joel.- respondió Paola, encogiéndose de hombros.

¿Cuál Joel?.- preguntaron Deb y Lily al unísono.

Pues Joel.- repitió Paola.- El amigo de Samael Nieminen.

¿Vas a tener una cita con Joel?.- exclamaron las mexicanas, asombradas.

No es una cita, no sean babosas y ni se les ocurra ponerse a saltar como idiotas conejos esquizofrénicos.- gruñó Paola.- Saldremos como amigos.

¡Sí, como no!

Ey, es la verdad.- protestó Paola.- Joel y yo no nos interesamos de esa manera.

Sí, como no, ese pretexto es viejísimo.- se burló Deb.

Es como quitarle un cacahuate a lo que nunca fue piñata.- comentó Lily.

Las otras dos la miraron con cara de "what?". El celular de Lily sonó. Ella sonrió.

Ya llegó Lasse.- dijo ella a sus amigas.- Las veré después.

Que te vaya bien.- dijo Paola.

Te portas.- dijo Deb.- Y te cuidas.

Lily salió presurosa hacia la entrada secreta del hospital. Ahí Lasse ya estaba esperándola.

Te ves muy linda, como siempre.- sonrió Lasse.

Gracias.- Lily se ruborizó.- ¿Nos vamos?

Claro.

Lily iba a besar a Lasse en la mejilla a manera de saludo, pero Lasse pensó en hacer lo mismo y volteó la cara, de manera que los labios de ambos jóvenes se rozaron. Lily se hizo para atrás, muy apenada.

Lo siento.- murmuró ella.- Yo solo quise...

Shhh... .- la calló Lasse.

El joven violinista acercó sus labios a los de Lily y primero los rozó. Ella se acercó más y ambos se fundieron al fin en un beso... No era precisamente la escena que Lily se había imaginado, besar a Lasse a las afueras del hospital, pero los labios del joven pronto la hicieron su presa. En ese momento, Genzo iba llegando al hospital. Sin querer, dirigió su mirada hacia la salida secreta de Lily, esperando verla salir por ahí... Y Genzo vio una imagen que le hizo pedazos el alma...

Notas:

La canción de "Me gustan los dos" es de OV7, cuando aun se llamaban Onda Vaselina.

¡Si seré malvada! Me cae que es la primera vez que hago que Lily se interese demasiado por otro hombre que no sea Genzo... Aunque trato de demostrar que Lily se siente atraída por ambos jóvenes, Genzo y Lasse, aunque al final ya saben quién ganará, jejeje.

No sean malpensados, de veras que entre Joel y Paola no hay nada.

Eso de "es como quitarle un cacahuate a lo que nunca fue piñata" es una parodia de una frase de una canción de Ricardo Arjona cuyo nombre no recuerdo, pero que dice "es como quitarle una pestaña a lo que nunca tuvo ojos" XD.

Y lo de "pacientes psiquiátricas" fue solo en broma XD.