Capítulo 24.
Lily se separó de Lasse, muy avergonzada.
¿Qué ocurre?.- preguntó él.
Nada.- Lily movió la cabeza de un lado a otro.
¿No te gustó?
No es eso... Claro que me gustó, es solo que no me lo esperaba...
Un beso sabe mejor si no se planea.- sonrió Lasse.- Es mejor cuando se roba.
Lily soltó una risilla nerviosa.
Supongo.- admitió ella.- Pero me gustó. Claro que me gustó.
¿Quieres otro?.- Lasse se acercó a Lily de una manera un tanto provocativa, cosa muy poco común en él.
Eh... .- Lily instintivamente se hizo para atrás.
¿Qué sucede?
No sé.- titubeó ella.- Es solo que me gustaría que fuese en un lugar un poco más privado...
Supongo que tienes razón.- rió Lasse.
Lily, sin saber por qué, se sintió muy incómoda. Le había gustado que Lasse la besara, pero por alguna razón se sentía un tanto culpable... ¿De qué? Lily no lo sabía...
¿Vamos a comer entonces?.- sonrió Lasse.- Quizás después podamos continuar con lo que empezamos...
Claro.- Lily se ruborizó.
Lasse le extendió su mano a Lily y ella la tomó. Ambos jóvenes se alejaron caminando, sin saber que a pocos metros de ellos alguien los había estao observando...
Genzo tratab de controlar el inexplicable dolor que había experimentado cuando vio a Lily besándose con Lasse. Y Genzo supo una cosa: no era normal lo que sentía. Ya en otras ocasiones la mujer que le gustaba en turno se había besado con otros hombres pero cuando esto pasaba, Genzo se retiraba sin protestar. Pero esta vez fue diferente. Genzo sintió que la sangre le hervía de rabia y un deseo de golpear a Lasse lo invadieron al ver la escena. Y eso solo podía significar una cosa...
Se había enamorado de Lily (qué novedad, ¿no?). Y tal parecía ser que a ella le interesaba Lasse... Todo parecía indicar que Genzo debía darse por vencido, pero él no estaba dispuesto a aceptar la derrota.
Vas a ser mía.- murmuró él, mirando a Lily y a Lasse alejarse y deseando romper la unión que formaban sus manos.- No me importa lo que me cueste, no me importa cuánto me tarde. Haré que te enamores de mí, Lily Del Valle...
Lily seguía sintiendo una gran culpabilidad en su interior. "Vamos, si te gusta Lasse y lo que deseabas era besarlo. ¿Por qué te pones así entonces?", habló una vocecilla en la mente de Lily.
Y la chica no pudo encontrar una respuesta.
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Tsubasa se quedó dormido en la sala, con la cabeza recostada en las piernas de Sanae, escuchando en su oído el latido de su futuro hijo. Al poco rato a Sanae empezó a llamarle la naturaleza y se levantó con cuidado, acostando a Tsubasa sobre un cojín. Una vez que Sanae salió del baño, el teléfono comenzó a sonar. Sanae se dio prisa a contestarlo, para evitar que Tsubasa despertara.
¿Hola?.- respondió Sanae.
¿Habla la señora Sanae Ozhora?.- preguntó una voz masculina.
Sí. ¿Quién es?
Un amigo.- respondió el interlocutor.- Y como su amigo que soy, quería prevenirla...
¿Prevenirme de qué?.- se sorprendió Sanae.
De un posible divorcio.- dijo el hombre, con voz macabra.
¿Qué cosa?.- exclamó Sanae?.- ¿Quién es usted?
Ya se lo dije, un buen amigo...
¿Por qué me llama para decirme esas cosas tan horribles?.- gritó Sanae.- Voy a colgar.
Si lo hace, se arrepentirá.- la voz del hombre se oyó amenazadora.- Solo quiero evitarle a usted y a su marido una posible pelea que pueda tener consecuencias nefastas...
Dígame de una buena vez lo que me trata de decir.- exigió Sanae.- ¡Y déjese de rodeos!
¿Sabe, señora Ozhora? No creo que a su marido le guste enterarse de que usted se ve a escondidas con otro hombre.
¿De qué habla?.- Sanae no podía creer lo que oía.- ¡Yo no me veo a escondidas con otro hombre!
¿Ah, no?.- se burló el tipo.- ¿Y qué me dice del señor Koshi Kanda? ¿O me va a decir que es un pariente lejano?
A Sanae se le fue el alma al piso. No esperaba algo así...
No pasó nada malo.- replicó Sanae.- Solo fue una charla inocente entre dos viejos conocidos...
Ajá.- bufó el tipejo.- Pues las fotos que le tomamos no muestran precisamente eso... ¿Y sabe? Si estas fotos llegaran a publicarse, creo que a su esposo realmente le iría muy mal...
Sanae lo pensó, asustada. No había pasado nada entre Kanda y ella, solo fue una charla inocente... ¿Pero si la prensa llegara a publicar un montón de mentiras? ¿Tsubasa le creería de verdad que no pasó nada? ¿Y cómo afectaría eso a su carrera de futbolista?
¿Qué quiere de mí?.- preguntó Sanae, tratando de hacer que la voz no le temblara.
Un pequeño estímulo económico.- respondió el hombre.- Si usted nos da lo que queremos, esas fotos nunca llegarán a la prensa...
¿Un soborno?.- Sanae no lo podía creer.- ¿Eso quiere de mí?
Soborno es una palabra muy fea.- replicó el hombre.- Ya le dije, es solo un estímulo económico...
Sanae suspiró. Y tomó una decisión...
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Era la tercera vez que Carlos intentaba llamarle a Carolina... En media hora. Y la respuesta siempre era la misma: Carolina no estaba disponible.
Qué fastidio.- gruñó Carlos, colgando el teléfono con violencia cuando Alisse le dijo que Caro no se encontraba.- No entiendo a las mujeres.
A las mujeres no hay que entenderlas, hay que quererlas.- comentó Matías.- Así de simple.
Claro, tú lo dices así de fácil porque te va de lo mejor con tu chica.- replicó Carlos, enojado.
Me va bien porque no me pongo a discutir con ella ni digo o hago nada que pueda crear una polémica.- contestó Matías.- Cosa que evidentemente tú no hiciste...
¿Qué? Solo le dije a Carolina que ya tenía tiempo para ella.- bufó Carlos.
Y sigues sin enteder el error.- Matías elevó sus ojos al cielo.- O sea, date cuenta, le diste a entender a tu chica que ella está en segundo plano, detrás del sóccer, y aunque eso fuera verdad, nunca debiste decirlo.
Pero eso no es verda.d- replicó Carlos.- Carolina no está en segundo lugar para mí, simplemente quise decirle que ahora tendré todo el tiempo del mundo para ella, nada más...
Pues no supiste como decirlo.- Matías movió la cabeza de un lado a otro.
Carlos se quedó mirando el teléfono. Se dio cuenta de que Matías tenía razón, le había dado a entender a Carolina que ella no era importante para él.
¿Y ahora qupe hago?.- preguntó Carlos, en voz alta.
Pues poner a trabajar a tu cerebro para idear una manera de hacer que ella te perdone.- respondió Matías.
Carlos suspiró. Evidentemente, él no podría disculparse por teléfono...
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Alisse suspiró cuando colgó el teléfono.
Ya deberías darle una chance a Carlos de disculparse.- comentó ella a Caro, quien estaba sentada frente a ella en un sillón.
No.- negó Caro.- Rompió mi corazón.
Los hombres suelen ser un tanto idiotas.- dijo Alisse.- Metió la pata, pero se nota que está arrepentido, o de lo contrario no te hablaría tanto por teléfono.
No le importa, porque no viene a buscarme en persona.- replicó Caro, más molesta aun.
Uhm...
Berenice escuchaba todo atentamente, sin decir palabra, analizando cada palabra.
Yo creo que sí deberías darle una oportunidad.- comentó Bere.- Tú lo quieres y él te quiere a ti... O al menos eso parece. Y cuando hay amor, hay perdón.
Qué profunda saliste.- se burló Alisse.- ¿De cuál te fumaste?
Oye, así soy yo siempre.- protestó Bere.
Jajaja, sí ándale.- rió Alisse.
Es porque está enamorada.- opinó Caro.- Por eso actúa así.
¿Qué cosa?.- Bere casi se atraganta.
Que estás enamorada.- repitió Caro.- Se te nota.
¡Claro que no! ¿De quién podría estar enamorada?.- Bere se puso muy nerviosa.
Pues ha de ser de Kira Kozo.- se burló Alisse.- ¿De quién más?
¡Oye!
Pues de Mamoru Izawa.- Caro puso cara de "hello con tu hello".- ¿De quién más, mensa?
No me digas mensa...
Pues no hagas preguntas mensas.
Bere no dijo nada, pero se quedó pensándolo. No, era muy pronto para decir que estaba enamorada de Izawa... Y sin embargo, solo pensaba en él... Pero, ¿sentiría Izawa lo mismo por ella?
Como sea.- Alisse se levantó de su asiento y tomó su abrigo.
¿A dónde vas?.- preguntó Bere.
A dar una vuelta. Quiero respirar aire fresco.- respondió Alisse.- ¿Quieren venir?
No, muchas gracias.- negó Bere.- Espero una llamada de Kira...
¿Eh?.- Caro y Alisse pusieron cara de "what?".
De Izawa, no sean mensas.- rió Bere.
Yo estoy cansada.- dijo Caro.- Quiero dormir un rato.
Ok. Nos veremos después.- Alisse salió del departamento.
La chilena salió a la calle y miró a la gente que iba y venía... Alguien la vio pasar y se sonrió de su buena suerte...
Alisse.- habló alguien a sus espaldas.
La chica se volteó. Frente a ella se encontraba Taro Misaki.
Hola.- saludó la chica.- ¿Cómo estás?
Bien.- Taro sonrió.- ¿Qué haces?
Paseando.- respondió Alisse.- De repente me dan ganas de salir a caminar sin pensar en nada.
A mí también me gusta eso.- rió Taro.- ¿Puedo acompañarte? Prometo no ser una molestia.
Claro.- aceptó Alisse, con una sonrisa.- Y tú nunca serías una molestia...
Taro le sonrió con mucha dulzura. Alisse se sintió algo perturbada. ¿Por qué le había dicho eso a Taro?
Ambos jóvenes caminaron por las calles de Barcelona (in the streets of Barcelona, nanana, ah, no, ésas son las streets of Philadelphia XD). Hablaron de todo un poco, del padre de Taro, pintor reconocido, del hermano de Alisse, un conocido escritor, del divorcio de los padres de Taro, de los problemas de Alisse con su familia... La chica no tendía a hablar mucho de esas cosas, ni siquiera con sus amigas, la única persona que le había conseguido sacar información hasta entonces había sido Lily, y siempre había sido con tirabuzón, pero con Taro era tan diferente... (Con Taro siempre es diferente XD). El joven hacía que Alisse se sintiera tan en confianza como para hablar sobre su vida privada.
Perdona que te moleste con todo esto.- dijo Alisse, sintiendo que había hablado de más.- No sé por qué le cuento estas cosas a un total desconocido...
No te preocupes.- Taro sonrió a medias.- Aunque sea un total desconocido, no diré nada...
Lo siento.- se disuclpó Alisse.- No quise decir que...
No te preocupes.- la cortó Taro.- Yo podría haberte dicho que no soy un total desconocido, porque nos conocimos hace ya un buen de años, pero me da pena recordar lo que pasó en el bar de Tokio.
Alisse soltó una carcajada. Y Taro rió con ella.
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Tsubasa dudaba aun en encontrarse con Isa, pero le había dado su palabra y no podía fallarle. El joven llegó a la hora indicada en el sitio indicado y esperó. Minutos pasados de la seis, la chica de cabellera oscura llegó caminando con paso firme.
Gracias por venir.- sonrió Isabel.- Me da gusto que hayas venido después de lo que te hice...
No te preocupes.- respondió Tsubasa.- ¿Estás bien?
No.- negó Isabel.- Extraño muchísimo a Mario...
¿Quieres ir a tomar un café?.- ofreció Tsubasa.
Claro.- asintió Isa.- Será mejor...
Tsubasa se arrepintió de haber hecho el ofrecimiento. La ciudad entera tenía los ojos clavados en él, no sería conveniente que lo vieran con otra mujer, aun así estuviesen haciendo algo tan inocente como tomar un café...
Pero no iremos a un café.- dijo Tsubasa, pensando rápido.- Espero que no te moleste ir a la casa de un amigo...
Claro que no.- respondió Isabel.
"Espero que a Genzo no le moleste", pensó Tsubasa. Él e Isa subieron al automóvil de Tsubasa, el cual afortunadamente no era tan llamativo, y se dirigieron al departamento que Genzo alquilaba durante su estancia en Barcelona. El departamento se ubicaba en una colonia ubicada muy cerca del mar y el sitio era bastante agradable. Obviamente, Genzo se sorprendió mucho cuando vio a Tsubasa llegar en compañía de una muchacha que se parecía mucho a Lily.
Amigo, ¿nos invitas un café?.- preguntó Tsubasa a un sorprendido Genzo.- Luego te explico... .- añadió, en japonés.
Claro.- Genzo los dejó pasar.
Ella es Isabel Riviera.- presentó Tsubasa.- La antigua manager de mi equipo Sao Paulo. Isabel, él es Genzo Wakabayashi, gran amigo mío y un excelente portero.
Mucho gusto.- Genzo estrechó la mano de Isa.
Lo mismo digo.- contestó Isabel.
Genzo hizo pasar a Tsubasa y a Isa a la sala, mientras él se dirigía a la cocina a preparar café. Tsubasa lo siguió.
Te quedo a deber el pastel.- comentó Genzo.- Solo tengo galletas.
Está bien.- dijo Tsubasa.- No importa.
¿Quién es ella?.- preguntó Genzo, a quemarropa.
Ya te lo dije, la asistente del Sao Paulo.- respondió Tsubasa, fingiendo demencia.
Bien sabes que no es eso a lo que me refiero.- Genzo puso cara de "hello con tu hello".
¿No crees que se parece un poco a la doctora Lily Del Valle?.- contestó Tsubasa, con otra pregunta.
Quizás un poco.- admitió Genzo.- Pero Lily es mucho más bella. Y tiene magia y un aura que te envuelve. Esta mujer, Isabel, por el contrario, tiene una vibra negativa que no puede con ella...
Tsubasa, sorprendido, se dio cuenta de que Genzo tenía razón.
Notas:
No sé si se habrán dado cuenta, pero a cada rato digo que Isabel y Lily se parecen físicamente. Y es que es verdad, cuando vi los dibujos de la dichosa Isa me sorprendió el parecido que tiene con Lily. Aunque claro, Lily es mucho más hermosa, jajaja XD.
